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LA PERLA DE LA PARASHÁ DE LA SEMANA

Rabbí Dr. Williams Pitter


www.luz.academia.edu/WilliamsPitter
www.youtube.com
wpitter@gmail.com
Rabino miembro del
Messianic Jewish International Council

LA PERLA DE LA PARASHÁ BESHALAJ (Ex 13:17-17:16)


¿POR QUÉ TE ENSAÑAS CONTRA MÍ SEÑOR?
Terapia divina para el rebelde corazón humano

Shabbat 27 de Enero del 2024


Shabbat 24 de Shvat del año 5784 de la creación
y casi 2000 años de la era mesiánica
Maracaibo, Zulia. Venezuela
SEFER SHEMOT
Parashá Beshalaj (Ex 13:17-17:16)
¿POR QUÉ TE ENSAÑAS CONTRA MÍ SEÑOR?
Terapia divina para el rebelde corazón humano
Rabbí Dr. Williams Pitter

Cuando la vida parece haber dado un giro en la dirección equivocada

En la Tanak se puede leer dos historias de dos personajes que comparten ciertos
episodios que son comunes entre ellos.

Uno es Abraham, quien ya se consideraba un hombre realizado, pues él y su esposa


vivían tranquilos y felices, disfrutando su vejez junto con Yitzjak, el hijo prometido y
quien había de heredar todas las promesas. Pero esa tranquilidad repentinamente
llegó a su fin, puesto que el Eterno somete a Abraham a una prueba inaudita: que
ofrezca a su hijo en holocausto. Y de allí en adelante empezó una angustia y batalla
en su mente por la insólita solicitud divina (Gn 22:1-10); sin embargo, Abraham pudo
sortear esa terrible prueba (Gn 22:11,12) gracias a su emuná, según comenta el libro
de Hebreos (11:17-19)1. El resto de la historia es conocida, el Eterno interviene a
última hora y detiene el sacrificio que Abraham estaba a punto de realizar, y le
confirma todas sus bendiciones (Gn 22:11-18).

El otro personaje es Job, de quien dice la Escritura que era un hombre temeroso del
Eterno (1:10). Pues bien, Job, al igual que Abraham, le había llegado el momento de
disfrutar la vida a plenitud, rico y con la bendición de estar rodeado de su esposa e
hijos. De repente, a él también la vida le cambia brutalmente, en un giro inesperado
y terrible de acontecimientos pierde en un solo día a todos sus hijos e hijas, siervos,
y su hacienda (1:13-19) y, por si fueran pocas las calamidades que arrojó el cielo
contra Job, también llegó a sufrir de una sarna maligna, de pie a cabeza (2:7,8). Y
para completar la tragedia, su esposa le atormentaba cada día porque ella estimaba
que la actitud paciente de Job era errónea (1:9,10). También conocemos que esta
historia tuvo un final feliz (41:10-17).

Al examinar con detenimiento estas historias observamos en ella un patrón de


eventos de la Providencia Divina: el Eterno otorga la bendición de la tranquilidad y
de la prosperidad, el Eterno quita esas bendiciones provocando grandes angustias y

1Si nos detenemos por un momento a leer las palabras del Eterno a Abraham, vamos a notar
que el Eterno evalúa que la actitud de Abraham ante la prueba y sus acciones hablan de él
como un hombre “temeroso de Dios” (Gn 22:12). Dicho de otro modo, Abraham tuvo éxito al
vencer la prueba gracias al temor del Eterno; pero, un momento, el libro de Hebreos enseña
que fue por emuná lo que le permitió a Abraham salir airoso de la prueba. ¿Cómo conciliar
ambas citas bíblicas? Con la regla 13 de Rabbí Yishmael: En el Salmo 115:11 está escrito: “Los
que temen al Eterno confíen en el Eterno, su ayuda y su escudo es Él”.
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temores, al final el Eterno restaura las bendiciones. Parece todo un contrasentido
darle una bendición al hombre, y más tarde se la quita trayéndole gran aflicción, y
luego interviene al final de la película apareciendo como un héroe que arregla todos
los problemas2.

¿Por qué el Eterno somete a los hombres a esas duras pruebas? ¿Cuál es la razón
divina para actuar de esa manera arrojando al hombre al pozo de la desesperación?
¿Por qué Él no nos permite vivir una vida más apacible y en ese modo de vida
enseñarnos las lecciones que debemos aprender? Cualquiera de nosotros, podría
con cierta amargura preguntar: ¿por qué te ensañas contra mí Señor?

El caso de Israel y el milagro del Yam Suf

En la parashá Beshalaj observamos el mismo patrón de actuaciones divinas, pero en


este caso se refiere a todo un colectivo, los benei Israel. Noten que los benei Israel
se disponen a salir de Egipto, dejando atrás a miles de muertos, y a un imperio
opresor humillado y destruido en todos los órdenes de la vida por el Eterno. Y ahora,
al fin libre, se dirigen alegres y victoriosos hacia la tierra prometida; como lo muestra
la parashá previa.

Bueno, eso creían ellos, el Eterno le cambia la ruta por la playa del mediterráneo,
que era más cerca para llegar a Canaán (Ex 13:17-21) y los lleva de frente a las aguas
del mar de los juncos, lo que el faraón aprovecha para lanzar su ataque final a fin de
rescatar a sus esclavos. Un quiebre brutal de emociones le prepara el Eterno a los
benei Israel, de la alegría de la liberación al miedo terrible que genera la expectativa
de una gran tragedia. No parece justo el trato que el Eterno le está dando a una
gente que apenas tiene siete días de haber salido de la esclavitud.

Ese plan y la acción del faraón contra Israel y su pronta derrota se la comunica el
Eterno solo a Moshé, y los benei Israel solo escuchan la instrucción de Moshé que
deben dirigirse hacia el Yam Suf, el mar de los juncos (Ex 14:1-4). Pero lo que provoca
el pánico a muchos de los benei Israel, no es la gran masa de agua, es la aparición
inesperada del faraón y de su ejército, lo que les conduce a la lógica conclusión que
están en un gran dilema: la gran angustia de percibir que serán masacrados o que
ocurrirá un suicidio colectivo de la gente que, en su desesperación se lanzarán al
mar; y por causa de estas razones, muy humanas por cierto, se quejan agriamente
contra Moshé y claman al Eterno por auxilio (Ex 14:5-13).

Moshé les da una poderosa exhortación a los protestaban, y estos se callan no por
obediencia, sino porque no saben qué hacer, estar perplejos, porque temen más al

2El mismo patrón de acciones providenciales divinas se observa en la vida Yosef, Yehudá,
Juan el bautista, etc.
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hombre que al Creador del hombre (Ex 14:14,15). Luego, al igual que en los casos de
Abraham y Job, el Eterno saca de la dificultad a los benei Israel; dificultad que Él
mismo los había metido, por medio de un espectacular prodigio, que ya todos
conocemos (Ex 14:16-30). Y, luego, que el pueblo de Israel salieron del mar y del
shock emocional en el que se encontraban, al ver al faraón y a su ejército ahogados
en el mar de los juncos, fue entonces cuando tuvieron temor del Eterno y le creyeron
también a Moshé (Ex 14:31). Así no vale, es decir, uno no necesita de milagros para
tener temor del Eterno, esa actitud fue un asunto transitorio, la historia posterior de
constantes rebeldías del pueblo así lo mostraría.

En fin, de igual manera como antes, en este caso se puede argumentar del mismo
modo, ¿era necesario que el Eterno sometiera a los benei Israel a un terror
espantoso al colocarlos entre la espada y la pared? Mejor dicho, entre morir por la
espada del faraón o morir ahogados en el mar de los Juncos? Una muerte era peor
que la otra. Considerando este panorama terrorífico, el pueblo de Israel también
pudo haber pensado: ¿por qué te ensañas contra mí Señor?

Terapia divina para el corazón humano

El Rabbí Michael Hattin3 plantea preguntas similares a las que he planteado:

¿Por qué Hashem lleva a Bnei Yisrael a la orilla del Yam Suf (el Mar de los Juncos)? ¿No
había sido su gloria ya suficientemente impresionado a los egipcios por las plagas?
¿Por qué era necesario orquestar una situación en la que el pueblo de Israel
experimentó absoluto terror, terror abyecto, total desesperanza y entonces presentar
la salvación de forma inesperada y completa? ¿Por qué Hashem emplea esta
estratagema?

Más adelante el Rabbí Hattin comenta:

Comencemos por imaginar el drama y el contraste casi insoportable del momento:


como amaneció la noche después de la plaga de los primogénitos, los esclavos recién
liberados, enjuague con sentimientos de la liberación y la victoria, siguiendo con
orgullo a su líder Moisés al desierto. Los egipcios, muy deseosos de deshacerse de
ellos, les ayudaron a huir con objetos de oro y plata. Los hebreos se animaron más al
verse guiados por la manifestación sobrenatural de las Columnas de Nube y Fuego.
Inesperadamente y sin explicación alguna, ya rumbo a la tierra prometida por el borde
del mar mediterráneo, se les ordenó volver sobre sus pasos y acampar a lo largo de
las orillas del Yam Suf. Varios días sin incidentes pasaron hasta que de repente el
trueno de los cascos de los caballos se escuchó a lo lejos. Sin previo aviso, los carros
de guerra del Faraón aparecieron en el horizonte, pero ya era demasiado tarde para
huir, porque el pueblo estaba enfrente de las aguas del mar, bloqueando la opción de

3 http://vbm-torah.org/archive/intparsha74/16-74beshalach.htm

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escapar. Como Faraón se hubo acercado, el campamento fue arrojado en un pánico,
y los recuerdos aún frescos de esclavitud egipcia cruel volvieron repentinamente a sus
mentes. La perspectiva de la liberación, que sólo una o dos noches atrás llenaba cada
mente hebrea con sueños de un futuro mejor, ahora se convirtió en una pesadilla
amenazante.

Después de un largo y brillante análisis, el Rabbí Hattin, tomando luces del Midrash
Shemot Rabbá 21:10, explica la razón por la cual el Eterno ha sometido a Israel al
terror y, luego, a la liberación milagrosa; en la cual, el verdadero milagro no fue que
las aguas se partieran en dos para que pasara Israel:

El Midrash, sin embargo, sugiere otra dimensión más significativa para el evento. En
esencia, el Midrash nos quiere decir que la verdadera maravilla de Yam Suf no era la
separación de las aguas en absoluto, sino más bien la disposición de Israel Bnei de
seguir la palabra de Di_s. La confianza que las personas se presentaron al entrar en
las aguas, la fe en la Palabra de Di_s, el acto de espíritu de ardor y la ambición que
marcó la ruptura dolorosa con un pasado dominado por una mentalidad de esclavo
arraigada en lo más profundo de la conciencia. Estos fueron los verdaderos milagros
en el Mar de los Juncos. Frente a esta demostración de fe en la Palabra del Eterno, las
aguas no tenían más remedio que partirse frente a ellos. Pero la ruptura del mar era
una metáfora de un hecho psicológico-espiritual mucho más importante, la ruptura
con la mentalidad de esclavitud. Esto prepararía el terreno para que definitivamente
los hijos de Ysrael llegaran a ser servidores del Eterno. Abordado desde este ángulo,
el perfil de la narrativa es ahora clara. De hecho, los acontecimientos del éxodo han
sido cuidadosamente arreglados por Di_s para traer a los hijos de Israel hasta las
costas del Yam Suf cuando el faraón y su ejército les persiguen, a fin de darles una
experiencia de redención. Por ello, los hijos de Israel no tienen más remedio que
entrar en las aguas bajo Su mando, para llevar a cabo de ese modo un acto de iniciativa
que va a destruir para siempre la posibilidad de un regreso a Egipto, a la esclavitud ya
la manera de pensar de un esclavo.

El verdadero milagro del Yam Suf no fue aquel en el cual las aguas se dividieron para
que Israel pasara de la esclavitud a la libertad social y política definitiva; sino que
dispusieran su voluntad para servir al Eterno. Ese era el milagro que el Eterno quería
operar, y que muchos experimentaron: encauzar la voluntad del rebelde corazón
humano para alinearlo con la voluntad divina. Finalmente, el Rabbí Hattin, termina
con un pensamiento que nos hace recordar lo que nos enseñó Pablo en el primer
siglo, casi dos mil años: “Porque no quiero hermanos, que nuestros padres todos
estuvieron bajo la nube, todos pasaron el mar, y todos en Moisés fueron bautizados
en la nube y en el mar…” (1 Co 10:1,2):

De esta manera Israel es bautizado, hicieron tevilá para dejar atrás una experiencia de esclavo
para renacer y surgir entre las aguas como servidores de Hashem. Con este bautismo en las aguas
declaraban públicamente que abandonaban su vida como servidores de la idolatría y del faraón
y ahora serían servidores del Eterno. Con la tevilá en las aguas del Yam Suf sepultaban y dejaban
atrás sus vidas de esclavos y al surgir de las aguas, se levantaban a una nueva vida bajo guía
amorosa del Eterno.
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Si el Creador le ha aplicado a Israel esa terapia de shock, dura y espantosa, es porque
era necesaria para que Israel superara el trauma de la esclavitud. Y, un propósito
parecido perseguía el Eterno con Abraham, Job, y también conmigo y contigo,
cuando estamos en diversas pruebas; en particular si aprendemos las lecciones.

El Creador no se ensaña con nadie, más bien nos enseña que el sufrimiento humano,
es dirigido como una obra maestra de cirugía divina para curar el corazón rebelde
del hombre, y para la rectificación del mundo. Así, y solo así somos habilitados para
llegar a ser súbditos de Su reino, por lo cual debemos agradecer. Este el sentido del
sufrimiento, un terapia divina que, para los que tienen temor del Eterno, como
Abraham y Job se constituye en un portal y palanca para el crecimiento personal y
espiritual. Bueno, ya sabes qué hacer en la aflicción: tener paciencia, y sobre todo:
¡agradece!, para que te vaya bien.

No tengo más nada que añadir, solo rogar al Eterno que, en Su gracia, nos bautice
con Su Ruaj y con el fuego de las pruebas (1 P 4:12), mientras esperamos que Él envíe
al Mesías, lo que esperamos sea pronto y en nuestros días, y digan: ¡Amén!

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