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Puñalada en la escalinata

Todo comenzó hace muchos años atrás, en 1492. Ese año fue uno de los mejores
para los reyes de España, se estaban empezando a expandir por América, habían
conquistado Granada, y, todo les salía bien. Pero, mientras todo les iba bien a los
reyes, en Barcelona, los campesinos remensas estaban furiosos, los señores
feudales, les tenían prácticamente esclavizados.
Ante esta situación, el rey, Fernando el católico, decidió aprobar la Sentencia arbitral
de Guadalupe, que liberaba a los campesinos de los señores feudales. Pero, esto
descontentó a algunos, debido a que esta sentencia implicaba la redistribución de
las tierras, y varios campesinos acabaron perdiendo sus tierras. Este descontento
fue aumentando poco a poco, y los campesinos culpaban al rey por haberle dado
sus tierras a otros.
Juan de Cañamares, era uno de estos campesinos, que, además, era un supuesto
perturbado mental. Él, se vio afectado por la famosa sentencia, y perdió todas sus
tierras. Mientras, los reyes católicos decidieron visitar Barcelona tras los problemas
que había habido. El rey, estaba en el palacio reunido con los síndicos campesinos.
La reunión finalizó y Juan, se mezcló ente los síndicos, con una espada bajo la
capa, se acercó al rey, y le apuñaló por la espalda. Enseguida a Juan lo redujeron y
lo apuñalaron tres veces. Al rey, se lo llevaron rápidamente a palacio mientras
estaba inconsciente. Avisaron a todos los médicos de Barcelona para que acudieran
a palacio.
Pasaron varios días, el rey no se recuperaba, y la principal teoría era que el
atentado no había sido solo cosa del campesino remense, sino que era parte de un
complot de todos los campesinos afectados. Juan, fue curado de sus heridas, y lo
interrogaron de las maneras más duras posibles. Confesó, dijo que el diablo le
susurraba al oído todos los días que matara al rey, y así, él se convertiría en el rey.
Entonces, se confirmó que él había actuado solo, y tuvo un fuerte castigo. Lo
llevaron en un carro desde la cárcel al centro de Barcelona, donde cometió el
atentado, y en el camino le apedrearon, apuñalaron y le cortaron la mano con la que
apuñaló al rey. Tras eso, fue ejecutado.
Al final, el rey se recuperó, aunque no había esperanzas, y tras la tragedia, cambió
la sentencia para que nadie más volviera a perder sus tierras.

Martina Aguirre Ruiz 3ºA

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