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Análisis del film La Pianista

enfoques terapeuticos i, favio andrade


dr. césar perez jimenez
La primera escena a resaltar del thriller la tenemos al inicio del mismo,
cuando Erika discute con su madre quien esta empecinada en controlar a su
hija a la par que le envía mensajes de perfección, de una versión idealizada de
nuestra protagonista quien en el transcurso de la escena cede ante el llanto de
su madre terminando el acto en un abrazo entre ambas y una reconciliación, su
madre muchas veces logra sofocar a Erika.

Un poco en líneas generales podemos observar en la personalidad de Erika


rigidez y rasgos obsesivos, también se puede evidenciar cierto aislamiento
emocional hacia su entorno que incluso se mantiene en la escena del acto
sexual con Walter, logra mantener una ligera postura de superioridad por
encima del mismo y de los que lo conforman, nuestra protagonista es profesora
de piano y su método de enseñanza se puede definir como algo crudo y hostil
para con sus estudiantes, en muchas ocasiones hace comentarios que, lejos
de motivar a los pupilos, consiguen minar su auto-estima y en algunos casos
logrando que rompan en llanto por no ejecutar de manera correcta la práctica o
cumplir con la expectativa de la profesora.

El co-protagonista es el muchacho Walter Klemert, un muchacho claramente


inferior en edad a Erika pero que sin embargo queda encantado por la
profesora luego de una ejecución de piano por parte de la susodicha, de aquí
en adelante vemos una fijación de su parte por cortejar a Erika quien se
muestra indiferente ante los intentos del muchacho.

Erika muestra cierto recelo hacia la sexualidad, es decir, ante sus pulsiones
y deseos eróticos, no es hasta la escena de la tienda donde hace el
acercamiento a la esfera sexual consumiendo pornografía para su goce en
términos lacanianos. En próximas escenas podemos decir que se desarrolla
cierto fetichismo por el voyerismo cuando Erika decide ver a la pareja tener
relaciones en el auto.

Nuestra protagonista vuelca gran parte de sus complejos en su relación con


Walter y como espectadores podemos ver el desarrollo de esta dinámica
interpersonal que se torna nociva ya en altas momentos del filme dejando
entrever esa tendencia masoquista y sumisa de Erika.
Erika no tiene padre, vive únicamente con su madre así que se puede
sostener la hipótesis de que la ausencia de la figura paterna toda esa energía
de la libido es dirigida hacia su madre llegando a un punto en el que la
desborda y opta por un intento incestuoso cuando están ambas en la cama a
punto de dormir.

Erika tiene muy marcados fetiches que deja saber a Walter por escrito, entre
ellos el común denominador es ser humillada por un hombre reafirmando así su
postura de inferioridad y sumisión, he aquí una dualidad, nuestra protagonista
es a su vez ama y esclava según el contexto que lo amerite, vemos por
ejemplo el trato hacia sus alumnos y podemos inferir que en su estructura hay
ciertos rasgos de perversión que se reprimen al cambiar al rol de sumisa.

Podríamos entonces decir que la estructura de personalidad de nuestra


protagonista es obsesiva con ligeros vestigios de perversión y masoquismo.

Como anexo vale la pena hacer análisis sobre los apartados estéticos del
filme, el argumento se desarrolla en una época donde predomina lo refinado y
la formalidad, los ambientes en los que se mueve la protagonista son, en la
mayoría, de colores oscuros y hay que hacer mención de su vestimenta que se
reduce al uso de falda larga y a la misma gama de colores oscuros dando una
atmosfera algo grisácea y ligeramente sombría al largometraje que constituye
el thriller psicológico.

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