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Textos precisos del fauvismo

Con los colores se pueden conseguir efectos encantadores, basta que se


junten o se alejen…

1-. Fauvismo (Andrea Imaginario: Especialista en artes, literatura e


historia cultural).
El fauvismo o fovismo fue un movimiento pictórico de vanguardia que tuvo su origen en 1905 en
París, Francia. La máxima plástica del fauvismo fue la exaltación del color, sustentada en la idea de
que la creación surgía del instinto más que del intelecto o de los sentimientos.

Características de la pintura fauvista o fovista

fauvismo

Henri Matisse, La raya verde (Amélie Parayre), 1905, óleo sobre lienzo, 40 cm x 32 cm, Galería
Nacional de Dinamarca, Copenhague.

En este segmento, podremos ver cuáles son las principales características del movimiento fauvista.

El Divisionismo designa a la técnica pictórica según la cual los tonos y matices se obtienen
mediante la aplicación de pequeñas zonas de color sin mezclar en el lienzo, pero que se combinan
ópticamente en la visión del espectador.

El pintor francés Henri Matisse (1869-1954) es universalmente conocido por los colores intensos
en sus obras, tanto en las que aparecen objetos o paisajes como en las que figuran personas.

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Exaltación del color

Aunque el fauvismo aún está atado a la representación de la naturaleza, es decir, de los objetos
reconocibles, no busca la representación naturalista, sino exaltar el valor del color en sí mismo, al
que prefieren usar en su estado puro y de manera directa.

Por ende, la obra fauvista hace gala de una coloración atrevida. Usa colores de manera brutal y
con relativa arbitrariedad, procurando deliberadamente una sensación de disonancia que rompa la
asociación del color con la representación de la realidad tal como ella es concebida.
Instinto e impulsividad

Más que indagar sobre los sentimientos o pensamientos del artista, el fauvismo exhibe el flujo del
instinto creativo. En consecuencia, las líneas y los colores resultan de gestos impulsivos,
pretendiendo con ello alcanzar la genuinidad atribuida a los niños o a lo “salvaje”, es decir, a
aquello que no ha sido “tocado” por el orden civilizatorio dominante.

Desinterés por la perspectiva y el modelado

fauvismo

Maurice de Vlaminck, La chica de Rat Mort, 1905-1906, óleo sobre lienzo, 32,7 x 46,7 cm,
colección privada.

Otro rasgo del arte fauvista fue el desinterés por la profundidad espacial, la perspectiva y el
modelado y, con ello, por el claroscuro. Las figuras del plano fauvista suelen ser planas, y algunas
veces aparecen delimitadas por gruesos contornos. Se desvanece, pues, la pretensión de construir
imágenes que imiten el mundo visible.

Trazos espontáneos y sueltos

En coherencia con el sentido del instinto, en la pintura fauvista dominan los trazos espontáneos.
Desde el punto de vista de la composición, estos trazos aparecen sueltos y suelen ser definitivos,
esto es, no sujetos a perfeccionamiento y al acabado, ya que ello iría en contra de la “intuición”.
Así, muchas veces estos trazos derivaban en manchas que creaban efectos particulares.

Ausencia del trabajo al aire libre

Mientras que movimientos como el impresionismo se habían permitido trabajar al aire libre, el
fauvismo, al igual que otras corrientes, vuelve al trabajo en el estudio, ya que no le interesa la
observación de la naturaleza sino el lenguaje plástico, con énfasis en el color y su capacidad
expresiva.

Temas del fauvismo

Los temas del fauvismo podían abarcar el espectro de los retratos, los paisajes, los objetos
cotidianos, la relación idílica del ser humano con la naturaleza y las escenas de interiores.

Contexto histórico y origen del fauvismo


fauvismo

André Derain, Puente sobre el Riou, 1906, óleo sobre lienzo, 82.6 x 101.6 cm, Colección de William
S. Paley.

Hacia finales del siglo XIX, el arte comenzaba una importante transformación, fruto de muchos
procesos que convergieron. Por ejemplo, la influencia del romanticismo había animado a las
generaciones siguientes a buscar un lenguaje personal y original. Por otro lado, la aparición de las
tecnologías de la imagen, como la cámara fotográfica, incidieron en el modo en que era concebida
la función del arte occidental.

Así, para el último tercio del siglo XIX, ya se veían propuestas arriesgadas como el impresionismo,
el postimpresionismo, el simbolismo, el arte naif y otras corrientes. El fauvismo, de hecho, fue
contemporáneo con el expresionismo alemán y, al igual que este, defendía la libertad expresiva.

El fauvismo logró abrirse espacio en el Salón de Otoño de París en 1905, que dedicó la sala número
ocho a los artistas Henry Matisse, Maurice Vlaminck y André Derain. Pero las características de sus
obras escandalizaron a la audiencia y, especialmente, a algunos críticos más conservadores. Los
cuadros mostraban colores estridentes e incoherentes con la “realidad”.

Aquello fue un espectáculo impactante y desafiante, de modo que el crítico Louis Vauxcelles se
expresó de este modo: “Donatello chez les fauves”, que en francés quiere decir: “¡Vaya! Donatello
entre fieras”. Así, lo que comenzó como una descalificación, fue asumido por los artistas como el
nombre del nuevo estilo: “fauvismo”, el movimiento de “las fieras”.

No se puede decir que el fauvismo haya sido un movimiento con un manifiesto programático,
como sí lo fue el futurismo, por ejemplo. Sin embargo, sus artistas compartían el interés por la
exaltación del color y la intención de ruptura. En consecuencia, para el año 1908 el fauvismo se
diluyó. Sin embargo, su influencia fue fundamental para la primera generación de vanguardistas.

Principales artistas y obras del fauvismo

Henri Matisse (1869-1954)

fauvismo

Henri Matisse, La alegría de vivir, 1906, óleo sobre tela, 175 x 241 cm, Fundación Barnes, Filadelfia.

Pintor, escultor, litógrafo y dibujante francés. Estuvo interesado en la composición más que en las
figuras en sí. Abandonó la perspectiva, la profundidad espacial, el dibujo y el claroscuro para tratar
el color como un valor en sí mismo. Recibió la influencia de Vincent van Gogh y del arte exótico.
Fue una figura de gran importancia en la obra de Pablo Picasso y otros artistas de su generación.
También te puede interesar: Cubismo: características, representantes y obras.

André Derain (1880-1954)

fauvismo

André Derain, Mujer en camisa, 1906, óleo sobre lienzo, 100 x 81 cm, Galería Nacional de
Dinamarca, Copenhague.

Pintor de origen francés. Trabajó con el uso de colores brillantes, trazos enérgicos y pinceladas sin
continuidad. Fue ampliamente influenciado por Cézanne, lo que despertó su interés por el
cubismo una vez que la oleada fauvista se diluyó. Años más tarde, volvió a un tipo de pintura que
ha sido calificada como de tono “neoclásico”, estilo que siguió desarrollando de allí en adelante.

Maurice de Vlaminck (1876-1958)

fauvismo

Maurice de Vlaminck, El huerto, 1905, óleo sobre lienzo, colección privada.

Pintor francés, proveniente de una familia de músicos. Incursionó en diferentes corrientes como el
realismo y el expresionismo, y fue muy influenciado por la singular obra de Vincent van Gogh. Fue
muy amigo de Derain, con quien estableció un estudio desde el que trabajaron juntos.

Raoul Dufy (1877-1953)

fauvismo

Raoul Dufy, Bañistas, 1908, óleo sobre lienzo, 38 x 46 cm, colección privada.

Pintor, grabador y decorador francés. En sus inicios, incursionó en el estilo impresionista de finales
del siglo XIX. Gracias a la influencia que ejerció Matisse en él, se aproximó a la estética fauvista. Su
obra estuvo caracterizada por el uso de la geometrización y el contraste de tonalidades.

2.- El fovismo, también conocido como fauvismo (del francés fauvisme; de fauve, «fiera»; e -
ismo, «movimiento», «tendencia» o «carácter»), fue un movimiento pictórico originado en
Francia, alrededor de 1904 a 1908. Luego se expandió a otros países, en años posteriores.
Generalmente es caracterizado por un empleo provocativo del color. Su nombre procede de la
expresión les fauves («las fieras»), dado por el crítico de arte Louis Vauxcelles al conjunto de obras
presentadas en la Sala VII de la tercera exposición del Salón de Otoño, en el Gran Palacio de París,
en 1905. Lo usó por primera vez en su crítica de arte publicada en el periódico Gil Blas, el 17 de
octubre de 1905, en un artículo dedicado al salón artístico.

Fue un movimiento sincrético donde se usaban e incluían características de movimientos artísticos


próximos, en su espíritu de transformación de volver a la pureza de los recursos, de no ser sumisos
ante la herencia pictórica, el grupo quería ir más allá de lo logrado en la pintura, razón por la cual
fueron vanguardistas.

Con distinción y separación, algunos consideran como el precursor o el líder789 de este


movimiento a Henri Matisse. Por otra parte, Guillaume Apollinaire le atribuye la invención del
fauvismo a Henri Matisse y André Derain. Otra posición afirma la existencia de «un triángulo
esencial del fauvismo compuesto por Matisse, Derain y Maurice de Vlaminck, y que, al debilitarse
esa unión, se desvaneció progresivamente el movimiento. Otro enfoque menciona a tres artistas
como creadores del fauvismo.

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