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enfoque lineal de la memoria colectiva con una aproximación más circular o no lineal,
trasladando el foco del pasado al futuro. A partir del concepto de prolepsis, el pasado colectivo
se reconstruye según diferentes futuros imaginados para promover acciones en el presente,
orientando así a este último hacia ciertas metas. Esta relación dinámica entre pasado, presente
y futuro puede encontrarse en ciertas utopías. el pasado se interpreta de tal manera que
aparece como un camino hacia un futuro ya imaginado. Esto, a su vez, plantea algunos
problemas con respecto al concepto lineal tradicional de tiempo, basado en la causalidad
eficiente, en el que los eventos son inevitablemente empujados desde el pasado hacia el
futuro, Los humanos no reaccionamos pasivamente a los estímulos, sino que constantemente
estamos construyendo otros mundos posibles (Bruner, 1986) e imaginando nuevos futuros que
pueden alterar nuestro propio presente (Zittoun y de Saint-Laurent, 2015). Este enfoque está
en línea con uno de los supuestos clave de la psicología cultural, a saber, que somos seres
orientados a metas y, como tales, utilizamos diferentes herramientas culturales (Wertsch,
2002) para interpretar el mundo y crear puentes hacia lo que aún no está dado (Abbey y
Bastos, 2014). Al hacerlo, orientamos nuestras acciones hacia el futuro, reduciendo así su
inherente incertidumbre (Valsiner, 2007). En este sentido, las narrativas son herramientas
clave para la creación de significado, en la medida en que, a través de ellas el pasado, el
presente y el futuro pueden relacionarse significativamente, el foco en las dimensiones
narrativa, pragmática y normativa de la memoria colectiva.
prolepsis es una palabra de origen griego que significa "la representación o suposición de un
acto o desarrollo futuro como si existiera o se cumpliera en el presente"6. Prolepsis es un
concepto utilizado principalmente en narratología7 . Desde este campo, Genette (1980) define
la prolepsis como “el recurso narrativo que consiste en narrar o evocar por adelantado un
acontecimiento que tendrá lugar en el futuro” (p. 40). Así, contrariamente a la analepsis o
flashback -que consiste en traer el pasado al presente en la trama-, la prolepsis o flash-forward
es un “movimiento hacia adelante en el tiempo, de modo que un evento futuro se relata
textualmente antes de su tiempo, antes de la presentación de eventos cronológicamente
intermedios, es un mecanismo narrativo para guiar al lector, ya que los acontecimientos
posteriores en la trama adquieren significado y direccionalidad frente a un escenario futuro ya
presentado, En psicología, Michael Cole (1996) aplicó el concepto de prolepsis al estudio de la
crianza. Según Cole, los adultos interpretan la crianza en términos de lo que imaginan o
esperan que sea el futuro de sus hijos, "los padres estructuran la experiencia del niño para que
sea consistente con lo que imaginan que será su identidad futura".
e, se trata de un proceso más bien no lineal mediante el cual el futuro cultural imaginado del
niño, basado en las experiencias pasadas de los padres, se incorpora al modo en que el adulto
trata al bebé en el presente, la prolepsis en contextos de crianza sería una ilustración del
“mecanismo cultural que introduce el final en el principio”.
Brockmeier y Harré (2001) se refieren a este enfoque como falacia de la representación, la cual
consiste en “suponer que existe una y sólo una realidad humana a la que todas las narrativas
deben ajustarse al final” En Psicología, este enfoque también ha prevalecido dentro de los
estudios de la memoria, donde los eventos suelen ser considerados como entidades reales que
pueden almacenarse y reproducirse con mayor o menor precisión a través de los relatos de los
individuos.
En la medida en que resulta imposible reproducir toda la realidad del pasado, se requiere un
criterio basado en la significación. Según el filósofo Arthur Danto (1985), el significado histórico
de un evento tiene que ver principalmente con sus consecuencias futuras, trascendiendo así
cualquier significado que pudiéramos atribuirle a ese evento considerado en sí mismo.
algo que solemos hacer recurriendo a tramas narrativas, se refieren a este punto de vista
como una falacia ontológica, según la cual “habría realmente un relato 'ahí afuera', esperando
ser descubierto” (p. 48). Contrariamente a esta postura, filósofos como Hayden White
enfatizan el papel creativo o poético de los historiadores quienes, en lugar de identificar un
drama histórico prefabricado, imponen una forma narrativa (o trama) sobre el pasado, una
forma que necesariamente transmite un contenido moral.
por un lado, se supone que los relatos históricos se basan en lo que el pasado ha dejado en el
presente, como documentos, restos arqueológicos, testigos, etc. Por otro lado, sin embargo, la
dimensión narrativa impuesta al pasado (como la trama, el tema, el género, etc.) se convierte
en el criterio por el cual los acontecimientos son seleccionados, interpretados, valorados e
incluso inferidos para que puedan encajar en un determinado argumento, el significado
otorgado al pasado a través de diferentes narrativas. El resultado es un relato argumental que
pretende hacer del pasado algo significante y significativo, pero ¿en relación con qué? Esto
conduce a la dimensión pragmática de la memoria.
somos seres orientados a metas. No solo reaccionamos ante lo que sucede, sino que también
nos esforzamos por simultáneamente imaginar y anticiparnos a lo que está por venir,
orientando así nuestras acciones hacia el futuro. recordar es más bien una actividad
constructiva orientada a satisfacer diferentes demandas y objetivos en la situación actual.
Bartlett desarrolló este enfoque funcionalista de la memoria en torno a la noción de esquema
[schema], al que definió como “una organización activa de reacciones pasadas, o de
experiencias pasadas, que debe suponerse que funciona siempre en toda respuesta orgánica
bien adaptada” (p. 201). A la luz de este enfoque, la precisión en la memoria está subordinada
a la capacidad de los sujetos para reconstruir y dar sentido al pasado de acuerdo con las
demandas derivadas de un presente en continua evolución y de un futuro incierto, Este
proceso constructivo adaptativo ha sido examinado en varios estudios recientes que muestran
similitudes cognitivas y neurológicas entre recordar el pasado e imaginar el futuro.
a lo largo del tiempo diferentes herramientas culturales han mediado en la forma en que las
personas reconstruyen el pasado de acuerdo con las diferentes demandas de cada contexto
sociohistórico. de manera similar al enfoque pragmático de Bartlett sobre la memoria.
La memoria colectiva transmite diferentes relatos del pasado relevantes para la identidad de
los grupos a través de una amplia gama de artefactos y prácticas culturales. Las narrativas
juegan un papel central en la medida en que dan forma y sentido al pasado, haciéndolo así
significativo para la situación actual y los desafíos futuros de los grupos. Esto implica un
proceso de creación de significado que debe actualizarse periódicamente, ) destaca este papel
crucial de las narrativas, como recurso para la identidad colectiva y como guía para la acción:
“La narrativización funciona no solo para construir una identidad de quién he sido, sino
también de quién planeo ser. Las personas construyen historias hipotéticas imaginadas como
un medio para planificar sus acciones futuras o para anticipar las posibles acciones futuras de
otros. Pueden representar varias historias en su imaginación para producir escenarios
hipotéticos”, La importancia de la imaginación en lo que respecta a la memoria colectiva pone
en primer plano la idea de prolepsis, destacando así el papel del futuro en la reconstrucción y
movilización del pasado. En esta línea, Levinger y Lytle (2001) proponen un modelo, la llamada
tríada retórica nacionalista, que puede ser útil para profundizar y examinar este enfoque. Este
modelo, concebido inicialmente para analizar la retórica de la movilización nacionalista,
presenta una estructura narrativa triádica en la que (1) una remota edad de oro (que
representa a la nación en su esplendor histórico) es seguida por (2) un período de decadencia y
pérdida (pérdida de integridad cultural, territorio, pureza racial, etc.) que reclama (3) un futuro
imaginado donde la nación recuperaría su gloria pasada.
Porque es el futuro estado independiente lo que hace que el pasado sea reconstruido en
términos nacionales y utilizado retóricamente para justificar tal objetivo político. De esta
manera, el futuro imaginado se presenta como una consecuencia natural del pasado, cuando
en realidad el primero ha sido traído al presente por una cierta forma de reconstruir el
segundo, se torna en causa eficiente a medida que adquiere fuerza pragmática para la
movilización, restringiendo y guiando las acciones en el presente. Estos escenarios futuros
actúan como puntos finales valorativos (Gergen, 2001), convirtiéndose así en el criterio a partir
del cual dotar de sentido y direccionalidad al pasado, así como para evaluar el desarrollo de los
acontecimientos en el presente, de acuerdo con su proximidad o lejanía respecto [vis-a`-vis] de
las metas imaginadas. Aquí es donde confluyen la dimensión narrativa y pragmática de la
memoria colectiva. Porque la imposición de una determinada trama o género narrativo no sólo
permite valorar y dotar de significado al pasado, sino que también lo hace relevante para los
propósitos presentes de los grupos.
Esto lleva a la dimensión normativa de la memoria colectiva. Como señalan Nienass y Poole
(2011), la memoria colectiva es normativa en la medida en que nos indica, ya sea individual o
colectivamente, aquellos episodios del pasado que debemos tener en cuenta a la hora de
decidir qué hacer en el presente (p. 89). Sobre la base del modelo de Schank y Abelson (1977),
se puede argumentar que la memoria colectiva transmite una especie de guion [script] que,
como los charters, prescribe una serie de orientaciones para la acción. En este sentido, cuando
las personas internalizan y hacen suyos estos guiones, tienden a asumir, en primera persona
del plural, las afrentas y agravios pasados, así como los reclamos colectivos y los escenarios
futuros transmitidos a través de dichos relatos.
Idea-Fuerza: Ebbinghaus expresó su insatisfacción con las formas típicas de medir la memoria
por aquel entonces (siglo XIX), pues se la veía bastante limitada con respecto a conceptos de la
consciencia. Ebbinghaus creía que las cosas que fueron conscientes en algún momento, aún no
se habían perdido por completo, si no que seguían rondando en la memoria inconsciente
Ebbinghaus desarrolló el siguiente sistema para medir las capacidades de la memoria,
usándose a sí mismo como sujeto de pruebas: se tomó la tarea de estudiar una lista de sílabas
hasta aprenderlas de memoria; luego de cierto tiempo (horas, días y hasta semanas)
Ebbinghaus trataría de re-aprenderlas. Si tardaba menos tiempo en volverlas a aprender, se
debía a que, según él, aún se encontraban grabadas en la memoria Midió este experimento en
términos de ahorro: “¿cuánto tiempo y ensayos requeriré para volver a aprender? ¿Cuánto me
ahorraré?”. A menor cantidad de ensayos, mayor ahorro La Curva del Olvido: A medida que
transcurre el tiempo, se requiere un mayor número de ensayos para re-aprender, lo que
implica que había olvidado los elementos en mayor medida. Este olvido al inicio sería más
pronunciado, y luego tendería a equilibrarse, indicando que la información estaría guardada
(recortada) en la memoria Si bien hoy en día consideraríamos su método como “poco útil”, es
innegable que Ebbinghaus sentó las bases para estudiar la memoria}
• Omisión de detalles
¿Qué es la Memoria?
La memoria es una entidad que participa en ciertas actividades de la mente, algunas son:
percepción, razonamiento y resolución de problemas, aprendizaje, construcción de identidad
personal. Algunas consideraciones de la memoria:
B. Podría decirse que es una base de datos, en la cual guardamos, recuperamos y actualizamos
información
Fenómeno Sperling
George Sperling estudió en 1960 cuanta información puede captar la mente en exposiciones
estimulares breves. Sperling diseñó el “Paradigma del informe Parcial vs. Informe Global” para
explorar si los recuerdos deficientes se debían a una mala percepción o a una mala memoria
Sus experimentos lo llevaron a la conclusión de la existencia de una memoria de alta
capacidad, pero de breve duración de naturaleza precategorial (que guarda la información
sensorial en bruto, sin clasificarla). Años después se clasificaría a esta modalidad como
“memoria sensorial icónica”. Los hallazgos de Sperling permitieron el desarrollo posterior del
modelo multialmacén, que asume que las memorias sensoriales son la puerta de entrada del
procesamiento y guardado de la información
El recuerdo inmediato que había formulado Sperling podría ser olvidado si ocurría una
distracción para el sujeto. La razón se encuentra en que las huellas mnémicas se desvanecen
velozmente con el paso del tiempo, impidiéndole al sujeto el poder recordarlas, provocando
un efecto de decaimiento automático.
Se descubrió que, en una tarea de recuerdo libre, los primeros y los últimos ítems se recuerdan
mejor que los que se encuentran entre ellos. Los ítems del inicio se encuentran dentro de la
llamada zona de primacía, y los del final están en la zona de recencia.
La curva de posición erial logró constituir el modelo dual, que propone la existencia de una
“memoria primaria” de capacidad limitada en la que la información estimular se retiene por
breves períodos de tiempo a menos que sea reintroducida
El efecto de primacía dicta que a medida que los ítems van ingresando a la memoria primaria,
el sujeto tiende a repetirlo, generando una especie de loop, para asegurarse de que persistan
un tiempo más. Cuantas más veces repita los ítems, más tiempo durarán
El efecto de recencia establece que, una vez que el sujeto termine de repetir el loop, los
elementos seguirán circulando durante un breve tiempo adicional
• Almacén/Memoria de Largo Plazo: El último eslabón del modelo. Es una base de datos
permanente donde se guarda todo el caudal de conocimientos que la persona posee. Estos
conocimientos son variados, pueden ser de un carácter conceptual, puede guardar
información referida a los recuerdos o incluso guardar las habilidades y destrezas cognitivas
que acumulamos. Posee las siguientes características: o Capacidad cuasi ilimitada (en teoría es
infinita) o Persistencia temporal cuasi indefinida o Guarda la información en esquemas y
cadenas o Funciones: Retener información indefinidamente, permitiendo que hagamos uso de
nuestros aprendizajes y conocimientos Teorías del Olvido: Teoría del desuso: Supone que la
información grabada en la memoria de largo plazo se olvidará con el tiempo si no se está
utilizando. Teoría de la interferencia: Sostiene que el olvido de cierta información se produce
cuando otros recuerdos dificultan o interfieren con la recuperación de cierta información
Sugiere que un ítem dado no puede recordarse si es que ya se desvaneció del Almacén de
Largo Plazo. Sin embargo, Tulving y Psotka demostraron que con ciertos “disparadores” se
pueden recordar elementos o recuerdos que se creían ya inexistentes
De hecho, aún no sabemos a ciencia cierta por qué percibimos las cosas como las percibimos,
aunque sí sabemos que el modo en que las percibimos no es, ni por asomo, similar a la
ima gen3 que nos llega en primera instancia a nuestras superficies sensoriales, La razón es
sencilla. Primero, la imagen que llega a mi retina llega invertida. Esto se debe a que el ojo
actúa como una cámara oscura (ver texto destacado) y la luz entra por un pequeño4 agujerito
llamado pupila, Extrañamente, si acerco mi cabeza a ese rectángulo blanco, se agranda y, si me
alejo, se achica. De hecho, lo que recibo en mis retinas son dos imágenes (una por cada ojo)
bidimensionales, es de cir sin información sobre profundidad. Además, debido a cómo están
distribuidos los fotorreceptores en la retina, sucede que justo donde estoy mirando ahora veo
claro y nítido, En definitiva, la imagen del mundo que nos llega a la retina está invertida, es
bi dimensional y, para colmo, aparece borrosa y movida. O sea que, si viéramos
direc tamente la imagen que recibimos en nuestras superficies sensoriales, veríamos mundo
al revés, deformado y la mayor parte de él se vería desenfocado, necesitamos los receptores
sensoriales y la exploración activa del mundo en que vivimos para percibir, pero es el cerebro
el encargado de transformar esa imagen inicial en un percepto coherente que servirá de guía a
la hora de interactuar con el mundo, a partir de una entrada (input), sigue una serie de reglas
sin tácticas y arroja una salida (output). Este enfoque asume a la percepción como un proceso
inferencial donde el cerebro debe realizar operaciones de transformación, de análisis, de
síntesis y de activación de conocimientos a partir de la imagen inicial que llega a los receptores
para entonces construir el percepto final.
La biología y el mundo
Nacemos con las capacidades sensoriales básicas para poder intercambiar in formación con el
mundo. Sin embargo, el intercambio de información del que so mos capaces en los primeros
momentos de la vida es muy tosco y primitivo si lo comparamos con el que tendremos hacia
los 2 o 3 años de vida, aunque el mundo que tenemos que decodificar, es un mundo estable,
sin saltos y nítido, El movimiento casi permanente de los ojos es de gran utilidad para
mantener la percepción (ver texto destacado al respecto) pero, para el caso que nos ocupa,
constituye una de esas características de nuestros sensores que parece no corresponder con
las características del mundo físico en el que vivimos.
r, características de nuestra estructura que, a priori, no encajan con las características del
mundo físico que habitamos. La idea de los desencajes puede parecer, a simple vista, un poco
extraña. Sin embargo, no debe sorprendernos que existan ciertos desencajes con el mundo
físico ya que no tenemos por qué asumir una correspondencia directa entre el surgimiento de
la vida y las características del mundo en donde esta se desarrolla, la estructura biológica, con
la que venimos al mundo tiene que ser suficientemente flexible como para permitir la
posibilidad de supervivencia en un rango más o menos amplio de mundos posibles. Por tanto,
pensamos que el desencaje entre estructura biológica y mundo físico es el mejor punto de
partida que tienen los organismos vivos para asegurar su supervivencia allí donde vayan a
habitar forzando el necesario proceso de adaptación que los seres vivos con pretensiones de
habitar un determinado mundo físico tenemos necesariamente que hacer. Este proceso de
adaptación es condición necesaria para la vida ya que, en tanto organismos vivos, somos seres
en permanente cambio. De este proceso de adaptación surgirán los mecanismos perceptivos
que permiten, a modo de ejemplo, la transformación de la imagen retiniana en un percepto
coherente que nos habilita a interactuar de manera adecuada con el mundo s, es necesario
aclarar que no todos los desencajes son soportables. El desencaje inicial entre estructura
biológica y mundo físico debe permitir una interacción mínima con el mundo para así dar lugar
a que se inicie el proceso de adaptación. la información del mundo puede resultar ambigua
debido justamente a las características de nuestros sensores.
, existen infinitos objetos del mundo a los que les corresponde un mismo patrón de
estimulación en la retina. La percepción tendrá por objetivo aportar conocimiento que permita
desambiguar estas situaciones a partir de generar hipótesis interpretativas sobre la situación
que origina dicha ambigüedad. Este conocimiento puede venir tanto de conocimiento formal
del mundo como de la exploración (en términos de acciones) que realice el sujeto sobre los
estímulos. Cualquiera sea el mecanismo que se utilice, supone una ventaja adaptativa, ya que
se agrega información a la que proviene de la imagen sensorial.
Percibir es una tarea compleja por diferentes razones. Es un proceso psicológico que parte de
elementos físicos (luz, difracción, etc.) pero cuyos resultados dependen, en su mayor parte, de
lo que ocurre en el cerebro. La percepción no está determinada simplemente por los patrones
de estimulación que recibimos sino por la exploración y el consecuente procesamiento de
información en busca de la mejor interpretación de los datos sensoriales iniciales.
los psicólogos de la percepción decimos que existen dos tipos de estímulos en todo proceso
perceptivo. El estímulo distal que corresponde al objeto físico del mundo y el estímulo
proximal que corresponde al estímulo que toma contacto con el observador. El estímulo
proximal está constituido por aquellas características del objeto que arriban a las superficies
sensoriales, por tanto, una imagen con características ciertamente distintas a las del estímulo
distal que lo origina. Sin embargo, es a partir del estímulo proximal que el sistema reconstruirá
lo que conoce del estímulo distal. Brunswick (1955) muestra cómo la similitud entre estímulo
distal y percepto es mayor que el parecido entre el estímulo proximal y el percepto
En definitiva, podemos representarnos el proceso perceptivo en dos grandes fases con tres
puntos de anclaje bien diferenciados.
El primer anclaje del proceso es el estímulo distal que definimos como el objeto físico en sí, El
reflejo de la luz en dicho objeto, genera una imagen en la superficie sensorial donde dicho
objeto se proyecta. que es lo que llamamos estímulo proximal.
El segundo punto de anclaje del proceso es el estímulo proximal que constituye el punto de
partida desde el cual el cerebro intentará formar un percepto que re presente
adecuadamente (en términos de interacción con el mundo) al estímulo distal. Llamamos
primera fase del proceso perceptivo a las transformaciones físicas que ocurren entre el
estímulo distal y el estímulo proximal. Estas transformaciones se relacionan directamente con
las posibilidades de captación de cada receptor sensorial
En definitiva, tenemos que asumir que el sistema visual (sv) está preparado para transformar
el estímulo proximal —análogo a la imagen retiniana— en un percepto que respete las
características del estímulo distal que desencadenó el proceso perceptivo
En este proceso de transformación del estímulo proximal intervienen varias áreas o módulos
de procesamiento que codifican los distintos rasgos del estímulo. En el apartado Percepción y
Psicofísica.
Sensación y percepción
Sensación y percepción son dos palabras que se pueden utilizar indistintamente en el lenguaje
cotidiano pero, en el contexto de la psicología cognitiva, refieren a conceptos que se pueden
distinguir claramente e la sensación a todo aquello que se puede describir a partir de la
actividad de los receptores sensoriales y la vía sensitiva de cada modalidad.
llamamos percepción a todo el proceso que permite finalmente acceder a un percepto,
podríamos decir que para construir un percepto lo que necesitamos es agregar información a
la imagen sensorial inicial que aparece como estímulo proximal sobre la superficie sensorial.
en principio, las mismas sensaciones. Sin embargo, no todo el mundo tendrá la misma
percepción.
Para comprender bien este proceso, intentaremos en este apartado hacer un viaje a través del
sistema visual comenzando por el procesamiento de la información que realiza la retina hasta
llegar a las diferentes áreas corticales vinculadas a la percepción visual.
Los ojos están unidos a las cavidades óseas que los alojan por membranas y músculos que, a su
vez, les confieren movilidad. En la retina nos encontramos con diferentes tipos de células: por
un lado, están los fotorreceptores que serán los responsables de la transducción (ver apartado
so bre sensación y percepción) y, por otro lado, están las células cuya función será co laborar
con los fotorreceptores en la codificación y organización de la información lumínica que acaba
de entrar por la pupila. El correlato perceptivo de esto es la existencia de un sector del campo
visual de cada uno de nuestros ojos que no recibe información del mundo externo y se conoce
con el nombre de punto ciego, Por cada fotorreceptor que hay en la fóvea, hay una ganglionar,
mientras que en la periferia varios fotorreceptores. La retina puede captar con detalle solo una
parte del campo visual en la zona de la retina denominada fóvea.
La parte más simple del proceso de percibir formas supone el identificar las características
geométricas básicas de los objetos como la longitud de las líneas, su orientación y las
intersecciones con otras líneas.
a principios del siglo xx, los psicólogos de la Gestalt habían advertido sobre la complejidad que
encierra la percepción de formas en el sistema visual cuando plantearon que la forma
percibida es una propiedad no intrínseca de los componentes de un objeto.
detectamos que se movió a partir de un cambio de posición. Sin bien esto es cierto para el
caso de los movimientos muy lentos, la percepción del movimiento no se basa en ningún tipo
de proceso intuitivo, una dimensión visual fundamental, un producto primario que no puede
ser derivado de procesos sensitivos más primitivos como pueden ser la percepción del espacio
o del tiempo.
La percepción no está determinada simplemente por los patrones del estímulo sino que es más
bien una búsqueda dinámica de la mejor interpretación de los datos disponibles, son las
características del estímulo proximal. A partir de allí, el sistema visual llevará a cabo una serie
de operaciones de transformación, de síntesis y activaciones de conocimientos que tienen por
objetivo transformar ese estímulo visual en un percepto que represente más fidedignamente
al estímulo distal que desencadenó el proceso perceptivo, En el próximo apartado veremos
algunas características generales de la psicofísica, la herramienta metodológica por excelencia
en el estudio científico de los procesos perceptivos.
Percepción y psicofísica
La percepción y su relación con los atributos físicos del estímulo pueden ser analizadas con los
métodos psicofísicos. Estos métodos son empleados, en general, para revelar los mecanismos
básicos de la percepción, así como para evaluar el rendimiento de las personas ante
determinada tarea perceptiva. Las mediciones psicofísicas implican mediciones del
comportamiento que revelan procesos internos.
El concepto de umbral
la psicofísica se interesó en cómo medir la intensidad en que percibimos los estímulos, medir
la relación entre la intensidad física del estímulo y lo que se percibe, calcular los umbrales de
detección para esa persona.
El umbral será el valor medio de la distribución de respuestas. el umbral absoluto (ua) que
corresponde al valor de intensidad mínima necesaria para detectar un estímulo al menos el
50% de las veces que se presenta, el umbral relativo refiere a la mínima intensidad que
podemos discriminar entre dos estímulos. Es decir, la mínima diferencia que somos capaces de
percibir entre dos estímulos supraumbrales. Es importante tener en cuenta que una misma
persona puede responder de manera diferente a un mismo estímulo, según el momento de la
evaluación.
los psicólogos han dejado de hablar genéricamente de «memoria», ya que hay variados
subsistemas que funcionan integrados como de un sistema de piezas de relojería cerebral que
se conectan unas con las otras para brindar una experiencia de recuerdo.
los procesos cognitivos involucrados, constatamos que hay procesos más específicos detrás de
estas afirmaciones. Por esto, se ha propuesto el uso del concepto de sistemas de memoria
para referirse al conjunto total de sistemas cerebrales, la taxonomía se convierte en un
elemento muy relevante en psicología de la memoria.
El concepto sistemas de memoria hace referencia a los tipos de memoria que existen y que
van desde fenómenos difícilmente conscientes para el sujeto hasta la memoria de nuestra
vida.
Memoria sensorial
La memoria sensorial es la forma más breve de memoria. Es aquel sistema que retiene la
información en bruto registrada por los órganos de los sentidos durante el tiempo que dure la
estimulación sensorial. Esta tiene las siguientes características generales:
Los estímulos que llegan a nuestros sentidos y que son percibidos entran en nuestra memoria
sensorial. La memoria sensorial funciona como un amplificador de esa experiencia sensorial y
retiene por unos instantes una imagen que se adecua a la realidad.
no necesita esfuerzo consciente para activarse pues lo hace de forma automática. Las
percepciones iniciales pasan luego a la memoria de trabajo a través de la atención que es la
encargada de filtrar la información perceptiva relevante para el sujeto.
pero hoy en día se cree que la misma existe para todos los estímulos sensoriales, incluyendo el
olfato y el gusto.
Memoria a corto plazo
Nos sirve para recordar números, jugar a las cartas o juegos de ingenio, o seguir las
instrucciones para llegar a un sitio brindadas por un peatón, pero pocas veces somos
conscientes de ella. La memoria a corto plazo se define como el sistema que mantiene y
manipula la información recién percibida o recuperada de la memoria a largo plazo, por lapsos
breves, durante la planificación y ejecución de una tarea. Fue George Miller uno de los
pioneros en trabajar sobre los límites de capacidad de memoria para períodos cortos de
tiempo y la denominó memoria a corto plazo.
Baddeley y Hitch en 1974 propusieron por primera vez el concepto de memoria de trabajo
como un sistema cognitivo hipotético, más complejo que el de memoria a corto plazo. La
memoria a corto plazo, entendida como un almacén de información, no era capaz de explicar
todas las manipulaciones que realizamos en los períodos breves de tiempo por lo que
Baddeley y Hitch propusieron ampliar ese modelo.
Las relaciones de la memoria de trabajo con la memoria a largo plazo son intensas. La memoria
de trabajo puede beneficiarse de la asociación semántica, la memoria de trabajo provee inputs
a la memoria a largo plazo en una relación recíproca.
Este tipo de memoria es denominada a largo plazo, tal como su nombre lo indica, por su
capacidad para permanecer disponible para el sujeto bajo diferentes formatos por largos
períodos de tiempo, y con una capacidad casi ilimitada. De todas formas, memoria a largo
plazo no deja de ser una categoría general para agrupar a varios sistemas de memoria. Una
primera gran división dentro de la memoria a largo plazo refiere a la naturaleza consciente de
la recuperación de la información, de donde surge la diferenciación entre memoria explícita y
memoria implícita.
Memoria implícita
Memoria explícita
La memoria explícita o declarativa (el saber qué) es aquel tipo de memoria que está anclada
por tiempos prolongados en la mente del sujeto cognoscente, e incluye dos subsistemas: a. la
memoria semántica, b. la memoria episódica. La memoria semántica corresponde al registro
de hechos, conceptos y significa dos de las cosas relativos al mundo externo.
b. social,
c. de autorrepresentación.
La función social está dada por los vínculos sociales y culturales que nos permiten mantener la
memoria autobiográfica. Los recuerdos personales incrementan la proximidad entre las
personas y los intercambios afectivos. existe la función de autorrepresentación, que consiste
en mantener la identidad del sujeto a través del tiempo.
La amnesia infantil. La mayoría de nuestros recuerdos anteriores a los cuatro años parecen
borrados de nuestra conciencia.
La función de retención. Las personas suelen recordar los eventos más recientes de los
acontecimientos de su vida.
El pico de reminiscencia. Las personas de cierta edad suelen tener buenas memorias de la
etapa adolescente y la juventud temprana.
Procesos de memoria
el recordar como el olvidar son procesos esenciales para la conformación de nuestro ser, la
adaptación al entorno e influyen directamente en nuestro bienestar.
En psicología cognitiva estos temas suelen tratarse bajo la etiqueta de procesos de memoria.
Estos son: de codificación (el proceso por el cual se almacena la información en la memoria);
de almacenamiento (los procesos implicados en el mantenimiento de la información en la
memoria) y de recuperación (los procesos que toma la experiencia subjetiva del re cuerdo, ya
sea consciente, inconsciente, voluntario o involuntario). El olvido tiene lugar por las
características del procesamiento de la información en alguna de estas tres etapas.
Codificación
Almacenamiento
Recuperación
Efecto de primacía.
Efecto de recencia
El contexto semántico.
La memoria constructiva.
Fivush (texto 4)
Robyn Fivush
. Las narraciones autobiográficas son ricas en marcos explicativos y evaluativos que entrelazan
personas, lugares y acontecimientos imbuidos de estados psicológicos, intenciones y
motivaciones. A través de ellas creamos historias que definen quiénes somos en el tiempo, en
el espacio y en relación con los demás. Narrar nuestras experiencias, por definición, implica un
proceso de edición y selección en el que se hacen explícitos algunos aspectos de lo ocurrido y
se silencian otros.
una distinción entre ser silenciado [being silenced] y estar en silencio [being silent]; cuando el
ser silenciado se contrasta con la voz, se conceptualiza como algo impuesto, y significa una
pérdida de poder y de sí mismo. Pero, el silencio también puede ser conceptualizado como
estar en silencio, un entendimiento compartido que no necesita ser expresado y, en este
sentido, el silencio puede ser una forma de poder, mientras que el hablar, el expresar,
representa una pérdida de poder. considero que tanto la voz como el silencio se construyen
socialmente, a través de las interacciones conversacionales que se establecen entre los
hablantes y los oyentes, en las que la voz y el silencio se negocian, se imponen, se cuestionan y
se ofrecen.
Las culturas proporcionan relatos canónicos que son a la vez normativos y prescriptivos sobre
las vidas y sobre el yo, y las formas en que las experiencias específicas se ajustan o se desvían
de estos relatos crean espacios para la voz y para el silencio.
NARRATIVAS AUTOBIOGRÁFICAS
la memoria autobiográfica y las narrativas autobiográficas no son lo mismo; los recuerdos son
multimodales e incluyen información codificada y almacenada en múltiples niveles, los
recuerdos autobiográficos sugieren que éstos son muy dinámicos; cada vez que un recuerdo es
traído a la mente, éste se reconstruye en el momento para cumplir con los objetivos de la
situación actual. Es importante destacar que estas reconstrucciones se basan en fragmentos de
información recordada con precisión (para una descripción general véase Rubin, 1996), pero
estos fragmentos deben integrarse en una totalidad significativa para formar un recuerdo
autobiográfico (a diferencia de un fragmento o una imagen), y esa totalidad significativa suele
adoptar la forma de una narrativa.
Las narraciones son formas lingüísticas culturalmente canónicas que modulan la organización
de los eventos vividos. Las narraciones proporcionan una organización secuencial que
especifica el desarrollo de un evento a lo largo de líneas temporales, pero aún más, las
narraciones proporcionan un marco explicativo y evaluativo para comprender cómo y por qué
los acontecimientos ocurrieron de ese modo, van más allá de un simple guion o cronología, lo
hace dentro de una psicología popular que entrelaza acciones en el mundo con pensamientos,
motivaciones y emociones.
VOZ Y SILENCIO
Las narrativas surgen en las interacciones sociales, en las cuales serán validados ciertos
eventos, especialmente ciertas interpretaciones y valoraciones de ellos, las narrativas
adquieren una perspectiva moral, que explica no solo lo que sucedió y lo que significa, sino lo
que debería significar, alcanzando, en esencia, la "verdad" del asunto, Las teóricas feministas
de la autobiografía reflexionan sobre la pregunta de quién tiene la autoridad para escribir la
autobiografía, situando los argumentos sobre la voz y el silencio dentro de los conceptos de
lugar y poder, Cada individuo se sitúa en un lugar particular en el tiempo histórico y cultural,
en el que se valoran de forma particular aspectos perdurables del individuo. Ser un individuo
de una determinada raza, género y clase proporciona y niega el acceso a ciertos aspectos de la
experiencia.
el poder emerge del lugar y la voz emerge del poder. Los roles sociales que están imbuidos de
poder tienen la oportunidad de dar forma a la narrativa culturalmente compartida, que es
tanto normativa como prescriptiva. las narrativas culturales brindan autoridad para definir una
narrativa de vida como culturalmente apropiada, y el poder de validar unas narrativas por
sobre otras. Desde esta perspectiva, el poder da voz.
el poder es una construcción relacional (Yoder y Kahn, 1992); quien tiene el poder en cualquier
situación y cultura dada es algo que está siempre en proceso. El poderse negocia, se impone,
se toma y se da, hay múltiples niveles de narrativas aceptadas y discutidas que coexisten y se
influyen mutuamente en todos los puntos. Los relatos culturalmente dominantes proveen la
narrativa más poderosa para el grupo y esta es la que debe ser negociada constantemente.
llamados narrativas de resistencia, los cuales desafían las explicaciones y los imperativos
morales impuestos por la narrativa dominante, la voz y el silencio siempre deben
conceptualizarse dentro de estructuras de poder en evolución, en múltiples niveles de
organización social, creando múltiples narrativas que pueden estar en tensión entre sí.
El ser silenciado [being silenced] casi siempre es definido como algo negativo. Este concepto
de silencio es esencialmente una pérdida de voz y una pérdida de poder, y puede llevar a la
pérdida de una identidad coherente, el silenciamiento se produce para aquellas experiencias
que no se ajustan a la narrativa culturalmente dominante. Lo mismo ocurre en el nivel de la
conversación con otras personas, cuando estas no pueden escuchar lo que el hablante está
tratando de decir. Esto puede tomar la forma de un silenciamiento real, como no permitir que
el orador hable, o puede ser un silenciamiento negándose a creer (Butler, 1999),
malinterpretando deliberadamente o reinterpretando el evento de manera que no valide las
experiencias de los oradores.
Los individuos crean narrativas en las que lo que se expresa resulta privilegiado en la memoria
y lo silenciado se vuelve cada vez más difícil de recordar.
el auto silenciamiento también puede ser defensivo, cuando los individuos ni siquiera pueden
contarse estas historias a sí mismos, el silencio conduce a una incapacidad o falta de voluntad
para recordar, creando una brecha en la comprensión del mundo y de uno mismo.
Cuando el silencio es impuesto, por uno mismo o por otros, puede conducir a una pérdida de
la memoria y de una parte de nosotros mismos. El silencio como pérdida de voz y pérdida de
poder se considera prácticamente siempre como algo negativo. Pero no siempre es necesario
imponer el silencio; el silencio puede ser compartido, y al compartir el silencio surge una
conceptualización muy diferente de éste.
A diferencia de ser silenciado [being silenced], estar en silencio [being silent] puede tener
beneficios positivos. Específicamente, aquí me centraré en el silencio es compartido, En las
interacciones sociales, un oyente puede silenciar al hablante al distraerse y desatenderlo, en
este sentido, el silencio puede ser punitivo y valorativo Pero un oyente que guarda silencio y
está atento, puede ser una invitación a hablar y a ser escuchado. De manera similar, cuando un
hablante y un oyente permanecen mutuamente en silencio, el silencio puede indicar una
ruptura de la comunicación, pero también puede ser un silencio compartido armónicamente,
una sensación de simplemente estar juntos en un momento que, en realidad, puede ser
terapéutico o reparador, , donde estar en silencio [being silent] con otros crea un espacio
compartido donde el hablante y el oyente están emocionalmente sintonizados, el silencio
puede promover un sentido de pertenencia. crear un silencio compartido puede promover un
sentido de unión, de compartir grandes emociones y, por lo tanto, puede facilitar la
identificación y afiliación con otros.
Cuando los grupos dominantes imponen silencio a los grupos marginados, estos individuos
experimentan una pérdida de voz y de poder dentro de la cultura dominante. Pero cuando los
grupos marginados se unen, las narrativas que producen entre ellos pueden comenzar a tomar
forma. Las narrativas de resistencia tienen como punto de partida a las narrativas dominantes,
coincidiendo en muchos de los temas principales, pero lo que cambia es la perspectiva
subjetiva, y la postura moral se desliza de la perspectiva de la narrativa dominante a la
marginal. Las narrativas de resistencia adquieren su poder mediante la reivindicación de la
verdad moral. las narrativas de resistencia pueden producir grietas en la narrativa dominante y
comenzar a permitir la construcción de nuevas narrativas culturales más matizadas.
Las culturas brindan una comprensión compartida de cómo es la vida, qué tipo de experiencias
pueden esperarse y las edades en las que es más probable que sucedan.
Dentro de la psicología, existe una creciente evidencia de que los individuos, al menos en las
culturas occidentales modernas, comparten un “guion” o una “biografía cultural canónica” de
cómo es una vida típica. el guion de vida es un marco esquematizado compartido entre los
miembros de una cultura que les permite representarse una vida típica común para los
individuos. Además, los individuos parecen definir su propia narrativa de vida en relación con
el guion de la vida cultural (Berntsen & Bohn, en prensa). Al construir un sentido de la propia
vida, los individuos hacen referencia al guion de la vida y comparan similitudes y diferencias.
Por lo tanto, la narrativa de la vida es la historia que un individuo hace de su propia vida en
relación con el guion de vida cultural. Además, la identidad individual está definida, al menos
en parte, por la narrativa de vida.
la identidad está guiada por la narrativa de la vida y la narrativa de la vida está regulada por el
guion de la vida. A medida que cada individuo construye una identidad narrativa que define
una particular historia de vida del yo, parece hacerlo en relación con las expectativas culturales
de cómo es una vida típica.
cuando el individuo viola las expectativas y/o se desvía del guion de vida, es necesaria una
narrativa explicativa, y esta narrativa cambia el curso de la vida desde el guion de vida asumido
culturalmente. Por lo tanto, uno no necesita expresar lo canónico, sino que debe expresar la
desviación de lo canónico. Los individuos que se ajustan al guion de la vida pueden
permanecer en silencio, pero los que se desvían deben hablar.
Narrativas maestras
Las narrativas empoderan, porque permiten ir más allá de la mera descripción para
proporcionar un marco evaluativo que conlleva una justificación moral. Las narrativas
maestras son esencialmente mitos y tópicos culturales que proporcionan un marco moral,
ético y afectivo para comprender los eventos.
Estos tópicos narrativos proporcionan plantillas para los relatos explicativos que son
necesarios cuando los individuos se desvían del guion de vida.
Las narrativas maestras no proporcionan solo explicaciones; sino también las pautas morales y
éticas de cómo se debe vivir una vida. Una narrativa redentora va más allá de describir cómo la
adversidad condujo al éxito.
Los guiones de vida proporcionan la forma de una vida típica y prescrita. Este es un
conocimiento cultural compartido y, por lo tanto, puede permanecer en silencio.
A la desviación se le da voz, pero el guion de vida típico es silencioso. Tenga en cuenta que los
guiones de vida no son silenciados; cualquier miembro individual de una cultura determinada
puede proporcionar el guion. El guion de vida, más bien, es el fondo canónico y silencioso
asumido, el conocimiento cultural compartido contra el cual se cuenta la narración. Como
conocimiento compartido asumido, simplemente no se expresa. Las desviaciones de lo
canónico requieren narrativas explicativas, que en sí mismas pueden convertirse en relatos
morales y modelos para los otros.
los guiones de vida se superponen; existe el guion de vida cultural general, pero dentro de éste
hay distintos guiones para diferentes subgrupos, Los puntos de similitud les permiten a todos
definirse como "estadounidenses" y los puntos de divergencia definen la identidad de un
grupo específico y sus diferencias con otros grupos.
Las narrativas autobiográficas que se contarán en estos dos contextos dependerán de las
diferentes representaciones del mundo que los sujetos comparten, las cuales, en un contexto,
actuarán como entendimientos compartidos y, por lo tanto, no necesitarán ser expresadas,
mientras que en otro contexto podrían actuar como historias discrepantes que, o bien, pueden
necesitar ser explicadas, o bien, pueden ser silenciadas y no serán contadas en absoluto.
los aspectos de la historia que no son evocados por el hablante y que no son escuchados por el
oyente se vuelven cada vez más difíciles de recordar tanto para el hablante como para el
oyente. Así, al privilegiar ciertos aspectos o evaluaciones de las narrativas, otros aspectos o
evaluaciones se vuelven cada vez más difíciles de recordar con el tiempo y, por lo tanto, es más
probable que permanezcan silenciados. Por tanto, el argumento es que las narrativas de vida
individuales son construcciones dinámicas y fluidas. Dependiendo del contexto cultural y
conversacional, se destacarán determinadas narrativas canónicas que ayudarán a guiar la
recuperación de ciertos recuerdos. A nivel individual, ciertas narrativas e interpretaciones
pueden volverse cada vez más estables con el tiempo, lo que lleva a una narrativa de vida más
estable en todos los contextos, y estas pueden, de hecho, convertirse en los recuerdos
autodefinidos del individuo. De esta manera, las narrativas canónicas y las narrativas de vida
están en constante relación dialéctica.
Verdad y moralidad
las narrativas proporcionan un posicionamiento moral. Las personas pueden estar de acuerdo,
pero si no están de acuerdo con el significado de esos hechos, el recuerdo no se percibe como
veraz, es decir, la narrativa no tiene sentido. La verdad surge de la construcción de significados
compartidos, y el significado compartido emerge de la construcción de narrativas compartidas.
Así es como las narrativas de resistencia pueden crear cambios: al reclamar el imperativo
moral, las narrativas de resistencia desafían la verdad, y no la precisión, de las narrativas
culturalmente dominantes. Si no se cuestionara la verdad, las narrativas de resistencia no
tendrían poder.
Este análisis de la voz y el silencio apunta al complejo entrelazamiento entre recordar, hablar y
silenciar. Dentro de las narrativas culturalmente dominantes, donde hay suposiciones
compartidas sobre los eventos de una vida, los eventos que se ajustan al guion no tienen que
ser contados, pero estos eventos se recuerdan como la columna vertebral de la historia de
vida.
aunque los individuos recuerden los eventos, ellos no proporcionan un rico entramado
narrativo que esté entrelazado con significados personales. Más bien son las narrativas que no
se ajustan al guion de la vida las que definen la identidad individual. Las historias que nos
diferencian de la norma y los eventos que deben ser expresados son los que deben ser
explicados, justificados y comprendidos, y esto es lo que conduce a la trama y la tensión
narrativa. El poder derivado de la conformidad conduce al silencio, una vida vivida en armonía
con el guion cultural compartido que no requiere de grandes relatos convincentes. Por el
contrario, la desviación a menudo conduce a ser silenciado y a la necesidad de recuperar el
poder a través de la voz, para justificar y explicar la propia vida. Algunas desviaciones pueden
ser tan amenazantes para la narrativa dominante que simplemente no se pueden escuchar y,
por lo tanto, continúan silenciadas.
A nivel individual, el guion de la vida proporciona el trasfondo esperado contra el cual se crea
la narrativa de vida. La identidad narrativa no es solo lo qué recordamos, sino cómo lo
recordamos. podemos usar narrativas para revelar quiénes somos, para rechazar que nos
definan ciertos eventos, para crear cadenas causales y explicaciones de cómo y por qué las
cosas ocurrieron así, y cómo y por qué uno se ha convertido en la persona que es. Las
narrativas maestras y las temáticas disponibles en la cultura guían este tipo de narrativas
individuales. Las narrativas individuales de desviación pueden descartarse o las explicaciones
pueden tomar la forma de una narrativa de victimización. O, por el contrario, las desviaciones
pueden convertirse en narrativas de resistencia, narrativas que revelan y explican algo sobre el
yo, que conducen a ganar voz y poder; estas son narrativas de redención.
Las narrativas que no son coherentes, que no pueden vincularse a explicaciones significativas,
pueden llevar a la confusión y la fragmentación de la identidad; esto es a menudo lo que
sucede después de experiencias traumáticas que son silenciadas, tanto por la cultura como por
el individuo, y que no pueden integrarse en un sentido coherente de narrativa e identidad, la
narrativa y la identidad están relacionadas dialécticamente, de modo que las narrativas
coherentes ayudan a crear un sentido coherente del yo, y un sentido coherente del yo ayuda a
crear y mantener narrativas coherentes, Las personas que crean narrativas de redención a
partir de sus experiencias discrepantes muestran altos niveles de generatividad, un
compromiso con la próxima generación y con la comunidad, y muestran altos niveles de
bienestar. Por lo tanto, los tipos de narrativas de resistencia que crean los individuos tienen
implicaciones de gran alcance tanto para su comprensión dinámica de quiénes son como para
su sentido de bienestar en el mundo. “Para construir auto-narrativas necesitamos no solo las
palabras con las que contar nuestras historias, sino también un público capaz y dispuesto a
escucharnos y a entender el sentido de nuestras palabras''.