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Martínez Heredia
universidades alemanas por 1837.1 Pronto in- político alemán, que no podía desplegarse ideo-
gresó en un grupo importante en la historia lógicamente en la actividad de un fuerte partido
cultural de Alemania, el Club de los Doctores, burgués radical, se expresó en el desarrollo de
del cual salió el movimiento de la izquierda he- la crítica filosófico-religiosa de las posiciones
geliana. Köppen y Bruno Bauer –el más desta- “ortodoxas”, emprendida por jóvenes intelec-
cado de los neohegelianos– admiraron pronto tuales a partir de elementos contradictorios de
al joven estudiante. la propia filosofía hegeliana [Vida de Jesús, de
La polémica que dividió a los hegelianos alre- David Strauss (1835)], continuada por el intento
dedor del carácter sagrado de los Evangelios no de Bruno Bauer de construir una filosofía crítica
es tan absurda como pudiera parecer. El hege- de la religión dentro de la concepción de Hegel,
lianismo “ortodoxo” era aceptado por las auto- hasta culminar en L. Feuerbach, que desecha
ridades educacionales prusianas y sus profeso- el hegelianismo y proclama que es el hombre
res por su defensa filosófica de la soberanía del quien crea a la religión y no la religión al hombre
Estado y de su supremo derecho contra el indi- [Esencia del cristianismo, Feuerbach (1841)].
viduo, tan caros al absolutismo. Pero el malestar La discusión teológica era un campo cultural
muy frecuentado en Alemania desde los tiem-
pos de Lutero; por otra parte, la producción
1 Marx nació en Treveris el 5 de mayo de 1818, hijo filosófica inmediata era muy importante (Kant,
de un abogado hebreo cristianizado. Su ciudad natal Fichte, Hegel). El interés estatal en los asuntos
está en Renania, región occidental alemana en que religiosos y la ferocidad de la censura le daban
por determinadas condiciones económicas y sociales, más contenido oposicionista a la crítica religio-
y la influencia de los ocupantes franceses, había más
desarrollo industrial, más pequeños propietarios y más
sa. Pero los “jóvenes hegelianos” también se in-
tendencias liberales que en otras regiones del reino de teresaron directamente por la política, aspiran-
Prusia al que pertenecía. Marx se graduó de bachiller en do a la monarquía constitucional, escribiendo
Treveris y fue a estudiar jurisprudencia a Bonn (1835) y sobre el Terror jacobino, etc.2 La expresión a
al año siguiente a Berlín.
Para una comprensión de la vida de Marx en relación
con su obra, ver su biografía por Franz Mehring (1964), 2 “No debe creerse que el club de los Doctores se
texto muy notable por su vigor revolucionario y su re- limitaba a reunir personas cultas para discutir ininte-
trato humano del pensador. rrumpidamente sobre cuestiones filosóficas. La mayor
de la razón, que debe realizarse en el Estado. de denuncia de los desmanes políticos y la si-
Pero el deber ser del individuo y el ser real del tuación social en Renania, que veía aumentar
Estado no coinciden: “La corrección de las diariamente sus suscriptores y se convertía en
constituciones estatales debe ser juzgada de uno de los más prestigiosos y citados diarios
acuerdo con la esencia del Estado mismo, de alemanes. Los burgueses de Colonia, que pen-
acuerdo con la naturaleza de la sociedad huma- saron que con algunos jóvenes neohegelianos
na” (Marx, 1959a: 34). La filosofía exige que el podrían tener un buen periódico, pronto se
Estado sea el Estado de la naturaleza humana. asustaron ante las medidas del gobierno6 y la
Para Marx, el campo de acción del crítico que fama de subversiva que alcanzó la Gaceta.
lucha por la libertad es el periodismo. Se trata Marx se hizo conocido por su artículo en
de una filosofía de la iluminación, que intenta defensa de la libertad de prensa (mayo 5 de
en la última instancia convencer al Estado mis- 1842), pero pronto se encontró “sujeto a la per-
mo para que asuma su esencia, y esta filosofía plejidad de tener que tratar de intereses mate-
debe realizarse como actividad publicística. La riales que no estaban previstos en el sistema
lucha es ante todo por la libertad de prensa.5 ideológico de Hegel” (Mehring, 1964): se puso
Pero no fue contra el concepto de censura del lado de los campesinos pobres que eran
que tuvo que batirse el periodista sino contra reprimidos a partir de la ley contra los robos
sus “modalidades de existencia”, contra la
censura misma. La breve historia de La gaceta
renana bajo Marx fue la conversión de un mo- 6 La gaceta renana se publicó de enero 1° de 1842
desto periódico liberal alentado por el gobierno al 31 de marzo de 1843. Sólidos burgueses como L.
Camphausen y R. Schramm figuraban entre los accio-
prusiano contra el clericalismo, en un órgano nistas, junto a cultos y ricos médicos y abogados. Jung,
Moses Hess, Oppenheim, Rutenberg, jóvenes hegelia-
nos, controlaron pronto la redacción. Marx colaboró
5 “Entonces se trata de si lo que vive en la realidad con artículos hasta octubre 15, en que [está] encargado
pertenece al dominio de la prensa. La libertad de prensa de la jefatura de redacción. En enero había triplicado
ya no es un problema de un contenido particular de la los suscriptores y recibía colaboraciones de toda Ale-
prensa, sino del problema general de si la prensa debe mania [...] y había llegado a tener dos censores a la vez.
ser realmente tal, es decir, una prensa libre” (Marx, El gobierno prusiano vaciló mucho antes de suprimirla,
1959a: 31). por las protestas de los liberales renanos.
de leña, instrumento burgués para arrebatarles me interesa señalar que Marx da la espalda al
los remanentes de sus derechos comunales. círculo intelectual de sus años juveniles cuan-
Rara combinación de espíritu atraído hacia la do los ve incapaces de crear otras cosas que
política práctica y la profundización científi- frases huecas en medio de la crisis alemana.
ca a la vez, “pasó del terreno de la pura polí- No será más que su primera ruptura: su esta-
tica al campo de los hechos económicos y al tura intelectual y su capacidad de trascender
socialismo”. Un ejemplo de esta actitud es su revolucionariamente al mundo de la burguesía
polémica con la Gaceta general de Augsburgo, lo abocarán más de una vez a una magnífica y
que acusaba a La gaceta renana de veleidades terrible soledad.
comunistas: Marx anuncia que someterá a una Al salir del periódico ya estaba lejos de una
crítica fundamental las ideas comunistas “tras concepción especulativa de la política: “[...]
estudios detenidos y profundos”. En realidad reputo la suspensión del periódico como un
tuvo que luchar contra su propia concepción progreso de la conciencia política, razón por la
de alcanzar transformaciones radicales a tra- cual dimito [...] no tiene nada de agradable el
vés del convencimiento de los gobernantes, y prestar servicio de esclavo, ni aún para la liber-
la alternativa de la revolución fue dominando tad, teniendo que luchar con alfileres en vez de
sus ideas en medio de la lucha contra la censu- luchar con masas. Estaba cansado ya de tanta
ra, la denuncia de las represiones en el campo y hipocresía, de tanta tontería, de tanta brutal
la comprensión de la opresión social, y mucho autoridad, y de tanto silencio, tanto zigzagueo,
más por ellas que por el estudio iluminador de tantas retiradas y palabrerías [...] en Alemania
la conciencia de la literatura socialista que ha- ya no tenemos nada que hacer. Aquí, lo úni-
bía comenzado a leer.7 co que uno consigue es falsearse a sí mismo”
En este camino se perdió su amistad con los (Mehring, 1964, 79-80).
neohegelianos de Berlín. La historia de esta
ruptura puede leerse en Mehring; aquí solo
3.
7 Proudhon (1945) ¿Qué es la propiedad?; Dezamy:
Calumnia y política de M. Cabet; Leroux, Considerant Recién casado, Marx pasó el verano en
y otros (Nikolaevskij y Maenchen-Helfen, 1969: 71). Kreuznach, residencia de su suegra, y se
marchó a París a fines de octubre con su es- trabajo científico productor de conceptos. No
posa Jennie.8 En los meses de Kreuznach, de- hay lugar, naturalmente, para la idea de una
dicados al estudio, llenó varios cuadernos de liberación del “método” de la prisión del “sis-
notas consagrados a la crítica de la Filosofía tema” como centro de la crítica de Hegel por
del derecho de Hegel (Marx, 1966), que nunca Marx, muchas veces repetida en la literatura
publicó. Ellos constituyen el documento filosó- marxista. Por el contrario, hasta donde con-
fico de una crisis: la mente del joven filósofo sigue avanzar, Marx intenta moverse en un te-
revolucionario no resiste ya la frontera de su rreno metodológico esencialmente diferente
propia educación hegeliana, como su actividad al hegeliano.9
no tolera ya las mordazas legales que existen
en Alemania.
No debe entenderse restringido el objeto de
su crítica por el título de la obra de Hegel; ella 9 La investigación contemporánea acerca del joven
constituye, de hecho, un intento de demos- Marx y sus relaciones con la filosofía de Hegel se ha
trar la inutilidad metodológica del apriorismo enriquecido extraordinariamente con los trabajos de
hegeliano, en el cual se componen las ideas un grupo marxista italiano, cuyo iniciador fue Galva-
no Della Volpe (1963: 101-102), que entiende que la
particulares de lo existente a través de uni- Crítica… “contiene las premisas más generales de un
versales ideales que se relacionan dialéctica- nuevo método filosófico”. Entre numerosos estudios
mente, para ofrecer un cuadro aparentemente sobre Marx se destacan los de Lucio Colletti (1958) El
ordenado e iluminado por los universales (por marxismo y Hegel; Mario Rossi (1960-1963) Marx e
ej. necesidad y libertad). Este método no tie- la dialettica hegeliana, Vol. I y II obra profunda y vo-
luminosa; Umberto Cerroni (1975) Marx y el derecho
ne otro contenido que la reproducción empi- moderno; Pietranera, Iluminati y otro. Louis Althusser,
rista de los datos reales, no mediados por un que ha dedicado a la interpretación del núcleo teórico
de la obra de Marx lo fundamental de su obra (Por
Marx y Leer El Capital), difiere en algunos aspectos
8 “El 13 de junio de 1843 contrajeron matrimonio muy importantes de la argumentación de los italianos;
el señor Carlos Marx, doctor en Filosofía, residente p. ej., cf. “El marxismo no es un historicismo” (Althus-
en Colonia, y la señorita Johanna Berta Julia Jenny ser, 1968: 59-89). En lo que atañe al origen del marxis-
de Westfalia, sin ocupación, residente en Kreuznach” mo nos referiremos a la posición de Althusser hacia el
(Nikolaevskij y Maenchen-Helfen, 1969: 86). final de este artículo.
Pero sobre este tema solo quisiéramos político y a la sociedad civil (burgueses). El
destacar ahora que la investigación de Marx rechazo de la falsa unidad de la esfera po-
tiene un objeto muy significativo: las rela- lítica y la social en la teoría del Estado de
ciones entre la familia, la sociedad civil y el Hegel le lleva al estudio de la realidad de la
Estado, pero considerándolas como institu- sociedad civil en la sociedad burguesa, tema
ciones conceptualizables a partir de reali- de sus trabajos inmediatamente posteriores.
dades particulares. Entonces la crítica a la Busca una solución orgánica al problema de
metodología y la construcción especulativa la unidad entre el hombre y el género, en el
hegeliana se expresa en crítica de la teoría terreno de una relación determinada en una
del Derecho Público: “[…] el hecho consiste sociedad históricamente dada: encontrará su
en que el Estado surge de la multitud tal como teoría de la formación social capitalista y de
ésta existe como miembros de la familia y de la revolución proletaria; pero todavía no he-
la sociedad civil; la especulación enuncia el mos recorrido todo el camino.
hecho como hecho de la idea, no como la idea
de la multitud, sino como hecho de una idea
subjetiva, diferente del mismo hecho […]. 4.
Lo real llega a ser fenoménico, pero la idea
no tiene otro contenido que este fenómeno. Con Luis Feuerbach alcanzó su culmina-
Tampoco la idea tiene otra finalidad que la fi- ción el movimiento filosófico poshegeliano
nalidad lógica: ‘ser para sí espíritu real infini- en Alemania. La esencia del cristianismo
to’” (Marx, 1966a: 27). (1841) y las Tesis provisionales para la re-
En Hegel se ha reducido a pura lógica la po- forma de la filosofía (1842) significaron una
sibilidad de investigación social. respuesta filosófica a la crisis en que la tira-
Contrariamente, Marx exige el estudio nía de Federico Guillermo IV puso a la espe-
de las realidades particulares como fuente ranza neohegeliana de acción bienhechora
de las abstracciones universales; y debate del Estado. Feuerbach proclamó la necesi-
el problema de la contradicción entre el in- dad de una nueva filosofía para los nuevos
terés individual y el interés estatal, y el de tiempos y denunció a la filosofía de Hegel
la soberanía popular, refiriéndolos al Estado como “el punto culminante de la filosofía
salió perdiendo porque su joven amigo alemán una historia de la Convención–, y a los filóso-
le explicó los secretos de la dialéctica en largas fos que la preludiaron; a los historiadores de
noches de insomnio, con resultados que todo el la Restauración, que exponen la historia fran-
mundo conoce. cesa como una historia de luchas de clases o
La revista Anales francoalemanes, que Marx estados; comienza a estudiar a los economistas
y Arnold Ruge intentaron editar en París como clásicos y, naturalmente, profundiza su conoci-
vehículo de agitación para la futura revolución miento del pensamiento socialista. La cuestión
alemana, no logró sostenerse, y solo salió un nú- judía (Marx, 1959b), la Introducción a la crí-
mero doble en que Marx publicó dos artículos. tica de La filosofía del derecho de Hegel (Marx,
Tampoco se sostuvo la amistad de los editores. 1946 [1843-4]), los Manuscritos económicos y
Arnold Ruge, radical que había pasado preso va- filosóficos de 1844 (Marx, 1965b, 2004) y La sa-
rios años de su juventud y tenía fama como publi- grada familia (Marx, 1959c, 1965a) dan cuenta
cista oposicionista, admiró al joven Marx desde de la violenta transformación de su pensamien-
los tiempos de La gaceta renana, y lo entusiasmó to revolucionario, que culminará en La ideo-
con el proyecto de la revista que emprendería en logía alemana (Marx y Engels, 1958, 1966).
París la unión galogermánica preconizada por Por la importancia que tienen estos textos de
Feuerbach. Pero el comunismo no era un ideal transición quisiéramos mostrar algunos de
aceptable para Ruge, y aunque rompieron por sus aspectos más salientes. La cuestión judía
causas poco importantes, en el fondo le repug- (Marx, 1959b: 16-44),15 responde a dos escritos
naba la atracción que tenía Marx por esa “media de Bruno Bauer sobre el problema de la eman-
docena de aprendices”, los artesanos comunistas cipación humana de la religión. Lo esencial de
alemanes. Entre el ideal del radicalismo burgués este artículo es que Marx emprende efectiva-
y el ideal de Marx se abría ya un abismo. mente el camino propuesto en la Crítica de la
filosofía del derecho de Hegel, es decir, el del
estudio de la realidad de la sociedad civil. Y el
6.
En París, Marx estudia hasta el agotamiento 15 Marx la publicó en Anales francoalemanes, en fe-
textos sobre la Revolución francesa –proyectó brero de 1844.
resultado es su primera crítica del orden po- De este poner en su lugar a la crítica de la
lítico de la sociedad burguesa y su ideología religión surge una crítica del Estado burgués.
liberal. “La elevación política [burguesa. FMH] del
Ante todo es iluminada la endeblez de la crí- hombre por encima de la religión comparte to-
tica de la religión: el Estado político (el Estado dos los inconvenientes y todas las ventajas de
burgués) no implica el fin de la religión, por- la elevación política en general” (Marx, 1959b:
que la emancipación política (revolución bur- 22) la propiedad privada es abolida de un modo
guesa) no es a la vez una emancipación de la político cuando se suprime el censo de fortu-
religión. El estado puede ser laico pero los na electoral y se declara al pueblo capaz de
individuos que viven en él son, en su mayoría, elegir y ser elegido; asimismo son abolidas las
religiosos; la religión pasa de la esfera del de- diferencias de nacimiento, de estado social, de
recho público a la del derecho privado, de la cultura y de ocupación, que son declaradas “di-
esfera de la política al ámbito de la familia, el ferencias no políticas”, y todos los ciudadanos
individuo o la congregación. Pero en el Estado participan por igual de la soberanía popular.
y en la sociedad burguesa la ideología religiosa “No obstante, el Estado deja que la propiedad
sigue siendo un componente de la dominación. privada, la cultura y la ocupación actúen a su
Por tanto, las utopías racionalistas acerca de la modo, es decir, como propiedad privada, como
liberación del hombre mediante su liberación cultura y como ocupación, y hagan valer su
de la religión (el ateísmo “científico”) esconden naturaleza particular. Muy lejos de acabar con
la necesidad de una emancipación humana que estas diferencias de hecho, el Estado solo exis-
destruya las cadenas temporales que atan a los te sobre estas premisas, solo se siente como
hombres, para que, como consecuencia de ello, Estado político y solo hace valer su universa-
sean destruidas las cadenas religiosas.16 lidad en contraposición a estos elementos su-
yos” (Marx, 1959b: 23).
Aquí se sintetiza la grandeza y el límite de
16 “[…] el error de Bauer reside en que somete a crí- esta primera arremetida de Marx a la políti-
tica solamente al “Estado cristiano” y no al “Estado en
general” en que no investiga la relación entre la eman-
ca democrática burguesa y a su ideología de
cipación política y la emancipación humana [...]” la libertad. El Estado burgués es comprendi-
(Marx, 1959b: 19-20). do como expresión de la sociedad civil, y los
Derechos del Hombre y del Ciudadano, fuente hay una contraposición entre el ser del Estado
de su ordenamiento constitucional y legal, son (consagración del interés privado, de la socie-
sometidos a una vigorosa crítica. “El Estado es dad civil burguesa) y el deber ser del Estado
el mediador entre el hombre y la libertad del (consagración del interés general, comunidad
hombre”; es la prefiguración burguesa de la li- política de los ciudadanos). Marx no está to-
bertad, pero no la libertad misma. Marx inicia davía en condiciones de fundar su teoría del
una lucha nunca abandonada contra la ideolo- Estado, porque aún no lo comprende como ins-
gía burguesa más avanzada de su tiempo, en un titución política fundamental de la dominación
momento en que su brillo enceguecía a todos.17 de la clase burguesa en la formación social ca-
Pero esta argumentación está presa todavía pitalista, y de su presupuesto especulativo solo
en la trampa especulativa de las contradiccio- puede salir una escatología, la emancipación
nes dialécticas: “El Estado político perfeccio- humana como estado a alcanzar por el hom-
nado es, por su esencia, la vida genérica del bre.19 No debemos confundir su crítica del di-
hombre por oposición a su vida material”;18 nero y del egoísmo en La cuestión judía y en
los Manuscritos de 1844 con la comprensión
del sistema capitalista que hará a Marx produ-
17 Es comprensible que Babeuf y Sylvain Maréchal cir una teoría del dinero; en la primera el dine-
remitieran el derecho de los trabajadores al derecho ro es la autoenajenación profana, el Dios terre-
natural, y que Proudhon, el obrero economista, califica- nal a través del cual los hombres reproducen
ra a la propiedad burguesa con los epítetos de la moral
burguesa; pero no lo es tanto que un siglo después de
la pérdida de su esencia, su ser genérico, y son
Marx tanta literatura socialista opere con los conceptos
de libertad, igualdad, fraternidad, democracia, paz (la
paz sin apellido es la paz burguesa desde los tiempos vida en la comunidad política en la que se considera
de Hugo Grocio). Todavía subsiste esa fraseología en la como ser colectivo, y la vida en la sociedad civil, en la
literatura política de países socialistas, que reivindican que actúa como particular” (Marx, 1959b: 23).
a veces a instituciones e ideologías que pertenecen al 19 “La emancipación política de la religión no es la
régimen burgués temprano. emancipación de la religión llevada a fondo y exenta de
18 En ese Estado “[…] lleva el hombre, no solo en el contradicciones, porque la emancipación política no es
pensamiento, en la conciencia, sino en la realidad, en el modo llevado a fondo y exento de contradicciones de
la vida, una doble vida, una celestial y otra terrenal, la la emancipación humana” (Marx, 1959b: 22).
especulación filosófica contra una vocación a la sociedad civil debe ser a la vez el funda-
teórica cuyas preguntas no caben en ella; todo mento de la comprensión del conjunto de la
esto en una misma persona. vida social burguesa, un concepto que no es
En gran medida los Manuscritos… están económico en el sentido en que acostumbra-
dedicados a la crítica de la Economía Política; mos a pensar los conceptos como instrumen-
pero la apreciación de L. Althusser acerca de tos de una ciencia. Este concepto es el de tra-
la debilidad de sus títulos teóricos28 es acer- bajo enajenado.
tada: no se trata en ello de demostrar que las Que la crítica de la Economía Política no
teorías y la conceptualización de Ricardo, Say, debe ser solo crítica económica lo seguirá pen-
Skarbek y otros economistas que se citan lar- sando Marx toda la vida; que el trabajo enajena-
gamente, son erróneas, sino de mostrar la falta do sea el fundamento de esa crítica es una idea
de fundamento de la Economía y proponer un que abandonará muy pronto. Es difícilmente
concepto que llenará ese vacío, el de trabajo comprensible que ciertos autores puedan con-
enajenado. siderar a la idea de enajenación como un con-
Según Marx los economistas, incluidos los cepto de la teoría desarrollada por Marx acerca
más honestos, no hacen otra cosa que descri- de la sociedad capitalista, cuando se estudia el
bir las condiciones existentes; la Economía arduo proceso a través del cual él tuvo que des-
Política no es crítica y no puede por tanto pro- embarazarse de la metafísica filosófica antes de
fundizar en el problema central de la relación producir aquella teoría.29 En los Manuscritos
pauperización-riqueza en la sociedad. Pero una
crítica de la Economía no debe ser meramente
29 La teoría del modo de producción capitalista es a
una crítica económica: el fundamento crítico la vez la exposición fundamental del sistema de explo-
(filosófico) que ella necesita para comprender tación en la formación social burguesa; la descripción
de la condición desvalida del hombre (o de ciertos
hombres) no tiene ninguna articulación científica con
28 “[...] el sentido mismo de esa lógica y de ese rigor ella. En realidad, el uso contemporáneo de la noción
[de Marx en los Manuscritos... XBl]: un sentido todavía de enajenación está ligado a una compleja situación de
filosófico, entiéndase bien: filosófico, tomando esta pala- la que solo parcialmente damos cuenta hacia el final de
bra en la acepción a la que Marx impondrá más tarde una este capítulo (ver nota 56). La teoría y la práctica revo-
condenación sin apelación” (Althusser: 1966: 143-150). lucionarias actuales se enfrentan al escaso desarrollo
aparecen numerosos términos que Marx usará sino en cuanto es propietario del capital”, y re-
después en su teoría económica del capitalis- cordamos pasajes de El Capital (op. cit.) al re-
mo, pero en ellos el concepto no está logrado petir estas citas. Sin embargo, Marx no produ-
todavía, o es simplemente reproducido de la cirá una teoría acerca del capital como relación
terminología económica existente,30 y en todo social fundamental en la sociedad capitalista,
caso las ideas nuevas no están articuladas en ni comprenderá a la burguesía y al proletariado
una teoría como la que él elaborará posterior- como clases en esta relación, hasta que alcan-
mente, aunque ciertas expresiones sean las ce logros teóricos tales como los expresados
mismas. El capital, por ejemplo, es “trabajo en los conceptos de plusvalía o reproducción
acumulado”, y aquí sigue a los clásicos; pero capitalista.
más adelante dice: “¿sobre qué descansa el ca- Pero la argumentación de Marx en 1844 no
pital, es decir, la propiedad privada sobre los tiene ya el acento moral de la desolada cons-
productos del trabajo ajeno? [...] el capital es, tatación de Rousseau ante el abismo de des-
por tanto, el poder de gobernar el trabajo y sus igualdad abierto entre la acumulación de rique-
productos [...] el capitalista posee este poder zas sociales y la miseria e infelicidad que ha
no por sus cualidades personales o humanas traído al hombre el progreso de las artes y las
ciencias: “Mientras que la división del trabajo
hace crecer la fuerza productiva del trabajo y
del marxismo en aspectos tan importantes como la es- aumenta la riqueza y el refinamiento sociales,
tructura de dominación ideológica de la burguesía en
los países capitalistas y las formas de organización de
empobrece al obrero y lo reduce a la condición
la vida social y sus cambios en los países que empren- de máquina” (Marx, 1965b: 29). Lo mejor de la
den la transición del capitalismo al comunismo; en este moral de protesta que produce al socialismo en
sentido sería pedantesco limitarse a señalar la insufi- el seno del sistema burgués, se une a los ins-
ciencia del término “enajenación”: ella señala la necesi- trumentos de la joven ciencia económica para
dad de desarrollar los estudios marxistas de realidades
acuciantes.
tratar de explicar los fundamentos del sistema:
“[...] el obrero solo obtiene [...] lo necesario
30 “Domingo del Monte, en un ensayo publicado en
1838, se refiere a las fuerzas productivas [...]”, término “[...]
para existir, no como hombre, sino como obre-
utilizado por vez primera, según Charles Gide, por el eco- ro, para perpetuar, no la especie humana, sino
nomista francés Dupín, en 1827” (Cepero Bonilla, 1963). la clase esclava que son los obreros” (ibíd., p.
28); “La miseria se deriva, por tanto, de la esen- Política parte del hecho de la propiedad pri-
cia misma de lo que actualmente es el trabajo” vada. Pero no nos lo explica. Ella expresa en
(ibíd., p. 30).31 La filosofía del hombre se va en- fórmulas generales y abstractas el proceso
contrando, en su despliegue, con su némesis; y material a través del cual pasa actualmente la
Marx no podrá seguir avanzando sin despren- propiedad privada, y considera a aquellas fór-
derse de ella. Para conocer el fundamento de mulas como leyes. Ella no comprende estas le-
la miseria de la sociedad existente tiene que yes, es decir, no demuestra cómo se derivan de
comprender la miseria del “hombre” como la la esencia misma de la propiedad privada [...]”
reproducción de las clases obrera y burguesa (ibíd., p. 69). “La Economía Política oculta el
en el sistema de producción capitalista, la con- hecho de la enajenación inherente a la natura-
dición “enajenada” a partir de las relaciones so- leza del trabajo no considerando la relación di-
ciales existentes en los regímenes basados en recta entre el obrero (trabajo) y la producción”
la explotación y dominación de clases. (ibíd., p. 73).32 Todo el trabajo ulterior de Marx
En esta obra se inicia la crítica de la en ciencia económica será siempre, a la vez, un
Economía Política como forma ideológica de trabajo de crítica de la ideología burguesa en el
la conciencia burguesa: “Hemos partido de las campo de la Economía a través de la crítica de
premisas de la Economía Política. Hemos acep- las obras económicas.
tado su lenguaje y sus leyes [...]. La Economía Es forzoso detenernos en los lugares más
célebres de los Manuscritos…: los que tratan
de la “enajenación”. A partir del presupuesto
31 Podemos encontrar en los Manuscritos… (op. feuerbachiano del “ser genérico”, comprendi-
cit.) otros elementos valiosos para el desarrollo del
pensamiento de Marx: “El salario se determina por la
do por Marx a partir del trabajo,33 se pinta un
lucha antagónica entre capitalistas y obreros. Triunfa
necesariamente el capitalista [...], la renta del suelo se
establece mediante la lucha entre los arrendatarios y 32 Marx dedica el primer capítulo del tercer manus-
los propietarios de tierra”. Esto es, las relaciones fun- crito a fijar el lugar histórico de la Economía Política en
damentales entre las clases se establecen a través de relación con la propiedad privada y la industria moder-
las luchas de clases. Pero preferimos estudiar el pensa- na.
miento de Marx a pintar el cuadro de las prefiguracio- 33 “[...] la actividad libre, consciente, es el carácter de
nes de Marx en Smith. la especie humana” (ibíd., p. 77), “AI crear un mundo
cuadro tan vigoroso y profundo de la situación opuestos en su egoísmo los hombres se relacio-
desvalida de los trabajadores que puede colo- nan a través de las cosas: el dinero es la forma
carse sin duda entre los escritos más impresio- típica de la relación enajenada de los hombres
nantes de la literatura socialista. Al enfrentar a en la sociedad burguesa, el egoísmo y el senti-
cada hombre a los demás hombres, el trabajo do de la tenencia son los elementos fundamen-
enajena a cada hombre de los demás; esto no tales de la moral del hombre enajenado.35 Ya
sucede solamente por ser ajeno al hombre el la idea de reapropiación de la esencia humana
objeto de su producción, sino que se da en la resulta obligada a la necesidad de liquidación
producción misma.34 El obrero reproduce y de la propiedad privada, de la organización del
aprieta sus cadenas en el trabajo; el hombre trabajo capitalista, del dinero y de las relacio-
busca su esencia fuera del trabajo, porque en nes que enfrentan a los hombres mediante el
él su esencia es negada. Perdida su unidad en egoísmo, es decir, de la liquidación a fondo del
la atomización social, el hombre sobrevive capitalismo.
convirtiendo su actividad vital en simple me- Empero, este hombre no tiene nada que
dio de vida individual. Una potencia inhumana hacer ya entre los utopistas; no pertenece al
reina sobre todos: el capital individualizados y grupo de los coléricos profetas que anuncian
el castigo divino, ni al de los claros espíritus
que traen la luz definitiva de la razón a los po-
objetivo con su actividad práctica, al elaborar la natu- derosos desviados o a los pobres bondadosos:
raleza inorgánica, el hombre prueba ser un ser esencial
consciente [...]” (ibíd., p. 78).
“Para superar la idea de la propiedad privada
es plenamente suficiente la idea del comunis-
34 “[…] al arrancar del hombre el objeto de su pro-
ducción, el trabajo enajenado arranca de él su vida
mo. Pero, para superar la propiedad privada
esencial, la objetividad real de su especie [...]” (ibíd., p. real, hace falta la acción real del comunismo.
78). “La producción no produce al hombre simplemente
como mercancía [...] la produce [...] como un ser espi-
ritual y físicamente deshumanizado. La inmoralidad, la 35 “El carácter universal de su cualidad es la omnipo-
deformidad, el embrutecimiento de obreros y capitalis- tencia de su ser; se trata, por tanto, de un ser todopode-
tas” (ibíd., p. 89). Desde el punto de vista moral esto úl- roso [...] el dinero es el alcahuete entre la necesidad y
timo es cierto, desde otro punto de vista las diferencias el objeto, entre la vida y los medios de vida del hombre
son extraordinarias. [...]. Es para mí el otro hombre” (ibíd., p. 144).
crítica” era la idea original del título, lo que ya ha resentido por una precisión terrible: los po-
indica el aire de burla con que son tratadas en seedores se sienten bien en su condición ena-
el texto las ideas del decaído movimiento joven jenada.39 Pero la contradicción tiene que ser
hegeliano de Bruno Bauer “y sus consortes”. resuelta por el proletariado, que es su aspecto
Obra aburrida a ratos, contiene ya elemen- destructivo, ya que la propiedad privada engen-
tos de la concepción social marxista. Una gran dra al proletariado en su propio movimiento
parte fue dedicada a la crítica del folletín de económico, esto es, firma su propia sentencia
“crítica social” de Eugenio Sue (1905), Los de muerte en su acción vital. Y el resultado de
misterios de París y, a pesar del exceso de pá- la victoria proletaria será la desaparición de
ginas y de ciertos pasajes densísimos, es una ambos términos de la contradicción.
muestra interesante para la ubicación ideológi- En realidad, la terminología dialéctica cede
ca de esas llamadas “al corazón del pueblo” tan lugar inmediatamente a una exposición más
despreciadas por los “cultos” como sub litera- precisa y terrenal. “Y cuando los escritores so-
tura o sub arte, pero tan efectivas para adorme- cialistas asignan al proletariado este papel his-
cer y frenar espiritualmente el desarrollo de los tórico universal, no es [...] porque consideren a
individuos. los proletarios como dioses”. Aparece una idea
Quisiéramos analizar brevemente algunos doble de suma importancia: en los proletarios
aspectos importantes de La sagrada familia se acumula descarnadamente la miseria y la
(op. cit.): la fundamentación de la tesis de la opresión de las condiciones actuales, son los
misión histórica del proletariado, las conside- desposeídos por excelencia; pero eso mismo
raciones acerca de la vida social y el sentido de genera inevitablemente su revolución, afinca-
la historia, y la crítica de la filosofía especulati- da en dos pilares: la conciencia teórica de su
va, que ya en el prólogo se fija como centro de
la argumentación del libro.
Frente a la crítica de los conceptos a que se 39 “La clase poseedora y la clase del proletariado re-
dedica Bauer, Marx expone la contraposición presentan la misma autoenajenación humana. Pero la
primera clase se siente bien y se afirma y confirma en
entre proletariado y burguesía como una antí- esta autoenajenación, sabe que la enajenación es su
tesis entre las “modalidades del mundo de la propio poder y posee en él la apariencia de una exis-
propiedad privada”. La idea de enajenación se tencia humana [...]” (ibíd., p. 65).
situación y la necesidad práctica que no admi- rigor teórico, es porque en esta forma inaca-
te paliativos: “[…] por todas esas razones pue- bada muestra mejor una fuente de contradic-
de y debe el proletariado liberarse a sí mismo. ción sostenida a lo largo de toda la historia del
Pero no puede liberarse a sí mismo sin abolir pensamiento y la práctica del marxismo como
sus propias condiciones de vida. Y no puede ideología política: el proletariado, liberador de
abolir sus propias condiciones de vida sin abo- la humanidad, cumplirá su misión no por lo que
lir todas las inhumanas condiciones de vida de crean los proletarios que deben hacer, sino por
la sociedad actual, que se resumen y compen- lo que el proletariado como clase está obligado
dian en su situación” (ibíd., p. 67). Por tanto, la a hacer, de acuerdo a su ser, a lo que le es posi-
revolución proletaria es la única posible y a la ble e imprescindible pretender.
vez necesaria vía para abolir las condiciones de Pero se trata a la vez de lo que está obliga-
vida de la sociedad actual. do a hacer el proletariado con arreglo a su ser:
Falta una precisión más: “No se trata de lo la revolución. Solamente un acto de voluntad
que éste o aquél proletario, o incluso el prole- lo llevará a realizar ese ser suyo. Esta formu-
tariado en su conjunto, pueda representarse de lación primitiva de la cuestión abre ya lugar
vez en cuando como meta. Se trata de lo que el para uno de los puntos centrales de debate de
proletariado es y de lo que está obligado histó- la teoría y la práctica políticas marxistas: el
ricamente a hacer, con arreglo a ese ser suyo” problema de la revolución a partir de la expli-
(ibíd., p. 67). La afirmación envuelve un postu- cación de las condiciones sociales necesarias
lado teórico notable: hay una esfera colectiva para que se produzca, y el papel de la acción
para el grupo social del proletariado como tal, revolucionaria en una explicación de ese tipo.
la representación de clase, que debe ser com- Los calificativos resultantes llenan la historia
prendida en sus relaciones con la esencia del del socialismo: fatalista, voluntarista, determi-
proletariado, su destino histórico. Un término nista, subjetivista, objetivista, blanquista, etc.;
de esta relación está indicando un sector del en innumerables polémicas se ha invocado
estudio de la realidad social, el otro es todavía la palabra de Marx para decidir la cuestión o
una presunción basada en la filosofía. Si hemos constatar hacia qué lado se inclinó. Trataremos
tomado el problema aquí, y no en La ideolo- esta cuestión en otro lugar, pero quisiéramos
gía alemana, en que es tratado con mucho más señalar que en el momento de su surgimiento,
además de la desigualdad teórica entre las interés burgués precisamente como resultado
ideas de representación de clase y destino de final del auge y la caída del ideal jacobino o el
clase, el argumento de Marx está al servicio de guerrerismo napoleónico, ilusiones de la épo-
una fundamentación comunista basada, en últi- ca a través de las cuales se ha establecido la
ma instancia, en el humanismo real; si se quiere dominación de la sociedad francesa por el ca-
establecer un juicio acerca de la posición (¿las pitalismo; ya solo se cita al idealismo histórico
posiciones?) de Marx ante este problema es para condenar su fundamento especulativo41 o
necesario atender a las formulaciones poste- para establecer, por oposición a él, que el estu-
riores, basadas en su teoría social. dio del “comportamiento teórico y práctico del
La interpretación de la revolución burguesa hombre ante la naturaleza, la ciencia natural y
en Francia nos permite apreciar la seguridad la industria” (ibíd., p. 242) es premisa del co-
con que Marx refiere ahora el fundamento del nocimiento del movimiento histórico. Engels
Estado a la vida burguesa, en una negación de reivindica la primacía de la actividad humana
la teoría hegeliana que ciertamente no añade sobre toda teleología histórica: “La Historia no
conocimiento a lo alcanzado en La cuestión hace nada, ‘no posee ninguna inmensa rique-
judía, en cuanto a su futura teoría del Estado, za’, ‘no libra ninguna clase de luchas’. El que
ya que reduce la instancia política de la domi- hace todo esto, el que posee y lucha, es más
nación de clase burguesa a simple apariencia bien el hombre, el hombre real, viviente [...]
de una realidad que le es ajena, los intereses la Historia no es sino la actividad del hombre
económicos.40 Pero ya están desterrados los que persigue sus objetivos” (ibíd., p. 153-154).
fantasmas de la concepción idealista de la his- Aunque al reconocer ambos todavía al hombre
toria en las página que exponen el triunfo del “real” y natural de Feuerbach son inconsecuen-
tes con su propio esbozo de exposición de las
condiciones de vida social de la clase burguesa
40 “Solamente la superstición política puede ima- y, sobre todo, de la clase proletaria.
ginarse todavía en nuestros días que la vida burguesa
debe ser mantenida en cohesión por el Estado, cuando
en la realidad ocurre al revés, que es el Estado quien 41 “El hombre existe para que exista la Historia, y la
se halla mantenido en cohesión por la vida burguesa” Historia para que exista la demostración de la verdad”
(ibíd., p. 197-198). (ibíd., p. 132).
oscuridad a la luz, será válida la afirmación: Pero no sería conveniente olvidar que la teoría
La ideología alemana es la obra fundamental social naciente no es hija del acaso, que las es-
del origen del marxismo porque señala el lugar tructuras individuales de pensamiento se forjan,
al que es posible referir el cuerpo teórico del aún en un genio, tanto de sus descubrimientos
marxismo de Marx en un estudio genético del como de la cultura que adquirió, por muy remo-
mismo y, a la vez, la forma más primitiva, por delada que haya sido. Por consiguiente, la pers-
fuerza desarrollada y modificada después, de pectiva teórica dominará siempre en los estu-
esa teoría. La principal lucha teórica de Marx dios sociales de Marx, los principios del análisis
ha sido librada contra el enorme peso de la cul- fiarán mucho a una coherencia filosófica implí-
tura alemana (líbreme Dios de considerarla un cita, y los textos mismos, aún los de exposición
peso muerto), ya que su componente especula- doctrinaria de la revolución, tendrán el aire –o
tivo lo sujetaba a un límite máximo: la antropo- las palabras, no siempre realmente adecuadas a
logía revolucionaria del humanismo real. Por su teoría– de fundamentación teórica, de quien
ello la obra vibra de frases de hombre libre que exclamó a los 48 años, al confesar que aborrecía
ve ahora claramente, desde la salida, la oscuri- la lectura de Comte, el positivista especulativo:
dad del laberinto por el cual caminó. “¡Y esta carroña positivista apareció en 1832!”
Se ha sospechado más de una vez de esa luz “No solo sus respuestas, sino también los
excesiva de ciencia que parece disipar como problemas mismos, llevan consigo un engaño”
brumas la penosa realidad de las ideologías.44 (ibíd., p. 16-17). La ideología filosófica alemana
tiene puntos de partida teóricos que no pueden
llevarla a ninguna parte; su crítica de la religión
44 El prólogo de La ideología alemana comienza: ‘Has-
ta ahora, los hombres se han formado siempre ideas falsas
v del estado de cosas existente se hace estéril
acerca de sí mismo, acerca de lo que son o debieran ser porque ni siquiera sale del ámbito filosófico he-
(p. 11). Citamos por la edición cubana. (La Habana: ER, geliano: los neohegelianos se hallan tan sujetos
1966); la cual contiene en su apéndice las famosas Tesis al imperio de los conceptos como los viejos, tan-
sobre Feuerbach, de Marx, en su versión original. Las Te- to que a ningún filósofo “crítico” se le ha ocurri-
sis… fueron escritas por marzo de 1845, y son notas de
un cuaderno, no destinadas a la publicación. La ideología
do preguntarse por el entronque de la filosofía
alemana fue compuesta por Marx y Engels entre septiem- alemana con la realidad alemana, por relacionar
bre de 1845 y mayo de 1846. Solo en 1932 fue editada. su crítica con el mundo material que la rodea.
Esta posición teórica necesita ser comple- tienen nada de arbitrario, no son ninguna clase
tada con una crítica de Feuerbach y de “todo de dogmas, sino premisas reales [...]. Son los
el materialismo anterior”, lo cual implica un individuos reales, su acción y sus condiciones
ajuste de cuentas con su “conciencia filosófica materiales de vida, tanto aquellas con que se
anterior”, al menos en la medida en que estas fi- han encontrado como las engendradas por su
losofías habían sido asimiladas por el humanis- propia acción (ibíd., p. 18-19).
mo real hasta La sagrada familia. Esta labor 2. La comprensión de la producción de la
se realiza en las Tesis sobre Feuerbach y en La conciencia, y dentro de ella de la filosofía,
ideología alemana, y es una con la exposición como formas de conciencia social en una so-
de sus nuevos descubrimientos; destacaremos ciedad determinada. La base de esta idea está
sucintamente sus principales aspectos. expresada en la cita que acabamos de leer; el
1. La renuncia a toda antropología filosó- concepto de modo de producción expresa esta
fica. En las Tesis… se hace mediante la diso- nueva problemática radicalmente diferente a la
lución de la esencia humana, abstracta e in- de la filosofía del hombre, y en su imprecisión
manente a cada individuo, en un conjunto de admite la idea de modo de vida históricamente
relaciones sociales: a) históricamente deter- determinable,46 y se articula con otros concep-
minable; y b) que hay que comprender en su tos claves, como división del trabajo y prácti-
práctica social (ibíd., p. 635).45 En La ideología ca revolucionaria.
alemana no hay siquiera lugar para la pérdida “La conciencia no puede ser nunca otra cosa
y el reencuentro de una esencia; sencillamente, que el ser consciente, y el ser de los hombres es
la idea de esencia ha sido excluida: “Tal y como su proceso de vida real” (ibíd., p. 25). Si la con-
los individuos manifiestan su vida, así son”. En ciencia ha podido creerse arbitro e intérprete
su lugar se abre un camino nuevo para la activi-
dad teórica: “Las premisas de que partimos no
46 “Este modo de producción no debe considerarse
solamente en cuanto es la reproducción de la existen-
45 También: “Feuerbach dice ‘el hombre’ en vez de cia física de los individuos. Es ya, más bien, un determi-
‘los hombres históricos reales” (p. 44). Cf. Althusser nado modo de la actividad de estos individuos, un de-
(op. cit., pp. 219-223), sobre la crítica del humanismo terminado modo de manifestar su vida, un determinado
por Marx. modo de vida de los mismos” (p. 19).
del mundo, en una relación externa entre dos 3. Surgimiento de una teoría de las ideo-
elementos, es porque en un momento histórico logías. En su concepción de la sociedad ca-
determinado se separaron el trabajo físico y el pitalista y de la historia Marx postula las
trabajo intelectual; es en este grado de la divi- ideologías como un “reconocimiento y a la
sión del trabajo, coincidente con la distribución vez, desconocimiento, de lo existente”; pro-
desigual, es decir, la propiedad, y con la opo- ducción de ideas, representaciones, etc., por
sición del interés privado y el interés común, hombres determinados, condicionados por un
situaciones todas que se dan como relaciones determinado modo de producción. “Las ideas
de mutua dependencia entre los individuos y de la clase dominante son las ideas dominan-
no como ideas, es a partir de esta situación que tes en cada época”, comienza un pasaje famo-
“puede ya la conciencia imaginarse realmente so (ibíd., pp. 48-50) que contiene un trazado
que es algo más y algo distinto que la conciencia muy interesante, aunque por su simplificación
de la práctica existente [...]” (ibíd., p. 31). La filo- un tanto esquemática es solo válido como in-
sofía es, por tanto, una ideología, una forma de dicador para el estudio de la estructura y las
conciencia social históricamente comprensible funciones de las ideologías en la sociedad ca-
si partimos de su condicionamiento social.47 pitalista. Por otra parte, en esta obra el con-
cepto de ideología es usado también en con-
traposición a la concepción marxista, lo que
47 Prefiero el uso del término ‘condicionamiento’, tan expone al lector a confundir la explicación del
impreciso como el de ‘condiciones’, para señalar la apa- carácter de realidad ideal específica de una
rente perogrullada de que toda filosofía es una filosofía sociedad determinada, que tienen las ideolo-
“de su tiempo”. En realidad, se trata tanto de investigar
cómo sucede ese condicionamiento en cada caso con-
gías con el de una apariencia o mistificación
creto; como de estudiar la continuidad y las rupturas que debe ser develada; sin embargo, nada más
características de la historia concreta de la filosofía y lejano que esto último del centro de la concep-
toda forma de conciencia social; realidades no reduc- ción que se expone aquí.
tibles a apariencias de una esencia que le es ajena, ni Se ensaya un objeto para la filosofía en
cognoscibles por simple sociologización de sus mani-
festaciones. “Partimos” no significa ciertamente “llega-
esta nueva posición teórica. El lugar que ocu-
mos”, y en caso del estudio marxista de las ideologías paba como especulación acerca de la vida
esto es demasiado cierto. real debe ser ocupado por el saber real, por
la ciencia. “En lugar de ella, puede aparecer, más lejos del esquema “europeo” impuesto
a lo sumo, un compendio de los resultados como dogma, y por dedicar a ellos y a sus con-
más generales [...]. Estas abstracciones de secuencias políticas los esfuerzos de marxis-
por sí, separadas de la historia real, carecen tas locales que se amoldaban a esa forma de
de todo valor. Solo pueden servir para facili- colonización mental “de izquierda”.
tar la ordenación del material histórico, para 4. Crítica de la concepción del mundo del
indicar la sucesión en serie de sus diferentes “materialismo anterior”. No me parece posi-
estratos” (ibíd., p. 26-27). Las dificultades ble separar la opinión que tiene Marx sobre
teóricas que ofrezca la exposición real no tie- la insuficiencia gnoseológica fundamental del
nen solución alguna a priori, “pues se derivan “materialismo anterior”, de la posición misma
siempre del estudio del proceso de vida real que se anuncia en las Tesis… y La ideología
y de la acción de los individuos en cada épo- alemana como una nueva concepción del
ca” (ibíd., p. 27). No debe deducirse de estas mundo. En las Tesis… se reitera la esterilidad
prevenciones un abandono de todo intento de de la filosofía que capta lo que se objetiva en el
encontrar regularidades que permitan com- mundo real, lo sensible y la sensibilidad, “bajo
prender situaciones actuales o históricas: a la forma del objeto o de la contemplación, no
ello se dedica incluso buena parte del capítu- como actividad humana sensorial, como
lo I, que es el más rico y al cual contraemos práctica; no de un modo subjetivo”. Esta crí-
estos comentarios. tica está indisolublemente ligada a la propo-
El problema del estatuto teórico de las “abs- sición acerca del mundo como un producto
tracciones” a que se refería Marx, como ins- histórico, resultado de la actividad productiva
trumentos de comprensión de la historia, ha y “el estado social”48 desde el cual se intente
sido uno de los más ruidosos en la historia del
marxismo, y se llegaron a instituir esquemas
rigurosos de modos sucesivos y obligados de 48 “No ve que el mundo sensible que le rodea no es
producción en las cuales debía caber la histo- algo directamente dado desde toda una eternidad y
constantemente igual a sí mismo, sino el producto de
ria real de todos los países; este intento fue es- la industria y del estado social, en sentido en que es un
pecialmente doloroso en los países coloniza- producto histórico, el resultado de la actividad de toda
dos por el capitalismo, por estar generalmente una serie de generaciones [...]” (ibíd., p. 45).
comprenderlo: “El mundo sensible como la naturaleza con que el hombre se relaciona, me-
actividad sensible y viva total de los indivi- diante el trabajo, y transformación de las relacio-
duos que lo forman” (ibíd., p. 47).49 nes entre los hombres mediante la revolución”.50
La vulgarización extrema del marxismo con- La contrapartida obligada de la pervivencia de
sistente en reducirlo a restaurador de una con- la concepción del mundo como contempla-
vicción acerca de la existencia del mundo (ob- ción es la interpretación simplista de la tesis XI
jeto fijo que siempre existió), que el “idealismo” como contraposición entre los “teóricos” y los
había escamoteado, es inútil y tergiversa a Marx. “prácticos”, o entre los teóricos “puros”51 y los
Es inútil porque en las condiciones del capita- teóricos al servicio de la revolución. Marx, en
lismo las masas están sumidas en una incultura las propias Tesis (VI, VIII), advierte que es tan
felizmente ajena a toda duda acerca de si las co- necesario comprender las relaciones existentes
sas existen y en la polémica ideológica no ganan en su propia contradicción como revolucionar-
mucho actualmente los revolucionarios con la las prácticamente.52
constatación, debida a científicos de creencias
muy variadas, de las circunstancias del origen
del hombre, la tierra o los planetas. Tergiversa 50 Cf. Gramsci (1966, 141-149), (“La llamada ‘realidad
a Marx porque para él el “materialismo moder- del mundo externo’”) crítica muy aguda de aquella vul-
garización.
no” (Tesis X) está transido de la idea de prácti-
ca, y solo puede ser entendido como práctica 51 Michael Löwy (1970) critica la procedencia del
término: “[...] la interpretación que se dice ‘pura’ tiene
revolucionaria, esto es, transformación de la consecuencias prácticas: ella contribuye, directa o indi-
rectamente, consciente o inconscientemente, a la con-
servación del ‘statu quo’, al justificarlo, al atribuirle un
49 “[...] la famosísima ‘unidad del hombre con la na- carácter ‘natural’, simplemente, al rehusar cuestionarlo”.
turaleza’ ha consistido siempre en la industria, siendo 52 Esta unidad se encuentra claramente en los diri-
de uno u otro modo según el mayor o menor desarrollo gentes revolucionarios del siglo XX. Por ejemplo, en Le-
de la industria en cada época [...]. Es cierto que queda nin: “Yo no excluyo de ningún modo que la revolución
en pie, en ello, la prioridad de la naturaleza exterior [...] pueda ser iniciada también por un partido muy peque-
pero esta diferencia solo tiene sentido siempre y cuan- ño y llevada hasta la victoria. Pero es preciso conocer
do se considere al hombre como algo distinto de la na- los métodos para ganarse a las masas” (1° de julio de
turaleza” (ibíd., p. 46). 1921); o en Fidel Castro: “Las ideas pueden acelerar un
hace surgir la clase proletaria, la más oprimida, local sería terminar reabsorbido por las po-
marginada y numerosa de la sociedad; en ella tencias del intercambio. Tanto para hacer ma-
nace la conciencia comunista (que puede llegar siva la conciencia comunista como para llevar
a formarse también en otros al contemplar la adelante el comunismo, es imprescindible un
situación del proletariado, aclara el joven inte- movimiento práctico, la revolución. “Por consi-
lectual); en el Estado se plasma una comuni- guiente, la revolución no solo es necesaria por-
dad ilusoria, en realidad basada en los vínculos que la clase dominante no puede ser derrocada
existentes, especialmente la dominación de una de otro modo, sino también porque únicamente
clase; por ello el proletariado tiene que comen- por medio de una revolución logrará la clase
zar conquistando el poder político y haciendo que derriba salir del cieno en que se hunde
creer a todos que su interés es el interés gene- y volverse capaz de fundar la sociedad sobre
ral, aunque realmente se proponga abolir todo nuevas bases” (ibíd., p. 78).53
el modo de vida anterior, la dominación de las
clases, las clases mismas y la división del traba-
jo que perpetúa la dominación. Las premisas de 11.
esta revolución consisten, por una parte, en el
desarrollo capitalista de las fuerzas productivas Hemos seguido a Marx a través de esta primera
a escala mundial, que genera un intercambio etapa de su vida y de su obra a la que la mayoría
universal que instituye a los desposeídos como de la literatura actual quiere contraer su juven-
individuos histórico universales, y no locales; y, tud. Dado el tipo de trabajo que emprendemos,
por otra parte, en la formación de una masa re- las razones principales de esta reconstrucción
volucionaria que se levante contra la actividad del camino de Marx hacia el marxismo han
de conjunto sobre la cual descansa el sistema, sido encontrar las preconcepciones e hipótesis
contra la “producción de la vida” vigente. que le guiaron y la enorme labor teórica que
El comunismo no es un estado ideal al que tuvo que desplegar para romper el campo de la
deberá sujetarse la realidad, sino el resultado
de la acción proletaria en un plano histórico
mundial; solo como fenómeno mundial podrá 53 Para lo expuesto en este punto 5 confrontar todo el
llegar a existir: la suerte de un comunismo capítulo I (especialmente, pp. 34-44 y 77-78).
cultura anterior y crear un campo nuevo, qui- Desde los 25 años Marx se convierte en ideó-
zás el campo, para las teorías sociales y para la logo del proletariado y, aunque con algunas
política comunista; y fijar, además, la formula- reservas, apoya a las organizaciones revolucio-
ción originaria de su teoría. narias de franceses y emigrados alemanes; y
Como hemos visto, la nueva teoría no es- augura la gran insurrección proletaria donde los
peraba en el fondo de una gaveta –como sue- ojos del hombre común ven solamente un motín
le creerse que esperaba la radioactividad a de tejedores en Silesia. Es contemporáneo de
Becquerel–, pero es indudable que había un Cabet, Weitling, Proudhon, Blanqui, Bakunin, los
campo propicio para su aparición en el desarro- babuvistas, Dezamy, Hess, y ha alabado sucesi-
llo de la cultura material burguesa, en la caída vamente a casi todos ellos; sin embargo, pronto
de la teología y la metafísica especulativa, y en el comunismo marxista los criticará a todos. Si
el nacimiento de la investigación social en el te- la cultura burguesa ha sido a la vez su punto de
rreno de la Historia, de la política y, sobre todo, partida y la frontera que ha tenido que cruzar, el
de la Economía Política. Los tiempos del joven papel de la naciente cultura política proletaria
Marx son también los tiempos de Feuerbach, en su formación debe ser cuestionado también,
de Mommsen, de la obra de Stuart Mill, son porque después de asumirla para el año crucial
incluso los tiempos del joven Kierkegaard, del de París, la ha ido depurando de su teoría, que-
joven Darwin, del joven Spencer. La propia filo- dando al final casi solamente la confianza en el
sofía alemana era una respuesta que se daba a movimiento revolucionario del proletariado.
sí misma una época a la que la Gran Revolución A partir de esta pertenencia ideológica –y
y Napoleón habían hecho ostensible la histori- de su genialidad personal, naturalmente– se
cidad. Pero es, ante todo, el tiempo en que flo- despliegan sus intuiciones teóricas, como unos
rece la cuestión social, término que refleja en años antes la consecuencia entre sus ideales
su impropiedad la torpeza de movimientos de y su pensamiento le habían llevado desde el
la incipiente fuerza política del proletariado eu- grado de especulación más absurdo posible, la
ropeo, y la turbación del buen burgués que cree filosofía universitaria, hasta el periodismo ra-
firmemente en el progreso y ve de pronto ante dical y el exilio. “¿Por qué la sociedad es tan
sí un futuro que intuye más peligroso que los injusta?” se había preguntado con Rousseau,
jacobinos o el proteccionismo. Fourier, Proudhon. “¿Qué fundamento le falta
a la Economía Política para lograr explicar la Después de una corta resistencia de los ul-
sociedad actual?” se pregunta en 1844. Y aun- tramontanos el tema fue aceptado como uno
que la respuesta es filosófica –el trabajo ena- de los más importantes para el marxismo, y
jenado–, la función de la filosofía crítica le alrededor del mismo se desarrolló un debate
hace preguntarse: ¿cuáles son las raíces, por muy fructífero que ayudó a impulsar la “vuelta
qué existe, cómo puede ser destruida la ena- a Marx”, tan extendida en esta década. Quizá
jenación en su realidad terrenal? Al precio de el más influyente de los aportes a este debate
abandonar la antropología filosófica descubre ha sido el de Althusser, por sus apreciables
la ciencia social, pero las nuevas preguntas dan méritos teóricos y por el interés polémico que
la clave del marxismo: ¿Qué es el capitalismo, suscitó. No quisiera terminar sin hacer una pre-
cuál es su lugar histórico, cómo puede ser des- cisión crítica a esta opinión.
truido por la revolución proletaria?
¿Cómo ha podido este joven de educación
burguesa universitaria, pero preocupado por
los asuntos sociales, fundamentar teóricamen-
te una ideología de la revolución comunista?
enajenación propia del hombre [...]” (Cf. Althusser, op.
¿Por qué esta teoría ha logrado convertirse en cit., pp. 43-46). Esta tesis recibió un nuevo impulso des-
la promesa de una nueva cultura? Los diez últi- pués de la Segunda Guerra Mundial, con obras como
mos años han traído a los marxistas al origen del Marxismo y humanismo (1953), del católico Pierre
marxismo, y nunca se comprenderá nada acer- Bigo, que analiza la obra económica de Marx y plantea
ca de este movimiento si se advierte en él sola- problemas como el de la pervivencia de la alienación
en toda economía mercantil, desde el punto de vista
mente una preocupación histórico-filosófica.54 subjetivista. La interpretación eticista de Marx ha teni-
do el valor ideológico de contraponer el “humanista”
al rígido economista, el joven al maduro, los Manus-
54 Una interpretación de la obra de Marx como doctri- critos… a El Capital; ha tenido también una expresión
na ética fue lanzada por los socialdemócratas S. Land- política de crítica a la experiencia socialista soviética.
shut e I. P. Mayer en los años treinta, en la edición que Por su parte, cierta literatura de la guerra fría divulgó
hicieron de sus obras juveniles: “Con un ligero cambio, la imagen de un Marx filósofo, que amó a los hombres y
la primera frase del Manifiesto Comunista podría re- reclamó los derechos de la persona, y lo alineó frente al
dactarse así: toda la historia pasada es la historia de la “totalitarismo comunista”.
Althusser ha reivindicado con gran vigor el teórica podía remontar a Marx del horizon-
hecho de que solo un cambio de problemática55 te de la filosofía especulativa del humanismo
a la creación de una ciencia (el Materialismo
Histórico) y a la comprensión de la filosofía
Estas corrientes de pensamiento concedieron gran
importancia a los textos anteriores a La ideología ale-
como ideología (no intentamos ocuparnos aquí
mana; pero, ciertamente, los filósofos soviéticos y co- de los problemas emergentes de su idea de una
munistas relegaron a esas obras y prácticamente no se nueva filosofía, el Materialismo Dialéctico, que
ocuparon de ellas. En el marco del XX Congreso del es concebida por el marxismo en el acto mismo
PCUS y de los sucesos de Hungría de 1956 se abrió la de constitución de la ciencia de la Historia por
preocupación entre los filósofos marxistas acerca de
un hecho incontrastable: en el cuadro general de deten-
Marx, ni de los avatares de su nacimiento); úni-
ción del pensamiento marxista un sector de investiga- camente el cambio de elemento, la producción
ción, el de los problemas inherentes a la actuación indi- de preguntas radicalmente nuevas, pudo pro-
vidual, se hallaba especialmente olvidado; Sartre (1968) ducir el terreno de los nuevos conceptos, de
analizó esta laguna histórica, entre otros lugares, en un la nueva teoría. Si permaneciésemos aquí, es-
texto que fija el lugar de su posición existencialista res-
pecto al marxismo (En el prólogo de Aurelio Alonso a
taríamos en el reino ilusorio del conocimiento
la edición cubana puede leerse un balance crítico del “puro”: Marx habría encontrado la luz a través
alcance del examen sartreano del marxismo, así como de las tinieblas. Althusser (1966: 62-76) acla-
de la posición filosófica del propio Sartre). La reacción raba en 1960 que no basta el estudio del duro
marxista tuvo matices que van desde la aceptación trabajo teórico del joven Marx, ni el de la es-
abierta en el polaco Adam Schaff (1964 [1961]: “Y noso-
tros estuvimos ausentes en un sector importante de la
tructura de su personalidad sicológica; es ne-
lucha ideológica en un momento sumamente crítico”), cesario comprender que él ha logrado conocer
hasta los rechazos airados de aquellos que no querían la ideología en que estuvo sumido, mediante
ver amenazados ni uno solo de los artículos de fe del una “vuelta atrás”: 1) a las fuentes de la ideo-
dogmatismo. De esta manera retornaron los marxistas logía alemana del hegelianismo (la Revolución
europeos al tema del origen del marxismo: presionados
por una necesidad política y con la amarga sensación
francesa, la Economía Política clásica) y a la
de que el joven Marx era una posición a rescatar.
55 “[...] La problemática de un pensamiento no se limi- totalidad, sino la estructura concreta y determinada de
ta a la esfera de los objetos tratados por su autor, por- un pensamiento, y de todos los pensamientos posibles
que aquélla no es la abstracción del pensamiento como de ese pensamiento” (Althusser, 1966: 60).
realidad de luchas de clases que el democra- El primero tiene un valor muy relativo si no se
tismo burgués y la Economía, como ideologías precisa como Marx ha podido conocer estas
que son, aluden-ocultan; y 2) al encuentro con ideologías, y no meramente vivirlas, hacién-
el proletariado organizado, en Francia, que lo dolas su ideología; el segundo es cierto en la
pone en contacto con una realidad no prevista medida en que vivir es mucho más que estar en-
en la ideología filosófica alemana. terado, ya que en Colonia y en Kreuznach Marx
Dos años después esta declaración de cono- conocía de la existencia del proletariado orga-
cimiento es completada por una nueva preci- nizado. Pero de lo anterior se deduce la necesi-
sión: no hay que “caer en la tentación política dad de estudiar las hipótesis del trabajo teórico
de confundir las tomas de posición teóricas de de Marx frente a la Declaración de Derechos
Marx con sus tomas de posición política y de del Hombre o a La riqueza de las naciones
legitimar las primeras por las segundas” (ibíd., (Smith, 1955),56 escritos conocidos seguramen-
p. 150), afirmación que comparto totalmente. te por otros radicales de aquellos tiempos; y de
Pero, finalmente –en Sobre la dialéctica mate- estudiar el modo como Marx asume el movi-
rialista– se denuncia a la idea de “vuelta atrás” miento artesano-proletario existente en París,
como una noción ideológica en la cual el pro- sin militar en él y criticando muchas de las
pio Althusser habría incurrido. La ocasión es concepciones de sus ideólogos, pero con una
plausible: la crítica a la ideología de la relación extraordinaria fe en que estos “camaradas” y
inmediata de conocimiento entre “lo concreto” “hermanos” serían la arcilla de un mundo nue-
(lo real) y “lo abstracto” (la ciencia), noción vo. Pero el camino de Althusser es diferente: al
que elimina realmente al acto de conocimiento; despojarse de la ideología humanista, el descu-
pero el tema que desarrolla el autor, “la especi- bridor de la pertenencia ideológica expresada
ficidad de la dialéctica de Marx”, es depurado
de toda consideración que no sea el proceso
mismo de la práctica teórica, quedando Marx 56 Para lo cual nos ofrece el erudito Augusto Cornu
extrañamente “limpio” de toda pertenencia (1967: 568-574) una copiosísima información en su
Carlos Marx - Federico Engels. Lamentablemente, las
ideológica. reflexiones de Cornu sobre el material que tan laborio-
En realidad, solo era posible tomar como in- samente ha manejado dan cuenta de la importancia de
dicadores los dos puntos de la “vuelta atrás”. los puntos de partida en el trabajo teórico.
del capitalismo y de la revolución comunista Cornu, A. 1967 Carlos Marx - Federico Engels
que incluye el reconocimiento de las ideologías (La Habana: Inst. del Libro).
filosóficas, históricas, políticas, económicas, Della Volpe, G. 1963 Rousseau y Marx
jurídicas, como formas de conciencia social de (Buenos Aires: Platina).
la sociedad burguesa. Esto le permite plantear- Engels, F. 1959 “Contribución a la historia
se investigaciones científicas sobre realidades de la Liga de los comunistas” Marx, C.
sociales e incluso, en cierta medida, un conoci- y Engels, F. Obras escogidas (Moscú:
miento del movimiento proletario y revolucio- Editorial en Lenguas Extranjeras) T. II.
nario y de su propia ubicación ideológica indi- Feuerbach, L. 1976 [1841] Esencia del
vidual. A nosotros nos permite plantearnos un cristianismo (La Habana: Editorial de
análisis marxista de Marx y un conocimiento Ciencias Sociales / ICL).
más cierto del marxismo originario. Feuerbach, L. s/f [1842] Tesis provisionales
para la reforma de la filosofía
(mimeografiado).
Bibliografía Gramsci, A. 1966 El materialismo histórico y
la filosofía de Benedetto Croce (La Habana:
Althusser, L. 1966 Por Marx (La Habana: Ed. Edición Revolucionaria).
Revolucionarias). Löwy, M. 1970 La theorie de la revolution
Althusser, L. 1968 Leer El Capital (México: chez le jeune Marx (Paris: Maspero).
Siglo XXI). Marx, C. 1946 [1843-4] “Introducción para
Cabet, E. 1929 Viaje a Icaria (Barcelona: la crítica de la Filosofía del Derecho, de
Lux). Hegel” en Hegel, G. W. F. Filosofía del
Cepero Bonilla, R. 1963 Obras Históricas (La Derecho (Buenos Aires: Claridad).
Habana: Instituto de Historia). Marx, C. 1959a “El editorial N° 179 de la
Cerroni, U. 1975 Marx y el derecho moderno Gaceta de Colonia” en Marx, C. y Engels, F.
(México: Grijalbo). Sobre la religión (Buenos Aires: Cartago)
Colletti, L. 1977 [1958] El marxismo y Hegel [Reproducido de la reedición en La gaceta
(México: Grijalbo). renana].