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Tania Rodriguez2
«el varón tiene el poder del salario y se convierte en el supervisor del trabajo no
pagado de la mujer. Y tiene también el poder de disciplinar. Esta organización
del trabajo y del salario, que divide a la familia en dos partes, una asalariada y
otra no asalariada, crea una situación donde la violencia está siempre latente»
(2018a: 13).
“Si nuestras vidas no valen, produzcan sin nosotras” fue la consigna del primer
Paro Internacional de mujeres, lesbianas, travestis, trans el 8 de marzo de 2017 en
reclamo por el reconocimiento del trabajo reproductivo que realizan millones de
trabajadoras en todo el mundo. En 2018, la convocatoria al segundo Paro Internacional
feminista 8M fue “Nosotras paramos. Nos paramos” y nuevamente, la visibilización del
trabajo doméstico y de cuidados fue uno de los ejes centrales de la movilización de la
huelga en Argentina junto con la denuncia de las violencias machistas y la legalización
del aborto.
El 3 de junio de 2019, en el marco de la quinta movilización de Ni Una Menos
las militantes de las centrales sindicales y organizaciones sociales marcharon bajo la
consigna “Trabajadoras somos todas” en reclamo por el mantenimiento de las
jubilaciones de la moratoria previsional que el entonces presidente, Mauricio Macri,
había anunciado que no renovaría. Más del 80% del total de quienes accedieron al
beneficio previsional entre 2016 y 2018 son “amas de casa”, es decir, trabajadoras del
cuidado y trabajadoras cuyos empleadores decidieron mantener en la informalidad.
El reconocimiento del trabajo en todas sus formas, incluido el trabajo que
produce fuerza de trabajo, es uno de los aspectos centrales que el pliego de
reivindicaciones de las organizaciones sindicales y de trabajadorxs debiera incorporar
como prioritarios. La discusión de los sindicatos sobre coberturas sociales, asistencia
sanitaria y jubilaciones ha sido central para la protección del trabajo en Argentina, sin
embargo, en materia de regulación de las tareas de cuidado los avances son algo más
acotados. Entre las acciones y demandas sindicales para promover la igualdad de
género en materia de cuidados podemos mencionar: la ampliación de licencias
familiares, el reclamo por sistemas de cuidados en los lugares de trabajo (tanto
estatales como privados), los avances en materia legislativa y en los convenios
colectivos de trabajo en el reconocimiento de derechos de trabajadorxs de casas
particulares y de amas de casa al momento de acceder al sistema de previsión social
(jubilaciones y pensiones).
La implementación de políticas que reconozca, reduzca y redistribuya el trabajo
de cuidados, constituye a su vez, un desafío para los sindicatos en tanto los mecanismos
de decisión y representación requieren de la participación de feminidades. El trabajo
reproductivo y de cuidados resulta un obstáculo para la participación de las mujeres
en los sindicatos. Con frecuencia el desinterés o la falta de experiencia, argumentos
recurrentes entre integrantes de los espacios de dirección de los sindicatos, no son más
que la manifestación de límites que impone la segregación de las mujeres en estos
ámbitos: limitaciones para asistir a reuniones fuera del horario laboral, ausencias en
las discusiones y espacios de deliberación, dificultades para plantear demandas
propias de las trabajadoras y, finalmente, exclusiones de espacios de visibilidad y
representación sindical.
Lograr alcanzar a más trabajadoras, es otra de las tareas fundamentales de los
sindicatos para revertir mecanismos que refuerzan desigualdades en el mundo del
trabajo y estereotipos de género al interior de las organizaciones. Las trabajadoras
tenemos reivindicaciones y necesidades que históricamente han sido postergadas bajo
el argumento de reclamos prioritarios de orden material, desde la perspectiva
hegemónica del sujeto trabajador. Las causales de la baja participación de mujeres en
los sindicatos no deben recaer sobre la falta de interés de las trabajadoras. Reforzar
acciones afirmativas y mecanismos paritarios contribuye a la construcción de agendas
y estrategias sindicales más representativas del conjunto de lxs trabajadorxs y la
superación de desigualdades de género al interior de las estructuras sindicales.
Bibliografía