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El Determinismo y el Voluntarismo, corrientes de la

Prospectiva

La Prospectiva es la ciencia que estudia el futuro para comprenderlo y


poder influir sobre él. Siendo un conjunto de investigaciones
concernientes a la evolución futura de la humanidad, permitiendo
sustraer los elementos de predicción (Diccionario Petit Robert).
Análisis de condiciones de posibilidad de una previsión o abanico de
previsiones y de las significaciones que les son atribuidas (Decouflé).
Estudio de las causas que determinan la evolución de fenómenos
contemporáneos y que permiten la previsión a mediano y largo plazo
(B. Cazes). Juzgar hoy en día lo que somos a partir del futuro (G.
Berger).

La prospectiva es por tanto una herramienta que permite, en función


de la situación actual, tomar las decisiones necesarias para diseñar el
futuro más favorable para nuestros intereses en el marco de la
planificación estratégica.

Esta herramienta constituye un conjunto de técnicas destinadas al


establecimiento de prioridades de largo plazo, teniendo en cuenta los
aspectos científicos, tecnológicos, sociales y económicos
involucrados.

Su objetivo es el de reducir el nivel de incertidumbre que afecta toda


decisión de medio y largo plazo. Esta incertidumbre proviene de
factores tales como la acelerada evolución de las tecnologías, las
cuantiosas inversiones necesarias para llevarlas a cabo, el
acortamiento de los ciclos de vida de las mismas, la globalización de
las actividades, la contaminación ambiental, el incremento de las
desigualdades, etc.

Podemos, por lo tanto afirmar que en los estudios de futuro existen


dos corrientes muy importantes: La de quienes hacen una lectura
unidireccional del tiempo, que podríamos llamar “determinismo”. Y la
de quienes consideran que el futuro es multidireccional y por lo tanto
existe la posibilidad de elegir y tomar una de esas direcciones, que es
el voluntarismo.

En el primer caso estamos en los terrenos de la previsión que


etimológicamente significa “ver antes”. En el segundo caso estaríamos
navegando en las aguas de la Prospectiva palabra que proviene del
verbo latino “prospicere” que significa “ver hacia delante.

El voluntarismo como condición de la Prospectiva es una escuela de


pensamiento que se origina con la obra de Gastón
Berger "Fenomenología del Tiempo y Prospectiva", se prolonga con
los trabajos de Bertrand y Hugues de Jouvenel ("El Arte de la
Conjetura" y la Fundación "Futuribles International") hasta llegar a
Michel Godet ("De la Anticipation à la Action") y sus discípulos,
quienes con la teoría de la “Prospectiva del Presente” encarnan la
última generación de prospectivistas.

El voluntarismo, suele dar un salto al vacío que no le permite ver las


bifurcaciones por las que pueden transitar las diversas formas de
acción que tienen lugar entre posibilidad y realidad.

Con el paso de los años su determinismo original se ha suavizado con


la incorporación de aportaciones como la teoría de sistemas, la
termodinámica, la teoría del caos y otras, que han permitido tratar la
complejidad de forma menos rígida. Con todo, es un enfoque que
prima los pronósticos lineales y tiene una visión continuista del futuro
con respecto al presente. Es el más utilizado en el mundo profesional
ya que busca la obtención de conocimientos tangibles sobre el futuro,
lo que lo convierte en la opción más apta para uso profesional.

Una nueva forma de determinismo


En la realidad encontramos fenómenos que pueden ser percibidos
como factores de inercia y factores de cambio. En otras palabras,
existen situaciones tendenciales y, al mismo tiempo, percibimos
rupturas que las debilitan y pueden llegar a destruirlas. Encontramos
acontecimientos que podrían perpetuarse, pero también descubrimos
circunstancias que los atenúan y, en algunos casos, los aniquilan.
El oxígeno voluntarista
A partir de la obra de Gaston Berger se puede considerar
la Prospectiva como una actitud mental de concebir el futuro para
obrar en el presente. Berger que es su fundador nos la presenta como
una disciplina esencialmente voluntarista.

Afirma que el futuro depende solamente de nosotros y de la decisión


que tomemos de edificarlo desde ahora.

Si el presente es heredero del pasado, el futuro a su vez es hijo del


presente. De esta manera lo que ocurra o deje de ocurrir en el futuro
dependerá solamente de las acciones que los hombres emprendan o
dejen de realizar ahora.

Analicemos este ejemplo: Una importante tendencia mundial es la


globalización, término anglosajón que en francés se tradujo como
"mundialización", Observamos que el mundo rompe los esquemas
nacionales y comienza a tender hilos de unión (económicos, sociales,
culturales, etc.) en todas direcciones. Pero, al mismo tiempo,
observamos que estos procesos están llevando a una enorme
competitividad y ésta, a su vez, al empobrecimiento de quienes no
triunfan en la palestra. Este efecto perverso de la gran tendencia de
globalización se constituye en uno de sus "factores de ruptura".

La no resignación; la rebeldía ante el determinismo estratégico


planteado, mediante el voluntarismo de duplicar esfuerzos para
compensar la debilidad de sufrir pautas de comportamiento
estratégico ajeno, casi en exclusividad.

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