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DEPENDENCIA AL INTERNET

Equipo: Sergio Mendoza, Hna. Xiomara García, Hna. Irma Obando, Margarita López

1. La dependencia al internet
¿Qué es?
Entra en la categoría de nuevas dependencias conocidas también como dependencias no
químicas o de comportamiento. El objeto de la dependencia es un comportamiento o
actividad lícita o al menos socialmente aceptada (trabajar, comprar, jugar, etc.), haciendo
un uso excesivo que puede llegar a interferir con otras actividades cotidianas y hasta
perturbar sus relaciones sociales y familiares.

Factores que indican la dependencia:


1) Imposibilidad de resistir al impulso de poner en práctica un comportamiento
compulsivo.
2) La sensación creciente de tensión que precede al inicio del comportamiento.
3) Placer o paz durante la puesta en acto del comportamiento.

Tipos de dependencia al internet


1) Relación con el consumo de pornografía por medio de la web.
2) Trastorno de las relaciones humanas al grado de ser casi completamente mediadas o
sustituidas por la web.
3) Los juegos de línea.
4) La adicción a la información.
5) La «net compultion» adicción a las compras en internet y, por otro, al abocarse
obsesivamente al trabajo propio de oficina.

2. Factores de riesgo presentes en la vida sacerdotal y religiosa

Factores sociales
 Accesibilidad: el acceso al internet es fácil, inmediato, no se necesitan muchos
aparatos, con el teléfono es suficiente. Se pueden ver películas, comunicarse de
inmediato hay acceso ilimitado a la información.
 Presión social: En distintos ámbitos de la vida social se está convirtiendo en
“necesario” y quien no está en el medio, queda “excluido”. Por ejemplo, los
seminaristas menores van a estudiar a una preparatoria externa y todos sus
compañeros usan internet y a veces pueden quedar excluidos de la comunicación
con el grupo.
 Se está convirtiendo en el modo de rellenar los tiempos de ocio o de vacío. Vamos
caminando por el pasillo y vamos respondiendo mensajes. Vamos al médico o
estamos en el aeropuerto y básicamente todas las personas están conectadas.

Comunitarios
 Falta de calidad en las relaciones humanas y de sana intimidad en la vida de
comunidad. La ausencia de relaciones interpersonales puede contribuir a que el
sacerdote o la religiosa experimente soledad emocional.
 Ambientes comunitarios tensos donde se generan conflictos.
 Comunidades individualistas en las que se vive en la misma casa, pero cada uno
por su lado.

Personales
 Impulsividad y búsqueda de sensaciones, el internet ofrece estímulos inmediatos.
 Inmadurez
 Aislamiento social
 Sensación de soledad
 Baja estima de sí
 Necesidades insatisfechas
 Ansiedad y estrés
 Incapacidad para afrontar la realidad (problemáticas)
 Vida espiritual empobrecida

3. Factores de protección presentes en la vida religiosa y sacerdotal:


En las etapas de formación y seminarios:
 Limitación en el acceso a internet o en el tiempo que se destina a él.
 A veces hay formación para enseñarles a relacionarse con el internet de manera
madura, sin embargo, muchas veces se queda en una simple restricción sin
internalización.
 Deporte y momentos de esparcimiento.
 Trabajo manual y responsabilidades comunitarias.
 Psicoterapia como apoyo en distintos puntos de vulnerabilidad psicológica.
 Acompañamiento de parte de los formadores.

Vida consagrada y sacerdotal:

 Acuerdos comunitarios sobre el uso adecuado del internet (evitar usarlo en


comidas, momentos de oración y de convivencia).

4. Ante la presencia de la dependencia al internet, ¿qué posible abordaje


podríamos ofrecer?
 Desde los inicios de la vida consagrada y sacerdotal ofrecer una formación gradual
sobre el uso del internet, que vaya de la restricción total a la responsabilidad total,
llevando a la persona a la internalización.
 Abrir espacios comunitarios donde se pueda hablar de este tema y nombrar la
existencia de la dependencia al internet, pues es una dependencia que se esconde
detrás de acciones buenas o aceptables: “es que necesito responder mensajes”,
“es que es mi instrumento de trabajo”, “estoy buscando material para mi oración”,
“es que estoy buscando videos para mi apostolado”, “es que necesito relajarme un
rato”, etc.
 Acompañar a las personas que manifiestan una posible adicción al internet.
Profundizar con la persona ¿qué es lo que está compensando con la adicción? Ir a
las raíces de lo que está originando la dependencia para trabajar el problema de
fondo.
 Vemos que no es tan simple tratar esta dependencia como podría ser con otras
adicciones, en cuanto a aislar totalmente el objeto de la adicción. Por ejemplo: un
alcohólico se separa del alcohol como parte del tratamiento. Ahora es muy
complicado que una persona con dependencia al internet se aleje totalmente del
internet porque toca muchos ámbitos de la vida: trabajo, vida social y familiar, y
podría traer consecuencias contraproducentes. En este caso podría ayudar más el
regular el uso más que quitarlo totalmente (reducir tiempo, tener horarios, evitar
ciertas actividades online, etc). Sustituir el internet con otras actividades.
 Promover el autoexamen a la luz del uso del internet. Ejemplo:
o ¿Uso las redes sociales como corresponde a un apóstol de Jesucristo? ¿El
tiempo invertido35 en ellas va en detrimento de mi vida comunitaria y de
mis relaciones interpersonales con las personas que me rodean?
o ¿Cada vez que uso la web tengo claro para qué entro, qué busco, en dónde
lo pienso encontrar y cuánto tiempo voy a invertir en ello?
o ¿Cómo afronto el eventual encuentro con material que no esperaba
toparme, por ejemplo, de cariz sexual?
o ¿Me siento mirado y acompañado con Cristo al momento de usar las redes
sociales o, en otras palabras, me actúo en la presencia de Dios antes,
durante y después de usar las redes sociales?
o ¿Me intereso por los problemas y necesidades de las personas con
quienes entro en relación en las redes sociales o he terminado
percibiéndolos como meros dadores de «me gusta» o alimentadores del
propio ego digital?
o ¿Hay repercusiones negativas en los resultados académicos o apostólicos
que digan relación con el uso que hago de las redes sociales?
o ¿Lo que comparto en las redes sociales se corresponde con mi condición
de persona consagrada o futuro sacerdote?
o En este sentido, ¿soy un aliciente para la fe y credibilidad de otros en la
Iglesia?
o ¿Tengo presente que, por mi condición de persona consagrada,
seminarista o sacerdote también el propio perfil digital tiene una
dimensión pública, aunque el grupo de relación con el que se interacciona
sea muy restringido?
o ¿Conozco y aplico las medidas de seguridad y privacidad que las mismas
redes sociales ofrecen?1

1
Jorge Enrique Mújica, L.C, Internet en los Seminarios y Centros de Formación. Ecclesia, XXIX, n. 3-4, 2015 –
p. 207-208

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