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Laura Sáez Ayala

Una disolución es una mezcla homogénea de dos o más sustancias en la que las partículas
de una o varias sustancias (solutos) se dispersan de manera uniforme en un disolvente. En
una disolución, las partículas individuales de los solutos están distribuidas de manera
uniforme en todo el volumen de la mezcla, lo que significa que no se pueden distinguir
visualmente las sustancias individuales. Las disoluciones pueden ser gaseosas, líquidas o
sólidas.
Los componentes clave de una disolución son:
● Soluto: Es la sustancia que se disuelve en el disolvente. Pueden ser sólidos, líquidos
o gases.

● Disolvente: Es la sustancia en la que se disuelve el soluto. El disolvente es


generalmente la sustancia en mayor cantidad en la mezcla.

Preparar una disolución implica mezclar una cierta cantidad de un soluto con un disolvente
para obtener una mezcla homogénea.
Los pasos generales para preparar una disolución son:

Reunir los materiales:


● Soluto: La sustancia que deseas disolver.
● Disolvente: El líquido en el cual se disolverá el soluto (generalmente agua).
● Vasos de precipitados, matraces, o recipientes adecuados.
● Una balanza para medir el soluto con precisión.
● Agitador (puede ser una varilla de vidrio).
● Etiqueta para identificar la disolución.

Calcular la cantidad de soluto necesaria: Antes de preparar la disolución, debes conocer la


concentración deseada. Puede estar en forma de porcentaje (%), molaridad (M), o alguna
otra unidad.
Para determinar la cantidad necesaria de soluto, utiliza una fórmula como:
Cantidad de soluto=Concentración deseada×Volumen de disolución deseado
● Pesa o mide el soluto: Utiliza una balanza para medir la cantidad exacta de soluto
necesaria. Asegúrate de utilizar las unidades de medida correctas.
● Prepara el disolvente: Vierte el disolvente (generalmente agua) en un recipiente
limpio y adecuado. Asegúrate de medir el volumen del disolvente con precisión si es
necesario.
● Añade el soluto al disolvente: Vierte el soluto en el disolvente poco a poco mientras
agitas suavemente. Es importante que el soluto se disuelva completamente. Puedes
usar una varilla de vidrio para agitar la mezcla.
● Verifica la homogeneidad: Asegúrate de que la mezcla esté completamente
homogénea, lo que significa que el soluto está distribuido uniformemente en todo el
disolvente. No debe haber partículas visibles del soluto.
● Etiqueta la disolución: Etiqueta el recipiente con la concentración, la fecha de
preparación y cualquier otra información relevante.
Laura Sáez Ayala

● Almacenamiento: Almacena la disolución según las recomendaciones apropiadas.


Algunas disoluciones pueden requerir refrigeración o protección contra la luz.
Un ejemplo de disolución acuosa que hay es la mezcla de agua con azúcar, para poder
disolver el azúcar en el agua debemos poner menor cantidad de azúcar en el agua, ya que
si ponemos mayor cantidad de azúcar que de agua, no podremos realizar una disolución.
Para esta disolución necesitaremos un vaso de precipitación 250ml de agua y 100g de
azúcar, no habría problema en realizar la disolución.

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