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Entre el preconsciente y el inconsciente actúa la censura, que hace pasar al inconsciente todos
aquellos contenidos que resultan desagradables, humillantes o inmorales.
EL INCONSCIENTE: está constituido los contenidos reprimidos, es decir, por todos aquellos
impulsos, deseos y recuerdos olvidados que permanecen fuera de la conciencia a causa de la
represión. Según Freud, estos contenidos constituyen representaciones de pulsiones
instintivas que amenazan la integridad psíquica del sujeto que provocan angustia o
sentimiento de culpa. Tienen una energía que hacen que intenten entrar en la conciencia pero
se lo impide la censura. Sin embargo, en determinadas ocasiones consiguen zafarse de esta
censura, por ejemplo cuando dormimos.
El psicoanálisis hace una inversión del valor de la conciencia con respecto a la psicología
tradicional para quien la conciencia era el objeto propio de la psicología y la inconsciencia, un
apéndice.
CONSCIENCIA:
-De cómo nos invaden -a veces nos desbordan- las emociones, y pasamos a ser esclavo de
ellas.
-De cómo nuestro ego nos hace tomar decisiones arriesgadas, mal calibradas, excesivas.
PRECONCIENCIA:
INCONSCIENTE:
El lapsus sería una manera de buscar expiación mediante la confesión. Sería una de las formas
en que se expresa el inconsciente en la vida cotidiana.