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Universidad Nacional Autónoma de México

Escuela Nacional de Estudios Superiores, Unidad Mérida

Licenciatura en Ciencias de la Tierra

Tarea 5. Reporte del artículo Animals in a bacterial world, a new imperative for the life sciences

Microbiología Ambiental

Dra. María Leticia Arena Ortíz

Daniel Adán Vázquez Carrillo

20 de agosto de 2021
Reporte del artículo Animals in a bacterial world, a new imperative for the life sciences

El presente artículo hace revisión del impacto que han tenido tanto las técnicas de biología molecular
como las herramientas bioinformáticas en el entendimiento del funcionamiento de las bacterias como
consorcios, así como en la caracterización filogenética de estas. Todo esto, en combinación, ha
revolucionado la forma no solo de entender a estos microorganismos, si no la forma en que estos se
relacionan con los organismos multicelulares, al igual que en la forma en que ellas han incidido en la
evolución de los animales, plantas, protozoarios y otras formas de vida más complejas.

La publicación que se leyó se centra en las relaciones animal-bacteria, así como en las tendencias que
se han seguido en la investigación de este tipo de relaciones. Así mismo el artículo pone de relieve que,
sin las bacterias, los animales no habrían llegado al punto en el que hoy se encuentran en la historia de
la Tierra. Un ejemplo de esto son las deficiencias que experimentan los mamíferos endotermos que
carecen de microbioma en los intestinos requieren más biomasa para mantener el mismo peso corporal
que sus similares que cuentan con un microbioma estable y diverso.

Otro ejemplo del impacto que tienen los microbiomas a la hora de hacer más eficiente el
funcionamiento animal es el siguiente: las ratas que no cuentan con microbioma en el tracto intestinal
tienen menor control en las áreas cerebrales que controlan la ansiedad, o bien el suministro de
probióticos a ratas sanas reduce sus conductas depresivas. Así mismo, las bacterias del tracto digestivo
son útiles para facilitar el desdoblamiento de macromoléculas en nutrientes más simples, como los
ácidos grasos de cadena corta, los cuales pueden servir como señalizadores para las neuronas que se
comunican con esta parte del cuerpo de los mamíferos.

De este modo, las bacterias juegan un rol importante como señalizadores nerviosos, inmunitarios y de
nutrición. Esto es solo un ejemplo del impacto de las bacterias en los organismos multicelulares, pues
quedan varias respuestas por obtener en cuanto a la relación entre los microbiomas estables y diversos
con la salud humana.

Por otra parte, estas largas y complejas relaciones entre animales y bacterias hace, que los primeros
sean nichos de comunidades bacterias enteras, las cuales responden tanto al medio interno de su
hospedador como a los impulsos ambientales que este recibe. Un ejemplo de ello son las diferencias
estructurales que se identifican entre seres humanos de diferentes partes del mundo: no es el mismo
microbioma intestinal presente en un(a) estadounidense que cuenta con una dieta rica en grasas y
proteínas, que aquella persona que vive en el Amazonas venezolano (cuya dieta se basa principalmente
en carbohidratos); y tampoco tiene el mismo microbioma un(a) japonés(a), pues estos cuentan con
bacterias que “toman prestados” genes que codifican enzimas que permiten la digestión del alga marina
que abunda en la dieta de estos pobladores del este asiático.

De lo anterior igual se puede desprender el recordatorio que se ha quedado de las lecturas anteriores: la
transferencia de genes no solo ocurre de manera vertical (como cuando un mamífero tiene
descendencia), si no que ocurre igualmente de forma horizontal, mecanismo en el que las bacterias se
destacan muy bien. A esto se suma que parte de los nuevos descubrimientos científicos consisten en
homologías entre los genes que codifican las células animales y las bacterias del microbioma animal.
Es decir, la ancestría entre animales y bacterias tiene un alcance tal que se podría decir que las células
animales “han aprendido mucho” de las bacterias con las conviven desde hace miles de millones de
años.
Finalmente, esto deja de relieve que muchos conceptos de la biología deben ser, al menos,
reinterpretados ya que ni los genomas animales ni bacterianos han crecido de manera aislada (incluso,
los de las segundas han sido acortadas o alargadas según las demandas de alguna de las dos partes de la
relación, como si se tratase de un matrimonio humano -aunque más funcional-).

Así mismo, queda mucho por averiguar y comprender sobre las relaciones animal-bacteria, pues no
queda clara la manera en la que las bacterias contribuyen el desarrollo embrionario y a la maduración
de los reclutas que nacen en cada ciclo reproductivo de las especies animales. En líneas generales, se
entiende que los microbiomas pueden servir como defensa y “guías” en el desarrollo de ciertos órganos
en invertebrados, aunque los mecanismos específicos no son completamente claros.

Personalmente, esto es verdaderamente interesante pues las bacterias han delineado la dinámica que las
demás formas de vida han seguido durante todo el tiempo de la vida terrestre. No solo como agentes
patógenos, si no como simbiontes y como habitantes de nichos ecológicos que andan y conviven
mutuamente. Es decir, los microorganismos han colonizado y ayudado a los organismos pluricelulares
de manera tal que los han convertido en hábitats, lo cual demanda un enfoque más integral y profundo
que el que se maneja en la medicina. Dicho de otro modo, es necesario estudiar a los animales (y otras
formas de vida pluricelular) desde un enfoque ecológico.

Referencias:
 McFall-Ngai, M., Hadfield, M. G., Bosch, T. C. G., Carey, H. V., Domazet-Lošo, T., Douglas,
A. E., … Wernegreen, J. J. (2013). Animals in a bacterial world, a new imperative for the life
sciences. Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America,
110(9), 3229–3236. https://doi.org/10.1073/pnas.1218525110

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