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DE CERTEAU, Michel “La historia, discurso y realidad” en DE CERTEAU, Michel (1985) La escritura

de la historia. México: Universidad Iberoamericana, pp. 51-65

La situación de la historiografía nos presenta la interrogación sobre lo real entre dos posiciones muy
diferentes en proceso científico, lo real como conocido (lo que el historiador estudia comprende o
“resucita” en una sociedad pasada) y lo real como implicado por la operación científica (la sociedad
actual a la que se refieren la problemática del historiador, sus procedimientos, sus modos de
comprensión y finalmente la práctica del sentido), por una parte lo real es el resultado del análisis y
por otra es su postulado. La ciencia histórica se apoya precisamente en su relación mutua. Su
objetivo propio es el desarrollo de esta relación en un discurso.

Se da prioridad a un resultado “objetivo”, si intenta colocar en su discurso la realidad de una


sociedad pasada y si desea devolver la vida a un desaparecido, reconoce siempre en toda
reconstrucción el orden y efecto de su propio trabajo.

La verdad de la historia está en su “estado intermedio” impuesto por una obra incapaz de crear un
objeto del estudio, fragmentado por sondeos metodológicos heterogéneos, encuentra su unidad en la
operación dónde se combinan sin cesar las acciones del autor y las resistencias de su material.

La confrontación de un método interpretativo con su “otro”, o más precisamente, la evidencia de la


relación que mantiene un modo de comprensión con lo incomprensible que ha hecho resaltar.

La historia se divide y se define en función de una combinación sincrónica de discursos que sé


contra distinguen mutuamente y se refieren a reglas comunes de diferenciación. Pase lo que pase
con las posiciones propias del autor, su obra describe y precipita el movimiento que lleva a la historia
a convertirse en trabajo sobre el límite a situarse en relación de sus discursos, a plantearse la
discursividad en su relación con su eliminado, a medir los resultados en función de objetos que se le
escapan, pero también establecer continuidades al aislar las series, a precisar métodos al distinguir
los distintos objetos que se captan en un mismo hecho.

Si la historiografía puede recurrir en los procedimientos semiológicos para renovar sus prácticas, ella
misma se les ofrece como un objeto, en cuanto constituye un relato o un discurso propio.

Gracias a las relaciones entre hechos, o la elevación de ellos al valor de síntomas por una época
entera, o a la lección que organiza el discurso entero. Hay en cada historia proceso de resignificación
que tiende siempre a “completar” el sentido de la historia. La historia no es una crítica
epistemológica, siempre quedará como un relato. Si la narración de los hechos toma mal apariencia
de una ficción propia de cierto tipo de discurso no tendríamos derecho a concluir que la referencia a
lo real comienza a desvanecerse. Más bien la referencia sé ha desplazado, ya no se nos da
inmediatamente con los objetos narrados o reconstruidos.

La práctica científica se apoya en una praxis social que no depende del conocimiento.

Él discursó histórico se vuelve explícita a una identidad social, no como dada o estable, sino como
diferenciada de una época anterior o de otra sociedad. Supone la ruptura que convierte en una
tradición en un objeto pasado, así como la historia.

El discurso tiene por definición el ser un decir que se apoya sobre lo que ya paso completamente;
hay propiamente un comienzo que supone un objeto perdido. El tipo de discurso está determinado
por el conjunto sociocultural.

Reflexión

Es en nuestra voz donde se le da un significado a la historia, es decir a través de nuestro


discurso, dependiendo de nuestras concepciones de la realidad.

La realidad es lo que vemos, lo que percibimos, comprendemos revivimos a través de una


experiencia.

El autor menciona que lo real es un proceso conocido, lo que el historiador estudia,


comprende y de alguna manera resucita lo sucedido.

El discurso en cada época le da una identidad, determinada por esta misma sociedad, que
proporciona una diferencia entre cada época, esto se debe a los diferentes puntos de vista.

La realidad también presenta otro significado, haciendo referencia a la historia, analizándola a


través de un método y procedimiento de acuerdo a una operación científica.

A través del discurso establecemos un marco de la realidad donde construimos y


verbalizamos, seleccionando cierta información generando esquemas del pensamiento y
conocimiento que en gran parte depende de nuestra experiencia, esto solo sería una versión
de la realidad. Evocamos construyendo, tomando cada elemento de nuestros
concomimientos previos, para generar un concepto y pensamiento, depende de a la
experiencia que tengamos será lo que podemos expresar.

A lo largo de nuestra vida vamos generando esquemas de interpretación, siendo estas


anécdotas y estereotipos de los cuales dependen las concepciones que nos hacemos acerca
de nuestra realidad, todo ellos se van adquiriendo a través de la experiencia e interacción.
La realidad se construye a través del discurso, dependiendo de las condiciones sociales
determinadas, pero entonces si existen diversas versiones y realidades, sería importante que
no solo se queden en el discurso, sino que se compartan con otros para tener más puntos de
análisis y de esta manera acercarnos más a la verdadera realidad.

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