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Nos encontramos ante el texto llamado Librecambismo y

Proteccionismo que fue publicado en Bilbao el 9 de diciembre de


1893.Fue escrito por Federico Echevarria y es un texto histórico
primario de naturaleza política con un destinatario público.

El tema central del texto es la defensa del proteccionismo en beneficio


de la industria vasca.

Para contextualizar este texto tenemos que remontar a la época de la


restauración Borbónica.Cuando se publicó el texto había un gran
avance industrial en España y los trabajadores de las siderurgias
vascas luchaban por una ley proteccionista.

Acerca de las ideas principales encontramos dos:

En el primer párrafo nos muestra las consecuencias del proyecto


hispano-alemán que pondrá en peligro la política arancelaria existente
y acabaría con la iniciativa empresarial del futuro y con las fábricas
implantadas en ese momento.

En el segundo párrafo habla de cómo evitar los desastrosos efectos


que podrían producirse en Vizcaya y en otras importantes regiones de
España y pide al gobierno que no elimine la ley proteccionista
existente.

En 1840 empezaron a aparecer las siderurgias con horno alto en


Vizcaya, la primera en Santa Ana de Bolueta. Con ella también se
levantaron las familias de propietarios de minas que se enriquecieron
de manera rápida. Con la invención del horno Bessemer el hierro
vizcaíno, de gran calidad, empezó a ser fundamental en el mercado
internacional debido a su bajo contenido en fósforo y a su singularidad
y fácil acceso. Solo existía este tipo de hierro en Suecia y Vizcaya, pero
el sueco era mucho más difícil de conseguir. El capital de estas familias
aumentó muy rápidamente y ese dinero lo invirtieron en la propia
industria, lo que hizo que ésta creciera aún más. El 90% del hierro
vizcaíno se exportó a Europa, el 70% solo a Inglaterra, mientras que el
10% se quedó en Vizcaya.
A partir de 1878 se construyeron fábricas con grandes avances
tecnológicos (hornos Siemens, hornos Bessemer) y esas fábricas sólo
trabajaban el hierro y el acero. De nuevo las familias invirtieron pero
esta vez, en la creación de pequeños talleres para darle salida a esa
demanda.

Para ello era necesario la concesión de un arancel proteccionista que


hiciese que solo se compraran los productos fabricados en esos
talleres y fábricas. Víctor Chávarri se puso a la cabeza de las familias
vascas para conseguir el arancel. Finalmente fue concedido por
Cánovas en 1891. Sin embargo, en el 1893 accedieron al gobierno los
liberales.

Sagasta negocio con Alemania la creación de un arancel librecambista


para que los productos españoles fuesen exportados a Alemania y
viceversa. Este arancel sería un grave perjuicio para los industriales
vascos y por eso en 1893 nació la Liga Vizcaína de Productores (LVP)
que trató de evitar ese proyecto. Federico Echevarría era el presidente
de la Liga y fue el encargado de dar un discurso en el arenal de Bilbao
pretendiendo que no se firmase el arancel.

En conclusión, debido al cambio de gobierno y a las presiones


ejercidas, no se llegó a firmar ese arancel librecambista. De hecho en
1896 Amós Salvador firmó un nuevo arancel proteccionista y en 1906
se firmó otro más, el cual impulsó definitivamente la industria.

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