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La apreciación de la belleza y la perfección del rostro humano, es tan antigua como la propia
existencia del hombre. Los primeros que se encargaron del estudio y apreciación de la belleza
fueron los artistas plásticos.1, 2
Siempre se ha hablado del perfil griego como un símbolo de lo más supremo en cuestiones de
armonía y belleza. Muchos de los pioneros de la ortodoncia como Angle, Case y Lischer
consideraron a estas caras como cánones de belleza.2, 3
Es reconocido por algunos autores que el primer antropólogo que además dio origen a la
craneometría fue el anatomista holandés Petrus Camper (1722-1789) (fig. 3).
En sus estudios en cráneos empleó mediciones angulares para determinar las dimensiones
faciales. Al investigar el prognatismo descubre que las medidas varían de acuerdo con el grupo
étnico, la edad y el sexo de los individuos, se percató, a su vez, que esas variables le permitían
reconocer el problema de crecimiento y desarrollo de las estructuras óseas.7 Describió en el año
17801 el ángulo facial formado por la intersección del plano de Camper (que pasa por el centro del
conducto auditivo externo y por la base de la nariz) con la línea facial (tangente a la parte más
prominente del hueso frontal y a la convexidad anterior del incisivo central superior). Dos años
después de muerto Petrus Camper, es publicado su célebre trabajo: "Disertación sobre las
variantes naturales de la fisonomía". El ángulo facial de acuerdo con Camper tiene para el europeo
un valor de 80º, el negro, 70º, el orangután, 58º y para el macaco 42º.8, 9 Así fue el primero en
relacionar la cara con el cráneo.
Luego Flower ideó un índice que lleva su nombre y que fue determinado por la distancia: Basion
Prosthion (B.P) y Basion Nasion (B.N); en el que la primera distancia es dividida por la segunda y el
valor resultante es multiplicado por 100. Con este índice clasificó el perfil en orthognathus hasta
98, mesognathus entre 98 y 103 y prognathus con más de 103.9
En el año de 1872 Von Ihering propone el conocido plano de Frankfurt que no fue oficialmente
aceptado hasta 1884, en el Congreso Antropológico llevado a cabo en la ciudad homónima de
Alemania.2, 7, 9 Este se forma por el punto porion y el infraorbitario, y con el plano facial que pasa
por al nasion y el prosthion forma el ángulo del perfil facial NP que Wilder llamó: "El equivalente
moderno del ángulo facial de Camper" cuyos valores son los siguientes: Hyperprognathus de 70º,
Prognathus de 70º a 80º, Mesognathus de 80º a 85º, Ortognathus de 85º a 93º e
Hyperorthognathus con más de 93º. 9 El plano de Frankfurt constituyó un aporte esencial que
respondía a la necesidad de orientación natural de la cabeza en el plano horizontal. En la
actualidad sigue siendo empleado como un importante plano de referencia que ha sido trasladado
a la cefalometría.
Los rayos X y el cefalostato. Segunda etapa
2. Permitía observar las estructuras óseas a través de los tejidos blandos que las recubren y por lo
tanto estudiar las relaciones entre ellos.
A solo un año del descubrimiento de los rayos X, Welker señaló la importancia de las radiografías
de la cabeza tomadas de perfil. 4
Al parecer corresponde a Berglund ser el primero en relacionar el perfil de los tejidos blandos con
el perfil óseo en el año de 1914. 11
Algunos autores como los doctores B.E. Lischer, Paul W. Simon, Wallace, Campion y Keith, en un
intento por resolver esta problemática, sugirieron varios métodos que podían ayudar en la
determinación de las relaciones de las bases óseas en los pacientes.12, 13 Las bases de estas
técnicas estuvieron presentes, de una forma u otra, en los futuros análisis cefalométricos. Lischer
sugirió el empleo de la fotografía. Trabajando con el celuloide lograba el trazo del perfil en una
plantilla cuadriculada (fig. 6).
Estudió el ángulo mandibular notando que en casos de mordida abierta y mesoclusión el ángulo
mandibular era marcadamente obtuso y en pacientes con neutroclusión y distoclusión, ángulos
próximos a los 90º. El propio Lischer reconoció en 1924 que "el rápido desarrollo de la radiografía
nos posibilita la interpretación de una dentición anormal con incrementada precisión. Este avance
vino en un momento oportuno cuando existe una tendencia hacia el tratamiento temprano en
denticiones mixtas y se requiere de una definición clara en el diagnóstico".12
Wallace, Campion y Keith propusieron el método radioaricular (ear-raddi) que incluía un grupo de
mediciones radiales que se hacían tomando como partida el poro acústico externo hasta el nasion,
puente nasal, punta de la nariz, subnasal, punto más anterior del cierre bilabial, y el gnation. Para
esto empleaban el radiómetro.12 Este método en su tiempo fue muy empleado en el diagnóstico
facial y de grandes deformaciones mandibulares.
A Paul Simon (Alemania) le corresponde el honor de ser el autor de los sistemas gnatostático y
fotostático de diagnóstico, los cuales publicó en el año de 1922.9 Utilizaba un sistema
tridimensional empleando los planos de Frankfurt, el plano sagital y el plano orbitario, que son
perpendiculares entre sí. Estos planos constituían su sistema gnatostático. Según el autor el plano
orbitario en los casos normales debía pasar por la cúspide del canino superior, cualquiera fuera la
edad del paciente.11, 13, 14 Además, en su análisis que era realizado sobre modelos y fotografías
que eran orientados según estos planos, tenía en cuenta el ángulo mandibular que lo entendía
como indispensable para el diagnóstico. Un aspecto interesante en el método de Simon lo
constituye el aparato fotostático que se muestra en la figura 7. Este constituyó posiblemente uno
de los primeros posicionadores de la cabeza que la orientaba en los tres planos del espacio y los
pacientes siempre quedaban a la misma distancia de la cámara fotográfica, 12 ofrecía así una
solución anticipada a dos de los problemas que enfrentaría posteriormente la cefalometría en
relación con la estandarización de la técnica.
De no haber sido por la introducción de la cefalometría en las décadas posteriores es probable que
la gnatostática hubiera efectuado un impacto más grande en la Ortodoncia. Con la cefalometría de
perfil muchas de las relaciones que podían determinarse con los modelos gnatostáticos pudieron
observarse con más facilidad en la placa cefalométrica de la cabeza. 14 Los estudios de Simon
fueron posteriormente refutados por Broadbent, quien demostró, mediante trabajos estadísticos,
que el plano orbitario pasa, en el 91 % de los casos, por distal del canino.11
El Dr. Carrea publica en el año de 1923 su trabajo "Perfil delineado" para la obtención de
telerradiografías con el doble perfil distinguiendo las partes blandas de las óseas. Para esto
empleaba un alambre de plomo que ajustaba en la cara del paciente siguiendo el plano sagital.
Empleó su cefalograma (fig. 8) para crear su amplia y completa clasificación de anomalías de los
maxilares en los tres sentidos del espacio, que además tenía en cuenta las relaciones dentarias.15
En ese mismo año Charles Mc Coven utilizó la radiografía lateral para establecer una relación entre
el perfil duro y blando y determinar los cambios que se producían en los mismos como
consecuencia del tratamiento.11
A. J. Paccini en el propio año de 1922 publicó sus trabajos sobre cefalometría en una tesis titulada
"Radiografías antropométricas del cráneo", por la cual le fue otorgado el "Leonard Research Prize",
premio instituido por la Sociedad Americana de Radiología. Fue Paccini el primero que adaptó y
modificó técnicas antropométricas existentes en radiografías tomadas sobre cráneos secos y de
seres vivientes.9, 16 En esta tesis habla por primera vez de la utilidad de este estudio para el
conocimiento del crecimiento humano, su clasificación y sus anomalías. Estableció que la precisión
de las medidas obtenidas mediante la radiografía sobrepasaba a las realizadas por la antropologia
común. Trasladó a la radiografía ciertos puntos antropológicos convencionales: gonion, pogonion,
nasion y espina nasal anterior. Además, definió algunos otros: turcicon (centro de la silla turca) y
acustion (el más superior de la proyección del conducto auditivo externo). Utilizó sus
proporciones, medidas lineales y angulares que tomó de la antropología. Todos estos trabajos de
Paccini fueron realizados sobre la base de la telerradiografía lateral.2, 11 Este fue el primer
artículo sobre lo que hoy llamaríamos cefalometría.4 Fue el primero en estandarizar las imágenes
radiográficas y en emplear el término de cefalometría. Colocaba a los sujetos a una distancia de 2
metros del tubo de rayos X a diferencia de otros como Hauptmayer que tomaba sus
telerradiografías a una distancia foco-placa de 60 cm que provocaban fuertes deformaciones en el
registro de las estructuras. 16
En 1932, Lucien De Coster, Bélgica, presenta su análisis cefalométrico con revisiones posteriores
en 1939, 1951 y 1953.2 Basándose en los trabajos de Hofrath, realizó un estudio sistemático de la
mordida abierta, creando un sistema de coordenadas, llamado método reticular de Coster. Este
estudio se basaba en el trazado de líneas coordenadas sobre la telerradiografía del caso estudiado.
1934, Brodie, EE.UU., utilizando el método ideado por Broadbent midió el crecimiento facial. Para
ello dividió la cabeza en sus diversos componentes, estudiando cada uno de ellos como una
entidad separada, desde el tercer mes de vida extrauterina hasta los 8 años de edad. Esta división
comprendió las siguientes áreas: craneal, nasal, maxilar, mandibular y el plano oclusal. Demostró
que el crecimiento en las distintas áreas revelaba un notable grado de paralelismo, es decir una
correlación angular constante. El suelo nasal, el plano oclusal y el borde inferior del maxilar,
mantienen una relación angular constante con la base del cráneo.9 Los trabajos de Bjõrk,
mostraron la inexactitud de esa afirmación de Brodie.11 Zamora indica que Brodie presenta las
conclusiones de lo que sería su análisis cefalométrico en 1938, con medidas que comenzó a utilizar
en 1930.7 En la cronología que ofrecen Krogman y Sassouni (1957) de los análisis cefalométricos lo
fechan en el 1940.2 Concentraba sus estudios en el plano silla-basion y base anterior del cráneo. 7
En 1936, Schwarz, Austria, presenta su análisis cefalométrico con revisiones posteriores en 1937 y
1955. También en 1936, Korkhaus, Alemania.2 Este autor antes del advenimiento de la
cefalometría daba gran importancia al análisis del perfil para el diagnóstico, modificó luego su
criterio dando real valor al estudio de la estructura ósea facial y afirmó que este método era
fundamental para determinar las relaciones máxilo-faciales. Con sus trabajos dio las bases de la
cefalometría actual, describiendo ángulos y planos y dando los elementos analíticos que permitían
una evaluación sistemática y diagnóstica. Describió la angulación de los dientes con el plano de
oclusión, posición relativa del plano oclusal con las bases maxilares, la relación angular de distintos
puntos del perfil con el plano horizontal de Frankfurt y la posición de los huesos faciales en
relación a la base craneal.11
También en la década del 30, aparece el análisis de Hellman. Según Canut, sus clásicas
investigaciones en esta década constituyen el antecedente más próximo y directo de la
cefalometría actual. El fue el eslabón científico que incorporó los métodos antropométricos a la
Ortodoncia y que sirvió de base para la iniciación de la craneometría radiográfica específicamente
orientado a fines ortodóncicos.8
En 1940, Elman, EE.UU.2 Ese mismo año, Adams publica un método en el cual ideó una serie
escalas que permitía mediciones sobre radiografías cefalométricas.9 1941, Baldrige, EE.UU, con
revisión posterior en 1950. 1946, Charles Tweed, EE.UU., con revisiones posteriores en 1953 y
1954.2 Con sus discípulos determinó su análisis conforme a la posición basal del incisivo inferior
como criterio empleado para decidir las extracciones en sus tratamientos. El mismo se realizó en
pacientes tratados sin extracciones, pero a los que se les propuso la extracción. De esta maniobra,
Tweed extrajo su análisis cefalométrico.7 1947, Björk, Suecia, con revisiones posteriores en 1951 y
dos en 1953.2 Concentraba sus estudios en la silla-basion o base anterior del cráneo.7 1947,
Margolis, EE.UU, con revisión en 1953.2 Hizo valiosas aportaciones a la cefalometría por su alto
valor de interpretación clínica.7 En 1943 Margolis determinó cefalométricamente la angulación de
los incisivos inferiores al plano mandibular, comprobando que en los casos normales éstos tenían
una angulación de 90º con una variación promedio de 5º.18 Noyes, Rushing, y Sind corroboran
estos descubrimientos. Brodie posteriormente estudió estas angulaciones en las distintas clases de
anomalías, sus resultados fueron muy similares a los obtenidos por sus predecesores.9 1947,
Corlett, EE.UU. 1948, Ballard, Inglaterra, revisado posteriormente en 1951 y 1953. 1948, Bushra,
EE.UU. 1948, Wylie, EE.UU.2 este autor dividió el plano de Frankfurt en componentes lineales,
método empleado después por Coben.7 En ese mismo año surge el análisis cefalométrico
Northwestern, desarrollado en EE.UU. por Thompson y Graber, junto con algunos de sus
discípulos, como Riedel y Mayne.2 Riedel fue el que desarrollo con este cefalograma la descripción
del perfil utilizando los ángulos SNA y SNB. Este cefalograma fue cuestionado al principio de la
década de los cincuenta, por la aplicación clínica comparativa con los modelos de estudio y
fotografía.7
En 1948, Downs, EE.UU, diseñó un método de análisis con cuyo perfeccionamiento (1952 y 1956)
llegó a demostrar su utilidad en el diagnóstico y plan de tratamiento en Ortodoncia, sentando las
bases de muchos de los que aparecieron posteriormente. Fue el primer análisis utilizado en el
diagnóstico ortodóncico y el que divulgó, posteriormente, la aplicación de las medidas
cefalométricas como medio de diagnóstico, además de su utilidad en el estudio del crecimiento y
desarrollo craneofacial. A este siguieron otros que se fueron popularizando posteriormente. La
base de que partió Downs para desarrollar su análisis en la Universidad de Illinois fue la de
comparar un individuo con una determinada muestra de población de la misma raza, sexo y edad.
Para ello seleccionó 20 individuos caucásicos de 12 a 17 años de edad repartidos en partes iguales
en cuanto a sexo, con proporciones craneofaciales normales y con oclusiones ideales. El plano
elegido por Downs para determinar la posición mandibular fue el de Frankfurt, a pesar de sus
limitaciones, por corresponder al plano de visión del individuo cuando se encuentra en posición de
reposo. En su cefalograma se diagnostican anomalías de posición de los maxilares y de los dientes
pero no se pueden estudiar anomalías de volumen.2 Empleaba información de los estudios de
Broadbent, Brodie y Björk para seleccionar tratamientos en patrones individuales. Su análisis fue
presentado en la Universidad de Illinois en un encuentro de graduados del departamento de
Ortodoncia.7 Es uno de los que se nutre el análisis que hoy se emplea en las historias clínicas
ortodóncicas cubanas.
En 1950, Guilmore, EE.UU, y Johnson, EE.UU, 1951, Craig, EE.UU; Kincaid, EE.UU, y Lindegard,
Noruega. 1952, Prakash y Margolis, EE.UU. 1953, Koski, Finlandia; Iyer, EE.UU.; Moorees, EE.UU.;
Williams, EE.UU., y Cecil Steiner, EE.UU. Su análisis se denominó Spanner analysis y se basó
fundamentalmente en los trabajos de Northwestern y Downs para su elaboración. Más tarde
(1959) incorporaría algunos elementos de Ricketts y de Holdaway, que completarían sus puntos de
vistas de la aplicación de la cefalometría al diagnóstico ortodóncico.2 Steiner elaboró sus medidas
iniciales basándose en una actriz de Hollywood. Se ha dicho que Steiner tenía buen ojo: trabajos
que han vuelto a calcular sus medidas originales han hecho muy pocos cambios. Su análisis es
considerado como el primero en cefalometría en la época moderna, por dos razones:
Constituye la base del análisis cefalométrico que hoy se emplea en la Historia Clínica de los
servicios de ortodoncia de Cuba. 1954, Blair, EE.UU; Higley, EE.UU; Hoffer, Italia, y Leroi-Gourhan,
Francia. 1955, Jenkins, Canada,2 junto con Harvold se ocuparon de describir únicamente la
desarmonía entre los maxilares, con ayuda de los estudios de crecimiento de Burlington (Ontario);
fue a través de los años que Steiner perfeccionó la aplicación de la cefalometría en los problemas
clínicos.7 1955, Coben, EE.UU.; Coutand, Francia; Stoner, EE.UU y Sassouni, EE.UU actualizadosen
1969 y 1970.2 Sassouni fue el primero en enfatizar las relaciones verticales y horizontales.2 1956,
Holdaway, EE.UU, y Braun y Schmidt, EE.UU, 1960, Ricketts, EE.UU.2 En el año de 1965, a partir de
la idea de la posibilidad de predecir el crecimiento y el plan de tratamiento Ricketts diseña el
"Objetivo Visual de Tratamiento" (OVT).7 Utiliza como base su análisis cefalométrico y las llamadas
superpociones. Aunque se sigue conociendo por OVT, actualmente también se le suele llamar
Visual Treatment Goal o VTG (metas visuales de tratamiento) que van a ser las directrices de la
mecánica que se utilizará posteriormente en el caso.2 La denominación de Objetivo Visual del
Tratamiento fue dada por Holdaway. Esta herramienta permite al ortodoncista visualizar los
cambios que deben producirse y prescribir el tratamiento necesario para lograr que eso
suceda.20, Continúan en 1969, Enlow y col, EE.UU 1972, Ricketts y col, EE.UU. Este fue diseñado,
muy particularmente, de acuerdo con su filosofía de tratamiento. Su análisis se hace complejo por
la utilización de numerosos puntos y de variables cefalométricas, pero este se ha visto facilitado
por la utilización de la computación, lo cual le permitió el análisis de más de 200.000 individuos.20
Otros autores han realizado diferentes análisis cefalométricos entre los que se encuentran Arnett
Bergman, Di-Paolo, Quiros, Trujillo, Bigerstaff, Legan-Burstone, Wolford, Bell, Epcker, etc. algunos
de estos análisis cefalométricos son específicos para ciertos procedimientos como la cirugía
ortognática.7 El Dr. Guardo añade a Rehaz, Monti señalando que principalmente modificaron los
dispositivos orientadores de la cabeza.14
En la historia de la cefalometría se pudiera diferenciar una etapa bien marcada que corresponde a
las tres últimas décadas en las que su desarrollo se caracteriza por la introducción de la
computación y de la digitalización de las imágenes, proceso iniciado posiblemente con Ricketts en
el año de 1969.21 Esto permite un ahorro de tiempo extraordinario para el clínico pues con gran
facilidad y mayor precisión pueden ser introducidos los puntos cefalométricos y en fracciones de
segundos tener los resultados de los análisis cefalométricos que se deseen.
CONSIDERACIONES FINALES
Como puede verse la cefalometría es una herramienta relativamente joven que desde su
surgimiento prometía una revolución en la Ortodoncia como especialidad. Ha sido utilizada en la
odontología forense, en Prótesis, en la Cirugía Ortognática y en Ortodoncia. En estas dos últimas
especialidades mantiene en la actualidad una vigencia absoluta como uno de los medios de
diagnósticos más importantes. Se han desarrollado en los últimos sesenta años cientos de análisis
cefalométricos7 para los estudios de crecimiento y desarrollo, determinación de las relaciones
intermaxilares, entre los tejidos blandos y el perfil óseo, entre los dientes y sus bases óseas, en el
diagnóstico estético, en la predicción de los objetivos visuales de tratamiento, entre otros. La
acelerada historia de la cefalometría radiográfica aún se escribe hoy con todos los profesionales
que cada día la utilizan y la desarrollan.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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