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El almohadón de plumas 

es un relato incluido en el libro de cuentos con ese


mismo título, de la colección Cuentos de amor, de locura y de muerte; del más
grande cuentista latinoamericano Horacio Quiroga
El relato comienza anticipando el reciente casamiento de la pareja de esposos
cuya luna de miel sería de dicha y felicidad en un espacio de tres meses, al cabo
de ese tiempo, Alicia contrajo una enfermedad que los médicos no podían
encontrar explicación ni causa alguna, la misma que fue agravando
paulatinamente la salud del personaje hasta, finalmente, fallecer. Después del
deceso de la joven esposa la sirvienta descubre que en el almohadón donde
recostaba su frágil cabeza, Alicia era succionada día a día, noche a noche, por un
animal monstruoso que iba acabándole la sangre y extinguiéndole la vida.

El tema que se desarrolla es el amor y la muerte; en cuanto al amor, los


sentimientos expresivos de los personajes son distintos,  porque Jordán  amaba a
su mujer,  pero sin embargo  él no lo demostraba; Alicia, por su parte también
amaba a su esposo y de alguna u otra manera ella espera esa reciprocidad de
parte de él, haciendo de ella un personaje cargado de soledad y fracaso.
Asimismo se evidencia a la muerte, como un misterio que solo al final es
descifrado.

Horacio Silvestre Quiroga Forteza (1878-1937) fue un cuentista que a lo


largo de su vida se sintió atraído por escribir sobre la naturaleza y el
amor. Sin embargo, estas historias evidenciaban una vida llena de
tragedias; perdió a muchos seres cercanos y sus historias de amor no
tuvieron finales felices.
Se inclinó hacia algunos movimientos vanguardistas de escritura, el
modernismo y naturalismo, y solía colocar a la naturaleza como un
enemigo del ser humano. Fue considerado uno de los mejores
cuentistas de Latinoamérica, no solo en su época, sino de todos los
tiempos.
Horacio nació en Uruguay el 31 de diciembre de 1878, gran parte de su
vida la vivió en Argentina. Su madre fue Pastora Forteza y su padre
Facundo Quiroga, quien murió tras un accidente con su escopeta al
regresar de cazar. Horacio, para ese entonces, tenía 2 meses de edad.

Su madre se casó con Mario Barcos, un hombre que se ganó el cariño


de Quiroga. En 1896 el padrastro del autor tuvo un derrame cerebral
que lo dejó mudo y semiparalizado, Barcos se deprimió de tal manera
que se disparó a la boca utilizando sus pies, mientras Horacio abría la
puerta de la habitación.

Durante su época universitaria pasaba tiempo en un taller, allí un joven


lo  interesó por la filosofía, también trabajó en los diarios La
Revista y La Reforma. Esta experiencia lo ayudó a pulir su estilo y
obtener reconocimiento. Hasta 1897 escribió veintidós poemas, los
cuales aún se mantienen conservados.

Horacio enseñó castellano, y en 1908 se enamoró de Ana María


CiresB, se vio obligado a rogar a los padres que les permitieran
casarse. Finalmente aceptaron, la pareja se fue a vivir a la selva y
tuvieron 2 hijos; pero Ana no estaba feliz de vivir allí, y decidió
suicidarse en 1915.
En los últimos diez años de su vida, Horacio se casó con María Elena
Bravo, tuvieron una hija y se radicaron en la selva de Misiones. No le
permiten trasladar su cargo en el Consulado por un cambio de
gobierno, su segunda esposa también se cansó de la vida selvática y se
regresó a Buenos Aires, esto frustró al autor.
Su separación no evitó que, al enfermar, María y su hija lo
acompañaran. Quiroga regresó a Buenos Aires a ser tratado, padecía
de cáncer de próstata. El 19 de febrero de 1937 el escritor decidió acabar
con su vida por intoxicación cianhídrica, esto tras al haber vivido
rodeado de tragedias.
os libros de cuentos caracterizaron a la pluma de Quiroga, se
convirtieron en clásicos para la literatura; él reflejó su realidad
mediante la escritura sin convertir sus historias en una narración de su
vida. Algunas de las obras más significativas del “gran maestro del
cuento latinoamericano” se titularon:
– Los arrecifes de coral (1901).
– Historia de un amor turbio (1908).
– Cuentos de amor, de locura y de muerte (1917).
– Cuentos de la selva (1918).
– Anaconda y otros cuentos (1921)

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