La cadena de valor se refiere a la organización de la producción en una secuencia de
actividades de valor agregado, desde la concepción hasta el consumo de un bien o servicio. Va más allá del análisis de las redes de producción al incluir el ambiente en el que se desarrollan las actividades. Cada fase productiva se denomina "eslabón", y pueden variar en número y tipo según la industria. Este enfoque permite abordar de manera integrada las actividades de concepción, producción, comercialización y consumo. Aunque se representa a menudo como una cadena lineal, los procesos de producción pueden tener diversas configuraciones, como una araña o una combinación de arañas y serpientes. Bajo el análisis de cadenas de valor, la integración de los eslabones y los encadenamientos son relevantes para identificar actividades económicas clave a nivel nacional o regional. El encadenamiento productivo mide el impacto de un sector económico en otro, ya sea a nivel nacional o regional. La cadena de valor se refiere a los flujos de información entre etapas, las vinculaciones entre empresas y la identificación de actividades de alto rendimiento. Incluye todas las actividades desde la concepción hasta la distribución y consumo del bien o servicio, pudiendo involucrar una o varias empresas, y tener una ubicación geográfica única o múltiple. Las cadenas pueden variar en niveles de complejidad, gobernanza, ámbito de operación y niveles de transformación. La dinámica económica global y las cadenas de valor En el contexto actual de globalización, identificar actividades económicas clave es esencial debido al flujo constante de información y avances tecnológicos, lo que presenta oportunidades y desafíos para la economía global. El comercio mundial muestra un fuerte componente intraindustrial, reflejado en el intercambio de productos intermedios, lo que ha dado lugar al concepto de cadena global de valor (CGV). Este concepto implica la realización de actividades productivas en diferentes ubicaciones geográficas para llevar a cabo un producto o servicio, con actividades interrelacionadas a través de una estructura de gobernanza. La CGV implica un proceso de escalamiento, tanto intracadena como intercadena, con el objetivo de avanzar hacia actividades más sofisticadas y cambiar hacia industrias intensivas en capital y tecnología. Se identifican cuatro tipos de escalamiento: de producto, de proceso, intracadena e intercadena. Además del escalamiento, existen otras estrategias para agregar valor dentro de las CGV, como incentivar nuevas industrias, mejorar la capacidad de las existentes y crear nuevos encadenamientos y complementariedades dentro de una industria existente. La agregación de valor no es un proceso automático, sino que requiere aprendizaje organizativo y redes relevantes y efectivas para mejorar la posición de las empresas o de las naciones en el comercio internacional. La visión transfronteriza de las cadenas: el concepto de cadenas regionales de valor En el contexto de la globalización económica, las cadenas de valor permiten distribuir los procesos de producción en diversas ubicaciones geográficas, lo que también implica una distribución de la generación de valor. Aunque los eslabones de la cadena y sus actividades pueden estar concentrados en un espacio territorial específico, también pueden estar dispersos, formando cadenas productivas nacionales, regionales o globales. La creciente importancia de las cadenas de valor transfronterizas ha dado lugar a redes internacionales de producción, especialmente en América Latina y el Caribe, donde las cadenas suelen tener alcance nacional o regional. Las cadenas regionales de valor (CRV) implican la participación de dos o más países con afinidad productiva y complementariedad comercial, lo que permite una mayor integración productiva a través de la colaboración, competencia y aportes de insumos entre los países. Bajo este esquema, los efectos de los encadenamientos pueden ser locales o intrarregionales, afectando a la economía de la región, o interregionales, involucrando la dependencia económica entre sectores de diferentes regiones. La identificación de los sectores líderes, que están encadenados tanto hacia adelante como hacia atrás, es fundamental para diseñar políticas y estrategias que impulsen su inserción en los mercados internacionales. Antecedentes en materia de cadenas de valor para la región SICA 1. La agenda para la competitividad y el desarrollo sostenible del INCAE El INCAE, junto con el Harvard Institute for International Development, lanzó en 1999 una agenda para la competitividad y el desarrollo sostenible en Centroamérica. Esta agenda identificó cuatro sectores con alto potencial competitivo: turismo, agricultura orientada a exportaciones, maquila textil y ensamblaje de componentes electrónicos. La metodología se basó en la identificación de clústeres con características comunes y complementarias en la región, utilizando estudios profundos y consultas a diversas organizaciones. 2. El fortalecimiento de las cadenas de valor como instrumento de la política industrial desde la visión de la CEPAL La CEPAL, en colaboración con la Agencia Alemana de Cooperación Técnica, propuso un proceso para fortalecer cuatro cadenas de valor en Centroamérica, a solicitud de los gobiernos de El Salvador y Guatemala. Esta metodología involucra la participación de actores clave y aliados estratégicos para la localización, selección y elaboración conjunta de estrategias participativas. Se ha aplicado en áreas como agricultura, silvicultura, pesca, manufactura y servicios en la región SICA. Además, desde 2014, se está implementando una estrategia de política industrial rural con el apoyo del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y la CEPAL, centrada en el fortalecimiento de cadenas en Costa Rica, El Salvador, Guatemala y la República Dominicana, con el objetivo de escalar hacia actividades de manufactura y servicios. 3. Programa Regional de Apoyo a la Calidad y a la Aplicación de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias en Centroamérica (PRACAMS) El Programa Regional de Apoyo a la Calidad y a la Aplicación de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias en Centroamérica (PRACAMS) seleccionó seis productos centroamericanos prioritarios para la exportación al mercado europeo. Este programa proporcionó asistencia técnica y acciones para capacitar al sector productivo en el cumplimiento de requisitos de obstáculos técnicos al comercio, medidas sanitarias y fitosanitarias, así como normas privadas de los países importadores. Contexto institucional en la región SICA Diversas instituciones del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) están trabajando en la operativización de políticas y estrategias de desarrollo productivo regional con el apoyo de actores clave regionales e internacionales. La Secretaría de Integración Económica Centroamericana (SIECA), bajo el liderazgo del Consejo de Ministros de Integración Económica (COMIECO), ha enfocado sus esfuerzos en el fortalecimiento de cadenas de valor transfronterizas. Esto se inició con el Foro de Reflexión sobre el Proceso de Integración Económica Centroamericana en 2014, donde se encomendó a la SIECA un estudio sobre cadenas de valor regional. A partir de este mandato, se ha desarrollado una metodología para identificar y seleccionar cadenas regionales de valor en Centroamérica, con la asistencia técnica de la CEPAL. Esta metodología ha permitido identificar sectores con potencial exportador, como viajes, preparaciones alimenticias y servicios culturales, entre otros. Otra institución destacada en la región es el Centro de Promoción de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (CENPROMYPE), que en 2017 aprobó la Estrategia Regional de Articulación Productiva MIPYME (ERAP MIPYME), centrada en crear condiciones favorables para el desarrollo de las MIPYME y su inclusión en cadenas de valor. La estrategia prioriza sectores como turismo, madera y muebles, pesca, lácteos, cacao, moda, hortalizas y verduras, así como las industrias 4.0 y las compras públicas. Esta estrategia propone veinte pasos para la intervención de sectores o cadenas, con el objetivo de mejorar la infraestructura y servicios orientados a los eslabones más débiles de la cadena. El éxito de la implementación de la ERAP MIPYME radica en la ejecución equilibrada y complementada entre todos los ejes estratégicos, con un enfoque central en la participación de las MIPYME en las cadenas de valor identificadas. Esta alianza entre CENPROMYPE, CEPAL y SIECA busca contribuir al análisis y fortalecimiento de cadenas regionales de valor en la región SICA.