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1.

ENFERMEDAD DEL LEGIONARIO


Se trata de una infección bacteriana pulmonar llamada legionella
pneumophila y que deriva en una neumonía grave. Esta enfermedad se
adquiere mediante la inhalación de dicha bacteria: puede sobrevivir tanto en el
suelo como en el agua, sin embargo, las infecciones se dan principalmente
cuando se encuentra en sistemas de agua artificiales, es decir, la inhalación de
una gota microscópica por el rocío de un grifo o por el agua del sistema de
ventilación de un edificio grande puede bastar para infectarse de la enfermedad
de los legionarios.

Por ende, los brotes de legionella han ocurrido comúnmente en edificios


grandes (hospitales, residencias de ancianos…) donde la bacteria ha tenido
suficiente margen para propagarse y crecer más fácilmente. Aún así, existen
casos en los que el contagio puede contraerse al trabajar en un jardín o tratar
con tierra contaminada.

Los síntomas tienden a iniciar con los siguientes:

- Dolor de cabeza
- Dolores musculares, rigidez
- Fiebre (40ºC), escalofríos, temblores
- Indisposición general

Pasados estos síntomas generales, los próximos días suelen empeorar con:

- Tos seca (a veces puede contener mocos o sangre)


- Diarrea, vómitos y náuseas
- Problema de desequilibrio
- Confusión y estados mentales relacionados
- Falta de aliento
- Dolor en el pecho

Las personas fumadoras, con alguna enfermedad pulmonar crónica (EPOC),


un sistema inmunitario debilitado o medicamentos inhibidores (quimioterapia),
mayor de 50 años, con diabetes o insuficiencia renal corren más riesgo de
sufrir una infección.
2. LA PUTREFACCIÓN A RAÍZ DE LA LEGIONELLA
La bacteria legionella ataca principalmente los pulmones, por lo que la
característica mancha verde aparecería en el pecho y el cuello, ya que la
mayor contaminación bacteriana se concentraría en las vías respiratorias.

Este tipo de bacteria externa es aerobia, es decir, necesita oxígeno para vivir,
por lo que permanecerá en el cuerpo del difunto hasta que ya no quede
oxígeno del que alimentarse. Esto lo realizarán junto a las bacterias internas ya
existentes en el tramo intestinal. Este fenómeno provocará una aceleración en
el proceso de putrefacción debido a la suma de microorganismos
alimentándose paralelamente, y durará entre unas 12h-48h hasta que las
bacterias anaeróbicas aparezcan determinando así la siguiente fase de
putrefacción (enfisematosa).

Si al difunto previamente le habían recetado un tratamiento con antibióticos, el


proceso se verá ralentizado por los mismos, o al menos no habrá demasiadas
alteraciones en su duración. Sin embargo, la legionella es una bacteria
gramnegativa, esto significa que están protegidas contra ciertos antibióticos,
como la penicilina.

La aceleración en la putrefacción puede limitar el tiempo del que disponemos


a la hora de trabajar en el tanatorio, así como el tiempo que el cuerpo podrá
estar expuesto ante los familiares. Si la descomposición no está muy
avanzada, y siempre y cuando no suponga un peligro para la salud pública,
se deberá jugar con las técnicas de maquillaje para disimular los puntos más
evidentes, sobretodo en la zona del cuello. Por otro lado, tenemos la opción de
realizar un embalsamamiento en casos más extremos.

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