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RESUMEN LIBRO XXXIX TITO LIVIO

Tito Livio, La historia de Roma - Libro trigesimonoveno: Las


bacanales en Roma y en Italia. (Ab Urbe Condita).

CONTEXTO HISTÓRICO:

Tito Livio (59 a. C. – 17 d. C.) fue un escritor romano de finales de la República y principios
del Imperio hoy famoso por su monumental trabajo sobre la Historia de Roma desde su
fundación, o, en latín, Ab Urbe Condita Libri (Libros desde la fundación de la Ciudad). Nacido
en la actual Padua, se muda con fines académicos a Roma a la edad de 24 años, ciudad
donde es encargado con la educación de Claudio, el futuro emperador. Su obra original
comprende los tiempos que van desde la fundación de Roma en 753 a. C. hasta la muerte
de Druso el Mayor en 9 a. C. Solo un cuarto de la obra ha llegado a nuestros días (35 de
142 libros) habiéndose el resto de los mismos perdido en las arenas del tiempo. Los libros
que han llegado relativamente intactos a nuestros días son los libros I a X y XXI a XLV.
Para escribir su obra Livio se basó tanto en documentos históricos y charlas con eruditos
romanos como en los trabajos históricos previos escritos por Licinio Macer, Gneo
Gelio, Quinto Claudio Cuadrigario, Polibio, Antípatro, Valerio
Antias, Posidonio y Catón el Viejo. En cada uno de los libros, dependiendo del período
en cuestión, suele adherirse a una de las fuentes, la cual luego completada con las otras,
por lo que a veces se encuentren duplicados y discrepancias cronológicas en su trabajo.

Las bacanales (latín: Bacchanalia) eran fiestas populares romanas de Baco, no oficiales
y financiadas con fondos privados, basadas en diversos elementos extáticos de
las Dionisias griegas. Casi con toda seguridad estaban asociadas al culto nativo romano
a Liber, y probablemente llegaron a la propia Roma (c. 200 a. C.) desde la Magna
Grecia o a través de la Etruria influida por Grecia. Como todas las religiones
mistéricas del mundo antiguo, se sabe muy poco de sus ritos. Parecen haber sido
populares y bien organizadas a lo largo de todo el centro y sur de la península itálica.1
Tito Livio, que escribió al respecto unos 200 años después de los acontecimientos, ofrece
un relato escandalizado y extremadamente colorido de las Bacanales, describiendo ritos
frenéticos, iniciaciones sexualmente violentas de personas de ambos sexos, de todas las
edades y de todas las clases sociales. Livio afirma que en ellas se bebía sin medida.
Las sacerdotisas organizadoras de la ceremonia se llamaban bacantes y el nombre ha
quedado asociado a las orgías romanas. El culto primitivo era exclusivamente de mujeres
para mujeres y procedía del culto original al dios Pan. Introducidas en Roma , las
bacanales se celebraban en secreto y con la sola participación de mujeres en
la arboleda de Simila, cerca del monte Aventino la fecha de celebración es la primera
luna llena de enero y la primera de marzo, al igual que los días 16 y 17 de marzo.
Posteriormente, se extendió la participación en los ritos a los hombres y las celebraciones
tenían lugar cinco veces al mes.
Tito Livio muestra al culto como un instrumento asesino de conspiración contra el
Estado. Afirma que siete mil líderes y seguidores del culto fueron arrestados, y que la
mayoría de ellos fueron ejecutados. Livio creía que el escándalo de las Bacanales era uno
de los muchos indicios de la inexorable decadencia moral de Roma. Con todo, los
académicos modernos son bastante escépticos ante las acusaciones de Livio.1(Walsh,
1996: 188-203)
El culto nunca fue prohibido. La legislación senatorial para reformar las Bacanales en el
año 186 a. C. intentó controlar su tamaño, organización y sacerdocios, bajo amenaza de
pena de muerte. Es posible que esta medida no estuviera motivada tanto por los rumores
sensacionalistas y dramáticos que describe Tito Livio como por la determinación del
Senado de demostrar y afirmar su autoridad civil, moral y religiosa sobre Roma y sus
aliados, tras la prolongada crisis social, política y militar de la Segunda Guerra
Púnica (218-201 a. C.). Es posible que los ritos reformados de la Bacanal se hayan
fusionado con las fiestas de las Liberalia. Baco, Liber y Dioniso se convirtieron en
deidades prácticamente intercambiables a partir de la época republicana tardía (133 a. C.
en adelante), y sus cultos mistéricos persistieron hasta bien entrado el Principado de la era
imperial romana.

ANTECEDENTES Y DESARROLLO
Las Bacanales eran las fiestas romanas de Baco, dios grecorromano del vino, la libertad,
la embriaguez y el éxtasis. Se basaban en las Dionisias griega y los Misterios dionisíacos,
y probablemente llegaron a Roma hacia el año 200 a. C. a través de las colonias griegas
del sur de Italia y de Etruria, vecina de Roma por el norte. El historiador Tenney
Frank sugiere que alguna forma de culto dionisíaco pudo haber sido introducida en Roma
por cautivos de la antigua ciudad griega de Tarento, en el sur de Italia, capturada de manos
de los cartagineses en el 209 a. C.3Como todos los cultos mistéricos, las Bacanales se
celebraban en la más estricta intimidad y los iniciados estaban obligados a guardar el
secreto; lo poco que se sabe del culto y sus ritos procede de la literatura griega y romana,
obras de teatro, estatuas y pinturas. Una de las fuentes más antiguas es la obra de
teatro Las bacantes, del dramaturgo griego Eurípides, que ganó el concurso ateniense de
las Dionisias en el año 405 a. C. Es posible que las Bacanales hayan tenido elementos
mistéricos y elementos públicos, obras de teatro religiosas que se representaban en
público y ritos privados realizados por acólitos y sacerdotes de la deidad.4 3 5
Tito Livio, la principal fuente literaria romana sobre las Bacanales tempranas,
nombra a Paculla Annia, una sacerdotisa campaniense de Baco, como fundadora de un
culto privado y no oficial de las Bacanales en Roma, con sede en el lucus de Stimula,
donde la ladera occidental del monte Aventino desciende hasta el Tíber. El Aventino era
un distrito étnicamente mixto, fuertemente identificado con la clase plebeya de Roma y
la entrada de cultos nuevos y extranjeros.6El dios del vino y la fertilidad Liber Pater («El
Padre Libre»), patrón divino de los derechos, libertades y augures de la plebe, tenía un
culto oficial establecido desde hacía mucho tiempo en el cercano templo que compartía
con Ceres y Libera.7La mayoría de las fuentes romanas lo describen como el equivalente
romano de Dioniso y Baco, ambos a veces llamados Eleutherios (libertador).8

ESCANDALO DE LAS BALCANES

Tito Livio afirma que la versión más temprana de las Bacanales estaba abierta solo
a mujeres y se celebraba tres días al año, a la luz del día, mientras que en la
cercana Etruria, al norte de Roma, un «griego de origen humilde, versado en sacrificios
y adivinación» había establecido una versión nocturna, añadiendo vino y banquetes a la
mezcla, y adquiriendo así un entusiasta grupo de seguidores mujeres y hombres.9La
versión nocturna de las Bacanales consistía en beber vino en exceso, emborracharse y
mezclar libremente sexos y clases; los ritos también incluían música a todo volumen.109
Según el relato de Livio, Publio Ebucio, de la gens Ebucia, recibió advertencias
contra el culto y sus excesos por parte de una cortesana, Hispala Fecenia, quien le
amaba, para protegerlo de su propia madre que quería iniciarlo en los misterios de
Baco.

Siguiendo el consejo de Hispala, Publio se negó a ser iniciado. Fue obligado por su madre
y por el marido de ella, pero buscó refugio con una de sus tías, la cual le aconsejó que le
contara esta historia al cónsul Postumio. El cónsul decidió llevar a cabo una investigación
secreta. El Senado temió que, bajo la secta, se ocultase una conspiración contra
la República. Encargó a los cónsules informes contra las bacanales y los sacrificios
nocturnos, prometiendo recompensas a los informantes y prohibiendo las reuniones de
iniciados. El Senado nombró a Espurio Postumio Albino y Quinto Marcio Filipo para
investigar el culto.10119 La investigación afirmaba que, bajo el manto de la religión,
sacerdotes y acólitos violaban impunemente las leyes civiles, morales y religiosas; los
débiles mentales podían ser persuadidos de cometer asesinatos rituales o políticos sin ser
detectados, a instancias de quienes controlaban secretamente el culto, en pleno corazón
de Roma. Livio afirma que el culto atraía especialmente a las personas de mente inculta
y voluble (levitas animi), tales como los jóvenes, los plebeyos, las mujeres y los «hombres
más parecidos a mujeres», y que la mayor parte de la población de la ciudad estaba
implicada, incluso algunos miembros de la clase más alta de Roma.

La notoriedad de estas fiestas, donde se suponía que se planeaban muchas clases de


crímenes, incluso crímenes rituales, y conspiraciones políticas, provocó en 186 a. C. un
decreto del Senado —el llamado Senatus consultum de Bacchanalibus, inscrito en una
tablilla de bronce descubierta en Calabria (1640) y actualmente en Viena— por el que las
bacanales fueron prohibidas en toda Italia, excepto en ciertas ocasiones especiales que
debían ser aprobadas específicamente por el Senado. Pese al severo castigo infligido a
quienes se sorprendiera violando este decreto, las bacanales no fueron sofocadas,
especialmente en el sur de Italia, durante mucho tiempo.
En la exposición de Livio sobre el relato de las Bacanales, las mujeres son presentadas,
con gran ausencia de rigor histórico, como el origen de una conjura inmoral cuyo fin era
acabar con el Estado romano. En mi opinión, Livio refleja en su descripción de los hechos
la propaganda moralista de la política de Augusto.
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• Año 187 a. C. Campaña en Liguria. Censo de los latinos (1 - 3). Triunfo, previo debate,
del procónsul Marco Fuivio (4 - 5).
• Año 186 a. C. Elecciones. Triunfo de Gneo Manlio (6-7). Las Bacanales: Primeras
informaciones (8 - 10). El cónsul Postumio abre una investigación (11 - 13). Informe del
cónsul al senado y al pueblo (14 - 16). Adopción de medidas. Recompensas (17 - 19).
Derrota en Liguria, victorias en Hispania, juegos, prodigios (20 - 22).
• A ñ o 185 a. C. Elecciones. Fundación de colonias (23, 1 - 23, 4). Tercera Guerra
Macedónica: causas. Conferencia de Tempe (23, 5 - 29, 3). Roma: ovación para Lucio
Manlio Acidino. Revuelta de es-· clavos en Apulia (29, 4 - 29, 10). Campañas en Hispania
y en Liguria (30 - 32, 4).
• Año 184 a. C. Roma: elecciones reñidas (32, 5 - 32, 15). Embajada de Oriente. Filipo y los
maronitas (33 - 34). Nuevos pasos de los enviados de Roma. Debate entre Apio Claudio
y Licortas (35 - 37). 2 6 2 HISTORIA DE ROMA Roma: asignación de mandos. Lucha por la
pretura (38 - 39). Catón, censor (40 - 44).

• Año 183 a. C. Nuevos magistrados. Prodigios. Embajadas (45 - 46). Demetrio ante el
senado de Roma (47 - 48). Muerte de Filopemén (49 - 50). Muerte de Aníbal. Año de la
muerte de Escipión el Africano (51 - 52). Retorno de Demetrio a Macedonia (53).
Emigración frustrada de los galos transalpinos. Colonias. Vic toria sobre los celtíberos
(54 - 56, 3).

• Año 182 a. C. Roma: elecciones. Prodigios (56, 3 - 56, 7): Durante el mismo año, el procónsul
Aulo Terencio libró algunos combates victoriosos contra los celtíberos, no lejos del Ebro, en
territorio ausetano, asaltando algunas plazas que se habían hecho fuertes allí. La Hispania Ulterior
permaneció más tranquila aquel año debido a la larga enfermedad de Publio Sempronio; los
lusitanos, que no fueron provocados por nadie, siguieron estando, afortunadamente, tranquilos.
Tampoco Quinto Fabio hizo nada digno de mención en la Liguria. Marco Marcelo fue llamado de
Histria y su ejército fue licenciado. Regresó a Roma para llevar a cabo las elecciones. Los nuevos
cónsules fueron Cneo Bebio Tánfilo y Lucio Emilio Paulo. Este último había sido edil curul con
Marco Emilio Lépido, que cinco años antes había ganado su consulado después de dos derrotas
anteriores. Los nuevos pretores fueron Quinto Fulvio Flaco, Marco Valerio Levino, Publio Manlio,
por segunda vez, Marco Ogulnio Gallo, Lucio Cecilio Denter y Cayo Terencio Istra. Al final del
año se efectuaron rogativas a causa de ciertos prodigios. Se creyó firmemente que durante dos días
había llovido sangre en el recinto del templo de la Concordia, y se informó de que no lejos de
Sicilia había surgido una nueva isla del mar, donde no la había. Valerio Antias es nuestra autoridad
para afirmar que Aníbal murió este año, y que, además de Tito Quincio Flaminino, cuyo nombre
es mencionado con frecuencia en relación con este asunto, Lucio Escipión Asiático y Publio
Escipión Nasica fueron también enviados a Prusias con aquel propósito.

Bibliografía (de las citas, más puntos de examen):


Livio, T. (1990). Historia de Roma Desde Su Fundación (A. Sierra & J. A. Villar Vidal,
Eds.; J. A. Villar Vidal, Trans.). Gredos, Editorial, S.A.

Walsh, P. (1996). Making a Drama Out of a Crisis: Livy on the Bacchanalia. Greece &
Rome, 43(2), 188-203. doi:10.1093/gr/43.2.188

4: Gildenhard, Ingo; Zissos, Andrew (2016). «The Bacchanalia and Roman Culture».
En Gildenhard, Ingo; Zissos, Andrew, eds. Ovid, Metamorphoses, 3.511-733: Latin Text
with Introduction, Commentary, Glossary of Terms, Vocabulary Aid and Study
Questions. Open Book Publishers. pp. 65-68. ISBN 978-1-78374-085-
7. JSTOR j.ctt1fzhh5b.10.

8: Rousselle, Robert (1987). «Liber-Dionysus in Early Roman Drama». The Classical


Journal 82 (3): 193-198. JSTOR 3297899

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