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CULTURA

La trágica historia de Horacio Quiroga, el hombre más desafortunado


que ha existido
Las tragedias que lo torturaron sirvieron de inspiración para una serie de cuentos tenebrosos, casi tanto
como los eventos en que se basaron.

por Juan Carlos Orellana - 23 de febrero de 2017

Si les parece que la vida hoy en día es basura pues no tienen idea cómo era el mundo hace unas
décadas. La pobreza extrema era común, las condiciones sanitarias eran una constante amenaza y (lo
peor de todo) no existía el Internet. Si querías saber qué temperatura hacía en China, pues tenías que
viajar allí y meterle un termómetro en la boca a un chino.

Sin saber nada de nada encontré este mapa en dos segundos.

Horacio Quiroga nació el treinta y uno de diciembre de mil ochocientos setenta y ocho y le tocó vivir
todas las tragedias que podían acaecerle a un ser humano de la época.

Pocos meses después de su nacimiento, su padre murió en un accidente de caza en el que se disparó a si
mismo por error. A pesar de esto, Horacio creció como un niño normal, mostrando interés por la
escritura desde que empezó sus estudios básicos.

Cuando tenía diecisiete años, su padrastro se suicidó luego de quedar parcialmente paralizado a causa
de una embolia cerebral, evento que dejó marcas imborrables en el futuro escritor.

Cálmense que esto apenas comienza.

Por un tiempo se interesó por el ciclismo y la mecánica, pero su amor por la literatura lo arrastraba
constantemente a sentarse frente a una máquina de escribir. A los diecinueve años comenzó a publicar
sus historias cortas. A partir de ese momento se dedicó al periodismo.

Luego, a los veinticuatro años, mientras limpiaba el arma de un amigo, se le escapó un tiro que mató
instantáneamente a su compañero Federico Ferrando. Fue arrestado pero lo liberaron tras cuatro días
en prisión tras confirmarse la naturaleza accidental del suceso. Apenas un año antes de esta tragedia,
dos de los hermanos de Quiroga habían muerto.

Durante unos años pudo vivir cómodamente desarrollando su talento como escritor, visitando la selva
como misionero y enamorándose de una de sus estudiantes de la escuela británica, con la que se casó al
poco tiempo. Vivían en un terreno selvático que Horacio había adquirido ya que le encantaba el
ambiente, allí nacieron sus dos hijos.

Como todo sabemos, en donde reina lo salvaje no hay finales felices.

La dura vida lejos de la civilización fue demasiado para Ana María, la esposa de Quiroga. Esta se suicidó
tomando una fuerte dosis de sublimado corrosivo, químico utilizado para revelar fotografías. Su agonía
duró varios días durante los cuales se arrepintió entre delirios, ante los aterrados miembros restantes de
la familia.

Desde mil novecientos veinte, Horacio entró en racha, publicando una serie de cuentos y novelas que
más tarde serían consideradas como sus mejores obras, influyendo en el trabajo de muchos escritores
latinoamericanos.
Siete años después se volvió a casar con una joven de nombre Maria Elena Bravo y tuvieron una hija. Su
separación coincidió con las dificultades de salud del escritor. Fue diagnosticado con cáncer de próstata
terminal, luego de sufrir de unos intensos dolores por varios meses. El diecinueve de febrero de mil
novecientos treinta y siete, Quiroga se suicidó tomando cianuro.

Murió acompañado de un hombre condeformidades (parecidas a las del famoso Joseph Merrick)
llamado Vicent Batistessa. Este se encontraba encerrado en el sótano del hospital, lejos de la vista de
todos. Horacio tomó compasión de él exigiendo que fuera su compañero de cuarto.

Cada pelo de su barba representa a un ser querido muerto.

El legado de Horacio Quiroga es enorme. Conociendo su biografía se puede ver porqué. Apenas tomó
pocos descansos de la escritura en el transcurso de su vida. Cada tragedia que le ocurría alteraba su
estilo y, al mismo tiempo, inspiraba sus próximas historias. Su alma torturada se expresaba de manera
espeluznante, dando como resultado unos cuentos de terror maravillosos. No se sorprendan si en los
próximos años sale el trailer de "Quiroga: un muerto en vida".

Desde Juno les recomendamos en especial "La gallina degollada", "El almohadón de plumas" y "Los
bebedores de sangre". Pueden encontrarlos todos aquí.

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