Cámara de Apelaciones- Sala Primera Civil y Comercial
AUTOS "B., O. - VIOLENCIA CONTRA LA MUJER - FUERO CIVIL (ART. 6
LEY26485) - VIOLENCIA DE GENERO S/ INCIDENTE LEGAJO APELACION EFECTO
DEVOLUTIVO"
Expt. Nº 7549/C
JUZGADO CIVIL Y COMERCIAL Nº 1- GUALEGUAYCHU
GUALEGUAYCHU, 21 de abril de 2022. VISTO Y CONSIDERANDO:- FUNDAMENTOS DEL DR. LEONARDO PORTELA. 1.- Que el denunciado, J. M. C., apeló la resolución del 25 de marzo de 2022, en la cual se dispuso prohibirle el acercamiento a la denunciante, Srita. O. B. y se le ordenó abstenerse de realizar cualquier tipo de acto de acoso y/o violencia verbal o física -por sí o interpósita persona-, como también cesar en los actos de perturbación y de intimidación, que directa o indirectamente realice, por el plazo de 45 días, todo bajo apercibimiento de hallarse incurso en el delito previsto por el art. 239 CP y de la posibilidad de que se adopten medidas más gravosas (art. 32 de la Ley 26.485). Se aclaró, en el mismo acto, que la prohibición de acercamiento no le impedía concurrir a su lugar de trabajo, cercano al domicilio de la denunciante. También se fijaron las audiencias previstas en el art. 28 de la Ley 26.485 para escuchar a las partes y se citó al apelante para el lunes 28 de marzo, bajo apercibimiento de hacerlo comparecer por la fuerza pública (art. 28 párrafo 2° de la Ley 26.485), y a Olivia Baggio a la hora 10:00. 2.- Que interpuso revocatoria con apelación en subsidio y denunció arbitrariedad ante la inexistencia de un hecho concreto que se le atribuyera, lo que le impide ejercer su derecho de defensa. Aduce que esa omisión tornó irrazonable el dictado de cualquier acto jurisdiccional, máxime uno de naturaleza cautelar. Entendió que la resolución atacada señala un supuesto estado de vulnerabilidad de la denunciante, pero se trata de una afirmación completamente dogmática sin anclaje. Cuestionó el estándar mínimo para obtener una medida cautelar de la naturaleza de la acordada y advirtió que la prohibición de acercamiento lo coloca al borde del delito en forma permanente, desde que la denuncia sería consecuencia de una citación a la denunciante por un proceso de daños y perjuicios a iniciarse. Cuestionó que la medida cautelar no contiene los requisitos de peligro en la demora, ni hace mención a la verosimilitud del derecho, sino que sólo refiere un supuesto estado de vulnerabilidad que se invoca sin hacer referencia a elemento objetivo alguno que la sustente. 3.- Que contestó la recurrida y solicitó la declaración de deserción del recurso por inexistencia de agravio. Advirtió, además, que habría contradicción en el discurso del apelante, ya que, luego de alegar ausencia de un hecho concreto, relata él mismo cuales habrían sido los supuestos hechos motivantes de la denuncia. Consideró que esos hechos son sumamente graves, teniendo en cuenta las ofensas y acosos verbales que ha sufrido por su condición de mujer cada vez que pasó por la concesionaria del denunciado, las que, informa, cesaron desde el dictado de la medida cautelar. En subsidio, respondió que se trata de una relación donde han existido claros hechos de violencia en su perjuicio motivados principalmente en el abuso de poder y posición dominante, que explica por el hecho que en la Concesionaria trabajan todos hombres - además de éste, tres o cuatro empleados-, quienes se aprovechaban de su condición de mujer para agredirla cuando cruzaba por allí para ir a su casa, atribuyendo su conducta a la edad de aquellos en tanto superan los cuarenta años mientras que la denunciante tiene veinte. Apuntó que el único remedio para calmar las ofensas y acosos sufridos por el accionar de y sus empleados fue realizar la denuncia formal y que desde el dictado de la medida cautelar se ha sentido tranquila y no ha sufrido nuevas agresiones. Entendió que ello no se debe a que los denunciados hayan recapacitado y la respeten sino al temor que le genera cometer un delito y ser nuevamente denunciados. Interpretó que el apelante pretende correr el eje de la cuestión, esgrimiendo que se basa en una supuesta acción de daños y perjuicios iniciada por él y no del acoso callejero que efectivamente sufrió. Alegó que la violencia ejercida por su condición de mujer existió y dejó a salvo la posibilidad de reclamar daños y perjuicios. Explicó que en una de las tantas ocasiones en que le gritaron distintos insultos –que detalló-, cansada de la situación, filmó lo sucedido y que allí puede verse claramente cómo se la agrede. Ofreció el video como prueba si le era requerido. Informó que el denunciado redobló su apuesta e inició una mediación por daños y perjuicios en su contra. Invocó la protección de la ley 26.485 y manifestó que posee varias pruebas sobre la violencia padecida. En relación a la falta de peligro en la demora y verosimilitud del derecho, mencionó que, el peligro en la demora se demostró en el hecho que a partir del dictado de la medida cautelar no fue agredida nuevamente; y que de no haberse tomado tal decisión jurisdiccional continuaría sufriendo la violencia psicológica de la que fue objeto. Hizo consideraciones en torno a las situaciones de violencia que padecen las mujeres y el problema de que se encuentra naturalizado. Por último, advirtió que no tolerará que se manifieste livianamente que la denuncia tiene origen en el hecho de una citación a mediación, lo que califica de vergonzoso. Reiteró que detenta videos que acreditan la violencia, el acoso, el abuso de poder y la posición dominante. Agregó que sólo identificó a C. en la denuncia porque desconoce el nombre y apellido de los empleados, quienes también ejercieron violencia sobre ella. 4.- Que coincido con la denunciante en que los agravios no tienen peso para habilitar la instancia, por lo que propondré declarar desierto el recurso. A fin de cumplir con la obligación que impone el art. 258 al tribunal, señalaré brevemente los motivos que me convencen de tomar esta decisión. 5.- Que las medidas adoptadas por el señor juez de primera instancia no causan ningún tipo de agravio al apelante y son las mínimas que pueden dictarse para lograr el equilibrio que se intenta lograr entre los principios o garantías en juego con la escasez de prueba que se tiene; la protección inmediata de la persona que denuncia y la libertad de quien es identificado como agresor. 6.- Que es evidente que el quejoso no ha tomado nota de que las pautas de conducta que le fueron “impuestas” son las genéricas que cualquier persona civilizada debe cumplir en una sociedad contemporánea; esto es, abstenerse de molestar a otras personas -ya no solamente a mujeres-, por sí o mediante la influencia de terceros. Desde ese punto de vista, el acatamiento de la ley en un estado de derecho no puede causarle agravio. El magistrado fue por demás prudente al tener especial cuidado en aclarar de que la medida que dictaba no impedía su concurrencia al lugar de trabajo, debido a lo cual no hay, tampoco, una restricción circulatoria que afecte su derecho en tal sentido. 7.- Que llama la atención que el apelante no negó haber llevado a cabo actos de hostigamiento respecto de la señorita Baggio, sino que funda su recurso en la ausencia de hecho concreto pasible de serle imputado. Equipara, de tal modo y equivocadamente, este proceso a uno de tipo penal, intentando ampararse en la ausencia o falencia de una imputación de tal tipo. Afortunadamente para el denunciado la legislatura nacional y provincial ha encuadrado este tipo de situaciones -inicialmente-, en el ámbito civil, lo que obliga a descartar el argumento de su agravio, ya que no tiene cabida en este fuero. En la ley aplicable –la nacional n° 26485 a partir de la adhesión que estableció la provincial n° 10.058 en 2011, aunque no es la vigente debido a que el 19 de abril de 2022 se sancionó la ley 10.956-, se puede advertir que en el art. 4° se introdujo una norma de las denominadas de “textura abierta”, a las cuales el juez le da contenido dependiendo del caso concreto y que no tiene ninguna relación con el derecho penal, donde debe atribuirse obligatoriamente al sindicado delincuente una conducta expresamente tipificada. En la norma mencionada se puede advertir que lo que se pretende prevenir es la agresión del hombre a la mujer y que para juzgar los casos lo que debe ponderarse especialmente es el punto de vista de la mujer; esto es, no importa que es lo que el hombre considera una ofensa o una agresión –por motivos que exceden el presente-, sino que importa la forma en que esa conducta es percibida por la mujer que fue objeto de ella. 8.- Que en su descargo C. menciona que la prohibición de acercarse a la señorita B. lo expone permanentemente a la comisión de un delito, pero son varios los motivos que desmienten ese razonamiento. En síntesis, por un lado, se tiene que el juez expresamente aclaró en su resolución que la decisión contemplaba la posibilidad de que C. asista a su lugar de trabajo, que como es de conocimiento público, se encuentra sobre la calle Urquiza, a una cuadra de la casa de la familia B. De allí que C. puede quedarse tranquilo de que no será considerado un delincuente si trabaja. Por otro lado, y esto es demostrativo de la perspectiva, se pasa por alto que lo que colocó al denunciado en esta situación fue su conducta y la de sus empleados, no la decisión del juez, que es una consecuencia. Y si las personas que hostigaron a O. B. fueron sus empleados y no C., en su condición de empleador, debió tomar las medidas del caso. 9.- Que, por lo expuesto, propongo declarar desierto el recurso de apelación con pérdida de honorarios para el abogado patrocinante del apelante, a quien sugiero imponer las costas. Asimismo, propongo regular honorarios atendiendo a que se trata de la etapa pertinente (art. 27 ley 7046).
ADHESIÓN DE LA DRA. ANA CLARA PAULETTI.
Adhiero a la solución propuesta por mi colega preopinante, aunque veo preciso agregar algunas consideraciones de mi parte. En primer lugar que la violencia que se produce en el espacio público (art.6 inc.g) Ley 26.485 según Ley 27.501), comprende conductas o expresiones verbales, no verbales, con connotación sexual, que afecten la dignidad y la libertad de la víctima, por lo que la ley apunta al derecho a la dignidad, libertad ambulatoria, de circulación, o permanecer en espacios públicos o de acceso público de manera segura y tranquila, sin temor ni violencia. El régimen legal conlleva un procedimiento urgente y tuitivo, por el que se habilita un sistema protectorio cautelar para el cese de los actos que impliquen esa modalidad de violencia, y para ello no exige los presupuestos de la medida cautelar clásica, ya que la verosimilitud del derecho emana de la denuncia y se apoya en la mera probabilidad, circunstancia que supone la existencia de urgencia para la actuación jurisdiccional, sin perjuicio de la facultad judicial de escuchar a la denunciante, ampliando su conocimientos sobre los hechos que motivan la denuncia, o disponer otro tipo de medidas dentro del acotado lapso temporal en el que debe dictar la primera providencia -art.273 LPF-. Claro que las medidas de protección que se ordenen en la urgencia, serán luego revisadas -art.275 LPF-, en su extensión e intensidad, con el abordaje interdisciplinario que el juez disponga y habiendo concretado las entrevistas con la denunciante y el denunciado, quien aun cuando acotado al marco cautelar, puede ofrecer pruebas que descarten la situación de violencia denunciada. De su lado, la Ley Pcial. 10.956 sobre "Régimen de Prevención, Asistencia y Protección de la Violencia por razones de género", publicada el 19/04/2022, que regirá conforme a lo establecido en el art. 2 del CCC a los 8 días de su publicación, fija un procedimiento específico para la revisión, siguimiento y evaluación de las medidas adoptadas. Finalmente, debo señalar mi discrepancia en relación a dos aspectos del trámite impreso al presente. En primer lugar, no concuerdo con la apreciación del juez de grado relativa a que por no estar previsto el recurso de reposición en la Ley Nacional 26.486, resulte improponible, por cuanto lo contemplan la Ley Procesal de Familia N°10.668 y obviamente el Código Procesal Civil y Comercial, y dicha Ley 26.485, en su art.40 establece que "serán de aplicación supletoria los regímenes procesales que correspondan, según los tipos y modalidades de violencia denunciados", solución que también adopta la Ley Provincial N° 10.956. Bajo el mismo enfoque de aplicación supletoria de los regímenes procesales, las audiencias celebradas debieron videoregistrarse, reforzando el principio de reserva y privacidad (art.18 inc.f) Recomendación 33 de la CEDAW), donde deben atenderse las previsiones de las Reglas Prácticas para la Implementación de la oralidad efectiva en el fuero de Familia" (Ac. Gral. STJER 30/18), pues como lo indica ese instrumento, la videoregistración garantiza los principios procesales regulados regulados en el art. 706 del CCC, y evita la reiteración innecesaria de actos en relación a sujetos vulnerables y su revictimización -art. 33 y 37 de las Reglas de Brasilia-, asegurando las condiciones de legitimidad de los actos y la revisabilidad amplia de lo decidido (en ese sentido, ver: CorteIDH, "V.R.P., V.P.C. y otors c/ Nicacaragua s/ Excepciones preliminares, fondo, reparaciones y costas", 08/03/2018). Con lo expuesto, formulo la adhesión anunciada.
ABSTENCIÓN DE LA DRA. VALERIA M. BARBIERO de DEBEHERES.
Que existiendo mayoría hace uso de la facultad de abstenerse de emitir su voto, conforme lo autorizado por el art. 47 de la LOPJ (texto según Ley 9234).
Por todo lo expuesto, en definitiva juzgando;
SE RESUELVE:- 1.-DECLARAR desierto el recurso de apelación interpuesto por el Sr. J. M. C., contra la resolución del 25 de marzo de 2022, con costas al recurrente y arancelariamente inoficiosa la actividad cumplida por el letrado apelante (art. 9 LA). 2.-REGULAR… 3.-REGISTRAR, notificar conforme SNE y, en su oportunidad, remitir al juzgado de origen. Fdo.: ANA CLARA PAULETTI, VALERIA M. BARBIERO de DEBEHERES (Abstención), LEONARDO PORTELA.
Conste que la presente se suscribe mediante firma electrónica -
Resolución STJER N°28/20, del 12/04/2020, Anexo IV-. En 21/04/2022 se registró en soporte informático (Acuerdo S.T.J Nº 20/09 del 23/06/09 Punto 7). Asimismo, existiendo regulación de honorarios a abogados y/o procuradores, y en función de lo dispuesto por la ley 7046, se transcriben los siguientes los artículos: Art. 28: NOTIFICACIÓN DE TODA REGULACIÓN. Toda regulación de honorarios deberá notificarse personalmente o por cédula. Para el ejercicio del derecho al cobro del honorario al mandante o patrocinado, la notificación deberá hacerse en su domicilio real. En todos los casos la cédula deberá ser suscripta por el Secretario del Juzgado o Tribunal con transcripción de este Artículo y del art. 114 bajo pena de nulidad. No será necesaria la notificación personal o por cédula de los autos que resuelvan los reajustes posteriores que se practiquen por aplicación del art.114".
Art. 114: PAGO DE HONORARIOS. Los honorarios regulados judicialmente
deberán abonarse dentro de los diez días de requerido su pago en forma fehaciente. Operada la mora, el profesional podrá reclamar el honorario actualizado con aplicación del índice, previsto en el art. 29 desde la regulación y hasta el pago, con más un interés del 8% anual. En caso de tratarse de honorarios que han sido materia de apelación, sobre el monto que quede fijado definitivamente su instancia superior, se aplicará la corrección monetaria a partir de la regulación de la instancia inferior. No será menester justificar en juicios los índices que se aplicarán de oficio por los Sres. Jueces y Tribunales”. Secretaría, 21 de abril de 2022. Fdo.: DANIELA A. BADARACCO, Secretaria.