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Comunicación telepática con animales:

¿Es posible?, ¿Cuáles son sus


implicaciones y supuestos teóricos?
Por Daniela Camino
Comunicación telepática con animales: ¿Es posible?, ¿Cuáles son sus
implicaciones y supuestos teóricos?
Por Daniela Camino, Julio 2014
Ponencia para el 1er Coloquio sobre Mente Animal y Cognición Comparada en la
Universidad Autónoma del Estado de Morelos, México.

“Entiendo a la conciencia como algo fundamental. Veo a la materia como algo que se deriva de la
conciencia. No podemos ignorar la conciencia. Todo aquello de lo que hablamos, todo lo que
contemplamos como existente, postula a la conciencia”

Max Planck

Me llamo Daniela Camino. Desde el año 2003 me dedico a ayudar a que las personas
comprendan a sus animales de compañía por medio del diálogo y la negociación. Es decir,
me buscan como mediadora para conocer lo que su familia animal siente, piensa, imagina,
prefiere y a su vez explicarles a los animales lo que la parte humana de la ecuación también
necesita, con la intención de llegar así a acuerdos inclusivos para todos.
Esto lo realizo a través de las distintas modalidades de la intuición usando los sentidos
extendidos: clarividencia, clariaudiencia, clarisintiencia y telepatía entre otros. En la gran
mayoría de las consultas sintonizo con el animal a través de una fotografía, por lo que rara
vez les veo físicamente, más aún cuando muchos de mis clientes pueden encontrarse en
otro país o en otro continente. Mientras conecto intuitivamente con el animal por medio de
su foto, voy dialogando con el humano a través de Skype o por teléfono narrándole cómo se
siente y qué piensa su amigo animal. Por ejemplo dónde le duele y desde cuándo; si es feliz
o le gustan sus croquetas; porqué está asustado, como lo trató el veterinario en ausencia del
humano familiar; si quiere una eutanasia o prefiere una muerte natural, y un largo etc…
En esta ponencia, mi intención es narrar cómo ocurre la telepatía entre humanos y animales
y dar ejemplos de ello, así como exponer algunas consideraciones teóricas que respaldan el
uso de capacidades psíquicas entre humanos y animales.
El uso de la telepatía es una herramienta invaluable para conocer de manera directa a los
animales, muy especialmente cuando se estudia sus capacidades cognitivas. Además, la
aceptación y el uso de la telepatía como herramienta de conocimiento científico, abriría un
campo amplísimo de investigación, y aportaría estrategias y pruebas a favor de un urgente
trato digno y respetuoso para con animales de todas las especies.
1.- Comunicación Interespecies
La palabra Telepatía viene del griego tēle, lejos y pathéein experimentar, es decir, significa
sentir a distancia. La Real Academia de la Lengua Española dice: es la “Transmisión de
contenidos psíquicos entre personas, sin intervención de agentes físicos conocidos”. Estos
contenidos psíquicos, en mi experiencia, son un compendio de imágenes, sensaciones,
sentimientos, emociones, ideas, palabras o recuerdos que transitan entre los individuos de
cualquier especie de una manera muy rápida, rica y natural, durante el cual puede conocerse
con mucha profundidad al interlocutor, sintiéndose incluso, como uno mismo.
Al igual que los miles de comunicadores profesionales que existen hoy en todo el mundo, yo
recibo estas sensaciones e imágenes con todo mi cuerpo. Percibo sensaciones físicas e
imágenes definidas que son acompañadas por emociones y un conocimiento inmediato del
sentido profundo de esos impulsos. Todo ello lo traduce mi mente en palabras para el
humano interesado. A veces tengo que detenerme a buscar la palabra exacta que pueda
expresar cierta sensación, como emociones complejas o con varias capas; o bien para
describir sensaciones físicas: “es un dolor agudo que se siente como arena que raspa y
quema en los huesos”, o bien “la emoción es una tristeza profunda y abandono pero
recubiertas en mucha rabia contenida”.
La conexión se realiza en un espacio de concentración y silencio interno. Desde un estado
mental relajado y fluido, en el que es fácil distinguir las emociones, pensamientos e imágenes
propias de las que siente el interlocutor animal, pero se perciben dentro del propio cuerpo
y mente.
Este estado de conciencia es reportado por un sinnúmero de sanadores y psíquicos, al igual
que artistas y atletas de alto rendimiento1, incluso algunos científicos estudiosos del
comportamiento animal.2 Coincido con ellos en que es un punto donde se dejan atrás las
divisiones entre los seres y se encuentra la unidad. Por eso, resulta fácil conocer a detalle lo
que otro siente y piensa.
Como lo expresa una reconocida psíquica norteamericana, Helen Palmer:
“Entiendes exactamente a la otra persona porque dejas de estar
separada, te conviertes en ella y la conoces desde el interior”3
El Oxford English Diccionary lo enuncia de otra manera: La intuición es “la percepción directa
e inmediata de un objeto tal y como es” y en palabras del biólogo y etólogo Marck Beckoff:

1
Loyd Mayer, Elizabeth: Conocimiento Extraordinario: Ciencia escepticismo y los poderes inexplicables de la mente
humana, La liebre de Mazo editores, pg 83
2
Marck Beckoff: Minding Animals, Minding Earth: Old Brains, New Bottlenecks. Zygon, Vol 38, no. 4, Dec
2003.
3
Lloyd Mayer, E. pg 84
“Me llamo a mí mismo un etólogo profundo. Yo, como observador,
me convierto en aquello que veo. Me convierto en el coyote, me
convierto en el pingüino. También me convierto en el árbol, y con
frecuencia me convierto en la roca”4

La capacidad de comunicarse por medio de la telepatía -o el arte de la unión- con otros seres
es conocida desde la antigüedad por tradiciones muy distintas y milenarias. El chamanismo,
practica espiritual tradicional con 40,000 años de existencia, practica la conexión con los
espíritus y sabiduría de la Naturaleza (animales y plantas entre otros) por medio de los
llamados “estados No-Ordinarios de conciencia”. La antropología de la religión cuenta con
enorme acervo de casos donde lo paranormal es
cotidiano y donde estos estados de silencio interno
y unión con el otro no resultan tan extraños. La
antropóloga Erika Burginon ha cuantificado que de
488 sociedades de las que se cuenta con etnografía
probada, el 90% reportan la existencia de estados
alterados de conciencia y conexión con entidades
supranormales5, para lo cual se utilizan las
capacidades psíquicas y la intuición. En sus
palabras: “Este es un tema de suma importancia, no
solo un pedacito de esoterismo antropológico. Es
claro que estamos tratando con una capacidad
psicobiológica accesible a todas las sociedades, y
que estas sociedades la han usado a su manera
particular, primariamente en contextos sagrados”6

La historia del reconocimiento y búsqueda de explicación científica de los fenómenos


llamados PSI es bastante antigua. Tendemos a olvidar el matrimonio del trabajo de Newton
en mecánica clásica y sus intuiciones místicas. Él veía que el último mecanismo de cambio en
el Universo residía en el misterio por el cuál la mente controla a la materia7. O la creencia del
filósofo Francis Bacon de que la magia debería de ser contemplada con seriedad, incluidos
los sueños telepáticos y la sanación psíquica. Posteriormente, cuando vino la separación
entre ciencia y teleología, académicos como Marie y Pierre Curie, Freud y Carl Jung, junto
con premios Nobel y nueve miembros de la Royal Society (así como también diversos
políticos, escritores y curas) fueron miembros activos de la Society for Psychical Research
(SPR)8. La SPR tiene hasta hoy en día como objetivo “el análisis del gran cuerpo de evidencias
de fenómenos debatibles designados como mesmerismo, espiritismo y fenómenos

4
Beckoff, 2003, pg 921
5 Bourginion, E (1973) Religion, Altered States of Consciousnes and Social Change, Columbus, Ohio State
University Press
6
Bourginion 1973: 11
7
Jahn R.G and Dunne, B. (1987) Margins of Reality, The Role of Consciusness in the Physical World, USA,
Harvest Pub, pg 26
8
Fundada en Londres en 1882.
psíquicos, y hacerlo con el mismo espíritu de investigación desapasionada que ha permitido
a la ciencia dilucidar tantos problemas” 9

Existen al día de hoy miles de experimentos científicos


realizados por universidades e instituciones muy
reconocidas que estudian los fenómenos psíquicos
como la clarividencia, telepatía, mediumidad,
espiritismo, visión remota, los efectos de la oración de
intercesión en la curación de las personas, meditación y
visualización, psicoquinesia, precognición, experiencias fuera del cuerpo y muchos otros
efectos de la conciencia en el mundo físico, concluyendo que son fenómenos que ameritan
una atención científica dedicada10.

Dichos estudios han sido realizados por científicos capaces y bien documentados. Han
participado universidades de primer nivel, como Princeton, Jhon Hopkins, Clarck, Stanford o
Duke, en Estados Unidos, y también centros menos conocidos como la Universidad de
Freiburg (Alemania) la Shangai Jiao Tong University (China) o la Edinbrugh University
(Escocia) entre muchos otros. Estas instituciones así
como distintas instancias de los gobiernos de los países,
han realizado infinidad de experimentos replicables y
análisis y meta análisis de los datos en los que de manera
continua se ha concluido que al menos algo interesante
está pasando. Cito dos ejemplos a continuación.
El Instituto de Investigación de la Armada Norteamericana concluyó en 1985, al revisar la
evidencia científica de los fenómenos psi bajo solicitud del Pentágono: “el fondo es que los
datos revisados en este reporte constituyen anomalías científicas genuinas para las que no
se cuenta con una explicación adecuada… si son lo que aparentan, sus implicaciones teóricas
(y eventualmente las prácticas también) son enormes”11
El gobierno de Estados Unidos, especialmente la CIA, realizó experimentos de percepción
remota controlada (o sea, clarividencia) desde 1972 a 1995, durante 24 años y con un costo
de 20 millones de dólares, mientras duró la Guerra Fría como un método de espionaje y
contraespionaje psíquico. El físico teórico Harold Puthof fue quien dirigió el proyecto en
Stanford (Stanford Research Institute SRI). Al ser entrevistado por la Dra Elizabeth Loyd
Mayer para su libro Conocimiento Extraordinario: Ciencia escepticismo y los poderes
inexplicables de la mente humana, aseveró:

9
Propósito de la SPR: http://www.spr.ac.uk/page/history-society-psychical-research-parapsychology
10
Radin, D. The Conscious Universe, The Scientific Truth of Psychic Phenomena, USA Harper One, 1997 pg XV
11
Radin, D. 1997, pg xvi
“Retrospectivamente considerado, creo estar en condiciones
de afirmar que después de tantos años, la evidencia (de la
efectividad de la percepción remota controlada) es
igualmente sólida. La crítica de los protocolos, el
perfeccionamiento de los métodos, y la réplica exitosa de los
experimentos de visión remota en laboratorios
independientes corroboraron la conclusión de que la visión
remota es una capacidad auténticamente humana” y añade
“todavía ignoramos el modo en el que la conciencia puede
interactuar con el mundo físico para posibilitar la visión
remota”12.

En particular, la comunicación telepática entre humanos y animales


también ha sido ampliamente estudiada por el biólogo inglés de la
Royal Society, Rupert Sheldrake. El comprueba en su libro De Perros
que saben que sus amos están de regreso a casa y otras facultades
inexplicadas de los animales13 que los perros pueden anticipar el
regreso a casa de sus amigos humanos en momentos elegidos al
azar, con más de 10 minutos de anticipación y aun cuando la
persona esté viajando en taxis u otros vehículos extraños al animal
y cuando el viento vaya en contra de su olfato.

“De alguna manera-expresa el biólogo- las personas les comunican


telepáticamente su intención de volver a casa… sugiero que la comunicación telepática
depende de los vínculos entre personas y animales y que estos vínculos no son meras
metáforas, sino que son conexiones reales que llamo campos mórficos14…”

Sheldrake concluyo en su estudio, realizado a lo largo de 15 años con más de 500 casos de
animales radicados en Europa y América del Norte, que la anticipación de los perros se
produce incluso si las otras personas que están en casa no saben cuándo será el regreso del
miembro ausente de la familia, y en muchos casos se encontró que los perros presentaban

12
Loyd Mayer, Elizabeth: 2010 (pg 126)
13
Sheldrake, R. De Perros que saben que sus amos están de regreso a casa y otras facultades inexplicadas de
los animales, España, Ed Bolsillo Paidós, 2007
14
Shaldrake 2007, pg 27. Campo mórfico (pg 47): mantienen unidas y coordinadas las partes de un sistema
en el espacio y tienen memoria de sistemas similares anteriores…. (pg 49) el proceso por el cual estas
memorias se transfieren del pasado al presente se denomina resonancia mórfica e implica una influencia de
lo semejante a través del espacio y del tiempo”
conductas anticipatorias en el momento en que la persona decidía regresar… incluso si esta
viajaba en avión!!

El científico británico asegura que:


“Las misteriosas capacidades perceptivas de los animales no son
ninguna novedad. Hace siglos que la gente las viene observando.
Millones de dueños de animales domésticos la han
experimentado personalmente, pero, al mismo tiempo, hay
mucha gente que se siente obligada a negar estas capacidades o
a trivializarlas. La ciencia institucional, por su parte, las
ignora15…”

Entre mis alumnos encuentro que también la constante afirmación: “yo sentía que estaba
hablando con mi gato, perro o caballo, pero pensé que me estaba volviendo loca y lo dejé de
lado”. En general, las personas tienen miedo a hacer el ridículo en una sociedad donde los
animales son considerados como seres
inferiores y ciertamente sin capacidad
alguna de comunicación telepática, hasta
que se encuentran con algún profesional
de la comunicación interespecies y
pueden relajarse y compartir sus
experiencias.

Este miedo al ridículo está también


sustentado por el importante tabú de la ciencia en relación a aceptar, e incluso a estudiar de
manera más sistemática, estas capacidades psíquicas tanto en humanos como en animales
de otras especies. Incluso cuando los mismos científicos pueden llegar a tener la misma
intuición. En su libro Sabiduría Animal, Cómo sabemos que los animales Piensan y Sienten16,
la periodista norteamericana Virginia Morell dice:

“Casi todos los científicos que entrevisté para este libo desearían
poder hablar con los animales. Por supuesto, sería mucho más
sencillo hacerles las preguntas (que realizar complejos experimentos
en ellos)… muchos de ellos han soñado que hablaban con los
animales y que ellos les respondían, envidiaban al Dr Doolitle”17

15
Shaldrake 2007, pg 20.
16
Morell, Virginia, Animal Wise, how we know animals think and feel, BDWY, New York, 2013
17
Morell 2013, Pg 74.
¿Por qué la ciencia no estudia este fenómeno a pesar de las reiteradas pruebas al respecto?
Hay sin duda problemas teóricos que tendrían que ser estudiados por filósofos, expertos
en neurociencias y estudiosos de la cognición por un tiempo, las revisaré brevemente en la
segunda mitad de este texto, invitando al público a pensar que la ciencia ha de renovarse y
nuevos paradigmas han de ser creados para poder explicar un Universo donde la telepatía
entre humanos y animales es posible, comprobable y aceptable, bajo un marco teórico
suficiente.
Incluso en de los estudios convencionales sobre cognición animal, las personas pueden
percibir la profundidad de la conciencia de los animales, su intencionalidad, emociones
complejas y su manera de decir y comunicar las cosas más allá de las palabras:
El caso de Washoe, la primer chimpacé que aprendió a usar el lenguaje de signos como
parte de un experimento norteamericano de adquisición de lenguaje en animales, es un
ejemplo de ello. Washoe aprendió 350
palabras al observar a los humanos que le
rodeaban y ver como ellos lo hacían, y los
usaba combinándolos creativamente, por
ejemplo, para señalar un termo ella decía
“vaso-metal-beber”.

Uno de sus tutores, Robert Fotus, cuenta esta


anécdota:

“La gente que debería estar allí para ella y no está, es con frecuencia
tratada con desdén--su manera de informarles que está molesta con
ellos. Washoe le dio la bienvenida a Kat [la cuidadora] justo así cuando
ella finalmente regresó para trabajar con los chimpancés. Kat le dio sus
disculpas a Washoe, luego decidió decirle la verdad, gesticulando "MI
BEBÉ MURIÓ." Washoe la observó, luego miró abajo. Ella finalmente miró
dentro de los ojos de Kat una vez más y cuidadosamente gesticuló
"LLORAR", tocando su mejilla y secando su dedo en el suelo como lo haría
un humano (los chimpancés, como probablemente ya sabe este público,
no derraman lágrimas). Kat luego remarcó que una seña le dijo a ella más
sobre Washoe y sus capacidades mentales que todas sus largas y
gramáticamente perfectas oraciones."33

Los humanos en occidente hemos creído que el lenguaje hablado es precursor del
pensamiento18, sin embargo, en mi experiencia las palabras -tal como las usamos los

18
Jerry Fodor — Psychosemantics: The Problem of Meaning in the Philosophy of Mind (Psicosemántica. El
problema del significado en la filosofía de la mente, Tecnos, Madrid, 1994
humanos solo envuelven o contienen una serie de
significados y sensaciones- también limitan, dividen
y muchas veces confunden el sentido más profundo
de lo que está siendo “transmitido”. A diferencia de
lo anterior, por medio de la telepatía se comparte
entre los individuos o los grupos de animales
grandes cantidades de información con precisión y
profundidad sin necesidad de sonidos o gestos
perceptibles, y de manera independiente a un
lenguaje verbal.

Por ello, los animales no necesitan cuerdas vocales ni empaquetar mensajes en los
contenedores de las palabras: la telepatía hace que todo ello sea innecesario, permitiendo
una comunicación inmediata, clara, más rica y eficaz. Adecuada a las necesidades de, por
ejemplo, cambiar de dirección en pleno vuelo entre los patos, quienes lo logran sin chocar
entre ellos. Sabemos también que los cardúmenes de peces se comportan como si tuviesen
la mente de un solo individuo, acelerando hasta 20 veces la longitud de su cuerpo durante
una huida, sin obstaculizarse entre sí, estas respuestas son más rápidas que la velocidad que
tardaría su (pequeño) cerebro en procesar la información perceptual.

Así pues, cuando existen, las palabras y gestos se vuelven solo complementos del núcleo del
sentido, que se transmite inmediatamente por medio de la telepatía. Quizás la chimpancé
Washoe solo hizo el signo “llorar”, pero es muy probable que transmitiera mucho más a
través de sus sentidos extendidos, y una persona sensible como Kat, su cuidadora, lo haya
sentido y percibido y por ello afirmado: “una seña me dijo más sobre Washoe y sus
capacidades mentales que todas sus largas y gramáticamente perfectas oraciones”

2.- Telepatía como herramienta para la ciencia


Me interesa puntualizar ahora la importancia mayúscula que esta herramienta
tiene para conocer a los animales de una manera directa, específica, rica,
confiable para los humanos y respetuosa para los animales.
En su libro, Morell relata experimentos complejos para explorar la cognición en animales
realizados a lo largo de décadas con resultados muy interesantes pero limitados, extendidos
a lo largo de muchos años e incluso décadas y llevados a cabo en medio de una lucha por
parte de los investigadores para obtener financiamientos. Estoy segura de que este público
conoce muy bien y ha vivido en carne propia dificultades similares.

Me sorprendió en particular el caso de un biólogo llamado Nigel Francks, quien trabaja en la


Universidad de Bristol, en Inglaterra, estudiando la compleja sociedad de las hormigas. Desde
hace décadas observa cómo es que estas son capaces de enseñarse las unas a las otras el
camino hacia una nueva colonia. El Dr Franks pinta a todas y cada una de sus hormigas (en
cada colonia con la que trabaja) con puntos de distintos colores con la ayuda de un super-
finísimo pincel. Con ello puede identificarlas como individuos y darles seguimiento por medio
de cámaras de video y ver cómo se comportan. Increíble! Qué paciencia!

Pero la información puede conseguirse de una manera mucho más sencilla y barata:
preguntándoles a los animales directamente lo que se quiere saber, a través de la intuición.

Recuerdo una ocasión en la que, paseando con la familia en la reserva natural de Celestún,
el biólogo que guiaba el barco comentó que los flamingos no eran criados por sus madres
biológicas, si no por una madre sustituta y que no sabían con exactitud como operaba ese
mecanismo de selección mutua. En ese momento le pregunté en silencio, por medio de la
telepatía- a un flamingo macho y joven qué era lo que él sabía él al respecto. Me mostró que
la selección se daba simplemente por afinidad: que los individuos se atraían los unos a los
otros como imanes, y añadió que la afinidad podía tornarse muy intensa y con el tiempo
convertirse en una relación de pareja. Se lo comenté al guía y me dijo que si habían
observado este cambio de madre sustituta a pareja en la reserva y que la teoría de que fuera
por afinidad le parecía muy plausible.

En otra ocasión, un reportero me pidió hablar con los tiburones ballena de Cancún e invitó
también a un biólogo experto en esta especie, quien había estado estudiándoles por 7 años.
El reportero quería contrastar nuestras perspectivas. Cuando contacté con uno de estos
grandes peces preguntándole sobre como encontraban el alimento, cosa que el científico
quería saber, el pez me explicó que había una serie de capas de distinta densidad salina
dentro del mar y que el plancton que ellos comían viajaba en una de esas capas específicas
que los peces podían identificar. Esto me sorprendió mucho porque hasta entonces yo había
pensado que el mar era homogéneo. Pero el biólogo sonrió diciéndome: “Eso es justo lo que
estamos investigando ahora”. Procedimos a una serie de preguntas que él elaboraba y yo
“traducía”. Por ejemplo, ¿Cómo saben regresar a estos sitios de alimentación y de reunión si
no salen a mirar las estrellas como las tortugas? Qué pasa con las crías cuando son pequeñas?
¿Dónde están?

El tiburón ballena fue contestando a cada una de ellas: “existen mapas de energía magnética
en el fondo del mar que nos permiten recordar y reconocer el territorio aunque vengamos
desde muy lejos, esta información se va pasando de unos individuos a otros por medio de la
telepatía. Las crías permanecen en zonas profundas del mar durante muchos meses
protegidos de los depredadores” fueron algunas de sus respuestas.

Además, le expliqué al biólogo, “lo que en esta reunión de docenas de individuos está
ocurriendo es un intercambio muy pleno de información, no se trata solo de comida”. Si los
escucharas, le dije, verías que están hablando mucho entre ellos, como cuando entras a un
bar y se oyen muchas voces. Están narrándose sus historias, hay algunos que han viajado
desde lejos o algunos que no se ven desde hace mucho tiempo”. Las respuestas interesaron
al científico y se quedó ponderándolas…

En mi experiencia de comunicación telepática con animales llevada a cabo por más de 10


años con cientos de animales de diversas especies provenientes de distintos países, he
constatado que los animales son totalmente capaces de responder a través de la telepatía lo
que se les pregunta. De igual manera parecen constatarlo los miles de comunicadores
interespecies profesionales radicados en los cinco continentes19.

Más importante aún, es que a través de la telepatía resulta evidente que todos ellos son
sujetos con inteligencia, intencionalidad, discernimiento, capacidad de comprensión,
creatividad e imaginación y sabiduría, compasión y por supuesto dotados de una gran
variedad de emociones y sentimientos. Los animales son capaces generar representaciones
mentales de otros animales o personas y son capaces hablar de los estados mentales y
emocionales de sus humanos de compañía o de otros animales de su hogar; son también
capaces de tener dudas y de engañar o decir solamente lo que les interesa que sepamos: es
decir son capaces de crear meta-representaciones, igual que los humanos.

Probablemente, lo único que hace falta para comprobar todo esto es que las personas
validemos nuestras capacidades intuitivas de percepción y las utilicemos para intercambiar
información con animales de otras especies. No son necesarios complejos y costosos
experimentos, solo hace falta entrenarse uno mismo para activar los sentidos extendidos y
entablar así diálogos con los animales en SU idioma natural, bajo sus reglas.

Este es el ejemplo de un diálogo que sostuve con Chavelita, una perrita Boston Terrier de 5
años quien radica en Bogotá, Colombia, mientras yo me encontraba en México. Solo tenía la
foto de Chavela y hasta entonces nunca había hablado con
Natalia, su humana responsable.
Natalia me había buscado para revisar con Chave dos asuntos.
El primero y más urgente era un problema de displasia de
cadera severa que le restringía desde hacía meses la movilidad.
Los procedimientos médicos habían llegado a un límite y el
veterinario consideraba que no había mucho más que hacer
por ella. El tratamiento paliativo estaba dando muy pocos
resultados y Chavelita se quejaba bastante, de hecho Natalia
había pensado en la opción de una dudosa operación de
cadera o bien una eutanasia para evitarle el dolor. El segundo
tema era saber sobre su ansiedad al ir en auto, en el que se

19
http://www.animaltalk.net/animalcommunicatordirectory.htm
sentía muy nerviosa y ansiosa desde siempre. Natalia quería saber por qué y cómo ayudarle
a que estuviese más tranquila.
Cuando comenzamos la sesión sintonicé con Chavela usando su foto. A través de la intuición
percibí que era una perrita entusiasta e inteligente, curiosa, incluso metiche. Continuó
mostrándome que se consideraba bonita, chistosa y alegre también. Natalia pensó que esa
era una descripción acertada de Chavelita y continuamos. Le pedí entonces a Chave que me
mostrara su cuerpo físico y nos describiera a Natalia y a mí los detalles para poder
compartirlos con el veterinario posteriormente, y guiar así mejor su curación.
Cuando le pedí a Chavela que me hablara sobre cómo se sentía físicamente, lo primero que
me mostró era que su intestino en uno de sus costados estaba adolorido y “lleno de
burbujas” y que tenía acidez. Ella sentía que algo le caía mal al comer y esto lo vinculaba con
comezón en la piel.
Este tema no había sido solicitado por Natalia y dijo que lo checaría con el veterinario
después, pero que en efecto, la había visto rascándose bastante. Luego, Chavela me mostró
dos lesiones en la columna, más exactamente en la octava y en la sexta vértebras, y me dijo
con palabras y sensaciones: “este es el lugar de mayor dolor y no mi cadera”.
Posteriormente abordamos el tema del automóvil. Le pedí que me enseñara como se sentía
cuando viajaba en él. Me mostró las dimensiones de un auto recubierto de una tela gris
azulada que veía enorme, sintiendo que nada la contenía mientras viajaba sola atrás y que el
movimiento le causaba mucha inseguridad. No comprendía la razón del movimiento y esa
era la razón de su ansiedad. Le expliqué a Chavelita porqué el auto se movía y como podía
sentirse más segura, acomodándose en un rinconcito. Ella solicitó que al viajar Natalia la
abrazara o bien la contuviera de alguna manera.
Al terminar la sesión Natalia se dirigió al veterinario en su auto color gris azulado para revisar
los síntomas relatados por Chavela. Natalia reportó que durante el viaje la perrita se fue
acostada en un rincón del asiento trasero muy tranquila, por primera vez en su vida, y que al
obtener las placas de la columna el veterinario pudo observar las dos lesiones exactamente
en el sitio donde Chavela las había señalado y cambiar con ello todo el tratamiento que hasta
ese momento había diseñado para su paciente canina.
En palabras de Natalia: “Al terminar la consulta fuimos al veterinario, le tomaron rayos X de
columna y salieron tal cual, donde ella dijo, la lesión más grande era la de la sexta vertebra.
El veterinario estaba pálido y no lo podía creer. Así que ahora la terapia en vez de cadera es
de columna y le dimos la vitamina B, ya no tiene dolor.… Sobre su gastritis, el veterinario
también la corroboró y le recetó un cambio de alimentación, ahora ya no se rasca. (En cuanto
al auto), cuando voy con alguien más la voy sujetando, y si va sola va muy tranquila… después
de la consulta siento que estamos más conectadas y que nos entendemos sin hablar. Eso no
pasaba antes, yo no la entendía tan bien.”
¿Cuáles serían las probabilidades de que yo hubiese “atinado” daños en las 6a y 8va vértebra
de un animal situado a miles de kilómetros de distancia a quien no he visto nunca antes? ¿Y
cuántas las posibilidades de que este mismo animal cambiase su conducta en relación a al
auto inmediatamente después de haber “conectado” con ella a través de Skype? No sé de
estadística, pero me atrevo a imaginar que el resultado es interesante.

En las consultas puedo percibir como cada animal tiene un carácter particular, virtudes
específicas y su forma única de ver el mundo según sea moldeado por su historia, sus
creencias personales o de su grupo, carácter individual, historia familiar animal, sus
decisiones y su relación con los humanos con quienes vive, entre otras. La genética es muy
importante ya que delimita la forma en que ese ser percibe el mundo, pero no lo es todo.
Las arañas, por ejemplo, tejen sus redes no solo por “instinto genético”, si no que requiere
del arte, la atención y la percepción sobre su entorno: la araña de jardín promedio, construye
sus telas usando 3 o 4 tipos distintos de seda y usa unos 1500 puntos de conexión para la
misma20.

Así que en realidad hay muchísimas formas de percibir


el mundo ¡cuánta riqueza!… imaginemos por ejemplo
¿cómo percibe su realidad un grillo? A diferencia de un
perro o de un tiburón… tienen sentidos especiales que
les ayudan a experimentar distintas perspectivas de su
mundo. Pero cada uno son individuos con
características particulares, aun si son dos animales de
la misma especie o incluso de la misma camada o
grupo. Lo que hay en común entre todas estas formas
de vida y experiencia, es la comunicación intuitiva.

Los animales entienden muy bien lo que les decimos (si es que deciden poner atención). Son
expertos en la comunicación telepática y utilizan sus sentidos psíquicos, no solo los físicos,
según como lo necesiten. Pero ellos no hablan todo el tiempo, ni entre ellos ni consigo
mismos. El obsesivo diálogo mental que tortura, limita y dispersa a los humanos parece ser
una característica única de nuestra especie. Los animales aprenden de nosotros y reaccionan
en consecuencia. Podemos parecerles seres confusos y contradictorios y con frecuencia no
saben qué es lo que se puede esperar de los humanos.

20
Lauck, Joeanne Elizabeth, The Voice of the Infinite in the Small, Revisioning the Insect-Human Connection,
Boston USA, Shambala, 2002 pg 182
Ilustrando lo anterior, recuerdo la historia de un caballo venezolano llamado Café. Su
humana era la dueña del caballo pero lo veía muy poco. Ella quería saber por qué no estaba
ganando ninguna carrera y quería también decirle que no se avergonzara por ello, pues lo
apoyarían siempre y en cualquier circunstancia. Café me dijo que las carreras le parecían muy
estresantes y que preferiría vivir más relajado en el
campo, pues él mismo consideraba que no era bueno
para correr. Al preguntarle por qué pensaba esto
último, me dijo que su caballerango (quien le bañaba y
alimentaba diariamente) le decía con frecuencia “todos
sabemos que no eres bueno para esto” y Café lo había
llegado a aceptar. Seguimos charlando y cambiando
estas ideas. Solicité a la humana responsable que
hablara con el jinete que le montaba para las carreras
(a quien Café quería bastante y describía como alguien
alegre y positivo) y que él le dijera a Café todo lo que
podrían lograr juntos, cambiando así las creencias que
la otra persona que le cuidaba, el caballerango, le había
implantado. Dos días después de esta charla Café ganó
su primera carrera y poco después la segunda.

Quizás la parte más hermosa y alentadora de esto es


que cualquiera puede hacerlo. No solo animales, si no cualquier humano también. A pesar de
lo extraordinario que pueda sonar, hablar con los animales y desarrollar los sentidos
extendidos es un entrenamiento accesible para cualquier persona amante de los animales
que puede derivar en convertirse en profesional en el servicio de mediación intuitiva entre
seres de distintas especies.
En Estados Unidos, donde esta manera natural de comunicación se estableció como una
profesión desde hace casi 40 años, hay ya miles de comunicadores profesionales asistiendo
a humanos y animales por igual, trabajando de manera coordinada con entrenadores,
veterinarios, investigadores, terapeutas, etc…
En México y en América Latina doy clases para poder experimentar y escuchar a los animales
telepáticamente, y me sorprende cuán fácil es para la gente despertar sus sentidos psíquicos
en los cursos básicos, los cuales duran apenas unas cuantas horas. Y si bien hay una escala
en la que hay un número reducido de estudiantes más bloqueados, y unos pocos
increíblemente capaces en el otro lado de la escala, la gran mayoría de los asistentes tienen
experiencias que pueden ir validando y fortaleciendo hasta sentirse confiados en unas
cuantas semanas o meses de práctica, igual que un músico al ir dominando su instrumento.
En el reciente curso que di en Medellín, Colombia, dos personas de formación científica –
etólogas- se sentían frustradas porque pensaban que estaban concluyendo información por
medio de la mera observación física del animal que estaba siendo nuestro maestro. En esta
ocasión eran dos ardillas de Mongolia (parecidas a hámsteres pero con colita). En los
primeros ejercicios nos concentramos en sentir la personalidad del animal usando vehículos
de visualización y formas de meditación que les comparto el primer día del curso.
La primera persona me dijo:
- Es que yo la siento agitada, inocente, muy rápida en su mente y emociones, pero eso es
también lo que puedo obtener con solo mirarla.
- Si… ¿cómo saber que no estamos proyectando lo que vemos solamente?- secundó otra.
- Ok- les dije- vamos a hacerle una pregunta que no puedan obtener por medio de la
observación. Por ejemplo, ¿qué es lo que este animalito opina de la maternidad? ¿Le gusta o
no?
- Las interlocutoras reaccionaron observando sus sensaciones: Siento dolor en mi pecho, no
le gusta… algo le pasó. Dijo la primera alumna.
-Si, yo siento un vacío también y como una punzada de desagrado, dijo la segunda.
- ¿Qué perciben los demás? (pregunté a todo el grupo)
La gran mayoría de los estudiantes respondieron algo similar, añadiendo: es que ya no los ve,
es como si hubieran desaparecido. Ella misma los hizo de lado, no le interesaba, dijo alguien
más. Uy que pesar se siente en el pecho dijeron otros más al fondo del salón.
- En efecto- les comenté- esta ardillita acaba de perder a su primera camada de tres crías, no
le interesaba o no sabía cómo cuidarlas y lo que ella percibe en relación a la maternidad es
presión en el pecho, frustración y pesar. (Esto fue corroborado por el humano responsable
posteriormente).
Las alumnas con más dudas se tranquilizaron y
pudieron comenzar a distinguir y validar la forma
en la que ellas reciben la información, comenzando
a confiar en sus propias capacidades psíquicas.
Generalmente esto es todo lo que hace falta,
alguien que pueda corroborar nuestra intuición
para que aprendamos a identificarla y validarla…

¿Qué posibilidades, entonces, tenemos de que los científicos utilicen la telepatía para realizar
sus estudios sobre los animales?

Pocas, muy pocas en lo inmediato pero me aventuro a pensar que muchas en el largo plazo.
Algunas razones, como mencioné en la primera parte de este texto, son teóricas: la
incompatibilidad que guarda el modelo científico dominante de la realidad 21-es decir
determinista, realista, mecanicista y positivista- con las capacidades cognitivas anómalas en
general; pero también hay otras por tabús, miedo y dogmatismo que a pesar de ser lejanas
al espíritu de la ciencia, son muy cercanas a la dinámica de lo humano.
Sobre los tabúes y emociones que implica la aceptación de la telepatía por la comunidad
científica, Shaldrake -quien ha tenido que confrontar este tema reiteradamente debido a su
investigación- lo ha resumido así: “la mayoría de las personas que tienen diplomas no se
atreven a hablar de la telepatía, porque ésta, desde hace mucho tiempo ha sido clasificada
como una superstición de gente sin educación, lo cual, en su tabú, haría que los científicos
“desciendan” a ese nivel. Y, sin embargo, los pocos que la estudian han encontrado
consistentemente pruebas de su existencia. Es algo normal, natural - no paranormal o
supernatural.”22
La psiquiatra Loyd-Meyer en su investigación sobre cognición anómala23 se hace las mismas
preguntas. ¿Por qué la ciencia se ha encargado de ridiculizar, atacar y evadir la enorme
evidencia científica a favor de las capacidades psíquicas de los humanos? Su respuesta es
que, en primera instancia, la modalidad mental que puede acceder a esta información – o
sea estado mentales fluidos, el arte de la unión- es incompatible con la modalidad racional o
de análisis, lo que hace difícil estudiar esos estados mentales y sentirlos al mismo tiempo24.
La segunda es el miedo irracional que provoca, tanto a las personas que tienen experiencias
“anómalas” en general como a la comunidad científica. Alguno de sus entrevistados, un
hombre de ciencia le dijo: “incluso si esto fuera totalmente cierto y comprobado, aún así no
lo aceptaría”.

21
Newton explicó que el universo opera siguiendo unas leyes constantes, impersonales, de causa y efecto, y
que está compuesto por objetos materiales. Estos paradigmas se llaman determinismo y materialismo. El
objetivo de la nueva ciencia era reducir a los objetos a sus partes elementales y descubrir las causas y efectos
que las gobiernan (reduccionismo). Otras ideas siguieron a esta nueva visión del mundo: cómo lo que es real
ha de ser medible y cuantificable (positivismo); que todo está hecho de pequeñas partículas (atomismo); que
estas partículas interactúan entre ellas como engranes de un reloj (mecanicismo); y que solo se relacionan
con sus vecinos cercanos, con lo inmediato, por lo que no es posible la acción a distancia (localismo), y lo que
concierne de manera directa a nuestra pregunta inicial: la creencia de que hay un universo real separado e
independiente del observador (realismo).
22
https://www.youtube.com/watch?v=2LTccs2kLzM
23
Mayer, 2010
24
El radiólogo Andrew Newberg y su colega el médico Eugene D´Aquili, publicaron un estudio en el año 2001 sobre el
funcionamiento cerebral de meditadores budistas y mojas franciscanas en estados de oración o meditación profunda. En
su libro titulado “Why God wont go away”: Brain Science and the Biology of Belief” descubrieron que determinadas zonas
del cerebro se “apagaban” o tornaban menos activas durante la meditación profunda en sus sujetos de estudio. Las áreas
que se oscurecían en las tomografías, eran justo aquellas que resultan importantes para orientarnos en el mundo físico y
que se refieren a los límites físicos de nuestro yo individual. Es decir, en meditación u oración profunda, las partes
cerebrales que nos diferencian de lo demás y aquellas que permiten un análisis racional “se apagan”. (2001) New York:
Ballantine Books.
3. Algunas dificultades teóricas
En cuanto a las dificultades teóricas:
Si bien no soy una experta en la discusión académica en el fascinante campo de la cognición
humana y animal y la validación científica de las capacidades psíquicas de todas las especies,
he estado interesada desde hace mucho tiempo en ello. No solo como alguien que vive la
experiencia en primera persona, sino como académica también. En 1998 escribí la tesis de
Maestría en Antropología y Ciencias Cognitivas para la London School of Economics (LSE)
titulada “Quantum Mechanics, Consiousness and Anthropology: the reenchantment of the
world” (Mecánica Cuántica, Conciencia y Antropología: el reencantamiento del mundo). El
texto era una crítica a la corriente dominante de la antropología cognitiva, en la que buscaba
introducir a la mecánica cuántica como un modelo de explicación teórico en la tan debatida
y pantanosa relación mente-cerebro, punto de origen para la discusión de la conciencia, y
así dar sustento a las experiencias de cognición anómala que tienen tanta evidencia en
antropología de la religión – como ya vimos un poco antes con la investigación de Erika
Bourginion. Con la mecánica cuántica la explicación de una conciencia que rebasa el sustrato
físico del cerebro (en vez de ser su epifenómeno) parece posible.

Algunos problemas teóricos a los que se enfrenta el modelo actual de explicación científica
frente a la evidencia de la comunicación telepática con animales son los siguientes:
1.- Como vimos al principio de este texto, telepatía significa sentir a distancia. Esto implica la
existencia de una mente/conciencia que:
a) es independiente al cuerpo físico, es decir, una entidad que NO es reductible al cuerpo,
sino algo más, ¿y qué es ese algo más? (Esto es contario a la creencia de la corriente
predominante de las ciencias cognitivas de que la mente es un mero producto de la química
e intercambio neuronal de la masa encefálica)

b) esta mente puede “salir” o alcanzar de alguna manera algo o alguien que está fuera y
comprenderle.
(Contrario a la creencia predominante de que la mente es algo que ocurre solo dentro de la
caja del cráneo de cada individuo, humano o animal, o que tenemos una mente incapaz de
conocer otras formas de vida, como estableciera Thomas Nagel en 197325)
2.- La mente que es capaz de telepatía (o sea, no reductible al cerebro y que es capaz de salir
o alcanzar a otro ser) implica también que hay medios físicos invisibles, no conocidos por la

25
Thomas Nagel afirmó en su famoso artículo “¿Cómo es ser un murciélago?” en la que el filósofo concluyó que él estaría
siempre limitado a los recursos de su propia mente, los que son inadecuados para dicha tarea.
ciencia actual, que permiten el contacto entre dos mentes (contrario a la creencia común de
que todos los cuerpos están separados entre sí y que no hay nada que los una entre ellos)
3.- La ciencia tendría que poder medir y validar las sensaciones subjetivas percibidas por dicho
intercambio: sensaciones, imágenes, emociones, etc. y contar con un modelo adecuado para
ello.
4.- La comunicación telepática con animales implica que estos últimos también han de tener
conciencia y capacidad de crear representaciones, y meta-representaciones (en las que se
habla de los estados mentales de otros seres). Es decir, una conciencia capaz de conectar
con otros seres igual que la nuestra, independientemente del tamaño y condiciones de su
masa encefálica. Esta mente animal ha de comunicarse a través de una intención y ha de ser
capaz de transmitir información que tenga sentido y utilidad. Todo esto contrario a la muy
popular –pero también ya rebasada- tradición conductivista, que asume que cualquier
parecido a una mente animal se reduce a puro antropomorfismo del observador26.
5.- Los animales pueden decir cosas que merece la pena ser escuchadas. (Contrario a la
antigua y popular creencia de que solo los humanos son evolucionados y quizás los únicos
con “inteligencia desarrollada”)

4. - Propuesta
Estos son algunos de los temas difíciles que puedo entender habría. Pero quizás las
nuevas tendencias científicas que rescatan la física cuántica como un modelo de
explicación de la relación mente cerebro teniendo al estudio de la conciencia como
centro, puedan ayudar a crear modelos que expliquen fenómenos como la
comunicación interespecies.

Parafraseando al psiquiatra norteamericano David Hawkins:

Sin importar desde cuál de las ramas de investigación uno


comience –filosofía, teoría política o teología- todos los camino
de investigación convergen eventualmente en un punto común
de encuentro: la búsqueda de una comprensión organizada de
la naturaleza de la conciencia pura”27

O en palabras de Max Planck, quien inició la revolución cuántica:

“Entiendo a la conciencia como algo fundamental. Veo a la


materia como algo que se deriva de la conciencia. No podemos

26
Page, George, Inside the Animal Mind, Doubleday USA 1999, pg xi
27 Power VS Force, David Hawkins, pg 24
ignorar la conciencia. Todo aquello de lo que hablamos, todo lo
que contemplamos como existente, postula a la conciencia”28

La propuesta de una mente o conciencia cuántica propone que mientras la física newtoniana
ha sido incapaz de explicar la relación mente-cerebro (como se ve en el materialismo
reduccionista que llega a negar la existencia de la propia mente29), los fenómenos de la
mecánica cuántica si lo pueden hacer por medio del entrelazamiento, superposición, el
efecto observador etc. También explicaría como es que la conciencia de alguien –digamos
de un comunicador interespecies- puede recorrer el espacio para “hablar” o conectar con
otro ser que se encuentra a miles de kilómetros –digamos la perrita Chavela en Colombia: la
conciencia puede estar y no dentro del cuerpo y tocar otros seres que estén muy lejos, pues
algo similar hacen las partículas subatómicas que componen la realidad material.

La conciencia cuántica es un conjunto de


nuevos modelos de explicación científica
sobre la conciencia, en la que han
intervenido varios postulantes como los
físicos Henry Stapp, y el físico y miembro
de la Royal Society Herbert Froehlich; la
neuróloga Mari Jibu; los físicos teóricos
Kunio Yasue y Giuseppe Vitiello; el
biólogo Gustav Bernroider; el físico
matemático Roger Penrose y el
anestecista Stuart Hameroff, entre
muchos otros30.

Es importante decir que hablar de conciencia cuántica – aunque es un tema realmente


fascinante- es también especulativo. A la fecha no hay evidencia científica que sugiera que la

28 Dean Radin: Supernormal: Science, Yoga, and the Evidence for Extraordinary Psychic Abilities, Random House 2013, pg
15
29 Para un resumen ver http://es.wikipedia.org/wiki/Filosof%c3%ada_de_la_mente#Conductismo
30 Entre otros:

Dr. Evan Harris Walker, The Physics Of Consciousness: The Quantum Mind And The Meaning Of Life, Perseus Publishing,
2000;
Profesor Brian Josephson: http://www.tcm.phy.cam.ac.uk/~bdj10/, especialmente: Biological Utilisation of
Quantum NonLocality en http://www.tcm.phy.cam.ac.uk/~bdj10/papers/bell.html
Dr. Robert G. Jahn: Margins of Reality, the role of consciousness in the physical world, USA Harvest pub. Y
http://www.princeton.edu/~pear/
Laughlin Cg. D. “Archetypes, Neurognosis and the Quantum Sea”, Journal of Scientific Exploration, Vol 10, No.
3, pp 375-400
Lokwood M. (1989) Mind, Brain and the Quantum, Oxford, Basil Blackwell.
Henry P. Stapp, Mind, Matter and Quantum Mechanics (The Frontiers Collection), Springer, University of
California
Roger Penrose, Fred Kuttner, Bruce Rosenblum Quantum Physics of Consciousness, Vols 3 and 14 Journal of
Cosmology 2009, 2010, 2011
conciencia es causada por procesos cuánticos, pero tampoco hay evidencia de que sea lo
contrario: un “epifenómeno” de la carne del cerebro.

Entre otros, el teórico y anestesiólogo Stuart Hameroff, profesor de anesteología y psicología


de la Universidad de Arizona, y quien es coautor de muchos artículos sobre conciencia junto
con Sir Roger Penrose, plantea así la importancia de la conciencia cuántica en una entrevista
de video reciente31:
… siguiendo la física cuántica, la conciencia podría ser algo que se da a
nivel de los microtúbulos de las neuronas, en la escala de Plank, que es
la más pequeña del Universo. Gracias a esto, es posible explicar las
experiencias fuera del cuerpo, la reencarnación las almas y cosas
similares porque por entrelazamiento podría existir una conciencia
fuera del cuerpo.
Si aún no podemos explicar bien a bien cómo funciona la conciencia
dentro del cuerpo, ¿por qué no podría existir también fuera del cuerpo?
Todas estas cosas se vuelven posibles científicamente con la física
cuántica. Por ahora la ciencia dice “no, esto no es posible” pero si no
pueden explicar la conciencia, ¿entonces por qué dicen eso? Esto
explicaría también todas las llamadas anomalías y fenómenos
psíquicos. Los científicos no quieren ni tocarlo porque no hace sentido
en su contexto de inteligencia artificial (la del cerebro como equivalente
a una computadora clásica). Pero una computadora cuántica es como
una caja de pandora: abre toda clase de puertas raras.
El profesor Hammerof concluye así la entrevista:
“La conciencia no es un mero proceso computacional, es algo
mucho más profundo conectado a la estructura cuántica del
Universo, es un puente entre la ciencia y la espiritualidad… y creo
que eventualmente va a borrar esa distinción”.

Carl Sagan decía que “las afirmaciones extraordinarias requieren demostraciones igualmente
extraordinarias”. La afirmación de que se puede hablar con los animales de manera
consiente, fácil y clara es sin duda una extraordinaria, pero no por ello menos real a que “si
aprietas un botón en un aparato televisor podrás ver un partido de futbol que ocurre al otro

31
http://www.quantumconsciousness.org/presentations/whatisconsciousness.html
lado del mundo”. La única diferencia
entre ambas es que la segunda cuenta
ahora con una explicación física y
electrónica, la cual, tampoco era
accesible ni hubiese sido comprensible
o aceptable en el siglo XII. Necesitamos
una explicación extraordinaria para la
comunicación interespecies.

La comunicación telepática con animales es un fenómeno real, cotidiano y extenso en todas


las culturas humanas. Y hoy en día, en occidente, es una excelente herramienta para
promover la convivencia entre humanos y sus animales de compañía. Pero puede ser mucho
más si se consigue la aceptación de la comunidad científica y un “empaque teórico
suficiente” para explicarla. Si la ciencia todavía no lo tiene, ha de generar alguno.
Éticamente corresponde escuchar a nuestros compañeros de barco, los miles y millones de
animales que tienen cosas que decir y que merecen ser escuchados. El tiempo no está de
nuestro lado en cuanto a la rapidez de la destrucción de hábitats naturales, contaminación y
calentamiento global. Es urgente ser creativos y abrirnos a nuevos campos de investigación.

Necesitamos urgentemente, como ha dicho el etólogo norteamericano Mark Beckoff:


“mucho más que una ciencia tradicional- (o sea, una ciencia que no es responsable, que es
autónoma y autoritaria, que fragmenta el universo y que hace extraños entre sí a humanos
y animales) para abrir camino en la comprensión de los otros animales no humanos y del
mundo en general. Necesitamos ensanchar la ciencia para incorporar en ella el corazón y el
espíritu.”32

¿Cuáles serían las implicaciones de que los humanos hablásemos con los animales de manera
natural, espontánea y clara? ¿Podríamos regresar a la humildad de aprender de la sabiduría
amplia y profunda de la naturaleza y regresar a sentirnos “parte de la Naturaleza” en vez de
vivir en el solipsismo de nuestra especie? ¿Honraríamos y respetaríamos a los seres vivos
aunque tuviesen formas físicas radicalmente distintas a las nuestras? ¿Qué necesitamos
saber de ellos para que esto ocurra?

Este punto es muy importante para la consideración de los animales como seres completos,
sujetos de derechos, expandiendo así la “comunidad de iguales” o como “personas no
humanas” con derecho a la vida y a la libertad (como lo ha enunciado el vanguardista

32 Becoff, 2004, pg 922


Proyecto Gran Simio33 para el primer caso y la Asociación Americana para el Avance de las
Ciencias AAAS en el segundo) y extenderlo a para todas las especies y formas de vida34.

El valor ético de la difusión de este conocimiento es mayúsculo, más ahora que nos
encontramos en una crisis ecológica tan profunda en la cual la tercera parte de las especies
animales están desapareciendo por el efecto del hombre. No solo animales silvestres son
sujeto de destrucción y abuso. Actualmente, se abaten 53 mil millones de animales cada año
tan solo para consumo humano35. Sin mencionar los cientos de miles que son usados en
laboratorios cosméticos y militares, granjas peleteras o en entretenimientos crueles… ¿Si la
gente “hablara” con los animales, esto continuaría siendo el caso?
Hablar con los animales, pues, plantea temas éticos importantes, pero va también hacia el
núcleo mismo de nuestro ser: ¿Quién soy? ¿Qué hago aquí? ¿Cuál es el sentido de todo esto?:
Cuando hablamos con animales, en el contraste de la riquísima diversidad de conciencias, lo
que es ser UN SER HUMANO adquiere perspectiva y sentido.
¿Podríamos dejar atrás dogmatismos religiosos, manipulación y guerras si accediéramos a
hablar con nuestros compañeros animales de manera directa y conocer quiénes somos los
seres humanos y cuál es nuestro rol en este planeta? Quizás así termine un era de violencia,
ignorancia y soledad en nuestra especie.

Muchas gracias por su atención.

33 http://proyectogransimio.org/que-es-el-pgs/declaracion
34 “La neuroanatomía sugiere que existe continuidad psicológica entre los seres humanos y los delfines y se supone que
también aparecen profundas implicaciones éticas en la interacción entre este cetáceo y el hombre”, según Lori Marino, la
zoóloga de la Universidad Emory de Atlanta, Georgia.
El tamaño es sólo un factor. Los investigadores han reconocido que el tamaño del cerebro varía mucho, alrededor de 200 g
en las especies de cetáceos pequeños, tales como el delfín del Rio Ganges, y más de 8 kg en los cachalotes, cuyos cerebros
son los más grandes de nuestro planeta. Por el contrario, el cerebro humano oscila entre 1 y casi 2 kg, mientras que el de
los chimpancés pesa alrededor de los 350g.
Sin embargo, cuando se trata de inteligencia, el tamaño del cerebro adquiere menos importancia que la proporción de éste
con respecto al cuerpo.
Lo que Marino y sus colegas averiguaron fue que la corteza cerebral y el neocórtex de los delfines nariz de botella eran tan
grandes que “la relación anatómica que evalúa la capacidad cognitiva lo sitúan en un segundo lugar en relación con el
cerebro humano”.
Asimismo, descubrieron que la corteza cerebral de los delfines nariz de botella poseen los mismos pliegues complejos, los
cuales están firmemente vinculados a la inteligencia humana.
http://despiertaalfuturo.blogspot.mx/2011/10/segun-un-estudio-cientifico-los.html
35
Anima Naturalis, pag web

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