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Foro 1 bien hecho

Recuperando la consigna propuesta para este espacio y también el intercambio que surgió
de la clase sincrónica, me parece interesante comenzar a caracterizar la matriz moderna a
partir de una frase de Zemelman que propone una ruptura con esa lógica o matriz de
pensamiento: “asumamos entonces la oscuridad, como premisa, lo que es un acto de
mínima honestidad”.

Esta idea que nos propone articular el autor es una invitación a tensionar, criticar y (por qué
no) abandonar en términos de “verdades” los paradigmas que construyó esta matriz. La idea
de “claridad”, “luz”, está asociada a la idea de razón y por lo tanto de construcción del
conocimiento/saber dónde el conocimiento científico se sobrepone a los saberes populares;
la mente sobre el cuerpo.

La modernidad construyó pilares fundacionales ubicando al método científico y a la razón


en un lugar central para el conocimiento de la realidad: “cuanto más nos alejemos del objeto
a estudiar, mayor rigor tendrá nuestro conocimiento” (Clase 1). La idea de “neutralidad”,
“objetividad”, “extrañamiento”, están ligadas a un método científico que predominó en un
momento histórico del cual hoy podemos encontrar continuidades o desplazamientos
también.

Recuperando los aportes de Barbero, hay dos ideas o ejes centrales que se vieron
transformados a partir de la consolidación de la matriz moderna y que construyó una
determinada subjetividad en el proceso de enculturación que son: el de la transformación
del sentido del tiempo y el de la transformación del saber y sus modos de transmisión. En
este marco, me interesa centrarme en cómo se modificó el tiempo libre/tiempo productivo y
las instituciones, en particular la escuela o el ámbito educativo.

La matriz moderna impuso, en el marco del surgimiento de los estado-nación y de un nuevo


orden de acumulación del capitalismo, un tiempo lineal centrado sobre la producción.
Barbero retoma para abordar estas transformaciones y el proceso de enculturación cómo las
“fiestas” ancestrales y populares donde el tiempo era entendido desde la idea de circularidad
se vio modificado bajo el lente de la “espectacularidad”: “la deformación opera por la
transformación de la fiesta en espectáculo, algo que ya no es para ser vivido, sino mirado y
admirado” (M. Barbero). Esto último también produjo una transformación en
la construcción del saber y su transmisión: la persecución de las brujas y el
establecimiento de la escuela moderna.

Las brujas sintetizan todo aquello que era necesario abolir, saberes ancestrales,
conocimiento sobre el cuerpo de las mujeres, autonomía reproductiva, un saber
“descentrado, horizontal y ambivalente que entra en conflicto radical con la nueva imagen
del mundo que diseña la razón: vertical, uniforme y centralizado” (M. Barbero). La escuela
moderna como institución clave en la conformación de los nuevos estados fue central para
introducir a los jóvenes en la entrada en la vida productiva: “la escuela funcionará sobre dos
principios: la enseñanza como llenado de recipientes vacíos y la moralización como
arrancado de los vicios” (M. Barbero).

Estas transformaciones que trajo aparejada la matriz moderna hacen meya en la


construcción del saber y su transmisión, como en la relación del tiempo de ocio/tiempo
productivo como se viene desarrollando. El tiempo productivo desvaloriza socialmente el
tiempo de los sujetos e instaura un tiempo único y homogéneo, el de los objetos (Clase 4).

el tiempo de la producción desvaloriza socialmente los tiempos de los sujetos —


individuales o colectivos— e instituye un tiempo único y homogéneo —el de los objetos—
fragmentable mecánicamente, tiempo puro.

Me parece central situar estos debates en las preguntas actuales que nos podemos hacer
desde este Seminario, pensando siempre en nuestra práctica docente retomando esto ejes
propuestos para el análisis: cómo construimos conocimiento/saber situado, cómo podemos
aportar a repensar nuestro aquí y ahora. Zemelman nos propone pensar desde un
conocimiento cotidiano, desde una historicidad en minúscula, es decir aquella que se
construye todos los días. El conocimiento de la realidad cotidiana es fundamental, así como
el desarrollo de una conciencia de lo cotidiano en un sentido trascendente. Creo que poder
pararnos desde el lugar de “oscuridad” y no desde el del saber único, nos habilita y habilita
escenarios de construcción de un saber crítico latinoamericano con ese otrx, en el aula, o
desde nuestro habitar cotidiano.
Sistematice las principales características de la contemporaneidad

¿Cómo pensar la construcción de identidades juveniles en la contemporaneidad?

¿Qué lugares de interpelación identifica y por qué?

La construcción de identidades juveniles nace de

Identidades en construcción, lo volátil, la cultura snack,

Lugares de interpelación, entidadess relacionales

Si entendemos el mundo contemporáneo desde algunas características tomadas por los


autores, sostiene Bauman que “el sujeto ya no construye su identidad sobre roles sociales
preasignados sino que es interpelado desde innumerables discursos, atraviesa diversas
tensiones y fluctúa en distintos planos en una permanente búsqueda de sí mismo”; la era
contemporánea es fluida, líquida, en donde los lazos sociales son débiles y la velocidad de
circulación de las cosas está a la orden del capitalismo. La trama social está en
descomposición.
Laclau en cambio va a definir la época desde las tensiones propias del cambio hacia lo
posmoderno y con una mirada ontológica del ser. Ya no hay categorías absolutas que
definan lo simbólico y el sentido de las cosas, desde donde pensarse como sujeto social,
sino que se pondrá en revisión esos consensos instituídos socialmente como el lenguaje y la
reprocucción de algunos fenómenos sociales.
Es en este nuevo marco que se van a construir y de-construir identidades juveniles como
parte del mundo que nos atraviesa. En un período de interpelación de los lugares y prácticas
instituídas y establecidas en la era anterior (la de los Estado-Nación y la supremacía de la
ciencia, en donde el poder alcanzaba a reforzar las prácticas de todas las instituciones tales
como la escuela, la familia, el trabajo etc) en donde se van a dar las tensiones. El
debilitamiento de éstas va a constituir un espacio de reformulación de ideas. En el lenguaje,
en las luchas simbólicas y culturales también.
La construcción de identidades colectivas hoy está anclada al presente, a la complejidad de
sus prácticas y a la inmediatez de sus consumos. Con la llegada de la tecnología y en la era
de la globalización existen células de grupos que conforman identidades propias de
determinados temas en particular que luego se desvanecen para pasar a conformar otras y
así sucesivamente. Hoy como siempre las identidades juveniles se caracterizan, en ideas de
Zemelman, en ser sujetos activos y conformadores de su propio presente.

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