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DECAIMIENTO DE LA MEDIDA DE COERCIÓN PERSONAL.

“LA DECISIÓN QUE NIEGUE LA LIBERTAD


DEL IMPUTADO O ACUSADO QUE HA PERMANECIDO MÁS DE DOS (2) AÑOS PRIVADO DE LIBERTAD
SÍ PUEDE SER IMPUGNADA EN LOS TÉRMINOS DEL VIGENTE ARTÍCULO 439.5 DEL CÓDIGO
ORGÁNICO PROCESAL PENAL” (SALA CONSTITUCIONAL)

(…)
Conoce la Sala de la acción de amparo constitucional ejercida por los abogados Iris Maestre de
Aranguren y José Eduardo Guarapo Rodríguez, en su carácter de defensores privados del
ciudadano Obdulio Alí Quiñones Valero, contra el fallo dictado el 20 de enero de 2015, por la
Sala N° 7 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de
Caracas, la cual declaró inadmisible con fundamento en los artículos 423, 428 literal “c” y 250
del Código Orgánico Procesal Penal, la apelación ejercida contra el fallo dictado el 8 de
diciembre de 2014, por el Tribunal Undécimo de Primera Instancia en Funciones de Juicio del
Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana, el cual a su vez negó la revisión de la medida
judicial de privación preventiva de libertad que pesa sobre el accionante en amparo y el
otorgamiento de una menos gravosa, con motivo del procedimiento penal que se sigue en su
contra por la presunta comisión del delito de cooperador inmediato en el delito de homicidio
calificado en ejecución de robo agravado.
Con relación a los requisitos de procedencia de las pretensiones de amparo contra decisiones
judiciales, la Sala ha indicado que éstos deben entenderse como: la incompetencia del juez, en
sentido constitucional, es decir, que haya actuado manifiestamente fuera de sus competencias
constitucionales en usurpación de funciones o abuso de poder; y que el fallo objeto del amparo
haya violado derechos constitucionales.
En este sentido, la presente acción de amparo se fundamentó en la presunta violación del
derecho al debido proceso, a la tutela judicial efectiva y el derecho a la libertad personal, que
se configuró, a decir del accionante, cuando la Sala N° 7 de la Corte de Apelaciones del Circuito
Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, declaró inadmisible el recurso de apelación
ejercido contra el fallo dictado el 8 de diciembre de 2014, por el Tribunal Undécimo de Primera
Instancia en Funciones de Juicio del mismo Circuito Judicial Penal.
Ahora bien, luego del análisis de la causa, esta Sala pudo constatar de las actas del expediente
(folios 49 al 56), que el ciudadano Obdulio Alí Quiñones Valero, ha permanecido privado de
libertad por más de 2 años, esto es desde el 22 de diciembre de 2011, fecha en la cual se
celebró la audiencia de presentación ante el Tribunal Vigésimo Tercero de Primera Instancia en
Funciones de Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, en la cual
se acordó en su contra medida judicial preventiva privativa de libertad.
En virtud de ello, el referido ciudadano, solicitó el 8 de diciembre de 2014, al juez del referido
Tribunal Undécimo de Primera Instancia en Funciones de Juicio, en la etapa de continuación
del juicio oral y público, que se le otorgara “una medida menos gravosa, que la privación de
libertad”, alegando para ello, que tenía más de tres (3) años privado de libertad, que no posee
antecedentes y que es inocente del delito por el cual se le acusa (folios 86 y 87).
Al respecto, es pertinente señalar que esta Sala en sentencia N° 3060/2003, caso: “David
José Bolívar”, asentó lo que sigue:
“(…) de acuerdo con la norma anterior, no es susceptible de ser apelada aquella decisión del
juez mediante la cual niegue la revocación o sustitución de la medida privativa de libertad; ello
encuentra su justificación en el propósito del legislador de evitar que se obstaculice el trámite
del proceso penal a través de incidencias que ocasionen una dilación innecesaria, por cuanto
esa solicitud puede volver a proponerse ante el juez, sin limitación alguna.
No obstante, la disposición in commento contempla el supuesto en que se solicite la revisión de
la medida de privación preventiva de libertad en el curso de un proceso que se ha tramitado
conforme a las previsiones legales y, por tanto, no ha excedido el lapso que normalmente debe
durar el proceso penal, lo cual implica que la antedicha medida cautelar se encuentra aún dentro
de los límites establecidos. Si por el contrario, la privación de la libertad se ha prolongado
más allá del límite máximo establecido, esto es, dos (2) años, y sin embargo el juez se
niega a hacerla cesar, no podría pretenderse aplicar la prohibición de ejercer el recurso
de apelación, conforme al citado artículo 264 del Código Orgánico Procesal Penal, por
cuanto el legislador no comprendió en esa norma dicho supuesto; y para constatar tal
afirmación, basta con destacar que la aludida limitación temporal está prevista dentro del
capítulo relativo a los principios generales que imperan en materia de medidas de coerción
personal”. (Negrillas de este fallo)”.
Dicho criterio, fue reiterado posteriormente por esta Sala en su fallo N° 2.177/2004, en el cual
se estableció:
“Así pues, de acuerdo con el contenido de la sentencia transcrita parcialmente, la medida de
coerción personal que es decretada contra un imputado o acusado decae, previo análisis de las
causas de la dilación procesal, cuando han transcurrido más de dos años de su vigencia,
contados a partir del momento en que fue dictada. Claro está, siempre y cuando no se haya
proveído la prórroga establecida en el artículo 244 del Código Orgánico Procesal Penal, dado
que, en ese caso, deberá esperarse que culmine la misma para que pueda existir dicho
decaimiento.
(…)
Ahora bien, si la libertad no es decretada, entonces el afectado, o su defensa, debe solicitar
simplemente la libertad, atendiendo al contenido del artículo 244 del Código Orgánico Procesal
Penal. No debe entenderse esta solicitud como una revisión de la medida de coerción
personal, según lo establecido en el artículo 264 eiusdem, por cuanto esta última
disposición normativa sólo se aplica en aquellos casos en los cuales las razones por las
cuales fue dictada la medida han variado, lo cual es distinto a la prolongación en el tiempo
de la misma(ver, en ese sentido, la sentencia N° 3060, del 4 de noviembre de 2002, caso: David
José Bolívar).
Se insiste, la solicitud de libertad por la violación del principio de proporcionalidad, no se
corresponde, a pesar de que esta Sala en algunas oportunidades sostuvo lo contrario, a una
petición de revisión y examen de las medidas de coerción personal.
Ahora bien, si la libertad es negada por el tribunal que conoce de la causa, ello permite
que la parte afectada pueda interponer el recurso de apelación establecido en el numeral
5 del artículo 447 del Código Orgánico Procesal Penal (actual artículo 439 numeral 5), dado
que esa negativa le produce un gravamen y, además, no se trata de una decisión
inimpugnable, como ocurre cuando se niega la revisión de la medida de coerción
personal”. (Negrillas de este fallo)”.
Así las cosas, es evidente que la razón asiste a la parte accionante, pues resulta manifiesto,
conforme a los criterios jurisprudenciales establecidos por esta Sala Constitucional, que la
decisión que niegue la libertad del imputado o acusado que ha permanecido más de dos (2)
años privado de libertad sí puede ser impugnada en los términos del vigente artículo 439.5 del
Código Orgánico Procesal Penal.
En tal sentido, se advierte que erró la Sala N° 7 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial
Penal del Área Metropolitana de Caracas, al declarar inadmisible el recurso de apelación, toda
vez que la prohibición de ejercer el recurso de apelación, establecida en el referido artículo 250
del Código Orgánico Procesal Penal, en los términos expuestos, no era aplicable a la decisión
dictada el 8 de diciembre de 2014, por el Tribunal Undécimo de Primera Instancia en Funciones
de Juicio del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, mediante la cual se
negó la revisión de la medida privativa de libertad y el otorgamiento de una menos gravosa.
En razón de lo anterior, visto que el presente asunto fue declarado de mero derecho, lo cual
permite que se resuelva inmediatamente el fondo de la presente controversia, la Sala dada la
evidente violación del derecho al debido proceso y a la tutela judicial efectiva, declara con lugar
la presente acción de amparo constitucional conforme al artículo 4 de la Ley Orgánica de
Amparo sobre Derechos Garantías Constitucionales y, en consecuencia, anula la decisión
dictada el 20 de enero de 2015, por la Sala N° 7 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial
Penal del Área Metropolitana de Caracas, la cual declaró inadmisible con fundamento en los
artículos 423, 428 literal “c” y 250 del Código Orgánico Procesal Penal, la apelación ejercida
contra el fallo dictado el 8 de diciembre de 2014, por el Tribunal Undécimo de Primera Instancia
en Funciones de Juicio del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana, el cual a su vez negó
la revisión de la medida judicial de privación preventiva de libertad que pesa sobre el accionante
en amparo y el otorgamiento de una menos gravosa, con motivo del procedimiento penal que
se sigue en su contra por la presunta comisión del delito de cooperador inmediato en el delito
de homicidio calificado en ejecución de robo agravado, en consecuencia, se repone la causa al
estado que la Sala N° 7 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área
Metropolitana de Caracas se pronuncie respecto a la admisibilidad del recurso de apelación
ejercido por la defensa del ciudadano Obdulio Alí Quiñones Valero contra el fallo dictado el 8 de
diciembre de 2014, por el Tribunal Undécimo de Primera Instancia en Funciones de Juicio del
Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana. Así se decide.
(…)
http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scon/junio/178092-689-2615-2015-15-0419.HTML

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