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MAPAS PARA EL OBSERVADOR

Enfoques hacia el Desarrollo Humano

Carmen Duhne
Ramiro Garza Leal
Ana María Quintanilla
MAPAS PARA EL OBSERVADOR
Enfoques hacia el Desarrollo Humano

Editado por:
Desarrollo e Innovación Consultoría, S.C.
Marconi 781 Col. Contry La Silla, Guadalupe N.L.
67173
C.E. cduhne@duhne.com.mx
rgarza@duhne.com.mx

Segunda edición: febrero de 2008

Diseño de portada y diseño editorial: Héctor Martínez


Gaytán
Corrección de estilo: Karime Molina Darwich y
Graciela Ríos Cantú.

Derechos reservados por los autores Carmen Duhne,


Ramiro Garza y Ana María Quintanilla.
Registro: 03-2002-061412063800-01
ISBN: 968 – 5204 –02 - 0
System of Book Notation

Copy Right con derechos protegidos según la ley


como propiedad de los autores.
Este libro no puede ser reproducido, total o
parcialmente, sin el consentimiento de Desarrollo e
Innovación Consultoría, S.C.

Introducción 2
DEDICATORIA

Dedicamos este libro a todos aquellos que se esmeran en su


desarrollo personal y profesional, así como a los que
promueven el crecimiento de otros.

Introducción 3
Introducción 4
AGRADECIMIENTOS

Agradecemos a las muchas personas que nos apoyaron para


la realización de este libro, en especial a Ursula Werren de
Bolaños, Eduardo A. Marcos H., Karime Molina Darwich,
Graciela Ríos Cantú, Héctor Martínez Gaytán, Felipe de Jesús
Elizondo Martínez, Gilberto Moreno Mantecón, Carlos Felipe
Elizondo Villarreal y Enrique Moreno Mantecón quienes con
generosidad nos dedicaron su tiempo y conocimientos.

Reconocemos también las enseñanzas de los muchos autores


que directamente o a través de sus escritos fueron fuente de lo
que proponemos en este libro.

Introducción 5
Introducción 6
CONTENIDO:

I. INTRODUCCIÓN 10

II. EL OBSERVADOR QUE SOMOS 15


2.1 El ser humano como observador 16
2.2 Qué nos hace el observador que somos 17
2.3 Mejorando el observador que somos de nosotros
mismos, nuestras acciones y resultados 18
2.4 Mejorando el observador en forma sistémica 23
2.5 El observador y la verdad 28
2.6 Respeto por el otro observador 32
2,7 Mapas mentales 33

III. EL SER HUMANO 40


3.1 El ser humano 40
3.2 Dimensiones del ser humano 41
3.3 Nuestra manera individual de ser 45
3.4 Aprendemos a ser quien somos 51

IV. EL SER HUMANO COMO SER LINGÜÍSTICO 55


4.1 El ser lingüístico 55
4.2 El lenguaje 58
4.3 El escuchar 60
4.4 El hablar 68

V. EL SER HUMANO COMO SER EMOCIONAL 100


5.1 El ser emocional 100
5.2 Los estados de ánimo y las emociones 103
5.3 Las emociones se aprenden 106

Introducción 7
5.4 Las emociones predisponen a la acción 110
5.5 Los estados de ánimo básicos en la vida 111
5.6 Necesidades emocionales fundamentales 117

VI. EL SER HUMANO COMO SER CORPORAL 123


6.1 El ser corporal 123
6.2 La corporalidad es cultural 127
6.3 Observación de la corporalidad o calibración 129
6.4 Posición corporal 132
6.5 Espacio vital 138
6.6 Movimientos corporales 139
6.7 La mirada 144
6.8 La respiración 147
6.9 La corporalidad en relación con la
emocionalidad 149
6.10 Flexibilidad corporal 155

VII. EL SER HUMANO COMO SER TRASCENDENTE


7.1 El ser trascendente 162
7.2 Creencias e interpretaciones 164
7.3 Quién soy 166
7.4 El sentido de la vida 168
7.5 La felicidad 171
7.6 El sufrimiento 174
7.7 La muerte 176
7.8 La sabiduría 177
7.9 La libertad 178

VIII. APRENDER A SER DIFERENTES 182


8.1 Aprendizaje 183
8.2 Qué aprendemos 188

Introducción 8
8.3 Cómo aprendemos 188
8.4 Requisitos de aprendizaje 190

IX. CONCLUSIÓN 200


BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA 201

Introducción 9
CAPÍTULO I
INTRODUCCIÓN
Podemos descubrir cómo somos. Mejor es decidir cómo queremos
ser y avanzar en esa dirección.
Carmen Duhne

El propósito de estas líneas es brindar por una parte un


compendio de aportaciones recientes al entendimiento del
Desarrollo Humano y por otra nuestra interpretación de lo que
es el ser humano y los factores que intervienen en su
crecimiento, tanto individual como en grupo.

A través de la historia cada cultura ha producido una visión


de lo que es la persona. A esto le llamamos metafóricamente
un mapa.

Para estudiar nuestro planeta son muchos los mapas que


podemos utilizar. Un mapa es una representación particular del
territorio. Cada uno nos permite observar una parte especial de
él. Por ejemplo, si tomamos un mapa orográfico distinguimos
fenómenos diferentes que en uno de distribución de
población.

Para comprender a la persona, podemos utilizar un sin fin


de mapas. En este libro proponemos cuatro interpretaciones o
mapas de la persona, interrelacionados entre sí:

El ser humano como ser lingüístico

Introducción 10
El ser humano como ser emocional
El ser humano como ser corporal
El ser humano como ser trascendental.

Esta manera de observar el ser humano, nos permite


apuntar a factores importantes de nuestro ser, pensar, sentir y
actuar; ayuda a comprender qué nos mueve a hacer lo que
hacemos.

Por otro lado, tradicionalmente se ha entendido al hombre


como un ser con características propias, algunas de las cuales
están determinadas genéticamente, otras por experiencias y
formación especialmente durante la infancia.

Si lo entendemos así lo que nos resta por hacer es


descubrir cómo somos para comprender nuestro proceder y lo
que podemos llegar a ser.

Sin embargo importantes desarrollos conceptuales en


campos como la biología, lingüística, neurolingüística, filosofía,
sociología y espiritualidad nos ayudan a percibir al ser
humano como modificador tanto de su persona como de su
entorno.

La principal diferencia de esta interpretación, en relación a


la tradicional, es la posibilidad de acción que genera. Entender
por qué somos como somos no nos lleva muy lejos, pero
percibirnos como seres en continuo cambio nos puede
conducir a tomar el timón de nuestra vida.

Introducción 11
Creemos que esta forma de visualizar la realidad del ser
humano, en sus cuatro dimensiones y en continua evolución,
facilita obtener los cambios personales que nos proponemos.

Nuestra propuesta la fundamentamos en las siguientes


fuentes importantes que han surgido a nivel internacional, así
como de la experiencia profesional que los autores hemos
tenido en nuestra labor con personas, grupos y
organizaciones:

En el ser humano como ser lingüístico, tomamos el enfoque de


la Ontología del Lenguaje de Rafael Echeverría y Fernando
Flores, así como a Humberto Maturana, biólogo que desde su
campo explica las relaciones humanas.

En el ser humano como ser emocional el enfoque de la


Inteligencia Emocional de Daniel Goleman, así como a Walt
Disney con su visión de la acción conectada a la emoción.

En el ser humano como ser corporal, tomamos el enfoque de


Programación Neurolingüística de John Grinder y Richard
Bandler, así como a Flora Davis con su estudio de
comunicación no verbal y a Gabrille Roth que estudia la
corporalidad en movimiento.

En el ser humano como ser trascendental, tomamos a


Jesucristo, Víctor Frankl, Dalai Lama y John Powell.

Además, vemos cada mapa como una parte del todo,


basándonos así en la Teoría de Sistemas de Peter Senge.

Introducción 12
Introducción 13
CAPÍTULO II
EL OBSERVADOR QUE SOMOS
“Observamos la realidad según la persona que somos y nuestra manera de
ser depende de cómo observamos el mundo.”
Carmen Duhne

fig. 2.1

El ser humano como observador 15


2.1 EL SER HUMANO COMO OBSERVADOR
Venimos a esta vida con muy poca noción de lo que es el
mundo al que llegamos. Poco a poco vamos percibiendo la
diferencia entre nosotros y los demás, entre lo que nos gusta y
lo que no.

En un principio sólo nos sentimos cómodos junto a nuestra


madre; al ir conociendo el medio ambiente y sintiéndonos
seguros en él, nos vamos moviendo hacia un actuar
independiente.

Percibimos la realidad, hacemos juicios de cómo es y qué


hacer al respecto. Sin embargo, con frecuencia caemos en la
creencia de que al observar lo que nos rodea y acontece, todo
lo entendemos completamente. No nos damos cuenta de que
el mundo es como es, más lo que interpretamos como realidad
es sólo lo que podemos percibir de ella.

Por ejemplo, si entrevistamos a cinco personas que


presenciaron un accidente, aunque todas hayan estado ahí,
cada una dará una versión diferente, especialmente si están
involucradas emocionalmente con alguna de las partes. No es
que inventen lo que dicen, simplemente, cada individuo
percibe el evento de forma distinta.

El ser humano como observador 16


2.2 QUÉ NOS HACE EL OBSERVADOR QUE
SOMOS
Como personas diferentes que somos, cada uno vemos,
escuchamos, sentimos e interpretamos de cierto modo.
Observamos el mundo según la persona que somos y somos
quien somos dependiendo de cómo vemos el mundo.
Rafael Echeverría nos ayuda a analizar qué es lo que nos
hace percibir de determinada manera:

a. Observamos dependiendo de nuestras posibilidades


biológicas
Nuestra estructura biológica nos permite percibir el medio
ambiente, mas no disponemos de mecanismos que nos
permitan observar la realidad tal cual es. Por medio de
nuestros sentidos percibimos el medio que nos rodea, pero
ellos no pueden detectar todo.

b. Observamos dependiendo de nuestras distinciones


No sólo percibimos lo que nuestros sentidos pueden apreciar,
sino también varía con las distinciones que tenemos. Por
ejemplo, ante un determinado insecto una persona puede verlo
como un animal con alas, otro, una hormiga de madera que en
poco tiempo puede acabar con un gran edificio. Si alguien que
se dedica a controlar plagas no tiene las distinciones
adecuadas, será muy inefectivo en el tratamiento a seguir. En
las organizaciones, según el trabajo a realizar, la gente
aprende diferentes distinciones. Algunas personas de
Recursos Humanos pueden observar características en los
individuos, de manera que pueden contratar fácilmente la
persona adecuada para ciertos puestos. Un técnico en
mantenimiento puede distinguir con claridad el tipo de piezas
en una máquina que está por fallar; ve lo que otros no ven.

El ser humano como observador 17


c. Observamos dependiendo de nuestras emociones
Cada emocionalidad permite percibir cosas y no otras.
Cuando andamos tranquilos, por ejemplo, podemos observar
detalles que no hacemos si estamos enojados o frustrados.

d. Observamos dependiendo de nuestras interpretaciones y


mapas mentales
Si bien es cierto que lo que percibimos moldea nuestra forma
de ver las cosas, también nuestras interpretaciones y
relaciones mentales preexistentes hacen que observemos de
una determinada manera. Por ejemplo, si tenemos el juicio de
que nuestro jefe tiene una gran visión, al presentarnos un
trabajo nuevo le veremos grandes posibilidades de que sea un
éxito.

Sabemos entonces que lo que percibimos no es sólo lo que


nuestros sentidos nos dicen, sino que interpretamos lo que
vemos, oímos y sentimos, relacionándolo con nuestra
experiencia previa, produciendo una comprensión congruente
de la realidad que experimentamos. Concluimos entonces, que
no conocemos cómo son las cosas, sino sólo cómo las
percibimos.

2.3 MEJORANDO EL OBSERVADOR QUE


SOMOS DE NOSOTROS MISMOS, NUESTRAS
ACCIONES Y RESULTADOS
En la vida diaria, aprendemos de nuestras acciones. Ante una
situación, actuamos de cierta manera y obtenemos

El ser humano como observador 18


determinados resultados. Si éstos son satisfactorios, seguimos
actuando de la misma forma; si no lo son, variamos nuestro
actuar hasta encontrar buenos resultados. Una forma de
aprender, la llamamos aprendizaje común: observa el
fenómeno como causa - efecto.

Sin embargo, podemos tener un aprendizaje más profundo


o aprendizaje sistémico: aquel que al ver los resultados, ya
sean satisfactorios o no, no sólo se pregunta cómo mejorarlos,
sino también se cuestiona el observador que realizó la acción.

Fig. 2.2
Al cuestionamos cómo es que percibimos el mundo, cómo
es que siendo el observador que somos, sólo vemos ciertas
alternativas, las posibilidades que tenemos a la mano crecen
inmensamente.

COORDINACIÓN DE ACCIONES
Generalmente observamos las acciones de los otros y las
juzgamos desde nuestros valores e interpretaciones, desde
nuestro mapa mental, encontrando un sin fin de

El ser humano como observador 19


incongruencias; con esta visión lo que otros hacen nos puede
parecer ilógico y mal.

Si además de percibir sus acciones, nos fijamos en el


observador que el otro es de la realidad, veremos la
congruencia que tienen sus actos desde su punto de vista. Lo
comprenderemos y sus actos nos harán sentido; ampliaremos
el observador que somos.

Fig. 2.3

Interpretar al otro como un observador diferente de la


realidad, con acciones congruentes a esa visión nos permite
comprenderlo y escuchar sus percepciones y propuestas; no
implica que estemos totalmente de acuerdo con él, sino la
posibilidad de complementarnos y trabajar en equipo.
Observar y aceptar al otro como observador diferente es la
clave para poder tener empatía, saber cómo hablarle de tal
forma que nos escuche de la manera como queremos ser
escuchados.

El ser humano como observador 20


Entender el observador que es el otro nos permite
coordinar acciones en forma más eficiente.

Fig. 2.4

Frecuentemente el resultado que obtenemos de nuestras


acciones se encuentra influido por las acciones de otro. Si nos
desagradan las consecuencias, posiblemente nos enfoquemos
en culparlo, insistiendo en que sus acciones son las que
produjeron los malos resultados. Al hacer esto perdemos el
poder de hacer algo al respecto, incurriendo en trampas tales
como frustrarnos al tratar de cambiar al otro, invadirnos de
resentimiento y dejar en manos de alguien más la
responsabilidad y posibilidad de mejora .
Para coordinar acciones con los demás nos ayuda:
 Entender y aceptar que el otro es un observador diferente y
por lo tanto tiene distinto punto de vista
 Respetar al otro como alguien tan digno como nosotros

El ser humano como observador 21


 Comprender que sus acciones son coherentes con el
observador que es, y buscan lo mejor desde su mapa de
referencia
 Aceptar que al otro no lo podemos cambiar
 Aceptar que lo que pasó ya es historia, lo único que está
en nuestras manos es aprender de ello
 Tomar responsabilidad de nuestras acciones
 Hablar con él o ella de forma que nos escuche como
queremos ser escuchados, es decir, desde su mapa de
referencia
 Ponernos “en sus zapatos”. Desde su posición percibir lo
que él ve, escucha y siente, para así llegar a
comprenderlo, aún y cuando no compartamos lo que hace
y piensa.

Ejercitar situarnos en diferentes puntos de vista, nos lleva a


desarrollar la flexibilidad necesaria para compartir y nutrirnos
de todo cuanto pase a nuestro lado.

El ser humano como observador 22


2.4 MEJORANDO EL OBSERVADOR EN FORMA
SISTÉMICA

Fig. 2.5

El resultado de nuestras acciones depende de:


 Las acciones propias
 Las acciones de los demás
 El sistema en que estamos inmersos

Las comunidades y organizaciones forman sistemas que


funcionan como unidades con maneras particulares de
observar la realidad y atender sus necesidades.

El ser humano como observador 23


Cuando estamos inmersos en un problema es muy fácil
perder visión de que el resultado que deseamos no sólo
depende de nosotros, sino también de los demás o del medio
ambiente. Con frecuencia nos damos cuenta que nos
aferramos a ver la dinámica como un simple causa-efecto,
proviniendo la “causa” sólo de alguna de las partes.

Para ayudarnos a observar en forma sistémica John


Grinder y Richard Bandler proponenl ver la situación desde
tres posiciones. Las identifican como posición 1, 2 y 3; aquí las
llamaremos observador 1, 2 y 3.

El observador 1 percibe el mundo solamente desde su


propio punto de vista. Usa su experiencia y su propio mapa
mental de la situación. Es la posición que más utilizamos por
ser la nuestra en forma natural.

Comoobservador 2 podemos considerar cómo se


percibiría la situación desde el punto de vista de otra persona,
a través de su mentalidad, experiencia y fisiología. Para poder
tener empatía y relacionarse exitosamente con el otro, es
necesario percibir la situación “desde los ojos del otro”.

Ponerse en sus zapatos ayuda a entenderlo y hablarle de


manera que nos pueda escuchar como queremos ser
comprendidos. Es un camino fácil para dialogar y negociar
desde el ganar-ganar.

Desde el observador 3 se puede tener la experiencia de


ver la situación desde el punto de vista de una persona ajena
a la relación. Es una posición distinta a las otras dos.

El ser humano como observador 24


Hemos tratado la posición del observador 1 al analizar
qué nos hace ser el observador que somos, y el 2 en el
apartado de Coordinación de Acciones. Analicemos el 3.

La tercera posición ó posición de observador 3 es aquella


que tomamos desde fuera de la situación, como si fuésemos
un espectador externo de lo que nos acontece. No tomamos
parte de ninguna situación personal de la gente involucrada
en el evento, sino que nos vamos a un lugar fuera de él,
como “ver los toros desde la barrera”.

Es la posición que requerimos cuando contratamos


alguien que nos ayude a percibir aquello que desde nuestro
lugar no podemos ver.

El observador 3 es capaz de ver los recursos y limitantes


de los observadores 1 y 2, además del medio ambiente que
los rodea.

El observador 3 tiene claridad en ver en dónde están


atorados, darse cuenta de recursos de los que no se han
percatado, apunta a nuevos alcances y alternativas de
acción. También le es posible tener una emocionalidad más
tranquila con la cual analizar y discernir.

En posición 3 entendemos más claramente las diferencias


y semejanzas de los observadores 1 y 2, y las maneras de
relacionarse con más efectividad.

Decimos que el observador 3 no pertenece al sistema que


tiene el problema y por lo tanto no está inmerso en sus
emociones; es objetivo, intuitivo, está libre de presiones y le
gusta explorar (no tiene riesgos), puede pensar y decir lo que

El ser humano como observador 25


no le es posible a los observadores 1 y 2. Desde esta
posición tiene claridad y pueden observar tanto los detalles
como la totalidad de la situación.

Carl Sagan apunta a la importancia del la posición del


observador 3 al decir que hasta en los sueños tenemos la
sensación de que una parte de nosotros permanece
observando la escena plácidamente, de que con frecuencia
hay en el trasfondo del sueño una especie de observador.1

Al analizar las relaciones interpersonales podemos


darnos cuenta que algunos sólo asumen la primera posición y
únicamente toman en cuenta sus propios valores. Otros
toman principalmente la segunda posición preocupándose
demasiado por respetar los juicios y valores de los demás.
Un tercer grupo da mayor importancia al contexto o situación,
como observadores desde fuera.

Para manejar bien las situaciones en las que nos


encontramos es de mucha ayuda situarnos en las diferentes
posiciones de observador. Las tres son importantes, hay que
saber pasar de una a otra con soltura. Si nos aferramos a
sólo ser observador 1 nos convertimos en egoístas y
solitarios; al sólo situamos como observador 2 vivimos para
el otro y desde el otro; si habitualmente estamos en posición
de observador 3 dejamos de vivir la vida, no nos
comprometemos.

Todos pasamos en forma natural por las tres posiciones,


mas si ejercitamos hacerlo en forma deliberada,

1
Carl Sagan, Los Dragones del Edén. pág. 213.

El ser humano como observador 26


especialmente en momentos difíciles, podemos expandir el
observador que somos de la realidad y tendremos a nuestro
alcance muchos más recursos para hacerle frente.

El ser humano como observador 27


2.5 EL OBSERVADOR Y LA VERDAD2
Los seres humanos por siglos nos hemos empeñado en
encontrar la verdad de cómo son las cosas. ¿Qué nos lleva a
encontrar la verdad? Dos factores nos influyen principalmente:

A. En la tradición occidental en que vivimos, cuyos orígenes


los encontramos en los griegos, nos fascina definir conceptos.
Los filósofos, primero Sócrates y su discípulo Platón, luego
Aristóteles, nos llevaron del hablar más de lo que quieren
decir las características del ser humano, que entender a la
persona; Empezaron a definir qué es la libertad, la creatividad,
la sabiduría, en lugar de lo que significa un hombre libre,
creativo o sabio.

Del comprender la vida del hombre se llegó a tratar de


encontrar qué lo constituye. De esta manera se quería
descubrir quién o cómo es cada persona, creyendo que cada
individuo posee una manera de ser permanente e inmutable.

B. La seguridad que nos brinda encontrarnos en la verdad,


sentir que estamos actuando bien.
Si creemos que una pregunta posee sólo una respuesta, al
contestarnos algo tenemos la sensación de tener la verdad y
eso nos da seguridad. Si por el contrario, pensamos que una
pregunta tiene infinidad de respuestas, lo importante no es la
verdad sino la posibilidad de acción que cada una nos brinda
para tratar la situación. La certeza no es sino la emoción de
que tenemos la verdad.

2
Ver Rafael Echeverría

El ser humano como observador 28


Muchos problemas de nuestra vida podrían tener su origen
en el hecho de suponer que sabemos la verdad, ya que por
ende, si el otro piensa diferente, está equivocado. A veces
terminamos en discusiones sin fin, frustrados y distanciados.
No nos damos cuenta de que a veces lo que observamos
como realidad, es sólo lo que podemos percibir de ella; es
decir, no tenemos acceso objetivo y total de la verdad sino sólo
a una parte de ella.

Actitudes hacia la verdad y la acción que conlleva


Al enfrentarnos al mundo que nos rodea, observamos hechos
y los interpretamos. Podemos creer que sabemos cómo son
las cosas y no darnos cuenta que siempre están matizados
con nuestra interpretación.

Es posible, sin embargo, tener diferentes actitudes hacia la


verdad. En forma general observamos dos maneras polares
de verla: “Lo que percibo es la verdad”, en otras palabras yo
tengo la verdad, o bien, “cada quien observa una parte de la
verdad”, o tu punto de vista es tan parcial como el mío.

El ser humano como observador 29


Fig. 2.6

Cuando pensamos que poseemos la verdad, nuestra


actitud hacia el otro es tratar de imponer nuestro punto de
vista, hacer que crea en mi verdad. Si aseguramos tener la
verdad, demandamos obediencia y sumisión.

En cambio, cuando pensamos que cada quien observa una


parte de la realidad, la actitud hacia el otro es compartir
nuestro punto de vista y aprender del suyo. En otras palabras,
complementarnos y crecer mutuamente, dentro del respeto. Si
no sabemos cómo son las cosas, no tiene caso aferrarnos a
nuestro punto de vista como si fuera la realidad.

Por otro lado, negar que podemos conocer la verdad no


implica que no exista, simplemente apunta a darnos cuenta
que no sabemos cómo es. Decir que algo es verdadero sólo
equivale a sostener que es coherente con otras propuestas
que aceptamos como válidas.

El ser humano como observador 30


Esta visión de la verdad nos ayuda a poner nuestra
atención en el observador, no en la “verdad” de lo observado.

El ser humano como observador 31


2.6 RESPETO POR EL OTRO OBSERVADOR
Se habla de que toda relación humana debe estar basada en
el respeto, pero ¿Qué específicamente entendemos por
respeto?

Para que exista respeto es necesario:

Creer que todos somos iguales en dignidad.


Por ser seres humanos todos valemos lo mismo. No
importaquiénes somos, a qué nos dedicamos, de dónde
venimos, cuánto tenemos.

Como seres humanos todos tenemos la misma dignidad.


Podemos vernos a los ojos cara a cara sin tener que sentir que
uno está por arriba del otro. Si alguien percibe a otro hacia
abajo, le está quitando dignidad. Si lo ve hacia arriba se está
quitando a sí mismo dignidad.

Reconocemos que en ciertos ámbitos uno sabe, tiene o


puede más que otro, pero simplemente no vale más que el otro
sólo por ello.

Aceptar que somos individuos diferentes y por lo tanto


observadores distintos de la realidad.
Las experiencias, creencias y juicios de cada persona
determinan cómo vemos la realidad. Al comprender que
percibimos el mundo desde distintos puntos, es posible
maravillarnos de lo que el otro puede observar, a diferencia de
lo que desde nuestro punto de vista es posible ver. Podemos
nutrirnos uno del otro y aceptar que el punto de vista del otro
es tan legítimo y real desde donde él lo observa, como el
propio desde nuestra posición.

El ser humano como observador 32


2.7 MAPAS MENTALES

“Si no cambiamos nuestros modelos mentales, no seremos


capaces de resolver los problemas que hemos creado con
esos mismos modelos mentales”.
Albert Einstein

Hemos dicho que somos observadores diferentes del mundo y


las circunstancias. No podemos conocer la realidad en su
totalidad debido a que estamos limitados, entre otras cosas,
por nuestra historia, conocimientos, valores, emociones y
creencias. Percibimos la realidad y la interpretamos de manera
que sea congruente con nuestras experiencias previas y los
patrones aprendidos. La relacionamos con lo conocido de
manera que la podamos entender; de esta manera creamos
modelos o mapas mentales de la realidad.

Cada persona tiene sus mapas personales de lo que está


sucediendo, y son válidos en la medida que le sirven para
hacerse cargo de su vida. Tenemos que recordar, sin
embargo, que “El mapa no es el territorio”, como dice John
Grinder. Las personas no respondemos a la realidad, sino a
las percepciones que tenemos de ella. Lo hacemos de acuerdo
al observador que somos.

Cuando observamos las acciones de otras personas, o los


rumbos que toma una organización, generamos un sin fin de
juicios acerca de éstos; desde nuestro punto de vista las
podemos encontrar incongruentes con la situación si las
juzgamos sólo desde el observador que somos y nuestros
marcos de referencia. Sin embargo, si queremos mejorar

El ser humano como observador 33


nuestra percepción, ayuda el asomarnos al observador que es
el otro del mundo, y desde sus mapas e interpretaciones
juzgar sus acciones. Así entenderíamos mejor su proceder y
lógica, nos sería posible relacionarnos mejor con esa persona.

El mapa no es el territorio. Los mapas son limitados y sin


embargo nos ayudan en nuestro camino por la vida. Para
entenderlos mejor y desde ahí mejorarlos veamos sus
características:

Ayudan a darle sentido al mundo


Los mapas o interpretaciones las hacemos tomando lo que
percibimos y relacionándolo con nuestra experiencia. Es la
forma como le vamos dando un sentido al mundo cambiante
en el que vivimos. Sin los mapas, no nos servirían de mucho
las nuevas vivencias, como no lo es ver una película de ciencia
ficción donde todo sea tan alejado de nuestro mundo conocido
que nos sentimos perdidos.

Son necesariamente incompletos


Un mapa geográfico o de densidad de población de un país
nos ayuda a entender mucho, pero no nos dice todo lo que el
país es. De la misma manera el mapa personal que tenemos
de una situación, es sólo la explicación de la realidad desde
nuestro punto de vista.

Un organigrama es un ejemplo de un mapa, nos muestra la


estructura administrativa de una organización, sus líneas
formales de mando o de responsabilidad, mas no muestra todo
lo que la organización es.

Determinan lo que percibimos y lo que no percibimos.

El ser humano como observador 34


Cada uno poseemos un mapa mental desde el cual
observamos. Las distinciones que tenemos permiten generar
interpretaciones diferentes, y cada una se basa en sólo ciertas
distinciones; de aquí que cada mapa o modelo determina lo
que vemos y lo que no vemos.

Por ejemplo, el análisis de los síntomas de una enfermedad


en una persona es diferente si la hace un médico general, un
especialista en la parte afectada, un curandero o un ama de
casa. Si existe un problema general en una empresa será
interpretado diferente por el dueño, el director de producción,
el de recursos humanos o por un proveedor.

Cada interpretación de algo, permite ver parte de ese algo


y no otras cosas.

Reflejan el observador que somos


Dado que nuestras interpretaciones dependen de lo que
percibimos en este momento, más lo que ya hemos elaborado,
no hay mapa que no esté conectado con el ser que somos.

Por ejemplo, cada vez que leemos un libro, en él vemos


plasmado, en forma implícita, el modelo desde el cual percibe
el autor el ámbito que atiende. Cada escrito habla del ser que
lo escribió, además de la circunstancia tratada.

Cuando damos nuestro punto de vista de una situación


mostramos el observador que somos a través de las
interpretaciones reveladas en nuestro hablar, reflejan así
nuestras preferencias y prejuicios.

Llevan a la acción

El ser humano como observador 35


Los mapas nos orientan en el mundo y por lo tanto nos dan
pistas hacia dónde ir.

Están conectados con la emocionalidad


Ante una situación, es diferente lo que percibimos si estamos
optimistas, decaídos, reflexivos o resentidos. Los mapas
mentales tienen una carga afectiva, es decir, cada mapa que
tenemos habla de la emocionalidad que el observador tiene
ante aquello de lo que se trata. Los mapas los construimos con
percepciones, experiencias, interpretaciones y emociones
ancladas al tema o personas relacionadas.

Están en constante cambio


Mientras sigamos viviendo, continuamos experimentando
situaciones nuevas. Cada una de ellas va modificando el mapa
que tenemos de la realidad. A veces nos sorprende lo que una
persona opina de una situación; si es muy diferente a lo que
dijo hace tiempo, quizá no nos damos cuenta que su mapa
mental ha cambiado.

Con el avance tecnológico, la comunicación virtual y la


globalización de los negocios, el mapa que tenemos de las
organizaciones y de cómo operan está en transformación
continua.

Cuando se tiene un conflicto con la realidad porque el


mapa mental no concuerda con ella, es necesario cambiar el
mapa.

Ejercen una atracción poderosa


Nuestro mapa mental nos ha ayudado a actuar en el mundo
con cierta seguridad y diversos resultados. Al enfrentamos
ante un nuevo modelo, por más valioso que parezca ser, es

El ser humano como observador 36


difícil para nosotros dejar el anterior. A veces, aprender algo
requiere desaprender otra cosa; para utilizar un mapa nuevo
es preciso dejar el viejo, y esto genera resistencia.

Existe un gran peligro en aferrarnos a mapas que nos han


dado éxito. Muchos empresarios y directivos exitosos desean
mantener su forma de dirigir y administrar aún y cuando se dan
cuenta de cambios en el ambiente. Una cosa es percibir la
atracción a la seguridad anterior, otra el aferrarse a ella. Si no
soltamos o cuestionamos nuestros mapas estamos destinados
a fracasar en el mundo de desarrollo acelerado en el que
vivimos.

Recordemos que el observador que somos delimita la forma


como actuamos, y lo hacemos dependiendo del mapa que
tengamos para guiarnos. Por ejemplo, si interpretamos que en
un momento dado existe riesgo, actuaremos con precaución,
no haciéndolo así al sentimos seguros; si creemos que el
poder corrompe, actuaremos de manera que no llegaremos a
tenerlo; si pensamos que nuestro jefe no quiere nuestro
beneficio sino exprimirnos para él quedar bien, actuaremos de
forma que no tendremos óptimos resultados.

Los mapas mentales que tenemos determinan el


observador que somos de la situación, y el observador que
somos influye en los cambios que hacemos a nuestros mapas
mentales.

Podemos mejorar el observador que somos al


preguntarnos de qué otras maneras, además de la que
espontáneamente surgen, es posible interpretar lo que
estamos viviendo. Cada interpretación permitirá percibir la

El ser humano como observador 37


situación desde otro ángulo y quizá responder a él en diferente
forma.

El ser humano como observador 38


CAPÍTULO III
EL SER HUMANO
“Entender al ser humano es poder observar sus partes en relación
con el todo.”
Carmen Duhne

3.1 EL SER HUMANO


Los humanos tenemos una forma de ser en común, diferente
de los animales y plantas. Tenemos una manera propia de
proceder ante el mundo. Desde la antigüedad el hombre se ha
preguntado qué es lo que nos distingue de las otras especies.

Son muchas las interpretaciones que las diferentes


culturas hacen de lo que nos constituye como seres
humanos. Cada creencia permite entendernos y actuar de
determinada manera, dándole un sentido diferente a la vida.

El ser humano 40
3.2 DIMENSIONES DEL SER HUMANO
Para nosotros, los autores de este libro, el ser humano es una
unidad con cuatro dimensiones principales íntimamente
ligadas y en congruencia: somos seres corporales, lingüísticos,
emocionales y con trascendencia. Cada una afecta a las
demás, si cambiamos en una dimensión las otras cambian en
consecuencia; así se produce el desarrollo de nuestro ser.

Fig. 3.1

Creemos que la mente está estrechamente relacionada con


el cuerpo. En las investigaciones del cerebro existe evidencia
que apunta a la relación de los fenómenos biológicos y
mentales.

El biólogo Erns Mayr en su libro “Animal Species and


Evolution” escribe: la locomoción bipedal, especialmente en

El ser humano 41
sus etapas primarias debió haber sido ineficiente para un
mamífero cuadrúpedo. Su mayor ventaja selectiva fue el que le
dejara los brazos libres para manipular herramientas, tomar
armas (palos y piedras) y cargar comida. Es posible que el
principio de la humanidad haya empezado con el
bipedalismo...

Luego habla de lo que considera más distintivo del ser


humano: La capacidad del habla es la característica distintiva
del humano, y es muy posible que sea la invención clave que
engatilló el eslabón hacia la humanidad. Permitió la estructura
comunitaria y permitió al hombre ser un organismo social. Esto
desarrolló una necesidad para promover mecanismos sociales,
derechos comunales, mitos, creencias y religiones primitivas.
Esta cadena de desarrollos incluían un número de
mecanismos de retroalimentación; de esta manera, cada
adelanto presionaba una selección en favor de un desarrollo
del cerebro cada vez mayor.

Entendiendo la capacidad del habla como capacidad


biológica, se llega a una interpretación nueva del ser humano. 3
El lenguaje nos permite explicar el desarrollo del fenómeno
mental. La capacidad de razonar puede ser trazada en el
proceso de la evolución; el desarrollo del razonamiento va
ligado al desarrollo de lenguaje.

De aquí se concluye que el ser humano es un ser


lingüístico. El lenguaje es un aspecto para entender el
fenómeno humano.

3
Rafael Echeverría, Ontología del Lenguaje.

El ser humano 42
Por otro lado, las emociones que sentimos son mucho más
variadas y complejas que las que muestra cualquier animal. No
solamente están ligadas a la supervivencia y reacción a los
fenómenos físicos que nos rodean, sino que dependen de los
juicios e interpretaciones que tengamos de la situación
experimentada.

Vivir en la paz, el resentimiento o la resignación sólo se da


en el ser humano. Aprender a manejar adecuadamente las
emociones tiene que ver con el crecimiento personal. Es
preciso entonces, entender al hombre como ser emocional.

Decimos que la persona vive en un mundo lingüístico, es


emocional y esto afecta su biología y se refleja en su
corporalidad. Para entender qué somos, es necesario también
estudiar la corporalidad del hombre, y su relación con el
lenguaje y la emociones.

Además de esto, reconocemos en el ser humano algo más


que no siempre podemos identificar, aunque todos, en mayor o
menor medida, lo percibimos. Algunas personas le llaman
alma, otras espíritu, otras sentido de trascendencia, o
simplemente el Ser. Nosotros decimos que el ser humano
tiene una dimensión trascendental. Es aquello que nos lleva
más allá de la realidad que experimentamos y que tiene que
ver con nuestra intimidad y la relación de ésta con algo más
grande y potente, con nuestro principio y fin.

Desde estos puntos de vista es que examinaremos nuestro


ser más adelante.

Relación entre las diferentes dimensiones

El ser humano 43
Cuando recibimos una noticia agradable, nos alegramos,
reímos, brincamos, nos relajamos. Por el contrario, en caso de
que la noticia sea acerca de una pérdida valiosa, nos
entristecemos, decaemos, nuestro cuerpo está flácido y lacio.

Si nos encontramos tranquilos en una fiesta y empezamos


a bailar, especialmente si la música es alegre, pronto nuestra
emocionalidad irá cambiando acorde al son. Lo que opinamos
de la fiesta será cada vez más positivo.

La emocionalidad, el lenguaje, nuestra corporalidad y


nuestro sentido de trascendencia están íntimamente ligados; el
cambio en uno afecta al otro y viceversa. Los juicios que
tenemos de nosotros mismos, de los demás y de lo que es
posible hacer, afectan los estados de ánimo en los que
vivimos. Hacen que tengamos ciertas posiciones corporales y
determinada manera de caminar, así como afectan el sentido
que tengamos de la vida.

Entrar en una emoción determinada afecta lo que vemos


posible en nuestra vida y provoca que asumamos cierta
posición corporal. Y a la vez, tomar ciertas posiciones
ymovimientos corporales propicia entrar en un estado de
ánimo determinado y ayuda a que tengamos ciertos juicios y
narrativas acerca del mundo en el vivimos.

El ser humano 44
3.3 NUESTRA MANERA INDIVIDUAL DE SER

Los seres humanos tenemos mucho en común y al mismo


tiempo, cada persona es un individuo particular.

Son muchos los factores que nos hacen únicos. Podemos,


sin embargo, apuntar a seis grandes bloques:

Fig. 3.2

A. Las experiencias
Todos vivimos un sin fin de experiencias. Trabajamos,
estudiamos, nos relacionamos. Y cada momento se queda
grabado, así que en el futuro percibimos y reaccionamos en
gran medida de manera coherente con nuestras experiencias.
Cada experiencia va moldeando nuestro ser.

El ser humano 45
Veamos un ejemplo: Un campesino mexicano del pequeño
poblado de Nochistán, Zacatecas, a los 15 años de edad, se
va a trabajar con unos amigos a la ciudad de Los Ángeles,
California. Radica ahí por cinco años, al cabo de los cuales
decide regresar a su pueblo natal, dado que extraña mucho a
su gente. Al llegar a su casa se da cuenta que ya no se siente
en ella como solía hacerlo. No se puede relacionar con su
familia y amistades como antes, no se siente igual trabajando
en lo que hacía. Hay cosas que le incomodan, todos le dicen
que ha cambiado, ya no es el mismo. Ha dejado de ser el
campesino mexicano que era, pero tampoco es un
norteamericano. Puede adaptase y vivir feliz en un lado o en
otro, pero lo que experimentó en esos cinco años ha hecho de
sí un hombre diferente.

Cada experiencia que vivimos modifica el ser que somos.

B. Las emociones
Las emociones son estados en los que nos encontramos que
afectan nuestro pensamiento y corporalidad. Están
íntimamente ligados a lo que nos rodea y al cómo percibimos
el mundo; lo que nos acontece afecta nuestras emociones y
éstas afectan el cómo percibimos lo que nos rodea.

Una misma experiencia puede ser vivida en diferentes


emociones. Por ejemplo, un cambio de trabajo puede ser un
gran reto y traer consigo entusiasmo, o tomarlo como una
pérdida y sentir tristeza.

El ser humano 46
Los seres humanos experimentamos un sin fin de
emociones; sin embargo, cada persona vive más en unos
estados de ánimo que otros.

Lo que experimentamos lo hacemos en determinada


emoción y gota a gota estas experiencias nos van moldeando,
predisponiéndonos a vivir más unas emociones que otras. Y
como percibimos el mundo en forma diferente dependiendo de
la emocionalidad en la que nos encontramos, nos convertimos
en determinados seres y observadores.

Las emociones que vivimos van matizando el ser y el


observador que somos.

C. Las creencias
Lo que creemos influye en una medida u otra a formar quienes
somos, por ejemplo, intervienen:

1. - Los juicios que tenemos de nosotros mismos y de los


demás.
Si nos creemos puntuales, llegaremos a tiempo a las citas.
Si pensamos que determinada persona trabaja bien en
equipo, nos llevaremos mejor con ella.

2. Lo que creemos posible


Si creemos que podemos dirigir un proyecto determinado, lo
más probable es que lo saquemos adelante; si pensamos que
nuestra organización puede lograr determinada meta, será
más fácil conseguirla.

El ser humano 47
3. Las creencias populares en las que vivimos
La sociedad y las organizaciones en las que vivimos tienen
muchas creencias, algunas de las cuales las hacemos
propias, no necesariamente en forma consciente. Las
encontramos, en frases comunes y dichos populares como
por ejemplo: “el que quiere calidad debe pagar más” “hay que
tener mano dura para administrar”, “no se puede contradecir
al jefe”; por el otro lado hay quien cree que “la gente es
irresponsable”, “no se puede confiar en nadie”. Cualquiera de
estas convicciones nos lleva a ser de determinada manera.

Las creencias cambian con el momento histórico en que


nos encontramos, de manera que, por ejemplo, lo que se
creía ser una buena madre hace un siglo, es bastante
diferente en estos tiempos. No es lo mismo hacer negocios en
la Edad Media que en el siglo XXI.

Las creencias no son triviales; abren o cierran


determinadas posibilidades en la vida, habilitan o inhiben
ciertos cursos de acción.

Vivimos generando un sentido a nuestra vida, siempre


interpretando el ser que somos y cómo es el mundo que nos
rodea. Nuestra identidad está asociada a la capacidad de
generar sentido a través de creencias.

No es necesario rebatir o desbaratar las interpretaciones


de otros. No tiene caso discutir el que sean verdaderas o
falsas, simplemente abren o cierran diferentes posibilidades
para los seres humanos.

4. La fe

El ser humano 48
Lo que creemos sin tener pruebas, tanto desde el punto de
vista social como religioso, determina el ser que somos y las
acciones desde las cuales podemos actuar.

D. Los valores
Lo que tiene importancia para nosotros afecta el ser que
somos. Cada valor que tenemos nos moldea. No es lo mismo
una persona que valora el orden, que una que no lo hace. Si a
una persona le importa mucho el desarrollo humano y a otra
no, es imposible que se comporten igual.

Los valores se dan en grados y con estándares. Ante dos


personas que valoran la puntualidad, para uno ser puntual es
llegar justamente a tiempo, para otra con un rango de diez
minutos.

También tenemos que atender a las interpretaciones que


tenemos de qué significa el tener tal o cual valor. Para uno
valorar a su familia es mantenerla, para otro puede ser convivir
todo el fin de semana con ella.

Nuestros valores afectan quien somos y lo que creemos


que debemos hacer o no hacer.

E. Patrones de conducta
A través de nuestra vida vamos adquiriendo maneras
específicas de comportarnos para hacernos cargo de nuestras
necesidades. Estos comportamientos forman patrones de
conducta, algunos conscientes, otros no.

El ser humano 49
F. El físico
Cada uno tenemos un físico determinado. Poseemos
características propias, además de estar sanos o enfermos.
Imaginemos, por ejemplo que medimos 15 centímetros más de
altura. No solamente seríamos más altos, sino personas
diferentes, y la gente no nos trataría de la misma manera; o si
tuviéramos los ojos de otro color, la voz más ronca o aguda,
nos faltara un miembro, o la piel fuera de otro tono. Cada
característica física que poseemos conforma el ser que somos.

Nuestra postura al caminar, movernos y observar tiene que


ver con quien somos y el alcance de nuestras acciones.
Cuando vamos a negociar con alguien, por ejemplo, la
impresión que da nuestra presencia (corporalidad y
vestimenta) dice mucho de cómo seremos escuchados.

El ser humano 50
3.4 APRENDEMOS A SER QUIEN SOMOS
“La familia, la comunidad y el momento histórico en que vivimos
moldean el ser que somos.”
Carmen Duhne

Aprendemos de las comunidades a las que pertenecemos a


vivir y pensar en la forma en que lo hacemos. Caminar y
respirar son parte natural del ser humano; nadie nos enseña a
hacerlo. La forma de relacionarnos con los demás, por el
contrario, es aprendido; lo hacemos a través de interactuar con
la gente que nos rodea. La manera como nos desenvolvemos
en la vida no es sólo generada por el individuo sino que
pertenece a la sociedad en la que nacemos y vivimos. Ella nos
introduce a interpretaciones, creencias y maneras de
relacionarnos con los demás.

Pensamos que la historia resulta de las acciones de los


individuos, pero no siempre pensamos que los individuos son
resultado de la historia. Lo notamos al observar cómo varias
personas descubren algo al mismo tiempo, o cómo muchos
artistas de la Edad Media hicieron cosas similares. Asumimos
que cada artista es una persona individual pero en realidad les
fueron dados muchos lineamientos de qué podían pintar y con
qué medios.

Aunque tenían libertad, sus acciones frecuentemente eran


determinadas por la comunidad. Lo mismo pasa en nuestras
sociedades. La comunidad influye fuertemente en cómo
debemos actuar, cómo comportarnos en familia, cómo se
hacen negocios. Creemos que el individuo es el que elige, sin
darnos cuenta de que también copiamos lo que la sociedad
nos impone. Por otro lado observamos que existen

El ser humano 51
comunidades dentro de cada comunidad mayor; encontramos
las comunidades de empresarios, comerciantes, católicos,
educadores, etc. Para que una comunidad acepte a un
individuo como miembro, éste tiene que respetar las reglas
generales y jugar los roles esperados, además de aprender a
hablar el lenguaje de ese grupo. Si algún miembro no se
relaciona como es esperado, los otros lo sacan del grupo o el
individuo decide salirse de esa comunidad.

La sociedad también nos brinda interpretaciones de cómo


son las cosas. Dado que los que componemos nuestra
comunidad tenemos las mismas creencias generales de la
vida, muchas veces damos por obvio que se tratan de la
verdad de lo que son las cosas; pocos ponen en duda lo
fundamental que constituye su cultura. Si observamos
diferentes ideas o acciones en otra comunidad, podemos
pensar que ellos son los que están mal o no saben cómo son
las cosas.

A veces creemos que por ser humanos somos de


determinada manera, cuando en realidad somos así porque la
cultura nos moldeó de esa forma.

Por otro lado, cada individuo es un fenómeno social al


mismo tiempo de ser un individuo único. Aún entre hermanos
vemos mucha diferencia; nacemos con diferentes genes
además que la educación que los padres nos dan es distinta;
al segundo hijo se le trata diferente que al primero. Si nuestra
familia es cristiana, las ideas y patrones de conducta serán
diferentes que si no tenemos religión. A esto le agregamos la
libertad que tenemos de enfrentar la vida a nuestra manera.
Juntos, la sociedad y el individuo hacemos la persona que
somos.

El ser humano 52
Vamos cambiando el ser que somos
Los seres humanos, al mismo tiempo que conservamos la
esencia de nuestro ser, estamos en continuo cambio. No
somos ahora la persona que éramos hace cinco años; hemos
modificado pensamientos, interpretaciones, hábitos,
capacidades, etc. En el futuro seremos diferentes a como
somos hoy; nos guste o no, continuamos transformándonos.

Podemos decidir hacia dónde cambiar


Influyen en nuestro cambio un sin fin de factores, algunos
externos, otros internos. Ortega y Gaset dijo: “Yo soy yo y mis
circunstancias”, nosotros agregamos: “y mis circunstancias no
son iguales sin mi”. Es decir que, si bien es cierto que no
podemos ser totalmente inmunes a lo que pasa a nuestro
rededor, tampoco somos sólo el resultado de la sociedad o
herencia, además de que influimos en el mundo que nos
rodea.

La vida es un espacio en el que los individuos nos


inventamos a nosotros mismos. Nacemos dotados de la
capacidad de decidir cómo deseamos ser, podemos jugar un
papel activo en el diseño del tipo de ser en que nos queremos
convertir.

Tenemos a nuestro alcance libertad de pensamiento y


acción, posibilidad de cambiar interpretaciones que hemos
aprendido, manera de vivir en los estados de ánimo que
queramos. Podemos diseñar la persona que deseamos ser e
influenciar en el medio que nos rodea.

El ser humano 53
CAPÍTULO IV
EL SER HUMANO COMO SER LINGÜÍSTICO4
“Inútil el hablar de quien sólo escucha sus propias palabras, o
continuamente se oye a sí mismo en las palabras de otros.”
Goethe

4.1 EL SER LINGÜÍSTICO


Hemos hablado de las dimensiones del ser humano:
Lingüístico, Emocional, Corporal y Trascendente. En este
capítulo hablaremos del ser Humano como ser lingüístico.

Los hombres somos, en parte, un producto de nuestra


capacidad de manejo del lenguaje. Sólo mediante la
comunicación es que coordinamos acciones, nos
comprometemos, planeamos el futuro. El lenguaje no sólo nos
permite hablar, sino reflexionar.

Esta capacidad que permite el lenguaje es la base para el


proceso mental. Pensamos mediante el lenguaje, siempre
pensamos en un idioma. Lo notamos si hablamos varias
lenguas; para hablar bien inglés, tenemos que pensar en
inglés.

Este capítulo está basado en parte en la propuesta de Rafael Echeverría


.yFernando Flores.

El ser humano como ser lingüístico 55


Reflexionamos gracias al lenguaje. La palabra reflexión la
tomamos de la óptica, donde quiere decir “efecto de espejo”.
Nos permite observarnos a nosotros mismos y nuestras
acciones, nos ayuda a aprender de nuestra historia.

Reflexionamos porque somos seres lingüísticos y con


memoria. Basados en ésta posibilidad del lenguaje, no sólo
meditamos en las acciones que hicimos, sino en las acciones
que podaríamos hacer; el lenguaje nos conecta con el pasado
y el futuro. Nos permite relacionar una experiencia con otra,
como un flujo de acciones y eventos independientes, con
continuidad en el tiempo.

El lenguaje en la sociedad y la cultura


El lenguaje no es un fenómeno individual, sino social. No hubo
una persona que inventó el lenguaje, éste surgió en el proceso
de la interacción social. Llegamos a ser quienes somos
basados en el lenguaje dentro del cual crecimos.

Cada lenguaje nos permite relacionarnos en forma


particular. No sólo hablamos español, inglés, francés, etc.
Hablar un idioma no garantiza que entendemos la cultura de la
gente que lo habla. Por ejemplo, la palabra presidente tiene
significados diferentes en España, Ecuador, Costa Rica o
México, porque sus poderes son un poco diferentes.

Mediante el lenguaje aprendemos a relacionarnos con otras


personas. Nos enseñan formas específicas de tratarnos en
familia, de tomar roles en el trabajo, etc. Nuestra concepción
de quién somos, los valores que tenemos y nuestra autoestima
se desarrollan en el lenguaje.

El ser humano como ser lingüístico 56


Nuestras relaciones interpersonales las formamos
mediante las conversaciones que tenemos. Las
conversaciones y las relaciones son una misma cosa, una
forma a la otra. Para entender qué tipo de relación tienen dos
personas, basta escuchar su conversación. Por ejemplo
fácilmente podemos percibir si una conversación es entre jefe
– colaborador, entre compañeros o entre gente de diferentes
departamentos.

Observar cómo es que usamos nuestro lenguaje nos


permite ver cómo somos.

El ser humano como ser lingüístico 57


4.2 EL LENGUAJE

Tradicionalmente se ha considerado el lenguaje como una


herramienta para transmitir conocimientos o describir cómo
son las cosas, mas esto limita su significado.

En la segunda mitad del siglo XX surge la Filosofía del


Lenguaje, la cual dice que cuando hablamos no sólo
describimos una realidad existente, sino que actuamos. Por
ejemplo, cuando decimos “te felicito”, no estamos describiendo
una felicitación, estamos haciendo una. De esta manera el
lenguaje se vuelve una acción.

La forma en que se concibe el lenguaje ha cambiado; pasó


de ser un acto descriptivo y pasivo, a uno de acción;
interpretándolo así, es una fuerza poderosa que genera
nuevas posibilidades.

La comunicación se entendía como transmisión de


información. Antes se veía el lenguaje como simple
descripción de la realidad, ahora se entiende como generador
de una nueva.

Comprender el lenguaje como la realización de acciones


modificadoras de la realidad nos ayuda no sólo a tener una
comunicación más efectiva sino a crear nuevas situaciones y
generar en nosotros un ser diferente y con más poder de
acción.

Creamos empresas y familias a través del lenguaje, nos


entusiasmamos y sufrimos por lo que conversamos;
modificamos el ser que somos dependiendo del tipo de
diálogos y relaciones que hacemos. El lenguaje va más allá de

El ser humano como ser lingüístico 58


describir lo que pensamos. Cuando hablamos podemos hacer
que las cosas pasen.

Entonces, si queremos mejorar el ser que somos y el


entorno que nos rodea, una de las acciones que debemos
emprender es entender el lenguaje y utilizarlo efectivamente.

Fig. 4.1

El lenguaje es la manera como nos relacionamos entre sí.


Generalmente lo hacemos entre dos personas, una que habla
y otra que escucha. Ambas toman un rol activo, es decir,
realizan acciones que generan nuevas realidades para cada
uno de los participantes y modifican el medio ambiente.
Analicemos cada una.

El ser humano como ser lingüístico 59


4.3 EL ESCUCHAR
La comunicación se compone de dos partes: hablar y
escuchar. La gente por lo general piensa que hablar es la parte
activa de la comunicación y escuchar se da por el sólo hecho
de estar en el lugar y momento adecuado; que si alguien habla
suficientemente claro y alto, el otro escucha como
consecuencia.

Nos damos cuenta de la complejidad del proceso cuando


creemos hablar bien y sentimos que la otra persona no nos
escucha. En realidad escuchar es la parte central de la buena
comunicación. Escuchar es lo que le da sentido al hablar.
Peter Drucker, en su libro Administración de la Organización
no lucrativa, escribe:
“Demasiados ejecutivos piensan que son muy buenos en su
trato con la gente porque hablan bien. No se dan cuenta que
ser bueno en el trato con la gente quiere decir escuchar
bien”.

Mientras nos quedemos con el paradigma tradicional de la


comunicación como transmisión de mensajes no podremos
comprender el escuchar en su totalidad. La buena
comunicación no se puede dar sin una buena escucha.

La visión de la comunicación como transmisión de


comunicación es un modelo tomado de la ingeniería de la
comunicación, es decir, del paso de información entre
máquinas. Por ejemplo, si tengo algo escrito en la
computadora y al mandarlo imprimir obtengo justo lo que veo
en mi pantalla, digo que hay una buena comunicación entre la
computadora y la impresora.

El ser humano como ser lingüístico 60


Con las personas esto no sucede así. Cuando alguien
habla, el otro no sólo oye las palabras y sonidos, le da un
significado de acuerdo al contexto y su experiencia.

Lo que una persona dice no es lo que la otra escucha. Uno


dice lo que dice y el otro escucha lo que percibe e interpreta.
Si lo que se dice no es escuchado en la forma esperada, la
gente genera una serie de juicios acerca de las intenciones y
manera de ser de los otros, produciendo grandes problemas
en las relaciones interpersonales y la productividad de la
Organización.

Por lo tanto, escuchar no es oír. Oír es un fenómeno


biológico, asociado con la capacidad de distinguir sonidos.
Seres que comparten la misma estructura biológica oyen los
mismos sonidos; por ejemplo, algunos sonidos que los perros
perciben, los humanos no lo hacen. Podemos escuchar aún
sin oír. Es posible, por ejemplo, percibir el silencio de una
persona e interpretarlo como una negación a aceptar una
invitación. También percibimos gestos, posturas, movimientos,
etc. Nos damos claramente cuenta de esto al ver una película
muda; entendemos toda la historia sin oír nada.

Al escuchar percibimos e interpretamos. Percibimos con los


5 sentidos, no sólo oímos. Por ejemplo, escuchamos diversos
mensajes al saludarnos de mano, aún y cuando no se diga una
sola palabra; e interpretamos lo que percibimos de acuerdo al
contexto en que se dice, la situación que se esté viviendo, la
experiencia con esa persona, la emocionalidad en la que
estamos, para qué se dice lo que se dice, etc.

En conclusión, lo que se habla no es lo que se escucha,


esto es un hecho. Lo que podemos hacer para mejorar la

El ser humano como ser lingüístico 61


comunicación es distinguir uno y otro y tomar responsabilidad
tanto de nuestra escucha como de nuestro hablar.

El biólogo Humberto Maturana dice: “el hablar no asegura


el escuchar… el fenómeno de comunicación depende no de lo
que es transmitido sino de lo que pasa en la gente que lo
recibe”.

Una cosa es lo que uno dice, otra lo que escucha quien


escucha.

A. QUÉ ESCUCHAMOS
Escuchamos palabras, sonidos, frases, que en forma común le
damos significados. Por ejemplo, es diferente decir “mañana
estaré ocupado” a decir “no me da la gana acompañarte”. Las
palabras utilizadas generan diferentes consecuencias en
nuestra persona y la relación con otras. En este nivel
escuchamos lo que se dice y cómo se dice.

Silencios
Además de escuchar palabras, escuchamos cosas que no se
dicen. Escuchamos de qué temas no se habla, interpretándolo
como ignorancia, desconfianza o bien incapacidad para
mencionar algunas cuestiones. También interpretamos
silencios ante una oferta o petición como negación,
indiferencia o aceptación.

Acciones realizadas al hablar


Escuchamos palabras y también la acción que estas palabras
están realizando. Por ejemplo, si uno dice “¿Quieres discutir
este tema en la junta?” El otro puede interpretar esta acción
como una petición, oferta o promesa.

El ser humano como ser lingüístico 62


Quién es el que habla
La forma particular de ser de cada persona y el estado en que
se encuentra se manifiesta en su forma de hablar. Ésta nos
permite escuchar cómo es el otro, cómo ve el mundo y cómo
se enfrenta el futuro. Por ejemplo, si preguntamos a Verónica
qué va hacer esta noche y nos contesta “me quedaré en casa”,
podemos escuchar “a Verónica no le gusta la fiesta que se
dará hoy,” “está enojada con sus amigas” o “Verónica está
enferma”.

Las conversaciones revelan además el momento y lugar


que está viviendo el que habla. Escuchamos su discurso
histórico y social. Nos damos idea de dónde viene, las
creencias de los diferentes grupos a los que pertenece, el
tiempo que está viviendo.

Estados de ánimo
Percibimos el estado de ánimo de quien habla por el tono de
voz, cómo describe lo que pasa, la corporalidad que tiene, la
velocidad al hablar.

Por otro lado es importante darnos cuenta en qué estado


de ánimo nos encontramos nosotros, dado que dependiendo
de nuestra emocionalidad escuchamos de una u otra forma. La
manera de hablar nos permite escuchar cómo ve el otro el
mundo y cómo se enfrenta al futuro.

Inquietudes, intereses y preocupaciones


Además de escuchar las acciones que alguien hace al hablar,
interpretamos cuáles sus inquietudes o preocupaciones. Por
ejemplo, si le decimos a un cliente ¿podemos continuar
nuestra conversación mañana? Y él dice “está bien”, es

El ser humano como ser lingüístico 63


posible que escuchemos que está interesado en nuestra
propuesta.

Cuando escuchamos algo, generalmente nos


preguntamos para qué nos dijo eso. De qué inquietud se está
haciendo cargo. Dependiendo de cómo respondamos esta
pregunta, interpretamos lo que se dice de forma muy diferente.

Las inquietudes e interpretaciones que hacemos son


elementos importantes de considerar, dado que tienen
influencia en las acciones que tomamos. Sin embargo, no
excluyen la posibilidad de que un observador diferente pueda
discrepar completamente en su interpretación de las
inquietudes que nos mueven a decir lo que decimos.

Estas distinciones nos llevan a poner énfasis no en lo


que se dijo, sino en qué fue lo que se escuchó. Una cosa es lo
que se dice y otra lo que se escucha.

B. QUÉ PROVOCA QUE ESCUCHEMOS DIFERENTE


Escuchamos diferente dependiendo de:

Las experiencias personales


Lo que cada individuo ha vivido hace que perciba de
determinada forma. Lo observamos, por ejemplo, cuando en
un grupo uno lee un poema. Cada quien lo escucha a su
manera.

La historia personal juega un rol importante en definir


quiénes somos, pero también cómo seremos en el futuro.
Debido a nuestro pasado es que en el presente tenemos
determinados intereses, valores, posibilidades de aceptar

El ser humano como ser lingüístico 64


ciertos puntos de vista y rechazar otros. Nuestra historia nos
brinda creencias y valores que matizan lo que escuchamos.

Casi siempre hablamos para ser escuchados, por tanto,


debemos ver desde dónde nos van a escuchar.

Cuando hablamos, no sólo coordinamos acciones con otros,


también creamos una identidad de nosotros ante los que nos
escuchan, cuando ellos crean juicios e historias acerca de
nosotros.

El contexto en el que se habla


Dependiendo del contexto de lo que se dice, las palabras son
escuchadas en forma muy diferente. Cuando alguien dice algo,
generalmente el otro responde en forma coherente al contexto.
Por ejemplo, si Benito pide un reporte y Carlos responde
“estoy leyendo el correo electrónico de Conrado”, lo más
probable es que Benito escuche la respuesta como “no”. Pero
si la pregunta hubiese sido ¿Qué estás haciendo? Benito
escucharía una respuesta muy diferente.

El estado de ánimo tanto del que habla como del que


escucha
La emocionalidad con la que se realiza una conversación
altera lo que se dice y el significado que se le da a lo que se
escucha. Al mismo tiempo la conversación cambia el estado
de ánimo de ambas partes, de tal manera que podemos
modificar la emocionalidad alterando la conversación. Lo que
decimos modifica el estado de ánimo en el que nos
encontramos.

Para mejorar nuestra capacidad de escucha hay que tomar en

El ser humano como ser lingüístico 65


cuenta que:

Cada quien escucha diferente. Lo que escuchamos no es


necesariamente lo que el otro dijo.

El escuchar es activo y generativo. El que escucha no es


recipiente pasivo de palabras sino un productor de juicios e
historias acerca de lo que se escucha; nuestros juicios deben
estar bien fundamentados y tenemos que cuestionar las
historias que nos hacemos al escuchar.

Al escuchar inventamos una historia acerca de los intereses


del que habla. No necesariamente la intención que percibimos
de quien habla y/o actúa es en verdad la intención de esa
persona; las intensiones no viven en las palabras que se dicen
sino en la mente de cada observador; el que habla es el dueño
de las interpretaciones de lo que dice.

El otro es tan valioso como nosotros y a la vez es diferente.


Tomar al otro como una persona con la misma dignidad
ayuda a tener empatía y a darle importancia a lo que dice. Si
al mismo tiempo lo respetamos como un ser diferente, nos
abrimos a escuchar su punto de vista y descubrir un mundo
que no conocíamos.

Cada vez que vemos hacia abajo a otro, pensando que


vale menos que nosotros, sea un socio, cliente, empleado,
competidor o familiar, restringimos nuestra capacidad de
escucha. Producimos la fantasía de estar escuchando al otro
cuando básicamente sólo nos escuchamos a nosotros mismos.

El ser humano como ser lingüístico 66


Entender al otro como un observador diferente del mundo
nos enriquece y ayuda a comprender la congruencia que
tienen su actuar y su percepción de la realidad.

Al hablar, es importante verificar si el otro nos está


escuchando como queremos ser escuchados, así como al
escuchar, verificar si estamos interpretando correctamente lo
expresado por el otro.
Ser sensibles al contexto de la conversación nos evita
muchos malos entendidos.

El ser humano como ser lingüístico 67


4.4 EL HABLAR
Sabiendo que una cosa es lo que uno habla y otra la que el
otro escucha, si queremos ser comprendidos de cierta manera
tenemos que hacernos responsables de hablar de tal forma
que el otro escuche lo que queremos que escuche. En otras
palabras, tenemos que comprender la forma de percibir del
otro y hablar acorde a ello.

Entendiendo el hablar en su carácter activo y generativo,


no basta hablar claro y fuerte. Al hablar podemos cambiar la
vida de quien habla y quien escucha.

Hablamos para que pase algo en el otro y entre los dos, por
tanto nuestro compromiso es hacerlo de manera que provoque
lo que deseamos, tomando nota de la respuesta en el otro.
Además, nos comprometemos a ser coherentes con lo que
decimos.

Conversar es actuar, y como toda acción tiene


consecuencias, analicemos las siguientes:

Relaciones con los demás


Los vínculos que hacemos o deshacemos con los otros se dan
principalmente a través del hablar. Si por ejemplo invitamos a
alguien a cenar, por el hecho de haber hecho la invitación, sea
aceptada o no, provoca algo en nuestra relación.

Coordinación de acciones
Mediante el hablar de ambas partes es que coordinamos el
quehacer del trabajo y sociedad, diseñamos nuestra labor
conjunta.

El ser humano como ser lingüístico 68


Nos convertimos en observadores diferentes
A través del diálogo podemos mejorar el observador que
somos al compartir diferentes puntos de vista.

Provocamos emociones en el otro y en uno mismo


Lo que decimos y escuchamos desata diferentes emociones.
Podemos cambiar el estado de ánimo cambiando la
conversación.

Modificamos el ser que somos


Cada vez que conversamos con alguien nos afecta en cierta
forma, modificando el ser que somos. Por ejemplo, si nunca
hemos hablado con un cubano, y nos platica de la realidad que
se vive allá, posiblemente nuestra actitud hacia ese país
cambie.

Creamos identidades propias


Cuando hablamos, no sólo coordinamos acciones con otros,
también creamos una identidad de nosotros ante los que nos
escuchan. Esto se debe a que cuando alguien nos escucha
crea juicios acerca de quiénes somos.

El ser humano como ser lingüístico 69


ACCIONES EN EL LENGUAJE.
En el mundo actual, cada día más personas conversamos, en
forma oral o escrita, la mayor parte del tiempo que trabajamos.
La productividad se basa en gran medida en las habilidades
para comunicarnos; sin embargo, hasta ahora poca
importancia se le ha dado al desarrollo de esta parte del ser
humano.

Cuando decimos “tuve una magnífica conversación con


Fulano” nos referimos a que no sólo hablamos de algo trivial
como si va a llover esta tarde, sino a que algo pasó entre los
dos. Algunas conversaciones producen un cambio en
nosotros, otras no. Muchas veces sabemos que algo ocurrió
pero no distinguimos qué es o cómo es que pasó. Si queremos
desarrollar nuestra capacidad de relacionarnos con los demás,
necesitamos aprender ciertas distinciones y ejercitarlas hasta
interiorizarlas de manera que las usemos en forma
espontánea. Podemos empezar por observar qué hacemos al
dialogar.

Cuando hablamos, además de decir palabras, realizamos


acciones. Por ejemplo, pedimos, ofrecemos, preguntamos,
negociamos, etc.

Según Searle, todo cuanto decimos está ligado a acciones


lingüísticas, que implican coordinaciones de acción con otros.
Para Rafael Echeverría todos los actos que hacemos en el
lenguaje podemos agruparlos en cinco: declaraciones,
afirmaciones, peticiones, ofertas y promesas.

Nosotros, los autores, distinguimos tres momentos críticos


en el uso del lenguaje:

El ser humano como ser lingüístico 70


Los juicios que hacemos acerca de lo que nos acontece,
tanto a nuestra persona, a otros y allá afuera.
Las declaraciones.
Los compromisos, como manera de coordinar acciones con
los demás.

Estos momentos implican la realización de diferentes


acciones y actitudes que son importantes para las buenas
relaciones personales y organizacionales. Analicemos cada
una.

A. MANEJO DE JUICIOS

“Lo que tenemos en común es lo que nos une,


lo que nos diferencia es lo que nos complementa.”
Carmen Duhne

Nos movemos en el mundo basados en una serie de


observaciones que hacemos acerca de los demás, nosotros
mismos, las cosas y circunstancias que nos rodean. El hecho
de que podemos hacer descripciones de nosotros y del mundo
que nos rodea nos permite saber “que suelo pisamos”, dónde
estamos y qué hacer o no hacer.

Sin embargo debemos tener cuidado si pensamos que


conocemos la realidad. No sabemos cómo son las cosas, sino
sólo cómo las observamos y los juicios que hacemos de ellas.
Estamos tan influenciados en esto que a veces confundimos
nuestras observaciones con la realidad.

El ser humano como ser lingüístico 71


Cuando describimos algo, lingüísticamente a veces caemos
en una trampa, al no percatarnos de que confundimos dos
acciones diferentes: hacer afirmaciones o describir hechos y
emitir juicios. Creemos que al observar sólo percibimos con los
sentidos, sin darnos cuenta que para darle significado a lo
percibido realizamos una serie de juicios.

Por ejemplo, si caracterizamos a Alberto como mexicano y


simpático creemos que simplemente lo estamos describiendo
con dos calificativos. No nos damos cuenta que en realidad
estamos realizando acciones diferentes, la primera es una
afirmación y la segunda un juicio. Confundimos las acciones
porque tienen una estructura gramatical parecida: Alberto es
mexicano y Alberto es simpático; además, ambas caracterizan
una persona, situación o cosa.

Sin embargo son diferentes. Las afirmaciones son las


acciones que hacemos al hablar para la cuales todos estamos
de acuerdo dado que son hechos específicos o datos
comprobables. Los juicios dependen de quien los haga, son
puntos de vista para los cuales no necesariamente dos
personas opinan igual.

Veamos cada uno:

1. Afirmaciones
Cuando decimos afirmaciones describimos la realidad de
forma tal que cualquier persona puede estar de acuerdo.
Hacer afirmaciones es hablar de hechos, estados físicos de las
cosas, etc.

El ser humano como ser lingüístico 72


Al hacer afirmaciones no cambiamos el mundo que nos
rodea, simplemente describimos cómo lo vemos. Decir que
Alberto es mexicano no lo hace mexicano.

Los seres humanos percibimos muchas cosas de la misma


manera debido a que tenemos la misma estructura biológica y
las mismas distinciones de la comunicad.

El hecho de que todos observemos la realidad de cierta


forma, nos hace pensar que las cosas son así, sin darnos
cuenta que a veces es nuestra biología la que hace que las
percibamos de tal forma. Tomamos consciencia de ello cuando
nos encontramos a una persona que no distingue el rojo del
verde. Lo que para unos es obvio, para otro no lo es
necesariamente.

Tenemos las mismas distinciones de la comunidad. Por


ejemplo, podemos decir que la pared está pintada de color
azul celeste porque todos en la comunidad llaman así a ese
color; podemos hablar de lo que es un virus en la computadora
si pertenecemos a la comunidad que las usa.

Las afirmaciones pueden ser verdaderas o falsas


Las verdaderas son aquellas para las cuales, al proporcionar
evidencia de que así son los hechos o cosas, lo confirmen. Las
falsas las que un persona, documento o hecho afirmaría lo
contrario.

Cuando hacemos una afirmación nos comprometemos a


que sea verdadera, es decir, a que en caso necesario mostrar
evidencia o un testigo, que habiendo estado en el lugar y

El ser humano como ser lingüístico 73


momento, esté de acuerdo con nuestra afirmación. Evidencia
viene de videre, es decir “ver”.

Algunas veces no es posible corroborar si una afirmación


es verdadera o falsa. Por ejemplo, cuando hablamos del
futuro, no sabemos qué pasará hasta que llegue el momento, o
al hablar del pasado y no se tienen a la mano testigos de lo
que pasó. Muchas hechos nos se pueden corroborar, como
por ejemplo si decimos “en este lugar llovió a cántaros el 14 de
julio de 1744”.

Aunque a veces no se puede corroborar, una afirmación


será tomada como verdadera si la audiencia a la que
hablamos cree en la evidencia que proponemos. Por ejemplo,
si digo que en la ciudad de México habitan 23 millones de
personas y me preguntan en qué me baso, respondo que en el
último censo; la gente tomará mi afirmación como verdadera si
me cree que me baso en él y que esta información es
confiable.

A veces lo que en general creemos como verdadero


después lo vemos como falso. Por ejemplo, una vez se creyó
que la Tierra era plana y que el sol gira alrededor de la Tierra.
Como compartimos lo que observamos asumimos que ésta es
la manera como son las cosas en realidad, pero no nos damos
cuenta que lo único que podemos concluir es que es la forma
como observamos los miembros de nuestro grupo.

Con la globalización de la cultura, lo que se tomaba como


verdadero en un pueblo puede substituirse por lo que regional
o mundialmente se toma como verdadero, aunque esto nos
lleva a cuestionarnos la verdad.

El ser humano como ser lingüístico 74


Debemos distinguir si hablamos de afirmaciones
verdaderas y de la verdad. Si hablamos de afirmaciones
verdaderas estamos dispuestos a proveer evidencia, tomamos
un rol activo y dispuesto a escuchar otros puntos de vista, nos
abrimos al diálogo. Si hablamos de la verdad, generalmente
nos basamos en la fe, no es necesario hacemos cargo de la
evidencia, no hay lugar a cuestionarse. Somos libres de tomar
una u otra posición; es importante, sin embargo el darnos
cuenta de la diferencia.

2. Juicios
Continuamente observamos nuestro entorno y emitimos juicios
de cómo es la realidad.

Nos sentimos seguros si tenemos el juicio de que no hay


riesgo, ofrecemos nuestro trabajo a una empresa basándonos
en el juicio de que es próspera, nos hacemos amigos de
personas que tienen los mismos valores y forma de pensar
que nosotros, etc.

Cuando hacemos un juicio hablamos de nuestro punto de


vista acerca de la realidad. Si decimos que Alicia es una buena
secretaria, sabemos que quizá haya otra persona que no esté
de acuerdo con nosotros.

Por otro lado, a diferencia de las afirmaciones, al emitir un


juicio modificamos en algo el mundo en que existimos.
Veamos la diferencia: Si Juan dice que el carro de Mónica es
blanco, es una afirmación que en nada afecta a Juan, a
Mónica ni al ambiente. Sin embargo, si Juan el dice que el
carro de Mónica es muy viejo y no sirve para nada, quizá

El ser humano como ser lingüístico 75


afecte las emociones de Mónica y de otros. Los juicios alteran
la realidad.

Dependen del observador


Los juicios que emitimos hablan del observador que somos de
la realidad. Si yo digo que la fiesta de anoche estuvo muy
agradable, más que hablar de la fiesta hablo de mi punto de
vista acerca de ella; quizá estoy diciendo que yo soy un ser
humano que le gusta ese tipo de fiestas. Probablemente si le
preguntan a mi hijo cómo estuvo la misma reunión, diría que
muy aburrida. Estamos hablando más de nosotros que de la
fiesta. Siempre que hacemos juicios de algo o de alguien,
mostramos el ser que somos, ya que éstos dicen tanto de
quien habla como de lo que se menciona.

Tomar en cuenta esto nos ayuda a estar en constante


reflexión, modificando pertinentemente los juicios que
hacemos acerca de nosotros y de nuestro entorno. También
nos sirve para tener una actitud de escucha, ya que el punto
de vista de otro observador conlleva otros puntos de vista
acerca de lo ocurrido y mediante el intercambio de
percepciones engrandecemos lo que podemos percibir.

Nos sirven para planear nuestro futuro


Hacemos juicios acerca de nosotros y lo que nos rodea, según
el observador que somos, nuestras distinciones y lo que
hayamos vivido, para tener un mapa que sustente nuestras
decisiones. Por ejemplo, nos aventuramos en ciertas
inversiones si pensamos que las condiciones son tales que
tendremos una ganancia; despedimos a un empleado del que
creemos no traerá beneficios a la compañía, etc. Por lo tanto,
los juicios se hacen para algo y en un determinado dominio.

El ser humano como ser lingüístico 76


Pueden ser válidos o inválidos
Como los juicios dependen del observador que los haga, quien
los escucha también puede estar de acuerdo o no con ese
éstos. Los puede tomar como válidos o inválidos dependiendo
dela autoridad que le otorgue a la persona que los emite y de
qué tan fundamentados estén.

Analicemos cada uno:

1. Los juicios requieren autoridad


Por ejemplo, si Rafael entrega un reporte y su compañero le
dice que no está completo, quizá no tome ese juicio como
válido, pero si es su jefe quien lo dice, al tener la autoridad
correspondiente, el juicio lo tomará como válido. Concluimos
que los juicios requieren autoridad para considerarse válidos.

Es importante apuntar aquí que la autoridad que le otorgamos


a una persona debe corresponder al ámbito del que esté
hablando el juicio. A un gerente de producción, por ejemplo, se
le puede otorgar autoridad en el ámbito de producción, mas no
necesariamente en finanzas o en algún tema familiar.

2. Los juicios requieren ser fundamentados


Todos sabemos que no porque alguien llegó tarde a una
sesión es base suficiente para tener el juicio de que es una
persona impuntual. Sin embargo uno de los problemas más
frecuentes con los que se topa una organización es el que su
gente genera una cantidad de juicios sin fundamento y de un
pequeño detalle se hace un gran obstáculo.

Veamos los pasos para fundamentar los juicios:

El ser humano como ser lingüístico 77


Determinar el propósito del juicio
No es lo mismo decir que Blanca es buena en computación si
lo que está haciendo es una gráfica para una presentación, a
que si se está haciendo cargo del sistema computacional de
la organización.

Tener una serie de afirmaciones o hechos que lo sustenten.


Entre más grande sea el número de afirmaciones o hechos
que haya, mayor credibilidad se le brinda.

Definir el estándarcon que se está emitiendo el juicio


El estándar en puntualidad, por ejemplo, es muy diferente si lo
emite un alemán o un mexicano.

Comparar con el juicio contrario


Puede ser que un juicio esté basado en una lista grande de
hechos, sin embargo es posible que la lista que sustente el
juicio contrario sea tan grande o mayor. Hacer esto nos ayuda
a ser más objetivos y entender mejor el estándar utilizado.

Resumiendo tenemos que para hacer mejor uso de nuestros


juicios es necesario preguntarnos:
Si es un juicio o una afirmación
Si tenemos autoridad para dar el juicio
Cuál es el propósito de hacer este juicio
En qué dominio estamos juzgando
Si es el momento apropiado para decirlo
En cuáles afirmaciones respaldamos este juicio
Con qué estándares estamos juzgando
Si podemos fundamentar el juicio contrario

El ser humano como ser lingüístico 78


Por otro lado, al escuchar juicios de otros, cuestionarnos:
Si es un juicio o una afirmación
Si damos autoridad a quien lo dice en el ámbito del que se
trate
Pedir fundamentación de los juicios recibidos
Estar conscientes de que se trata sólo de un punto de vista,
no de la realidad.

Muchos problemas en las organizaciones y en las relaciones


interpersonales se derivan de no diferenciar entre juicios y
afirmaciones. Cuando se toman por igual, la gente entra en
debates sin fin acerca de si algo es de determinada manera o
no. El producto de esto se refleja en juntas interminables,
malentendidos, frustraciones y poca productividad.

Al comprender que nuestros juicios no son más que juicios


personales o grupales, podemos estar más abiertos a
escuchar y complementarnos de los otros.

B. LAS DECLARACIONES
Decimos que el lenguaje es generativo, es decir modifica la
situación en que vivimos y el ser que somos.

Cuando hacemos una declaración no describimos el mundo


que nos rodea sino que generamos uno nuevo. Por ejemplo,
cuando se declaró la independencia, se creó un país que no
existía; si un juez dicta una sentencia de culpabilidad, cambia
el mundo para el sentenciado y los que lo rodean; cuando un
muchacho le declara su amor a una muchacha, la realidad en

El ser humano como ser lingüístico 79


que se encontraban ya no es la misma; si la muchacha declara
“sí” cambia para un lado, si declara “no”, para otro, pero nunca
serán el par de amigos que antes eran.

Las declaraciones pueden ser válidas o inválidas,


dependiendo de que se tenga autoridad para hacerlas. Si
cualquier empleado dice: la unidad de producción 3 se cerrará
dentro de un mes, no necesariamente sucederá eso, a
diferencia de si esa declaración la hace el jefe de la unidad de
producción 3, después de leer un memorándum de la
Dirección General.

Para cierto tipo de declaraciones todos tenemos la


autoridad. Por ejemplo, decir: “te perdono” es algo que
cualquiera puede hacer y que cambia la realidad de quien la
dice y generalmente para el otro.

Hay declaraciones que sólo personas específicas,


autorizadas por una comunidad pueden realizar y otras para
las cuales su validez depende de quien las escucha. Por
ejemplo Fernando puede decir: “Juan merece el primer
premio". Esto es válido para todo aquel que le conceda
autoridad a la palabra de Fernando.

Cuando declaramos algo nos comprometemos a tener la


autoridad para hacerlo y ser consistentes con la nueva realidad
que hemos formado, actuando conforme a lo que decimos.

Declaraciones importantes en la vida.


Son muchas las diferentes declaraciones que realizamos, sin
embargo hay algunas que son básicas para el desarrollo de la

El ser humano como ser lingüístico 80


persona. Algunas son:

SI
Cuando aceptamos una petición, nos comprometemos a
realizar una acción en el futuro. Antes de aceptar tenemos que
preguntarnos si realmente podemos y queremos cumplir y no
decir sí sólo porque nos es difícil negarnos. Si todo aceptamos
cargamos con responsabilidades que no son nuestras, nos
sobrecargamos de quehaceres y es posible que no podamos
cumplir con todo. Al faltar a la palabra nuestra imagen pública
y privada se ve afectada y la credibilidad queda en duda.

NO
Declarar “No” cuando queremos, tiene que ver con nuestra
dignidad y autoestima. Todos tenemos un límite de lo que
estamos dispuestos a aceptar, pero desgraciadamente hemos
aprendido de la sociedad que no se ve bien el decir no. La
mayor parte de la gente en México se siente muy incómoda al
contestar o recibir un “no” ante una petición u oferta.
Desgraciadamente las consecuencias son muchas y pesadas.
Si al jefe o compañero no podemos negarnos, estamos
destinados a fracasar profesionalmente; y si como grupo no
nos permitimos negarnos, nunca trabajaremos bien en equipo.

NO SÉ
Poder declarar ignorancia ante algo nos permite tener una
actitud de aprendizaje y facilita que otros nos ayuden.
Desgraciadamente existen muchos prejuicios en contra de
poder aceptar la ignorancia. Ésto nos lleva a cometer un sin fin
de errores y re-trabajos que en última instancia repercuten en
la improductividad y presentan ante los demás una imagen
pobre, justo lo que se quería evitar al no reconocerlo.

El ser humano como ser lingüístico 81


YO PUEDO
Esta declaración es una de las bases del éxito en la vida.
Tiene que ver con vivir en el entusiasmo y la generación de
posibilidades de acción. Si bien es cierto que no todo está en
nuestras manos, un hecho que hay que reconocer es que si
nos esforzamos podemos alcanzar grandes logros, lo cual
hace posible que sí se lleguen a realizar esas metas.

Enfrentarnos a la vida con la declaración general de “yo


puedo”, lo aprendemos desde muy temprana edad, aunque no
por ello sea imposible aprenderlo después. En forma particular,
casi siempre crecemos con la convicción de que para
determinadas áreas no somos buenos. Son juicios o etiquetas
que nos impusieron o nosotros tomamos por alguna
experiencia determinada y limitan el poder de desarrollarnos
en ese ámbito.

Estos juicios muchas veces son inconscientes y para


modificarlos hay que hacerlos conscientes y cuestionarlos.
Reconocer que podemos fácilmente sobresalir en ciertas áreas
y no en otras, no significa que no podemos aprender algo en
todas.

Por otra parte, una cosa es el yo puedo y otra el yo quiero.


Podemos aprender de todo pero no cualquier cosa nos
interesa.

YO QUIERO
La declaración “yo quiero” nos hace tomar iniciativa y
responsabilidad de nuestra situación y crecimiento. Apunta a
tomar las situaciones como retos más que como problemas.

El ser humano como ser lingüístico 82


En nuestra labor profesional hay tareas que nos apasiona
hacer y otras que no nos gustan, pero es necesario realizarlas
como parte de nuestro desempeño. Ante esto se pueden tener
dos actitudes: “yo tengo que” y “yo quiero”. El “yo tengo que”
no siempre conlleva una actitud positiva. Puede sentirse como
una carga, una responsabilidad que implique un malestar.

Cuando ante lo mismo se declara “yo quiero” la


emocionalidad que invade es de aceptación y entusiasmo. Por
otro lado, el “yo quiero” ayuda a tomar responsabilidad de las
acciones y consecuencias, “tengo que” pudiera poner
responsabilidades y culpas en otros y con eso no se enfrenta
igual la realidad.

YO ACEPTO
La paz, tranquilidad y productividad tienen que ver con el
aceptar la vida como es y esto implica:

1. Aceptar que hay cosas que puedo cambiar y otras que


no. Hay cosas en la vida que está en nosotros cambiar, otras
no. Aceptarlo implica primero analizar la situación,
determinar si es algo que uno puede hacerse cargo, y si se
quiere aceptar. Serán diferentes las consecuencias si lo
hace o no; por lo tanto hay que tomar la responsabilidad del
actuar, al igual de las consecuencias de permanecer pasivo.
Si es algo en que no podemos hacer nada al respecto,
simplemente aceptar las cosas como son y seguir adelante.

Ante un medio ambiente, el individuo puede modificar la


situación, adaptarse o salirse de ella. Cuando se está en la
posibilidad de modificar el medio ambiente, decidimos si
queremos modificarlo o no; si no podemos hacer nada al
respecto, simplemente aceptar la situación tal cual es y

El ser humano como ser lingüístico 83


adaptarnos a ella o bien, salirnos por completo. Ninguna
respuesta es en sí buena o mala. Depende de la situación, la
persona de quien se trate y lo que quiera conseguir. Es
importante, sin embargo analizarnos y ver si siempre
estamos evadiendo, si todo lo queremos modificar o nos
adaptamos constantemente. Como dicen, el permanecer en
los extremos no es sano.

2. Aceptar que al otro no lo puedo cambiar


Uno de los factores más grandes de improductividad en una
organización tiene que ver con aferrarse a la idea de que
está en nosotros la posibilidad de cambiar la forma de ser de
otra persona. Esto trae frustración, desgaste y problemas
interpersonales que sólo sirven para complicarse inútilmente
la existencia. Si se parte del respeto y entendimiento de que
el otro cambiará si quiere y cuando quiera, la escucha y el
diálogo propiciarán disposición hacia la comunicación y
productividad.

3. Aceptar que sólo puedo vivir el presente


Tenemos que vivir ahora, sin atarnos al pasado o al futuro.
Percibir lo que estamos viviendo. Vivir aquí y ahora;
ocuparnos de lo que sí nos podemos ocupar. Gozar lo que sí
tenemos.

QUIERO NEGOCIAR
Ante una petición u oferta no sólo tenemos las alternativas de
aceptar o rechazar; negociar tiempo o condiciones de
satisfacción puede ayudar a ambas partes. Desarrollar
habilidades para negociar es parte de la labor de toda persona,
empezando por la posibilidad de declarar la necesidad de
entrar en una negociación.

El ser humano como ser lingüístico 84


DAR LAS GRACIAS
Desde muy temprana edad nos enseñan nuestros padres y
maestros a dar las gracias, mas esto no sólo es por educación.
El mundo cambia de cierta forma si decimos gracias y de
manera diferente si no lo hacemos. Escuchamos frases como
“ni las gracias dio”; provocamos en el otro emociones
diferentes al agradecer. Por otro lado, el pronunciar el
agradecimiento surte efectos en uno mismo, volviéndose más
positivo y entusiasta. Esta emocionalidad abre posibilidades
nuevas.

YO PERDONO5
Perdonar tiene que ver con vivir el presente plenamente en
paz. Con esto se consigue desligarse del pasado que
atormenta con culpabilidades y resentimientos.

Dentro de la declaración del perdón encontramos tres


apartados: perdonar a otro, pedir perdón y perdonarse a uno
mismo.

1. Perdonar a otro
Al perdonar a otro aceptamos que algo pasó, que nos
hicieron daño y declaramos que eso no nos seguirá
molestando. Dejamos el pasado y al otro en paz, nos
quedamos en paz; el principal beneficiado al perdonar es el
que perdona, no el perdonado.

Uno de los puntos importantes para poder vivir en el


presente y sin ataduras es no tener que esperar a que nos
pidan perdón para perdonar; estaríamos dejando nuestro
bienestar en manos de otra persona.

5
Carmen Duhne, Rompiendo Cadenas.

El ser humano como ser lingüístico 85


2. Pedir perdón
Pedimos perdón cuando estamos conscientes de que
nuestras acciones (o falta de ellas) hirieron a otra persona.
Al pedir perdón y hacernos cargo de las consecuencias de
nuestro proceder (en la medida que sean posibles),
quedamos en paz. No está en nosotros hacer que el otro nos
perdone; si lo hace, él queda en paz, pero es asunto de la
otra persona.

3. Perdonarse a uno mismo


A veces lo más difícil para una persona es perdonarse a sí
misma. También debemos aprender a no tomarnos tan en
serio, vivir aceptando que cometimos errores, aprender de
ellos y dejarlos atrás.

TE APRECIO
Algunas organizaciones acostumbran celebrar y premiar a los
trabajadores por diferentes motivos. Es importante hacerlo.
Todos tenemos necesidad de recibir muestras de aprecio,
tanto como personas como por el trabajo realizado. Es algo
que no necesariamente cuesta tiempo o dinero y sin embargo
hace mucha diferencia en la satisfacción en el trabajo y el
desarrollo como persona y en relación con los demás.

SOY CO-RESPONSABLE DE LA EFECTIVIDAD DEL OTRO


Declarar co-responsabilidad en las acciones de los demás nos
ayuda a abrirnos a escuchar, trabajar en equipo, entender que
lo que hacemos y no hacemos, repercute en la labor de los
demás; no trabajamos solos y el resultado depende de todos.
Entre más nos ayudemos y nos complementemos, mejor nos
irá como organización.

El ser humano como ser lingüístico 86


C. LOS COMPROMISOS
Toda organización está formada por una red de compromisos.
Las familias, empresas e instituciones se construyen y
desarrollan a través de una serie de promesas bilaterales.

Los encontramos en los universos financiero, comercial y


productivo. Una familia funciona dada una serie de
compromisos implícitos o explícitos.

Por lo cual, el desarrollo tanto de individuos como de


instituciones depende en gran medida de hacer promesas,
peticiones y ofertas adecuadamente.

PROMESA
Las promesas son actos lingüísticos que permiten coordinar
acciones con otros. Cuando una persona hace una, se
compromete a realizar una acción en el futuro.

Las promesas cambian el mundo en que vivimos. Lo hacen


tanto en el momento en que se pronuncian como cuando se
cumplen. Si alguien nos promete algo, por ejemplo, prestarnos
dinero, nos podemos comprometer a realizar acciones que no
podíamos hacerlo antes, como hacer planes con otra persona
para comprarle algo o ir de vacaciones, basados en el dinero
que nos prestarán. Con las promesas creamos el futuro,
alterando el presente.

Nuestra identidad pública, la forma como nos mostramos al


mundo, tiene que ver con cómo pedimos, ofrecemos y nos
comprometemos.

El ser humano como ser lingüístico 87


Generalmente las promesas se realizan a través de la
acción de dos personas, una que pide y otra que accede a la
petición ó una que ofrece y otra que acepta la oferta. No con
sólo pedir u ofrecer ya se tiene un compromiso, siempre es
necesaria la aceptación.

Tenemos entonces:

Petición + Aceptación = Promesa


Oferta + Aceptación = Promesa

Todos hacemos promesas, peticiones y ofertas, pero no


siempre son efectivas para coordinar acciones entre nosotros.
Esto se debe a que omitimos o no realizamos adecuadamente
algunos pasos dentro de lo que llamamos el ciclo de las
promesas. Veamos a detalle en qué consiste:

Ciclo de las promesas

La promesa empieza por la declaración de un quiebre o


necesidad de un individuo o grupo, que no puede resolver por
sí mismo y requiere coordinar acciones con otros.

Una vez definida la necesidad, se diseña tanto la petición u


oferta a realizar, así como el contexto que se requiere. Se
realiza

El ser humano como ser lingüístico 88


Fig. 4.2

la acción de pedir y ofrecer, atendiendo a todos los factores


que la hacen efectiva y se espera la respuesta del otro, con
apertura a la negociación. Una vez definida la oferta o petición
final, si es aceptada se obtiene la promesa.

Generalmente el cumplimiento de la promesa implica un


tiempo de realización de lo prometido, en el cual la persona a
quien se le prometió puede hacer otras promesas a terceras
partes.

Si la persona que promete se da cuenta que por


determinada causa no podrá cumplir todo o parte de lo
acordado, por ética debe informar a la otra, para causarle el
menor daño posible. Entre más rápida se de esta
comunicación, mejor.

Una vez realizada la acción comprometida, se declara


cumplida. En seguida el beneficiario la evalúa, quedando

El ser humano como ser lingüístico 89


abierta una puerta para reclamar en caso de que las
especificaciones de satisfacción no sean cubiertas. Si es
necesario, la persona que prometió deberá volver a hacer lo
requerido.

El paso final es la declaración de satisfacción. Con esto se


cierra el ciclo y se da por terminada las conversaciones al
respecto.

OFERTAS
Oferta es el anuncio de que una persona está dispuesta a
realizar determinada acción. Es una proposición de promesa
que depende de la declaración de aceptación por parte del
receptor. Si éste acepta la oferta, la promesa se hace. No se
constituye la promesa sino hasta que ésta sea aceptada.

Las ofertas tienen que ver con nuestra identidad pública.


En una organización el individuo es valorado por la oferta que
es para los demás, por la cantidad y calidad de servicios que
puede ofrecer para hacerse cargo de las necesidades de los
demás.

En el mundo empresarial y organizacional, todos somos co-


responsables de la red de compromisos que nos relaciona.

Algunas personas tienen dificultad para hacer ofertas en


ciertos ámbitos o ante determinados individuos. Puede ser que
sean muy buenos en seguir las directrices del jefe, mas poco
ofrecen, ocultando u opacando las posibilidades que son para
la institución. Esto trae como consecuencia el que no son

El ser humano como ser lingüístico 90


tomados en cuenta de la misma forma que quien es más hábil
para ofrecer, además de que pueden sentirse rechazados o
víctimas de la situación.

PETICIONES
Hacemos peticiones cuando pensamos que no va a pasar lo
que queremos si no lo pedimos. Al pedir propiciamos que el
otro prometa hacer determinada acción, mas pedir no
garantiza el prometer.

Dentro del género de las peticiones encontramos el


ordenar, implorar, suplicar, rogar, solicitar, sugerir, proponer,
invitar, etc. Las utilizamos tanto para beneficio propio como del
otro, y según la situación unas requieren de autoridad para
realizarlas.

Como individuos podemos hacer peticiones en algunas


áreas más fácilmente que en otras, aunque la mayoría
podemos aprender a hacerlas mejor.

Analizando los factores que nos bloquean pedir con


eficiencia encontramos: peticiones no claras o incompletas,
emocionalidad inadecuada, corporalidad de derrota, contexto
inapropiado, falta de confianza en sí mismo o en el otro,
creencias conscientes o inconscientes. Entre ellas están el
creer que debemos ser autosuficientes, si pedimos nos verán
inferiores, si pedimos no podríamos negarnos a peticiones de
otros, si nos niegan la petición nos están rechazando como
personas, o que no hay posibilidad de conseguir lo que
queremos.

El ser humano como ser lingüístico 91


Elementos de toda promesa, petición y oferta.

“En el pedir está el dar,


y en el ofrecer el ser tomado en cuenta.”
Carmen Duhne

Existen factores clave que hay que tomar en cuenta si se


quieren realizar peticiones y ofertas que, de ser aceptadas,
lleguen a una satisfacción de ambas partes y a promesas
efectivas:

1. Confianza en el otro
En la coordinación de acciones entre individuos u
organizaciones la confianza es el centro emocional de las
conversaciones.

La confianza reside en el juicio que hacemos del otro o de


uno mismo, de la capacidad de cumplir lo que se promete.

En el mundo familiar, social y de los negocios, si el otro no


nos cree sinceros, competentes, responsables y con apertura,
estamos en grandes problemas.

Para otorgar confianza a una persona requerimos de cuatro


presuposiciones:

 Competencia:
La confianza no se da en forma absoluta, sino en ámbitos
determinados. Por ejemplo, a un individuo se le puede tener
confianza para realizar una cierta tarea computacional y no
para dirigir un equipo de personas.

El ser humano como ser lingüístico 92


Es importante tomar en cuenta que el nivel de competencia
varía según el quehacer.

 Sinceridad
Hacemos el juicio de que una persona es sincera si creemos
que lo que dice es lo que está pensando.

 Historia de cumplimiento
Al cumplir promesas en forma consistente, la confiabilidad
de la persona crece. Una vez que alguien no cumple lo que
promete, tiene que demostrar que no estuvo en sus manos
el incumplimiento o bien el que fue un caso aislado y no
volverá a suceder.

 Apertura
Le confiamos algo sólo a la persona que creemos con
apretura para escuchar y comprendernos.

Cada día vivimos menos en la confianza, y sin embargo


tenemos que vivir y negociar juntos. Ante ciertas
circunstancias de falta de conocimiento o de alguna historia de
incumplimiento, aceptamos compromisos de la otra parte
anteponiendo una garantía de por medio.

Se puede ser sincero y no competente, o competente mas


no tener una historia de cumplimiento adecuada. En cualquier
caso, si falta uno de los cuatro requisitos, se rompe la
confianza.
Si tenemos problemas de confianza necesitamos
preguntarnos en qué domino está el problema y si está
fundado el juicio que hacemos.

El ser humano como ser lingüístico 93


2. Creer que es posible
Cuando juzgamos que algo que queremos es factible, nos
abrimos a crear compromisos para conseguirlo. Para creerlo
viable es necesario pensar que:

Es probable que consiga lo que quiero


Si al pedir u ofrecer realmente creemos que podemos
conseguir la aceptación del otro, hablaremos de tal forma
que es más probable que sí lo obtengamos.

Pedir no me hace inferior


Al creer esto, no sólo haremos más peticiones, sino que las
haremos mejor, con respeto mutuo y como apertura a
posibilidades.

Si me niegan la petición u oferta no me rechazan como


persona
Hay personas que por miedo al rechazo dejan de pedir.
Cuando se entiende que si rechazan nuestra petición es la
petición la rechazada y no nuestra persona, la actitud hacia
uno mismo y el otro se torna positiva.

Pedir no implica tener que acceder a otras peticiones


Tomando en cuenta que el ofrecer o pedir no garantiza la
promesa, y que la aceptación o rechazo es a la petición u
oferta, no a la persona, se puede tranquilamente negar a
peticiones hechas por individuos que han aceptado nuestras
peticiones anteriores.

3. Petición u oferta clara y completa


Para que una petición u oferta sea efectiva es necesario que
sea claro para ambas partes:

El ser humano como ser lingüístico 94


 Quién pide u ofrece
Aunque parece obvio quien pide u ofrece, en ciertos casos no
queda claro para todos. Por ejemplo se oye decir: “la gente
necesita tal cosa”, ¿Quién es la gente? ¿Quién
necesariamente lo necesita? ¿A quién se le contestará si se
acepta o rechaza? ¿Con quién hay que negociar?

 A quién se le pide u ofrece


Este punto es en ciertos casos confuso también. Los buzones
de sugerencias no siempre dan el resultado deseado en parte
porque nadie se siente directamente cuestionado. Nadie se da
por aludido y por lo tanto, no hay quien responda.

 Qué se pide u ofrece


A veces es difícil entender las peticiones de otras personas.
Lo que para uno es muy claro, no lo es para otro.

 Condiciones de satisfacción
Una cosa son las expectativas del que pide y otra lo que
escucha la persona que acepta el compromiso. Hay que
especificar los detalles que hacen que, una vez cumplida la
promesa, el que pidió quede contento. La satisfacción se
construye desde la petición, oferta o aceptación.

 Tiempo
Para que una promesa se pueda realizar efectivamente es
muy importante especificar “cuando” se espera cumplir o
realizar. Escuchamos respuestas como: “para ayer”, “lo más
pronto posible”, “es urgente”. Todo esto nos da idea de
premura, pero es común que el individuo tenga diez tareas
urgentes qué hacer, lo que ha traído arrastrado por tener otras
urgencias. Si no se jerarquiza y calendariza el tiempo es difícil
llegar a ser eficaz en el trabajo.

El ser humano como ser lingüístico 95


 Pre-entendimientos mutuos
En toda organización existen un sin fin de pre-entendimientos.
Por ejemplo, se sabe que los reportes tienen que ser
entregados con determinadas especificaciones, contenidos y
formatos, a una cierta hora antes de tal presentación, etc. Los
pre-entendimientos son muy útiles para ahorrar tiempo y
explicaciones. Sin embargo, cuando la red de promesas no
está siendo muy efectiva es necesario revisar lo que cada
quien comprende de los pre-entendimientos de los que se
habla.

4. Creación de contexto
Como se observa en el ciclo de las promesas, crear el
contexto adecuado para tener una conversación efectiva al
coordinar acciones es fundamental.

El contexto es lo que envuelve a lo que se dice. Su nombre


lo dice: “con – texto” o “lo que va con el texto”. Lo que una
persona dice puede ser escuchado de forma muy diferente
según el contexto que lo rodea. Nunca es trivial diseñar el
contexto para una petición u oferta importante. Veamos los
factores que influyen:

Emocionalidad adecuada
Tanto el que pide u ofrece como el que posiblemente acepte
tienen que estar en un estado de ánimo que propicie la
creación de compromisos eficientes.
Por ejemplo, si una de las partes está muy de prisa, se le
dificulta escuchar con atención la propuesta del otro, en
especial si poco tiene que ver con la urgencia que lo ocupa.
O si existe resentimiento entre ellos, difícilmente podrán

El ser humano como ser lingüístico 96


coordinar acciones entre sí; es necesario resolverlo antes de
proponerse grandes retos.
Como cada emocionalidad predispone a ciertas acciones y
no a otras, es indispensable propiciar la adecuada antes de
atender lo que se requiere.

Momento y lugar
Grandes esfuerzos se hacen para crear un buen contexto
para negociaciones importantes. Determinar el momento y
lugar adecuado genera la disponibilidad para escuchar,
analizar y tomar las decisiones que más convengan.

Corporalidad y tono de voz


La posición corporal y tono de voz que un individuo tenga a
la hora de hablar tiene que ver con la presencia y autoridad
ante sí y ante el otro. A ciertas personas se les escucha y a
otras no, y no necesariamente es por el puesto oficial que
ocupan. Tiene mucho que ver con cómo son percibidas por
los otros. La corporalidad y la voz van de la mano y son
observadas, casi siempre en forma inconsciente por los
demás.

5. Apertura a negociar
Aún cuando a ciertas peticiones de las autoridades no es
posible negarse, en la medida que una persona esté abierta a
escuchar la posición y propuestas de los otros, será más
efectiva en conseguir compromisos que realmente se vayan a
cumplir. Muchos son los errores cometidos por falta de actitud
hacia la escucha y el trabajo en equipo. Cuando un jefe sólo
acepta sí como respuesta, se atiene a compromisos mal
cumplidos o a tener un grupo de personas que trabajan mucho
pero al final no obtienen los resultados globales requeridos,
además de un estrés e insatisfacción generalizada.

El ser humano como ser lingüístico 97


Algunas de las actitudes a tomar en cuenta en la apertura a
la negociación son:

Ganar–ganar
Las negociaciones que quieren beneficios a largo plazo
están basadas en la búsqueda de respuestas que lleven a la
satisfacción de ambas partes.

Escucha de necesidades
Cuando una persona se siente escuchada, indaga y escucha
con atención las necesidades de otro.
Al saber las inquietudes que lo mueven a crear un
compromiso, fácilmente se puede negociar llegando a un
acuerdo de beneficio mutuo.

Escucha de posibilidades
Si en lugar de sólo dar órdenes se escucha las propuestas
de quien tiene que realizar la acción, los compromisos que
se generen serán de mayor beneficio para ambas partes y
más fácilmente se cumplirán.

Pensar que ofrecer o pedir no garantiza la promesa


Entender la promesa como dos actos: una petición u oferta y
una aceptación, no condicionando uno al otro, tendremos en
cuenta que el pedir u ofrecer no implica que la otra persona
acceda. Ella tiene toda la libertad de decir sí, no o negociar.
Si nos permitimos esta separación haremos más peticiones,
ofertas y negociaciones que repercutirán en una mejor
productividad.

El ser humano como ser lingüístico 98


CAPÍTULO V
EL SER HUMANO COMO SER EMOCIONAL
“En esencia todas la emociones
son impulsos para actuar”
Daniel Goleman

5.1 El SER EMOCIONAL


Si bien es cierto que muchos animales muestran cierta
emocionalidad, los humanos somos los únicos que
presentamos una gama tan grande de emociones y estados de
ánimo. Además, sólo nosotros estamos conscientes de que
nos encontramos en un cierto estado anímico y podemos
hacer algo para cambiarlo, mantenerlo o propiciar repetirlo.

La emocionalidad es algo de lo que se habla, se siente, se


manifiesta, tiene consecuencias, pero poco sabemos de cómo
manejarla. Muchas veces nos encontramos atrapados por una
determinada emoción, nos incomoda, queremos salir de ella
pero no sabemos cómo. Otras veces experimentamos un gran
entusiasmo, nos sentimos llenos de energía, felices, queremos
permanecer en ese sentimiento, o queremos reproducirlo otro
día, mas no siempre entendemos el camino para lograrlo.

El manejo de la emocionalidad está íntimamente ligado a la


efectividad personal y profesional. David McClelland,
psicólogo de la Universidad de Harvard, realizó una serie de
estudios en una compañía de alimentos y encontró que los
líderes con alto grado de inteligencia emocional tenían mejores
resultados y se situaban entre los 87% mejor pagados. La
efectividad tiene que ver con el clima organizacional que

El ser humano como ser emocional 100


promueven entre los que trabajan junto a él (entendiendo
como clima la conjunción de factores tales como la libertad que
siente la gente que trabaja bajo su responsabilidad en poder
innovar, su sentido de compromiso para con la organización,
los estándares que se imponen, la claridad con la que ven la
misión de la organización y el afiliarse hacia los objetivos
comunes); se encontró que el medio ambiente es directamente
proporcional al crecimiento de la empresa, eficiencia y
ganancias.6

En sus reflexiones sobre la inteligencia emocional, Daniel


Goleman apunta a las características que muestra una
persona que maneja efectivamente su emocionalidad: es un
ser sociable, atrae a los demás, tiene confianza en sí mismo,
cuenta con una actitud persistentemente optimista ante el
fracaso y la frustración, posee la habilidad de recuperarse
rápidamente tras un revés, y tiene una personalidad fácil de
llevar.7 Además, es capaz de ventilar las quejas como críticas
útiles, crea una atmósfera donde la diversidad resulta valiosa
en lugar de ser motivo de fricción y trabaja eficazmente en
equipo.8

La inteligencia emocional incluye el buen intercambio de


emociones. Por ejemplo, nos referimos a una persona como
popular o agradable si nos gusta estar con ella debido a que
nos hace sentir bien. La gente que es capaz de ayudar a otros
a manejar sus sentimientos la consideramos en general muy
valiosa; son los seres a quienes otros recurren cuando
padecen alguna necesidad emocional importante.

6
Daniel Goleman, Leadership that Gets Results, Harvard Business
Review, March-April 2000
7
Daniel Goleman, Inteligencia Emocional p. 296
8
Daniel Goleman, Inteligencia Emocional p. 181

El ser humano como ser emocional 101


En forma general, observamos que todos provocamos
emociones en los otros, para bien o para mal.

Manejar el estado de ánimo propio y ayudar a que otros lo


manejen es una habilidad muy importante y se puede
aprender. Para desarrollar esta habilidad es necesario tener
algunas distinciones y entender cómo es que está relacionada
con otros aspectos de la persona. Esto lo veremos más
adelante.

El ser humano como ser emocional 102


5.2 LOS ESTADOS DE ÁNIMO Y LAS
EMOCIONES

El diccionario Oxford Inglés define emoción como “cualquier


agitación y trastorno de la mente, el sentimiento, la pasión;
cualquier estado mental vehemente o excitado”.

Las emociones son los estados en los que nos


encontramos después de haber vivido una cierta experiencia,
es decir, tienen una causa directa y cercana. Por ejemplo, si
estamos solos en una casa de campo, en donde todo es
silencio y de repente oímos el aullido de un lobo no muy lejos
de la casa, entraremos en estado de alerta. O si nos dan la
noticia de que hemos sido promovidos a un cargo que
deseábamos tener, nos invade la euforia y el entusiasmo.

Si en la vida experimentamos muy seguido una cierta


emoción, la vamos haciendo parte de nosotros y después
recurrimos a ese estado aún y cuando ya no exista una causa
directa y cercana que la provoque. A esto lo llamamos estado
de ánimo.

El calor de la emoción es muy breve y dura sólo unos


minutos, no horas ni días. Para que las emociones duren más,
lo que las pone en acción debe ser sustentado, evocando
constantemente la emoción, como ocurre cuando la pérdida
de un ser querido nos lleva a lamentarnos. Si los sentimientos
persisten durante horas, suelen hacerlo como estados de
ánimo.

Éstos son menos intensos y duran mucho más tiempo que


una emoción. Por ejemplo, es raro mantener la ira durante
todo el día, pero no lo es estar de un humor gruñón e irritable,

El ser humano como ser emocional 103


en el que se activan fácilmente arranques de coraje más
cortos.

En la vida diaria de repente nos damos cuenta de que


estamos en un determinado estado de ánimo. Nos puede
gustar o no, nos puede traer consecuencias buenas o malas;
no siempre sabemos cómo es que llegamos a estar ahí, pero
el hecho es que nos encontramos en él.

Los seres humanos tenemos una forma general de


responder emocionalmente a diversas causas como las arriba
apuntadas, pero también somos bastante individuales en
nuestras reacciones. Los niños lo hacen diferente a los
adultos y a los ancianos, los hombres divergen de las
mujeres; y cada persona responde en forma especial. Por
ejemplo, si un grupo heterogéneo de personas se encuentra
en una fiesta y de repente un ratón cruza el salón, habrá
muchas respuestas emocionales diferentes.

Como cada uno de nosotros vivimos experiencias


diferentes y respondemos a ellas en forma particular, es
comprensible que vivamos en estados de ánimo generales
muy diversos; a veces tan distintos que no nos entendemos
fácilmente unos con otros.

Siempre estamos en alguna emoción


La cultura occidental nos ha formado en la racionalidad; es
decir, ha hecho que valoremos mucho el razonamiento y
menospreciemos la emocionalidad. En forma general podemos
decir que en el mundo tradicional empresarial y organizacional
hablar de los sentimientos no sólo es mal visto, sino que
sencillamente no se habla de ellos. Hasta escuchamos “deja

El ser humano como ser emocional 104


las emociones para que puedas ser objetivo”. Sin embargo,
cada día es más aceptado que la emocionalidad forma parte
de la persona, los grupos y organizaciones.

Realmente no podemos dejar a un lado las emociones.


Siempre alguna está en nosotros, es parte de la naturaleza del
ser humano. Podemos estar tranquilos, reflexivos, alegres, con
miedo, asustados, entusiasmados, etc. pero siempre estamos
en una emoción.

Si en lugar de pretender quitarnos las emociones, nos


damos cuenta de la emocionalidad en la que nos encontramos
y la manejamos correctamente, seremos más eficaces en lo
que nos propongamos.

El ser humano como ser emocional 105


5.3 LAS EMOCIONES SE APRENDEN
Los niños pueden llegar a favorecer una serie de emociones,
según el estado de ánimo en que se encuentren habitualmente
los padres. Daniel Goleman afirma que incluso los más
pequeños captan los estados de ánimo: los bebés de tres
meses de madres deprimidas, por ejemplo, reflejaban el
estado de ánimo de sus madres mientras jugaban con ellas,
mostrando más sentimientos de ira y tristeza, y la curiosidad e
interés mucho menos espontáneos, comparados con los niños
cuyas madres no estaban deprimidas.

Con su familia y amistades el niño perfecciona las


habilidades sociales y emocionales que utilizará en sus futuras
relaciones.

Cuando entramos a trabajar en una organización,


aprendemos a estar en las emociones que se viven en ese
lugar, conectadas al trabajo, al servicio al cliente, al participar
en juntas y al pertenecer a equipos de trabajo.

Hombres y mujeres aprendemos diferentes maneras de


manejar estados de ánimo. A los hombres y mujeres nos
enseñan lecciones muy distintas acerca de cómo manejar las
emociones. Por ejemplo, se ha observado que cuando los
padres inventan historias para contarles a sus hijos en edad
preescolar utilizan más palabras que expresan emociones
cuando hablan con sus hijas que cuando lo hacen con sus
hijos.9

9
Daniel Goleman, Inteligencia Emocional p. 161

El ser humano como ser emocional 106


Nos enseñan a expresar las emociones en forma diferente:
los hombres pueden expresar ira, golpeando y gritando, pero
no pueden expresar temor o tristeza. Las mujeres pueden
llorar pero no golpear.

Cuando las niñas juegan juntas lo hacen en grupos


pequeños e íntimos, poniendo el acento en minimizar la
hostilidad y potenciar al máximo la cooperación, mientras los
juegos de los varones se desarrollan en grupos más grandes y
ponen el acento en la competencia. Una diferencia clave es la
que surge cuando los juegos que desarrollan quedan
interrumpidos porque alguien se lastima. Si un varón que se ha
golpeado se siente mal, se espera que salga del campo para
que el juego pueda continuar. Si ocurre lo mismo en un grupo
de niñas, el juego se interrumpe mientras todas se reúnen para
ayudar a la herida. Esta diferencia representa lo que Carol
Gilligan, investigadora de Harvard, señala como la diferencia
clave entre los sexos: los varones se enorgullecen de su
autonomía e independencia, mientras las mujeres se
consideran parte de una red de relaciones.

La mayoría de los hombres se contentan de hablar de


noticias y negocios fuera del grupo íntimo, mientras muchas
mujeres buscan la conexión emocional entre el grupo. Se
vuelven expertas en interpretar las señales emocionales
verbales y no verbales y en expresar y comunicar sus
sentimientos.

Los hombres buscan la acción, las mujeres la


comunicación. “Yo quiero hacer cosas con ella, y lo único que
ella quiere es hablar”, suelen decir ellos. Las esposas, por lo
general, se quejan más seguido, los hombres gritan más
fuerte. Las mujeres son más sensibles a una expresión de

El ser humano como ser emocional 107


tristeza del hombre, que ellos para detectar la tristeza de una
mujer.

Entender y aceptar que hombres y mujeres manejamos las


emociones en forma diferente, nos puede ayudar a
comprendernos mejor, sacarle partido y complementarnos en
nuestra convivencia y trabajo en conjunto.

Las emociones se contagian. Cuando entramos a una oficina,


inmediatamente percibimos qué emocionalidad están viviendo
los que trabajan ahí. Muchas veces no es necesario cruzar
palabra alguna para entender el estado de ánimo de los que
laboran ahí.

Generalmente los estados de ánimo los comparte un grupo,


es decir, unos a otros se van contagiando de esa manera de
vivir. Y vemos que cada organización tiene su emocionalidad
específica, así como cada grupo de amigos, cada barrio, cada
pueblo o ciudad y cada región en el mundo tienen la suya. Nos
invaden emociones diferentes si vamos a Puerto Rico, a
Washington, a Italia o México, si visitamos un pueblo o una
ciudad.

El dicho “Dime con quién andas y te diré quién eres” se


aplica grandemente a este aspecto del ser humano. En el
momento en que dos personas empiezan a convivir, se van
modificando una a la otra en su emocionalidad.

La forma en que intercambiamos las emociones se produce


en un nivel sutil y casi imperceptible; la manera en que alguien
le da a uno las gracias, puede hacer que el otro se sienta
ofendido, ignorado o verdaderamente bienvenido y apreciado.

El ser humano como ser emocional 108


La transmisión de humores se da a través de la mímica de
expresiones faciales, gestos, tono de voz y movimientos
corporales. Mediante esta imitación las personas recrean en
ellas mismas la emocionalidad del otro. Por ejemplo, una
persona asiente con la cabeza cuando otra hace una
observación, o ambas se mueven en su silla al mismo tiempo,
o una se echa hacia adelante mientras la otra se mueve hacia
atrás. Esta sincronía parece facilitar el envío y recepción de
estados de ánimo, incluso si estos son negativos.

John Cacioppo, psicólogo de la Universidad Estatal de Ohio


que ha estudiado este sutil intercambio emocional, comenta:
“El solo hecho de ver que alguien expresa una emoción puede
provocar ese estado de ánimo, tanto si uno se da cuenta o no
de que imita la expresión facial. Esto nos ocurre
constantemente, hay una danza, una sincronía, una
transmisión de emociones. Esta sincronía del estado de ánimo
determina que uno tenga el juicio de que una interacción salió
bien o no”.

El grado de empatía que las personas sienten en una


reunión, queda reflejado por la exactitud con que se combinan
sus movimientos físicos mientras hablan, imitación de
movimientos de los cuales generalmente no se tiene
consciencia.

Al hablar, una persona sigue a otra en sus movimientos y


con ello en su emocionalidad. Fijar el tono emocional de una
interacción es, en cierto sentido, una señal de dominio en un
nivel íntimo y profundo: significa guiar el estado emocional de
la otra persona.

El ser humano como ser emocional 109


5.4 LAS EMOCIONES PREDISPONEN A LA
ACCIÓN
Todos hemos experimentado ocasiones en que queremos
realizar una tarea, nos enfocamos en ella, le dedicamos tiempo
y esfuerzo, y no logramos obtener algo de lo cual estemos
orgullosos. Nos frustramos porque sabemos que sí somos
capaces de hacer un buen trabajo, pero en esa ocasión
simplemente no nos fue posible. Quizá nos faltó estar en la
emocionalidad adecuada.

Como nos dice Daniel Goleman: “En esencia, todas las


emociones son impulsos para actuar, planes instantáneos para
enfrentarnos a la vida que la evolución nos ha inculcado. La
raíz de la palabra emoción es motere, el verbo latino “mover”,
además del prefijo “e” que implica “alejarse, expulsar”, lo que
sugiere que en toda emoción hay implícita una tendencia a
actuar.” 10

Cada vez que entramos en una emoción, es posible para


nosotros realizar ciertas acciones y se nos dificulta efectuar
otras. Las emociones preceden a las acciones. Por lo tanto, si
deseo enfocarme en una determinada tarea, primero tengo
que ver si estoy en la emocionalidad adecuada. De esta
manera diseño la efectividad de mis acciones.

10
Daniel Goleman, Inteligencia Emocional p.24

El ser humano como ser emocional 110


5.5 LOS ESTADOS DE ÁNIMO BÁSICOS EN
LA VIDA

“La resignación es el llanto del ayer,


el hoy y el mañana sin fruto.
El resentimiento es el cáncer maloliente de la ira guardada.
La paz es la tranquilidad de dejar el ayer para vivir el hoy.
El entusiasmo es la alegría de vivir el presente en plenitud”.
Carmen Duhne

En nuestra vida experimentamos una gama amplia de


emociones. Encontramos sin embargo unos cuantos estados
de ánimo que gobiernan nuestra manera de relacionarnos con
el mundo, y tienen que ver con nuestra actitud ante el mundo.

Fig. 5.1

Existen en la vida situaciones que podemos cambiar,


modificar y diseñar; hay otras que no es posible hacer algo
para alterarlas. Podemos, por ejemplo, cambiar nuestra
profesión, el lugar donde vivimos o trabajamos, tener más

El ser humano como ser emocional 111


amigos o reducir su número. No es posible ser hijo de otros
padres, sustituir el color de nuestra piel, ni nuestra estatura; en
especial, no podemos modificar a otra persona ni nuestra
historia. Lo que vivimos ya lo vivimos, actuamos como
actuamos, dijimos lo que dijimos; nos hicieron lo que nos
hicieron.

Fig. 5.2

Ante este hecho dos actitudes son posibles. Si optamos por


no aceptar lo que no podemos cambiar, viviremos en el
resentimiento. Es el estado de ánimo propio de esclavo. Él
quisiera poder ser libre, mas no puede. Cuando nos aferramos
a no aceptar algo desagradable de nuestra historia, cuando
vivimos en el “hubiera hecho esto o aquello”, cuando no
aceptamos que una ofensa grande se ha cometido contra
nosotros y que no hay nada que se pueda hacer para
cambiarlo, nos encontramos atados a un estado emocional
que sólo nos deja conversando con nosotros mismos,
pensando lo que no debió haber sucedido o cómo le vamos a

El ser humano como ser emocional 112


hacer para que el otro "pague su culpa". Este estado no nos
permite enfocar nuestra energía hacia acciones positivas y
satisfactorias.

Si por el contrario, optamos por aceptar que hay cosas que


no podemos cambiar, obtenemos la paz. Las conversaciones
cicladas del “hubiera hecho”, “por qué lo hizo", o "no es justo”
las sacamos de nuestra mente y podemos ver el mundo
colorido y tranquilo lleno de paz.

Algunas ocasiones, nuestro pasado va cargado de dolor y


coraje por haber sido heridos injustamente por otras personas.
Para sanar, el único camino es el perdón. Esto le puede
ayudar o no a la persona perdonada, mas el que perdona es el
que sin duda se beneficia grandemente; él es quien se libera
de la carga del resentimiento, de esa conversación que no deja
descansar ni trabajar, de esos lentes negros que no dejan ver
el lado positivo del mundo en que vivimos. Tenemos que
perdonar para sanar, independientemente de que la persona
que hirió tenga culpa o no, esté presente o no, le interese
nuestro perdón o no. El beneficio es para nosotros.

Fig. 5.3

El ser humano como ser emocional 113


Para vivir la paz, a veces es necesario perdonar a quien
sabemos que no tuvo culpa alguna, o a un ser que ya murió, a
un animal, a la naturaleza, a Dios. Dado que esto se puede
escuchar ilógico, es posible no darnos cuenta de nuestro
resentimiento e intranquilidad y por lo tanto no hacemos nada
al respecto. Como el perdón trae nuestra paz, no nos debe
importar a quién o qué estamos disculpando, simplemente
declaramos que eso que nos ocurrió en el pasado ya no va a
molestarnos.

Para algunas personas, perdonarse es a sí mismos es lo


más difícil. Haber fallado, herido a otra persona o a sí mismos
no es fácil, pero hay que hacerlo si se quiere la paz interior.

Otro punto importante para llegar del resentimiento a la paz


es aceptar que no podemos cambiar a otra persona. Ella es
libre de ser como quiera.

Todos cambiamos en la vida, pero lo hacemos cuando


decidimos hacerlo. Aceptar y respetar la libertad del otro, nos
lleva a la tranquilidad.

Por otro lado, cuando no aceptamos que existe gran cosa


que podemos hacer, vivimos en la resignación. Una persona
resignada en la vida no es un ser alegre, ni llena de energía
para construir un mundo agradable.

La resignación nos deja inútiles, con poca autoestima y


razón para vivir; no nos permite ver las oportunidades que
tenemos para crecer, realizarnos y ser felices.

El ser humano como ser emocional 114


Fig. 5.4

En el momento en que aceptamos que en nuestras manos


sí está el poder hacer muchas cosas, más de lo que realmente
tenemos el tiempo y la energía para realizar, nos invade el
entusiasmo, la ambición bien entendida, las ganas de
conquistar y dar.

Fig. 5.5

Generalmente aceptar o no lo que podemos y no podemos


cambiar van de la mano. La persona que vive en el

El ser humano como ser emocional 115


resentimiento también vive en la resignación. Para quien vive
en la paz, es fácil vivir en el entusiasmo.

No somos responsables de estar viviendo determinada


emocionalidad, pero sí somos responsables de permanecer
en ella.

Fig.5.6

El ser humano como ser emocional 116


5.6 NECESIDADES EMOCIONALES
FUNDAMENTALES

Somos seres emotivos, es decir, vivimos en las emociones,


son parte de nuestro ser. Brotan de nuestro interior en forma
automática ante ciertas situaciones. No decidimos entrar en
ellas, nos acontece que de repente nos encontramos en una u
otra.

Son muchas las emociones en las que entramos, pero


existen algunas que son indispensables para nuestro
bienestar.

Identificamos tres necesidades que consideramos básicas:


necesidad de sentirnos amados, necesidad de sentirnos
valorados y necesidad de sentirnos seguros.

Fig. 5.7

El ser humano como ser emocional 117


Estas necesidades son tan importantes en el ser humano,
que cuando no se satisfacen aparecen un sin fin de conflictos
dentro de nosotros y con los demás. Nuestro bienestar está
directamente relacionado con la satisfacción de estas
necesidades. Asomémonos a cada una.

A. Necesidad de sentirse amado.


Ser amado es la primera necesidad que brota en la persona. El
recién nacido, desde el día que viene al mundo (algunos
autores piensan que desde su concepción) necesita no sólo
ser alimentado físicamente, sino ser acogido con amor por su
madre o quien haga las veces de ésta.

El sentimiento de ser amado se experimenta cuando es


atendido, escuchado, acurrucado. Los cinco sentidos entran en
juego para sentirse amado. Esta necesidad permanece en
nosotros a través de toda nuestra vida. Requerimos, para
nuestro equilibrio emocional, ser atendidos y sentir que
pertenecemos a los diferentes grupos básicos en los que nos
movemos: familia, amistades, de trabajo, etc.

Contar con al menos una persona que nos ame


incondicionalmente ayuda inmensamente al bienestar
personal. Cuando lo tenemos, en especial en la infancia,
podemos aprender a amarnos a nosotros mismos y así amar y
atender a los demás y permitir que otros nos amen y atiendan.

En el ambiente de trabajo, la necesidad de ser amado se


cristaliza en necesidad de ser escuchado e incluido en el
grupo, además de sentir que al jefe y a la organización le

El ser humano como ser emocional 118


importa nuestro bienestar. Cuando esto se da, podemos vivir,
relacionarnos y producir con tranquilidad y eficiencia.

B. Necesidad de sentirse valorado.


Sentir que valemos por el sólo hecho de ser seres humanos es
indispensable para nuestro equilibrio emocional. Tiene que ver
con nuestra dignidad.

Aprendemos a ser importantes para nuestros padres desde


muy temprana edad. Al festejar ellos cada paso que damos en
nuestro desarrollo, brota la sonrisa, la felicidad y la confianza
para seguir adelante.

Al ser apreciados, independientemente de nuestras


capacidades, aprendemos a valorarnos a nosotros mismos, a
apreciar a otros y permitir ser importantes para otros.

Cuando nos autoestimamos, emprendemos


aprendizajes con tranquilidad, sabiendo que podemos fracasar
y volver a intentar. Nos es posible pedir ayuda y ayudar,
declarar ignorancia en ciertos aspectos y crear espacios para
el aprendizaje; de esta manera nos abrimos para
complementarnos con los otros, pidiendo y ofreciendo apoyo.

Cuando sentimos que valemos, no requerimos


compararnos como personas con los otros. Todos somos
importantes por el sólo hecho de ser seres humanos; al mismo
tiempo, admitimos que no somos iguales y nos es posible
admirar capacidades diferentes en nosotros y los demás.

La necesidad de ser apreciados nos acompaña toda la


vida. Nos importa que la familia y personas cercanas nos

El ser humano como ser emocional 119


valoren, con manifestaciones de reconocimiento de nuestro
ser, de nuestras capacidades y actitudes. Cuando escuchamos
que alguien está orgulloso de nosotros florecemos en todos
sentidos.

En el ambiente de trabajo, necesitamos escuchar que


nuestro jefe, compañeros y personas que trabajan bajo nuestra
responsabilidad aprecien nuestro ser y nuestras acciones. Este
punto es de gran importancia al evaluar y dar retroinformación;
siempre es necesario destacar los buenos resultados,
identificar lo que no funciona, hablar de acciones y resultados,
mas no poner en duda el valor de la persona en sí.

La necesidad de sentirse importante es también


indispensable al trabajar en grupo. No hay trabajo en equipo
efectivo si cada uno de los integrantes no se siente valorado
por el resto del grupo.

La creatividad e innovación van de la mano con la


autoestima. Un trabajo creativo deja huella, se nota quién lo
hizo. Sólo el que se tiene en alto quiere mostrar su trabajo
personal. Si pensamos que valemos, creemos que podemos
hacer algo que vale la pena y producimos algo bueno. Si por el
contrario, no nos sentimos capaces, nos limitamos a copiar o
hacer exactamente lo que nos piden.

C. Necesidad de sentirse seguro.


Sentirnos seguros es una necesidad que compartimos con los
animales. Brota de nuestro ser biológico. Si sentimos
inseguridad, dedicaremos todo nuestra energía y tiempo a
defendernos o huir.

El ser humano como ser emocional 120


La inclinación de los padres, en especial de la madre, a
proteger a su cría ayuda a brindar las condiciones de
seguridad necesarias para el desarrollo normal del pequeño.

Cuando somos bebés estamos totalmente a merced de los


padres y poco a poco vamos tomando control de nuestro ser y
del medio en que vivimos. Cuando tenemos un ambiente
seguro en nuestra niñez y si los padres y maestros nos ayudan
a ir tomando decisiones y responsabilidades por nuestras
acciones, poco a poco tomaremos el timón de nuestra vida con
responsabilidad, seguridad y confianza. La sensación de
confianza conlleva el sentimiento de estar en control de la vida.

Sentirnos seguros tiene que ver con percibir que los riesgos
que existen a nuestro alrededor los podemos manejar. Cuando
nos sentimos inseguros la desconfianza prevalece y nos
paraliza o bloquea.

Aprender a tomar decisiones y usar responsablemente la


libertad va de la mano con el sentimiento de seguridad básica.
Es preciso sentirnos en un medio confiable para emprender
caminos nuevos, tomar riesgos necesarios y medir
consecuencias.

Requerimos de confianza en el ambiente familiar y social


para nuestro equilibrio en la vida. Sólo así tendremos
relaciones interpersonales sanas y duraderas.

En el ambiente de trabajo necesitamos sentirnos tranquilos


para poder enfocarnos a nuestras tareas, sin gastar tiempo en
estarnos cuidando de riesgos físicos o de abuso por parte de
los otros.

El ser humano como ser emocional 121


CAPÍTULO VI
EL SER HUMANO COMO SER CORPORAL
“La manera como te paras y caminas físicamente tiene que ver con
la manera como te paras ante la vida”.
John Grinder

6.1 EL SER CORPORAL


Ya hemos visto al ser humano como ser lingüístico y como ser
emocional. En este capítulo lo analizaremos como ser
corporal.

En forma general podemos estudiar el cuerpo humano


desde dos enfoques vinculados entre sí: la biología y la
corporalidad relacionada con las relaciones humanas y la
emocionalidad (posturas, manera de caminar, etc.)

Desde el punto de vista biológico, grandes avances se han


hecho para entender el cuerpo humano. Ha habido muchos
descubrimientos para curar enfermedades y se tiene cada vez
más conciencia de la necesidad de prevenirlas. El ejercicio y
alimentación sana están cada día más presentes en el
pensamiento no sólo de los estudiosos sino del pueblo en
general.

Por otro lado, la relación de la corporalidad con las


relaciones humanas y las emociones es algo que nos puede
abrir grandes puertas a nuestro desarrollo integral. Edmonson
y Totton hablan de la energía del cuerpo como “Energía vital,
es la vitalidad de nuestro ser; cuando nos con-movemos, es
ella la que nos conmueve. Las emociones son e-mociones:

El ser humano como ser corporal 123


movimientos hacia afuera; no están sólo en la mente sino
también en el cuerpo, en la carga energética que se va
generando.” 11

Por siglos, pintores, escultores y actores han sido


conscientes de la importancia de los gestos y las posturas
corporales, sin embargo el interés de los científicos en el
estudio de la corporalidad es reciente.

La cultura occidental no había dado importancia a la


corporalidad humana debido a tres concepciones que la
bloqueaban: 1) la concepción que la mente está separada del
cuerpo, 2) la idea que se debe dominar las pasiones y
emociones corporales y 3) el desbalance tan grande entre la
importancia que se le daba a la razón, comparado con las
emociones y las necesidades físicas.

Hoy en día se acepta que la mente está totalmente ligada


al cuerpo y que las emociones y necesidades físicas son parte
de nosotros. Como nos dicen María Edmonson y Nick Totton:
“Pensamientos, emociones, sensaciones, cambios en el fluido
electrolítico, tensión muscular y equilibrio hormonal: de nada
sirve afirmar que cualquiera de estas causas tiene precedencia
sobre las demás. Son distintos aspectos de un único suceso
total, que tiene lugar en un único cuerpo-mente total. Nos
centramos en uno u otro de estos aspectos según qué
queramos saber o hacer.”12

Edmonson, María y Totton, Nic. Trabajos Reichianos de Crecimiento,


pág. 15
Edmonson, María y Totton, Nic. Trabajos Reichianos de Crecimiento,
pág. 16

El ser humano como ser corporal 124


Flora Davis, en su escrito de comunicación no verbal
apunta a diferentes disciplinas que han estudiado la
corporalidad, observando en cada una aspectos
complementarios y con metodologías diferentes:

De su estudio podemos extraer la siguiente tabla:

CIENCIA OBJETO DE METODOLOGÍA


ESTUDIO
Psicología Analiza el contacto Aísla, generalmente
físico y visual, el en laboratorio,
sonreír, etc. unidades de
conducta para su
estudio.
Cinesis Estudia el Filman gente en su
movimiento del medio ambiente
cuerpo humano con natural y lo analiza
un enfoque de en cámara lenta.
sistemas,
relacionando cada
elemento con los
demás.
Sociología Observa y describe Observa
reglas de comunidades en
comportamiento general.
social.
Psiquiatría Reconoce la forma Estudia al ser
de moverse en humano en
relación con el laboratorio.
carácter, emociones
y reacciones ante lo
que los rodea.
Antropología Observa las Observación en

El ser humano como ser corporal 125


diferentes diferentes sitios y
expresiones tiempos.
culturales de la
comunicación no
verbal.
Etología Estudia la manera de Compara el
relacionarse: comportamiento de
cortejar, atender a los primates en
los críos, determinar estado salvaje con
quién domina, cómo el comportamiento
pelear o hacer las no verbal del
pases. hombre en
diferentes
situaciones.

El ser humano como ser corporal 126


6.2 LA CORPORALIDAD ES CULTURAL
El hombre se comporta diferente en cada cultura; esta
desigualdad se debe tanto a factores genéticos como
aprendidos. Los franceses se comunican verbal y no
verbalmente de manera diferente a los chinos o árabes. En
algunas culturas se sonríe muy frecuentemente y en otras no,
en unas se camina con “ritmo”, en otras sin mucho
movimiento.

Los orientales caminan con las piernas más juntas que los
occidentales. Las mujeres latinoamericanas tienden a
acercarse más a la otra persona que los europeos, se tocan
más, miran directamente con frecuencia e intensidad,
reaccionan positivamente a la proximidad y se mezclan
íntimamente en los ritmos corporales.

Los niños se parecen a sus padres no sólo en sus


facciones físicas sino en su corporalidad. Especialmente en la
infancia el niño observa e imita. Es muy sensible a las sutiles
señales corporales y las adopta.

Las personas bilingües y biculturales cambian su manera


de gesticular al mismo tiempo que el idioma; cambian tanto el
lenguaje como su tono de voz, movimientos, posturas y
gestos. Quien no lo hace, su segundo idioma suena más
extranjero por no moverse acorde a la cultura. Aunque existen
expresiones corporales universales, en general las
expresiones faciales y posturas corporales no transmiten el
mismo significado en todas las sociedades.

Diferencias en sexo

El ser humano como ser corporal 127


La diferente manera de comportarse del hombre y la mujer se
muestra alrededor del mundo y a través de los años. No todo
depende de la genética; desde que nace el niño se le trata
según su sexo. Se le sostiene en brazos y se le habla en
distinto tono. A la niña ambos padres le hablan más, en
especial acerca de sentimientos, al niño se le trata más rudo.

Se recompensan verbal y no verbalmente conductas que


estén de acuerdo a su sexo. La represión o la simple ausencia
de respuesta le hace saber al niño que está haciendo algo que
no corresponde a su género.

En forma inconsciente la niña copia la corporalidad de la


mujer. Por ejemplo, inclina la pelvis hacia adelante y arriba,
mientras que los hombres lo hacen hacia atrás. Coloca sus
piernas juntas, los brazos junto al tronco, mueve los brazos
sólo desde el codo. Los hombres separan los muslos y brazos.
La adolescente aprende qué hacer con sus senos al
desarrollarlos, puede encorvarse y ocultarlos o mostrarlos y
coquetear.

El ser humano como ser corporal 128


6.3 OBSERVACIÓN DE LA CORPORALIDAD
ÓCALIBRACIÓN

Mediante la calibración, término que usa John Grinder para


describir el proceso de observar con detalle los movimientos y
posiciones corporales, analizamos distinciones precisas y
útiles. Podemos darnos cuenta de cambios físicos que
presentan las personas ante diferentes estímulos y reconocer
conexiones de los estados físicos con la emocionalidad y
pensamiento en que se encuentran.

En la medida en que desarrollamos la agudeza sensorial


para detectar las señales mínimas, podemos relacionarnos con
mayor identificación con la persona.

No existen recetas fáciles para descubrir los secretos de


las personas a través de observar su corporalidad, sin
embargo, atendiendo a investigaciones realizadas por
instituciones psiquiátricas, hospitalarias, y escuchando a
antropólogos, psicólogos y sociólogos, podemos aprender a
observar con más detalle la relación que los gestos, posturas y
movimientos corporales guardan con la emocionalidad,
actitudes y creencias de la gente.

Las personas intuimos la emocionalidad y pensamientos


del otro por lo que observamos, y actuamos en consecuencia;
sin embargo, generalmente la observación y la reacción la
realizamos a nivel subconsciente. Si la llevamos al consciente
podremos beneficiarnos, no sólo para entender a los otros,
sino principalmente para darnos cuenta de nuestra propia
corporalidad y utilizarla para modificar las emociones en las
que nos encontramos. Aprendemos a analizar lo que le pasa a
una persona, observando distinciones específicas, mas

El ser humano como ser corporal 129


siempre la utilizaremos mejor conjuntando el análisis
intelectual con la intuición global.

Es fascinante, por ejemplo, gozar ver por segunda vez


ciertas películas atendiendo a la corporalidad de los actores.
Cuando vemos una película nueva nos dejamos atrapar por la
trama, pero la segunda vez nos permite desligarnos y observar
comportamientos y expresiones sutiles del actor.

Al percibir a una persona en determinada corporalidad,


sabemos que está viviendo ciertas emociones, y que
posiblemente tiene determinados juicios e interpretaciones de
su vida.
En forma general, podemos observar en la corporalidad:

Posición corporal
Postura del tronco y espalda: erguida, caída, de lado.
Hombros: caídos, tensos, hacia atrás, hacia adelante, hacia
arriba.
Inclinación de la cabeza: al frente o atrás, de lado.
Gestos
Mandíbula: en tensión, caída o en constante movimiento.
Codos: hacia adentro o fuera.
Pecho: hundido o hacia adelante.
Brazos y piernas: cruzados, en descanso o abiertos.

Movimiento
Al caminar: con soltura, esfuerzo, torpeza o pereza.
De cabeza: hacia los lados, arriba, abajo.
De manos y brazos: tensionando brazos, cruzándolos,
apretando manos, soltando.
Movimientos generales repetitivos.

El ser humano como ser corporal 130


Tensión muscular
Cuello, hombros, brazos y espalda: encorvadas o rectas con
o sin tensión.
Labios y ojos: tranquilos, fruncidos o caídos.
El saludar: con fuerza o debilidad.

Respiración
Profunda o sólo hasta el pecho.
Lenta o agitada.

Mirada
Brillante o apagada.
Enfocada o perdida.
Tamaño de la pupila.
Posición de los ojos en relación al proceso interno.
Dirección.
Contacto ocular.

Posición ante los demás


Qué tan separado de los otros.
Solitario o en grupo.

Coloración de la piel
Normal, pálida, colorada.

Voz
Velocidad.
Tono.
Volumen.

El ser humano como ser corporal 131


6.4 POSICIÓN CORPORAL
“Las arrugas sólo deben indicar donde las sonrisas han estado”
Mark Twin

La posición es la parte de la corporalidad que más se ha


estudiado, constituye una de las claves principales para
observar el interior de una persona. Es muy interesante darse
cuenta de la relación que guarda con la emocionalidad, actitud
y pensamiento del individuo.

Hay que tener en cuenta, sin embargo, que se puede llegar


a conclusiones simplistas que distan mucho de entender al ser
humano. Vemos estudiantes de psicología “diagnosticando” a
todos a su alrededor por alguna posición que toman, por
ejemplo, el pensar que porque una persona se encuentra con
los brazos cruzados quiere decir que está bloqueada a
escuchar al otro. Es posible que esté muy interesada en el
discurso del otro, y simplemente tenga frío o le sea cómoda la
posición que guarda. Debemos observar la totalidad de la
corporalidad ya que un sólo rasgo puede malinterpretarse.

Lo que las posturas dicen de la persona


Cada individuo tiene una forma característica de posicionar su
cuerpo al estar sentado, de pie o caminado. Es una clave de
nuestro estado de ánimo y manera de pensar.

La postura habla de nuestra historia. Cuando observamos


la corporalidad de un hombre maduro, es posible saber el tipo
de vida y las emociones que más experimentó, ya que éstos
llegan a incrustarse en la estructura corporal. Por ejemplo,
cuando una persona ha pasado por un largo período cargando

El ser humano como ser corporal 132


penurias, los hombros y la columna se encorvan bajo el peso
de sus problemas; algunas veces la situación difícil
desaparece y la postura se mantiene porque algunos músculos
se han acortado, otros se han estirado, formando un nuevo
tejido conjuntivo. Debido a su cuerpo, la persona puede seguir
sintiendo la carga. Esto puede cambiar si al darse cuenta de
ello, y manteniendo otra corporalidad, se re-disciplina el cuerpo
y su condición psicosomática varía.

Posturas para descansar


Gordon Hewes, que ha estudiado las posturas a escala
mundial, observa que los seres humanos tenemos un sin fin de
posturas distintas para descansar. “Por lo menos la cuarta
parte de la humanidad tiene el hábito de ponerse en cuclillas
para descansar o para trabajar”, nos dice. La mayor parte de
los niños pequeños lo hacen en forma cómoda y fácil; los
adultos del mundo occidental hemos perdido esta capacidad.
Hewes nota que los habitantes de África adoptan la postura de
cigüeña para descansar. Permanecen de pie durante largo rato
sobre una pierna y doblan la otra, lanzando sobre la otra a la
altura de la espinilla.13

En nuestra sociedad, las mujeres raramente se paran con


las piernas abiertas como lo hacen los hombres. Además,
ciertas posturas son consideradas de buena o mala educación
por una cultura y al revés por otra.

También notamos que los hábitos de postura de descanso


marcan el tipo de muebles que se usan. Los árabes, por
ejemplo, no utilizaban muebles, todo era alfombras y cojines.

13
Flora Davis, La Comunicación no verbal, pág. 134-135

El ser humano como ser corporal 133


Las posturas al relacionarse con los demás
La postura corporal refleja el tipo de relación que tenemos con
los demás en un determinado momento. Al observar la
posición de la gente al dialogar encontramos que aquellas que
comparten un mismo punto de vista suelen también tener la
misma postura. En una reunión es posible identificar varios
grupos de posturas. Al ir conversando todos del mismo tema,
los que opinan de manera similar, también se sientan de igual
modo. Por la corporalidad reconocemos quién está a favor de
quien, antes de que el individuo hable. Cuando una persona
está por cambiar de opinión, generalmente emite una señal re-
acomodando la posición de su cuerpo; lo hace también cuando
ha acabado de expresar lo que quería y está dispuesto a
escuchar al otro.

Por otro lado, el enfrentarse corporalmente dos personas,


puede indicar oposición de puntos de vista. Cuando se reúnen
representantes de dos empresas para negociar, generalmente
se enfrentan automáticamente a ambos lados de la mesa. Si
van a almorzar, pueden mezclarse.

Cuando dos personas discuten acerca de un problema, si


se enfrentan en posición y mirada, posiblemente acabarán en
pleito. Sin embargo, si están uno al lado del otro y mirando
juntos en una determinada dirección es más fácil que
resuelvan la situación, actuando de la mano y pensando en
equipo.

Posturas para crear empatía


Cuando dos personas se entienden mutuamente, muestran
una postura corporal parecida, sincronía en sus movimientos y
volumen y velocidad de la voz similar, llegando hasta respirar

El ser humano como ser corporal 134


al mismo ritmo.

La postura puede ser un indicador de agrado o desagrado


que dos personas sienten entre sí. Dan a entender que se
agradan adoptando posturas iguales; colocándose una cerca
de la otra, enfrentándose clara y tranquilamente cara a cara,
mirándose con frecuencia y con una expresión de agrado,
moviéndose en sincronía, inclinándose una hacia la otra,
rozándose. Además, asumiendo la postura del otro, es posible
entender mejor su punto de vista.

Los gestos ayudan a la empatía al mostrar la actitud


positiva a la cercanía. El que trata de ser amable gesticula y
sonríe más que los otros.

Las posturas muestran el grado de participación de un


individuo en una reunión. La posición que guarda cada
persona en relación al grupo muestra su grado de participación
en el diálogo.

Las personas que más participan en la conversación


generalmente se encuentran en el centro, con su cuerpo hacia
adelante, cierta tensión muscular y con la cabeza ladeada. Sus
gestos y ademanes se observan vivos y viendo a los que
intervienen. Se inclina hacia las otras personas con firmeza,
mostrando su grado de atención.

En una conferencia, los que están a los extremos tienden a


participar menos que los que se encuentran en el centro.

Quien se mantiene fuera de la acción, se muestra situado


en la periferia, quizá mirando a otro lado, coloca su cuerpo
apoyando hacia atrás o de lado, con las manos sobre las

El ser humano como ser corporal 135


caderas o en las bolsas y la cabeza levantada o un poco
echada hacia atrás.

No solamente es importante la propia posición, la de los


otros también afecta. Por ejemplo, cuando en un grupo de tres
personas, dos se enfrentan totalmente, la tercera se siente
excluida.

Observarnos a nosotros mismos el tipo de posturas que


desplegamos en una reunión o evento, puede ser un primer
paso para hacer conciencia de lo que nos está pasando.

Posturas como manifestación de poder


La posición relativa que adopta un individuo puede ser signo
de estatus. La forma más efectiva de afirmar el predominio es
la no verbal.

El líder de un grupo automáticamente se dirigirá a la


cabecera de una mesa rectangular.

Al reunirse un grupo de personas de pie a conversar, si


forman un círculo, es casi seguro que todo el grupo es parejo.
Los grupos que no lo son tienden a formar una posición de
“cabeza” y la persona que ocupa ese lugar será, formal o
informalmente, el líder.

La distancia denota estatus. En una oficina, si un visitante


se aproxima mucho es señal que tiene un gran estatus o que
tiene una relación muy cercana con el otro; esto es resentido si
el dueño de la oficina no lo conoce. El estatus también se
demuestra por el tiempo en que le toma al dueño de la oficina
ir a abrir la puerta y atender al que llega.

El ser humano como ser corporal 136


Ray Birdwhistell dice que los primeros quince a cuarenta y
cinco segundos son definitivos para predecir la forma en que
se relacionarán los participantes entre sí durante el encuentro;
representan una afirmación de una relación preexistente o una
negociación de estatus. Algunas veces se produce una
especie de reajuste de la relación anterior, otra sólo la
reafirma.

Uno de los puntos más importantes que se negocian en los


primeros segundos de un encuentro es la posición relativa de
cada uno. El de mayor poder habla más, con mayor decisión e
interrumpe la conversación más a menudo. Sus gestos son
más enfáticos y animados y acapara la mirada de los demás.
En negociaciones de predomino adopta una actitud relajada, la
cabeza levantada y expresión seria. Otros demuestran
sumisión bajando la cabeza y sonriendo nerviosamente.

El tamaño del espacio vital es proporcional al nivel de


poder. Al líder se le acerca menos la gente.

El ser humano como ser corporal 137


6.5 ESPACIO VITAL
Los seres humanos ocupamos un espacio en donde estamos.
No sólo el espacio físico de nuestro cuerpo sino también una
especie de burbuja privada, que representa la cantidad de
espacio que requerimos entre nosotros y los demás.

Cuando alguien se aproxima más de lo que nosotros


necesitamos como espacio vital empezamos a retroceder, el
cuerpo muestra pequeños temblores y realizamos mínimos
movimientos oculares. Algunas veces, cuando las personas se
ven forzadas a sentarse demasiado juntas, despliegan sus
brazos y piernas como barreras.

Cada cultura marca el espacio vital de su gente. Los


sajones requieren de una distancia cerca de 70 cm.,
procurando no tocarse. Para los sudamericanos la distancia es
mucho menor. Si se juntan un sajón con un latino, al acercarse
el segundo, el otro retrocederá, pensando que es agresiva su
posición, mientras el primero pensará que el otro es un
engreído por retroceder. Los árabes se acercan mucho más y
en su conversación literalmente rodean a la otra persona. Se
toman la mano, se miran a los ojos se sienten el olor y aliento
al hablar.

Aunque el espacio vital varía con la cultura, se cree que es


una necesidad real y biológica, ya que desencadena tensión e
inquietud si no es respetada.

Por otro lado, la distancia marca la naturaleza del


encuentro. Dentro del espacio vital estamos más conscientes
de la respiración, tono muscular y olor del otro, por lo que poca
separación tiene que ver con intimar. Una persona puede

El ser humano como ser corporal 138


sentir celos si otra de su mismo sexo se acerca demasiado a
su pareja.

La distancia también marca el acercamiento emocional


entre la gente. Los simples conocidos se sitúan más lejos que
los grandes amigos. Entre más distancia la formalidad se
incrementa y los objetos, como escritorios o mesas, sirven
para delimitar espacios. Los inválidos con frecuencia reportan
soledad por el hecho de que los otros se acercan menos de lo
normal.

En una reunión grande, especialmente si se está de pie, al


conversar un pequeño grupo de gente se aproximará más de
lo común, para mostrar a los demás que están en una burbuja
íntima entre ellos. El pequeño grupo da por sentado que el
terreno sobre el que están situados les pertenece
temporalmente y que nadie osará penetrar en él. Los demás lo
aceptan a tal grado que si alguien tiene que atravesar ese
espacio, pasa con la cabeza baja y se disculpa; o si oye
involuntariamente la conversación, se comporta como si no
escuchara.

El espacio vital personal es muy respetado; si un individuo


se sienta en un extremo de una banca pública, el otro
generalmente se sentarán en el otro extremo, pero si el
primero toma el centro, los demás evitarán en lo posible
sentarse en la misma banca.

6.6 MOVIMIENTOS CORPORALES


Los movimientos más comunes están vinculados al lenguaje,
como maneras de ilustrar lo que se dice; sin embargo,

El ser humano como ser corporal 139


podemos observar algunos relacionados con el estado
emocional de las personas. Por ejemplo, las manos que
juguetean pueden denotar síntomas de tensión.

Dentro de los movimientos corporales podemos observar


tanto los gestos o movimientos con una parte del cuerpo como
las posturas que mueven la totalidad. Warren Lamb ha
observado que un movimiento parece forzado y poco
espontáneo si sólo es gestual y no postural. Pretender ser
diferente a uno mismo es imposible.

Movimientos al hablar
En cada encuentro, el hombre adopta diferentes posturas; una
para hablar, otras para escuchar, interrogar, dar órdenes, dar
explicaciones, etc. Por otro lado, cada cultura tiene su manera
especial de moverse al hablar; por ejemplo, una persona de
familia italiana viviendo en otro país, hasta la tercera
generación, se expresará en forma similar que la que vive en
Italia.

El tipo de movimientos al hablar cambia con la cultura, no


sólo de un país a otro, sino de sociedad u organización.
Observamos diferencias entre el comportamiento corporal de
gente de esfera alta y los de económicamente baja. También
vemos que quien trabaja en una empresa privada se mueve
diferente de lo que un individuo que trabaja para el gobierno o
alguien independiente.

El quehacer cotidiano también marca la corporalidad de la


gente. Si analizamos el caminar de un maestro, un directivo de
empresa y un vendedor ambulante notamos un sin fin de

El ser humano como ser corporal 140


diferencias. Esto lo hacemos intuitivamente y reaccionamos
tratándolos de manera distinta.

El saludo
Los etólogos14 observan que los animales se saludan a
manera de ceremonia de paz; saben que siempre existe el
peligro de ataque y antes de que ésto suceda hacen un gesto
de apaciguamiento. Se cree que entre los humanos pasa algo
similar. Mostrar la palma de la mano al saludar, por ejemplo,
es señal de paz, era una demostración de que no se llevaban
armas. Ante un encuentro, existe cierta inquietud en ambas
partes, que se disuelve al saludarse; la notamos, por ejemplo,
si el otro no nos saluda.

Mediante el saludo también se definen territorios. El dueño


de casa saluda a sus invitados de manera diferente a como lo
hacen éstos; por ejemplo, si el dueño posee alta autoestima,
se muestra más erguido, con la cabeza en alto, la mirada al
frente y músculos más relajados; se siente seguro y en su
territorio. Por lo general los invitados muestran el cuerpo curvo,
la cabeza hacia abajo y miran en otra dirección.

El fluir del movimiento


El análisis del fluir del movimiento nació de la danza, y lo
llamaron estudio “esfuerzo-forma”. Lo empezó Rudolph Laban,
coreógrafo europeo de principios de siglo XX, quien registró
los movimientos de los bailarines.

14
Ver tabla en la sección 6.1

El ser humano como ser corporal 141


Laban observa, por ejemplo, que el que pisa con fuerza da
la impresión de decidido; si camina ligero, impaciente o
agresivo, aunque si con el mismo impulso lo hace más
lentamente, de manera homogénea, parece paciente y
perseverante. Si camina con muy poco impulso, como si
tratara de no arruinar el piso, falta de seguridad; si levanta las
caderas exageradamente, confianza en sí mismo, si al mismo
tiempo se produce rotación, garboso o desafanado; si agrega
más ritmo, más énfasis, parece que coquetea.

Irmgard Bsrtenieff, alumna de Laban dice: “podemos


describir una postura “orgullosa”, un modo de andar “seductor”
o un gesto “exigente” en términos de rasgos de movimientos
específicos y objetivos” 15

Se puede observar un ritmo corporal al dialogar. El hombre


se mueve continuamente al compás de su discurso. Cada vez
que una persona habla, los movimientos de las manos, dedos,
cabeceos, parpadeos, todos los movimientos del cuerpo
coinciden con ese compás. Además, el que escucha también
se mueve al compás del que habla. Cordon (profesor del
Western Psychiatric Institute and Clinic de Pitsburg) analizó
más de cien películas y encontró que cuando dos personas
conversan, sin importar de qué parte de la tierra sean, están
unidas no sólo por las palabras que intercambian sino por un
ritmo compartido; esto sirve para indicar al que habla que el
oyente está escuchando realmente. Si el oyente se distrae, la
sincronía falla o desaparece.16

15
Flora Davis, La Comunicación no verbal, pág. 214
16
Flora Davis, La Comunicación no verbal, pág. 137

El ser humano como ser corporal 142


Cuando existe sincronía nace la empatía, se agradan
mutuamente y es fácil entenderse entre sí. El hecho de
adaptarse al ritmo de otra persona puede tener el mismo
efecto que compartir una postura, ya que promueve una
impresión de intimidad y armonía.

El ser humano como ser corporal 143


6.7 LA MIRADA
El comportamiento ocular es la forma más sutil de la
corporalidad. Lo aprendemos desde pequeños y lo utilizamos
inconscientemente para comportarnos ante la sociedad y
saber qué esperar de los demás.

Dirección de la mirada
El lugar donde ve un individuo muestra aquello que le ocupa.
Para el que habla, sentir la mirada del oyente es halagador,
percibiendo que el otro está interesado en lo que habla, pero
para el que escucha sentir una mirada prolongada del orador
resulta incómodo.

Mirar directamente y por espacios prolongados está


relacionado con el agrado. La otra persona lo interpreta como
que no está tan interesado en el tema sino en su persona. Esto
se observa no sólo en el galanteo de parejas. Los individuos
más afectuosos miran más que otros, implicando un deseo de
formar una relación personal. Por otro lado, las personas
enojadas o turbadas evitan las miradas de los otros.

En nuestra cultura el mirar muestra el estatus relativo de la


gente. El dominante ve más seguido al otro, y cuando capta la
mirada de algún subordinado, éste entrecierra los ojos o ve en
otra dirección. Al igual que los primates, la estructura de
dominio se organiza y mantiene según quién puede mirar a
quién.

La persona que habla puede controlar en gran medida el


comportamiento del que escucha mediante movimientos
oculares: puede impedir ser interrumpido evitando mirarlo, o

El ser humano como ser corporal 144


alentarlo a responder mirándolo con frecuencia, en forma
suave.

Cuando alguien pregunta, mira fijamente al otro, a menos


que sea una pregunta indiscreta o acerca de algún dolor; en
este caso mirará hacia abajo.

Contacto ocular
Se dice que los ojos son el espejo del alma. Ver a los ojos de
una persona es la forma más fácil de darse cuenta cómo se
siente, por eso el contacto ocular nos hace sentir expuestos y
vulnerables. Cuando dos miradas se encuentran, ambos saben
cómo se siente el otro, y puede brotar la empatía.

Quien quiera ser tratado con respeto, que vea al otro a los
ojos con igual actitud: encontrar una mirada que indique
igualdad de dignidad invita a la autoestima y respeto. Cuando
ésto se da, ambos lo muestran en su mirada y experimentan
confianza, base para la escucha y comunicación abierta.

Cuando una persona permite que otra la vea a los ojos se


siente vulnerable, de manera que si intuye que quiere pedir
algo que no desea dar, no permite que lo vean a los ojos. Esto
lo observamos cuando nos piden dinero en la calle, cuando
alguien quiere que lo lleven en carro, etc. Lo saben bien los
niños que toman con sus manos la cara del padre volteándolo
hacia ellos antes de hacer una petición.

La mayor parte de las culturas desaprueban el que una


persona desconocida mire fijamente a otra, por considerarlo un
exceso de intimidad, sin embargo las reglas sociales varían.
Edward Hall observó que los árabes platican viéndose a los

El ser humano como ser corporal 145


ojos, mientras que los orientales lo juzgan de mala educación.
Los ingleses no se ven a los ojos, muestran su interés en la
conversación mediante una mirada fija en otra dirección. Los
americanos varían constantemente la dirección de su vista. A
los israelíes les es fácil ver fijamente a una persona en la vía
pública. En Francia los hombres fijan fácilmente su vista en la
mujer, mientras que los norteamericanos piensan que mirar fijo
en público es una intromisión a la intimidad, y ser sorprendidos
en esta actitud es embarazoso.

Posición de los ojos en relación al proceso interno del individuo


En un diálogo, si el que escucha ve más tiempo al que habla,
muestra así su interés en lo que se dice. Si le interesa lo que
escucha verá más fijamente al orador, mientras que si no le
agrada rehuye la mirada. Entre desconocidos, sin embargo,
se reduce el intercambio visual.

El que habla varía su mirada, por momentos ve al


interlocutor, pero la mayor parte del tiempo voltea sus ojos
(arriba, abajo, al centro.) dependiendo del proceso interno que
realice.

John Grinder y Richard Bandler, en su propuesta de


Neurolingüística17 dicen que cuando un individuo ve hacia
arriba indica que se encuentra en un proceso mental
relacionado con lo visual; si lo hace al centro se relaciona
auditivamente y si voltea hacia abajo tiene que ver con sus
sentimientos. Por otro lado, si gira los ojos a la izquierda está
construyendo lo que va a decir, mientras que si lo hace a la
derecha se encuentra recordando.

17
John Grinder, Introducción a la Programación Neourolingüísica

El ser humano como ser corporal 146


6.8 LA RESPIRACIÓN
La respiración es una acción continua que nos llena de
oxígeno y nos ayuda a desechar toxinas. Prestamos poca
atención a ella porque la sentimos muy normal y automática.
Sin embargo, no nos damos cuenta que variamos el ritmo y
profundidad de la respiración según la emocionalidad en la que
estamos.

Cada emoción conlleva un tipo de respiración, algunos


llenándonos de salud, otros propiciando la enfermedad y el
negativismo. Cuando respiramos libre y plenamente, nos
sentimos libres y plenos.

Una respiración franca embebe las emociones y la vuelca


en la expresión; si respiramos naturalmente no podemos
ocultar el estado emocional, ni ante nosotros mismos ni ante
los demás. No obstante, desde muy temprana edad, la
mayoría experimentamos la necesidad de suprimir algunos
sentimientos, debido al medio que nos rodea; al principio
nuestros padres, luego toda la sociedad, nos amenaza con
castigarnos si los mostramos. Aprendemos a retener los
sentimientos reteniendo la respiración.

El ser humano como ser corporal 147


Fig. 6.1

La corporalidad está íntimamente ligada a nuestro actuar.


Nos encontramos en un círculo de acción – reacción. La
acción efectiva depende del estado fisiológico en que nos
encontremos. La respiración profunda provoca un cambio en
nuestra fisiología que llena de energía y predispone a la acción
efectiva.

El ser humano como ser corporal 148


6.9 LA CORPORALIDAD EN RELACIÓN CON
LAEMOCIONALIDAD
Las líneas en la cara muestran emociones familiares, y el
mapa de ansiedad, angustia, frustración, satisfacción, felicidad
y gozo se marcan en la piel cada año. Nuestro cuerpo afecta
los estados de ánimo, tanto en las posiciones y gesticulaciones
que hacemos como en su biología. Por ejemplo, si nos
encontramos en cama enfermos, la algarabía será difícil de
experimentar. Sabemos que ciertas enfermedades propician
determinados estados de ánimo y también reconocemos que si
hacemos ejercicio, nuestra emocionalidad será más sana.

Por otro lado, las emociones moldean al cuerpo y la mente.


Las expresiones emocionales se conectan con nuestra
corporalidad, mostrándose en los cambios de la musculatura
facial en forma inmediata; el cambio en el flujo sanguíneo y en
el ritmo cardíaco tarda sólo fracciones de segundo.

Los investigadores están descubriendo más detalles


fisiológicos acerca de cómo cada emoción prepara al
organismo para una clase distinta de respuesta18. Algunas
emociones que observamos a través de la corporalidad son:

La paz y tranquilidad la reconocemos en alguien con


respiración profunda y tranquila, con brillo en los ojos, con
caminar tranquilo a la vez que cadencioso, hablando con
pausas y modulación de voz. Estamos quizá ante un individuo
que tiene juicios positivos de sí mismo.

18
Daniel Goleman, Inteligencia Emocional p.25

El ser humano como ser corporal 149


Entre los principales cambios biológicos de la paz hay un
aumento de la actividad en un centro nervioso que inhibe los
sentimientos negativos y favorece un aumento de la energía
disponible, y una disminución de aquellos que generan
pensamientos negativos. Pero no hay un cambio determinado
de la fisiología salvo una tranquilidad general, que hace que el
cuerpo se recupere más rápidamente del despertar biológico
de las emociones fuertes.

El entusiasmo se muestra en gente con caminar recio y


hacia adelante, pero sin prisas, brillo en los ojos, movimientos
amplios. Los juicios que lo acompañan son positivos hacia sí
mismo y los demás, confía en un buen futuro.

La confianza, el amor y el sentimiento de aceptación dan


lugar a una fisiología opuesta a la movilización “lucha o huye”
que comparten el miedo y la ira; también provocan la llamada
respuesta de relajación o conjunto de reacciones de todo el
organismo, que genera un estado general de calma y
satisfacción, facilitando la cooperación.

Ofrecen al organismo una tranquilidad que favorece


entusiasmo para cualquier tarea que se presente y para
esforzarse por conseguir una gran variedad de objetivos.

La sorpresa hace levantar las cejas, lo cual permite un


mayor alcance visual y también que llegue más luz a la retina.
Esto ofrece más información sobre la situación que acontece.

En la ira y resentimiento, la sangre fluye a las manos, y así


resulta más fácil tomar un arma o golpear a un enemigo; el
ritmo cardíaco se eleva y un aumento de hormonas, como la
adrenalina, genera un ritmo de energía lo suficientemente

El ser humano como ser corporal 150


fuerte para originar una acción vigorosa. Vivir continuamente
en el resentimiento bloquea el fluir de sangre y energía
provocando un sin fin de enfermedades físicas y emocionales.

La tristeza ayuda a adaptarse a una pérdida significativa,


como la muerte de una persona cercana, o una decepción
grande. La tristeza produce una caída de la energía y del gozo
por las actividades de la vida, sobre todo por las diversiones.
Ofrece la oportunidad de llorar por una pérdida o una
esperanza frustrada y comprender las consecuencias que
tendrá en la vida.

Una persona que anda decaída, triste o decepcionada la


vemos con hombros caídos, cabeza y manos inclinadas hacia
adelante, rostro sombrío, pecho hundido, se mueve con
esfuerzo, torpeza e indolencia y con movimientos de cabeza
repetitivos. Esto nos indica además que se siente poca cosa y
no puede ver un futuro prometedor.

Con el miedo, la sangre va a los músculos esqueléticos


grandes, como los de las piernas, y así resulta más fácil huir;
el rostro queda pálido debido a que la sangre deja de circular
por él (creando la sensación de que la sangre “se hiela”). Al
mismo tiempo, el cuerpo se congela, aunque sólo sea por un
instante, tal vez permitiendo que el tiempo ayude a determinar
si esconderse sería una reacción más adecuada. Los circuitos
de los centros emocionales del cerebro desencadenan un
torrente de hormonas que pone al organismo en alerta general,
haciendo que se prepare para la acción y la atención se fija en
la amenaza cercana, para evaluar qué respuesta ofrecer.

El ser humano como ser corporal 151


Reconocemos el miedo de la persona al observarla con
espalda tensa, mandíbulas apretadas y movimientos
calculados.

La desconfianza y baja autoestima conllevan gran estrés y


preocupación por todo. Se observan hombros levantados,
rodillas poco flexibles, pelvis rígida, mandíbulas cerradas,
codos hacia el cuerpo, glúteos apretados, labios fruncidos y
respiración que no pasa del cuello.

El disgusto se muestra igual en el mundo entero y está


relacionado con un sabor o un olor repugnante, o lo es en
sentido metafórico. La expresión fácil de disgusto -el labio
superior torcido a un costado mientras la nariz se frunce
ligeramente- sugieren, como señaló Darwin, un intento
primordial de bloquear las fosas nasales para evitar un olor
nocivo o de escupir un alimento perjudicial.

El nerviosismo crea tensiones internas que les da salida


mediante movimientos como son el rascarse o acomodarse el
pelo, jugar con una pluma o risa titubeante.

El conflicto interno hace que en el rostro aparezcan gestos


sólo por un instante o incongruencias entre gestos, posturas o
movimientos. Esto no es fácilmente perceptible en forma
consciente, pero inconscientemente, a manera de intuición, le
indica a un buen observador la presencia de posible lucha
interna. Flora Davis cree que sistemáticamente se nos enseña
desde la infancia a no prestar atención a los comportamientos
faciales mínimos, porque son demasiado reveladores.19

19
Flora Davis, La Comunicación no verbal, pág. 79

El ser humano como ser corporal 152


Emociones, corporalidad y pensamiento están íntimamente
ligados. No se da uno sin el otro. Las posturas, gestos y
movimientos que adquirimos distan mucho de ser sólo una
manera de comunicar algo. Nuestra corporalidad es una
corteza delgada de nuestro interior.

Con el cuerpo mostramos la emocionalidad en la que


estamos, la autoestima que tenemos, qué tan atractivos nos
sentimos, los juicios que tenemos acerca de nuestro presente
y futuro.

Por ejemplo, si nos creemos poca cosa, al hablar no


haremos movimientos firmes, nuestra mirada será apagada y
la curvatura de la columna y cabeza no permitirá tener una voz
firme. Nadie nos prestará atención porque nosotros mismos no
creemos merecer ser escuchados.

Nuestro atractivo no sólo tiene que ver con el físico con el


que nacemos. Una persona vivaz obtiene mucha atención,
pero generalmente implica responsabilidades que no todos
quieren tener. El ser feo puede reducir responsabilidades. La
obesidad puede ser un autocastigo, o castigo para la pareja o
padres, una manera de alejar a los del otro sexo o haber
encontrado el comer como la única manera aprendida de
sentirse atendido.

Al comprender de esta manera nuestra corporalidad


tomamos responsabilidad de ella, dejando la creencia que todo
es genética y suerte.

Estas distinciones y conexiones nos ayudan a entender


mejor a los que nos rodean. Pero sobre todo nos permiten

El ser humano como ser corporal 153


reconocer nuestro cuerpo cuando nos encontramos en
determinada emocionalidad e interpretaciones de nuestra
persona y de la situación en que vivimos. Está en nosotros
decidir si queremos seguir donde estamos o es preciso
cambiar.

Entre más flexibles seamos con nuestros cuerpo y nuestra


manera de ver el mundo, más ayudaremos a nuestra
emocionalidad.

El ser humano como ser corporal 154


6.10 FLEXIBILIDAD CORPORAL
Para realizar cierta acción de la mejor manera, además de
tener los conocimientos y habilidades necesarias, es preciso
estar en la emocionalidad adecuada. Si no lo estamos y
queremos cambiar, una forma fácil y eficiente de hacerlo es
mediante el cambio de corporalidad.

El siguiente modelo nos ayuda a manejar nuestra


corporalidad si tenemos las distinciones de qué corporalidad
acompaña cada estado de ánimo y si hemos desarrollado la
flexibilidad corporal para poder entrar en diferentes “tipos de
cuerpo”.

En forma metafórica se han determinado cinco tipos de


corporalidad20: cuatro para la acción y una para el descanso.
Se han nombrado como los antiguos elementos: Fuego, Tierra,
Agua y Aire, más el Centro.

Fig. 6.2

20
Rafael Echeverría y Julio Olaya ,The Art of Profesional Coaching

El ser humano como ser corporal 155


Centro
Decimos que estamos centrados cuando nos encontramos en
descanso. Podemos respirar profundamente, llenando los
pulmones desde el abdomen hacia arriba; nuestros músculos
se encuentran sin tensión, no estamos realizando ninguna
tarea y en nuestro pensamiento no existen pre-ocupaciones.
Vivimos una tranquilidad que permite al organismo recuperarse
y prepararse para acciones futuras.

Podemos centrarnos estando acostados, sentados,


parados o caminando. Lo importante es el equilibrio y “dejar
que el cuerpo se relaje en todos sentidos”.

Si queremos una vida sana, debemos estar en contacto


con los ritmos básicos de nuestra vida corporal, descansando
de 6 a 8 horas diarias, además de permitirnos el pequeño
descanso que requerimos cada 90 a 120 minutos.

El centro es el punto focal de la energía, el lugar de la


resolución de lo pasivo y lo activo, el yin y el yang, el punto de
quietud y, por tanto, de la receptividad, el punto desde el que
es posible ver la totalidad de las cosas, mientras que desde la
circunferencia se obtienen puntos de vista diferentes y
distorsionados. En ese punto cesa el deseo y el ser toma el
poder; es el lugar de paz que sobrepasa el entendimiento.

La búsqueda espiritual es el viaje de regreso al centro, y


todos los mitos y símbolos ponen el énfasis en la dificultad de
alcanzarlo… El retorno al centro es el viaje a casa, la vuelta al
corazón central…

El taoísmo considera sabio perfecto "al que ha entrado en


el estado de reposo"; es "retomar las propias raíces"… es el

El ser humano como ser corporal 156


estado primordial que el hinduismo llama balya, niñez, y del
que el cristianismo dice que "como no nos hagamos como
niños no podremos alcanzar el Reino de los Cielos"… Cuanto
más descentrado está un ser, mayor es el desorden y el
equilibrio mental y espiritual. 21

Fuego
El cuerpo de fuego se encuentra listo para la acción.
Observamos la mirada y el caminar hacia adelante, pasos
firmes, movimientos marcados, con tensión muscular,
adrenalina y gran atención.

Las emociones que fácilmente se pueden sentir desde el


fuego son: el entusiasmo, optimismo, coraje, ira, agresividad,
ganas de conquistar retos, competencia, alarma, pasión, huir,
valentía, burla.

Los juicios en los que se vive son el “sí puedo”, “esto es un


reto”, “soy capaz”, “soy fuerte”, “sí es posible”. Las acciones
posibles son: proponer, poner en práctica sueños, luchar,
golpear, conseguir lo que se desea, ser líder, convencer,
entusiasmar a otros, dominar.

Tierra
El cuerpo de Tierra permite ser firme y detener lo no
deseado. Muestra cierta tensión muscular, con los pies
enraizados, listos a no moverse si es necesario, estables en el
piso. La respiración rítmica, mirada al frente, fija y fuerte. Los
brazos firmes hacia abajo, en las caderas o cruzados. El rostro
duro y mandíbula apretada. Los movimientos lentos y pesados.
21
J.C. Cooper, Yin y Yang, pág. 31-33

El ser humano como ser corporal 157


Las emociones posibles son consistencia, firmeza,
seguridad, confianza en uno mismo, orgullo, sentirse superior
a otros, terquedad, autovaloración.

Los juicios en los que se vive: “yo puedo”, “de aquí nadie
me mueve”, “yo tengo razón”.

Las acciones posibles son: Negarse con firmeza y


tranquilidad, tomar decisiones, poner reglas, defenderse.

Agua
La importancia del agua en el jardín chino no sólo se debió al
simbolismo yin-yang, sino a la amplia significación del agua
misma. Representa fuerza en la debilidad, fluidez,
adaptabilidad, frialdad de juicio, persuasión suave y ausencia
de pasión. El agua fluyente y el agua quieta simbolizaban
movimiento y reposo, los opuestos complementarios, y la
piedras arrastradas por el aguan la interacción de lo suave y lo
duro. El agua tranquila también adopta el simbolismo del
espejo.22

El cuerpo de Agua invita al diálogo. Se encuentra en un


vaivén, asemejándose a las olas de mar. Los movimientos son
calmados y cadenciosos. Los músculos guardan poca tensión.
Al pararse se hace dejando caer más peso sobre un pie. Los
gestos tranquilos y con atención a lo que pasa, dentro y fuera

22
J.C. Cooper, Yin y Yang, pág. 59

El ser humano como ser corporal 158


de la persona. Al conversar con alguien se observa que toma
la posición física del otro.

Las emociones en las que se encuentra fácilmente son:


aceptación, empatía, agradecimiento, amor, sentirse
necesitado, compasión, lástima, paz, sentido del humor,
aprecio, ternura, tranquilidad y se contagia fácilmente de la
emoción del otro.

Los juicios en los que vive: “tú estás bien”, “yo estoy bien”,
“nos podemos entender”, “podemos hacer cosas juntos”,
“felicidades”.

Las acciones que mejor se hacen en esta corporalidad:


dialogar, escuchar, comprender, ser sensible, ayudar, mediar,
explicar, exponer, ser sincero.

Aire
La corporalidad de Aire habla de retirarnos de la realidad. La
podemos dividir en Aire Tranquilo y Aire Agitado.

La corporalidad de Aire Tranquilo muestra algo de


relajación muscular, poco movimiento físico, gran actividad
mental, respiración más o menos profunda, flexibilidad.

Las emociones que se pueden experimentar son por un


lado: creatividad, curiosidad, ilusión, optimismo, perplejidad,
agradecimiento, sentido del humor, serenidad, tranquilidad; por
otra lado encontramos: dolor, pesimismo, tristeza, resignación,
derrota y fracaso.

El ser humano como ser corporal 159


Los juicios que se viven son: “podemos”, “yo puedo”, “es
posible”, “la realidad es que...”, “ya se perdió todo”.

Algunas de las acciones posibles son: analizar, planear,


definir, reconocer, llorar, hablar, escribir, desahogarse, crear,
dibujar, pintar.

En la corporalidad de Aire Agitado se observa mucho


movimiento físico, poca tensión muscular, flexibilidad,
sonrisas, contacto físico.

Las emociones que se observan son: algarabía, triunfo,


sentido del humor, optimismo, alegría, satisfacción.

Los juicios que se viven: “triunfamos”, “es un buen día”,


“juntos estamos bien”, “fue un buen tiempo”.

Las acciones posibles: celebrar, reconocer, aplaudir, llorar,


gritar, bailar, abrazar.

Es importante reconocer que las diferentes corporalidades


no son buenas o malas, simplemente en cada una es más fácil
realizar ciertas acciones o tener determinadas emociones y
juicios.

Cada persona se siente más a gusto en uno o dos de los


tipos de corporalidad, simplemente porque lo ha practicado
más. Sin embargo, si queremos desarrollarnos, es preciso
ejercitar todos de manera que tengamos más recursos internos
disponibles para realizar toda la gama de actividades que nos
propongamos. Entre más flexibles seamos más felices y
eficaces seremos.

El ser humano como ser corporal 160


CAPÍTULO VII
EL SER HUMANO COMO SER TRASCENDENTE

“El ser humano encuentra el sentido de su vida, su realización y


satisfacción desde el horizonte del misterio, no desde lo
material.”
Víctor Frankl

7.1 EL SER TRASCENDENTE


Hemos analizado el ser humano desde su dimensión
lingüística, emocional y corporal; veámoslo como ser
trascendente.

Para entender al ser humano es necesario comprender su


totalidad. Las personas nos asemejamos a los animales, pero
no sólo vivimos y morimos; en nuestra esencia está algo más,
trascendemos.

Darle sentido a la vida y dejar huella de nuestra existencia


es propio del ser humano; aprendemos a hacerlo desde
nuestra niñez y lo seguimos desarrollando a través de la vida.

Tenemos la libertad, el derecho y la posibilidad de


trascender como seres humanos; en nosotros está. Víctor
Frankl, iniciador de la Logoterapia, comenta: “Uno de los
rasgos principales de la existencia humana es la capacidad
para elevarse por encima de las condiciones biológicas,
psicológicas o sociológicas, y trascenderlas… El hombre se

El ser humano como ser trascendente 162


trasciende a sí mismo; el ser humano es un ser
autotrascendente”.23

El sentido de trascendencia es lo que da significado último


a nuestra vida y acciones. Sin él, perdemos el para qué
vivimos y podemos llegar fácilmente al suicidio, ya sea físico,
quitándonos la existencia, o espiritual, vegetando y perdiendo
todo gusto y calidad de vida.

Cuando hablamos de trascendencia implicamos


espiritualidad. El término griego logos puede referirse a
significación, sentido o espíritu; nosotros lo tomamos como
referencia humana total, no sólo en su connotación religiosa.

Para comprender nuestra parte espiritual es preciso


atender a ciertas creencias básicas, así como a conceptos que
repercuten en el ser que somos.

Para que estas creencias nos den bienestar (aunque las


recibamos de nuestra familia y comunidad) deben ser
coherentes con nuestra vida; es decir, tenemos que cuestionar
lo que nos enseñaron, y modificarlo de manera que ya no sean
las creencias de otros sino las nuestras.

23
Frankl, Víctor E., El Hombre en busca de sentido, pág. 125

El ser humano como ser trascendente 163


7.2 CREENCIAS E INTERPRETACIONES
“Se puede convertir la experiencia en victorias, la vida en un triunfo
interno, o bien se puede ignorar el desafío y limitarse a
vegetar”
Víctor Frankl

No toda creencia o interpretación es igual a otra. Lo que


permite discernir entre ellas es el juicio que podemos efectuar
sobre el poder de acción y de darnos felicidad en cada una.
Las creencias no son triviales. Cada una abre o cierra ciertas
posibilidades en la vida, permitiéndonos determinados cursos
de acción.

Un error o accidente puede interpretarse como mala suerte,


un castigo o una oportunidad de hacer un alto en la vida, una
oportunidad de aprender y reflexionar sobre la manera de
actuar.

En nuestra condición de seres humanos, vivimos


generando sentido a nuestra existencia, siempre interpretando
qué somos y cómo es el mundo que nos rodea. Nuestra
identidad está asociada a la capacidad de generar sentido a
través de creencias.

No es necesario rebatir o desbaratar las interpretaciones de


otros, no es que sean verdaderas o falsas, simplemente nos
abren o cierran diferentes posibilidades. Las crisis de valores
de la sociedad actual es un cuestionar las creencias y reglas
anteriores para ser congruentes con una nueva realidad.

El ser humano como ser trascendente 164


Las creencias básicas que constituyen el sentido de
trascendencia son las que responden a preguntas tales como
quién soy, cuál es la razón y el sentido de mi vida.

Fig. 7.1

El ser humano como ser trascendente 165


7.3 QUIÉN SOY
Los filósofos griegos, primero Sócrates, y luego su discípulos
Platón y Aristóteles, nos llevaron del hablar de la
caracterización del ser humano, como ser libre, creativo o
sabio a “la esencia del ser humano”. Se empezó a definir qué
es la libertad, la creatividad, la sabiduría; fue tanto el énfasis
en las definiciones y en encontrar la verdad, que se pasó de la
acción a la razón, del comprender el actuar de una persona a
encontrar qué es el ser humano en general y quién es tal o
cual individuo. Se creía que cada individuo posee una manera
de ser permanente e inmutable, de esta manera nos
encontramos queriendo descubrir quién o cómo somos. Esto lo
rebatimos hoy en día.

No estamos condicionados o determinados como los


animales. Si bien la genética y el medio ambiente nos
predisponen a ser de determinada manera, participamos en el
diseño de nuestro ser; escogemos si nos dejamos llevar por el
medio o le hacemos frente, modificando nuestra persona y lo
que nos rodea.

La vida es un espacio en el que los individuos nos


inventamos a nosotros mismos. Nacemos dotados de la
capacidad de participar activamente en el diseño de nuestra
propia persona.

Hay quienes creen que su vida depende totalmente de la


decisión de algo fuera de su alcance: la vida, el universo o
Dios; otros afirman que lo que les pasa depende de otros, de
la familia de donde vienen o de la decisión de los demás; otros
creen que todo es causado por ellos mismos; otros piensan
que las tres partes influyen. Cada interpretación permite ciertas

El ser humano como ser trascendente 166


actitudes y acciones, cada una tiene sus propias
consecuencias.

Sin embargo, la creencia que tengamos de quién somos


determina el tipo de acciones que realizamos y el alcance de
nuestra vida y trascendencia.

El ser humano como ser trascendente 167


7.4 EL SENTIDO DE LA VIDA
“Quien tiene un por qué vivir,
encontrará casi siempre el cómo”
Nietzsche

Los seres humanos somos las únicas criaturas que nos


preguntamos por la finalidad de nuestro vivir. El vocablo finis
tiene dos significados: “final y meta a alcanzar”.

Frankl nos dice que logos o sentido de la vida “no es sólo


algo que nace de la propia existencia, sino algo que hace
frente a la existencia”24.

Venimos a esta vida con una misión por realizar. Tan


importante es esta misión que nadie más la puede hacer por
nosotros. Es lo que le da sentido a nuestra vida, es lo que nos
ayuda a tener un blanco a dónde dirigir nuestras acciones; y
sin embargo nunca sabemos a ciencia cierta cuál es ni cómo
lograrla. No venía anexada a nosotros al nacer, la vamos
descubriendo y diseñando en el camino. Nos damos cuenta de
nuestra misión al responder cómo cambiaría el mundo de los
demás si nosotros no existiéramos.

El sentido de la vida es fundamental para el ser humano.


En base a él es que tenemos grandes satisfacciones de
nuestros esfuerzos, y de no tenerlo es causa de desesperación
y suicido. La gente que se quita la vida porque perdió su
partido favorito de fut-bol, obviamente carecía de sentido su
existencia.

24
Frankl, Víctor E., El Hombre en busca de sentido, pág.99

El ser humano como ser trascendente 168


Víctor Frankl, describiendo sus vivencias en el campo de
concentración comenta:

“Estaba disgustado con la marcha de los asuntos que


continuamente me obligaban a ocuparme sólo de aquellas
cosas tan triviales. Me obligué a pensar en otras cosas. De
pronto me vi de pie en la plataforma de un salón de
conferencias bien iluminado, agradable y caliente. Frente a mí
tenía un auditorio atento, sentado en cómodas butacas
tapizadas. ¡Yo daba una conferencia sobre la psicología de un
campo de concentración! Visto y descrito desde la mira
distante de la ciencia, todo lo que me oprimía hasta ese
momento se objetivaba. Mediante este método, logré cierto
éxito, conseguí distanciarme de la situación, pasar por encima
de los sufrimiento del momento y observarlos como si ya
hubieran transcurrido y tanto yo mismo como mis dificultades
se convirtieron en el objeto de un estudio psicocientífico muy
interesante que yo mismo he realizado. ¿Qué dice Spinoza en
su Ética? “La emoción, que constituye el sufrimiento, deja de
serlo tan pronto como nos formamos una idea clara y precisa
del mismo”.

El sentido de la vida no se impone, se descubre; no nos lo


enseñan, lo encontramos al vivir la vida, al tener contacto con
el mundo y sobre todo al tener contacto con nosotros mismos.

En Logoterapia se aprende que “La búsqueda por parte del


hombre del sentido de la vida constituye una fuerza primaria y
no una “racionalización secundaria” de sus impulsos
instintivos. Este sentido es único y específico en cuanto es uno
mismo y uno solo quien tiene que encontrarlo”. 25

25
Frankl, Víctor E., El Hombre en busca de sentido, pág. 98

El ser humano como ser trascendente 169


Nuestros gustos e inclinaciones naturales forjan en parte la
propia misión, sin embargo también depende del momento que
estamos viviendo, nuestro estado ante la sociedad, el trabajo
que hacemos, todo va de la mano con nuestra misión. A veces
lo esencial no es lo que esperamos de la vida, sino lo que ella
espera de nosotros.

El ser humano encuentra el sentido de su vida en su


realización y satisfacción, desde el horizonte del misterio, no
desde lo material. Al hablar de trascendencia no cabe pensar
en el tener o acumular, ya sean cosas materiales,
conocimientos o poder. Todo eso son medios, lo importante es
el ser.

Además vamos modificando el quién somos y nuestra


misión en las diferentes etapas de nuestra vida. Cada día
empezamos una nueva, dejando atrás la anterior. En cada una
hemos de encontrar el sentido de nuestro vivir. Inventamos y
descubrimos continuamente para qué estamos aquí y nuestra
misión específica del momento; y esta nueva misión nos da
una razón para vivir en el presente, y un quehacer que vaya en
consecuencia.

La sociedad nos enseña en términos generales el sentido


de la existencia del hombre, sin embargo esto no es tan
importante como el significado que cada individuo le da a su
existencia en un momento determinado.

La vida impone un sin fin de quehaceres y deberes, es


parte de la responsabilidad del individuo, mas lo que realmente
necesitamos es una meta que merezca la pena alcanzar.

El ser humano como ser trascendente 170


7.5 LA FELICIDAD
“Si la vida te da limones, has limonada”
Refrán popular

La mayor parte de los humanos soñamos con ser felices, sin


embargo pocos lo logran; un bloqueo es la concepción y
expectativas de lo que es la felicidad. John Powell tiene la
premisa de que la felicidad es una condición natural de los
seres humanos, pero que “en la medida en que pensemos que
nuestra felicidad vendrá de las cosas externas o incluso de
otras personas, nuestros sueños están destinados a morir”.26

Jesús pregona que estamos llamados a una vida plena a


través de las bienaventuranzas, llamando felices a los que el
mundo llama desdichados27: “Bienaventurados los pobres en el
espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los afligidos, porque serán consolados.
Bienaventurados los mansos, porque heredarán la tierra.
Bienaventurados lo que tienen hambre y sed de justicia,
porque para ellos habrá misericordia. Bienaventurados los
limpios de corazón, porque verán a Dios. Bienaventurados los
pacificadores, porque serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia,
porque a ellos pertenece el reino de los cielos”.

26
Powell, John, La Felicidad es una tarea interior, p.3
27
Mateo 5, 3-10

El ser humano como ser trascendente 171


Y Dalai Lama complementa: “Tener una felicidad genuina y
duradera no es fácil, sin embargo se puede obtener… La
felicidad está más determinada por la actitud del individuo que
por eventos externos. El éxito nos puede llevar a una euforia
temporal, la tragedia nos manda a un período de depresión,
pero tarde o temprano regresamos a nuestro nivel de felicidad
acostumbrado”.28

Para Víctor Frankl, “El placer es, y debe continuar siendo,


un efecto o producto secundario, y se destruye y malogra en la
medida en que se le hace un fin en sí mismo”.29

La felicidad es un estado de plenitud, en donde vivimos


intensamente el presente, aprendiendo del ayer y sin
preocuparnos del futuro. Es un poder paladear lo que la vida
nos ofrece: triunfo, desesperación, gozo, odio, y amor.

La felicidad no se busca, se encuentra uno en ella como


resultado de:
 Disfrutar lo que sí tenemos.
 Asumir plena responsabilidad de las propias acciones, sin
perder tiempo y energía culpando o sintiéndonos la
víctima.
 Vivir el presente.
 Aceptarnos a nosotros mismos y al otro como somos.
 Experimentar las emociones que nos invadan. Vivirlas y
dejarlas ir; aceptar el dolor y coraje con la misma
intensidad que gozamos el placer.
 No cargar con lo que no es propio.
 No depender de la aprobación de los otros.

28
Dalai Lama, Cutler Ho8ward, The Art of Happiness, p.21
29
Frankl, Víctor E., El Hombre en busca de sentido, p. 118

El ser humano como ser trascendente 172


 Aceptar que no somos totalmente libres ni omnipotentes.
 Crear momentos para “estar solo conmigo”.
 Buscar el crecimiento, no la perfección.
 Tomar responsabilidad de la propia felicidad.

El ser humano como ser trascendente 173


7.6 EL SUFRIMIENTO

“El dolor y sufrimiento al dar a luz un hijo


da sentido a la vida de la madre.”
Carmen Duhne

El sufrimiento es un fenómeno que se da en el ámbito


emocional, provocado por juicios que tenemos acerca de la
injusticia de algo. Mucho podemos hacer para tener una vida
placentera, mas no siempre está en nuestras manos evitar el
dolor. No se puede eliminarlo, ya que éste es parte de la vida,
pero diferentes interpretaciones de lo que está pasando, de las
intenciones y de los sentimientos de culpa pueden ayudar a
aminorarlo en gran medida.

Frankl opina que la “Vida no significa algo vago, sino algo


muy real y concreto, que configura el destino de cada hombre,
distinto y único en cada caso. Ningún hombre ni ningún destino
pueden compararse a otro hombre o a otro destino… Y a
veces, lo que se exige al hombre puede ser simplemente
aceptar su destino y cargar con su cruz… Su única
oportunidad reside en la actitud que adopte al soportar su
carga”.30

En cualquier situación es posible practicar el arte de vivir,


aunque nos encontremos bajo las circunstancias más difíciles,
si sabemos que la vida tiene una misión. Al encontrarle un
sentido al sufrimiento, éste se vuelve más leve; el modo en
que aceptamos lo inevitable puede añadir un sentido más

30
Frankl, Víctor E., El Hombre en busca de sentido, pág. 79

El ser humano como ser trascendente 174


profundo a nuestro vivir. Sin el sufrimiento y la muerte la vida
no es completa.

El ser humano como ser trascendente 175


7.7 LA MUERTE

Nuestra calidad de vida depende en parte de las creencias que


tenemos de la muerte. Lo que sentimos ante la muerte tiene
que ver con la interpretación que tengamos de ella. Podemos
pensar que es: una extensión de la vida, un hecho inevitable,
una liberación, una obra divina, una fatalidad o un castigo.

Cada interpretación no sólo nos marca cómo vemos y


sentimos la muerte, también nos define nuestra posición ante
la vida.

Vivimos en un interminable morir y resucitar. Lo


experimentamos al nacer, dar los primeros pasos, asistir a la
escuela, entrar a la adolescencia, casarnos, perder lo querido,
etc.

Cada vez que atravesamos por una crisis, vivimos un


momento que puede tener grandes expectativas, o ser
incómodo y hasta doloroso, pero con aprendizaje y
crecimiento. Sin esto nos estancamos y dejamos de vivir. Si
nos aferramos a algo, alguien o un estado agradable, nunca
encontramos lo maravilloso del siguiente.

El ser humano como ser trascendente 176


7.8 LA SABIDURÍA
Admiramos a las personas que consideramos sabias; es
agradable tenerlas cerca de nosotros como modelos. Son
gente que tenemos en alto precisamente porque saben vivir su
vida.

La palabra sabiduría no viene de saber mucho, sino de


“sabere” que quiere decir gozar, paladear la vida. La sabiduría
se da al poder aceptarnos como somos, gozar lo que sí
tenemos, llorar cuando es necesario, amar y dejarnos amar.

Las personas sabias trascienden.

El ser humano como ser trascendente 177


7.9 LA LIBERTAD
“Podrán encarcelar mi cuerpo, pero no mi espíritu”
Gandi

No todo depende de nosotros, nacemos con ciertos genes, el


medio en que vivimos afecta nuestro ser, el lugar y momento
histórico que nos tocó vivir nos permite determinadas
oportunidades; sin embargo, somos libres para hacer con
nuestra vida lo que queramos.

La libertad es un regalo que nadie puede quitarnos.


Podemos cederla consciente o inconscientemente, pero es
nuestra. Frankl comenta: “Al hombre se le puede arrebatar
todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas –la
elección de la actitud personal ante un conjunto de
circunstancias- para decidir su propio camino… Es esta
libertad espiritual, que no se nos puede arrebatar, lo que hace
que la vida tenga sentido y propósito”.31

31
Frankl, Víctor E., El Hombre en busca de sentido, pág. 69-70

El ser humano como ser trascendente 178


El ser humano como ser trascendente 179
CAPÍTULO VIII
APRENDER A SER DIFERENTES

“La mayor característica del ser humano actual es que es un ser en


aprendizaje continuo.”
Carmen Duhne

Fig. 8.1.

Aprender a ser diferentes 181


8.1 APRENDIZAJE
Los seres humanos, para hacer frente a la vida, aprendemos
un sin fin de conocimientos y habilidades. Hasta hace poco
tiempo, la persona aprendía un oficio y, trabajando
responsablemente, podía vivir tranquila; hoy en día, con el
mundo cambiante que experimentamos, no podemos dejar de
aprender. Por ejemplo, si en el trabajo nos asignan un puesto
nuevo, tendremos que aprender muchas cosas referentes al
trabajo en sí y otras que tienen que ver con las nuevas
relaciones humanas que el puesto requiere, esto conlleva
como consecuencia un cambio en nosotros.

Cada día requerimos de nuevos conocimiento y


habilidades, tenemos que adaptarnos y modificarnos
constantemente.

Analicemos un poco lo que es el aprendizaje:


Actualmente, se define el aprendizaje como un proceso de
adquisición de habilidades, conocimientos, actitudes y valores,
que tiene como finalidad la modificación de la persona, tanto
en su manera de pensar como de actuar. Este proceso supone
ciertos niveles de actuación mental, afectiva y corporal del
sujeto. Tanto la afectividad como la inteligencia son
ingredientes vitales de dicho proceso, pues el que aprende
experimenta sentimientos y pensamientos sobre aquello que
está adquiriendo. El crecimiento en los diferentes ámbitos de
su vida (personal, familiar, profesional, etc.) dependen del
interés, emocionalidad y actitud hacia el aprendizaje.

Por otro lado, un cambio más profundo se da cuando la


persona es capaz de observarse a sí misma y decidir cambiar
los aspectos de su persona que considere libremente realizar.

Aprender a ser diferentes 182


Tiene una visión global donde se da cuenta que ella forma
parte de un sistema más amplio al interactuar con otras
personas y donde sus acciones y resultados se ven afectados
por las acciones de otros.

Para mejorar la manera de aprender podemos analizar qué


es lo que aprendemos y cómo es que lo hacemos:

8.2 QUÉ APRENDEMOS

Fig. 8.2

Distinciones
Tener una distinción acerca de una cosa, persona o situación
es poder definir qué es y qué no es, y cómo se relaciona con
otras cosas, personas o situaciones.

Es importante ver nuestras distinciones realmente como


distinciones y no sólo como una idea que la sociedad ha
puesto. Aún y cuando vemos a través de nuestros ojos,

Aprender a ser diferentes 183


observamos con nuestras distinciones. Gente con diferentes
distinciones observa cosas diversas ante lo mismo,
pudiéramos decir que vive en diferentes mundos. Por ejemplo,
ante una crisis, unos sólo ven problemas, otros distinguen
oportunidades; frente a un paro de una máquina, sólo el
especialista fácilmente observa qué es lo que detiene el
proceso.

Algunas distinciones tienen bases físicas, otras se


encuentran en el lenguaje; por ejemplo, una distinción con
base física es el conocimiento de los planetas y el sistema
solar, o los tipos de metales y sus aleaciones. Las distinciones
en el lenguaje las hacemos en lo moral, político, empresarial,
etc. Por ejemplo, algunas organizaciones tienen clara su
Misión, Visión, Valores y Filosofía, para otras, éstos conceptos
están muy vagos.

Interpretaciones y creencias
El medio ambiente en donde crecemos determina en mucho
nuestra manera de interpretar lo que vivimos. Aprendemos las
creencias e interpretaciones de los diferentes grupos a los que
pertenecemos, y ellas hacen que nos comportemos de la
manera como lo hacemos. Por ejemplo, si una persona forma
parte de un organismo gubernamental compartirá los puntos
de vista de dicha organización.

Cuando una persona experimenta nuevas situaciones,


digamos que viaja, cambia de trabajo o sufre un accidente, sus
interpretaciones sobre algunos temas se modifican. Incorporar
nuevas creencias es sencillo para unos individuos, mientras
otros muestran resistencia al cambio.

Aprender a ser diferentes 184


Habilidades
Una habilidad es la capacidad de un individuo o grupo de
desarrollar recurrentemente acciones efectivas en un dominio
determinado; hablamos de aprender habilidades al poder
hacer acciones que antes no era capaz de desarrollar. Por
ejemplo, cuando vemos que las personas en el trabajo tienen
resultados buenos constantemente, decimos que han
aprendido las habilidades requeridas.

Patrones de conductas
Una conducta es una manera de proceder ante determinada
situación. Aprendemos conductas específicas para hacernos
cargo de nuestras necesidades físicas, emocionales, culturales
y espirituales.

Por ejemplo, entre las necesidades físicas encontramos el


dormir. En este aspecto observamos que hay quien
acostumbra ver la televisión o leer para poder conciliar el
sueño, quien necesita “su” cama o almohada, quien requiere
oscuridad total.

Los patrones de conducta emocionales se refieren a cómo


actuamos ante la necesidad de ser amado, pertenecer a un
grupo, sentir que valemos y sentirnos seguros. Los patrones
de conducta sobre la espiritualidad atienden a la relación con
Dios y al darle sentido a la vida; cambian de persona a
persona y también varían con la edad. Encontramos gente que
se da tiempo para disfrutar una atardecer, leer y filosofar al
respecto, otros no.

Aprender a ser diferentes 185


Los patrones de conducta van variando según las
experiencias vividas y las necesidades percibidas.

La mayor parte de los patrones de conductas los


aprendemos en forma inconsciente y de esa manera
permanecen casi siempre para nosotros. Las hacemos
conscientes al cuestionar el proceder de alguien más, al
situarnos en entornos diferentes a los conocidos, como al
cambiar de trabajo o viajar con un compañero.

Emociones
Las emociones es lo que sentimos ante determinada situación.
Tienen que ver con los juicios e interpretaciones que hacemos
de lo que nos acontece.

Aprendemos a estar en diferentes estados de ánimo,


dependiendo de los ámbitos en los que nos movemos, los
grupos a los que pertenecemos, el ambiente de la casa y
trabajo, etc.

Entramos a detalle en éste aspecto en el capítulo del Ser


Humano como ser Emocional.

Corporalidades
Al experimentar una situación, la vivimos dentro de una
corporalidad determinada.

Dicen que la posición que tenemos al pararnos, es la


posición que mantenemos ante la vida. Al observar la
corporalidad de gente de edad avanzada, podemos tener una
buena idea de la manera como vivió su vida.

Aprender a ser diferentes 186


Los hijos aprenden los movimientos y posiciones de los
padres de la misma manera que los adultos somos
influenciados por otros constantemente.

Además, como las emociones y la corporalidad están


íntimamente ligadas, al vivir largos periodos de tiempo en una
emoción, vamos haciendo nuestras determinadas posiciones.

Aprender a ser diferentes 187


8.3 CÓMO APRENDEMOS

Fig. 8.3

Generalmente relacionamos el aprendizaje con la escuela,


universidad o centro de entrenamiento; pero el aprendizaje se
da de muchas maneras. Veamos algunas:

Imitando consciente o inconscientemente a otro (modelando)


La mayor parte de nuestro aprendizaje en la vida se da en
forma inconsciente. Podemos observar cómo una persona se
parece a su padres, no sólo físicamente, sino en su manera de
ser. No todo es genético, mucho ha sido copiado, aprendido al
ir imitando a otros, especialmente si les concedemos
autoridad. Imitamos a afrontar lo que nos acontece, en forma
de problema o de reto; copiamos emociones en la vida,
actuamos de manera que pensamos que todo ser humano
hace lo mismo, hasta que nos damos cuenta que gente de otra
región actúa diferente.

Haciendo
Aprendemos a partir de lo que hacemos; si nos equivocamos
lo haremos diferente. También lo hacemos proponiéndonos

Aprender a ser diferentes 188


incursionar en un área donde no somos competentes.

Reflexionando acerca de acciones propias o ajenas


Cada acción que realizamos tiene consecuencias o resultados.
Al evaluar éstos, decidimos seguir haciendo lo mismo o no;
cada vez que evaluamos, nos vamos convirtiendo en
observadores diferentes de lo que nos acontece, aprendemos
de la efectividad de nuestras acciones. Podemos también
compararnos con otras personas y aprender de su diseño y
manejo de acciones.

Pidiendo ayuda
Existen ámbitos en donde nos declaramos parcial o totalmente
ignorantes, y si tenemos el interés de aprender, solicitamos a
alguna persona o institución que nos enseñe. En este tipo de
aprendizaje requerimos además ejercitar lo aprendido de
manera que llegue a formar parte de la persona.

Aprender a ser diferentes 189


8.4 REQUISITOS DEL APRENDIZAJE
“El maestro aparece cuando el alumno está listo” Proverbio chino

Cuando aprendemos algo hay ocasiones en que lo hacemos


con mucha efectividad y otras veces nos cuesta trabajo, y no
siempre sabemos por qué. Además, algunas personas
aprenden más fácilmente y con el nivel deseado, otras no.

Analizando el proceso de aprendizaje, nos encontramos


con que existen requisitos necesarios para el máximo
aprovechamiento32. Observemos algunos:

A. Tener interés
Ya que aprender es sinónimo de cambiar o modificar el ser
que somos, tener interés quiere decir que no estamos
conformes con estar donde estamos, con saber lo que
sabemos, queremos un cambio. Tener interés es declarar “YO
QUIERO aprender eso”. Implica también visualizar beneficios
si hacemos el cambio, tanto en nuestra persona como en los
resultados.

B. Pensar que “YO PUEDO aprender ESO”


Durante la niñez y a través de la vida, vamos adquiriendo
juicios, hechos por uno mismo u otras personas, acerca de la
capacidad que tenemos de aprender en determinados ámbitos.
Cuando el juicio es negativo, si pensamos que no podemos
aprender algo, que "no nacimos para eso", generalmente ni

32
Rafeael Echeverría y Julio Olalla, The Arto f Profesional
Coaching

Aprender a ser diferentes 190


siquiera intentamos aprenderlo, evitando así la posibilidad de
fundamentar el juicio contrario. En el desempeño profesional,
para trazar retos y pensarlos posibles, estos juicios son
cruciales. Nuestro jefe o compañeros pueden aportar gran
ayuda al respecto, pero principalmente nosotros, como
aprendices, somos los que debemos cuestionar los juicios y
creencias en las que vivimos respecto a nuestro aprendizaje.

C. Estar dispuesto a desaprender


Si aprender es cambiar el ser que somos, al incorporar algo
nuevo, desaprender implica quitarnos o modificar conductas,
creencias, interpretaciones o emociones.

Muchas veces necesitamos modificar la manera como


hemos hecho ciertas cosas, quizá por años. A veces es difícil
desaprender lo que tenemos interiorizado, arraigado al ser que
somos, algo que quizá nos fue útil en un momento, pero que
ahora debemos de realizarlo en forma diferente. Estar
dispuesto a desaprender implica soltar parte de nuestro ser y
actuar que nos brinda la comodidad de lo conocido, cosa que
no siempre es fácil.

Lo vemos, por ejemplo, en la persona que está


acostumbrada a hacer ciertos procesos a mano y quiere
aprender a utilizar la computadora, o quien ya usa un
programa computacional para un determinado trabajo y luego
necesita aprender a usar otro. En ambos casos, el aprender lo
nuevo implica estar dispuesto a sentirse incómodo por un
tiempo, hasta que la nueva manera de proceder sea “lo
natural”.

Aprender a ser diferentes 191


Desaprender implica dejar de hacer algo en forma
inconsciente y sin darse cuenta, “en automático” para luego
interiorizar otra forma de proceder.

D. Reconocer ignorancia
La sociedad en que vivimos nos ha enseñado que no es buena
la ignorancia. A un niño pequeño no le cuesta trabajo
preguntar de todo y a todos; no le importa que lo vean
ignorante, es más, si lo consideran ignorante, más lo
ayudarán. No pasa mucho tiempo, después de entrar a la
escuela, en que en lugar de preguntar empieza a responder.
Los premios no son para el que pregunta, sino para el que
tiene no sólo la respuesta, sino "la respuesta correcta", es
decir, la que viene en el libro o la que dijo el maestro. El niño
que sigue preguntando sólo conseguirá burlas y regaños.

Ya adultos, nos molesta que nos pregunten, porque se


podría poner de manifiesto nuestra ignorancia. Sin embargo, si
nos conformamos con las respuestas que aprendimos en la
escuela y universidad, la sociedad no podría avanzar como
humanidad. Las innovaciones se dan a partir de buenas
preguntas, no de las buenas respuestas; son provocadas a
raíz de poder decir "yo no sé", de poder entusiasmarse con
una pregunta. Es importante generar un espacio para no
saber.

E. Darnos cuenta de nuestra ceguera


Existen áreas del conocimiento en las cuales podemos
reconocer ignorancia al respecto, mas existen otras de las
cuales ni siquiera sabemos que no sabemos, nos encontramos
ciegos a la posibilidad de aprendizaje. Estar abiertos a ámbitos
completamente nuevos, tener curiosidad por las áreas
totalmente distantes a lo conocido, facilita el aprendizaje.

Aprender a ser diferentes 192


F. Otorgar autoridad para que me enseñen
A veces caminamos en la vida pensando que somos
superiores a la mayor parte de la gente. Esto nos trae como
consecuencia pensar que no todo mundo nos puede enseñar
algo; y con sólo pensar eso, bloqueamos el aprendizaje que
pudiéramos tener de esa gente.

Si examinamos a quién llamamos una "persona sabia", nos


encontraremos con alguien que se ha permitido otorgar
autoridad en algo, a todos a su alrededor; de uno aprenderá
una cosa, de otro una diferente.

G. Entender que aprender no es igual a tener información


Sabemos que algunos alumnos que sacaron muy buenas
calificaciones en la universidad no lleguen a ser brillantes
profesionistas. Muy posiblemente son personas que obtuvieron
de la universidad mucha información, mas con esto no
aprendieron habilidades.

La información es importante, pero no necesariamente


hace de una persona alguien capaz de realizar ciertos
trabajos. Hay quienes leen mucho de un tema, tienen
conocimientos pero no los aplican. Podemos decir que no han
aprendido, simplemente tienen información.

Hasta el siglo pasado, cuando se hablaba de aprender un


oficio, la gente se refería a obtener capacidades para poder
realizar una tarea. Quedaba muy claro que una persona que
sabía un oficio y otra que no, eran personas diferentes, es
decir, al aprender la persona cambia.

Aprender a ser diferentes 193


Con el tiempo, esto no lo tiene tan claro nuestra sociedad.
Cada vez es más la cantidad de información que se aprende
en instituciones educativas, y muchos maestros y directivos
ven al alumno como un recipiente vacío a ser llenado por los
conocimientos del profesor. El concepto de que “uno da y el
otro recibe”, bloquea el aprendizaje significativo, ya que si la
persona no cambia, la información no es suficiente.

H. Estar consciente de que “saber” no es igual a tener


opiniones
No importa de qué se esté hablando, casi siempre
intervenimos, aportamos, discutimos y hasta defendemos
puntos de vista. ¿Realmente sabemos de qué estamos
hablando? Sucede con frecuencia que no distinguimos el
conocimiento de las opiniones. Esto nos bloquea el
aprendizaje de la materia, ya que suponemos que porque
hablamos de algo ya lo conocemos.

Si deseamos aprender necesitamos descubrir cuáles son


nuestras opiniones y escuchar las ideas y conocimientos de
los demás.

I. Poder vivir con preguntas abiertas, sin necesidad de


tener la respuesta inmediata
Ejemplos de preguntas abiertas con las que tenemos que
vivir son:

Cómo educar a los hijos, cómo ser líder en una


organización, cómo reaccionarán los otros o el mercado ante
nuestras propuestas.

Cuando no se puede vivir con preguntas abiertas, sin una


respuesta concreta e inmediata, lo más común es no

Aprender a ser diferentes 194


preguntarse. Existen muchas preguntas que no podemos
saber la respuesta, a veces ni siquiera "una posible respuesta".
Este tipo de preguntas por lo general los adultos las evadimos,
bloqueando un espacio importante de aprendizaje e
investigación.

J. Aceptar que una respuesta a mi pregunta es sólo una


respuesta, no necesariamente la única
En nuestro afán de vivir en la certeza de que tenemos la
respuesta a nuestras preguntas, muchas veces nos aferramos
a la primera contestación que nos parece lógica, descartando
nuevas interrogaciones y otras posibles respuestas.

K. Entender que requerimos estados de ánimo determinados


para aprender
El mito de que hay que separar el pensamiento de los estados
de ánimo de manera que estos últimos no estorben el pensar,
es una falacia. No podemos estar en un espacio donde no nos
encontremos en una determinada emoción. Estamos en una
emoción ó en otra, pero siempre en alguna.

Unos estados de ánimo permiten un tipo de aprendizaje y


otros no lo hacen. Por ejemplo, la tranquilidad nos permite
aprender a través de escuchar y reflexionar, el entusiasmo nos
ayuda a aprender mediante la investigación, etc.

L. Poder aprender no sólo a mi manera


En ocasiones queremos aprender algo, pero la persona que
nos enseña no tiene la manera de enseñar que nos agrada. Es
muy rápida o muy lenta, usa palabras muy "elevadas" o
demasiado obvias, es muy detallista o demasiado general. Lo
mismo podemos decir del entorno que nos rodea: es muy frío o
caliente, hay mucho ruido o está todo demasiado silencio, etc.

Aprender a ser diferentes 195


En fin, si nos acoplamos a las circunstancias, mejoramos las
posibilidades de aprendizaje.

Además del entorno, nos puede ayudar entender que no


todas las personas aprendemos siempre de la misma manera,
dado que existen diferentes formas de percibir, procesar y
entregar información. Aprendemos y actuamos con estilos
determinados.

Los modos de aprender los podemos clasificar atendiendo


a los siguientes factores:

Según los sentidos y partes del cuerpo que dominan:


auditivo
visual
kinésico (por tacto o en movimiento)

Según cómo percibimos:


con el sentimiento
con el pensamiento

Según cómo procesamos:


con reflexión
con acción

Según el lado del cerebro que se utiliza más:


lado izquierdo: análisis y secuencias
l ado derecho: síntesis y globalización

Asimismo se debe respetar que no todos aprendemos,


pensamos y actuamos con la misma velocidad ni en la misma
secuencia.

Aprender a ser diferentes 196


Podemos y de hecho utilizamos cada estilo de aprendizaje,
es sólo que con algunos nos sentimos más a gusto. Si
ejercitamos el usar el estilo de la persona que nos puede
enseñar, estaremos en mayor sintonía con ella y de esta
manera nuestro aprendizaje se tornará más fácil.

M. Darle importancia a la corporalidad en el aprendizaje


Aprender es cambiar y no es posible cambiar solamente la
manera de pensar y actuar si el cuerpo no acompaña ese
cambio.

Con frecuencia pasa que nos preparamos intelectualmente


para un cambio y resulta que no podemos realizarlo. Es el
cuerpo el que se resiste, se le debe enseñar a ser diferente.
Observamos que si se da un cambio en la manera de pensar y
en el estado de ánimo, el cuerpo se comporta diferente.
También vemos que si cambiamos el cuerpo, modificamos el
estado de ánimo y la manera de pensar, haciéndose así más
sencillo el aprendizaje.

N. Estar dispuesto a practicar lo aprendido


Por más interesante que nos parezca algo, dado que aprender
no es sólo adquirir conceptos, sino que implica en cierta
medida un cambio en la persona, es necesario practicar lo
aprendido para incorporarlo, o “hacerlo cuerpo”; es decir, que
sea un recurso o manera de ser que tengamos a la mano
cuando lo necesitemos.

O. Estar en el contexto adecuado


En algunos momentos y lugares aprendemos determinadas
cosas en forma más fácil y con mejor emocionalidad que otras.
Analizando nuestro alrededor encontramos que no es siempre
el mismo, es decir, estamos situados en diferentes contextos.

Aprender a ser diferentes 197


Nos preguntamos ¿Qué es el contexto? Quizá nos quede
más claro el término si lo separamos en con - texto, es decir, lo
que va con el texto; lo que rodea a los conceptos, lo que se
percibe además de lo que se oye. Uno de los factores
principales en el éxito del aprendizaje es el contexto, sin él, los
conceptos no siempre tienen sentido. Es el contexto el que
relaciona el concepto con el aprendiz; es el medio ambiente
que facilita o bloquea el aprendizaje.

Algunos aspectos a considerar en el contexto son:


Medio ambiente físico
Ruidos y sonidos
Momento específico
Compañía
Actitudes del aprendiz y del maestro
Medio ambiente de respeto y confianza
Manejo de las emociones y estados de ánimo

Además de los requisitos anteriores, es muy recomendable


enseñar a otro. Para hacerlo, además de tener muy claro los
conceptos es necesario primero hacerlos propios. Cuando
enseñamos a otra persona acabamos de aprender nosotros,
es decir, aquello que queremos mostrarle lo tenemos que
organizar y relacionar con un sin fin de otros conceptos y
habilidades, de manera que lo acabamos de interiorizar. Es
pues muy recomendable hacerlo, además de ayudar a otro en
el proceso.

Aprender a ser diferentes 198


CONCLUSIÓN

Esperamos que el presente libro haya aportado


interpretaciones del ser humano que permitan observar su
realidad en forma útil para su crecimiento.

Comprender los diferentes factores que hacen de nosotros


el ser que somos, ayuda a observarnos a nosotros mismos y
en relación con los demás. Dependiendo de los mapas que
utilicemos para observarnos es el alcance de nuestra
participación en el diseño de nuestro ser y su potencial.

Creemos que la presente manera de entender al individuo


ayuda a darnos cuenta qué es lo que nos bloquea el
crecimiento que queremos tener, y proporciona un apoyo para
lograr los retos que andamos buscando.

Conclusión 200
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