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Derecho Civil IV Ernest1019

TEMA 1: EL DERECHO DE SUCESIONES Y LA


SUCESIÓN HEREDITARIA
CAPÍTULO 1: EL DERECHO DE SUCESIONES

1. LA SUCESIÓN MORTIS CAUSA


La sucesión mortis causa es la generada por el fallecimiento de una persona, cuyas
relaciones jurídicas que se le imputan quedan sin titular, planteando el problema de qué
ocurrirá con los bienes y derechos de los que era titular, así como con las deudas y
obligaciones que dicha persona tenía asumidas o que se han producido por su muerte.

1.1. La admisibilidad general del fenómeno hereditario


Todas las civilizaciones conocidas han resuelto la cuestión a favor de la búsqueda de
sucesores del difunto, sin negar el fenómeno hereditario.

1.2. La generalización e importancia práctica de la herencia


El acceso a la propiedad por parte de las clases burguesas y populares trajo consigo un
notorio incremento de la trascendencia de las herencias en términos macroeconómicos.
Actualmente, la herencia conserva una extraordinaria importancia como mecanismo de
sucesión mortis causa, para la estructura política y para los posibles beneficiarios.

3. LAS DIVERSAS FORMAS DE SUCESIÓN


La sucesión mortis causa se desarrolla según lo establecido por la voluntad del difunto
o causante, combinándose con la existencia de reglas imperativas establecidas a favor de
ciertos familiares del mismo y previendo la existencia, de forma supletoria, de una serie
de normas dirigidas a ordenar la sucesión en el supuesto que el difunto no haya
establecido el destino de su patrimonio.

3.1. La voluntad del causante: la sucesión testamentaria


En general, se considera que toda persona tiene derecho a determinar el destino de sus
bienes para cuando fallezca. Por tanto, tiene facultades de disposición mortis causa,
ordenando quienes y como serán sus sucesores.
Esta determinación se instrumenta a través del testamento, que tiene por objeto servir
de vehículo a las disposiciones mortis causa del causante, las cuales son esencialmente
revocables en todo momento. Las reglas de sucesión que contiene determinan la sucesión
testamentaria, en la que la regla básica es que la voluntad del testador es la ley de
sucesión.
La libertad de testar constituye el principio y el final de la sucesión testamentaria y el
testador podrá actuar a su antojo, siempre y cuando no vulnere las reglas imperativas del
ordenamiento jurídico.

3.2. Las disposiciones legales de carácter imperativo: las legítimas


El grupo de las normas imperativas está representado por las destinadas a garantizar
que determinados familiares participen en la sucesión abierta, imponiéndoselo así al

- Cap. 1: El Derecho de sucesiones – 1


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causante. De esta manera, se reserva una cuota o porción de los bienes que la ley dicta a
favor de ciertos familiares del difunto, otorgándoles derecho a la legítima.

3.3. La sucesión intestada


Para el caso de inexistencia o insuficiencia de la sucesión testamentaria, nuestro
ordenamiento jurídico establece la fijación ex lege de los sucesores del difunto.
La propia ley, como último recurso, designa a los sucesores de quien no ha ejercitado
su libertad testamentaria. Tal designación beneficia, junto al cónyuge viudo en su caso, a
los familiares en línea recta, con exclusión de los ascendientes en caso de haber
descendientes, y puede llegar hasta los parientes colaterales. Finalmente, ante la
inexistencia de familiares, ocupará la posición de heredero el Estado.

3.4. La ley personal del causante


En relación con cualquier persona fallecida que ostente la nacionalidad española habrá
de determinarse, ante todo, cuál es su vecindad civil, ya que será ésta la que concrete la
ley personal que ostenta el causante en el momento de su fallecimiento y, por extensión,
el ordenamiento jurídico sucesorio de aplicación.

4. LA HERENCIA
Se entiende por herencia en sentido objetivo, de forma general, aquella que comprende
todos los bienes, derechos y obligaciones de una persona que no se extingan por su
muerte.
Los bienes y derechos que se extinguen por la muerte serán, en general:
- Cualquier titularidad de índole patrimonial que tenga carácter vitalicio
- La suma correspondiente a un seguro de vida concertado por el causante
- Las ropas, mobiliario y enseres que constituyen el ajuar de la vivienda habitual común
de los esposos, los cuales se entregarán al que sobreviva. Se excluyen los objetos
artísticos, históricos o de extraordinario valor
- Las funciones o cargos familiares
- Las facultades o derechos inherentes a la propia personalidad del difunto
Todos los restantes bienes y derechos de naturaleza patrimonial que forman parte del
patrimonio del difunto debe entenderse que forman parte integrante de la herencia,
comprendiendo también las obligaciones de una persona que no se extingan por su
muerte, es decir, sus deudas.

5. SUCESIÓN A TÍTULO UNIVERSAL Y A TÍTULO PARTICULAR


El heredero es un sucesor a título universal y el legatario a título particular. Al
suceder a título universal, el heredero ocupa una posición que le permite continuar siendo
el titular de la mayor parte de las relaciones jurídicas activas que tenía el causante hasta
su fallecimiento. El heredero sucede en el conjunto de las relaciones jurídicas
correspondientes al causante en la misma posición que éste asumía previamente y,
además, lo hace a título universal.
Frente al heredero, el legatario es un mero sucesor a título particular. Solo resulta
beneficiado por la atribución testamentaria de derechos de carácter singular que recaen
sobre bienes y/o derechos concretos de la herencia y, en general, puede desentenderse de
las deudas hereditarias, pues no es responsable de ellas.

- Cap. 1: El Derecho de sucesiones – 2


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Otras diferencias entre la condición de heredero y legatario son:


- Los herederos adquieren ipso iure la posesión civilísima de los bienes hereditarios,
mientras que los legatarios, en su caso, deben solicitarla a los herederos
- La condición de heredero implica la aceptación del instituido; el legado, en cambio,
se adquiere ipso iure

- Cap. 1: El Derecho de sucesiones – 3


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CAPÍTULO 2: LA SUCESIÓN HEREDITARIA

1. LAS FASES DEL FENÓMENO SUCESORIO

1.1. Apertura de la sucesión


La apertura de la sucesión coincide con el fallecimiento del causante.
La muerte genera la propia extinción de la personalidad del difunto y, por tanto, todas
las posiciones y relaciones jurídicas que se imputaban a su persona quedan sin titular.
Tales titularidades pasan a sus herederos.

1.2. La vocación y la delación


La fase de vocación equivale a quiénes son las personas que, en principio, han sido
llamadas a la herencia en condición de herederos. La determinación de los llamamientos
dependerá de las correspondientes disposiciones testamentarias o de la aplicación de las
reglas sobre sucesión intestada o, en su caso, de ambas conjuntamente.
A la fase en que el heredero llamado puede manifestar si acepta o no la herencia
deferida se le conoce con el nombre de delación.
Ambas fases se diferencian en que la vocación no coincide en todos los casos con la
delación propiamente dicha, es decir, no todos los llamados pueden aceptar o no la
herencia.

1.3. La fase de aceptación y adquisición de la herencia


Cuando, tras la delación, el llamado a la herencia manifiesta su aceptación, pasará a
ser efectivamente heredero y, tras los trámites oportunos, en fase de adjudicación, le
serán asignados los correspondientes bienes hereditarios.
Nuestro ordenamiento jurídico exige que para ser considerado heredero ha de preceder
la aceptación de la herencia. Por tanto, mientras los herederos no se hayan pronunciado
a favor de la aceptación de la herencia nos encontraremos frente a una herencia yacente.

2. EL DERECHO DE TRANSMISIÓN O IUS TRANSMISSIONIS


El ius delationis o derecho relativo a la aceptación o repudiación de la herencia es
transmisible. Así lo establece el art. 1006 CC, que dispone que, por muerte del heredero
sin aceptar ni repudiar la herencia, pasará a los suyos el mismo derecho que él tenía, es
decir, el derecho de aceptar o repudiar la herencia abierta a consecuencia del fallecimiento
de un causante anterior. A esto se le conoce con el nombre de ius transmissionis o
derechos de transmisión.
Los sujetos de este derecho son:
- Causante (inicial) de la herencia, la cual no ha sido aceptada ni repudiada
- Transmitente: dado su fallecimiento, en su herencia se integra también el ius
delationis, junto con los restantes bienes y derechos
- Transmisario o heredero del transmitente: puede ejercitar todas las facultades
inherentes al patrimonio dejado por el transmitente y, por tanto, puede aceptar o
repudiar la herencia del causante inicial, es decir, del ius delationis no ejercitado por
el transmitente

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El primer y principal presupuesto para que tenga lugar de forma efectiva el ius
transmissionis radica en que el transmisario acepte la herencia del transmitente,
ejerciendo su propio ius delationis. En caso contrario, no adquirirá el ius delationis
correspondiente al transmitente ni, en consecuencia, facultad alguna para decidir si acepta
o repudia la herencia del causante. En otras palabras, el transmisario puede aceptar la
herencia del transmitente y repudiar la del causante. Si, en cambio, repudia la del
transmitente, pierde cualquier posibilidad de pronunciarse sobre la del causante.
El ius transmissionis es aplicable a cualquier tipo de sucesión, sea testamentaria o
intestada.

3. EL DERECHO DE ACRECER

3.1. El derecho de acrecer en la sucesión testamentaria: precedentes


En el Derecho romano, el acrecimiento obedecía a diversos fundamentos:
1. Cuando el testador disponía solo de una parte de su herencia, el heredero pro parte
adquiría la totalidad. Esta modalidad no ha pasado a nuestro Derecho
2. Cuando el testador distribuía toda su herencia entre varios herederos y alguno de ellos
no llegaba a adquirir su parte, la porción vacante acrecía a los demás.
Por tanto, solo los llamados conjuntamente con la persona que deja su porción vacante
tienen el derecho de acrecer.
El derecho de acrecer pasó al ius commune, siendo recogido por el Code de Napoleón.

3.2. Naturaleza y fundamento


Para el Derecho romano, el fundamento del derecho de acrecer se basaba en una
presumible voluntad del testador, y ésta ha sido la justificación con la que ha pasado al
Derecho contemporáneo.
Sin embargo, la teoría subjetiva ha sido criticada. No basta con la voluntad presunta
del causante, sino que debe requerirse que tenga lugar un llamamiento o vocación
acumulativa a unos mismos bienes por parte del testador.

3.3. Requisitos
Para que se produzca el derecho de acrecer, según el art. 982 CC, deben darse dos
circunstancias básicas:
1º Llamamiento conjunto: debe consistir en que dos o más personas sean llamados a
una misma herencia o a una misma porción de ella, sin especial designación de partes.
Se entenderá hecha la designación por partes solo en el caso que el testador haya
determinado expresamente una cuota para cada heredero. La frase “por mitad o por
partes iguales” no excluye el derecho de acrecer
2º Porción vacante: según el art. 982.2 CC, la vacancia en una de las porciones de la
herencia debe producirse a causa de que uno de los llamados muera antes que el
testador o que renuncie a la herencia o sea incapaz de recibirla

3.4. El derecho de acrecer en la sucesión intestada


El derecho de acrecer no sería aplicable en la sucesión intestada, dado que en ella el
pariente de grado más próximo excluye al más remoto.

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Se descarta el derecho de acrecer por la inexistencia de igualdad de cuotas o partes


entre algunos supuestos de acrecimiento.

3.5. El acrecimiento en la legítima y en la mejora


El art. 985.1º CC dispone que, entre los herederos forzosos, el derecho de acrecer solo
tendrá lugar cuando la parte de libre disposición se deje a dos o más de ellos, o a alguno
de ellos y a un extraño. Es decir, cuando hay llamamiento conjunto que recaiga sobre el
tercio de libre disposición.
Si la parte repudiada fuera la legítima, sucederán en ella los coherederos por su derecho
propio, y no por el derecho de acrecer.

4. EL DERECHO DE REPRESENTACIÓN

4.1. Concepto
Conforme el art. 924 CC, se llama derecho de representación el que tienen los
parientes de una persona para sucederle en todos los derechos que tendría si viviera o
hubiera podido heredar. Es decir, alguien ocupa en una herencia la posición que hubiera
correspondido a un pariente que no ha podido llegar a ser heredero.

4.2. El derecho de representación en la sucesión intestada: presupuestos de


aplicación
El ámbito propio y característico de aplicación del derecho de representación es la
sucesión intestada. Sus presupuestos de aplicación son los siguientes:
1. Que quienes hubieran sido llamados a la herencia conforme a las reglas de la sucesión
intestada haya premuerto al causante o no haya podido sucederle por estar incurso en
causa de indignidad.
2. Que alguno/s de sus parientes cumpla/n los requisitos de parentesco establecidos en
la sucesión intestada:
- Que sea descendiente de quien no ha podido heredar
- Que sea hijo de uno de los hermanos del causante, en concurrencia con sus tíos
3. Que quien ejercita el derecho de representación, respecto del causante, le sobreviva y
no se encuentre incurso en causa de indignidad
En caso de que proceda el derecho de representación, su efecto fundamental consiste
en que la herencia intestada se distribuirá por estirpes, de modo que el representante no
herede más de lo que heredaría su representado, si viviera.

4.3. El debate sobre el derecho de representación en la sucesión testamentaria


Aunque otros Códigos lo admitan, en la sucesión testamentaria debe excluirse el
derecho de representación.

4.4. Sistema legitimario y derecho de representación


El art. 929 CC indica que no podrá representarse a una persona viva sino en los casos
de desheredación o incapacidad. Esta norma introduce un verdadero derecho de
representación en la sucesión testamentaria, aunque limitado para el caso específico que
contempla, es decir, la premoriencia del instituido en primer lugar y solo respecto a sus
descendientes.

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TEMA 2: LA CAPACIDAD SUCESORIA


CAPÍTULO 3: LA CAPACIDAD SUCESORIA

1. LA CAPACIDAD PARA SUCEDER

1.1. El principio general


Con carácter general, cualquier persona goza de capacidad sucesoria, ya se trate de
personas físicas o personas jurídicas. El único requisito es que el sucesor tenga
personalidad y sea susceptible de ser identificado.
El art. 744 CC dispone que podrán suceder por testamento o abintestato los que no
estén incapacitados por la ley.

1.2. El momento de calificación de la capacidad


La regla general es que para calificar la capacidad del heredero o legatario se atenderá
al tiempo de la muerte de la persona de cuya sucesión se trate. Si el testamento o legado
fuese condicional, se atenderá, además, al tiempo en que se cumpla la condición.

2. LAS INCAPACIDADES ABSOLUTAS


El art. 745 CC establece que solo pueden ser consideradas incapaces de suceder:
- Las criaturas abortivas, es decir, aquellas que no reúnen las circunstancias expresadas
en el art. 30 CC
- Las asociaciones o corporaciones no permitidas por la ley

3. ¿SUPERVIVENCIA DEL SUCESOR?


La supervivencia del sucesor al causante constituye un presupuesto propio de la
sucesión hereditaria con carácter general. Por tanto, como principio, el sucesor debe
existir en el momento de apertura de la sucesión y, además, sobrevivir al causante.

3.1. Los casos de conmoriencia


La determinación de la supervivencia del heredero resulta particularmente difícil en
los supuestos en que se origina la muerte simultánea de dos o más personas, en un mismo
evento, que tengan recíprocamente derecho a heredarse.
El art. 33 CC requiere probar quien ha fallecido antes y, a falta de prueba, se presumen
muertas al mismo tiempo y no tiene lugar la transmisión de derechos de uno a otro. Por
tanto, la supervivencia del eventual sucesor debe ser probada para que tenga lugar la
sucesión hereditaria, manteniéndose la regla general en la materia.

3.2. El nasciturus o concebido pero no nacido


El nasciturus puede ser instituido heredero o nombrado legatario en testamento o
llamado a la herencia en concepto de legitimario o de heredero abintestato.

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3.3. El llamamiento al concepturus


La llamada a la herencia de los concepturus (los que nacieran) es bastante frecuente y
ha sido discutido doctrinalmente, aunque la jurisprudencia parece mostrarse favorable a
su admisión.

3.4. Las fundaciones testamentarias


Sin resumen.

3.5. Las asociaciones proyectadas o en periodo constitutivo


Sin resumen.

4. LAS INCAPACIDADES RELATIVAS

4.1. Los ministros religiosos


Según el art. 752 CC, no producirán efecto las disposiciones testamentarias que haga
el testador durante su última enfermedad a favor del sacerdote que le hubiese confesado,
de los parientes del mismo dentro del cuarto grado, o de su iglesia o comunidad.
Debe realizarse una aplicación analógica a ministros de otras confesiones religiosas en
las que no exista el sacramento de confesión, siempre que prestase auxilio espiritual.

4.2. Los tutores o curadores


El art. 753 CC dispone que tampoco surtirá efecto la disposición testamentaria a favor
de quien sea tutor o curador del testador, salvo cuando se haya hecho después de
aprobadas las cuentas o después de la extinción de la tutela o curatela. Serán válidas las
disposiciones hechas a favor del tutor o curador que sea ascendiente, descendiente,
hermano, hermana o cónyuge del testador.
Será nula la disposición hecha por las personas que se encuentren internadas por
razones de salud o asistencia, a favor de sus cuidadores que sean titulares o empleados
del establecimiento público o privado en el que estuviesen internadas. También será nula
la disposición realizada a favor de los citados establecimientos.
Las demás personas físicas que presten servicios de cuidado o asistenciales solo podrán
ser favorecidas en la sucesión del causante si es ordenada en testamento notarial abierto.
Sin embargo, serán válidas las disposiciones hechas a favor del tutor, curador o cuidador
que sea pariente con derecho a suceder abintestato.

4.3. Los Notarios y testigos


El art. 754 CC prohíbe al testador que disponga a favor del Notario y de los testigos
que hayan intervenido en el otorgamiento el testamento, disponiendo que el testador no
podrá disponer de todo o parte de su herencia a favor del Notario que autorice su
testamento, o del cónyuge, parientes o afines del mismo dentro del cuarto grado. Esta
prohibición será aplicable a los testigos del testamento abierto. También son aplicables a
los testigos y personas ante quienes se otorguen los testamentos especiales.

4.4. La interposición de persona


El art. 755 CC determina que será nula la disposición testamentaria a favor de un
incapaz, aunque se disfrace bajo la forma de contrato oneroso o se haga a nombre de

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persona interpuesta, es decir, de una persona que pueda servir de intermediario o


mediador para el indebido enriquecimiento del incapaz de suceder.

5. LA INDIGNIDAD

5.1. Introducción
La indignidad consiste en establecer que quienes cometan actos de particular gravedad
contra un causante determinado, pierden el derecho a heredar lo que podía corresponderle
en su herencia.
La indignidad inhabilita a quien incurre en alguna de las causas legalmente
establecidas para suceder, ya sea de la legítima, de la sucesión intestada o de la sucesión
testamentaria.
La indignidad es una incapacidad sucesoria de carácter relativo, referida a un
determinado causante y no constituye una cualidad personal y general del indigno. Es
decir, quien sea indigno respecto de una determinada persona, no la heredará, pero puede
heredar a cualquier otra persona.

5.2. Las causas de indignidad


El art. 756 CC establece que son incapaces de suceder por causa de indignidad:
1º El que fuese condenado por sentencia firme por haber atentado contra la vida o a pena
grave por haber causado lesiones o por haber ejercido habitualmente violencia física o
psíquica en el ámbito familiar del causante, su cónyuge o alguno de sus descendientes
o ascendientes
2º El que fuese condenado por sentencia firme por delitos contra la libertad, la integridad
moral y la libertad e indemnidad sexual, si el ofendido es el causante, su cónyuge o
alguno de sus descendientes o ascendientes
El condenado por sentencia firme a pena grave por haber cometido un delito contra los
derechos y deberes familiares respecto de la herencia de la persona agraviada.
El privado por resolución firme de la patria potestad, o removido del ejercicio de la
tutela de un menor o persona con discapacidad por causa que le sea imputable, respecto
de la herencia del mismo
3º El que hubiese acusado al causante de delito para el que la ley señala pena grave, si es
condenado por denuncia falsa
4º El heredero mayor de edad que, sabedor de la muerte violenta del testador, no la
hubiese denunciado dentro de un mes a la justicia
5º El que, con amenaza o violencia, obligase al testador a hacer testamento o a cambiarlo
6º El que, con amenaza o violencia, impidiera a otro hacer testamento, o revocar el que
tuviese hecho, o suplantase, ocultase o alterase otro posterior
7º Tratándose de la sucesión de una persona con discapacidad, las personas con derecho
a la herencia que no le hubieran prestado las atenciones debidas
La causa 4º debe producirse tras la muerte del testador, de tal manera que el indigno
puede haber sido llamado a la herencia e incluso haber aceptado, pero, con posterioridad,
su adquisición hereditaria será ineficaz.

5.3. Rehabilitación del indigno


La ley permite que el ofendido perdone o remita las causas de indignidad. Por tanto,
la incapacidad sucesoria del indigno es disponible por el causante.

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Según el art. 757 CC, las causas de indignidad dejan de surtir efecto si el testador las
conocía al tiempo de hacer testamento o si, habiéndolo sabido después, las remitiera en
documento público. Por tanto, cabe tanto:
- El perdón tácito testamentario, consistente en que, pese a que alguien se encuentra
incurso en causa de indignidad respecto de otra persona, ésta, al testar, puede
instituirlo legatario
- La expresa remisión, aunque ésta debe instrumentarse públicamente

6. EFECTOS DE LA INDIGNIDAD E INCAPACIDAD

6.1. Unificación de tratamiento


En el Código Civil, los supuestos de incapacidad relativa y los casos de indignidad han
sido unificados en cuanto al régimen jurídico aplicable.
Ha habido debate sobre cual era el régimen jurídico a aplicar.
Según los Profesores ROYO y ALBADALEJO, ni el indigno ni el incapaz pueden adquirir
la condición de heredero. Son excluidos de la herencia correspondiente.
Por su parte, el Profesor LACRUZ opinaba que ambos grupos pueden adquirir el
derecho a la herencia, si bien quedando sujeto a posible resolución y consiguiente
restitución de los bienes hereditarios.
Ante este debate, impera la idea de que debe defenderse la exclusión de la herencia
tanto del indigno como del incapaz.

6.2. La eventual restitución de los bienes hereditarios por el incapaz


El art. 760 CC establece que el incapaz de suceder que hubiese entrado en la posesión
de los bienes hereditarios, estará obligado a restituirlos con sus accesiones y con todos
los frutos y rentas que haya percibido.
De esta manera, el incapaz o indigno, en caso de ocupar bienes hereditarios, sería un
mero heredero aparente, cuya posición debe plegarse frente al verdadero heredero.

7. INDIGNIDAD Y DESHEREDACIÓN
Las causas de indignidad y de desheredación no son coincidentes. Tampoco su
significado ni funcionamiento, pues las causas de desheredación solo permiten desheredar
al legitimario.

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TEMA 3: EL TESTAMENTO: FORMAS COMUNES Y


ESPECIALES
CAPÍTULO 4: EL TESTAMENTO

1. EL TESTAMENTO

1.1. Concepto y caracteres


El art. 667 CC establece que el testamento es el acto por el cual una persona dispone
para después de su muerte de todos sus bienes o de parte de ellos.
Los caracteres del testamento pueden extraerse del conjunto de la regulación del
Código Civil, y se pueden resaltar los siguientes:
A) Acto unilateral y unipersonal
La declaración de la voluntad testamentaria no requiere ninguna otra declaración ni
ninguna otra persona. El testador otorga por sí mismo el testamento.
El testamento es también un acto unipersonal, poniendo de manifiesto que no cabe
que varias personas testen simultánea y mancomunadamente. El art. 669 CC lo prohíbe
radicalmente, estableciendo que no podrán testar dos o más personas mancomunadamente
o en un mismo instrumento.
B) Acto personalísimo
El art. 670 CC establece que el testamento es un acto personalísimo. No podrá dejarse
su formación al arbitrio de un tercero ni hacerse por medio de comisario o mandatario.
Tampoco podrá dejarse al arbitrio de un tercero la subsistencia del nombramiento de
herederos o legatarios, ni la designación de las porciones. Es decir, el testador debe decidir
por sí mismo a quién y cómo y en cuanto nombra herederos o legatarios.
C) Acto solemne
El carácter solemne o estrictamente formal del testamento conlleva que será nulo el
testamento en cuyo otorgamiento no se hayan observado las formalidades
respectivamente establecidas.
D) Acto esencialmente revocable
Mientras viva, el testador podrá otorgar cuantos testamentos quiera y desee, pues el
otorgamiento del testamento no atribuye derecho o facultad alguna quienes hayan sido
instituidos en él como herederos o legatarios.
Así lo afirma el art. 737 CC, según el cual, todas las disposiciones testamentarias son
esencialmente revocables. Se tendrán por no puestas las cláusulas derogatorias de las
disposiciones futuras.

1.2. Contenido del testamento


La mayor parte de los testamentos otorgados suelen referirse a las atribuciones
patrimoniales realizadas por el causante para cuando fallezca. No obstante, la mayor parte
de los testamentos también suelen contener declaraciones privadas de sustrato
patrimonial.
Tanto unas como otras son manifestaciones que deben tener un sentido imperativo,
ordenando el testador su cumplimiento.

- Cap. 4: El testamento – 11
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2. LA CAPACIDAD PARA TESTAR


El art. 662 CC establece que pueden testar todos aquellos a quienes la ley no lo prohíbe
expresamente. Están incapacitados para testar:
a) Los menores de 14 años
b) El que, habitual o accidentalmente, no se hallase en su cabal juicio

2.1. La edad
La regla general de que bastan los 14 años para poder testar no rige en el testamento
ológrafo, en el que se requiere la mayoría de edad. Fuera de este supuesto, cualquiera
puede testar a partir de la edad de 14 años.

2.2. La falta de cabal juicio


Está incapacitado para testar el que habitual o accidentalmente no se hallare en su cabal
juicio. Esta prohibición se combina con dos normas complementarias:
1) El testamento hecho antes de la enajenación mental es válido
2) Siempre que el incapacitado, por virtud de sentencia que no contenga
pronunciamiento acerca de su capacidad para testar, pretenda otorgar testamento, el
Notario designará dos facultativos que le reconozcan y no lo autorizará hasta que éstos
respondan de su capacidad
En definitiva, en caso de existir pronunciamiento judicial privando al incapacitado de
la capacidad de testar, el Notario deberá observarla en sus términos. Si no existe
incapacitación o la sentencia no dice nada al respecto, el Notario podrá seguir indagando
la capacidad natural del testador conforme al art. 665 CC.

2.3. La regulación propia de la Ley 8/2021, de apoyo a las personas con


discapacidad
Dicha ley ha dado una nueva redacción al art. 665 CC, estableciendo que la persona
con discapacidad podrá otorgar testamento cuando, a juicio del Notario, pueda
comprender y manifestar el alcance de sus disposiciones. El Notario procurará que la
persona otorgante desarrolle su propio proceso de toma de decisiones, facilitando que
pueda expresar su voluntad, deseos y preferencias.

3. REGLAS FORMALES DE CARÁCTER GENERAL


El carácter formal y solemne del testamento determina que el incumplimiento de
dichas formalidades traiga consigo la nulidad radical del testamento.

3.1. El Notario
Siempre que proceda su intervención, el Notario debe ser el competente para actuar en
el lugar del otorgamiento, ya que es el único lugar donde tienen fe pública.

3.2. Los testigos


Los testigos no deben encontrarse incursos en ninguna de las prohibiciones
establecidas al respecto. El Código distingue una serie de prohibiciones que se aplican de
forma general, estableciendo que no podrán ser testigos en los testamentos:
1º Los menores de edad
2º Los que no entiendan el idioma del testador

- Cap. 4: El testamento – 12
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3º Los que no presenten el discernimiento necesario para desarrollar la labor testifical


4º El cónyuge o los parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad o segundo de
afinidad del Notario y quienes tengan con éste relación de trabajo
A estas causas, cuando se trate de testamento abierto, deben añadirse los herederos y
legatarios instituidos en el testamento, así como sus cónyuges o parientes dentro del
cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad.

3.3. El intérprete
El art. 684 CC dispone que cuando el testador exprese su voluntad en lengua que el
Notario no conozca, se requerirá la presencia de un intérprete.
El instrumento se escribirá en las dos lenguas, con indicación de cuál ha sido la
empleada por el testador.

4. IDENTIFICACIÓN Y APRECIACIÓN DE LA CAPACIDAD DEL


TESTADOR
La identificación y la apreciación de la capacidad del testador constituyen elementos
de suma importancia en el momento en que cualquier persona desea manifestar su
voluntad testamentaria.
El art. 685 CC establece que el Notario deberá conocer al testador, y si no lo conociese,
lo identificará con dos testigos o mediante el uso de documentos públicos. El Notario
también deberá asegurarse de que, a su juicio, el testador tiene la capacidad legal
necesaria para testar.
En consecuencia, la identificación notarial puede llevarse a cabo mediante la
aportación por el interesado de sus documentos de identidad. En caso que no pudiera
identificarse la persona del testador, se declarará esta circunstancia por el Notario,
reseñando los documentos que el testador presente. Si el testamento fuese impugnado por
tal motivo, corresponderá al que sostenga su validez la prueba de la identidad del testador.

5. LA INEFICACIA DEL TESTAMENTO


El testamento otorgado puede ser ineficaz en bastantes supuestos, bien sea porque
quien lo haya otorgado carezca de capacidad, porque no se hayan respetado las
formalidades testamentarias requeridas en el caso o por que haya sido revocado
posteriormente.
También cabe que, siendo el testamento en general válido, algunas de sus
disposiciones sean o pueden ser declaradas inválidas o deban ser tenidas por no puestas,
es decir, cabe la ineficacia total o parcial del testamento.

5.1. La revocación y sus formas


La causa típica de pérdida de efectos de un testamento válidamente otorgado es la
revocación de dicho testamento. El art. 738 CC dispone que los testamentos deben ser
revocados con las solemnidades propias para testar.
Las solemnidades testamentarias deben respetarse en todo caso, con independencia de
que la voluntad revocatoria se dirija a privar de eficacia al testamento en su conjunto o
solo alguna de sus cláusulas. La revocación puede ser:

- Cap. 4: El testamento – 13
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- Total: si tiene por objeto privar por completo de validez a un testamento


anteriormente otorgado
- Parcial: si la revocación afecta únicamente a alguna de sus cláusulas
La conclusión de que solo valdrá la última voluntad testamentaria presupone que todas
las expresadas anteriormente han quedado revocadas, pudiendo llegar a este extremo de
diversas maneras, conocidas técnicamente con el nombre de formas de revocación.
A) La revocación expresa
La declaración del testador de que desea dejar sin efecto sus anteriores manifestaciones
testamentarias no presenta muchos problemas. En cambio, resulta algo más compleja la
eventualidad que refleja el art. 739 CC, que establece que el testamento anterior recobrará
su fuerza si el testador revoca después el posterior, y declara expresamente que su
voluntad es que valga el primero.
Por tanto, la reviviscencia del testamento antiguo requiere una manifestación expresa
del testador de recuperar su eficacia. Así, mediante la manifestación revocatoria en el
novísimo, se priva de eficacia al nuevo y la recupera el antiguo.
B) La revocación tácita
La ineficacia de un testamento anterior debe producirse, aunque el testador nada
declare respecto de ello, cuando tiene lugar el otorgamiento de otro testamento
posterior, pues hay que considerar que el otorgamiento de un testamento posterior carece
de sentido si no tiene como finalidad privar de eficacia al anteriormente otorgado.
El art. 739.1 CC establece que el testamento anterior queda revocado por el posterior
si el testador no expresa en éste su voluntad de que aquel subsista en todo o en parte.
Sin embargo, la doctrina plantea la cuestión en clave de incompatibilidad entre uno y
otro testamento, propugnando la interpretación de que si el nuevo no permite deducir la
revocación del anterior y el contenido de ambos puede ser compatible, aunque el testador
no se exprese sobre el mantenimiento del antiguo, cabe mantener las disposiciones de éste
en cuanto resulten complementarias de las contenidas en el testamento posterior.
Dicha tesis ha sido reiteradamente admitida por el Tribunal Supremo.
C) La denominada revocación real
Se denomina así al supuesto que el testamento cerrado aparezca quebrantado, roto o
destruido. El art. 742 CC distingue dos casos distintos, según que el testamento cerrado
se encuentre en poder del testador o de una tercera persona:
- Si el testamento cerrado aparece en el domicilio del testador con las cubiertas rotas o
borradas las firmas que los autoricen, se presume revocado, considerándose que han
sido provocados por el propio testador para evitar que el testamento valga. Por ello,
el testamento será válido, probando su autenticidad, si se demuestra que los
desperfectos han sucedido sin voluntad ni conocimiento del testador
- Si el testamento se encuentra en poder de otra persona, se presume que está ha sido
la causante de los desperfectos de la cubierta o de los sellos, y será válido si se
demuestra su autenticidad.

5.2. La caducidad del testamento


Caducan los testamentos otorgados en circunstancias extraordinarias cuando,
superadas éstas, la ley considera que el testador recupera la normalidad para acudir a las
formas testamentarias comunes. De esta forma caducan los testamentos abiertos
otorgados en peligro de muerte o en tiempo de epidemia, los testamentos militar y
marítimo.

- Cap. 4: El testamento – 14
Derecho Civil IV Ernest1019

5.3. La nulidad del testamento


La nulidad del testamento puede deberse a cualquiera de las siguientes circunstancias:
1º Inexistencia o falta de capacidad en el otorgante y, en particular, testamento otorgado
por menores de 14 años o testamentos ológrafos otorgados por menores
2º Vulneración o inobservancia de las formalidades prescritas para cada caso
3º Recurso a una de las formas testamentarias prohibidas por el Código (mancomunado
o mediante comisario)
4º Existencia de vicios de la voluntad en el momento del otorgamiento

- Cap. 4: El testamento – 15
Derecho Civil IV Ernest1019

CAPÍTULO 5: LAS FORMAS TESTAMENTARIAS COMUNES

1. CLASIFICACIÓN DE LAS FORMAS TESTAMENTARIAS


El art. 676 CC establece que el testamento puede ser común o especial. Según dicho
artículo, los testamentos se clasifican en:
a) Comunes: son las siguientes formas testamentarias:
- Testamento ológrafo: cuando el testador lo escribe por sí mismo en la forma y con
los requisitos que se determinen
- Testamento abierto: aquel en el que el testador manifiesta su última voluntad en
presencia de las personas que deban autorizar el acto, quedando enteradas de lo que
en él se dispone
- Testamento cerrado: aquel en el que el testador, sin revelar su última voluntad,
declara que ésta se haya contenida en el pliego que presenta a las personas que han
de autorizar el acto
b) Especiales: son los testamentos militar, marítimo y el hecho en país extranjero

2. EL TESTAMENTO ABIERTO NOTARIAL


En el testamento abierto, el testador manifiesta su voluntad en presencia de las
personas que deban autorizarlo, mayoritariamente ante Notario.

2.1. La preparación y redacción del testamento


La característica principal del testamento abierto es que su redacción compete a los
Notarios. Previamente, el testador deberá transmitirle cuál es su voluntad testamentaria,
ya sea de forma oral o por escrito.

2.2. El otorgamiento del testamento abierto


La fase de otorgamiento consiste en la lectura del testamento por el otorgante ante el
Notario o, en su caso, por el Notario en presencia del otorgante. Por tanto, el Notario no
otorga testamento, sino que sencillamente lo autoriza. Si existe conformidad entre la
redacción y la voluntad del testador, el testamento se entiende otorgado.

2.3. El requisito de la unidad de acto


Según el art. 699 CC, todas las formalidades se practicarán en un solo acto, que
comenzará con la lectura del testamento, sin que sea lícita ninguna interrupción.
El requisito de la unidad de acto solo es aplicable al otorgamiento propiamente dicho
del testamento, es decir, al acto que comienza con la lectura y termina con la firma.

2.4. Variantes del testamento abierto notarial


Pueden considerarse variantes del testamento abierto notarial los siguientes supuestos:
a) El testamento otorgado en lengua extranjera
b) El testamento otorgado por un testador que declare que no sabe o no puede firmar el
testamento, o que sea ciego o no pueda leer por si el testamento, en cuyo caso deben
concurrir al acto del otorgamiento dos testigos idóneos

- Cap. 5: Las formas testamentarias comunes – 16


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c) Si el testador que no supiese o no pudiese leer fuese enteramente sordo, los testigos
leerán el testamento en presencia del Notario y deberán declarar que coincide con la
voluntad manifestada

3. LOS TESTAMENTOS ABIERTOS SIN INTERVENCIÓN


NOTARIAL
Las formas testamentarias abiertas que pueden otorgarse sin intervención notarial son
el testamento en peligro de muerte y el testamento en caso de epidemia. La ausencia de
intervención notarial se basa en la urgencia existente en ambos supuestos.

3.1. El testamento en peligro de muerte


El art. 700 CC establece que si el testador se hallara en peligro inminente de muerte,
puede otorgarse testamento ante 5 testigos idóneos, sin necesidad de Notario.
No obstante, el hecho que pueda otorgarse testamento abierto notarial en caso de
peligro de muerte no implica que la intervención notarial sea inapropiada. En el caso que
el testador se encuentre en peligro de muerte y acuda a un Notario para otorgar el
testamento, éste debe considerarse notarial abierto.

3.2. El testamento en caso de epidemia


El art. 701 CC establece que, en caso de epidemia, puede igualmente otorgarse el
testamento sin intervención notarial ante 3 testigos mayores de 16 años.

3.3. Normas comunes


Las dos formas testamentarias anteriores tienen carácter excepcional. Una prueba de
ello es que la validez de estos testamentos queda sometida al plazo de caducidad de dos
meses, contados desde la fecha de su otorgamiento. El testamento quedará ineficaz si
pasan dos meses desde que el testador haya salido del peligro de muerte o haya cesado la
epidemia.
Los testamentos otorgados sin autorización del Notario serán ineficaces si no se elevan
a escritura pública y se protocolizan en la forma prevenida en la legislación notarial. Es
decir, antes o después, los testigos de cualquiera de los testamentos considerados quedan
obligados a procurar su materialización por escrito, firmando la correspondiente acta de
otorgamiento si supieran escribir.
Si no supieran escribir, los testigos quedan obligados a comparecer ante la Autoridad
Judicial para evitar la ineficacia del testamento, sobre todo si el testador ha fallecido antes
de haber caducado el testamento. También quedará ineficaz el testamento si dentro de los
tres meses siguientes al fallecimiento, no se acude al Notario para que se eleve a escritura
pública, ya se haya otorgado por escrito o verbalmente.

3.4. La protocolización: Ley de Enjuiciamiento Civil y Ley de Jurisdicción


Voluntaria
Protocolizar significa incorporar a un archivo notarial un determinado testamento u
otro escrito de relevancia sucesoria.
La LEC no regula ni contempla expresamente el procedimiento a seguir. Sin embargo,
la LJV establece las reglas procedimentales que se deben tener en cuenta.

- Cap. 5: Las formas testamentarias comunes – 17


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4. EL TESTAMENTO OLÓGRAFO

4.1. Concepto y características


El testamento ológrafo es un documento testamentario que se caracteriza por estar
íntegramente escrito por el testador, sin intervención de ninguna otra persona.
El testador puede expresar su voluntad mortis causa y la forma ológrafa garantiza de
forma absoluto el secreto de las disposiciones testamentarias.
Resulta aconsejable que la redacción del testamento ológrafo se combine con un acta
notarial que refleje su otorgamiento y depósito ante un Notario y que se anote en el
Registro de Actos de Última Voluntad. Con ello, el testador garantizará el cumplimiento
de su voluntad.

4.2. Requisitos
El legislador establece requisitos de carácter complementario para el testamento
ológrafo, que se distinguen según se refieran a la capacidad o a la forma de este tipo de
testamento.
En relación con la capacidad del testador, se requiere la mayoría de edad. En cuanto
a la forma, se requiere la autografía, fecha y firma del documento escrito en el que se
plasma el testamento ológrafo.
A) La mayoría de edad
El art. 688.1 CC establece que el testamento ológrafo solo podrá otorgarse por
personas mayores de edad.
B) La autografía del testamento
El testamento ológrafo debe ser íntegramente autógrafo, tal como lo afirma el art.
688.2 CC.
Se excluye la posibilidad de utilización de cualquier medio mecánico de reproducción.
Así pues, si el testador no sabe, no puede o no quiere escribir, el pretendido testamento
ológrafo devendrá ineficaz, con lo que debe llegarse a la conclusión que es un requisito
de capacidad el hecho que el testador deba saber escribir de manera convencional.
Con relación a la lengua de utilización, el art. 688.4 CC establece que los extranjeros
podrán otorgar testamento ológrafo en su propio idioma.
Si el testamento contuviese palabras tachadas o inventadas, el testador las salvará bajo
su firma. Salvar equivale a poner al fin de la escritura una nota para que valga lo
enmendado o añadido en renglones o para que no valga lo borrado.
C) La fecha del testamento
La determinación de la fecha es necesaria, ya que debe concretarse la capacidad del
testador en relación a ella. No obstante, la razón fundamental estriba en la formación de
este tipo de testamento, pues debe entenderse que lo da por finalizado cuando indica en
qué fecha lo hace, antes de rubricarlo.
La exigencia de la fecha se encuentra referida a la expresión del año, mes y día.
D) La firma o rúbrica
El Código civil exige la firma del testador en el testamento ológrafo, pues sin ella, lo
escrito por el testador puede considerarse un documento preparatorio o un borrador. En
general, todos los documentos escritos convierten a la firma en la manifestación de
voluntad del interesado.

- Cap. 5: Las formas testamentarias comunes – 18


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En términos generales, debe utilizarse la firma y rúbrica habituales del testador, siendo
conveniente que conste en todas las hojas en que se haya redactado el testamento.

4.3. Adveración
Una vez fallecido el testador, el documento debería ser adverado conforme a la
legislación notarial, mediante la concurrencia de los pertinentes testigos o cotejo pericial
de la letra. Tras la aprobación de la LJV, la competencia para la adveración y
protocolización pasa a ser función notarial.
Según el art. 689 CC, el testamento ológrafo deberá protocolizarse, presentándolo ante
Notario en los cinco años siguientes al fallecimiento del testador.
Según el art. 690 CC, la persona que tenga en su poder un testamento ológrafo deberá
presentarlo ante Notario competente en los 10 días siguientes a aquel en que tenga
conocimiento del fallecimiento del testador.

4.4. Protocolización
El art. 693 CC establece que el Notario, si considera acreditada la autenticidad del
testamento, autorizará el acta de protocolización, en la que hará constar las actuaciones
realizadas y, en su caso, las observaciones manifestadas.
Si el testamento no fuera adverado, por no acreditarse suficientemente la identidad del
otorgante, se archivará el expediente sin protocolizarlo.

5. EL TESTAMENTO CERRADO

5.1. La redacción del testamento


Según el art. 706 CC, la preparación y redacción del testamento puede llevarse a cabo
de tres formas distintas:
1º Puede estar enteramente escrito por el testador por su puño y letra, quien en tal caso
pondrá su firma al final
2º Puede haber sido escrito por cualquier medio mecánico o por otra persona a ruego del
testador. En este caso, el testador pondrá su firma en todas sus hojas y al pie del
testamento
3º Cuando el testador no sepa o no pueda firmar, lo hará a su ruego al pie y en todas las
hojas otra persona, expresando la causa de la imposibilidad

5.2. La fase de otorgamiento


Una vez preparado o redactado el testamento, el otorgamiento tiene lugar ante Notario,
quien extenderá la correspondiente acta de otorgamiento.
En el otorgamiento del testamento cerrado se observarán las siguientes solemnidades:
a) El papel que contenga el testamento se pondrá dentro de una cubierta, cerrada y
sellada
b) El testador comparecerá con el testamento cerrado y sellado, o lo cerrará y sellará ante
el Notario que haya de autorizarlo
c) En presencia del Notario, el testador manifestará que el pliego que presenta contiene
su testamento
d) Sobre la cubierta del testamento, el Notario extenderá la correspondiente acta de su
otorgamiento

- Cap. 5: Las formas testamentarias comunes – 19


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e) Extendida y leída el acta, la firmará el testador que pueda hacerlo, las personas que
deban concurrir, y la autorizará el Notario con su signo y firma
f) Se expresará en el acta el lugar, hora, día, mes y año del otorgamiento
g) Concurrirán al acto de otorgamiento dos testigos idóneos, si así lo solicitan el testador
o el Notario

5.3. Reglas especiales de capacidad


El art. 708 CC establece que no pueden hacer testamento cerrado los ciegos y los que
no sepan o no puedan leer.
En cambio, sí pueden otorgar testamento cerrado los mudos o sordomudos que puedan
escribir, observándose lo siguiente:
a) El testamento debe estar firmado por el testador
b) Al hacer su presentación, el testador escribirá en la parte superior de la cubierta, en
presencia de Notario, que dentro de ella se contiene su testamento
c) A continuación, se extenderá el acta de otorgamiento
La Ley 8/2021, de apoyo y protección de las personas con discapacidad, modifica el
art. 708 CC, el cual establece que las personas con discapacidad visual podrán otorgar
testamento utilizando medios mecánicos o tecnológicos que les permitan escribirlo y
leerlo.

5.4. Conservación, apertura y protocolización


Una vez que el Notario haya autorizado el testamento cerrado y haya dejado constancia
en el protocolo de una copia autorizada del acta de otorgamiento, lo entregará al testador.
En relación con la apertura y protocolización del testamento cerrado, el art. 712 CC
establece que:
a) La persona que tengan su poder un testamento cerrado deberá presentarlo ante Notario
competente en los 10 días siguientes a aquel en que tenga conocimiento del
fallecimiento del testador
b) El Notario autorizante de un testamento cerrado deberá comunicar, en los 10 días
siguientes a que tenga conocimiento del fallecimiento del testador, la existencia del
testamento al cónyuge sobreviviente, a los descendientes y a los ascendientes del
testador y, en defecto de éstos, a los parientes colaterales hasta el cuarto grado
c) De no conocer la identidad o domicilio de estas personas, o si se ignorase su
existencia, el Notario deberá dar la publicidad que determine la legislación notarial
El incumplimiento de este deber, así como el de la presentación del testamento por
quien lo tenga en su poder o por el Notario, le hará responsable de los daños y perjuicios
causados.

- Cap. 5: Las formas testamentarias comunes – 20


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TEMA 4: LAS DISPOSICIONES TESTAMENTARIAS


CAPÍTULO 7: LAS DISPOSICIONES TESTAMENTARIAS

1. LA INSTITUCIÓN DE HEREDERO
La validez del testamento no depende de que contenga institución de heredero
propiamente dicha, aunque en la mayor parte de los casos, el designio fundamental del
testador es precisamente nombrar a quienes serán sus herederos tras su fallecimiento.

1.1. La designación del heredero


El Código no impone una determinada fórmula para la institución del heredero. Como
regla general, el testador será el primer interesado en identificar convenientemente al
heredero designado, procurando realizar la atribución patrimonial a favor de personas
suficientemente concretas y determinadas, pues si la institución de heredero se realiza a
favor de persona incierta, deberá considerarse nula.

1.2. Algunas reglas de institución en el Código civil


En caso de tratarse de heredero único, se entenderá que sucede al causante en todos
sus derechos y obligaciones, es decir, en el conjunto de la herencia. En caso de ser varios
los herederos, el causante determina en qué cuantía han quedado instituidos. Sin embargo,
también puede ocurrir que la designación de varios herederos sea sin concretar la cuantía
o la modalidad temporal en que han de concurrir a la herencia.
En el supuesto que el testador no haya previsto la cuota o cuantía en que deben
sucederle los herederos, siendo varios, el art. 765 CC establece que los herederos
instituidos sin designación de partes heredarán por partes iguales.
El art. 769 CC dispone que cuando el testador nombre unos herederos individualmente
y otros colectivamente, los colectivamente nombrados se considerarán como si lo fueran
de forma individual. Así pues, los colectivamente designados tendrán la misma cuota
que los identificados individualmente.
El art. 771 CC considera que cuando el testador llame a la sucesión a una persona y
a sus hijos, se entenderán todos instituidos simultánea y no sucesivamente, concurriendo
a la herencia por partes iguales.
El art. 770 CC dispone que si el testador instituye a sus hermanos, y los tiene carnales
y de padre o madre solamente, se dividirá la herencia como en el caso de morir intestado.
En este caso, se aplica lo establecido en el art. 949 CC, conforme al cual, los hermanos
de padre y madre heredarán el doble que los medio hermanos.

2. LAS DISPOSICIONES TESTAMENTARIAS DE CARÁCTER


GENÉRICO
Junto con la institución a favor de personas concretas y determinadas, el Código
permite también que la designación testamentaria recaiga a favor de colectivos e, incluso,
en beneficio del alma del difunto.

- Cap. 7: Las disposiciones testamentarias – 21


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2.1. Disposiciones a favor del alma


El art. 747 CC establece que, si el testador dispusiera del todo o parte de sus bienes
para sufragios y obras piadosas en beneficio de su alma, los albaceas venderán los bienes
y distribuirán su importe, dando la mitad al Diocesano y la otra mitad al Gobernador Civil
correspondiente para los establecimientos benéficos del domicilio del difunto.
En la actualidad, dada la aconfesionalidad del Estado, la interpretación de la norma
exige tener en cuenta la confesión religiosa del causante.

2.2. Disposiciones a favor de los pobres


También resulta admisible instituir herederos a los pobres en general. En tal sentido,
el art. 749 CC dispone que las disposiciones hechas a favor de los pobres en general, sin
designación de personas, se entenderán limitadas a los del domicilio del testador en la
época de su muerte, si no constase claramente haber sido otra su voluntad.
La calificación de los pobres y la distribución de los bienes serán por la persona que
haya designado el testador, en su defecto por los albaceas y, si no los hubiera, por el
párroco, el alcalde y el juez municipal.

2.3. Disposiciones a favor de los parientes


La disposición hecha genéricamente a favor de los parientes del testador se entiende
hecha a favor de los más próximos en grado.
Cabe presumir que el causante ha otorgado sin identificar sus parientes porque
pretende evitar que su heredero sea el Estado.

3. LOS SUPUESTOS DUDOSOS DE INSTITUCIÓN

3.1. La institución de heredero en cosa cierta


En el supuesto que la institución de heredero no venga referida a la totalidad o a una
parte alícuota de la herencia, sino a un bien concreto, se discute si debe considerársele
heredero o, por el contrario, legatario. El art. 768 CC dispone que el heredero instituido
en una cosa cierta y determinada será considerado como legatario.

3.2. El legado de parte alícuota


El denominado legado de parte alícuota representa lo contrario en relación a la
institución en cosa cierta. Consistiría en una disposición testamentaria, en virtud de la
cual, el testador lega a una persona una cuota de la herencia.
A) La legislación decimonónica
El Código no regula el legado de parte alícuota, pero la doctrina y la jurisprudencia
definen su alcance.
B) La Ley de Enjuiciamiento Civil
La LEC reconoce expresamente la figura del legado de parte alícuota en varios de sus
artículos, en los que asimila entre heredero y legatarios de parte alícuota, sobre todo en
relación con las medidas cautelares a adoptar durante la indivisión de la herencia y en
relación con la división y partición del haber hereditario.

- Cap. 7: Las disposiciones testamentarias – 22


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C) El legado de parte alícuota impropio o pars hereditatis


Conforme a ello, podríamos decir que cabe hablar de un legado de parte alícuota
impropio y de un legado de parte alícuota propio.
Si la parte alícuota en que resulta instituido el legatario se refiere a la herencia, al
conjunto de la herencia, comprendiendo todos sus aspectos, estamos frente a un legado
de parte alícuota impropio y que, por tanto, el legatario es verdaderamente un heredero
en la cuota designada por el causante, siéndole aplicable íntegramente las normas relativas
a los herederos.
D) El legado de cuota propiamente dicho o pars bonorum
También cabe que el legado de parte alícuota no esté referido a la herencia, sino a los
bienes o al valor del remanente de la herencia, una vez que hayan liquidado todas las
deudas y cargas hereditarias. En tal caso, estaríamos frente a un legado de parte alícuota
propio.
La posición del legatario de parte alícuota propio se caracterizaría por las siguientes
notas:
- El legatario considerado no responde de las deudas y cargas hereditarias, pero su
cuantía le afectan, ya que disminuye el caudal restante
- El legatario de parte alícuota no podrá reclamar a los herederos el pago de su legado
hasta que se haya concluido la fase liquidatoria y se haya fijado el caudal restante
- A efectos particionales, el legatario de parte alícuota debe ser considerado como un
miembro más de la comunidad hereditaria. Por tanto, tiene legitimación para instar la
partición

3.3. La distribución de toda la herencia en legados


El art. 891 CC dispone que si toda la herencia se distribuye en legados, se prorraterán
las deudas y gravámenes de ella entre los legatarios a proporción de sus cuotas, a no ser
que el testador hubiera dispuesto otra cosa.
El problema práctico que plantea el supuesto se reduce a determinar si los legatarios
podían tomar posesión por sí mismos de los bienes hereditarios o, por el contrario, si
resulta necesario que la entrega y posesión de tales bienes debe ser solicitada al heredero
o albacea. Respecto de esta cuestión, existe unanimidad en que los legatarios pueden
tomar posesión por sí mismos de los legados instituidos.
La especialidad del supuesto de hecho trae consigo que, ante la inexistencia de
herederos, los legatarios deban afrontar las deudas y cargas de la herencia,
prorrateándolas entre sí a proporción de sus cuotas, a no ser que el testador hubiera
dispuesto otra cosa. La regla de proporcionalidad en principio y la limitación de la
responsabilidad de cada uno de los legatarios hasta donde alcance el valor del legado son
generalmente admitidas.

4. CONDICIÓN, TÉRMINO Y MODO


La Sección 4ª del Título III del Libro III, que comprende los arts. 790 a 805 CC, regula
la eventualidad que la institución del heredero o legado se sometan a condición o a
término y el caso de que tales disposiciones testamentarias queden sometidas a gravamen
o carga modal.

- Cap. 7: Las disposiciones testamentarias – 23


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5. LA CONDICIÓN EN LAS DISPOSICIONES TESTAMENTARIAS


El art. 790 CC establece que las disposiciones testamentarias, tanto a título universal
como particular, podrán hacerse bajo condición. El art. 791 CC establece que las
condiciones impuestas a los herederos y legatarios se regirán por las reglas establecidas
para las obligaciones condicionales.
Por tanto, cualquier cuestión relativa a la institución hereditaria condicional que no
haya sido objeto de disposición expresa, deberá regirse por las normas establecidas para
las obligaciones condicionales.

5.1. Las condiciones lícitas e ilícitas


El Código endurece el tratamiento de las condiciones ilícitas, de una parte, y, de otra,
otorga eficacia a la condición puramente potestativa en el ámbito testamentario.
El art. 792 CC establece que las condiciones imposibles y las contrarias a las leyes se
tendrán por no puestas y no perjudicarán al heredero o legatario, aun cuando el testador
disponga otra cosa.
Por su parte, refiriéndose a las disposiciones captatorias, el art. 794 CC dispone que
será nula la disposición hecha bajo condición de que el heredero o legatario haga en su
testamento alguna disposición a favor del testador o de otra persona.
En materia testamentaria, se admite la existencia y la eficacia de las condiciones
puramente potestativas:
- El art. 795 CC establece que la condición puramente potestativa impuesta al heredero
o legatario debe ser cumplida por éstos, una vez enterados de ella, después de la
muerte del testador
- El art. 796 CC establece que cuando la condición fuese casual o mixta, bastará que se
realice o cumpla en cualquier tiempo, vivo o muerto el testador, si éste no hubiese
dispuesto otra cosa

5.2. Condición suspensiva y condición resolutoria


Hablamos de condición suspensiva cuando el desarrollo de los efectos propios de la
institución hereditaria depende de que se produzca la condición, ya que hasta que no se
produzca el evento futuro o incierto, los efectos propios de la institución se encuentran
en suspenso.
Hablamos de condición resolutoria cuando, aunque la institución testamentaria
establecida haya generado los efectos que le son propios, de forma inmediata tras el
fallecimiento del causante, el acaecimiento de esta condición supone la ineficacia
sobrevenida de lo dispuesto en el testamento.

5.3. La condición suspensiva


A) Situación de pendencia
Una vez abierta la sucesión, pero encontrándose pendiente de cumplimiento la
condición suspensiva, la delación a favor del heredero o legatario carece de efecto alguno
y el instituido no puede manifestarse en relación con la eventual aceptación o repudiación
de la herencia.
Ante esta situación, el Código establece que la herencia se pondrá en administración,
conforme a las siguientes reglas:
- Si el heredero fuese instituido bajo condición suspensiva, se pondrán los bienes de la
herencia en administración

- Cap. 7: Las disposiciones testamentarias – 24


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- La administración se confiere al heredero o herederos instituidos sin condición,


cuando entre ellos y el heredero condicional hubiera derecho de acrecer
- Si el heredero condicional no tuviera coherederos, o no existiese el derecho de acrecer,
entrará aquel en la administración, dando fianza
- Los administradores tendrán los mismos derechos y obligaciones que los que lo sean
de los bienes de un ausente
Para el supuesto que la condición impuesta fuera potestativa negativa, el art. 800 CC
establece una regla especial, según la cual, el heredero o legatario cumplirán con afianzar
que no harán o no darán lo que fue prohibido por el testador.
B) Cumplimiento de la condición
Una vez que se produzca el suceso contemplado en la condición, el llamamiento al
instituido producirá todos los efectos que le son propios, debiendo cesar la situación de
la administración. Conforme a las reglas generales, los efectos del acaecimiento de la
condición habrán de retrotraerse a la fecha de la apertura de la sucesión y el instituido
podrá aceptar o repudiar la herencia deferida.
C) Incumplimiento la condición
Si la condición suspensiva fuese finalmente incumplida o de realización imposible, el
instituido perderá definitivamente el derecho a la herencia o el legado, y los bienes
correspondientes pasarán a quien corresponda, ya sea el sustituto designado por el
testador, el heredero o legatario con derecho de acrecer o el sucesor abintestato.

5.4. La condición resolutoria


El Código no regula específicamente los efectos de la condición resolutoria en relación
con las instituciones hereditarias. En todo caso, la remisión que se hace a la regulación
propia de las obligaciones condicionales exige admitir la posibilidad que el testador que
lo desee, someta a condición resolutoria propiamente dicha la institución de herederos o
el legado contenidos en el testamento.
El instituido condicionalmente deberá ser considerado heredero o legatario mientras
que el suceso del que depende la condición no tenga lugar. Si se produjese, el llamamiento
testamentario deviene ineficaz, de forma retroactiva.

6. EL TÉRMINO O PLAZO
La posibilidad de someter la institución de heredero o legado a término se encuentra
prevista en el art. 805 CC, que determina que será válida la designación de día o de tiempo
en que haya de comenzar o cesar el efecto de la institución de heredero o del legado.
El término puede consistir tanto en la fijación de una fecha futura, pero concreta, como
en un periodo temporal determinado, contado, por ejemplo, a partir del fallecimiento del
causante, como en la fijación de una fecha indeterminada pero determinable por
referencia a un evento que ha de venir o producirse necesariamente.
Por tanto, el término puede revestir dos modalidades fundamentales:
a) Término inicial: fijación de un día cierto o de un momento temporal a partir del cual,
la institución del heredero o legado generan los efectos que le son propios. Mientras
llega el término, se entenderá llamado el sucesor legítimo, es decir, el heredero
abintestato

- Cap. 7: Las disposiciones testamentarias – 25


Derecho Civil IV Ernest1019

b) Término final: consideración de un día cierto o de un plazo en el que los efectos


propios de la institución hereditaria se darán por concluidos, habiendo de entrar como
sucesor el heredero abintestato, salvo que el testador hubiera dispuesto otra cosa

7. LA RELEVANCIA DEL MODO EN LAS DISPOSICIONES


TESTAMENTARIAS
En la institución de heredero o de legatario afectadas por una carga modal, el testador,
sin llegar a establecer una condición propiamente dicha, ordena el cumplimiento y la
atención de determinadas obligaciones al instituido.
El modo consiste en una obligación accesoria impuesta a quien ha sido instituido
heredero o legatario por el testador y que, inicialmente, no afecta ni suspende la
efectividad de la atribución patrimonial realizada.
La relación entre la institución de heredero obligatoria y el modo es claramente de
subordinación: el modo es accesorio respecto a aquella. En caso que la carga modal
impuesta consista en un gravamen de carácter ilícito o devenga imposible, se tendrá por
no puesta o ineficaz, mientras que la validez de la institución de heredero o legatario habrá
de mantenerse.
La carga modal es obligatoria para el instituido, quien habrá de cumplirla, de ser
posible, en los mismos términos establecidos por el testador y, de no serlo, deberán
adaptarse a las circunstancias que aquel no hubiese podido prever.
Como regla general, la legitimación activa para exigir el cumplimiento del modo
testamentario corresponde solo a los herederos y, de existir, a los albaceas, quienes podrán
exigir la declaración judicial de incumplimiento de la carga modal y, por tanto, reclamar
la ineficacia sobrevenida de la institución modal.

- Cap. 7: Las disposiciones testamentarias – 26


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TEMA 5: LAS SUSTITUCIONES HEREDITARIAS


CAPÍTULO 8: LAS SUSTITUCIONES HEREDITARIAS

1. LAS SUSTITUCIONES HEREDITARIAS


Los esquemas de sustitución hereditaria son aplicables tanto a la institución de
heredero propiamente dicha como a los legados. Sin embargo, en la práctica, la
sustitución hereditaria recae sobre la institución de heredero.
El Código civil regula bajo el término de sustitución las siguientes formas:
a) La vulgar o simple
b) La pupilar
c) La cuasipupilar
d) La fideicomisaria
La estructura de estas figuras responden a dos ideas:
1) Las sustituciones vulgar y fideicomisaria responden al esquema de que un heredero
sustituye al anterior, bien sea porque éste no ha llegado a heredar efectivamente o bien
porque es heredero ad tempus. En todo caso, el sustituido es el heredero o quien había
sido llamado a la herencia.
2) En las formas pupilar y cuasipupilar no hay verdaderamente sustitución del heredero,
sino que el sustituido es precisamente el causante el cual, por no poder testar
válidamente, es reemplazado o suplido en dicha actividad por un ascendiente

3. RÉGIMEN NORMATIVO DE LA SUSTITUCIÓN VULGAR

3.1. Formas de sustitución vulgar


En relación con las formas o las modalidades de sustitución vulgar, rige ante todo el
principio de libertad testamentaria, pues el causante puede llevar a cabo la sustitución
de aquellos a quienes instituye herederos en la forma que prefiera.
La designación de sustitutos no tiene límite de llamamientos. Por tanto, en el caso que
los sustitutos sean varios, pueden ser llamados a la herencia de forma sucesiva (uno tras
otro) o, por el contrario, de forma conjunta, entendiéndose que todos ellos concurren en
la posición de sustituto.
También cabe establecer una sustitución de carácter recíproco, de forma que, siendo
varios los herederos, sustituyen al restante o a los restantes en la institución de heredero
o legatario.
La sustitución recíproca plantea pocos problemas en el supuesto que existan dos
herederos instituidos a partes iguales. Sin embargo, el art. 779 CC regula exclusivamente
la sustitución en relación con los supuestos de desigualdad de cuotas, estableciendo que
si los herederos instituidos en partes desiguales fueran sustituidos recíprocamente,
tendrán en la sustitución las mismas partes que en la institución.
Existe unanimidad doctrinal en la interpretación de dicho artículo:
a) Si los instituidos son dos herederos de forma recíproca, deberá entenderse que la cuota
íntegra correspondiente al sustituido debe imputarse al sustituto
b) En el supuesto que los sustitutos sean tres o más, la porción inicialmente vacante por
defecto de uno de ellos deberá distribuirse de forma proporcional entre los restantes

- Cap. 8: Las sustituciones hereditarias – 27


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3.2. Efectos de la sustitución vulgar


El efecto fundamental de la sustitución radica en que, una vez producida la
circunstancia que la determina, el instituido deja de ser llamado a la herencia, pasando a
serlo el sustituto. Éste, por tanto, podrá aceptar o repudiar la herencia conforme a las
normas generales.
El art. 780 CC establece que el sustituto quedará sujeto a las mismas cargas y
condiciones impuestas al instituido, a menos que el testador haya dispuesto expresamente
lo contrario o que los gravámenes o condiciones sean meramente personales del
instituido.
Sin embargo, puede darse que el instituido no haya sido gravado con cargas o con
condiciones, sino que el testador las haya previsto solo para el supuesto que la sustitución
se haga efectiva.
Si el sustituto que sea llamado a la herencia falleciese sin haberse pronunciado acerca
de la aceptación o repudiación de la misma, los propios herederos del sustituto podrán
ejercitar la facultad de aceptación o repudiación de la herencia.
En el caso de que los instituidos sean varios, y falte uno de ellos, es muy discutido si
debe otorgarse preferencia al derecho de acrecer de los restantes instituidos o si debe
entenderse que prevalece la sustitución vulgar.
El debate teórico de esta cuestión se centra en la interpretación de la voluntad
testamentaria, alegando los defensores de la primera tesis que la institución de heredero
debería considerarse de mejor grado y, por tanto, debería darse el acrecimiento entre los
coherederos instituidos. Quienes defienden la segunda tesis, es decir, la preeminencia de
la sustitución frente al derecho de acrecer, resaltan que la pura previsión relativa al
nombramiento de sustituto manifiesta que el testador desea evitar el acrecimiento.
A juicio de los autores del Manual, esta segunda tesis es la más acertada.

5. RÉGIMEN JURÍDICO BÁSICO DE LAS SUSTITUCIONES


PUPILAR Y EJEMPLAR

5.1. Los sujetos


a) El sustituyente
Será el ascendiente del menor de 14 años o del incapacitado que, mediante testamento,
designa a un sustituto. En la actualidad, esto ha sido radicalmente suprimido del contenido
normativo del Código civil, según la Ley 8/2021, de Apoyo a las Personas con
Discapacidad.
b) El sustituido
Se trata del menor de 14 años de edad, en la sustitución pupilar, o del incapacitado, en
la sustitución cuasipupilar. En la actualidad, esto ha sido radicalmente suprimido del
contenido normativo del Código civil, según la Ley 8/2021, de Apoyo a las Personas con
Discapacidad.
c) El sustituto
Debe identificarse con el heredero designado o nombrado por el ascendiente que haya
llevado a cabo la sustitución pupilar o la sustitución cuasipupilar.

- Cap. 8: Las sustituciones hereditarias – 28


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5.2. El respeto de la legítima


El art. 777 CC establece que las sustituciones pupilar o cuasipupilar, cuando el
sustituido tenga herederos forzosos, solo serán válidas en cuanto no perjudiquen los
derechos legitimarios de éstos.

5.3. El objeto de las sustituciones pupilar y ejemplar


Una de las cuestiones básicas de estas figuras radica en decidir si la determinación
sucesoria del ascendiente que testa en nombre del menor o incapacitado debe afectar al
conjunto del caudal relicto que cualquiera de éstos deje al fallecer (tesis extensiva), o si
alcanza o debería alcanzar solo a los bienes que el ascendiente que ejercita la sustitución
ha dejado al descendiente sustituido (tesis restrictiva).
La jurisprudencia del TS se ha pronunciado a favor de la interpretación extensiva.

- Cap. 8: Las sustituciones hereditarias – 29


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CAPÍTULO 9: LA SUSTITUCIÓN FIDEICOMISARIA

1. LA SUSTITUCIÓN FIDEICOMISARIA

1.1. Noción inicial


Según el art. 781 CC, la sustitución fideicomisaria consiste en encargar al heredero
que conserve y transmita a un tercero el todo o parte de la herencia.
Conforme a ello, para que se produzca la sustitución fideicomisaria deben producirse
los siguientes presupuestos:
- Una determinación testamentaria expresa establecida por el testador al respecto
- Pluralidad de herederos instituidos que, al menos, deben ser dos, pero que pueden ser
más. Por tanto, hay un doble llamamiento a una misma herencia
- Dicho llamamiento debe caracterizarse, necesariamente, por contener un orden o una
ordenación sucesiva y temporal de los dos o más herederos
- El heredero llamado en primer lugar queda obligado a conservar los bienes
hereditarios en atención del sustituto subsiguiente
La nota más característica de la sustitución fideicomisaria es su riguroso carácter
temporal y la radical prohibición y nulidad de las disposiciones testamentarias que
pretendan establecer un orden plural y sucesivo de herederos de forma perpetua.

1.2. Datos históricos


Sin resumen

1.3. El renacimiento de la figura en la Ley 41/2003


La Ley 8/2021, de Apoyo a las Personas con Discapacidad ha dado una nueva
redacción al art. 782 CC, según la cual, las sustituciones fideicomisaria nunca podrán
gravar la legítima, salvo cuando se establezcan en beneficio de uno o varios hijos del
testador que se encuentren en una situación de discapacidad. Si la sustitución
fideicomisaria recayera sobre el tercio destinado a mejora, solo podrá establecerse a favor
de los descendientes.

2. CLASES DE SUSTITUCIÓN FIDEICOMISARIA


Cabe distinguir entre la sustitución ordinaria o pura y la sustitución fideicomisaria
condicional. La diferencia básica entre ambas radica en que en la ordinaria, la delación
hereditaria a favor del fideicomisario se considera producida en el mismo momento del
fallecimiento del fideicomitente, mientras que en la sustitución fideicomisaria
condicional, el llamamiento de fideicomisario depende de que se produzca el hecho
futuro o incierto elevado al rango de condición.

- Cap. 9: La sustitución fideicomisaria - 30


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3. ESTRUCTURA BÁSICA DE LA SUSTITUCIÓN


FIDEICOMISARIA ORDINARIA

3.1. Los sujetos: la ilimitación de llamamientos respecto de quienes vivan


En el supuesto de mayor simplicidad, la sustitución fideicomisaria requiere la
existencia de tres personas:
1. El fideicomitente: será quien instituye u ordena la sustitución fideicomisaria al
otorgar su testamento
2. El fiduciario: es el llamado a la herencia en primer lugar, vinculado por la obligación
de conservar la herencia a favor del fideicomisario y al que también se podría llamar
heredero intermedio
3. El sustituto fideicomisario o fideicomisario: es el destinatario final de la sustitución
para cuando se produzca la circunstancia que determina su consolidación como
heredero puro y simple
El art. 781 CC permite que se pueda llamar a la herencia a varios fideicomisarios
sucesivamente, al establecer que dicha sustitución puede hacerse a favor de personas que
vivan al tiempo del fallecimiento del testador. En este supuesto, el fideicomitente puede
llamar a la herencia a varias personas.

3.2. La limitación al segundo grado


Para el supuesto de que el fideicomitente pretenda instituir personas que no se
encuentren vivas en el momento de fallecimiento rige la limitación del segundo grado,
establecida en el art. 781 CC.
La doctrina contemporánea ha impuesto una interpretación del asunto, según la cual,
el término grado no debe entenderse referido a generaciones, sino al número de
llamamientos de los fideicomisarios y, en consecuencia, es perfectamente lícita y posible
la designación de dos sustitutos fideicomisarios sucesivamente pues, además, los dos
grados deben empezar a computar, sin tenerlo en cuenta, a partir del fiduciario.
La jurisprudencia también avala el razonamiento de la doctrina contemporánea.

- Cap. 9: La sustitución fideicomisaria - 31


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TEMA 6: LOS LEGADOS


CAPÍTULO 10: LOS LEGADOS

1. CONCEPTO Y CARACTERES

1.1. La idea general del legado


Ofrecer un concepto general del legado es ciertamente tarea difícil, dadas las múltiples
formas que puede revestir. El Profesor ALBADALEJO expresó que el legado es una
disposición mortis causa de bienes, a título particular, en beneficio del legatario y a cargo
del patrimonio hereditario.
A juicio de los autores del Manual, cabe también afirmar que el legado consiste en una
atribución jurídico-patrimonial que el causante, de forma directa y singular, realiza en el
testamento a favor de cualquier persona.

1.2. Características del legado


En primer lugar, cabe resaltar que la institución de los legados solo puede llevarse a
cabo mediante testamento. Por tanto, el legado no existe en la sucesión intestada y
tampoco en la sucesión forzosa o legítima.
El legado debe tener, necesariamente, un contenido jurídico-patrimonial, debiendo
existir una atribución patrimonial.

2. SUJETOS Y OBJETO DEL LEGADO

2.1. El legatario: el prelegado


Un legatario puede ser cualquier persona, incluso uno de los herederos.
Cuando cualquier persona, que ya es heredero, es instituido, asimismo, legatario en la
misma herencia, técnicamente se habla de prelegado. El prelegado es el legado instituido
a favor de cualquiera de los herederos, el cual concurriría a la herencia, simultáneamente,
como heredero y legatario.
El art. 890 CC dispone que el heredero que sea al mismo tiempo legatario, podrá
renunciar a la herencia y aceptar el legado, o renunciar a éste y aceptar aquélla.

2.2. La persona gravada: el sublegado


El testador puede gravar con el legado a uno solo de los herederos e, incluso, también
a cualquiera de los legatarios, o a varios legatarios. El art. 858 CC dispone que el testador
podrá gravar con mandas y legados, no solo a su heredero, sino también a los legatarios.
Si la persona gravada es uno de los legatarios, se denomina sublegado, y se caracteriza
porque el legatario gravado solo está obligado a responder frente al legatario beneficiado
hasta donde alcance el valor del legado en el que aquel hubiera sido instituido.

2.3. El objeto del legado


Los legados pueden recaer sobre cosas, bienes y derechos. Por tanto, no existe en el
Código civil ningún precepto en el que, de forma general, se haga referencia al objeto de

- Cap. 10: Los legados - 32


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los legados, salvo para afirmar de forma negativa que es nulo el legado de cosas que están
fuera del comercio.

3. LEGADOS DE COSA PROPIA DEL TESTADOR


El testador, al legar, realizará atribuciones hereditarias a título singular de cosas que le
perteneciesen en el momento de testar y que, cuando se abra la sucesión, todavía forman
parte del conjunto de los bienes relictos. Por tanto, el testador puede legar tanto una cosa
específica y determinada, como una cosa genérica, como una determinada cantidad de
cosas genéricas.

3.1. Legado de cosa específica y determinada


Para el caso que el testador legue una cosa específica y determinada, el art. 882 CC
establece que el legatario adquiere su propiedad desde el momento del fallecimiento del
causante. La atribución de la propiedad de la cosa específica al legatario no supone que
éste pueda apoderarse de ella por su propia autoridad, pues se mantiene la regla general
de que el legatario debe pedir su entrega y posesión al heredero o al albacea.
El mismo artículo atribuye los frutos o rentas pendientes que produzca la cosa legada
al legatario desde el fallecimiento del causante.

3.2. Legados de cosas genéricas


El art. 884 CC afirma que si el legado no fuese de cosa específica y determinada, sus
frutos e intereses desde la muerte del testador corresponderán al legatario cuando el
testador lo hubiese dispuesto expresamente.
Por tanto, deben configurarse como legados de cosas genéricas tanto los que recaigan
sobre un bien concreto que tenga tal naturaleza como sobre una determinada cantidad, ya
sea de dinero o de cualquier otro bien o cosa de naturaleza genérica.
La persona que debe llevar a cabo la especificación depende fundamentalmente de la
voluntad del testador. Si éste deja la elección al heredero o legatario, éstos podrán dar o
elegir lo que mejor les pareciera.
Si el testador no se pronuncia sobre la facultad de elección, el art. 875 CC dispone que
la elección será del heredero, quien cumplirá con dar una cosa que no sea de la calidad
inferior ni de la superior (regla de la calidad media).
El art. 875 CC concreta la eficacia o ineficacia del legado de cosa genérica,
distinguiendo el carácter mobiliario o inmobiliario del objeto sobre el que recae:
- Si las cosas legadas eran muebles, el legado instituido debe considerarse válido,
aunque no haya cosas de su género en la herencia
- Si se legan inmuebles de forma genérica, la eficacia o validez del legado depende de
la existencia de tales bienes inmuebles en la masa hereditaria

3.3. Legado de cosa gravada


El Código regula los supuestos en que las cosas legadas se encuentran afectas a
derechos reales limitados, distinguiendo los siguientes supuestos:
1. El legado de cosas sometidas a usufructo, uso o habitación: el art. 868 CC ordena
que el legatario deberá respetar estos derechos hasta que se extingan legalmente
2. El art. 867 CC se refiere a que, en el caso de existencia de cualquier otra carga a que
se halle afecta la cosa legada, ésta pasa con el inmueble al legatario

- Cap. 10: Los legados - 33


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3. Cuando el testador legase una cosa empeñada o hipotecada para la seguridad de


alguna deuda exigible, el pago de ésta quedará a cargo del heredero

4. LEGADOS DE COSA AJENA

4.1. Legado de cosa ajena


Se entiende por legado de cosa ajena a aquel cuyo objeto consiste en una cosa
perteneciente a un extraño. El art. 861 CC establece que si el testador conociera que
legaba una cosa ajena, imponía al heredero gravado la obligación o carga de satisfacer al
legatario, aunque ello supusiera la previa adquisición de la cosa ajena por el heredero. Por
el contrario, si el testador legaba una cosa pensando que le pertenecía, siendo ajena a su
patrimonio, debe entenderse que el legado es ineficaz.
Por tanto, la ignorancia o el conocimiento de la ajenidad de la cosa resulta
determinante en relación con la eficacia de las figuras del legado.
En dicho caso, el art. 861 CC expresa que el heredero estará obligado a adquirir la
cosa ajena para entregar al legatario; y, no siéndole posible, a dar a éste su justa
estimación. Por tanto, el Código impone al heredero gravado una obligación de hacer.

4.2. Legado de cosa perteneciente al heredero o legatario


También es ajena la cosa perteneciente a cualquiera de los herederos o de los demás
legatarios que, por expresa disposición testamentaria del causante, resulten obligados a
entregarla al legatario beneficiado con ella. Por tanto, es posible que el testador designe
o señale como objeto de uno de los legados una cosa que sabe que pertenece a cualquiera
de los herederos o a otro legatario.

4.3. Legado de cosa propia del mismo legatario


El art. 866 CC dispone que no producirá efecto el legado de cosa que, al tiempo de
hacerse el testamento, fuese ya propia del legatario, aunque en ella tuviese algún derecho
otra persona.

4.4. Legado de cosa parcialmente ajena: el legado ganancial


A) En general
Cabe que el testador legue una cosa que, solo en parte, le pertenece, o que solo en parte
pertenece al heredero o al legatario gravados. En este caso, el art. 864 CC dispone que se
entenderá limitado el legado a esta parte o derecho, a menos que el testador declare
expresamente que lega la cosa por entero, transformándose, en este último caso, en un
legado de cosa ajena propiamente dicho.
De no existir previsión testamentaria en contra, la regla general es que el legado
alcanzaría solo la cuota correspondiente al testador.
B) El legado de cosa ganancial
La naturaleza y el régimen propios de la sociedad de gananciales conlleva que el
otorgamiento del testamento, vigentes los gananciales, facilita el caso de que cualquiera
de los cónyuges pueda instituir legados sobre cosas que, aún siendo propias o privativas,
resulten absorbidas por la presunción general de ganancialidad y/o sean atribuidas al
cónyuge supérstite.

- Cap. 10: Los legados - 34


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El art. 1380 CC regula el problema, estableciendo que la disposición testamentaria de


un bien ganancial producirá todos sus efectos si fuese adjudicado a la herencia del
testador. En caso contrario, se entenderá legado el valor que tuviera al tiempo del
fallecimiento.

5. LEGADOS DE CRÉDITO Y DE DEUDA


El Código civil contempla las atribuciones sucesorias a título singular que tienen por
objeto la transmisión de créditos que el causante tuviera contra terceros o el perdón de las
deudas exigibles por el testador. Se distinguen los siguientes supuestos:
1. Legado de crédito: consiste en transmitir por vía del legado un crédito contra terceros
que tuviera el causante
2. Legado de liberación o perdón de deuda: el testador instituye un legado que tiene
por objeto condonar o remitir la deuda que, respecto de él, tenía otra persona
3. Legado hecho en beneficio del acreedor: también cabe que, de forma expresa, el
testador legue a su acreedor lo mismo que le debe
Los legados de crédito y de liberación o perdón de deudas presentan características
comunes, que se resumen en que el momento temporal en el que debe determinarse el
montante del crédito o de la deuda transmitidos por legado debe ser el del fallecimiento
del causante.

6. OTROS LEGADOS

6.1. Legado alternativo


Los legados alternativos se encuentran contemplados en el art. 874 CC, el cual no
ofrece ninguna descripción de ellos y se limita a afirmar que se observará lo dispuesto
para las obligaciones de la misma especie.
Por tanto, estaríamos frente a un legado alternativo cuando el causante haya previsto
distintas prestaciones a cargo del heredero gravado u obligado, quién será el legitimado
para llevar a cabo la elección entre las diversas prestaciones previstas.

6.2. Legados de prestaciones periódicas


Esta categoría especial de legados se caracteriza porque atribuyen al legatario una serie
de prestaciones que el obligado habrá de cumplir de forma sucesiva y reiterada durante
un determinado plazo temporal.
A) Legado de educación y legado de alimentos
Al legado de alimentos se le presupone la atención de la subsistencia del legatario,
suministrándole las cantidades que, al efecto, sean necesarias.
El legado de educación se refiere a la atribución al legatario de las cantidades
oportunas para procurar su instrucción y formación.
Salvo disposición contraria del testador, los legados considerados se diferencian
claramente en su duración, pues:
- El legado de alimentos tiene, tendencialmente, carácter vitalicio
- El legado de educación, como regla general, se extingue por llegar el legatario a la
mayoría de edad

- Cap. 10: Los legados - 35


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B) Legado de renta o pensión: la renta vitalicia


Esta institución presenta las siguientes características:
1) La periodicidad de la pensión o renta puede ser la que disponga el testador
2) El legatario puede exigir la renta correspondiente al primer periodo así que muera el
testador, y la de los siguientes periodos, en el principio de cada uno de ellos
3) La renta correspondiente al último periodo no debe ser devuelta aunque el legatario
muera antes de que termine el periodo comenzado

6.3. Legados piadosos o a favor del alma


El Código civil no recoge referencia alguna a la institución de legados píos o a favor
del alma. Sin embargo, conviene tenerlos en cuenta, atendiendo a las siguientes
reacciones:
1) Cada cual es libre para instituirlos, siguiendo sus propios criterios religiosos
2) La redacción vigente del Código civil les sigue otorgando un trato de favor

6.4. El legado de derecho de habitación


La Ley 8/2021 o LAPCD da una nueva redacción al art. 822 CC, y establece que la
donación o legado de un derecho de habitación sobre la vivienda habitual que su titular
haga a favor de un legitimario que se encuentre en una situación de discapacidad no se
computará para el cálculo de las legítimas si en el momento del fallecimiento ambos
estuvieran conviviendo en ella.

7. LA ADQUISICIÓN DE LOS LEGADOS

7.1. La adquisición automática de los legados


El art. 881 CC dispone que el legatario adquiere derecho a los legados puros y simples
desde la muerte del testador, y lo transmite a sus herederos. Por tanto, aunque el legatario
fallezca después del testador, los herederos de aquel podrán reclamar a los herederos de
éste el cumplimiento del legado.

7.2. La admisión o renuncia a los legados


Una regla fundamental es aquella, en virtud de la cual, en ningún caso el legatario tiene
derecho a ocupar por sí mismo la cosa legada. El art. 885 CC dispone que el legatario no
puede ocupar por su propia autoridad la cosa legada, sino que debe pedir su entrega y
posesión al heredero o al albacea, cuando éste se halle autorizado para darla.

8. EL PAGO DE LOS LEGADOS

8.1. Reglas relativas al pago


Las principales reglas relativas al pago de los legados se encuentran contenidas en el
art. 886 CC, conforme al cual:
a) Si el legado se refiere a una cosa, el heredero se encuentra obligado a entregar la
misma cosa legada, sin que pueda optar por entregar el valor de ella o su estimación
b) Respecto de los legados de dinero, deberán ser pagados en esta especie, aunque no lo
haya en la herencia

- Cap. 10: Los legados - 36


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c) Los gastos necesarios para la entrega de la cosa legada serán a cargo de la herencia,
pero sin perjuicio de la legítima
Los legatarios no podrán reclamar a los herederos gravados el pago de los
correspondientes legados mientras la herencia se encuentre deferida, pero no aceptada.
Si los herederos han ejercitado el derecho de deliberar o han solicitado el beneficio de
inventario, durante la formación del inventario y el término para deliberar, los legatarios
no podrán demandar el pago de sus legados. En referencia a la aceptación a beneficio de
inventario, el administrador no podrá pagar los legados hasta después de haber pagado a
todos los acreedores.
En el supuesto de declaración de fallecimiento del causante, no se entregarán los
legados, si los hubiese, hasta cinco años después de la declaración de fallecimiento.

8.2. Las garantías del legatario


El actual art. 42.7º LH dispone que podrá pedir anotación preventiva el legatario que
no tenga derecho, según las leyes, a promover la división de herencia.
Atendiendo al art. 782.1 LEC, podrán pedir la anotación preventiva todos los
legatarios, con la sola excepción de los de parte alícuota a quienes el testador no haya
prohibido promover la división judicial de la herencia.

8.3. La preferencia entre legatarios


Cuando el montante conjunto de los legados instituidos no quepa en el tercio de la
herencia de libre disposición, existiendo legitimarios, los legados deberán ser reducidos
o, en su caso, anulados, en la medida correspondiente.
En el caso que no pueda afirmarse que exista preferencia alguna entre los legatarios,
la reducción de los legados será a prorrata.
El art. 887 CC dispone que si los bienes de la herencia no alcanzarán para cubrir todos
los legados, el pago será en el orden siguiente:
a) Los legados remuneratorios
b) Los legados de cosa cierta y determinada que forme parte del caudal hereditario
c) Los legados que el testador haya declarado preferentes
d) Los de alimentos
e) Los de educación
f) Los demás, a prorrata

9. REVOCACIÓN, EXTINCIÓN E INEFICACIA DEL LEGADO


El art. 888 CC impone la refundición o integración en el caudal hereditario de
cualesquiera objetos legados, sea cual fuese la causa de ineficacia del legado instituido.
Puede considerarse nulo el legado tanto en el caso que el objeto sobre el que recae sea
inidóneo legalmente hablando, como en el caso de que la nulidad del legado sea una mera
consecuencia de la nulidad del testamento.
Los supuestos establecidos en el art. 869 CC deberían calificarse como casos de
revocación tácita del legado. Dichos supuestos son:
1. Si el testador transforma la cosa legada, de modo que no conserve ni la forma ni la
denominación que tenía
2. Si el testador enajena, por cualquier título o causa, la cosa legada o parte de ella
3. Si la cosa legada perece del todo viviendo el testador, o después de su muerte sin
culpa del heredero

- Cap. 10: Los legados - 37


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TEMA 7: EJECUCIÓN E INTERPRETACIÓN


TESTAMENTARIAS
CAPÍTULO 11: LA EJECUCIÓN E INTERPRETACIÓN
TESTAMENTARIAS

1. LA EJECUCIÓN TESTAMENTARIA: EL ALBACEAZGO


Dado que el testamento es un acto de disposición mortis causa cuya eficacia presupone
el fallecimiento de quien lo otorga, el testador puede prever en él la oportunidad o la
necesidad de designar una o varias personas de su confianza que ejecuten cuanto disponga
en el testamento. A estas personas se les denomina albaceas. La contemplación normativa
de sus funciones, deberes y facultades se realiza en los arts. 892 a 911 CC.

2. NOMBRAMIENTO DEL ALBACEA


El nombramiento del albacea representa una mera facultad del testador y debe llevarse
a cabo en el testamento. Por tanto, el testador es libre para designar albacea a quien
considere oportuno, sea o no heredero, trátese de una persona propiamente dicha o de una
persona jurídica, con la única limitación de que no puede ser albacea aquel que no tenga
capacidad para obligarse.
El art. 893 CC solo considera inhábiles para desempeñar el albaceazgo a los menores
de edad. Por su parte, el art. 911 CC establece que, en los casos de no haber albacea,
corresponderá a los herederos la ejecución de la voluntad del testador.

3. CARACTERÍSTICAS DEL ALBACEAZGO

3.1. Voluntariedad
El art. 898 CC establece que el albaceazgo es cargo voluntario, de tal manera que
requiere la aceptación de la persona designada. No obstante, se entenderá aceptado el
cargo si la persona nombrada no se excusa dentro de los seis días siguientes a aquel en
que tenga noticia de su nombramiento o, si ya lo conocía, dentro de los seis días siguientes
al que supo de la muerte del testador.

3.2. Temporalidad
La ejecución testamentaria debe ser llevada a efecto dentro de un plazo razonable, que
el art. 904 CC fija en un año.

3.3. Renunciabilidad
El albacea no está obligado a aceptar el cargo e, incluso tras la aceptación, puede
renunciar a su desempeño, alegando causa justa al LAJ o al Notario.
El albacea que no desempeña su función, si es legitimario, conservará el derecho a la
legítima, decayendo, en cambio, cualquier otra atribución de carácter voluntario que el
testador haya realizado en su favor, ya sea a título de heredero, legatario o de mejora.

- Cap. 11: La ejecución e interpretación testamentarias - 38


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3.4. Gratuidad
El art. 908 CC establece que el albaceazgo es cargo gratuito. Sin embargo, el testador
podrá señalar para los albaceas la remuneración que tenga por conveniente, sin perjuicio
del derecho que les asiste para cobrar lo que les corresponda por los trabajos de partición
u otros facultativos.
Si el testador lega o señala conjuntamente a los albaceas alguna retribución, la parte
de los que no admiten el cargo acrecerá a los que lo desempeñan.

3.5. Carácter personalísimo


El art. 909 CC contempla el carácter personalísimo del albacea, al disponer que éste
no podrá delegar el cargo si no tuviese expresa autorización del testador.
Por tanto, el cargo de albacea es personalísimo. La delegación que éste puede realizar
debe ser de naturaleza puramente material, una delegación en sentido técnico. El TS no
admite la delegación integral de funciones del albacea.

4. CLASES DE ALBACEAZGO

4.1. Albacea testamentario y dativo


Prácticamente el 100% de los supuestos de albaceazgo se producen por la propia
voluntad testamentaria.
En la actualidad, la figura del albacea dativo debe considerarse suprimida. Se llamaba
albacea dativo a aquel designado por el Juez en el supuesto de que una persona falleciera
sin testar y sin dejar cónyuge viudo, descendientes, ascendientes o colaterales dentro del
cuarto grado.

4.2. Albaceas sucesivos o simultáneos y mancomunados o solidarios


Dado que el testador puede nombrar varios albaceas, en caso de pluralidad de ellos
cabe tanto su actuación conjunta y simultánea, como su designación con carácter
sucesivo.
En el supuesto de actuación simultánea de varios albaceas, el art. 894 CC dispone
que podrán ser nombrados mancomunada o solidariamente.
Cuando los albaceas fuesen mancomunados, solo valdrá lo que hagan todos de
consuno, o lo que haga uno de ellos legalmente autorizado por los demás. En caso de falta
de voluntad, reinará el principio de mayoría.
Sobre el régimen de la solidaridad en el albaceazgo, implica que cualquiera de ellos
puede ejecutar la voluntad testamentaria, pues en caso de falta de oposición de los
restantes, su actuación deberá entenderse absolutamente legítima y válida.

8. LA INTERPRETACIÓN DEL TESTAMENTO

8.1. El conocimiento por el Tribunal Supremo de las cuestiones


interpretativas
En general, dado que la mayor parte de los testamentos se otorgan ante Notario, podría
pensarse que la ambigüedad testamentaria está erradicada de la práctica jurídica. Sin
embargo, no es así. Es sumamente frecuente que la identificación de algunos bienes por

- Cap. 11: La ejecución e interpretación testamentarias - 39


Derecho Civil IV Ernest1019

parte del testador, o que la insistencia de éste en utilizar una concreta fórmula, por ser
característica de su familia, generen problemas de comprensión.

8.2. Normas legales de interpretación


La regla fundamental al respecto se encuentra recogida en el art. 675.1 CC, conforme
al cual, toda disposición testamentaria deberá entenderse en el sentido literal de sus
palabras, a no ser que aparezca claramente que fue otra la voluntad del testador. En caso
de duda, se observará lo que aparezca más conforme a la intención del testador según el
tenor del testamento.
El Código civil recoge algunas otras normas que pueden desplegar una importante
función interpretativa en materia testamentaria:
1. El art. 347 CC afirma que en la venta, legado, donación u otra disposición en que se
haga referencia a cosas muebles o inmuebles, no se entenderán comprendidos en la
cosa el metálico, valores, créditos y acciones cuyos documentos se hallen en la cosa
transmitida, a no ser que conste claramente la voluntad
2. De no demostrarse que es otra la voluntad del testador, la institución de heredero
hecha a favor de los parientes se entiende hecha a favor de los más próximos en grado
3. El art. 770 CC establece que la institución a favor de hermanos y hermanastros
implica que éstos últimos recibirán la mitad de aquellos
4. Cuando se designe heredero a una persona y a sus hijos, se entenderán todos
instituidos simultáneamente y no sucesivamente
5. El art. 879 CC fija el plazo de duración tanto del legado de educación como el de
alimentos

8.3. Criterios y principios interpretativos


Conforme al art. 675.1 CC, el primer criterio interpretativo de las disposiciones
testamentarias viene representado por el elemento literal, es decir, por las expresiones
textuales utilizadas en el testamento.
Si de dicha interpretación gramatical se dedujera una conclusión que fuese claramente
contraria a los designios del testador, deberá procederse a indagar cuál fue la voluntad del
mismo.
Por tanto, debe entenderse que el testamento debe considerarse un todo orgánico,
otorgado por una persona determinada, cuya cultura, modo de hablar y de expresarse
deberá ser necesariamente tenido en cuenta.

- Cap. 11: La ejecución e interpretación testamentarias - 40


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TEMA 8: LAS LEGÍTIMAS, LOS LEGITIMARIOS Y LA


DESHEREDACIÓN
CAPÍTULO 12: LA SUCESIÓN FORZOSA: LAS LEGÍTIMAS

1. LEGÍTIMAS Y LIBERTAD DE TESTAR


El Código ha acabado configurando un sistema de legítimas que, en relación con la
legislación precedente, amplía la libertad de testar y, en consecuencia, restringe el alcance
propio de la legítima, la cual pasó de los 4/5 característicos del Derecho histórico a los
2/3 propios del Código civil.

3. LA LEGÍTIMA EN EL CÓDIGO CIVIL

3.1. Líneas básicas de la regulación


La existencia de legítima implica una restricción de la libertad testamentaria, que se
trata de una imposición establecida por el legislador al causante en beneficio de las
personas más cercanas o allegadas a él.
El art. 806 CC dice que la legítima es la porción de bienes de los que el testador no
puede disponer por haberla reservado la ley a determinados herederos, llamados
herederos forzosos.
La legítima restringe la facultad dispositiva mortis causa del testador, quien debe
respetarla a favor de sus herederos forzosos. Dichos herederos forzosos son los
descendientes y, en defecto de ellos, sus ascendientes y, concurriendo en todo caso con
unos u otros, el cónyuge viudo.
La legítima es una porción de bienes reservada por la ley y se puede establecer que es
la parte de la herencia que, por imperativo legal, es atribuida a familiares del testador.

3.2. Precisiones terminológicas


Los favorecidos por la legítima no están obligados a suceder a su causante a título de
legítima, es decir, no deben aceptarla forzosa u obligatoriamente. Por tanto, no pueden
ser considerados herederos forzosos. Son, en cambio, herederos forzosamente impuestos
al testador.
En relación con los destinatarios de la legítima, de acuerdo con la mejor doctrina
contemporánea, se calificarán como legitimarios o personas con derecho a la legítima.

- Cap. 12: La sucesión forzosa: las legítimas - 41


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CAPÍTULO 13: LOS LEGITIMARIOS

1. LA LEGÍTIMA DE LOS DESCENDIENTES


El art. 807.1º CC establece que deberán considerarse herederos forzosos, en primer lugar,
los hijos y descendientes respecto de sus padres y ascendientes.

1.1. La regulación conforme a la Ley 11/1981


En relación con la cuantía de la legítima de los descendientes, el art. 808 CC disponía
que constituyen la legítima de los hijos y descendientes las dos terceras partes del haber
hereditario del padre y la madre. Por tanto, la legítima de los descendientes es de cuantía
fija e independiente del número de legitimarios. Sin embargo, uno de esos 2/3 puede
destinarse a mejora, por lo que resulta necesario distinguir entre la legítima larga y la
legítima corta:
- Legítima larga: cuando el causante no ha establecido mejora alguna a favor de
cualquiera de los legitimarios. Tal caso, los 2/3 de la herencia se consideran como un
todo, reservado en condición de legítima de los hijos y descendientes
- Legítima corta: cuando el causante ha decidido mejorar a alguno de tales
legitimarios. En todo caso, al menos 1/3 de la herencia debe quedar reservado como
legítima estricta a favor de los hijos y descendientes no mejorados.

1.2. La STC 9/2010, de 27 de abril


La igualdad entre hijos matrimoniales y no matrimoniales está fuera de duda. No
obstante, en relación con un supuesto de sustitución fideicomisaria, la STC 9/2010 otorga
el amparo a unas hijas adoptivas del tercero de los hijos del testador llamados a la
sustitución.

1.3. La reforma del artículo 808 por la Ley 41/2003


La citada Ley creyó oportuno modificar el art. 808 CC, alterando el principio de
intangibilidad de la legítima en defensa de los incapacitados, mediante la posibilidad de
existencia de una sustitución fideicomisaria que gravase el propio tercio de legítima
estricta.

1.4. La reforma de los artículos 702 y 808 por la LAPCD


La LAPCD o Ley 8/2021 da una nueva redacción al art. 782 CC, permitiendo que la
legítima pueda gravarse por medio de una sustitución fideicomisaria. Según este artículo,
las sustituciones fideicomisarias nunca podrán gravar la legítima, salvo cuando se
establezcan en beneficio de un hijo del testador que se encuentre en una situación de
discapacidad psíquica, física o sensorial.
También modifica el art. 808 CC, añadiendo dos nuevos párrafos, los cuales
establecen que, cuando alguno de los hijos se encontrase en una situación de discapacidad
psíquica, física o sensorial, el testador podrá disponer a su favor de la legítima estricta de
los demás hijos o descendientes. En tal caso, salvo disposición contraria del testador, lo
así recibido por el hijo beneficiado quedará gravado con sustitución fideicomisaria de
residuo a favor de los que hubieran visto afectada su legítima estricta y aquel no podrá
disponer de tales bienes ni a título gratuito ni por actos mortis causa.

- Cap. 13: Los legitimarios - 42


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El art. 813 CC, respecto de la prohibición de gravar la legítima, ordena en su nueva


redacción que tampoco se podrá imponer sobre la legítima gravamen, condición ni
sustitución, salvo lo dispuesto en los arts. 782 y 808 CC.

2. LA MEJORA

2.1. Naturaleza y características de la mejora


El art. 823 CC establece que el padre o la madre podrán disponer, en concepto de
mejora a favor de alguno o algunos de sus hijos o descendientes, de una de las dos
terceras partes destinadas a la legítima.
Lo fundamental del sistema de la mejora radica en que la Ley permite al causante
distribuir desigualmente entre sus hijos uno de los 2/3 de los que representan la legítima.
Por tanto, una descripción general de la mejora tendría las siguientes características:
1º Existencia de una intención o voluntad del causante dirigida a atribuir de forma
desigual algunos bienes de la herencia a sus herederos forzosos o legitimarios
2º Existencia de una pluralidad de descendientes
3º La mejora puede comprender, como máximo, 1/3 de los bienes de la herencia. Sin
embargo, ninguna norma obliga a agotar dicho tercio

2.2. El carácter expreso de la mejora y la admisibilidad de la mejora tácita


El Código adopta el principio de cada mejora debe ordenarse o establecerse de forma
expresa. Así se deduce del art. 825 CC, el cual exige que el donante haya declarado de
una manera expresa su voluntad de mejorar, y el art. 828 CC, el cual establece que el
legado hecho a un legitimario no se reputará mejora sino cuando el testador lo haya
declarado expresamente.
Sin embargo, el inciso final del art. 828 CC indica que el legado hecho al legitimario
deberá reputarse mejora cuando no quepa en la parte libre.
Por tanto, como regla, la mejora debe ordenarse de manera expresa por el causante,
aunque cabe la admisibilidad de la mejora tácita.

2.3. Formas de realizar la mejora


A) La mejora ordenada en testamento
La determinación de una mejora a favor de cualquiera de los hijos y descendientes del
causante deberá producirse en el testamento.
La mejora puede consistir tanto en una institución de heredero como en una manda o
legado hecho a favor de cualquiera de los descendientes.
B) La mejora a través de donación inter vivos
El causante también puede realizar en vida donaciones a favor de sus hijos o
descendientes.
C) La mejora hecha en capitulaciones o en contrato oneroso
Son irrevocables las mejoras decididas por el causante y que se hayan incorporado a
capitulaciones matrimoniales o a un contrato oneroso celebrado con tercero.

- Cap. 13: Los legitimarios - 43


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2.4. Destinatarios de la mejora


El art. 823 CC establece que la mejora puede hacerse a favor de los hijos o
descendientes, ya lo sean por naturaleza o por adopción.
El debate consiste en determinar si, en el caso de existir hijos, el causante puede
establecer la mejora a favor de los descendientes de grado más remoto, es decir, de los
nietos. Gran parte de la doctrina propugna que la mejora se puede realizar a favor de los
descendientes de posterior grado.

2.5. El objeto de la mejora


Tanto el Código como la doctrina suele distinguir entre la mejora de cuota y las
mejoras en cosa determinada.
A) La mejora en cosa determinada
El art. 829 CC establece que la mejora podrá señalarse en cosa determinada,
refiriéndose a los supuestos en que el propio testador designa un bien concreto del caudal
hereditario, que deberá entregarse al destinatario de la atribución en concepto de mejora.
Dependerá de la voluntad del causante la concreción de si la mejora en cosa
determinada debe considerarse un legado de cosa específica y determinada o sí, por el
contrario, la mejora integra la institución de heredero a favor del legitimario mejorado.
El art. 829 CC establece que si el valor de la mejora excediera del tercio destinado a
mejora y de la parte de legítima correspondiente al mejorado, éste deberá abonar la
diferencia en metálico a los demás interesados.
B) La mejora de cuota
El art. 832 CC dice que cuando la mejora no hubiera sido señalada en cosa determinada
será pagada con los mismos bienes hereditarios, procurando la igualdad de los herederos
en la partición de bienes.
La mejora no señalada en cosa determinada se convierte en una parte alícuota de la
herencia que, a veces será un legado de parte alícuota, aunque en otros casos puede
instrumentarse como una atribución patrimonial que integre la institución de heredero
hecha a favor del legitimario beneficiado.

3. LA MEJORA ENCOMENDADA AL CÓNYUGE VIUDO


Como regla general, la facultad de mejorar tiene carácter personalísimo y no puede
encomendarse a otra persona. Sin embargo, el art. 831.1 CC permite siempre que el
cónyuge supérstite pueda llevar a cabo la distribución de los bienes del difunto y realizar
mejoras propiamente dichas a favor de los hijos comunes.

3.1. La redacción originaria del Código civil


Conforme a la redacción originaria del Código civil, podrá válidamente pactarse en
capitulaciones matrimoniales que, muriendo intestado uno de los cónyuges, el viudo o
viuda que no haya contraído nuevas nupcias pueda distribuir los bienes del difunto y
mejorar en ellos a los hijos comunes, sin perjuicio de las legítimas y de las mejoras hechas
en vida por el causante.

3.2. La Ley 11/1981, de 13 de mayo


Según la redacción dada por dicha Ley al art. 831.1 CC, podrá ordenarse en testamento
o en capitulaciones matrimoniales que, muriendo el cónyuge otorgante, el viudo o viuda

- Cap. 13: Los legitimarios - 44


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que no haya contraído nuevas nupcias pueda distribuir los bienes del difunto y mejorar
en ellos a los hijos comunes.
A partir de la Ley 11/1981, la facultad de mejorar a favor del cónyuge viudo podría
constituirse tanto testamentariamente como a través de las capitulaciones matrimoniales.
Los requisitos de aplicación de la nueva norma son:
1º Subsistencia del matrimonio entre el causante y su cónyuge
2º Viudedad propiamente dicha del cónyuge al que se encomienda la delegación de
mejorar, lo que requiere que no haya contraído nuevas nupcias
3º Existencia de hijos comunes de ambos cónyuges, fuesen o no matrimoniales en el
momento de su nacimiento

3.3. Las facultades del cónyuge sobreviviente según la Ley 41/2003


La Ley 41/2003, de Protección Patrimonial de las Personas con Discapacidad,
consideró modificar nuevamente el art. 831 CC, dándole una nueva redacción para
introducir una nueva figura de protección patrimonial indirecta de las personas con
discapacidad. De esta forma, se concede al testador amplias facultades para que, en su
testamento, pueda conferir al cónyuge supérstite amplias facultadas para mejorar y
distribuir la herencia del premuerto entre los hijos o descendientes comunes, lo que
permitirá no precipitar la partición de la herencia cuando uno de los descendientes tenga
una discapacidad.

4. LA LEGÍTIMA DE LOS ASCENDIENTES

4.1. Presupuestos y notas características


Por razones cronológicas, es obvio que, en la inmensa mayoría de los casos, el
fallecimiento de una persona de 50 años suele venir acompañado de la existencia de
descendientes y la desaparición previa de la mayor parte de sus ascendientes.
Desde el punto de vista técnico, la legítima de los ascendientes tiene un claro carácter
subsidiario respecto de hijos y descendientes.
Dicha subsidiaridad de la legítima de los ascendientes pretende resaltar que existe una
incompatibilidad entre descendientes y ascendientes respecto de la legítima. Existiendo
descendientes, los ascendientes carecen de derecho alguno a la porción legitimaria.

4.2. Cuantía de la cuota legitimaria de los ascendientes


La legítima de los padres y ascendientes es de cuantía variable.
A) Concurrencia con el cónyuge viudo
El art. 809 CC establece que si los ascendientes concurrieran con el cónyuge viudo del
descendiente causante, su legítima será de una tercera parte de la herencia.
B) Inexistencia de cónyuge viudo
El art. 809 CC establece que la legítima de los padres o ascendientes será la mitad del
haber hereditario de los hijos y descendientes.

4.3. Regla de distribución entre los ascendientes


El art. 810.1 CC establece que la legítima reservada a los padres se dividirá entre los
dos por partes iguales: si uno de ellos hubiera muerto, recaerá toda la herencia en el
sobreviviente. Por tanto, la existencia de cualquiera de los progenitores del causante

- Cap. 13: Los legitimarios - 45


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excluye de la legítima a los restantes ascendientes, dado que en la línea recta ascendente
no se considera aplicable el derecho de representación.
En defecto de progenitores del causante:
a) Si existen varios ascendientes de segundo o posterior grado, la cuota legitimaria que
corresponda en conjunto se distribuirá por estirpes y no por cabezas
b) Si solo vive uno de los abuelos del causante (el paterno) y varios bisabuelos maternos,
solo será legitimario el abuelo, adquiriendo la mitad o el tercio de la herencia

5. LA REVERSIÓN DE DONACIONES DEL ARTÍCULO 812 DEL


CÓDIGO CIVIL
El art. 812 CC establece que los ascendientes suceden con exclusión de otras personas
en las cosas dadas por ellos a sus hijos o descendientes muertos sin descendencia, cuando
los mismos objetos donados existan en la sucesión. Si los objetos hubieran sido
enajenados, sucederán en todas las acciones que el donatario tuviera con relación a ellos,
y en el precio, si se hubiesen vendido, o en los bienes con que se hayan sustituido, si los
permutó o cambió.

6. LA LEGÍTIMA DEL CÓNYUGE SUPÉRSTITE

6.1. Presupuestos y características peculiares de la legítima del cónyuge viudo


El art. 834 CC dispone que el cónyuge que al morir su consorte no se haya separado
de éste legalmente o de hecho, si concurre a la herencia con hijos o descendientes, tendrá
derecho al usufructo del tercio destinado a mejora.
Conforme al Código civil, únicamente es heredero forzoso el cónyuge (y no el
conviviente) supérstite, siempre que, además, no se encuentre separado.

6.2. Características de la legítima vidual


Las notas características de la legítima del cónyuge viudo son:
a) Se trata de una cuota usufructuaria, en que la cuota correspondiente en cada caso
presupone la atribución de bienes hereditarios en propiedad
b) El cónyuge supérstite puede concurrir con los descendientes o con los ascendientes,
indistintamente
c) Dependiendo de quienes sean los restantes legitimarios, la cuantía de la legítima del
cónyuge supérstite es de carácter variable
d) La cuota legitimaria es la misma, se trate de sucesión testamentaria o abintestato. En
caso de inexistencia de parientes en línea recta, a título de heredero intestado, el
cónyuge viudo sucederá en todos los bienes al difunto

6.3. Cuantía de la cuota usufructuaria


La cuota viudal usufructuaria no tiene carácter fijo, sino que depende de quienes sean
los legitimarios que, en su caso, concurren a la herencia con el cónyuge viudo. El cónyuge
solo podrá concurrir con descendientes o, en su defecto, con los ascendientes, pero no con
ambos grupos de familiares simultáneamente.

- Cap. 13: Los legitimarios - 46


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A) Concurrencia del cónyuge viudo con hijos y descendientes


En tal caso, el cónyuge tiene derecho al usufructo del tercio destinado a mejora. El
tercio de libre disposición queda liberado para que el testador lo destine según su libre
albedrío.
B) Concurrencia del cónyuge con los ascendientes
Si en la sucesión abierta no existen descendientes, la cuota vidual usufructuaria
equivaldría a la mitad de la herencia. En tal supuesto, la legítima de los ascendientes se
reduce o circunscribe a 1/3 de la herencia. El usufructo viudal debe recaer sobre la mitad
de la herencia que no corresponde por legítima a los ascendientes.
C) Inexistencia de descendientes y ascendientes del causante
En el supuesto de inexistencia de cualquier otro legitimado, el cónyuge sobreviviente
tendrá derecho al usufructo de los 2/3 de la herencia.

6.4. La conmutación del usufructo viudal usufructuario


El art. 839 CC contiene una norma que faculta a los herederos para conmutar la cuota
usufructuaria del cónyuge viudo por el producto de determinados bienes, una renta
vitalicia o capital en efectivo.
A) La conmutación por iniciativa de los herederos
Los herederos podrán satisfacer al cónyuge su parte de usufructo, asignándole una
renta vitalicia, los productos de determinados bienes o capital en efectivo, procediendo
de mutuo acuerdo y, en su defecto, por virtud de mandato judicial.
La facultad de computar el usufructo corresponde a los herederos, mientras que el
mutuo acuerdo o la autorización judicial supletoria se refieren a la forma de comunicación
elegida por éstos.
B) La conmutación en el caso de concurrencia de cónyuge e hijos de su consorte
Para el supuesto en que el cónyuge viudo concurra legitimariamente con los hijos
exclusivos de su consorte, podrá exigir que su derecho de usufructo le sea satisfecho, a
elección de los hijos, asignándole un capital en dinero o un lote de bienes hereditarios.

6.5. El usufructo universal a favor del cónyuge: la cautela sociniana


En la práctica, se encuentra generalizada la institución del usufructo universal a favor
del cónyuge viudo, mediante disposiciones o cláusulas testamentarias en las que, de forma
expresa, el testador nombra heredero universal, en usufructo, a su viudo o viuda,
precisando que si cualquiera de sus hijos o descendientes impugnaran tal institución,
deberían recibir únicamente lo que les corresponda por la legítima estricta. A tal previsión
testamentaria se le conoce con el nombre de cautela sociniana o gualdense.

- Cap. 13: Los legitimarios - 47


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CAPÍTULO 14: LA LEGÍTIMA Y LA DESHEREDACIÓN

1. LA PRETERICIÓN

1.1. Presupuestos
Desde el Derecho romano, la preterición se ha definido como la omisión en el
testamento de cualquiera de los parientes del causante que tuvieran derecho a sucederle
por ministerio de la ley.
Por tanto, el ámbito propio de la preterición requiere que se den, simultáneamente, los
dos presupuestos siguientes:
1) Que se reconozca al causante la posibilidad de establecer el destino de sus bienes a
través del testamento
2) Que existan sucesores por ministerio de la ley, llamados legitimarios o herederos
forzosos

1.2. Significado y ámbito de la preterición


El ámbito propio de la preterición se circunscribe a la sucesión testamentaria, para el
supuesto de que alguno de los legitimarios sea omitido en el testamento, de tal manera
que la legítima no solo se ve protegida en sentido material, sino también formal, pues el
causante está obligado a tener en cuenta a sus herederos forzosos en el caso de que decida
otorgar testamento.
En el caso que el legitimario no haya sido preterido y se le haya atribuido menos de lo
que le corresponda por legítima, no existe preterición y el legitimario no podrá ejercitar
la acción de preterición.

2. EFECTOS DE LA PRETERICIÓN

2.1. La preterición intencional


La preterición intencional se encuentra regulada en el art. 814 CC, conforme al cual,
la preterición de un heredero forzoso no perjudica la legítima. Se reducirá la institución
de heredero antes que los legados, mejoras y demás disposiciones testamentarias.
El hijo preterido, en caso de existir legitimarios mejorados, solo percibirá lo que le
corresponda por legítima estricta.

2.2. La preterición errónea o “no intencional”


El art. 814 CC limita el ámbito de la preterición no intencional a los hijos o
descendientes. En caso de preterición no intencional, se anula la institución de heredero,
dando lugar a la apertura de la sucesión intestada a favor del hijo o descendiente preterido.
El art. 814 CC distingue dos supuestos distintos de preterición no intencional.
A) Preterición no intencional del o de los descendientes
Si resultaren preteridos todos, se anularán las disposiciones testamentarias de
contenido patrimonial. Este supuesto comprende tanto el caso de que todos los
descendientes hayan sido omitidos en el testamento como el de que el único descendiente
existente haya sido preterido. Los efectos de dicho supuesto es que todas las disposiciones
testamentarias de contenido patrimonial devienen ineficaces.

- Cap. 14: La legítima y la desheredación - 48


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B) Preterición de algún descendiente


Los efectos de la preterición son más débiles en el caso de que solo alguno de los hijos
o descendientes haya sido preterido. En este caso, se anulará la institución de herederos,
pero valdrán las mandas y mejoras ordenadas por cualquier título, en cuanto unas y otras
no sean inoficiosas.
Todas las atribuciones patrimoniales que puedan comprenderse dentro del tercio de
libre disposición mantienen su validez. En caso de superar dicho tercio, las mandas
deberán ser reducidas conforme a las reglas generales.
La institución de heredero deviene ineficaz si el causante destina también el tercio de
libre disposición al heredero.

5. LA DESHEREDACIÓN
En el sistema del Código civil, desheredar equivale a privar de la legítima a los
legitimarios. El art. 848 CC dispone que la desheredación solo podrá tener lugar por
alguna de las causas que expresamente señala la ley, al tiempo que el art. 849 CC impone
que la desheredación solo podrá hacerse en testamento, expresando en él la causa legal
en que se base.
Por tanto, la desheredación se caracteriza por requerir que el legitimario haya
incurrido en una de las causas de desheredación. Además, se requiere que el causante
estipule o ratifique en el testamento que, efectivamente, desea que el legitimario sea
privado de lo que le corresponde por ley.

6. CAUSAS DE DESHEREDACIÓN

6.1. En general
El art. 852 CC establece que son justas causas para la desheredación las de
incapacidad por indignidad para suceder.

6.2. Causas de desheredación de los hijos y descendientes


Según los arts. 852 y 853 CC, las justas causas para desheredar a los hijos y
descendientes consisten en que el legitimario hubiese incurrido en cualquiera de las
siguientes conductas:
- El que fuera condenado por sentencia firme por haber atentado contra la vida, o a pena
grave por haber causado lesiones o por haber ejercido habitualmente violencia física o
psíquica en el ámbito familiar al causante, su cónyuge, persona a la que esté unida por
análoga relación de afectividad o alguno de sus descendientes o ascendientes (art.
756.1º)
- El que fuera condenado por sentencia firme por delitos contra la libertad, la integridad
moral y la libertad e indemnidad sexual, si el ofendido es el causante, su cónyuge, la
persona a la que esté unida por análoga relación de afectividad o alguno de sus
descendientes o ascendientes.
Asimismo, el condenado por sentencia firme a pena grave por haber cometido un
delito contra los derechos y deberes familiares respecto de la herencia de la persona
agraviada.
También el privado por resolución firme de la patria potestad, o removido del
ejercicio de la tutela o acogimiento familiar de un menor o persona con la capacidad

- Cap. 14: La legítima y la desheredación - 49


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modificada judicialmente por causa que le sea imputable, respecto de la herencia del
mismo (art. 756.2º)
- El que hubiese acusado al causante de delito para el que la ley señala pena grave, si es
condenado por denuncia falsa (art. 756.3º)
- El que, con amenaza, fraude o violencia, obligara al testador a hacer testamento o a
cambiarlo (art. 756.5º)
- El que, por los mismos medios, impidiera a otro hacer testamento, o revocar el que
tuviese hecho, o suplantara, ocultara o alterara otro posterior (art. 756.6º)
- Haber negado, sin motivo legítimo, los alimentos al padre o ascendiente que le
deshereda (art. 853.1º)
- Haberle maltratado de obra o injuriado gravemente de palabra (art. 853.2º)

6.3. Causas de desheredación de los padres y ascendientes


El art. 854 CC establece que perderán su derecho a la legítima los padres y
ascendientes a quienes pudiera imputarse cualquiera de las causas de indignidad del art.
756 CC y, además, las siguientes:
- Que hubiese perdido la patria potestad por las causas expresadas en el art. 170 CC (art.
854.1º)
- Que hubiese negado los alimentos a sus hijos o descendientes sin motivo legítimo (art.
854.2º)
- Que hubiese atentado uno de los padres contra la vida de otro de los padres o
ascendientes, si no hubiese habido entre ellos reconciliación (art. 854.3º)

6.4. Causas de desheredación del cónyuge


Conforme al art. 855 CC, las justas causas para desheredar al cónyuge, de carácter
específico, son las siguientes:
- Haber incumplido grave o reiteradamente los deberes conyugales
- Las que dan lugar a la pérdida de la patria potestad conforme al art. 170 CC
- Haber negado alimentos a los hijos o al otro cónyuge
- Haber atentado contra la vida del cónyuge testador, si no hubiera mediado
reconciliación
Además, afectan igualmente al cónyuge las causas de indignidad del art. 756 CC.

7. RÉGIMEN NORMATIVO DE LA DESHEREDACIÓN

7.1. Las formas de desheredación


A) La desheredación justa
El art. 849 CC dispone que la desheredación solo podrá hacerse en testamento,
expresando en él la causa legal en que se funde. Aunque el Código no lo exprese, resulta
absolutamente necesario que el testador identifique al legitimario al que deshereda.
La desheredación que reúna los requisitos se suele llamar desheredación justa.
B) La desheredación injusta
Se denomina desheredación injusta a lo establecido en el art. 851 CC, que dice que
es la desheredación hecha sin expresión de causa, o por causa cuya certeza, si fuese
contradicha, no se probara, o que no sea una de las señaladas.

- Cap. 14: La legítima y la desheredación - 50


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Basta con que no haya sido expresada la causa justa por el testador o que, cuando la
niegue el desheredado, una vez abierta la sucesión, los herederos no pueden probarla, para
que obtenga la calificación de desheredación injusta.
C) El alcance de la desheredación: ¿cabe la desheredación parcial?
En términos teóricos, a juicio del Manual, la desheredación puede tener carácter parcial
respecto de la cuota legitimaria de la persona que se trate.
Sin embargo, la mayoría de la doctrina avala la improcedencia de la desheredación
parcial en nuestro sistema jurídico. El causante puede desheredar o no, pero si lo hace,
alcanza la cuota íntegra legitimaria que podía haberle correspondido.

7.2. Los efectos de la desheredación


En caso de proceder efectivamente la desheredación, y tratándose de desheredación
justa, el desheredado se verá privado de la legítima. Sin embargo, por el derecho de
representación en la legítima, los hijos y descendientes del desheredado ocuparán su
posición y, en consecuencia, adquirirán la porción legitimaria correspondiente.

7.3. La reconciliación
Aunque exista causa legal de desheredación, ésta no podrá llevarse a efecto si se
produce la reconciliación entre el ofensor y el causante de la herencia que se trate. El art.
856 CC establece que la reconciliación posterior del ofensor y del ofendido priva a éste
del derecho de desheredar y deja sin efecto la desheredación ya hecha.

8. EL PAGO DE LA LEGÍTIMA

8.1. Fijación y cálculo de la cuantía de la legítima


El art. 818 CC establece que, para fijar la legítima, se atenderá al valor de los bienes
que quedaran a la muerte del testador, con deducción de las deudas y cargas. Por tanto, el
punto de fijación de la legítima viene representado por el conjunto de los bienes relictos,
a cuyo valor debe deducirse la cuantía de las deudas y cargas.
Se trata de una simple operación contable, consistente en deducir del valor de los
bienes hereditarios el valor que representan las deudas y cargas de la herencia, lo que
arrojará el activo del caudal relicto. Finalizada la operación, se habrá fijado el caudal
líquido hereditario.

8.2. Los medios de satisfacción: el pago en metálico


Si se parte de la base de que la legítima es una porción de bienes, el conjunto de los
bienes atribuidos al legitimado por el testador debería equivaler a la cantidad líquida que
le corresponda al heredero forzoso en concepto de legítima. Sin embargo, la cuestión es
mucho más compleja.
La reforma de 1981 permitió el pago en metálico de la legítima, siempre y cuando la
adjudicación de los bienes hereditarios sea a favor de los legitimarios. En este sentido, el
art. 841 CC establece que el testador podrá adjudicar todos los bienes hereditarios o parte
de ellos a alguno de los hijos o descendientes, ordenando que se pague en metálico la
porción hereditaria de los demás legitimarios.
No obstante, tampoco puede afirmarse que el legislador ha sustituido el principio de
atribución de la legítima en bienes hereditarios por el principio de pago en metálico ya

- Cap. 14: La legítima y la desheredación - 51


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que, fuera de los supuestos específicos contemplados por el legislador, la regla general
de pago de la legítima sigue siendo la atribución de bienes hereditarios in natura.

9. LA LLAMADA INTANGIBILIDAD CUANTITATIVA DE LA


LEGÍTIMA
Una vez fijada la cuota legitimaria, el heredero forzoso que sea beneficiario de ella
podrá reclamarla íntegramente en el supuesto en el que las previsiones testamentarias del
causante arrojen que el legitimario de que se trate no sea suficientemente satisfecho por
no haber bienes suficientes en la herencia.

9.1. La denominada acción de suplemento de la legítima


El art. 815 CC pone de manifiesto la integridad cuantitativa de la legítima,
estableciendo que el heredero forzoso a quien el testador haya dejado por cualquier título
menos de la legítima que le corresponda, podrá pedir el complemento de la misma. Es
decir, el legitimario parcialmente insatisfecho reclamará a los herederos cuánto le falte
para cubrir íntegramente la cuota hereditaria que le corresponde en concepto de legítima.
El vehículo procesal de defensa de la intangibilidad cuantitativa de la legítima es la
acción de complemento de la legítima.

9.2. La eventual reducción de la institución de heredero


Si el mantenimiento de la institución de heredero imposibilitara la percepción íntegra
de su cuota legitimaria, el heredero forzoso perjudicado podrá instar la reducción de la
propia disposición testamentaria en que se contenga el nombramiento de un heredero
voluntario o de un legitimario que haya sido nombrado en una cuota tal que afecte a la
legítima de los otros herederos forzosos. En este caso, la reducción de la institución del
heredero deberá realizarse antes que la de las donaciones y de los legados.

9.3. La reducción de legados y donaciones


El Código regula la reducción de legados y donaciones que pueden considerarse
inoficiosos, como se conocen, con carácter general, aquellas disposiciones testamentarias
que recaigan sobre la parte de la herencia de la que el testador no podía haber dispuesto
libremente.
La reducción o anulación de las disposiciones testamentarias debe comenzar por los
legados que, como regla, serán reducidos a prorrata, sin distinción alguna entre ellos,
salvo que el testador hubiera dispuesto que se pague cierto legado con preferencia a otros.
Si la anulación de todos los legados no resulta suficiente para atender la legítima
insatisfecha, se procederá a la declaración de inoficiosidad respecto de las donaciones
realizadas en vida del causante. Respecto de las donaciones, no hay prorrateo alguno,
pues se suprimirán o reducirán las más recientes.

- Cap. 14: La legítima y la desheredación - 52


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TEMA 9: LAS RESERVAS


CAPÍTULO 15: LAS RESERVAS

1. LA RESERVA ORDINARIA O VIDUAL


El supuesto de la reserva ordinaria o vidual se encuentra en el art. 968 CC, al disponer
que el viudo o viuda que pase a segundo matrimonio estará obligado a reservar a los hijos
y descendientes del primero la propiedad de todos los bienes que haya adquirido de su
difunto consorte por testamento, por sucesión intestada, donación o cualquier otro título
lucrativo; pero no su mitad de gananciales. La institución pretende garantizar a los hijos
y descendientes del primer matrimonio que el viudo o la viuda no deriven los bienes
procedentes de su anterior cónyuge a otras personas o a otras familias.

1.1. Presupuestos de la reserva ordinaria


Los presupuestos necesarios para que entre en vigor la obligación de reservar son:
1º Existencia de un matrimonio previo que se haya disuelto por el fallecimiento de uno
de los cónyuges
2º Existencia de hijos o descendientes del matrimonio anterior, pues son ellos los
beneficiarios de la reserva
Con estos presupuestos, la obligación de reservar nace si se produce cualquiera de los
siguientes hechos o actos:
a) Celebración de segundas o posteriores nupcias por parte del cónyuge viudo
b) Que el cónyuge viudo, y además adúltero, haya tenido un hijo no matrimonial
constante el matrimonio con el consorte fallecido
c) Que el cónyuge viudo, tras el fallecimiento de su anterior consorte, tenga un hijo no
matrimonial
d) Que el viudo adopte a otra persona, salvo que el adoptado sea hijo del consorte de
quien descienden los reservatarios

1.2. Los bienes reservables


La diferencia fundamental que existe entre la reserva y la legítima radica en el hecho
de que los bienes reservables no están referidos a una parte alícuota de la herencia, sino
que constituyen un conjunto patrimonial identificado por su procedencia.
A) Bienes procedentes del cónyuge difunto
El art. 968 CC obliga a reservar al cónyuge viudo todos los bienes que haya adquirido
de su difunto consorte por testamento, por sucesión intestada, donación o cualquier otro
título lucrativo.
Según los autores del Manual, la legítima del cónyuge viudo en sí misma considerada
no debe comprenderse dentro de los bienes reservables, pues lo contrario equivaldría a
devolver cuanto se hubiera percibido por parte del cónyuge viudo.
B) Bienes procedentes de los hijos del matrimonio
Según el art. 969 CC, la obligación de reservar alcanza también a los bienes que, por
cualquier título lucrativo, hubiera recibido el cónyuge viudo de cualquiera de los hijos de
su primer matrimonio.

- Cap. 15: Las reservas - 53


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C) Bienes procedentes de los parientes del difunto


Se consideran reservables los bienes que el viudo haya obtenido de los parientes del
difunto por consideración a éste.

2. EFECTOS DE LA RESERVA ORDINARIA

2.1. La fase previa


El cónyuge viudo tiene plenas facultades de goce y disposición sobre los bienes que,
en su caso, sean reservables, pudiendo actuar con plena libertad respecto de ellos.

2.2. Fase de pendencia


Los reservatarios podrán exigir al viudo reservista el cumplimiento del art. 977 CC,
conforme al cual, el viudo o la viuda deberán inventariar todos los bienes sujetos a
reserva, anotar en el Registro de la Propiedad la calidad de reservables de los inmuebles
y tasar los muebles.
El art. 938 CC establece que el viudo estará, además, obligado a asegurar con hipoteca:
a) La restitución de los bienes muebles no enajenados en el estado que tuvieran al tiempo
de su muerte
b) El abono de los deterioros ocasionados por su culpa o negligencia
c) La devolución del precio que hubiese recibido por los bienes muebles enajenados
d) El valor de los bienes inmuebles válidamente enajenados
A) La facultad de mejorar del reservista
A pesar de la obligación de reservar, el padre o la madre, segunda vez casado, podrá
mejorar en los bienes reservables a cualquiera de los hijos o descendientes del primer
matrimonio.
B) La renuncia del reservatario
El art. 970 CC dispone que cesará la obligación de reservar cuando los hijos de un
matrimonio, mayores de edad, que tengan derecho a los bienes, renuncien expresamente
a él.

2.3. La consumación de la reserva


Se denomina consumación de la reserva al hecho de que el fallecimiento del reservista
produzca la adquisición de los bienes reservables (o su valor) por los reservatarios.
A) La sucesión de los reservatarios
Para el supuesto en que el reservista no haya hecho uso de la facultad de mejorar, como
regla general, los hijos y descendientes del primer matrimonio sucederán en los bienes
sujetos a reserva, conforme a las reglas prescritas para la sucesión en línea descendiente.
Esto quiere decir que el reservista, excluida la facultad de mejorar, carece de facultades
para disponer testamentariamente el destino de los bienes reservables, pues la ley
establece que los reservatarios heredarán conforme a las reglas de la sucesión intestada.
B) La desheredación del reservatario
El art. 973 CC establece que el hijo desheredado justamente por el padre o por la madre
perderá todo derecho a la reserva, pero si tuviera hijos o descendientes, entrará en juego
el derecho de representación.

- Cap. 15: Las reservas - 54


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3. EXTINCIÓN DE LA RESERVA ORDINARIA


La extinción definitiva de la obligación de reservar, en caso de haber nacido, solo se
producirá por inexistencia de reservatarios, según lo siguiente:
- Cesará la reserva si al morir el padre o la madre que contrajo segundo matrimonio no
existen hijos ni descendientes del primero
- Lo mismo sucederá en el supuesto de que los reservatarios sobrevivientes en el
momento de fallecimiento del reservista hubieran sido desheredados o hubiesen
incurrido en causa de indignidad

4. LA RESERVA LINEAL O TRONCAL

4.1. Introducción
La reserva lineal o troncal se encuentra formulada en el art. 811 CC, que establece
que el ascendiente que heredare de su descendiente bienes que éste hubiera adquirido por
título lucrativo de otro ascendiente, o de un hermano, está obligado a reservar lo que
hubiere adquirido por ministerio de la ley a favor de los parientes que estén dentro del
tercer grado y pertenezcan a la línea de donde los bienes proceden.

4.2. La ejemplificación de Alonso Martínez


Un ejemplo de lo anterior es el siguiente. Supongamos que María Pérez, hija mayor de
Pedro Pérez, contrae matrimonio con Miguel Hidalgo. Cuando nace su primer hijo, Juan
Hidalgo Pérez, su abuelo materno, Pedro Pérez, decide transmitir acciones de la mayor
parte de sus empresas a su hija María en usufructo, atribuyendo la nuda propiedad a su
nieto Juan. A consecuencia de un accidente, María y su hijo Juan fallecen con unas horas
de diferencia, de forma que la titularidad del paquete de acciones pasa al cónyuge viudo
Miguel Hidalgo, como heredero abintestato del hijo. En este caso, procedería la reversión
a la familia Pérez, es decir, se aplica la reserva lineal en su favor.

5. EL SUPUESTO DE HECHO DEL ARTÍCULO 811

5.1. Las transmisiones y los sujetos: causante de la reserva, reservista y


reservatarios
La aplicación del art. 811 CC comporta la previa existencia de dos transmisiones y
ordena una tercera, que supone la adjudicación de los bienes objeto de reserva a la línea
familiar de la que proceden:
1º La primera transmisión consiste en la enajenación a título lucrativo por parte de un
ascendiente a favor de un descendiente. Al adquiriente de los bienes, se le denomina
causante de la reserva (= descendiente)
2º La segunda transmisión es la realizada por ministerio de la ley a favor del ascendiente,
sobre el que va a pesar la obligación de reserva. Al ascendiente se le llama reservista
3º En el caso de haberse producido las dos transmisiones anteriores, el reservista queda
obligado a reservar los bienes correspondientes a favor de los parientes que estén
dentro del tercer grado y pertenezcan a la línea de donde los bienes proceden. Tales
parientes son los reservatarios, en cuyo favor deberá producirse la tercera y definitiva
transmisión

- Cap. 15: Las reservas - 55


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El cómputo del parentesco de tercer grado se realiza a partir del descendiente causante
de la reserva. Por tanto, podrán ostentar la cualidad de reservatarios, en línea recta, sus
progenitores, abuelos y bisabuelos; y, en línea colateral, sus hermanos, tíos carnales y
sobrinos carnales.

5.2. Los bienes reservables


Los bienes reservables pueden tener naturaleza mobiliaria o inmobiliaria. La especialidad
del supuesto exige concretar los bienes reservables atendiendo a las circunstancias
derivadas de las sucesivas transmisiones producidas:
1º Los bienes deben haber sido adquiridos por el descendiente causante de la reserva por
título lucrativo de otro ascendiente o de un hermano
2º El ascendiente reservista está obligado a reservar los bienes que hubiese adquirido por
ministerio de la ley

6. RÉGIMEN JURÍDICO DE LA RESERVA LINEAL


El art. 811 CC se limita a establecer la obligación de reservar, una vez que se den las
circunstancias que requiere el supuesto de hecho, sin desarrollar los derechos y facultades
del reservista y de los eventuales reservatarios.

6.1. Facultades y atribuciones del reservista


El ascendiente reservista debería considerarse titular de los bienes y, por tanto,
facultado incluso para realizar actos de disposición sobre ellos, al igual que ocurre en la
reserva ordinaria. Sin embargo, dicha conclusión solo puede sostenerse si, al propio
tiempo, se imponen al reservista las consecuencias de la subrogación real en caso de
enajenación.
La mayoría de la doctrina considera que el reservista está obligado a respetar las
medidas precautorias que establecen tanto el Código civil como la Ley Hipotecaria para
el caso de la reserva ordinaria.

6.2. La posición de los eventuales reservatarios


La doctrina y la jurisprudencia reconocen a los reservatarios las mismas garantías que
el Código y la legislación hipotecaria les otorgan en el caso de la reserva ordinaria.
En la reserva lineal, los reservatarios deben considerarse sucesores del causante de la
reserva, pese a que reciban los bienes a través del reservista.

7. PREFERENCIA ENTRE AMBAS RESERVAS


En ciertos supuestos pueden solaparse ambas reservas, la lineal y la ordinaria. Así
ocurriría en los casos en que el ascendiente reservista, que siendo viudo y estando ya
vinculado por la reserva lineal, contrajera nuevas nupcias, tuviera un hijo no matrimonial
o adoptase a una tercera persona, pasando así a estar obligado también por la reserva
ordinaria.
La primacía de la reserva depende del momento en que se produzca la transmisión del
descendiente al ascendiente reservista y, de otra parte, los presupuestos determinantes del
nacimiento de la reserva ordinaria.

- Cap. 15: Las reservas - 56


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TEMA 10: LA SUCESIÓN INTESTADA


CAPÍTULO 16: LA SUCESIÓN INTESTADA

1. LA SUCESIÓN INTESTADA

1.1. Concepto y fundamento


La sucesión intestada representa un papel subsidiario respecto de la sucesión
testamentaria, siendo de aplicación cuando la inexistencia o la insuficiencia del
testamento así lo exijan, procediendo a señalar el propio legislador quienes deben ser
considerados herederos de quien fallece sin designarlos.
Esta designación de herederos ex lege se asienta en el hecho fundamental de que el
sistema jurídico considera peligroso que un determinado patrimonio quede sin titular y
sin sucesores, favoreciendo situaciones de posible apropiación por cualquiera de bienes
que quedasen sin dueño.

1.2. Sistemas de sucesión intestada


La generalidad de los Códigos civiles optado por sistemas puros de parentesco, bien
por el llamado de las tres líneas o bien por el conocido como de parentela.
El sistema español consagra el sistema de las tres líneas de parentesco (descendente,
ascendente y colateral, por este orden).

1.3. La declaración de herederos abintestato como expediente notarial de


jurisdicción voluntaria
La Ley 15/2015, de jurisdicción voluntaria, atribuye competencia a los Notarios para
conocer de la declaración de herederos abintestato.
Los arts. 55 y 56 LN atribuye al Notariado la competencia exclusiva respecto de las
declaraciones de herederos abintestato, con carácter general. Desde el punto de vista
procedimental, la LJV configura el trámite de audiencia a los eventuales interesados,
reconoce el posible derecho de oposición de cualquiera, así como la expresa reserva de
derechos de quienes no comparecieron o no hubieran sido reconocidos como herederos.

2. PRESUPUESTOS Y PROCEDENCIA DE LA SUCESIÓN


INTESTADA
El art. 912 CC establece que la sucesión intestada tiene lugar en los siguientes casos:
1º Cuando uno muere sin testamento, o con testamento nulo, o que haya perdido después
su validez
2º Cuando el testamento no contiene institución de heredero en todo o en parte de los
bienes, o no dispone de todos los que corresponden al testador
3º Cuando falta la condición puesta a la institución de heredero, o éste muere antes que
el testador, o repudia la herencia sin tener sustituto y sin que haya lugar al derecho de
acrecer
4º Cuando el heredero instituido es incapaz de suceder

- Cap. 16: La sucesión intestada - 57


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El Código civil parte de la base de que la sucesión intestada no tiene lugar solo cuando
no hay testamento, sino incluso en los supuestos en que la voluntad del testador no agota
de forma íntegra y total el caudal hereditario.
Nuestro sistema hereditario se caracteriza por un sistema de pesos y contrapesos entre
la libertad testamentaria, los derechos legitimarios y las propias reglas de la sucesión
intestada.
Por tanto, los casos de aplicación de la sucesión intestada se clasifican:
- Supuestos de inexistencia de testamento
- Supuestos de insuficiencia del testamento
- Supuestos de frustración de las disposiciones testamentarias o de alguna de ellas por
razones inherentes al instituido o de cualquier otro tipo

3. LOS PRINCIPIOS DE LA SUCESIÓN INTESTADA

3.1. Clases, órdenes y grados


Los principios que rigen la sucesión intestada consisten en la determinación de las
clases, órdenes y grados que deben seguirse sucesivamente para otorgar la condición de
herederos abintestato a quien corresponda.
En referencia a la clase, se pone de manifiesto que, a falta de herederos testamentarios,
la ley defiere la herencia a los parientes del difunto, al viudo o viuda y al Estado, por lo
que existen tres categorías de herederos.
En referencia a los órdenes de sucesión, ésta solo puede entenderse hecha a los
parientes, los cuales necesitan ser objeto de unas reglas de prelación entre los diversos
grupos parentales.
El principio de grado manifiesta que rige, en principio, la regla de que el grado más
próximo excluye al más remoto, si bien en la línea recta descendente y en la colateral
entra en juego el derecho de representación.

3.2. Llamamientos
Los descendientes excluyen a los ascendientes y, por su parte, el cónyuge viudo puede
concurrir con ambas clases de órdenes.
En defecto de todos los anteriores, son llamados los parientes colaterales hasta el
cuarto grado y, a falta de ellos, en último lugar, el Estado.

4. LOS DESCENDIENTES COMO HEREDEROS ABINTESTATO


El art. 930 CC dispone que la sucesión corresponde, en primer lugar, a la línea recta
descendente, es decir, existiendo descendientes, los ascendientes no serán llamados a la
sucesión intestada.

4.1. La sucesión abintestato del cónyuge viudo del causante concurriendo con
descendientes
De existir, el cónyuge viudo concurrirá con los descendientes. Éste tendrá derecho al
usufructo del tercio destinado a mejora, siempre y cuando el viudo no se encontrara
separado legalmente o de hecho.

- Cap. 16: La sucesión intestada - 58


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4.2. Sucesión intestada de los hijos y descendientes


Los hijos y sus descendientes suceden a sus padres y demás ascendientes sin distinción
de sexo, edad o filiación, por lo que:
- Los hijos del difunto le heredarán siempre por su derecho propio, dividiendo la
herencia en partes iguales. Si quedarán hijos y descendientes de otros hijos que
hubiesen fallecido, los primeros heredarán por derecho propio (por cabezas) y los
segundos, por derecho de representación (por estirpes).
- Los nietos y demás descendientes heredarán por derecho de representación o, lo que
es lo mismo, por estirpes. Si alguno hubiese fallecido dejando varios herederos, la
porción que le corresponda se dividirá entre éstos a partes iguales.

5. LOS ASCENDIENTES
El art. 935 CC dispone que el llamamiento a los ascendientes tiene carácter
subsidiario, pues solo será efectivo en el supuesto de inexistencia de descendientes.
Existiendo cualquiera de los progenitores del fallecido quedan excluidos de la herencia
los restantes ascendientes.

5.1. Sucesión intestada a favor de los progenitores


Padre y madre heredarán por partes iguales, es decir, por mitad, toda la herencia. En
el caso de que sobreviva uno solo de los padres, éste sucederá al hijo en toda su herencia.

5.2. Sucesión intestada a favor de los restantes ascendientes


Si fuesen varios ascendientes de igual grado y pertenecientes a la misma línea, se
dividirán la herencia por cabezas.
Si fueran varios ascendientes de igual grado, pero pertenecientes a diferentes líneas, la
herencia se dividirá ante todo por estirpes y, dentro de cada línea, se realizará la división
por cabezas.

5.3. La legítima del cónyuge viudo concurriendo con ascendientes del


causante
En caso de existir cónyuge viudo del difunto, deberá respetarse la cuota usufructuaria
que, como legítima, se le reconoce al cónyuge: la mitad de la herencia.

5.4. Referencia a la reserva lineal y a la reversión de donaciones


Sin resumen

6. EL CÓNYUGE VIUDO
El art. 944 CC establece que, en defecto de ascendientes y descendientes, y antes que
los colaterales, sucederá en todos los bienes del difunto el cónyuge sobreviviente. Por
tanto, en cuanto herederos abintestato, el cónyuge supérstite tiene preferencia respecto de
cualquier pariente colateral.
El art. 945 CC establece que la condición de heredero abintestato del cónyuge viudo
no tendrá lugar si el cónyuge estuviera separado judicialmente o de hecho.

- Cap. 16: La sucesión intestada - 59


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7. LA SUCESIÓN DE LOS PARIENTES COLATERALES


La posibilidad que los parientes colaterales hereden abintestato exige o presupone la
absoluta inexistencia de descendientes, ascendientes y cónyuge viudo.

7.1. Sucesión de hermanos y sobrinos del causante


La existencia conjunta o concurrencia de hermanos y sobrinos no implica la exclusión
de la herencia abintestato de estos últimos, sino la desigual distribución del caudal
hereditario entre ambos grupos de familiares, ya que los hermanos heredarán por cabezas
y los sobrinos heredarán por estirpes, es decir, por derecho de representación.
En el supuesto que sobrevivan todos los hermanos del causante, todos ellos heredarán
por partes iguales.
En el supuesto de concurrencia exclusiva de hermanos con hermanastros, aquellos
tomarán doble porción que éstos.
Si los parientes colaterales fuesen todos hermanastros del causante, heredarán todos
por partes iguales, sin ninguna distinción de bienes.
Si concurren solo sobrinos, heredarán por cabezas, correspondiendo a los hijos de
hermanastros la mitad de porción que a los otros.

7.2. Sucesión de los restantes parientes colaterales


En caso de inexistencia de hermanos y/o sobrinos, sucederán en la herencia del difunto
los demás parientes del mismo en línea colateral hasta el cuarto grado. La sucesión de
estos parientes colaterales se verificará sin distinción de líneas ni preferencia entre ellos
por razón del doble vínculo. Es decir, los restantes colaterales, siempre que se encuentren
dentro del mismo grado, heredarán, en principio, por cabezas.

- Cap. 16: La sucesión intestada - 60


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TEMA 11: LA ADQUISICIÓN DE LA HERENCIA: LA


ACEPTACIÓN Y SUS EFECTOS, Y LA REPUDIACIÓN
CAPÍTULO 18: LA ADQUISICIÓN DE LA HERENCIA

1. LA ADQUISICIÓN DE LA HERENCIA EN DERECHO ESPAÑOL


De forma general, nuestra doctrina y jurisprudencia han defendido que la adquisición
de la herencia tiene lugar mediante la aceptación.

2. LA ADQUISICIÓN DE LA POSESIÓN
Algo parecido ocurre con la adquisición de la posesión de los bienes hereditarios. El
art. 440 CC recoge una forma especial de adquisición de la posesión, la posesión
civilísima. Este artículo establece que la posesión de los bienes hereditarios se entiende
transmitida al heredero sin interrupción y desde el momento de la muerte del causante,
solo en el caso de que se produzca la aceptación de la herencia.

3. LA HERENCIA YACENTE
Nos referimos como herencia yacente a una multiplicidad de supuestos en los que,
habiendo sido abierta la sucesión, sin embargo, todavía no se ha producido la aceptación
del heredero a quien haya de imputarse la condición de sucesor del causante.
La situación de la yacencia hereditaria puede encontrar su razón de ser en situaciones
de muy diversa índole. La nota común radica en que, al menos temporalmente, resulta
imposible determinar con certeza quién será el titular de los derechos y obligaciones que
integran el caudal relicto.

3.1. Titularidad y administración de la herencia


El problema práctico que plantea la herencia yacente se podría concretar en un doble
orden de consideraciones.
El primero vendría referido al hecho de determinar si los terceros acreedores deberían
soportar la situación de interinidad, de patrimonio sin titular, que representa la herencia
yacente o si, por el contrario, resulta posible admitir la legitimación pasiva de la propia
herencia yacente. El TS admite que el patrimonio hereditario en situación de yacencia
puede ser demandado.
Como regla, la situación de yacencia hereditaria reclama, de forma necesaria, la
existencia de la administración de la herencia, incluso en el supuesto en que el testador
no lo haya previsto. La administración de la herencia es reclamada expresamente por las
disposiciones legales en todos los supuestos que pueden identificarse como de herencia
yacente, en particular, en los siguientes:
- Heredero instituido bajo condición suspensiva
- Institución de heredero a favor de un nasciturus
- Formación del inventario de los bienes de la herencia
- Expedientes de declaración de herederos abintestato

- Cap. 18: La adquisición de la herencia - 61


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3.2. Facultades del llamado antes de la aceptación


En caso de inexistencia de previsiones o de disposiciones que impongan una forma de
administración del caudal hereditario, la aplicación del art. 999.3 CC implica que el
llamado o los llamados a la herencia pueden gestionar los bienes hereditarios.

4. LA ACEPTACIÓN Y LA REPUDIACIÓN DE LA HERENCIA

4.1. Aspectos comunes de la aceptación y la repudiación


Se adquiere o se pierde la posibilidad de adquirir la herencia, de forma definitiva e
irrevocable, según si el llamado a ella la acepta o la repudia.
Tanto la aceptación como la repudiación de la herencia tienen múltiples aspectos en
común.

4.2. Caracteres
Tanto la aceptación como la repudiación de la herencia son actos jurídicos en sentido
propio, respecto de los cuales deben subrayarse las siguientes características:
A) Voluntariedad
La aceptación y la repudiación de la herencia son actos enteramente voluntarios y
libres. Como regla general, el llamado a la herencia es enteramente libre para aceptar o
repudiar la herencia, atendiendo a sus propios intereses.
B) Unilateralidad
El carácter unilateral de la aceptación y de la repudiación de la herencia se deduce de
su condición de actos jurídicos en sentido propio. La manifestación de la voluntad del
heredero, en cuanto llamado a la herencia, debe manifestarse necesariamente una vez que
el causante haya fallecido.
C) Retroactividad
El art. 989 CC establece que la aceptación y la repudiación se retrotraen siempre al
momento de la muerte de la persona a quien se hereda. Por tanto, una vez manifestada la
aceptación, el heredero adquiere la herencia desde el mismo momento del fallecimiento
del causante.
D) Indivisibilidad e incondicionalidad
El heredero no solo puede aceptar a beneficio de inventario, sino que, incluso antes de
pronunciarse a favor de la aceptación o la repudiación de la herencia, puede solicitar el
derecho de deliberar.
Sin embargo, una vez formada su voluntad, la aceptación o repudiación de la herencia
son actos cuyo alcance se encuentra determinado por la propia ley, sin que el heredero
pueda manifestar su voluntad sometiéndola a condición, refiriéndola solo a una parte de
la herencia o limitando, en términos temporales, su condición de heredero.
E) Irrevocabilidad
El art. 997 CC establece que la aceptación y la repudiación de la herencia, una vez
hechas, son irrevocables y no podrá ser impugnadas, excepto si adolecen de alguno de
los vicios que anulan el consentimiento.

- Cap. 18: La adquisición de la herencia - 62


Derecho Civil IV Ernest1019

4.3. La capacidad para aceptar o repudiar


La regla general en relación con la capacidad de obrar de los llamados a la herencia se
encuentra en el art. 992 CC, el cual establece que pueden aceptar o repudiar una herencia
todos los que tienen la libre disposición de sus bienes.
A) Los menores e incapacitados
En caso que los menores o incapacitados se encuentren sujetos a la patria potestad, la
aceptación de la herencia se llevará a cabo por los titulares de la misma, quienes para
repudiar la herencia deberán contar con la pertinente autorización judicial.
B) Las personas casadas
Cuando la herencia sea aceptada sin beneficio de inventario, por persona casada y no
concurra el otro cónyuge, prestando su consentimiento a la aceptación, los bienes de la
sociedad conyugal no responderán de las deudas hereditarias.
C) La herencia a favor de los pobres
La aceptación de la herencia que se deje a los pobres corresponderá a las personas
designadas por el testador para calificarlos y distribuir los bienes, y se entenderá aceptada
a beneficio de inventario.
D) La herencia a favor de las personas jurídicas
Los representantes legales de cualquier persona jurídica podrá adoptar la decisión de
aceptar la herencia pura y simplemente o a beneficio de inventario. En cambio, por sí
mismos, carecen de capacidad para repudiar la herencia.

4.4. Los supuestos de autorización o aprobación judicial


El art. 93 LJV establece que precisarán autorización judicial:
a) Los progenitores que ejerzan la patria potestad para repudiar la herencia en nombre
de sus hijos menores de 16 años
b) Los tutores y, en su caso, los defensores judiciales, para aceptar sin beneficio de
inventario cualquier herencia o para repudiarla
c) Los acreedores del heredero que hubiese repudiado la herencia a la que hubiera sido
llamado en perjuicio de aquellos, para aceptar la herencia en su nombre
d) Será necesaria la aprobación judicial para la eficacia de la repudiación de la herencia
realizada por los legítimos representantes de las asociaciones, corporaciones y
fundaciones capaces de adquirir

4.5. El plazo para aceptar o repudiar


El Código civil no establece un plazo o término en relación con la manifestación de la
voluntad de heredero. El art. 1016 CC expresa que, como regla, la herencia puede
solicitarse mientras no prescriba la acción para reclamarla.
El plazo de prescripción de la acción de petición de herencia es extraordinariamente
largo. Ante ello, la ley ha considerado oportuno que cualquiera de los interesados en la
herencia puede instar al heredero que no se haya pronunciado sobre su aceptación para
que decida al respecto. Esta facultad de los interesados suele denominarse interpelación
judicial y se encuentra contemplada en el art. 1005 CC, conforme al cual, instando un
tercer interesado para que el heredero acepte o repudie, el juez deberá señalar a éste un
término que no pase de 30 días para que haga su declaración; si no lo hace, se tendrá la
herencia por aceptada.
La LJV atribuye la competencia del señalamiento del plazo de 30 días al Notario, por
lo que se pasa a llamar interpelación notarial.

- Cap. 18: La adquisición de la herencia - 63


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Ejercitada la interpelación por cualquier interesado, el heredero interpelado dispone


de un plazo de 30 días para manifestar si acepta o repudia la herencia, entendiendo el
Código que, en caso de falta de manifestación expresa, la herencia se tendrá por aceptada.

5. EL DERECHO DE DELIBERAR
Todo heredero puede hacer uso del derecho de deliberar que otorga el art. 1010 CC.
La regulación conjunta del derecho de deliberar y del beneficio de inventario trae
consigo que muchos de los aspectos a considerar en relación con ambas instituciones sean
coincidentes.
El derecho de deliberar presupone la realización del inventario del caudal hereditario.
Una vez instado el derecho de deliberar, el heredero se encuentra obligado, antes de que
transcurra el plazo, a pronunciarse sobre la aceptación o repudiación de la herencia, pues
si no lo hace, se entenderá que la acepta pura y simplemente.

- Cap. 18: La adquisición de la herencia - 64


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CAPÍTULO 19: LA ACEPTACIÓN Y LA REPUDIACIÓN

1. LAS FORMAS DE ACEPTACIÓN: LA ACEPTACIÓN SIMPLE


Según el art. 998 CC, la herencia podrá ser aceptada pura y simplemente o a beneficio
de inventario.
La aceptación llamada pura y simple convierte al heredero en responsable de todas
las cargas y deudas de la herencia, no solo con los bienes de ésta, sino también con los
suyos propios.
En cambio, la aceptación a beneficio de inventario no modifica la situación
patrimonial del heredero en cuanto deudor frente a los acreedores de la herencia, en el
sentido de que solo debe responder de las deudas hereditarias con los bienes propios de
la herencia.
La aceptación pura y simple puede ser expresa o tácita. Por el contrario, la aceptación
a beneficio de inventario debe ser necesariamente instada por el heredero que así lo
desee.

1.1. La aceptación expresa


Debería considerarse aceptación expresa cualquier manifestación de voluntad del
heredero dirigida a manifestar el deseo de adquirir la herencia. Sin embargo, el art. 999.2
CC establece que aceptación expresa es la que se hace en documento público o privado,
exigiendo, por tanto, que la aceptación hereditaria tenga lugar de forma escrita.
La exigencia de la forma escrita no presupone que el documento en el que se
materialice la voluntad de aceptar la herencia sea redactado única y exclusivamente con
dicho objeto. Por tanto, no se requiere un documento independiente, sino solo que la
voluntad de aceptar se haya expresado por escrito.

1.2. La aceptación tácita


El art. 999.3 CC dispone que la aceptación tácita es la que se hace por actos que
suponen necesariamente la voluntad de aceptar, o que no habría derecho a ejecutar sino
con la cualidad de heredero.
Adquiere particular relevancia el hecho de que el heredero intente hacer suyos los
bienes hereditarios, sin contar con los restantes interesados en la división de la herencia,
por lo que es natural que se considere que acepta pura y simplemente la herencia a la que
había sido llamado.
Según el art. 1000 CC, se entiende igualmente aceptada la herencia en los siguientes
casos:
1º Cuando el heredero vende, dona o cede su derecho a un extraño, a todos sus
coherederos o a alguno de ellos
2º Cuando el heredero renuncia, aunque sea gratuitamente, a beneficio de uno o más de
sus coherederos
3º Cuando renuncia por precio a favor de todos sus coherederos indistintamente

- Cap. 19: La aceptación y la repudiación - 65


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2. LA ACEPTACIÓN A BENEFICIO DE INVENTARIO

2.1. La solicitud del beneficio de inventario


El art. 1010 CC dispone que el beneficio de inventario puede ser solicitado por
cualquier heredero, ya sea testamentario o abintestato.
El beneficio de inventario es un régimen especial que permite al heredero responder
frente a las deudas hereditarias únicamente con los bienes de la herencia.
Como regla general, el beneficio de inventario es sometido a unas pautas formales
especiales, por lo que la declaración de hacer uso del beneficio de inventario deberá
hacerse ante Notario.

2.2. El plazo de solicitud


La regla general respecto al plazo con el que cuentan los herederos para proceder a
solicitar el beneficio de inventario se encuentra en el art. 1016 CC, conforme al cual,
puede instarse el beneficio de inventario mientras no prescriba la acción para reclamar la
herencia.
Los arts. 1014 y 1015 CC, frente al extenso plazo de prescripción de la acción de
petición de herencia, establecen periodos más cortos.
El art. 1014 CC ordena que el heredero que tenga en su poder la herencia o parte de
ella y quiera utilizar el beneficio de inventario o el derecho de deliberar, deberá
comunicarlo ante Notario y pedir, en el plazo de 30 días a contar desde aquel en que
supiera ser heredero, la formación de inventario notarial.
El art. 1015 CC dispone que cuando el heredero no tenga en su poder la herencia o
parte de ella, ni haya practicado gestión alguna como tal, el plazo expresado anteriormente
se contará desde el día siguiente a aquel en que expire el plazo que se le hubiese fijado
para aceptar o repudiar la herencia, o desde el día en que la hubiese aceptado o hubiera
gestionado como heredero:
- 10 días, si el heredero reside en la misma población en que hubiera fallecido el
causante
- 30 días, si el heredero residiera fuera
Estos plazos rigen para cualquiera de los supuestos, que serían:
1º En caso que el heredero tenga en su poder los bienes de la herencia o bien una parte
de ellos, los plazos de 10 o 30 días se computaban desde el día en que supiese ser
heredero
2º En el supuesto que el heredero hubiera aceptado la herencia de forma expresa o tácita,
los plazos considerados se contarían desde el mismo día de la aceptación
3º En el caso que el heredero hubiera sido objeto de la interpelación judicial, el cómputo
de los 10 o 30 días comenzará al día siguiente al que expire el plazo que el juez le
hubiese fijado para aceptar o repudiar la herencia.

2.3. El inventario de los bienes hereditarios


El art. 1013 CC dispone que la solicitud de beneficio de inventario no producirá efecto
alguno si no va precedida de un inventario fiel y exacto de todos los bienes de la herencia.
La regla general respecto de los plazos para realizar el inventario es que éste habrá de
comenzarse dentro de los 30 días siguientes a la citación de los acreedores y legatarios, y
deberá determinarse dentro de los 60 días siguientes a aquel en que se hubiera iniciado.

- Cap. 19: La aceptación y la repudiación - 66


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2.4. La pérdida del beneficio de inventario


El beneficio de inventario es un régimen provechoso para el heredero y provoca la
separación de patrimonios entre el propio caudal hereditario y el patrimonio personal del
heredero.
Sin embargo, el art. 1024 CC dispone que el heredero perderá el beneficio de
inventario:
a) Si, a sabiendas, dejase de incluir en el inventario alguno de los bienes, derechos o
acciones de la herencia
b) Si, antes de completar el pago de las deudas y legados, enajenase bienes de la herencia
sin autorización de todos los interesados

3. LOS EFECTOS DEL BENEFICIO DE INVENTARIO


El art. 1023 CC dispone que el beneficio de inventario produce a favor del heredero
los efectos siguientes:
1º El heredero no queda obligado a pagar las deudas y demás cargas de la herencia sino
hasta donde alcance los bienes de la misma
2º Conserva contra el caudal hereditario todos los derechos y acciones que tuviera contra
el difunto
3º No se confunden sus bienes particulares con los que pertenezcan a la herencia
El aspecto más sobresaliente de la herencia aceptada a beneficio de inventario consiste
en que solo cuando hayan sido pagados los acreedores y legatarios, quedará el heredero
en el pleno goce del remanente de la herencia.

3.1. La administración y liquidación de la herencia a beneficio de inventario


El art. 1026.1 CC dispone que hasta que resulten pagados todos los acreedores
conocidos y los legatarios, se entenderá que la herencia se halla en administración.
El heredero puede ser administrador o no de la herencia. En caso que no lo sea, no está
obligado a pagar las deudas y demás cargas de la herencia.
El administrador tendrá la representación de la herencia para ejercitar las acciones que
competan a ésta y contestar a las demandas que se interpongan contra la misma.
Normalmente, de existir un único heredero, será el administrador; si concurren varios,
habrá que estar a lo que ellos acuerden.
A la hora de la liquidación de deudas y legados, primero deben pagarse las deudas y
cargas de la herencia y, solo una vez abonadas, debe atenderse el pago de los legados, en
caso de haber bienes suficientes para ello.

3.2. La separación de patrimonios


En el caso del beneficio de inventario no existe confusión entre el patrimonio del
causante y el del heredero, que se mantienen perfectamente distintos durante todo el
periodo de administración y liquidación.

3.3. La inexistencia de confusión entre causante y heredero


En caso de existir relaciones patrimoniales entre el causante y el heredero, es natural
que se mantengan las respectivas titularidades como acreedor y deudor de cualquiera de
ellos respecto del otro.

- Cap. 19: La aceptación y la repudiación - 67


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La aceptación de la herencia a beneficio de inventario excluye la posibilidad de que


las relaciones obligatorias existentes entre causante y heredero puedan extinguirse por
confusión.

3.4. La limitación de la responsabilidad del heredero


La separación de patrimonios tiene por objeto que el alcance de la responsabilidad del
heredero venga determinada por el conjunto de los bienes hereditarios, sin atender a su
patrimonio personal.

4. LA REPUDIACIÓN DE LA HERENCIA
La repudiación significa que el llamado a la herencia manifiesta su rechazo a la
condición de heredero. Presenta numerosos caracteres comunes con la aceptación: es un
acto voluntario y libre, de carácter unilateral, irrevocable, incondicional y puro. Una vez
manifestada la repudiación, el llamado a la herencia pierde de forma definitiva la
posibilidad de adquirirla.
También es aplicable la nota de la retroactividad, por lo que el llamado a la herencia
no habrá adquirido nunca la condición de heredero.

4.1. El carácter solemne de la repudiación


No cabe la posibilidad de repudiar la herencia de forma tácita, pues el art. 1008 CC
incrementa los requisitos formales de la repudiación, configurándola como un acto
solemne y requiriendo que la voluntad de repudiar se exteriorice de forma expresa y
siguiendo las formalidades prescritas. Según dicho artículo, la repudiación de la herencia
deberá hacerse ante Notario en instrumento público.

4.2. La renuncia de la herencia en perjuicio de acreedores


La repudiación de la herencia en perjuicio de los acreedores es objeto de regulación
del art. 1001 CC, el cual establece que, si el heredero repudia la herencia en perjuicio de
sus propios acreedores, éstos podrán pedir al juez que los autorice para aceptarla en
nombre de aquel.
No obstante, la facultad otorgada por este artículo a los acreedores del llamado a la
herencia no puede considerarse como una aceptación de aquella, sino solo como una
medida de protección del crédito.

4.3. El tratamiento fiscal de la repudiación o renuncia


La repudiación o renuncia a la herencia debe hacerse de forma expresa mediante
escritura pública ante Notario. Una vez elevada a público, no hay obligación fiscal alguna
de declararla ni de presentación alguna, ya que se ha dejado de ser contribuyente del
Impuesto de Sucesiones a todos los efectos.
Los nuevos herederos que acrezcan o sustituyan al que renuncia tendrán la obligación
de presentar el impuesto en el plazo del periodo voluntario.

- Cap. 19: La aceptación y la repudiación - 68


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CAPÍTULO 20: LOS EFECTOS DE LA ACEPTACIÓN

1. LA ADQUISICIÓN Y LA PROTECCIÓN DE LA CUALIDAD DE


HEREDERO
Una vez producida la aceptación, el llamado a la herencia pasa a adquirir la condición
de heredero. Como regla general, el heredero se convierte en titular del conjunto de las
posiciones activas de las relaciones patrimoniales que integran el caudal hereditario y se
convierte en responsable del conjunto de las deudas y cargas de la herencia, con
responsabilidad ilimitada, que alcanza o puede llegar a alcanzar sus propios bienes.
En el supuesto de que exista una pluralidad de herederos se habla de comunidad
hereditaria. La situación de comunidad hereditaria exigirá tener en cuenta la posibilidad
de división del caudal relicto entre los diversos herederos.

2. EL INTERDICTO DE ADQUIRIR: LA POSESIÓN DE LOS


BIENES HEREDITARIOS
El art. 250.1.3º LEC regula el juicio verbal y somete a sus reglas las demandas que
pretendan que el tribunal ponga en posesión de bienes a quien los hubiere adquirido por
herencia.
El interdicto de adquirir se caracteriza por ser un proceso declarativo, que no se
asienta en la posesión material de quien lo interpone, sino exclusivamente en su condición
de heredero.
El interdicto de adquirir carece de sentido si el heredero ya tiene la posesión de los
bienes hereditarios o puede adquirirla por sí mismo.
En caso que exista un poseedor a título de dueño o de usufructuario, o de que haya
prescrito la acción interdictal, el heredero no podrá recurrir al interdicto de adquirir, sino
que deberá ejercitar la acción publiciana, la reivindicatoria o la petición de herencia.

3. LA ACCIÓN DE PETICIÓN DE HERENCIA


Para la generalidad de la doctrina y para la jurisprudencia no hay duda de que el
heredero goza de legitimación activa para ejercitar una acción de carácter universal, que
se llama acción de petición de herencia.
El art. 1021 CC establece que el que reclame judicialmente una herencia que esté en
posesión de otro por más de un año, si venciera en el juicio, no tendrá obligación de hacer
inventario para gozar de este beneficio, y solo responderá de las cargas de la herencia con
los bienes que le sean entregados.

3.1. Legitimación activa


La legitimación activa debe atribuirse al heredero, ya sea testamentario o tenga la
condición de heredero abintestato. Dicha condición debe tenerse en el momento de
ejercitar la acción, aunque el título hereditario no tenga carácter definitivo.
En cambio, la condición de legitimario no atribuye legitimación activa para el ejercicio
de la acción de petición de herencia, ya que la atribución de la legítima puede realizarse
a título distinto del de heredero.

- Cap. 20: Los efectos de la aceptación - 69


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3.2. Legitimación pasiva


Ostenta la legitimación pasiva quien, atribuyéndose título hereditario, posee el
conjunto o una parte de los bienes y derechos que integran la masa de la herencia.
También se encuentra legitimado pasivamente el poseedor de la herencia que no alegue
ningún título.
En el caso que el demandado sin pretensión hereditaria alguna alegue que la tenencia
de un bien hereditario encuentra fundamento en un acto transmisivo que realizara el
causante, debe estimarse que resulta improcedente la acción de petición de herencia.

3.3. Efectos de la acción de petición de herencia: las relaciones entre el


heredero aparente y el heredero real
La finalidad de la acción de petición de herencia radica en la reintegración o restitución
de los bienes hereditarios a quien verdaderamente ostenta la condición o cualidad de
heredero.
Al demandado se le conoce como heredero aparente. Sería heredero aparente todo
poseedor de bienes hereditarios que alegase un título sucesorio que le permitiera arrogarse
la condición de heredero.
Respecto de las posibles transmisiones o enajenaciones de algunos bienes hereditarios
autorizadas por el heredero aparente, debe defenderse la validez de dichas enajenaciones,
siempre y cuando el adquiriente haya actuado de buena fe y cuando haya usucapido el
derecho real que le hubiera transmitido el heredero aparente.

3.4. Plazo de prescripción


El Código civil no establece en ningún artículo el plazo de ejercicio para la acción de
petición de herencia. Sin embargo, está fuera de duda el carácter prescriptible de dicha
acción.
No existe unanimidad doctrinal en la calificación de la acción de petición de herencia.
Para algunos autores, se trataría de una acción de carácter personal, a la que
correspondería el plazo de prescripción de cinco años. Otros autores propugnan su
naturaleza de acción real y, por tanto, sería aplicable el plazo prescriptivo de 30 años.
La opinión más generalizada entre la doctrina y la jurisprudencia reiterada del TS
considera que la acción de petición de herencia prescribe a los 30 años contados a partir
de la muerte del causante.
Hay que tener en cuenta que si el ejercicio de la acción va dirigida contra un heredero
aparente en el que concurre causa de indignidad, dicho plazo se reduce a cinco años.

- Cap. 20: Los efectos de la aceptación - 70


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TEMA 12: LA COMUNIDAD HEREDITARIA


CAPÍTULO 21: LA COMUNIDAD HEREDITARIA

1. PLURALIDAD DE HEREDEROS E INDIVISIÓN DE LA


HERENCIA
La existencia de varios herederos trae consigo la comunidad hereditaria. La situación
de comunidad hereditaria se impone en todos los supuestos de sucesión hereditaria, salvo
en el caso que el testador realice por sí mismo la partición, comprendiendo íntegramente
el conjunto de los bienes hereditarios. Por tanto, se suele hablar que la situación de
comunidad hereditaria se caracteriza por ser forzosa, así como incidental.

2. EL DEBATE SOBRE LA NATURALEZA JURÍDICA DE LA


COMUNIDAD HEREDITARIA

2.1. El objeto de la comunidad hereditaria


La mayor parte de la doctrina actual propugna que la comunidad hereditaria, en sentido
objetivo, debe entenderse referida a todos los bienes, derechos y obligaciones que, siendo
transmisibles, no se hayan extinguido por el fallecimiento del causante. Sin embargo,
dicha tesis no es aceptada por algunos autores.
Los autores del Manual se decantan por la primera de las tesis, según la cual, se
heredan tanto los bienes como las deudas. No obstante, conforme al art. 882 CC, no
integran la comunidad hereditaria los bienes que hayan sido objeto de un legado
específico.

2.2. La posición del heredero: el derecho hereditario en abstracto


El debate se centra en determinar si la comunidad hereditaria debe aproximarse al
esquema de la copropiedad por cuotas (copropiedad romana) o, por el contrario, a la
llamada comunidad germánica o en mano común.
El sistema de Derecho romano clásico entendía que tanto los créditos como las deudas
debían de considerarse divididos entre los coherederos, de forma directa y automática, al
abrirse la sucesión. Sin embargo, el Derecho germánico otorgaba a los coherederos
facultades de gestión y administración de todo el patrimonio hereditario.
Actualmente, se defiende que la comunidad hereditaria es una comunidad universal,
que se encuentra referida al conjunto de los bienes, derechos y obligaciones que forman
parte de la herencia en sentido objetivo, sin que los coherederos puedan atribuirse facultad
o derecho alguno sobre los bienes concretos del haber hereditario. En otras palabras,
vigente la comunidad hereditaria, los coherederos tienen un derecho abstracto sobre la
herencia.
Por tanto, mientras la comunidad hereditaria subsista, ninguno de los coherederos
podrá atribuirse cuota alguna en relación con cualquiera de los bienes concretos que
forman parte de la masa hereditaria.

- Cap. 21: La comunidad hereditaria - 71


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3. NORMAS APLICABLES
Ante la inexistencia de normas concretas sobre la gestión de la comunidad hereditaria,
resulta necesario determinar cuáles son las reglas aplicables respecto de la administración
y disposición de los bienes hereditarios durante la fase de indivisión de la herencia.
En general, se entiende que el sistema de fuentes aplicable a la situación de comunidad
hereditaria viene representado por las siguientes:
1º Se consideran aplicables, en primer lugar, tanto las reglas establecidas por el testador,
como los pactos o acuerdos que hayan llegado los propios coherederos
2º Las disposiciones del Código relativas a la partición de la herencia
3º Las reglas codificadas contenidas en los arts. 392 y ss. CC relativas a la copropiedad
por cuotas o comunidad ordinaria

4. ADMINISTRACIÓN DE LA COMUNIDAD HEREDITARIA

4.1. Uso y disfrute de los bienes hereditarios


En relación con el uso y la posesión de los bienes hereditarios, el art. 394 CC establece
que cada partícipe podrá servirse de las cosas comunes, siempre que disponga de ellas
conforme a su destino y de manera que no perjudique el interés de la comunidad, ni
impida a los copartícipes utilizarlas según su derecho. En consecuencia, los coherederos
pueden usar y poseer las cosas hereditarias, siempre y cuando ello no implique excluir a
los demás del derecho correlativo.
Debe excluirse la facultad de disfrute, ya que los coherederos no pueden hacer suyos
los frutos y rentas de los bienes hereditarios que cualquiera de ellos hubiera poseído.

4.2. Actos de administración


Presupuesta la inexistencia de previsión alguna en relación con los actos de
administración, deberá tenerse en cuenta lo dispuesto para la administración de la
copropiedad ordinaria el art. 398 CC: acuerdos que representen la mayoría de cuotas. En
caso de no obtenerse semejante mayoría, procederá la administración judicial de la
herencia.
Cada uno de los coherederos puede ejercitar por sí mismo, en beneficio de la
comunidad hereditaria, cualquier acción que pueda resultar beneficiosa para la misma.

4.3. Deudas de la herencia y responsabilidad de los coherederos


Las deudas hereditarias deben integrarse en la comunidad hereditaria. En relación con
su pago, la regla establecida en el art. 1084 CC consiste en vincular solidariamente a los
coherederos al pago de las deudas hereditarias. Dicho artículo establece que, hecha la
partición, los acreedores podrán exigir el pago de sus deudas por entero de cualquiera de
los herederos que no hubiera aceptado la herencia a beneficio de inventario.
En la situación de indivisión, los autores del Manual creen que la opinión más acertada
es aquella que defiende que durante la indivisión hereditaria debe propugnarse la
mancomunidad indivisible entre los coherederos, dada la existencia del caudal
hereditario afecto al cumplimiento de las obligaciones eventualmente reclamadas.

- Cap. 21: La comunidad hereditaria - 72


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5. ACTOS DE DISPOSICIÓN DURANTE LA INDIVISIÓN

5.1. La enajenación de bienes hereditarios


Respecto de los bienes concretos que forman parte de la masa, ninguno de los
coherederos tiene capacidad ni legitimación para realizar ningún acto de carácter
dispositivo.
Respecto de la eventual enajenación de la cosa común, en el Código no existe ningún
precepto en el que se establezca la necesidad de la unanimidad de los copropietarios. Sin
embargo, esta conclusión es indiscutible, atendiendo al conjunto del sistema y a la
reiterada jurisprudencia, que ha establecido la necesidad de la actuación unánime de los
coherederos para llevar a efecto la enajenación o gravamen de cualquiera de los bienes
hereditarios.

5.2. La enajenación de la cuota hereditaria


La situación de indivisión característica de la comunidad hereditaria no priva a los
coherederos de la posibilidad de enajenar, ceder o gravar su cuota hereditaria. El art. 399
CC establece que cualquier heredero puede transmitir o enajenar a un tercero su derecho
hereditario en abstracto.
El alcance efectivo de la enajenación de la cuota hereditaria está limitado a la porción
que se le adjudique en la división al cesar la comunidad hereditaria al coheredero
transmitente.
En el caso de ser transmitido el derecho hereditario abstracto, el cesionario pasa a ser
miembro de la comunidad hereditaria.

5.3. El retracto de coherederos


El Código civil concede a los coherederos derecho de retracto. El art. 1067 CC
establece que si alguno de los herederos vendiera a un extraño su derecho hereditario
antes de la partición, todos o cualquiera de los herederos podrá subrogarse en el lugar del
comprador, reembolsándole el precio de la compra, con tal que lo verifiquen en el término
de un mes, a contar desde que esto se les haga saber.
Una vez realizada la partición, cualquiera de los coherederos puede vender o enajenar
libremente los bienes que le hayan sido adjudicados, individualmente y en exclusiva, sin
que los demás coherederos puedan ejercitar derecho de retracto alguno.

6. EXTINCIÓN DE LA COMUNIDAD HEREDITARIA


La situación de comunidad hereditaria termina con la partición de los bienes
hereditarios y la correspondiente adjudicación a cada uno de los coherederos del lote que
le corresponda. Por tanto, la forma natural de extinguir la comunidad hereditaria es
proceder al reparto de los bienes entre los herederos.
Sin embargo, caben otras eventualidades:
- Que uno de los herederos pueda adquirir la cuota hereditaria correspondiente a los
demás, extinguiéndose así la situación de comunidad
- Que, por voluntad propia de los coherederos, la comunidad hereditaria se convierta
en copropiedad ordinaria durante un determinado plazo de tiempo

- Cap. 21: La comunidad hereditaria - 73


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TEMA 13: LA PARTICIÓN Y SU PRÁCTICA


CAPÍTULO 22: LA PARTICIÓN Y SUS FORMAS

1. LA PARTICIÓN

1.1. Noción general y tipos de partición


La partición de la herencia consiste en distribuir los bienes hereditarios entre los
coherederos, atendiendo a sus respectivas cuotas.
El reparto y distribución los puede llevar a cabo el propio testador, encomendárselos a
una persona de su confianza y designado por él (contador-partidor o albacea universal),
realizarla los propios interesados o que el reparto de los bienes hereditarios se realice por
vía judicial o arbitral.

1.2. La cuestión de la naturaleza jurídica de la partición


¿Cómo se explica el fenómeno, en virtud del cual, el coheredero pasar a tener un
derecho abstracto sobre el conjunto de la herencia a ser titular exclusivo de los bienes que
sean adjudicados?
Esta pregunta se responde de diversas maneras, lo que ha dado lugar a diversas tesis:
1) La tesis traslativa: los coherederos se intercambian recíprocamente sus cuotas
abstractas sobre el conjunto de la herencia por la titularidad singular y exclusiva sobre
los bienes y derechos que finalmente le sean adjudicados
2) La tesis declarativa: se limita a declarar que los bienes atribuidos a cada uno de los
herederos le pertenecen desde el mismo momento de la apertura de la sucesión
3) La tesis sustitutiva: la partición es un mero acto de determinación y concreción de
los bienes adjudicados a cada uno de los herederos, que sustituye así a la cuota
hereditaria en abstracto existente durante el periodo de comunidad hereditaria
Esta última tesis es la seguida por la mayoría de la doctrina.

2. LA PARTICIÓN REALIZADA POR EL PROPIO TESTADOR


En caso de existencia de testamento, el propio testador puede llevar a cabo la partición
de sus bienes tal y como considere conveniente. El art. 1056 CC expresa que cuando el
testador hiciera la partición de sus bienes, se pasará por ella, en cuanto no perjudique a la
legítima de los herederos forzosos. Por tanto, el único límite que debe respetar el testador
es la legítima.

2.1. Características especiales de la partición realizada por el testador


La partición realizada por el propio testador goza de un régimen especial, atendiendo
a las siguientes razones:
1º No llega a producirse situación de comunidad hereditaria alguna, sino que la partición
realizada por el testador la evita, ya que la adjudicación de los bienes a los herederos
coincide con la apertura de la sucesión
2º El testador no se encuentra vinculado por la obligación de procurar la igualdad de los
lotes

- Cap. 22: La partición y sus formas - 74


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3º En caso de partición realizada por el testador, no existe obligación de evicción y


saneamiento entre los coherederos

2.2. Presupuestos y alcance de la partición por el testador


Esta forma de partición requiere la existencia de testamento y la existencia de la
institución de herederos hecha en dicho testamento. El testamento que sustente la
partición no debe ser necesariamente previo o simultáneo a la partición, sino que puede
ser también posterior a la partición realizada.
El alcance efectivo de la partición realizada por el testador se encuentra dificultada por
el hecho que el art. 1056 CC exige que el testador lleve a cabo la partición de sus bienes.
Una vez presupuesto esto, la partición puede llevarse a cabo tanto a través de testamento
como mediante un acto entre vivos.
La partición entre vivos puede llevarse a cabo tanto a través de un documento público
como de un documento privado, incluso, verbalmente.
Aún en el caso de que la partición se haya realizado entre vivos, su carácter
esencialmente revocable conlleva que el testador puede, en cualquier momento, otorgar
un nuevo testamento, que consiste en revocar la partición previamente realizada.
La adjudicación de bienes realizada por el testador no es impugnable por diferencias
de valor, ya sean de carácter originario o sobrevenido, entre lo efectivamente adjudicado
y la valoración objetiva de los bienes adjudicados al heredero en relación con la cuota
hereditaria en que haya sido instituido, salvo que perjudique su legítima.

2.3. La atribución hereditaria de una explotación indivisa a uno solo de los


herederos
El art. 1056.2º CC establecía que el padre que, en interés de su familia, quiera
conservar indivisa una explotación agrícola, industrial o fabril, podrá usar la facultad
concedida en dicho artículo, disponiendo que se satisfaga en metálico su legítima a los
demás hijos.
La ratio legis de la norma tiene por objeto la continuidad de una explotación agraria o
de una empresa industrial o fabril, cuyo valor se vería dañado en caso de división.

2.4. La reforma del segundo párrafo del artículo 1056 por la Ley 7/2003, de 1
de abril
La versión nueva del art. 1056.2º CC fue introducida por la Ley 7/2003 y establece
que el testador que, en atención a la conservación de la empresa o interés de su familia,
quiera preservar indivisa una explotación económica o bien mantener el control de la
sociedad de capital podrá usar de la facultad concedida, disponiendo que se pague en
metálico su legítima a los demás interesados.
Se sustituye la expresión padre por el testador, se abandona la referencia a los hijos y
queda claro que la norma se refiere a los legitimarios.

3. LA ACCIÓN DE DIVISIÓN HEREDITARIA


En cualquiera de los supuestos en que el testador no haya procedido a realizar por sí
mismo la partición, cualquiera de los coherederos podrá instarla en el momento en que lo
considere conveniente, una vez fallecido el causante.

- Cap. 22: La partición y sus formas - 75


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3.1. Características de la acción de división


La acción de división hereditaria es una manifestación concreta de la actio communi
dividundo.

3.2. La prohibición o el pacto de indivisión


La situación de comunidad hereditaria puede proyectarse temporalmente tras el
fallecimiento del testador, tanto por haberlo establecido así el causante, como por existir
acuerdo o convenio entre los coherederos.
El testador puede prohibir expresamente la división. En tal supuesto, el art. 1051.2º
CC establece que la división tendrá siempre lugar mediante alguna de las causas por las
cuales se extingue la sociedad. La primera de estas causas consiste en que expire el
término por el que fue establecida la prohibición de división. Según los autores del
Manual, dicho periodo de indivisión no puede exceder de 10 años.
Si el testador se ha limitado a prohibir la división, pero sin señalar plazo alguno, la
inexistencia de un periodo temporal concreto permite que cualquiera de los coherederos
puede instar la división de la herencia.

3.3. Capacidad y legitimación para partir


Respecto de la capacidad necesaria para instar la partición, el art. 1052.1º CC establece
que todo coheredero que tenga la libre administración y disposición de sus bienes podrá
pedir, en cualquier tiempo, la partición de la herencia. En caso de incapacitados y por los
ausentes, deberán pedirla sus representantes legítimos.
Por otra parte, el art. 1053 CC dispone que cualquiera de los cónyuges podrá pedir la
partición de la herencia sin intervención del otro. La legitimación de coherederos y
legatarios de parte alícuota está igualmente fuera de duda.
De otra parte, teniendo en cuenta que la cuota hereditaria o el derecho abstracto del
heredero son transmisibles, podrán solicitar la división de la herencia tanto los cesionarios
como los herederos de los propios herederos y/o legatarios de parte alícuota del causante.
En referencia a la legitimación de los acreedores en la acción de división, en el caso
que los acreedores de cualquiera de los herederos haya contado con la autorización
judicial para aceptar la herencia en su nombre, tiene legitimación para solicitar la
partición. Pero los acreedores de la herencia, de forma general, no están legitimados para
instar la división judicial de la herencia.

4. LA PARTICIÓN REALIZADA POR EL CONTADOR-PARTIDOR


Se reconoce al testador la posibilidad de nombrar un contador-partidor, cuya función
principal radica en distribuir los bienes hereditarios entre los herederos.
La partición realizada por el contador-partidor se encuentra contemplada en el art.
1057.1º CC, conforme al cual, el testador podrá encomendar para después de su muerte
la facultad de hacer la partición a cualquier persona que no sea uno de los coherederos.

4.1. Las notas características del cargo de contador-partidor


Tanto la doctrina como la jurisprudencia reiteran que, con carácter general, deben
aplicarse al contador-partidor las mismas notas características del albacea, es decir, cargo
voluntario, temporal, gratuito y de carácter personalísimo.

- Cap. 22: La partición y sus formas - 76


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4.2. El nombramiento del contador-partidor


El contador-partidor debe ser una persona con plena capacidad de obrar y que no
tenga un interés concreto en la herencia de cuya división se trate.
Por ello, no puede ser contador-partidor el legatario de parte alícuota ni el cónyuge
supérstite del causante. En cambio, no existe dificultad alguna para que el Notario
autorizante del testamento pueda ser designado contador-partidor.
El nombramiento del contador-partidor puede ser realizado tanto inter vivos como
mortis causa. En los casos en que el nombramiento se lleve a efecto mortis causa, el acto
a través del cual se efectúe el nombramiento debe revestir las mismas formalidades que
el testamento. El nombramiento a través de un acto inter vivos puede realizarse de
cualquier manera.
El nombramiento del contador-partidor es esencialmente revocable por parte del
testador.

4.3. Funciones y facultades del contador-partidor


La misión del contador-partidor radica en hacer la partición y, generalmente, se
entiende que está facultado para todo cuanto resulte necesario a tal efecto y, en particular,
para lo siguiente:
- Realizar el conjunto de las operaciones particionales, conforme a las previsiones
testamentarias
- De resultar necesario, puede practicar la liquidación del régimen matrimonial de
gananciales, junto con el cónyuge viudo y sin necesidad de que participen los
llamados a la herencia del causante.
- El contador-partidor debe respetar, en principio, la regla de la homogeneidad de los
lotes
- Si resultará conveniente adjudicar a cualquiera de los coherederos una cosa
indivisible, podrá hacerlo por sí mismo, así como fijar y determinar los gastos de
partición

5. LA PARTICIÓN CONVENCIONAL O REALIZADA POR LOS


PROPIOS COHEREDEROS
Cuando el testador no haya realizado por sí mismo la partición, ni haya encomendado
tal función a un contador-partidor, existe la posibilidad de que los coherederos, tras los
pertinentes acuerdos, lleven a cabo la partición.
En la práctica, serán los propios coherederos los que designarán a un experto para que
lleve a cabo las diversas operaciones particionales y las adjudicaciones de bienes.
La intervención de este tercero no priva a la partición convencional de su carácter
contractual, ni sustituye la voluntad o el consentimiento de los coherederos. La partición
convencional se basa en la voluntad unánime de los coherederos de llevar a cabo la
división de los bienes hereditarios de la manera que crean conveniente.

5.1. Cuestiones de capacidad


El art. 1058 CC requiere que los herederos sean mayores de edad y tengan la libre
administración de sus bienes.
La Ley de Jurisdicción Voluntaria ha modificado el art. 1060 CC, estableciendo que
cuando los menores o personas con capacidad modificada judicialmente estén legalmente

- Cap. 22: La partición y sus formas - 77


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representados en la partición, no será necesaria la intervención ni la autorización judicial,


pero el tutor necesitará aprobación judicial de la partición efectuada.
En el caso que hayan sido llamados a la herencia menores de edad, estarán
representados por sus padres si no existe conflicto de intereses entre ellos.
Si entre los progenitores y los menores de edad hubiere conflicto de intereses, será
necesaria la designación del defensor judicial, el cual precisará de aprobación judicial.
En el supuesto de inexistencia de progenitores, habiéndosele designado tutor a los
menores de edad, no se necesitará contar con autorización judicial para realizar la
partición, pero si aprobación judicial de la efectuada.

5.2. Los principios de unanimidad y de libertad de pacto en la partición


convencional
Presupuesta la capacidad de los herederos, la partición convencional se rige por los
principios de unanimidad y de libertad de pacto.
La libertad de pacto está subrayada en el art. 1058 CC, conforme al cual, los
coherederos podrán distribuir la herencia de la manera que crean conveniente.
El principio de unanimidad en la partición convencional presupone la voluntad
unánime de todos los coherederos, constituyendo un ejemplo tanto de su carácter
contractual como de la imposibilidad de considerar que la partición sea un mero acto de
administración de la herencia.

5.3. La unanimidad y el contador-partidor dativo


Para sustituir el principio de unanimidad por una mayoría más o menos cualificada de
los interesados en la partición, con la finalidad de evitar que la posición individual de
alguno de los herederos obligase al conjunto de los interesados en la herencia a recurrir a
la partición judicial, el art. 1057 CC dispone que, a falta de designación testamentaria, se
permite instar el nombramiento de contador-partidor dativo por herederos y legatarios
que representasen, al menos, el 50% del haber hereditario.
En este caso, el nombramiento corresponde al LAJ o al Notario. La partición llevada
cabo por el contador-partidor dativo precisará de la aprobación unánime de todos los
herederos y legatarios y, a falta de la misma, podrá ser aprobada por el LAJ o el Notario.
Sin embargo, la decisión del contador-partidor dativo, en sí misma considerada, no
puede imponerse a la de los coherederos.

6. LA PARTICIÓN JUDICIAL Y LA PARTICIÓN ARBITRAL

6.1. La partición judicial


El art. 1059 CC dispone que cuando los herederos mayores de edad no se entendieran
sobre el modo de hacer la partición, quedará a salvo su derecho para que la ejerciten en
la forma prevenida en la LEC. Es decir, la partición judicial, por principio, tiene
naturaleza subsidiaria respecto de la partición llevada cabo por el propio testador, por el
contador-partidor designado por el testador o de la partición realizada por los propios
coherederos.
Los preceptos aplicables al procedimiento de la división de la herencia son los arts.
782 y ss. LEC, según los cuales, la partición judicial será llevada a cabo por un contador
que debe contar con el consentimiento o la conformidad de los interesados en la herencia.

- Cap. 22: La partición y sus formas - 78


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Si entre ellos no hubiese tal conformidad, las operaciones divisorias serán concluidas
recurriendo a los trámites del juicio verbal.

6.2. La prohibición testamentaria de la intervención judicial en la


testamentaría
Constituye una práctica habitual establecer, en una de las causas del testamento, la
prohibición de intervención judicial en su testamentaría. La validez de la prohibición
testamentaria de intervención judicial en la testamentaría queda supeditada a que el
testador haya llevado a cabo por sí mismo la partición o a que haya designado un
contador-partidor.

6.3. La partición arbitral


También cabe realizar la partición recurriendo al procedimiento arbitral, bien porque
todos los interesados celebran el correspondiente convenio arbitral, bien porque así lo
haya previsto el testador.
Sin embargo, en la práctica no existe el arbitraje testamentario, aunque en los últimos
años, tras la publicación de la Directiva 2008/52, la Sala 1ª del TS ha reclamado el valor
propio y el posible significado pacificador de la práctica de la mediación.

- Cap. 22: La partición y sus formas - 79


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CAPÍTULO 23: LA PRÁCTICA DE LA PARTICIÓN

1. LA PRÁCTICA DE LA PARTICIÓN
El Código civil contiene escasas reglas sobre la práctica de la partición. Las
operaciones particionales típicas consisten en las siguientes: inventario del caudal
hereditario, avalúo, liquidación, formación de lotes y, finalmente, adjudicaciones o
hijuelas a los herederos.

2. LA SUSPENSIÓN DE LA PARTICIÓN POR EMBARAZO DE LA


VIUDA
El efecto fundamental que provoca la existencia de un concebido que pueda tener
derecho sobre una herencia abierta y en trámites de división es la suspensión de la
partición, según establece el art. 966.1º CC, según el cual, la división de la herencia se
suspenderá hasta que se verifique el parto o el aborto, o resulte, por el transcurso del
tiempo, que la viuda no estaba embarazada.
Tal medida se complementa con una serie de cautelas que la embarazada debe cumplir:
1º Debe poner en conocimiento de quienes tengan derecho a la herencia que puede nacer
un hijo póstumo del causante
2º Al aproximarse la época del parto, la embarazada deberá poner tal hecho en
conocimiento de los mismos interesados
3º En todo caso, los interesados en la herencia podrá instar judicialmente las
providencias que consideren convenientes para evitar la suposición del parto
4º Los interesados en la herencia podrán incluso designar una persona para asistir
físicamente al parto
Sin embargo, la suspensión de la partición no debe afectar a los posibles acreedores
del causante, por lo que el art. 966.2º CC establece que el administrador podrá pagar a
los acreedores, previo mandato judicial.

3. LAS OPERACIONES PARTICIONALES


Son aquellas que comprende el conjunto de actuaciones que deben llevarse a cabo para
llegar a la división y adjudicación del caudal hereditario entre los herederos.
Las operaciones particionales consisten en el inventario, avalúo o valoración de los
bienes, liquidación y división propiamente dicha.

3.1. Inventario y avalúo


En términos técnicos, inventario y avalúo son operaciones distintas:
- Inventariar: significa realizar una enumeración de los bienes que conforman la masa
hereditaria
- Avalúo: implica atribuir una valoración o estimación a cada uno de los bienes
considerados
Sin embargo, el inventario y el avalúo suelen realizarse conjuntamente. En el
inventario resulta conveniente numerar correlativamente todos los bienes integrados en
él y reflejarlos en el cuaderno particional. Basta con relacionar los bienes, agrupándolos

- Cap. 23: La práctica de la partición - 80


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según su carácter de muebles o inmuebles, dada la diferencia de elementos de descripción


necesarios en un caso y en otro.
El avalúo o la valoración de los bienes consiste en la atribución de un valor
determinado a cada uno de los bienes que integran el caudal hereditario y presenta dos
problemas:
1º La propia valoración de la herencia. Esta puede hacerse a la baja o tratando de reflejar
los valores reales o de mercado
2º La determinación del momento que debe considerarse para valorar el caudal
hereditario, pues la valoración puede encontrarse referida tanto al momento de
apertura de la sucesión como el tiempo en que, efectivamente, se realiza la partición.
En este caso, la doctrina actual se decanta por valorar los bienes atendiendo al
momento de partición y no al de la apertura de la sucesión.

3.2. Liquidación
La fase de liquidación implica hallar el neto partible entre los herederos, deduciendo
del activo hereditario el correspondiente pasivo. Esto significa atender al pago de las
deudas existentes, tomando o detrayendo parte del metálico existente en la masa
hereditaria.

3.3. Formación de lotes y adjudicación


Correspondiendo al número de herederos existentes, se formarán los correspondientes
lotes de los bienes y derechos hereditarios.
En la formación de los lotes rige el llamado principio de igualdad, establecido por el
art. 1061 CC, que dispone que en la partición de la herencia se debe guardar la posible
igualdad, haciendo lotes o adjudicando a cada uno de los coherederos cosas de la misma
naturaleza, calidad o especie.
Una vez asignados los lotes a los correspondientes herederos, en la fase de
adjudicación propiamente dicha se atribuye a cada uno de los herederos los bienes que le
han correspondido.

4. LOS EFECTOS DE LA PARTICIÓN

4.1. Propiedad de los bienes adjudicados


La culminación de la partición supone la extinción de la comunidad hereditaria y la
adjudicación de bienes y derechos completos a cada uno de los herederos. El art. 1068
CC dispone que la partición legalmente hecha confiere a cada heredero la propiedad
exclusiva de los bienes que le hayan sido adjudicados.

4.2. La evicción y el saneamiento


El art. 1069 CC dispone que, hecha la partición, los coherederos estarán
recíprocamente obligados a la evicción y saneamiento de los bienes adjudicados.
No obstante, el art. 1070 CC indica que no habrá obligación de saneamiento:
1º Cuando el mismo testador hubiese hecho la partición, salvando siempre la legítima
2º Cuando se hubiese pactado expresamente al hacer la partición
En caso de existir efectivamente, la obligación de saneamiento entre coherederos es
inicialmente mancomunada, pero debe tenerse en cuenta que el propio heredero

- Cap. 23: La práctica de la partición - 81


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perjudicado debe ser computado a tal efecto. Sin embargo, si alguno de los coherederos
resultara insolvente, responderán de su parte los demás en la misma proporción.
El art. 1072 CC contiene una regla especial referida al supuesto de adjudicación de
créditos a cualquiera de los herederos, distinguiendo entre:
- Créditos incobrables: determina la inexistencia de responsabilidad de los restantes
coherederos, aunque si se cobran en todo o en parte, se distribuirá lo percibido
proporcionalmente entre los herederos
- Créditos cobrables: los coherederos no adjudicatarios serán responsables de la
insolvencia del deudor hereditario al tiempo de hacerse la partición

5. LA INEFICACIA DE LA PARTICIÓN
Las categorías generales de la ineficacia contractual pueden incidir también en la
partición, determinando la privación de sus efectos y requiriendo una nueva operación
divisoria del caudal hereditario.

6. LA NULIDAD Y ANULABILIDAD DE LA PARTICIÓN


Habrá nulidad de la partición cuando falte alguno de los elementos esenciales que
deberían constituir la base natural de la partición:
a) Testamento nulo
b) Falta el consentimiento de alguno de los herederos en la partición convencional
c) Cuando la partición se haya llevado a cabo en contravención de alguna norma
imperativa
Un supuesto particular de nulidad es el que contempla el art. 1081 CC, conforme al
cual, la partición hecha con uno a quien se creyó heredero sin serlo, será nula.
La anulabilidad se presentará en todos aquellos supuestos en que haya intervenido en
la partición algún vicio de consentimiento o falta de capacidad en alguno de los herederos.

7. LA RESCISIÓN DE LA PARTICIÓN

7.1. La rescisión como categoría general de ineficacia


La rescisión es una forma particular de ineficacia del contrato que procede de un
momento posterior a la celebración del mismo, por lo que la rescisión presupone un acto
o contrato inicialmente válido.
Básicamente, las causas de la rescisión son la lesión y el fraude. En la sucesión, la
idea de lesión se concreta en el supuesto en que uno o varios de los coherederos han
recibido menos del 75 % de lo que hubiera debido corresponderle en las adjudicaciones.
El art. 1075 CC establece una regla especial, conforme a la cual, la partición solo puede
ser impugnada por lesión en el caso de que perjudique la legítima de los herederos
forzosos o de que aparezca o se presuma que fue otra la voluntad del testador.
De igual modo, el art. 1080 CC establece que la partición hecha con preterición de
alguno de los herederos no se rescindirá, a no ser que se pruebe que hubo mala fe o dolo
por parte de los otros interesados.

- Cap. 23: La práctica de la partición - 82


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7.2. La acción rescisoria en relación con la partición


En relación con el plazo de ejercicio, el art. 1076 CC establece que la acción rescisoria
por causa de lesión durará cuatro años, contados desde que se hizo la partición.
Dicho plazo es de caducidad y se computa desde el momento en que se practica la
partición.

7.3. Efectos de la rescisión


Con carácter general, el efecto fundamental de la rescisión es obtener la devolución de
todo aquello que haya sido entregado por virtud del acto o contrato rescindible. Respecto
de la partición, el art. 1078 CC establece que no podrá ejercitar la acción rescisoria por
lesión el heredero que hubiese enajenado todo o una parte considerable de los bienes
inmuebles que hubieran sido adjudicados.
Sin embargo, esto no implica que la existencia de lesión comporte de forma necesaria
la necesidad de proceder a realizar una nueva partición, pues el art. 1077 CC faculta al
heredero demandado para optar entre indemnizar el daño o consentir que se proceda a
una nueva partición. Por tanto, será el demandado o demandados quienes, a su libre
elección, decidirán si el efecto definitivo de la acción rescisoria tiene alcance
verdaderamente restitutorio o simplemente indemnizatorio de la lesión sufrida.
El art. 1077.3º CC dispone que si se procede a una nueva partición, ésta no alcanzará
a los que no hayan sido perjudicados ni percibido más de lo justo. Por tanto, la nueva
partición puede ser un mero reajuste parcial de la partición practicada en su día.

8. LA MODIFICACIÓN O COMPLEMENTO DE LA PARTICIÓN:


LA PARTICIÓN ADICIONAL
En el supuesto en que la eficacia de la partición se ponga en duda por el hecho de que
las operaciones divisorias realizadas no alcanzaran al conjunto de bienes del caudal
hereditario, sea porque no se cumplió el deber de colacionar en relación con algún bien
concreto, bien por aparición de algún bien que no fue tenido en cuenta, el principio
general del favor partitionis hace que el Código instaure un remedio que tiene como
objeto exclusivo modificar o complementar la partición realizada.
El art. 1079 CC establece que la omisión de alguno o algunos objetos o valores de la
herencia no da lugar a que se rescinda la partición por lesión, sino que se complemente o
adicione con los objetos o valores omitidos.
El complemento o la adición de la herencia presupone de forma necesaria que los
bienes omitidos sean alguno o algunos, por lo que si la cuantía y entidad de las omisiones
son de mayor alcance, resulta improcedente recurrir al art. 1079 CC y debe imponerse la
ineficacia de la partición ya realizada y proceder de nuevo a realizar las operaciones
divisorias entre los herederos.

- Cap. 23: La práctica de la partición - 83


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TEMA 14: LA COLACIÓN


CAPÍTULO 24: LA COLACIÓN

2. LA COLACIÓN EN EL CÓDIGO CIVIL


Colacionar, en términos sucesorios, equivale a integrar o incluir en la masa hereditaria
las atribuciones patrimoniales que el causante hubiera realizado a favor de cualquiera de
los herederos.
En el Código civil se aplica el sistema de colación llamado imputación contable. El
art. 1045.1 CC dispone que no deben traerse a colación y partición las mismas cosas
donadas, sino su valor al tiempo en que se evalúen los bienes hereditarios.

3. EL FUNDAMENTO Y LA DISPENSA DE LA COLACIÓN

3.1. El carácter dispositivo de la colación


Ante todo, el deber de colacionar depende de la propia voluntad del donante/causante.
Así lo expresa el art. 1036 CC, conforme al cual, la colación no tendrá lugar entre dos
herederos forzosos si el donante así lo hubiese dispuesto expresamente o si el donatario
repudiase la herencia.
Por tanto, quien haya realizado la liberalidad también podrá excluir la colación del
correspondiente valor, tanto en el momento de celebrar la donación como en cualquier
otro momento posterior, sea en testamento o sea mediante cualquier otro acto.
Salvo disposición en contra del donante/causante, existe deber de colacionar lo
recibido inter vivos y a título gratuito. La dispensa de la colación tiene, en todo caso,
carácter esencialmente revocable, pudiendo el causante invalidar sus efectos en cualquier
momento.

3.2. Referencia a las tesis sobre el fundamento de la colación


La doctrina civilista ha encontrado el fundamento de la colación en la voluntad
presunta del causante, según la cual, en casi todos los casos que los posibles causantes
pueden disponer de sus bienes lo hacen sobre premisas de igualdad entre sus herederos o
descendientes. Sin embargo, algunos autores italianos estimaron preferible insistir en el
aspecto de igualdad entre los descendientes, deduciendo que la mayor parte de las
donaciones deben considerarse como anticipos de la herencia.
Generalmente, el causante desea mantener un criterio de igualdad cuantitativa entre
sus herederos, por lo que cabe entender que, salvo expresión en contra, todo lo que
recibieran inter vivos representa un anticipo de la atribución hereditaria. Sin embargo, no
existe presunción iuris tantum a favor de la colación.

- Cap. 24: La colación - 84


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4. ÁMBITO Y PRESUPUESTOS DE LA COLACIÓN

4.1. Concurrencia de legitimarios


Es necesario que a la sucesión concurran dos o más legitimarios. La colación tiene
lugar entre legitimarios, pues solo respecto de ellos tiene sentido el fundamento
igualitario que subyace en la colación. Por tanto, no hay obligación de colacionar:
- En caso de concurrir dos o más herederos voluntarios que carezcan de la condición
de legitimarios
- En caso de suceder un solo legitimario en concurrencia con otros herederos
voluntarios

4.2. Legitimarios con título de heredero


Los legitimarios concurrentes deben suceder a título de heredero y serlo
efectivamente, por haber aceptado la herencia. Por tanto, quien no haya aceptado la
herencia no está obligado a colacionar.

4.3. Atribución gratuita a favor de los legitimarios en vida del causante


Lo que debe colacionarse es lo recibido en vida del causante por cualquiera de los
legitimarios que, a título de heredero, concurran a la sucesión. Pero el perceptor de la
atribución patrimonial gratuita debe ser él mismo, uno de los herederos-legitimarios, y no
cualquier otra persona. Así se deduce de lo siguiente:
1º Los padres no estarán obligados a colacionar en la herencia de sus ascendientes lo
donado por éstos a sus hijos (no colacionan los padres lo donado por unos abuelos a
sus nietos)
2º Tampoco se traerán a colación las donaciones hechas al consorte del hijo
Sin embargo, en referencia al derecho de representación, el art. 1038 CC establece que
los nietos colacionarán todo lo que debiera colacionar el padre si viviera, aunque no lo
hayan heredado, e incluso lo recibido en vida del causante, a menos que el testador
hubiese dispuesto lo contrario.

4.4. Ámbito de la colación


La colación tendrá lugar tanto en la sucesión testamentaria como en la sucesión
intestada:
- Sucesión intestada: los legitimarios concurrentes lo harán por partes iguales
- Sucesión testamentaria: los legitimarios pueden haber sido instituidos en partes
desiguales

5. EL CARÁCTER COLACIONABLE DE LAS DIVERSAS


LIBERALIDADES

5.1. Las liberalidades colacionables


Como regla, cualquier liberalidad realizada en vida del causante y a título gratuito debe
considerarse liberalidad colacionable. El art. 1035 CC considera integradas dentro de las
liberalidades colacionables cualquier transferencia patrimonial que, a título gratuito,
hubieran beneficiado o enriquecido al heredero forzoso en vida del causante.

- Cap. 24: La colación - 85


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5.2. Las liberalidades exentas de colación


Las liberalidades que quedan exentas de colación son:
1º Los gastos inherentes a los deberes familiares, tal y como establecen los siguientes
artículos:
- Art. 1041 CC: no están sujetos a colación los gastos de alimentos, educación o
curación de enfermedades
- Art. 1042 CC: no se traerán a colación los gastos que el padre hubiera hecho para
dar a su hijo una carrera profesional o artística
2º Las donaciones o liberalidades hechas a favor del legitimario que, aún siéndolo, no
concurre a la sucesión
3º Según el art. 1037 CC, no se entiende sujeto a colación lo dejado en testamento

6. LA PRÁCTICA Y LOS EFECTOS DE LA COLACIÓN


En el Código civil se sigue exclusivamente el sistema consistente en la imputación de
carácter contable, por lo que el donatario/legitimario no deberá aportar in natura al
caudal hereditario los bienes o beneficios que recibiera en vida del causante a título
gratuito.

6.1. Imputación contable y valoración de las liberalidades colacionables


El art. 1045 CC afirmaba que no deben traerse a colación y partición las mismas cosas
donadas o dadas en dote, sino su valor al tiempo de la donación o dote. El Código imponía
una valoración del valor de los bienes que exigían retrotraerse al tiempo de la donación.
Dicho artículo fue modificado por la Ley 11/1981, a partir de la cual, el art. 1045.1 CC
modifica el tiempo temporal de avalúo, estableciendo que no deben traerse a colación y
partición las mismas cosas donadas, sino su valor al tiempo en que se evalúen los bienes
hereditarios.

6.2. Efectos de la colación


El efecto fundamental del sistema de colación radica en que deberá deducirse de la
adjudicación definitiva del legitimario la cantidad en que se valora cuánto hubiese
recibido en vida del causante.
El art. 1047 CC afirma que el donatario tomará de menos en la masa hereditaria tanto
como ya hubiese recibido, percibiendo sus coherederos el equivalente en bienes de la
misma naturaleza, especie y calidad.
Sin embargo, el art. 1048 CC establece que:
- Si los bienes donados fueran inmuebles, los coherederos tendrán derecho a ser
igualados en metálico o valores mobiliarios al tipo de cotización
- Cuando los bienes donados fuesen muebles, los coherederos solo tendrán derecho a
ser igualados en otros muebles de la herencia por el justo precio, a su elección

- Cap. 24: La colación - 86

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