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ESCUELA DE PSICOLOGÍA
CÓDIGO: EPS609 / HORARIO: lunes
SEMESTRE: VI
PSICODIAGNÓSTICO GENERAL
CONTENIDO
Lo concerniente para esta guía, es la unidad I, específicamente el punto 1.3. que permiten la
comprensión de los conceptos de ser humano, salud y enfermedad permite al psicólogo
profesional evaluar al individuo de manera integral frente a un proceso de psicodiagnóstico.
Además, se abordará el punto 1.4. donde se profundizará en el conocimiento de las
diferentes técnicas e instrumentos permite al profesional seleccionar las herramientas más
adecuadas para cada caso. Así como, la comprensión de la relación entre técnicas e
instrumentos que le permite al profesional realizar un psicodiagnóstico preciso y confiable.
En resumen, la unidad I de esta guía proporciona una introducción fundamental al campo
del psicodiagnóstico, sentando las bases para el aprendizaje de las diferentes etapas del
proceso.
1.3 Los Conceptos De Ser Humano, De Salud Y Enfermedad.
1. Ser Humano:
Los conceptos de ser humano, son tan variados como humanos existen en nuestro planeta. Sin embargo,
afrontando la dificultad de este concepto, me parece preciado ajustarlo a dimensiones que no cambian y que son
inherentes del ser humano, y definirlo, partiendo de esta primicia. Parménides llegó a expresar: “El ser es y no
puede dejar de ser”. Ampliando a Parménides, hace referencia a que el ser humano ocupa espacios que lo dejan
en lo humanizado, pues son inherentes a él, apartarse de estos espacios implicaría un real atentado a la especie.
Diferentes autores a través del tiempo han construido una ontología integrativa del ser humano, tomando como
arraigo aspectos que no son mutables en el tiempo. Esta mirada integra tres instancias:
1- Biológico: Abarca los aspectos físicos y orgánicos del ser humano, como su cuerpo, genes y
funcionamiento cerebral.
3- Social: Se refiere al contexto social y cultural en el que vive el ser humano, incluyendo sus
relaciones con otros, su familia, comunidad y sociedad en general. También incluye la tendencia a la
coexistencia y al convivir.
Estas tres dimensiones interdependientes, son las que componen la ontología biopsicosocial. Es un marco
teórico que define al ser humano como una unidad compleja. Desde esta perspectiva, el ser humano no es solo
un ser biológico, sino también un ser psicológico y social. Estos tres aspectos interactúan y se influyen
mutuamente, configurando la experiencia individual y colectiva.
La mirada biopsicosocial del ser humano es el resultado de la convergencia de ideas y aportes de diversos
autores a lo largo del siglo XX. Principalmente en el campo de la psicología, la medicina y la sociología. Entre
algunos de los precursores y figuras clave en el desarrollo de este enfoque encontramos:
Franz Alexander (1891-1964): Psiquiatra y psicoanalista húngaro, uno de los primeros en hablar de la
interacción entre lo biológico y lo psicológico en la salud mental.
Erich Fromm (1900-1980): Psicoanalista social alemán, quien enfatizaba la influencia de los factores
sociales y culturales en la personalidad y el desarrollo humano.
George Engel (1913-1999): Médico y psiquiatra estadounidense, considerado el padre del modelo
biopsicosocial. En 1977, publicó un artículo seminal titulado "The need for a new medical model: A
challenge to biomedicine", donde expuso las limitaciones del modelo biomédico tradicional y abogó por
un enfoque más holístico que considerara las dimensiones biológicas, psicológicas y sociales de la salud
y la enfermedad.
Aaron Antonovsky (1923-1994): Médico y sociólogo israelí, conocido por su trabajo sobre el sentido
de coherencia (SOC), un factor clave en la resiliencia y la salud mental.
Lennart Levi (1919-2000): Psiquiatra sueco, uno de los principales exponentes del enfoque
biopsicosocial en la psiquiatría.
Las relaciones sociales: Las relaciones sociales pueden tener un impacto positivo en la salud física
(reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares), la salud mental (aumento del bienestar
emocional) y el comportamiento social (mayor participación social).
El desarrollo del lenguaje: El desarrollo del lenguaje está influenciado por factores biológicos (como la
capacidad de aprendizaje del niño), psicológicos (como la interacción con los padres) y sociales (como
el entorno cultural en el que se cría el niño).
Es importante destacar que la mirada biopsicosocial no es un modelo estático, sino que continúa evolucionando
y enriqueciéndose con nuevas aportaciones desde diversas disciplinas, como sucede actualmente con las
consideraciones espirituales que van teniendo nuevos enfoques frente a la mirada del ser humano. Es un
enfoque dinámico que reconoce la complejidad del ser humano y la necesidad de abordarlo desde una
perspectiva integral para comprender su salud y bienestar.
La ontología biopsicosocial permite comprender al ser humano de una manera más integral. Y, esta se hace
fundamental para el proceso de psicodiagnóstico, ya que permite comprender al ser humano como un ser
complejo e interdependiente, donde lo biológico, lo psicológico y lo social se encuentran indisolublemente
unidos.
Esta perspectiva aporta al psicodiagnóstico los siguientes beneficios:
1. Visión integrativa: Permite al profesional de la salud mental tener una visión completa del individuo,
considerando sus aspectos biológicos, psicológicos y sociales.
2. Comprensión profunda: Facilita la comprensión de los problemas del individuo desde una perspectiva
más amplia, no solo como síntomas aislados, sino como parte de un todo.
3. Evaluación integral: Permite realizar una evaluación más completa del individuo, incluyendo factores
biológicos (como herencia genética, salud física), psicológicos (como pensamientos, emociones,
comportamiento) y sociales (como relaciones familiares, contexto cultural).
4. Intervención individualizada: Permite al profesional de la salud mental (si el caso fuese), a diseñar un
plan de intervención individualizado que se ajuste a las necesidades específicas de cada individuo,
considerando sus características biológicas, psicológicas y sociales.
En resumen, la ontología biopsicosocial es una herramienta fundamental para el psicodiagnóstico, ya que
permite al profesional de la salud mental comprender al individuo de una manera más completa y profunda, lo
que facilita la realización de una evaluación integral y la elaboración de un plan de intervención
individualizado.
2. Salud
Siguiendo en el hito del concepto de ser humano, para comprender un concepto de salud resulta mas que
interesante que devenga de lo anterior, dado que para lo que ocupa el concepto, hablaremos de la salud en el ser
humano.
La OMS (1948), defina “La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social (Biopsicosocial), y
no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”.
Podemos de igual forma, comprender la salud como un recurso para la vida diaria (el estado de potencia), no el
objetivo de la vida. Se trata de un concepto positivo que acentúa los recursos sociales y personales, así como las
aptitudes físicas. La salud se mide por el impacto que una persona puede recibir sin comprometer su sistema de
vida.
Existen diferentes dimensiones de la salud:
Salud física: Se refiere al buen funcionamiento del cuerpo y de los órganos.
Salud mental: Se refiere al bienestar emocional y psicológico.
Salud social: Se refiere a las relaciones con los demás y con la sociedad en general.
Los determinantes de la salud son los factores que influyen en el estado de bienestar de una persona o
población. Estos factores pueden ser:
Biológicos: Como la genética, el sexo y la edad.
Ambientales: Como el aire, el agua, el suelo y la vivienda.
Socioeconómicos: Como el nivel de ingresos, la educación y el empleo.
Estilos de vida: Como la alimentación, la actividad física y el consumo de tabaco y alcohol.
No existe una fecha única para determinar cuándo se comenzó a hablar de salud mental. Sin embargo, podemos
identificar algunos hitos históricos importantes:
Antigüedad:
En el antiguo Egipto, alrededor del año 3000 a.C., se reconocían los trastornos mentales y se utilizaban
métodos religiosos y mágicos para tratarlos.
En la antigua Grecia, alrededor del año 500 a.C., filósofos como Hipócrates y Galeno comenzaron a
estudiar las causas de los trastornos mentales y a proponer tratamientos basados en la observación y la
razón.
Edad Media:
En la Edad Media, la Iglesia católica tenía una gran influencia en la comprensión de la salud mental. Los
trastornos mentales se consideraban a menudo como una posesión demoníaca o un castigo divino. A
finales de la Edad Media, comenzaron a surgir algunos asilos para personas con trastornos mentales,
aunque las condiciones en estos lugares eran generalmente muy malas.
Siglo XIX:
En el siglo XIX, se produjo un gran avance en el estudio de la salud mental con el desarrollo de la
psiquiatría como una disciplina médica. Se fundaron los primeros hospitales psiquiátricos y se
comenzaron a utilizar nuevos métodos de tratamiento, como la terapia moral y la hidroterapia.
Siglo XX:
En el siglo XX, se produjo un mayor desarrollo de la psiquiatría y la psicología. Se descubrieron nuevos
medicamentos para tratar los trastornos mentales. Se comenzó a hablar de la salud mental como un tema
de importancia pública y se desarrollaron programas de prevención y promoción de la salud menta
Actualidad:
En la actualidad, la salud mental es un tema cada vez más importante. Se reconoce que la salud mental
es fundamental para el bienestar general de las personas y se están desarrollando nuevas estrategias para
mejorar la atención a las personas con problemas de salud mental.
Es importante destacar que la forma de entender y abordar la salud mental ha cambiado con el tiempo. En el
pasado, se centraba principalmente en el tratamiento de los trastornos mentales. En la actualidad, se pone un
mayor énfasis en la promoción de la salud mental y en la prevención de los problemas de salud mental.
El estado de salud general y el psicodiagnóstico están estrechamente relacionados. La salud mental y la salud
física son dos aspectos interdependientes del bienestar general de una persona. Los problemas en un área
pueden afectar negativamente a la otra.
El psicodiagnóstico es un proceso que se utiliza para evaluar la salud mental de una persona. Este proceso
incluye la recopilación de información sobre la historia personal, los síntomas psicológicos, el funcionamiento
social y el estado de salud física de la persona.
Aquí hay algunos ejemplos de cómo el estado de salud general puede afectar el psicodiagnóstico:
Una persona con diabetes puede tener síntomas de depresión, como tristeza, fatiga y pérdida de interés
en las actividades. Estos síntomas pueden ser causados por la diabetes en sí o por los efectos secundarios
de la medicación que está tomando la persona.
Una persona que ha sufrido un accidente cerebrovascular puede tener dificultades para concentrarse y
recordar información. Estas dificultades pueden ser causadas por el daño cerebral que ha sufrido la
persona.
Una persona que está tomando medicamentos para la presión arterial alta puede experimentar ansiedad e
insomnio. Estos efectos secundarios pueden ser causados por la medicación.
Es importante que los profesionales de la salud mental colaboren con los médicos y otros profesionales de la
salud para garantizar que las personas con problemas de salud mental reciban el tratamiento adecuado.
3. Enfermedad
Organización Mundial de la Salud (OMS): Define la enfermedad como una "alteración o desviación del
estado fisiológico en una o varias partes del cuerpo, por causas en general conocidas, manifestada por síntomas
y signos característicos, y cuya evolución es más o menos previsible".
Existen diferentes tipos de enfermedades:
Enfermedades agudas: Son de corta duración y tienen un inicio repentino. Por ejemplo, un resfriado o
una gripe.
Enfermedades crónicas: Son de larga duración y pueden durar toda la vida. Por ejemplo, la diabetes o la
hipertensión arterial.
Enfermedades transmisibles: Se pueden contagiar de una persona a otra. Por ejemplo, el sarampión o la
gripe.
Enfermedades no transmisibles: No se pueden contagiar de una persona a otra. Por ejemplo, la diabetes
o la artritis.
Las causas de las enfermedades pueden ser:
Factores biológicos: Como la genética, la edad o el sexo.
Factores psicológicos: como alteraciones de las funciones organizativas de los procesos mentales o
estados de alteración psíquicas.
Factores ambientales: Como la contaminación del aire o el agua, la exposición a sustancias tóxicas o los
accidentes.
Factores socioeconómicos: Como la pobreza, la falta de educación o el acceso limitado a la atención
médica.
Los síntomas de las enfermedades pueden ser:
Físicos: Como dolor, fiebre, fatiga o cambios en el peso.
Mentales: Como tristeza, ansiedad, depresión o cambios en el comportamiento.
Sociales: Como aislamiento social, dificultad para trabajar o estudiar o problemas en las relaciones
familiares.
El tratamiento de las enfermedades depende del tipo de enfermedad y de la gravedad de la misma. Puede
incluir:
Medicamentos: Se utilizan para aliviar los síntomas o para curar la enfermedad.
Terapia: Puede ser física, ocupacional, psicológica o de otro tipo.
Cirugía: Se utiliza para tratar algunas enfermedades graves.
Dentro de radio de la Psicología, cuando hablamos de enfermedad ubicamos rápidamente la palabra
psicopatología. Que es una rama de la psicología que estudia los trastornos mentales, incluyendo sus causas,
síntomas, curso y tratamiento. Se centra en comprender las experiencias y comportamientos anormales que se
desvían de lo que se considera como "normal" en la sociedad.
La psicopatología busca:
Identificar y describir los diferentes tipos de trastornos mentales.
Comprender las causas de los trastornos mentales.
Desarrollar métodos para diagnosticar los trastornos mentales.
Desarrollar tratamientos eficaces para los trastornos mentales.
Instrumento: Es un material o herramienta que se utiliza para aplicar una técnica. En psicodiagnóstico, los
instrumentos se utilizan para recopilar datos sobre el individuo.
Un instrumento facilita la evaluación de los diferentes aspectos del funcionamiento psicológico de una persona,
incluyendo sus pensamientos, sentimientos, comportamientos, personalidad, habilidades cognitivas y funciones
neuropsicológicas.
Por otra parte, ayuda a cuantificar las características psicológicas de una persona de forma objetiva y
cuantificable. Y de otra manera agiliza la obtención de información sobre la persona que se está evaluando para
comprender mejor su situación y formular un diagnóstico.
Los instrumentos en psicodiagnóstico pueden ser:
Cuestionarios: Como el Inventario Multifásico de Personalidad de Minnesota (MMPI) o el Test de
Personalidad NEO-FFI.
Test Mental de MoCA
Escalas: Como la Escala de Depresión de Beck o la Escala de Ansiedad de Hamilton.
Tests: Como el Test de Inteligencia Wechsler para Adultos (WAIS) o el Test de Rorschach.
Técnicas proyectivas: Como el Test de Apercepción Temática (TAT) o el Test de las Manchas de Tinta
de Rorschach.
Entrevistas: Como la Entrevista Clínica Estructurada para el DSM-5 (SCID-5).
Técnicas de observación: Como la Observación Sistemática de la Conducta.
1.4.3.2. Encuadre: Como en toda tarea clínica, y la atención psicológica lo es. Es necesario partir de un
encuadre. El encuadre en psicodiagnóstico se refiere al conjunto de reglas y condiciones que se
establecen al inicio del proceso psicodiagnóstico para facilitar la evaluación y garantizar la calidad de la
misma. Es lo que protege el vinculo terapéutico. El encuadre puede ser más estricto, más amplio, más
permeable o más plástico, según las distintas modalidades de trabajo individual o según las normas de la
institución en la que se trabaje. El encuadre incluye:
Los objetivos del psicodiagnóstico: Qué se quiere evaluar y con qué finalidad.
Las formas de trabajo y de abordaje del psicólogo.
Las técnicas y procedimientos que se van a utilizar.
El tiempo que se va a dedicar a la evaluación (en caso que sea posible y que el marco teórico
metodológico de su enfoque establezca).
Los honorarios del profesional.
Las normas de confidencialidad y de protección de datos.
El encuadre es importante porque crea un espacio seguro y de confianza para que la persona pueda
expresarse libremente. Permite al profesional obtener información precisa y fiable sobre la persona que
se está evaluando. Facilita la comparación de resultados entre diferentes evaluaciones y garantiza un
proceso psicodiagnóstico ético y profesional. El encuadre deriva de la personalidad del terapeuta o
psicólogo. La calidad y el grado de la patología del consultante nos obliga a adaptar el encuadre. No es
lo mismo trabajar con un paciente neurótico que con un psicótico o un psicópata grave. La edad del
consultante también influye en el encuadre elegido. Y también según las características del consultante.
Aquí hay algunos ejemplos de aspectos que se pueden incluir en el encuadre:
Lugar y frecuencia de las sesiones: Se debe establecer un lugar y una frecuencia fijos para las
sesiones.
Duración de las sesiones: Se debe establecer una duración fija para las sesiones.
Forma de pago: Se debe establecer la forma de pago de los honorarios del profesional.
Política de cancelación de citas: Se debe establecer una política de cancelación de citas clara y
precisa.
Confidencialidad: Se debe garantizar la confidencialidad de la información obtenida durante el
proceso psicodiagnóstico.
Ya una vez establecidas estos dos grandes elementos dentro de la primera sesión es importante abordar
lo que vendría siendo la primera entrevista psicológica.
La "primera entrevista" es parte del protocolo principal en la atención, abordaje o evaluación dentro del
proceso psicodiagnóstico, y esta tiene varios objetivos. Por lo que, a veces no significa que deba ser
realizada necesariamente una sola sesión (pero si debe iniciar en la primera).
En ocasiones es bastante natural que el paciente luego de establecido el rapport y el encuadre, y se le
empiece a realizar la entrevista, al momento de expresar el motivo de consulta, este manifieste lo que le
aqueje, por lo que sufre, cuente la mayor parte de su malestar psicológico (lo que podríamos considerar
en un estado de emergencia en materia de psicología). En una consulta de esta naturaleza trataremos de
reducir la entrevista inicial al mínimo posible, entendiendo el estado en el que se encuentra el paciente,
comprendemos que como psicólogos clínicos ameritamos de la aplicación de los protocolos establecidos
(entrevista clínica e historia clínica), pero en estas ocasiones los pacientes ameritan ser atendidos más
que entrevistados (escucha activa), más no intervenidos ni abordados desde estos espacios. Para estos
casos, prefiero trabajar prácticamente a ciegas con los datos mínimos de identidad individual y del grupo
familiar. La primera sesión de esta naturaleza resulta primordial desarrollar el motivo de consulta del
paciente o el futuro sujeto a evaluar.
Pero de esta misma forma, no toda primera sesión radica en una emergencia o en una atención espacial.
Existen pacientes que lleguen completamente disponibles a cumplir con nuestros protocolos clínicos.
Continuando con las fases debidamente proporcionas, continuaríamos con la entrevista como antes se
mencionó.
1.4.3.3 Entrevista Clínica individual: La entrevista es una técnica de recogida de información, y por
tanto de evaluación; La definición tal vez más genérica e intuitiva de la entrevista sea la clásica de
Bingham y Moore (1924 -1973). “La entrevista es una conversación con un propósito”. Por tanto, los
elementos que se encierran tras esta afirmación son: La conversación: se da, al menos, entre dos
personas. La interacción. Y el propósito, que demarca el objetivo o finalidad.
La manera más directa de saber qué le sucede a una persona es preguntarle, y en esto consiste
básicamente la entrevista. Es la técnica de recogida de datos más ampliamente utilizada, pero también la
más difícil y compleja de llevar a cabo. Es tal su versatilidad que, aunque nace en un contexto de
evaluación y diagnóstico. Son diversos los autores (por ejemplo, Silva, 1988) que indican que la
entrevista comienza a tener una especial relevancia en el campo clínico de la mano de Kraepelin en su
interés por explorar con minuciosidad los síntomas de los pacientes. Ello permitiría poder realizar un
diagnóstico que se pudiera articular en una clasificación de los trastornos mentales. Con este fin, la
exploración del estado mental del paciente resultaba imprescindible, y esa exploración y otros datos de
la historia clínica del paciente se recababan, precisamente, a través de una entrevista.
Otra aportación fundamental fue la del psicoanálisis de Freud, en la que se funde la búsqueda de la
información, la evaluación y la terapia. La entrevista se convierte en un estupendo medio para fomentar
la comunicación espontánea del paciente (asociación libre). Freud establece que el entrevistador tiene
una función transferencial en la aplicación de la entrevista.
Por otra parte, Sullivan indica que la entrevista es un proceso de relación interpersonal planificada.
Subraya que entre ambos miembros de esta díada se produce una interacción «real» y que el terapeuta ha
de sacar ventaja de ello ejerciendo su observación clínica frente al paciente.
Finalmente hay que mencionar la figura de Carl Rogers, imprime a la entrevista terapéutica un estilo «no
directivo» que se consolida y que se centra en el marco de referencia del cliente y en su expresión
emocional, evita cualquier tipo de interpretación sobre lo expresado. La primera transcripción textual la
realiza Rogers en la década de los 40’, además de adoptar como metodología habitual la grabación
rutinaria del audio de las entrevistas para su estudio posterior.
Hay algunas tipologías que las clasifican incluso según el número de participantes (individual o en
grupo) o la cantidad de sesiones en las que se distribuye y según el marco teórico de referencia
terapéutica. Así como sus funciones. Existen las:
No estructurada: Se realiza en función de algunas líneas muy generales; determinará el orden de
preguntas y su tipo, por lo que permite tratar a cada entrevistado de manera idiosincrásica (Segal
y Hersen, 2010).
Estructurada: Según Segal y Hersen (2010), se pregunta de una manera y con una secuencia
predeterminadas. Las respuestas del entrevistado se suelen codificar bien en un formato
dicotómico, sobre todo para evaluar la frecuencia, la duración o la gravedad de aquello sobre lo
que se le pregunta.
Semiestructurada: Las preguntas tienen algún tipo de estructuración, el guion está formado por
áreas concretas, dentro las cuales el entrevistador puede hacer las preguntas que le parezcan
oportunas.
Entrevista clínica comórbida: se realiza para identificar la presencia de dos o más trastornos
mentales en un mismo individuo, abordando todas las áreas de vida, individuales, familiares,
laborales, psicológicas, lenguaje, ocupacional, psicomotor, aspectos biológicos de la conducta,
entre otros más. La entrevista comórbida se realiza de forma similar a una entrevista clínica
tradicional.
Un aspecto dinámico (si se quiere tomar en cuenta según el enfoque): Muestra y oculta a la vez un
deseo inconsciente que entra en oposición con una prohibición superyoica. El yo se siente entonces ante
un conflicto que resuelve parcialmente evitando fóbicamente la situación angustiante.
Pero en todo síntoma hay un beneficio secundario: a través de sus miedos exige luz y compañía, que
pueden funcionar como interferencia para la intimidad de los padres.
Este análisis, realizado a nivel individual, debe extenderse a nivel familiar. El síntoma está
expresando algo (algo no dicho, diría M. Mannoni) dentro del contexto familiar. Supongamos que la
fobia de este niño se ha constituido en una época en que el papá debía viajar constantemente dejándolo
solo con la mamá. La aparición de la fobia a la oscuridad se explicaría por la incentivación del deseo
edípico del niño, la percepción de la deprivación sexual de la madre y la facilitación paterna (por sus
ausencias) a la realización de su deseo inconsciente. La angustia de castración se intensifica y surge la
fobia.
1.4.3.6. Examen Mental
Es un instrumento semiológico (es el estudio de los síntomas y los signos de las enfermedades basado en
alguna nosología) que en psicología nos ayuda a identificar los signos y síntomas psicopatológicos para
un adecuado psicodiagnóstico.
Es crucial contar con una estructura organizada en la evaluación mental para facilitar la exploración y
clasificación de la información de los signos y síntomas que el paciente expresa en las sesiones, de
manera que facilite el proceso de psicodiagnóstico. Registrar de manera simple y entendible lo hallado
en la aplicación del examen mental permitirá al profesional cuantificar y cualificar los datos recolectados
y así estimar una valoración en sus próximos encuentros del deterioro o la mejora de las funciones
mentales evaluadas.
Podemos prefijar entonces que el examen mental tiene como objetivo:
Organizar la información: Facilitar la comprensión y análisis.
Simplificar el psicodiagnóstico: Agilizar el proceso de diagnóstico.
Valorar el cambio: Evaluar la evolución del paciente.
Evaluar las funciones mentales: Medir las capacidades cognitivas, emocionales y conductuales
del individuo.
A modo explicativo, se analizará el aparato psíquico con una mirada integrativa desde 4 áreas cuando
hablamos de examen mental:
I. Elementos de Presentación: constituyen los de actitud y los aspectos de arreglo personal:
Actitud: Hostilidad, cooperativo, inhibido, pueril, seductor o suspicaz.
Higiene: aseo personal, atiende su aseo personal o es descuidado.
Aspecto físico: morfología, estatura, peso, rasgos físicos.
Vestimenta: sobretodo si es adecuado a su edad cronológica, o nos aproxima a una
presunción de una disonancia con la edad mental.
II. Elementos Experienciales: constituyen aspectos sensitivos y afectivos del aparato psíquico:
Sensación: Las alteraciones funcionales (psicógenas) de las sensaciones deben evaluarse
(y comprobarse) según las características anatómicas de las vías nerviosas. Muchos
síntomas llamados “conversivos” se manifiestan a través de alteraciones en las
sensaciones (por ejemplo, parestesias de origen psicógeno).
III. Instrumentos Del Vivenciar: constituyen los elementos Cognitivos o Neuropsicológicos con los
cuales accedemos y procesamos la realidad. Se subdividen en:
Conciencia: El compromiso cuantitativo de conciencia se encuentran donde lo central es
la incapacidad de mantener la atención y estar alerta. Secundariamente, se altera la
capacidad de orientación (capacidad de identificarse a sí mismo, orientación en el tiempo
respecto al lugar en dónde está y el reconocimiento de personas). Dentro de los
desordenes de la consciencia encontramos: trastornos de la consciencia del Yo corporal,
trastornos de la consciencia del Yo psíquico: despersonalización, identidad del Yo,
heautoscopia y trastorno de la consciencia del mundo circundante.
Orientación: Para evaluar esta capacidad se investigan aspectos como los siguientes:
Orientación respecto a sí mismo: ¿Cómo se llama? ¿Qué edad tiene? ¿En qué trabaja?
¿Con quién vive? Orientación en el tiempo: ¿En qué fecha estamos? ¿En qué mes? ¿En
qué año? ¿Qué día de la semana es hoy? Orientación en el espacio: ¿Dónde se encuentra
usted? ¿Está en un hospital? ¿En su casa? ¿Qué hospital es? Orientación respecto a
personas: ¿Quién soy yo? ¿Qué labor desarrollo? Y si está presente un familiar: ¿Quién es
esa persona?
Memoria: Para una evaluación: 1. memoria de corto término o plazo: repetición de series
dígitos o palabras. 2. memoria reciente: memorizar palabras (3-5) luego de 3-5 minutos
preguntar. Si con claves lo resuelve puede orientarse más a un problema de recuperación
que de almacenaje. 3. memoria remota: la evaluación formal: Escala de memoria de
Weschler o Test de retención visual de Benton.