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BLOQUE 6. LA CONFLICTIVA CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO LIBERAL.

Tema Revolución liberal en el reinado de ISABEL II. Carlismo y guerra


civil. La construcción y evolución del estado liberal.

Introducción

Los progresistas y moderados protagonizaron durante el reinado de Isabel II un proceso


político que reforzó el sistema liberal-burgués.
La opción política protagonista fue la liberal moderada, construyó un sistema con el que
se alcanzó la estabilidad política, aunque dejó fuera a los progresistas y otras ideologías.

1. La primera guerra carlista

La muerte de Fernando VII generó una situación de incertidumbre política, motivada por
la cuestión sucesoria. El infante Carlos Mª Isidro acogiéndose a la Ley Sálica' se declara
legitimo heredero como Carlos V en el mani esto de Abrantes. Sus partidarios, los
carlistas, tenían una ideología absolutista y tradicionalista. Les apoyan las potencias
absolutistas: Rusia, Prusia y Austria. Su base social procedía de: parte clero, nobleza
agraria, campesinos y pequeños propietarios que temían las reformas agrarias liberales.

Isabelinos o Cristinos están apoyados por la alta nobleza, jerarquía eclesiástica, el


ejército y los liberales. También por las potencias liberales: Francia, Inglaterra y Portugal.

En 1833 se inicia la guerra civil:

1ª etapa (1833-1835). Los carlistas dominan zonas rurales, gracias a partidas de


soldados que ganan batallas como la de Alegría, y forman un pequeño estado entre el
País Vasco y Navarra. El general carlista Zumalacárregui asedia ( cierra y aísla ) Bilbao en
1835 y muere en el sitio.
El general liberal Espartero tras ganar en Luchana levantó el asedio de Bilbao. Así se
inicia la:

2ª etapa (1837-1840) Los carlistas cambian de estrategia para atraer al pueblo. El general
Miguel Gómez desde el País Vasco atraviesa España hasta el sur; por otra parte la
Expedición Real dirigida por Carlos V llega cerca de Madrid pero se retiran ante el temor
de que llegara Espartero con su ejército.

Ante el fracaso militar se produce la división de los carlistas: los transacionistas quieren
negociar la paz. El Convenio de Vergara con Espartero, reconoce a Isabel II como reina a
cambio de integrar a los jefes carlistas en el ejército regular, mantener los fueros...
mientras que los intransigentes de Ramón Cabrera, consideraban este pacto una traición
a los ideales carlistas y por ello la guerra continuó en el Maestrazgo hasta que fue
derrotado en 1840.

Con el apoyo a Isabel se inicia el nuevo régimen liberal, que se estabilizará durante el
período de Regencias.

Entre los liberales existían dos tendencias, opuestos en cuanto a la amplitud y


profundidad de las reformas que había que llevar a cabo para instaurar el nuevo régimen.
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1. Los Moderados: terratenientes, alta burguesía, nobleza, clero tienen una ideología
centrada en la defensa del orden y autoridad, soberanía compartida entre rey y cortes,
sufragio censitario, se limitan los derechos individuales, el estado debe ser confesional..
Entre sus líderes destacarán: Narváez, Bravo Murillo.

2. Los Progresistas: mediana y pequeña burguesía, la o cialidad media del ejército y


clases urbanas populares de enden: soberanía nacional con el predominio de cortes,
corona con un papel moderador, un sufragio más amplio; quieren fortalecer poderes
locales, reforma agraria, limitar el poder de la iglesia, ampliar derechos…Sus líderes:
Mendizábal, Espartero, Prim.

Aunque ambos grupos consideraban fundamental algunas ideas como: la redacción de


una Constitución, que recogiera la división de poderes, la libertad de expresión…

La Unión liberal nace en 1854 dirigida por O'Donnell y Serrano cómo opción centrista
entre los progresistas y moderados.

2. Las Regencias.

2.1 La regencia de María de Cristina, transición al régimen

Durante el gobierno de Francisco Cea Bermúdez, absolutista moderado, solo se hacen


reformas administrativas como la división de España en 49 provincias. La imposibilidad
de llegar a un acuerdo con los carlistas y la evolución de la guerra, hizo que algunos
asesores y militares aconsejaran a la reina acercarse a los liberales. Da comienzo el
régimen liberal.

La reina llamó al moderado Francisco Martínez de la Rosa que continua con el


movimiento constitucionalista del siglo XIX. Redacta en 1834 una carta otorgada, el
Estatuto Real. La soberanía es compartida pero la reina controla el poder legislativo ya
que Cámara alta o estaba formada por personalidades nombradas por ella y la Cámara
baja son elegidos por sufragio censitario. Sin embargo no se reconocen los derechos del
individuo y los poderes del rey son excesivos por lo que en 1835 se activa un movimiento
revolucionario progresista en forma de juntas.

Ante esta situación, agravada por la guerra, la regente llama al progresista Juan A.
Mendizábal cuyos objetivos son: movilizar la "Quinta de los cien mil hombres” , que fue
vital para poner n a la 1ª Guerra Carlista, atraer a una nueva clase terrateniente favorable
al nuevo régimen y sanear la hacienda. Para ello decreta la Desamortización de los
bienes del clero deteriorándose las relaciones con la regente y la iglesia. Dimite y en
1836es sustituido por el moderado Istúriz. El descontento generado por la desastrosa
situación económica y la incertidumbre de la guerra civil hace aparecer movimientos
populares, protagonizados por progresistas, como el Motín de la Granja. María Cristina es
obligada a restablecer la Constitución de 1812 y llama a los progresistas al gobierno.

Se convocan elecciones, ganadas por los progresistas. La Constitución de 1837 es el


resultado de un consenso entre los liberales moderados y progresistas, al lograr el
equilibrio entre la corona y las Cortes.

Por una parte se reconoce la soberanía nacional, aunque la Corona tiene un papel más
importante. El legislativo es bicameral: los miembros del Senado son de nombramiento
regio entre una lista triple y los miembros del Congreso eran elegidos por sufragio
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censitario. Por otra parte se recogen numerosos derechos y libertades. Los alcaldes son
por elección popular, se instaura la Milicia Nacional y el jurado… A nivel económico el
ministro de Hacienda Mendizábal desmantela de nitivamente el Antiguo Régimen
realizando:

1. Una Reforma agraria liberal: llevada a cabo a partir de tres grandes medidas:
-›Disolución del régimen señorial
-›Desvinculación de mayorazgos, deicomisos
-›Desamortización, extingue las órdenes religiosas, y arrebata y vende sus bienes por
parte del Estado.

2. Liberalización de la economía: abolición de los privilegios de la Mesta, de los gremios;


libertad de arrendamientos, eliminación de aduanas interiores y del diezmo eclesiástico...
Así se consumó la transición política hacia el sistema liberal.

Una vez disueltas las Cortes Constituyentes, a nales de 1837, las elecciones fueron
ganadas por los moderados que, con el apoyo de la regente, dieron un giro conservador
y se dan los primeros pasos para devolver los bienes con scados a la Iglesia y
reimplantar el diezmo, la ley electoral es más restrictiva…
La “Ley de Ayuntamientos”de 1840 permite a la monarquía elegir los alcaldes de las
capitales de provincia.
Para estabilizar la situación, la reina acudió a Espartero quien presentó un programa de
gobierno reformador con el que M°. Cristina estaba en desacuerdo. La regente renunció y
se exilió a Francia. Durante este período se consolidan los partidos moderado y
progresista. En 1849 de este último se dividen los demócratas de Ruiz Zorrilla, que
provienen de las clases populares y de los grados bajos de la milicia. Su ideario:
soberanía popular y sufragio universal masculino, reconocimiento de amplias libertades,
libertad de culto, educación elemental y asistencia social. Los republicanos son una
división del anterior con líderes como: Figueras, Pi y Margall , Castelar (unitario).

2.2 Regencia de Baldomero Espartero: Las Cortes, con el apoyo de los progresistas,
eligen al general Espartero, vencedor en las guerras carlistas, como regente de la Corona.
Pero sus prácticas políticas fueron muy autoritarias y con sus decisiones se fue
quedando sin apoyos:
Exigió ser nombrado regente único, en contra de la opinión de los progresistas, que
preferían una regencia de tres personas. Aceleró la venta de bienes el clero, aumentando
la oposición de los sectores conservadores. Su política librecambista perjudicaba a la
escasa y primeriza industria española debido a su falta de competitividad frente a los
productos extranjeros.

La oposición crece: conspiración de Diego de León; en 1841 tuvo lugar un levantamiento


militar dirigido por O'Donnell que fracasó. En 1842, el anuncio de un tratado comercial
con Inglaterra desata grandes manifestaciones en Barcelona que serán reprimidas con
dureza: se ordena el bombardeo de la ciudad, como resultado de cientos de muertos. En
1843 se inicia otra revuelta militar, encabezada por el general Narváez en Torrejón de
Ardoz, apoyado por los generales Serrano, Prim... que hace caer a Espartero, y se exilia.
Para no nombrar otro regente, las Cortes deciden nombrar reina a Isabel con 13 años.
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3. Isabel II (1843-1868)

Etapa caracterizada por el enfrentamiento entre moderados y progresistas, la gran


in uencia del ejército en la vida política o convirtiéndose algunos militares en dirigentes
políticos, el abandono del papel moderador y de árbitro que tenía la Corona (que actúa a
favor de los moderados).

3.1 La década moderada (1843-1854)

Narváez gobierna con mano dura. Se con gura un régimen basado en el control de la
Corona sobre los mecanismos reguladores de la acción política con el apoyo de parte del
ejército, la burguesía nanciera y terrateniente.
La base es la Constitución de 1845, de carácter moderado: la soberanía es conjunta del
rey y las Cortes, estas son bicamerales: Senado, elegido por el rey, y el Congreso de
Diputados, por sufragio censitario. El estado es confesional y se obliga a mantener al
clero y al culto católico. Se elimina la Milicia Nacional. Se limitan derechos y libertades.

A la vez se produce un "corpus legislativo" que pretende centralizar, uniformizar el país.


En 1844 el duque de Ahumada crea la Guardia Civill, para mantener el orden en las zonas
rurales y proteger a los terratenientes. En1845, le ley de Administración pública del
Estado regula el acceso para ser funcionario; Ley Mon-Santillán, que racionaliza la carga
de impuestos, pero no se elaboró un buen catastro lo que permitió el fraude y fue
necesario recurrir a los impopulares impuestos indirectos, los consumos.
La ley de la Administración provincial y municipal permite poner gobernadores en las
provincias y controlar diputaciones y ayuntamientos. La ley de Instrucción Pública de
Pedro José Pidal: elabora planes y niveles de estudio. La rma del Concordato con la
Santa Sede, restaurara las relaciones con la iglesia con el Estado, se reconoce su
intervención en la enseñanza e incluye el sustento de la iglesia, a cambio la Iglesia
reconoce a Isabel II como reina, teniendo en cuenta que entre 1846 y 1849 se había
desencadenado en el País Vasco y Cataluña la 2ª guerra carlista o dels Matiners y la
desamortización.

Los moderados no consiguieron dar estabilidad política y existe un creciente descontento


social debido a: corrupción, la subida del precio del trigo y desencanto político porque "el
país se dirigía desde la corte y no desde las Cortes". El intento del ministro Bravo Murillo
por controlar prensa y gobernar por decreto fracasó por la oposición de los propios
moderados, pero no hizo más que aumentar su división en diversas facciones:
conservadora, de centro y progresista.
3.2 El Bienio Progresista (1854-1856)

En junio de 1854, los generales Dulce y O'Donnell protagonizan un pronunciamiento


militar "La Vicalvarada". Para atraer a los progresistas y demócratas Antonio Cánovas
redacta el "Mani esto del Manzanares”. No pretendían destronar a la reina, sino forzarla a
admitir las reformas democráticas interrumpidas en 1844. La revuelta se extendió y la
reina entregó el poder a Espartero. O'Donnell sería el ministro de guerra.

De nuevo los progresistas pondrán su empeño en volver a las reformas políticas y


económicas que los moderados habían paralizado. De 1855 es la nueva Constitución que
no
llegará a promulgarse. Defendía la soberanía popular y una amplia nómina de libertades:
de culto, de prensa... El país avanza hacia el capitalismo: Desamortización Civil de
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Pascual Mádoz (venta de los bienes municipales de propios y comunes), Ley de
ferrocarriles, Ley de Sociedades Anónimas, creación del Banco de España. No por ello
mejoró la calidad de vida de las clases populares y hubieron revueltas. y huelgas. La
enorme deuda pública y un nuevo levantamiento carlista, hacen que Espartero dimita en
1856, momento en que la reina llama a O’donnell a formar gobierno.
La situación económica empeora y aumenta la agitación social por lo que disuelve el
Parlamento.

3.3 La descomposición del sistema isabelino (1856-1868).

Hasta 1858 gobierna Narváez. Lo más destacable es Ley Moyano de educación de 1857.
Entre 1858-63 tiene lugar el gobierno largo de O’Donell, que mantuvo la Constitución de
1845. Para desviar la atención de los problemas sociales y tener al ejército ocupado, el
gobierno se embarcó en con ictos internacionales: expedición a la Conchinchina, España
para proteger Ceuta entró en guerra con Marruecos. Sin embargo las manipulaciones
electorales de Posada Herrera rompieron la imagen de honradez del partido. Dimite
O'Donnell.

Entre 1863 y 1868 gobierna Narváez que realiza al margen de las Cortes y apoyado por la
Corona, una política conservadora que hace crecer las aspiraciones de mayor libertad
aparece el republicanismo y las primeras organizaciones obreras.
En 1866 se acelera la descomposición del sistema isabelino: una grave crisis económica,
el deterioro de la imagen de la reina, protestas de estudiantes. El golpe de Prim en enero
y la sublevación de los sargentos del cuartel de San Gil harán que todos los partidos
políticos, incluida la Unión Liberal, se unan en el pacto de Ostende para acabar con el
reinado de Isabel II y convocar elecciones a Cortes constituyentes. Se inicia la revolución
conocida como La Gloriosa que abre el Sexenio democrático o revolucionario.
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TEMA 7 PROCESOS DESAMORTIZADORES Y CAMBIOS AGRARIOS
Características de la agriculturas de la propiedad de la tierra.
Al comenzar el s. XIX. la agricultura era la actividad económica principal de España
debido a su gran cantidad de población activa y a que más de la mitad de la renta
nacional provenía de actividades del sector primario. Sin embargo la productividad era
baja debido a:
A) La distribución de la tierra. El campo español arrastraba una serie de desequilibrios
muy graves, entre los que destacaba el problema de la propiedad, cuyos orígenes se
remontan a la reconquista. Mientras en determinadas zonas del norte y este
peninsular abundaban los minifundios, a partir del valle del Tajo hacia el sur, las
propiedades eran mayoritariamente latifundios. La mayor parte pertenecía a familias
aristocráticas, a la iglesia, a los municipios y a la corona (tierras de realengo). Todas
estas tierras suponían un enorme lastre para la economía: por ellas no se pagaban
impuestos, muchas permanecían sin cultivar por falta de iniciativa o de recursos y por
tanto daban pocos rendimientos.

B) La tecnología era anticuada: el arado de vertedera era de escasa e cacia por el poco
peso que tenía y su incapacidad para hacer grandes surcos en la tierra, esto impedía
su óptimo aprovechamiento. El arado como el de Jethro Tull, con el que se podían
arar grandes extensiones de terreno se desconocía, tampoco el abono y el sistema
de rotación cuatrienal.

1. Antecedentes desamortizadores
Entendemos por desamortización la apropiación estatal de bienes de propiedad colectiva
bien eclesiástica o civil, que tras su nacionalización y posterior venta en subasta, pasan a
formar parte de una nueva propiedad privada, con plena libertad de uso y disposición.

Existen una serie de antecedentes desde el siglo XVIII.


Desde el reinado de Carlos III, los ilustrados, preocupados por maximizar los bene cios
procedentes de la explotación de la tierra y motivados por el crecimiento demográ co
que elevaba los precios de los productos agrícolas, llegaron a la conclusión de que para
avanzar en la economía, la agricultura y la sociedad, era esencial aplicar las nuevas
teorías siocráticas, que veían en la tierra el origen de la riqueza del país.

Se abrió un expediente para conocer la problemática real del campo. El gestor Pablo de
Olavide, opinó que la enorme extensión de las propiedades di cultaba su buen
aprovechamiento, ya que quedaba mucho sin cultivar y añadía que las tierras no
cultivadas de los ayuntamientos deberían ser convertidas en privadas. Gaspar Melchor
de Jovellanos en su "Informe sobre la Ley agraria" insiste más o menos en lo mismo.

La expulsión de los jesuitas en 1767, inicio del proceso desamortizador, supuso que
sus bienes fueran comprados por la nobleza y la burguesía utilizando testaferros
(personas que prestaban su nombre para contratos de otras personas).

Durante el reinado de Carlos IV, Godoy para pagar las guerras con Francia e Inglaterra,
tras pedir permiso a la Santa Sede, propone por la ley de 1798 arrebatar los bienes de
Obras Pías (hospitales, hospicios...) para venderlos posteriormente.

En medio de la guerra de Independencia José I con scó las rentas de la iglesia para el
abastecimiento de las tropas francesas devolviéndoselas en 1814.
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Los políticos liberales del s. XIX, conscientes de que los cambios en la estructura de la
propiedad de la tierra habían favorecido en otros países un aumento de la productividad,
defendián la liquidación de las formas del Antiguo Régimen para posteriormente
vender las tierras. Entendían que los nuevos propietarios se preocuparían de la
modernización del campo y de aumentar la productividad de las tierras lo que terminaría
siendo un bene cio para el Estado: la población aumentaría sus ingresos y con ellos su
poder adquisitivo y podrían actuar como una contribución para la economía del país lo
que signi caba un aumento de la recaudación de impuestos para la Hacienda.

En esa línea, en 1811 las Cortes de Cádiz plantean que para pagar la deuda pública se
desamortizaran las tierras de los jesuitas, órdenes militares, conventos y monasterios
suprimidos y la mitad de las tierras de realengo que se venderían en pública subasta.

Esta ley junto con la disolución de señoríos y mayorazgos quedó sin aplicar nada más
llegar Fernando VII. Durante el trienio liberal se vuelve a retomar aunque nuevamente
durante la década ominosa se cancela su aplicación.

2. El proceso desamortizador
Se produjo de forma discontinua, siendo impulsada o frenada según la tendencia de los
gobiernos. Los moderados piensan que las reformas se tienen que hacer sin poner en
peligro sus propiedades y sustentarlas en el orden al contrario que los progresistas, que
son partidarios de hacer reformas profundas y radicales.
Cierta labor desamortizadora ya existía. Dos reales decretos (1834 y 1835) suprimen
de nitivamente la Inquisición y los jesuitas. Sus bienes se dedican a la extinción de
deuda pública.

2.1 La desamortización de Mendizábal


El progresista y presidente de gobierno Mendizábal, un político y economista español del
siglo XIX, formo parte del levantamiento de 1820 y que ocupó importantes cargos
durante el reinado de Isabel II, destacando como Ministro de Hacienda en 1835. Es
especialmente recordado por la aprobación de la desamortización, con la que buscaba
modernizar la economía y limitar el poder de la Iglesia. Emprende no una política
novedosa sino una sistematización de lo que se había hecho anteriormente.

La Real Orden suprime los conventos y monasterios con menos de 12 religiosos


aplicándose sus bienes para la misma nalidad. El Decreto de 1835, suprime órdenes
religiosas, excepto las hospitalarias, (Hermanas de la Caridad y escolapios); el Decreto de
1836 declara en venta todos los bienes de las comunidades de frailes y monjas
extinguidas. En él se explica además los principios y mecanismos de la desamortización:
tras una previa tasación por los expertos de hacienda se hará pública subasta de los
bienes. En su mayor parte, éstos fueron comprados por burgueses, puesto que eran los
únicos que tenían relación con el dinero, sabían pujar y controlaban las subastas, y
consiguieron hacer un gran negocio.
Estas reformas le costaron la oposición de la Regente y del Vaticano que amenazaba con
excomulgar (expulsar de la comunidad religiosa) a quien comprara los bienes.
Mendizabal dimite en 1836.

El motín de los Sargentos de la Granja pone al progresista Calatrava como jefe.


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Los objetivos de las desamortizaciones fueron:

-Financiero (tener dinero necesario para pagar al ejército contra los carlistas y disminuir la
deuda pública).
-Económico porque la recuperación de la con anza en la economía del país podría
permitir la concesión de créditos en un futuro y así mismo el aumento de los ingresos,
gracias al cobro de los impuestos de los bienes desamortizados.
-Político: disminuir la in uencia de la iglesia ya que el clero rural apoyaba al bando
carlista.
-Social: favorecer la creación de una clase de propietarios que apoyaran las ideas
liberales.

Estas leyes desamortizadoras fueron revitalizadas por Espartero. El 62% de los bienes de
la Iglesia fueron desamortizados, sin embargo, el Estado sufrió pérdidas nancieras
debido a que muchos de estos bienes se vendieron por debajo de su valor real, a
menudo con la colaboración de funcionarios municipales que conspiraron para no llevar a
cabo subastas transparentes.
Entre los progresistas era raro encontrar oposición a estas medidas. La desamortización
formó parte de las reformas realizadas por los liberales para actuar sobre el sistema de
posesión de la tierra y de paso asegurarse la libre, plena y circulante propiedad de la
misma. También se dieron otras medidas para completar la reforma agraria liberal:

-la abolición del régimen señorial y jurisdiccional, pérdida de las atribuciones


jurisdiccionales de los señores, aunque mantuvieron la propiedad de las tierras que los
campesinos no pudieron acreditar como propias.

-desvinculación de los mayorazgos: signi có el n de los patrimonios unidos


obligatoriamente a una familia o institución, y sus propietarios fueron libres para poder
venderlos sin problemas en el mercado.

3. 2 La desamortización de Pascual Mádoz.

Pascual Madoz fue un político y estadista español que desempeñó un papel signi cativo
en la política española de la época y también ocupó diversos cargos gubernamentales.

El éxito de la Vicalvarada, hace que el partido progresista vuelva al poder durante el


bienio 1854-56. Pascual Mádoz aprueba la Ley de Desamortización General de 1855 que
afecta a todos los bienes amortizados: propiedades del Estado, propios y comunes de
los municipios, órdenes militares de San Juan, Calatrava, Santiago y Montesa, cofradías,
obras pías, bene cencia e instrucción pública.

Se usó el procedimiento de la subasta pública: un 10% se paga en mano y el resto en 15


años con un descuento del 5% sobre los plazos adelantados. Su nalidad era sobre todo
pagar la deuda interior y sufragar obras públicas, el ferrocarril.

La ejecución de esta ley, rompió el Concordato de 1851. Fue derogada por Narváez y
repuesta por O'Donell. Durante el sexenio revolucionario se desamortizarán las minas que
acabarán en manos de compañías inglesas o francesas.
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3. Consecuencias de las desamortizaciones

- En el norte de España, la estructura agraria apenas cambió, con más campesinos


propietarios participando en ventas. En el centro y sur, el latifundismo aumentó. Surgió
una burguesía agraria que respaldaba el régimen liberal, pero muchos nuevos
propietarios eran absentistas, limitando las reformas. Esto generó un proletariado agrícola
que, al perder recursos, emigró a la ciudad, retrasando la Revolución Industrial en áreas
con menor demanda.

- La iglesia perdió casi por completo sus fuentes de nanciación, el diezmo su otra
alternativa fue suprimido en 1837 y sólo en 1845 se establece una Contribución de culto
y clero. Ya no es el estamento privilegiado pero conserva una enorme in uencia en el
campo de la Instrucción y en el de las mentalidades.

- Económicamente, la desamortización no solucionó la deuda, aunque la disminuyó al


imponer impuestos a las propiedades. Sin embargo, se desperdició el dinero
destinándolo a la compra de tierras, considerada más segura que la industrialización
como inversión.

- En política, las desamortizaciones acentuaron la polarización entre los españoles.


Aumentó los partidarios al liberalismo, por ser la fuerza promotora de esta política
agraria, mientras que por los católicos son consideradas como un fraude. Se produjo una
ruptura de relaciones entre Iglesia-Estado.

- Enorme pérdida para el patrimonio artístico español: se expoliaron obras de arte de


todo tipo o se vendieron a precios ridiculos, muchos monumentos de gran valor artístico
se deterioraron gravemente y algunos desaparecen.

Conclusión

Estas reformas del siglo XIX transformaron la producción en España, pero no lograron
resolver los desafíos agrarios. La agricultura quedó estancada, sin demanda industrial ni
generación de ingresos. El intento de replicar el modelo de revolución agraria inglés
fracasó, pero supuso bene cios como la recuperación nanciera estatal y el desarrollo
del ferrocarril, aunque persistieron problemas fundamentales como el latifundismo y la
baja productividad. La "cuestión agraria" se convirtió en una fuente de inestabilidad,
preocupando durante la II República.
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