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Introducción

El tema del terrorismo es sumamente complejo e impacta a nivel global, por lo que
es importante considerar el papel de la ideología, la desigualdad social, los
conflictos políticos y étnicos, así como otros factores que contribuyen al
surgimiento y la perpetuación del terrorismo en el Perú y en el mundo. También es
crucial examinar cómo el terrorismo afecta las relaciones internacionales, la
economía global, la seguridad de la población civil y los derechos humanos.

Como ya se había mencionado el terrorismo es un acto que se da a nivel mundial,


pero en el Perú, ha dejado una huella indeleble en la sociedad, durante las
décadas de 1980 y 1990, el país sufrió la violencia despiadada del grupo
insurgente Sendero Luminoso, así como la actividad terrorista del grupo armado
MRTA (Movimiento Revolucionario Túpac Amaru). Estos grupos sembraron el
miedo y la destrucción, dejando un legado de dolor y sufrimiento en la población
peruana, a nivel global, el terrorismo ha demostrado ser un desafío constante para
la paz y la seguridad internacionales. Ataques devastadores, como los del 11 de
septiembre de 2001 en Estados Unidos, así como otros actos de violencia
perpetrados en Europa, Asia, África y otras regiones, han sacudido al mundo
entero y han dejado cicatrices emocionales y físicas en innumerables personas.

En este ensayo, exploraremos tanto el impacto del terrorismo en el Perú como su


repercusión a nivel mundial. Analizaremos las causas y consecuencias de estas
acciones violentas, así como sus implicaciones para la sociedad, la política y la
seguridad internacional. Además, examinaremos las respuestas adoptadas por los
gobiernos y la comunidad internacional para hacer frente a esta amenaza,
buscando comprender los desafíos y dilemas éticos que surgen en el combate
contra el terrorismo, en otras palabras, a través de este análisis, nuestro propósito
es fomentar una comprensión más profunda del terrorismo en el contexto peruano
y global, así como promover el diálogo y la reflexión sobre las estrategias para
prevenir y enfrentar este fenómeno tan complejo.
Desarrollo

El terrorismo como modalidad de violencia política tiene como objetivo la conquista


y mantenimiento del poder, lo hace a través de la intimidación o provocando un
estado de pánico, alterando la seguridad y el orden público. Lo más importante
para los terroristas es sembrar terror como patrón de acción y no como finalidad,
de esta manera obtiene sus objetivos. Estos objetivos pueden mencionarse como
actos dirigidos a subvertir total o parcialmente el orden político constituido y
ponerlo en peligro, destruir el orden constitucional, alterar la seguridad y el orden
público con fines políticos o sociales.

A nivel mundial, el terrorismo se ha convertido en una amenaza constante para la


seguridad y la paz. Grupos extremistas, motivados por diversas ideologías, utilizan
la violencia y el miedo como herramientas para promover sus agendas políticas,
religiosas o ideológicas. Los ataques terroristas han dejado un impacto devastador
en la sociedad, generando pérdidas de vidas humanas, daños materiales y un
clima de temor e inseguridad, este echo ha venido afectando la realidad interna de
muchos países, incluyendo el Perú.

El Perú ha experimentado su propia lucha contra el terrorismo, principalmente a


través del enfrentamiento con el grupo insurgente Sendero Luminoso, que surgió a
fines de la década de 1970. Durante más de una década, el país se vio sumido en
un conflicto interno que dejó miles de víctimas, incluyendo civiles, militares y
agentes del Estado. Sendero Luminoso utilizó tácticas brutales, como atentados
con explosivos, asesinatos selectivos y ataques a comunidades rurales, con el
objetivo de desestabilizar al gobierno y sembrar el miedo en la población peruana.

Sendero Luminoso contaba con una finalidad, objetivo o proyecto político. La tarea
principal fue la de preparar la insurrección como una labor de largo plazo, y la
directiva, tomar barrios y barriadas como bases para preparar la resistencia, Usó
el empleo sistemático del terror. Las acciones senderistas tuvieron básicamente
dos finalidades; la “propaganda” de la lucha armada y muchas acciones de
sabotaje a los símbolos del “viejo estado”. Durante esos años la operación típica
era el apagón y los atentados petardistas. Cobraron importancia las acciones de
guerrilla urbana, las emboscadas a patrullas policiales y ataques violentos a
comisarías. Aumentaron los asaltos a camiones repartidores de alimentos. Para
justificar sus acciones existía un basamento ideológico y político que consistía, en
rasgos generales, en una estructura o sistema de actuación que buscaba
proporcionar la justificación necesaria al accionar, es decir algo que legitimara los
actos terroristas. Por ejemplo, cuando se mataba a un oficial de tránsito lo que se
quería señalar era que se estaba en contra del viejo y caduco Estado. Se
aniquilaba en forma selectiva como medio de protesta. Se analiza un hecho que
se puede ubicar como fenómeno social de trascendencia internacional, el suceso
de Uchuraccay. El 27 de enero de 1983, ocho corresponsales de tres diarios
limeños fueron asesinados en la comunidad de Uchuraccay, Ayacucho. La razón
que dieron los militares fue que los comuneros confundieron a los periodistas con
senderistas. Frente a este acontecimiento tres diarios hicieron comentarios: El
primero de ellos, “El Comercio”, diario peruano de línea conservadora, días antes
de los asesinatos elogió los actos de represalias puestos en práctica por las
comunidades ayacuchanas en contra de los senderistas. Sin embargo, esa
postura de destacar el comportamiento nacionalista de los comuneros
ayacuchanos se vio enturbiada por la masacre de los ocho periodistas. Por
primera vez, “El Comercio” dio dos versiones de un solo hecho y tuvo que matizar
su comentario original en función a la información vertida por su corresponsal en
Ayacucho. Esta vez omitió el tratamiento de los temas de justicia campesina y del
nacionalismo indígena y en su lugar se exigió una drástica sanción a los
responsables de la muerte de los periodistas. El diario responsabilizó a Sendero
Luminoso de instigar a los campesinos a tomar justicia en sus propias manos, y de
esta manera cambió su interpretación nacionalista por otra más violenta para
explicar la muerte de los periodistas. Otra postura fue la del diario español, “El
País”, que hizo un análisis opuesto al que perfiló “El Comercio”, afirmando que los
periodistas fueron asesinados a pedradas y machetazos por los comuneros de
Uchuraccay al haber sido confundidos con los guerrilleros senderistas. Además dio
la versión de la oposición política, basándose en fuentes anónimas el diario pudo
afirmar la existencia del terrorismo de Estado, patrocinado por el Ejército, y que
había convertido a Ayacucho en un escenario proclive para la persecución de
civiles. El corresponsal español reconoció que Sendero Luminoso supo
aprovecharse de la extrema pobreza y de la opresión cultural de una región donde
se razonaba en términos no occidentales, todo esto para poder arraigarse en la
población andina. El tercer diario encargado de comentar los hechos fue el “The
New York Times”, pero a diferencia de “El Comercio” y “El País”, no envió
corresponsales a Ayacucho. El público se mantuvo informado mediante
resúmenes de los cables de las agencias internacionales de prensa. No obstante
eso, en “The New York Times Magazine”, Mario Vargas Llosa publicó una extensa
crónica dando su versión sobre los sucesos, encargándose de dar un discurso
social distinto al expresado por “El Comercio” y “El País”. El escritor llegó a la
conclusión de que una Comisión Investigadora exculpó al Gobierno, al Ejército y a
la policía de todo tipo de implicancias en la masacre de los periodistas. La
Comisión atribuyó las muertes a una reacción irracional, a un pánico colectivo, por
lo que se acusó a los comuneros de asesinato involuntario. Según este diario, se
trasladaba al problema de la violencia peruana el lenguaje de la guerra fría. El
diario neoyorquino temía que Sendero Luminoso fuera la expresión del contagio
de las guerrillas centroamericanas al resto del continente. Para entender porqué
en Perú había surgido un grupo guerrillero de las características de Sendero, la
opinión pública norteamericana tenía antes que familiarizarse con la inexistencia
de una cultura democrática en las sociedades latinoamericanas. La matanza de
los ocho periodistas en Uchuraccay obligó a los tres periódicos de referencia a
cambiar o matizar sus comentarios iniciales sobre Sendero. “El Comercio”
abandonó su hipótesis del complot internacional, pero persistió en sus
perspectivas legal criminalista y militar policial, para seguir sosteniendo su relato
sobre las acciones de Sendero Luminoso como propias de delincuentes. “El País”
se inclinó por un enfoque histórico-antropológico, definiendo a Sendero como una
guerrilla campesina. El “New York Times” proyectó a la opinión pública
norteamericana un enfoque político del terrorismo de Sendero Luminoso que le
asemejaba a una guerrilla comunista integrada por un resentimiento social y
amparada por la cultura arcaica de los campesinos ayacuchanos. El fenómeno
senderista traspasó las barreras del ámbito nacional y se extendió hacia otros
países de Latinoamérica y Europa. Sendero creó una red internacional en base a
los Comités de Apoyo a la Revolución Peruana. Muchos de ellos aún sobreviven a
pesar de la caída del líder senderista Abimael Guzmán, pero no con la misma
fuerza. Según Jiménez Bacca, la red internacional para el trabajo en Europa
contaba con una serie de enlaces y contactos principalmente en los países de
Suecia, Francia, España, Estados Unidos, Holanda, Dinamarca, Alemania. Y en
América Latina se extendía por México y Bolivia, entre otros. El trabajo
internacional tenía como objetivo generar opinión internacional favorable para la
guerra popular en el Perú y lograr mediante actividades programadas los recursos
económicos que permitieran seguir desarrollando la lucha contra el viejo y caduco
Estado Peruano. Las actividades de naturaleza económica la realizaban a través
de actos culturales, artísticos, conferencias y venta de folleterías Sendero
Luminoso desarrolló toda una campaña en el extranjero para que se
reconstituyeran los partidos y organizaciones comunistas y así poder entrar a
desarrollar la guerra popular a nivel mundial. Gracias a los recursos obtenidos
mediante los secuestros, Sendero logró abrir una sede en Londres, nombró
representantes en otras ciudades europeas y respaldó publicaciones para
defender y afianzar sus intereses políticos. Las actividades políticas de Sendero
Luminoso crecían y obtenían el apoyo de la Izquierda Unida y de los sectores
comunistas de diferentes países. Los ataques de Sendero llegaron hasta Bolivia,
el norte de Chile, e inclusive a Argentina; pero con quien mantuvo una estrecha
relación fue con Cuba, de quien provenían los recursos y las instrucciones. Se
cree que a fines de la década de 1970 comenzaron las primeras conexiones con el
narcotráfico, con el cual se establecieron alianzas de protección mutua y se
concretaron operaciones de seguridad que brindaban los guerrilleros. También las
relaciones y los acuerdos con los empresarios de la droga resultó ser parte de un
fenómeno que se repetía en otros países. El narcotráfico utilizó las bandas
guerrilleras como elementos de protección para sus operaciones, y a cambio
Sendero recibía pagos en armas y dinero. “Ya en los finales de esa década
existían las primeras conexiones con el aparato del narcotráfico con el cual se
establecen alianzas orientadas básicamente a respetarse mutuamente y concretan
operaciones de seguridad que brindaban los guerrilleros”

A nivel global, el terrorismo ha adquirido dimensiones preocupantes, con actos


atroces perpetrados por grupos como Al-Qaeda, ISIS y Boko Haram, entre otros.
Estos grupos han llevado a cabo ataques indiscriminados en diferentes regiones
del mundo, causando pérdidas humanas y daños materiales significativos. El
avance de las tecnologías de comunicación y el acceso a recursos financieros han
permitido a los grupos terroristas ampliar su alcance y sofisticar sus métodos,
representando un desafío cada vez mayor para la seguridad internacional.

La lucha contra el terrorismo ha llevado a numerosos países a implementar


medidas de seguridad más estrictas, así como a promover la cooperación y
coordinación a nivel global. Sin embargo, es importante recordar que la respuesta
al terrorismo no puede limitarse únicamente a estrategias militares o de seguridad.
Abordar las raíces profundas del terrorismo requiere un enfoque integral que
considere factores socioeconómicos, políticos, culturales e ideológicos, en el caso
de Perú, la superación del conflicto con Sendero Luminoso ha implicado esfuerzos
significativos para promover la reconciliación, la justicia y la reconstrucción de las
comunidades afectadas. Asimismo, la cooperación con otros países y organismos
internacionales ha sido fundamental para el desarrollo de estrategias efectivas de
lucha contra el terrorismo y la prevención de la radicalización.
El terrorismo en el mundo y en el Perú ha dejado profundas cicatrices en la
sociedad, generando un impacto duradero en la vida de las personas, las
instituciones y la percepción de seguridad. La reconstrucción de los tejidos
sociales y la promoción de la paz y la convivencia pacífica son aspectos
fundamentales para superar el legado del terrorismo. En este sentido, es
necesario fomentar la participación ciudadana, la educación en valores de respeto
y solidaridad, así como el fortalecimiento de las instituciones democráticas y el
estado de derecho, asimismo, la prevención del terrorismo y la radicalización
violenta requiere de estrategias proactivas que aborden las causas profundas del
extremismo, como la exclusión social, la desigualdad, la falta de oportunidades
económicas y la alienación política. El desarrollo de políticas inclusivas, la
promoción de derechos humanos y la garantía de acceso a la justicia y la igualdad
de oportunidades son factores clave en la construcción de sociedades resilientes
al fenómeno del terrorismo, en el ámbito internacional, la cooperación entre países
para intercambiar información, coordinar acciones y fortalecer mecanismos de
prevención es esencial para enfrentar el terrorismo de manera efectiva. El diálogo
intercultural, el fomento de la tolerancia y el respeto mutuo entre diferentes
comunidades y religiones son herramientas vitales para contrarrestar la
propaganda y la influencia de los grupos extremistas, en el caso específico del
Perú, la experiencia de haber enfrentado el flagelo del terrorismo puede servir
como ejemplo para otros países que actualmente luchan contra esta problemática.
Las lecciones aprendidas en la búsqueda de la reconciliación, la reparación a las
víctimas y la promoción de una cultura de paz pueden inspirar iniciativas
innovadoras y colaborativas a nivel regional e internacional.

CONCLUCIÓN

En conclusión, el terrorismo en el mundo y en el Perú representa uno de los


desafíos más apremiantes para la comunidad internacional, es decir el terrorismo
representa un desafío constante para la paz y la seguridad en el mundo, así como
para el desarrollo de sociedades estables y democráticas. La comprensión
profunda de las causas y dinámicas del terrorismo, así como el fomento de la
cooperación internacional, son elementos esenciales para contrarrestar esta
amenaza. Además, es crucial promover valores de tolerancia, inclusión y respeto a
los derechos humanos como parte fundamental de la lucha contra el terrorismo,
tanto en el Perú como en el contexto global.

un desafío constante para la paz y la seguridad en el mundo, así como para el


desarrollo de sociedades estables y democráticas. La comprensión profunda de
las causas y dinámicas del terrorismo, así como el fomento de la cooperación
internacional, son elementos esenciales para contrarrestar esta amenaza.
Además, es crucial promover valores de tolerancia, inclusión y respeto a los
derechos humanos como parte fundamental de la lucha contra el terrorismo, tanto
en el Perú como en el contexto global, La erradicación del terrorismo requiere un
compromiso colectivo para abordar sus causas subyacentes, fortalecer la
cooperación internacional y promover valores universales de paz, justicia y
convivencia pacífica. Solo a través de la colaboración y el entendimiento mutuo
podremos construir un mundo más seguro y libre del flagelo del terrorismo.

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