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Instituto Técnico de Estudios Aplicados 


MASTER EN PUBLICIDAD Y MARKETING
Módulo 1. Claves de la Psicología Clínica y de la Salud.

Programa para la obtención del Título de:

MÁSTER EN PSICOLOGÍA CLÍNICA Y DE LA SALUD


[ OBJETIVOS]
La introducción en los fundamentos teóricos básicos que sustentan a la
psicología clínica y de la salud.

Introducirnos en los distintos análisis necesarios para abordar las funciones


de la psicología de la salud.

El desarrollo y análisis de los diversos ámbitos de actuación que delimitan


un campo de praxis clínica.

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CONTENIDOS

1. Medicina conductual y psicología de la salud.

1.1. Definición de Psicología Clínica.


1.2. Definición de Psicología de la Salud.
1.3. Higiene Mental.

2. Evolución histórica de la medicina conductual/psicología de la salud.

2.1. Culturas antiguas.


2.2. La primitiva escuela psicosomática en medicina.
2.3. Psicofisiología experimental.
2.4. Medicina preventiva.
2.5. Enfoques de contención del coste en la política de la salud mental.

3. Las funciones de la psicología de la salud.

3.1. Evaluación.
3.2. Diagnóstico.
3.3. Tratamiento e intervención.
3.4. Consejo, Asesoría y Consulta.
3.5. Prevención y Promoción de la Salud.
3.6. Investigación.
3.7. Enseñanza y supervisión.
3.8. Dirección, Administración y Gestión.

4. Ámbitos de aplicación de psicología de la salud.

4.1. ¿Qué es la educación para la salud?


4.2. Una prevención alternativa del tabaquismo.
4.3. Intervención psicológica en los trastornos hipocondríacos.
4.4. Intervención psicológica en el dolor crónico.
4.5. Intervención psicológica en asma bronquial infantil.
4.6. Intervención psicológica en enfermedades cardiovasculares.
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4.7. Intervención psicológica en las disfunciones sexuales.
4.8. Intervención psicológica en SIDA y VIH: prevención y tratamiento.
4.9. Intervención psicológica en el enfermo oncológico.
4.10. Intervención psicológica en unidad del dolor.

5. Prevención del consumo de drogas: caso práctico.

5.1. ¿Cuál puede ser el origen del consumo de drogas?


5.2. Las estrategias para realizar la prevención: ¿Qué debemos tener en
cuenta?

6. Recursos Bibliográficos.

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1 MEDICINA CONDUCTUAL Y PSICOLOGÍA DE LA
SALUD.
UNIDAD

El psicólogo clínico puede ser considerado como el especialista en el área de


la Medicina Conductual y de la Psicología de la Salud, siendo el experto en
el campo de la conducta humana, conducta que en gran medida contribuye
a la llamada “enfermedad moderna” de nuestra era, como fumar cigarrillos,
comer en exceso...

La Medicina Conductual ha tenido un rápido desarrollo en poco tiempo,


siendo por ello la naturaleza multidisciplinar del campo y las contribuciones
de la ciencia básica y aplicada, hay una confusión comprensible referida a lo
que debe abarcar esta disciplina. Una forma de conceptuar el desarrollo de
la Medicina Conductual es considerar que “representa un canal de
comunicación entre un conjunto de disciplinas no conectadas previamente”.
Entre estas disciplinas se incluyen las ciencias conductuales y sociales, las
ciencias biomédicas y las especialidades médicas.

Desde el punto de vista de la Medicina, un aspecto importante de este


desarrollo es el resurgimiento del interés en cómo los factores ambientales
y psicológicos interactúan con los procesos fisiológicos y bioquímicos para
determinar el resultado de la historia natural y del tratamiento de la
enfermedad.

MEDICINA CONDUCTUAL
 
 
Psicología Medicina
 
Ciencia de la conducta Ciencia del sustrato
humana biológico / anatómico
 
Aplicada a la salud y
a los problemas relacionados Medicina Preventiva
con la salud
 
PSICOLOGÍA DE LA SALUD

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Figura 1. Esta figura nos muestra cómo el campo de la Medicina conductual
puede ser conceptualizado como el campo o puente común entre la
psicología y la medicina, basándose la psicología en el estudio científico de
la conducta humana y la medicina en el estudio o análisis del sustrato
biológico/anatómico.

La definición clásica propuesta por Pomerleau y Brady (1979) la Medicina


Conductual puede ser definida como:

1. El uso clínico de técnicas derivadas del análisis experimental de la


conducta, para la evaluación, prevención, entrenamiento o
tratamiento de la enfermedad física o disfunción fisiológica.

2. El comportamiento de investigación que contribuye al análisis


funcional y a la comprensión de la conducta asociada con los
trastornos médicos y con los problemas en el cuidado de la salud.

De la conferencia celebrada en Yale (Estados Unidos) sobre Medicina


Conductual (Schwarz y Weiss. 1978) derivó el primer intento de perfilar
formalmente esta área rápidamente desarrollada. De aquí surge la
definición que subraya el carácter multidisciplinar de la Medicina
Conductual:

“La Medicina Conductual es el campo interdisciplinario relacionado con el


desarrollo y la integración de la ciencia conductual y biomédica, así como
con el conocimiento y las técnicas relevantes para la comprensión de la
salud física y de la enfermedad y la aplicación de este conocimiento y de
estas técnicas a la prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación”.

Esto es interesante debido a que la Psicología de la Salud y la Medicina


Conductual, son consideradas a menudo como sinónimos, lo que
actualmente no parece ser correcto. Asimismo, ha habido alguna
preocupación en la distinción de los campos (Feuerstein, Labbe y
Kuczmierczyk, 1986), según la cual la Psicología de la Salud representa la
contribución específica de la disciplina de la psicología a esta base de
conocimiento y técnicas llamada Medicina Conductual. Quizás la distinción

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más importante entre la Medicina Conductual y la Psicología de la Salud sea
la aproximación interdisciplinaria frente a la aproximación específica de la
disciplina en lo referente a la salud y la enfermedad.

Ciencias conductuales. Ciencias Biomédicas


- Sociología. - Fisiología.
- Antropología. MEDICINA CONDUCTUAL - Bioquímica.
- Epidemiología. - Inmunología.
- Bioestadística.

Medicina
Psicología de la Salud - Psiquiatría.
- Fisiología. - Cardiología.
- Clínica. - Neurología.
- Del desarrollo. - Medicina de
- Social. familia
- Experimental. - Medicina física.
*percepción/ - Medicina
sensación profesional
* aprendizaje.
Servicios Profesionales
* cognitiva.
- Enfermería.
- Odontología.
- Terapia física.
- Dietética.

Figura 2. Esta figura ilustra algunos campos dedicados al cuidado de la


salud y a la ciencia básica que contribuyen a la Medicina Conductual, siendo
la Psicología de la Salud la que realiza una contribución importante desde la
Psicología.

Esta idea constituye la esencia de la definición de Psicología de la Salud que


postuló Matarazzo (1982).

Por tanto la Psicología de la Salud se encarga de cuestiones básicas como:

1. ¿Cuáles son las bases fisiológicas de la emoción? Y ¿cómo están


relacionadas con la salud y la enfermedad?

2. ¿Pueden ser identificados los factores de riesgo conductuales de la


enfermedad? Y ¿Cuáles son sus mecanismos de acción?

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3. ¿Qué es el estrés?

4. ¿Qué factores contribuyen al desarrollo de las conductas de salud


y de enfermedad?

5. ¿Qué papel pueden jugar los psicólogos en el sistema de cuidado


de la salud?

La Psicología de la Salud debe poder ser capaz de integrar datos de varios


niveles de la psicología cuando se dirige a estas cuestiones básicas.

Sensación/ percepción Emoción + motivación


Aprendizaje

Industrial/ organizacional
Del desarrollo PSICOLOGÍA DE LA
SALUD

Diferencias individuales
Social

Experimental
Psicología clínica Personalidad
Neuropsicología

Figura 3. Esta figura describe las diversas fuentes de input, desde la


psicología, dentro del campo de la Psicología de la Salud.

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1.1. Definición de Psicología Clínica.
Quizás lo único que tengan en común la mayor parte de los profesionales
que hoy en día se dicen ser psicólogos clínicos, aún con sus diferentes
enfoques e interpretaciones, sea el objeto de estudio real: los aspectos
psicológicos (cada uno según su óptica) del ser humano en situaciones de
enfermedad (entendida y llamada esta según el enfoque de cada cual).
Dicho de otra forma, ante el ser humano que de alguna manera sufre, que
de alguna forma no disfruta de la calidad de vida que le corresponde.

Debido al avance de la Psicología Clínica, donde se disponen ya de recursos


terapéuticos “suficientes” para enfrentarse con cierta eficacia a la mayoría
de las enfermedades, empiezan a preocuparse por su prevención y por la
mas óptima recuperación de sus secuelas, esto es, empiezan a preocuparse
por saber cómo se enferma física o mentalmente, como se puede evitar y
como se puede lograr que los efectos de la enfermedad sean
posteriormente los menores posibles.

Ahora con esta perspectiva se trata de luchar por aumentar la salud,


bienestar, calidad de vida, por intentar que no se pierdan, y por tratar de
recuperarlas lo antes posible, surge así lo se denominó Psicología de la
Salud.

Así pues, la Psicología de la Salud se ocupa de la salud, dando énfasis a la


prevención, y la Psicología Clínica se centraría fundamentalmente en la
enfermedad, en su tratamiento (esto no quiere decir que el psicólogo clínico
no se interese por la prevención).

Además la OMS subraya la naturaleza biopsicosocial de la salud y pone de


manifiesto que la salud es más que la ausencia de enfermedad. El bienestar
y la prevención son parte de nuestro sistema de valores y continuamente se
nos invita a evitar aquellos hábitos que afecten negativamente sobre la
salud. Los pensamientos, sentimientos y estilo general de manejo son
considerados como requisitos para lograr y mantener la salud física. Es lo
que podíamos denominar integración mente y cuerpo.

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Con todo esto podemos definir la Psicología de la Salud de la siguiente
manera.

1.2. Definición de Psicología de la Salud.


Hay un autor que dedicó gran parte de su trabajo al estudio de la identidad
de la Psicología de la Salud, Joseph Matarazzo, y la definió como “el
conjunto de aportaciones, tanto de tipo educativo como científico y
profesional, que proporcionan las diversas áreas psicológicas para la
promoción y el mantenimiento de la salud, la prevención y el tratamiento de
la enfermedad, la identificación de los correlatos etiológicos y diagnósticos
de la salud, la enfermedad y disfunciones relacionadas, y la mejora de los
sistemas de asistencia para la salud, así como para la configuración de
políticas sanitarias”.

Objetivos:

La OMS recomienda la necesidad de invertir en salud, considerando la


psicología como una parte fundamental en la misma, esta importancia
queda plasmada en doce objetivos:

 Comprender y evaluar la interacción existente entre el estado de


bienestar físico y los diferentes factores biológicos, psicológicos y
sociales.

 Entender como las teorías, los principios y los métodos de


investigación psicológica pueden aplicarse para potenciar los
enfoques biomédicos en la promoción de la salud y el tratamiento de
la enfermedad.

 Comprender la naturaleza de la respuesta de estrés y su importancia


en la etiología y el proceso de adquisición de un gran número de
problemas de salud.

 Entender cómo los métodos y las técnicas conductuales y cognitivas


pueden ayudar a las personas a afrontar y controlar el estrés.

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 Desarrollar las actividades necesarias para diseñar y aplicar
programas cuyo objetivo sea el de crear o incrementar hábitos y
estilos de vida personales de salud.

 Comprender las dificultades que experimentan los pacientes al decidir


buscar tratamiento para sus molestias y sus problemas.

 Ser consciente del estado y de las condiciones experimentadas por


los pacientes en el ámbito hospitalario, así como de los factores que
afectan la adherencia a los tratamientos médicos y las fuentes de
problemas en lo que a las relaciones médico-paciente se refiere.

 Entender las diferencias existentes entre los métodos psicológicos y


médicos para reducir el dolor y como se combinan éstos para mejorar
la eficacia del tratamiento.

 Ser conscientes del impacto que las enfermedades incapacitantes y


terminales producen en los propios pacientes y sus familias.

 Descubrir y entender cómo las técnicas y los principios psicológicos


puede aplicarse para ayudar a los pacientes a afrontar y tratar de
controlar las enfermedades crónicas.

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1.3. Higiene Mental.
En cuanto a la prevención de las enfermedades mentales nos encontramos
con una disciplina llamada Higiene mental, la Organización Mundial de la
Salud la define como el conjunto de actividades y técnicas que promueven y
mantienen la salud mental, y tiene como objetivos:

 “Hacer algo por el enfermo mental”, en el sentido de modificar la


asistencia psiquiátrica, llevándola a condiciones más humanas y con
ello a la posibilidad de una mayor proporción de curaciones.

 El diagnostico precoz de las enfermedades mentales, lo que posibilita


no solo una tasa más elevada de curaciones, sino también
disminución de sufrimientos y del tiempo necesario de internación.

 Un tercer objetivo es la prevención de las enfermedades mentales,


actuando antes de que estas hagan su aparición, y, en consecuencia,
evitándolas.

 La promoción de un mayor equilibrio, de un mejor nivel de salud en


la población, de esta manera ya no solo interesa la ausencia de
enfermedad, sino al desarrollo pleno de los individuos y de la
comunidad total.

 La higiene mental se traslada así de la enfermedad a la salud, y, con


ello, a la atención de la vida cotidiana de los seres humanos.

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2 EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA MEDICINA
CONDUCTUAL/PSICOLOGÍA DE LA SALUD.
UNIDAD

El campo de la Medicina Conductual, incluyendo la Psicología de la Salud, se


ha desarrollado rápidamente. Podremos ver el origen o las posibles causas
de este rápido crecimiento viendo la evolución histórica del desarrollo:

2.1. Culturas antiguas.


La creencia de que los factores conductuales contribuyen a la prevención de
la enfermedad y a la promoción de la salud ha sido recogida desde hace
milenios en los escritos de importantes religiones y civilizaciones, como
China, Grecia y Roma (Matarazzo, 1984).

En principio, los “buenos hábitos” y la “evitación de los excesos” de la


medicina griega fueron considerados esenciales para una buena salud. No
obstante, en cierto momento fueron capaces de darse cuenta de que los
individuos podían tener algún control sobre su salud, en lugar de enfatizar
el pensamiento mágico o culpar a los dioses se la enfermedad. El médico
era visto como un guía que ayudaba al paciente a restaurar su equilibrio
natural físico y emocional. Para los antiguos griegos, la salud era una
mezcla armoniosa de los humores (sangre, flema, cólera, melancolía) y la
enfermedad era considerada como una mezcla en desarmonía.

Así, a pesar de una larga historia de reconocimiento de que los factores


conductuales pueden afectar a la salud, hasta tiempos más recientes estos
factores han recibido poca atención por parte de la medicina.

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2.2. La primitiva escuela psicosomática en medicina.
Desde 1930 hasta 1950 se ha realizado una gran cantidad de trabajo sobre
el papel de la ansiedad y del estrés en el desarrollo y exacerbación de una
amplia variedad de enfermedades físicas; de todo este conjunto, destaca
principalmente el trabajo de Franz Alexander dentro de la primitiva escuela
psicosomática de la medicina, que representa esta era. Alexander propuso
la mediación simbólica de los procesos fisiológicos, considerando que los
conflictos psicológicos inconscientes pueden desencadenar el mal
funcionamiento somático, es decir la enfermedad psicosomática.

Las ideas de Alexander iniciaron una gran cantidad de investigación clínica,


al considerar la posible asociación entre mente y cuerpo. Sin embargo, las
estrategias de investigación se basan fundamentalmente en un estudio de
caso, implicando cuidadosos análisis de pacientes individuales, cuyos
resultados son difíciles de generalizar. Además el marco teórico que
subyace a la mayoría de estos estudios ha sido orientado
psicoanalíticamente, sin poner mucho énfasis en la evaluación empírica de
sus conceptos subyacentes.

La Medicina Psicosomática nunca cumplió sus promesas, las promesas y


altas esperanzas de los primeros años parecía decaer. Graham (1979) anotó
que:”la Medicina Psicosomática no ha tenido de ningún modo la influencia
que se había predicho hace 30 años”. Agras (1982) explica este hecho
debido a la falta de procedimientos efectivos de intervención psicológica.

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2.3. Psicofisiología experimental.
Otra orientación temprana, que tuvo su impacto en el desarrollo posterior
de la Medicina Conductual y la Psicología de la Salud, ha sido el campo de la
Psicofisiología Experimental.

Ésta puede definirse como el estudio de las bases fisiológicas de los


procesos psicológicos. Es una disciplina que intenta explicar una variedad de
procesos conductuales a partir de la interacción de sus componentes
psicológicos y biológicos.

La mejora de la instrumentación, las nuevas tecnologías, y los resultados


empíricos relacionados con las bases psicofisiológicas de la emoción, la
motivación y la conciencia han contribuido al desarrollo de la Medicina
Conductual /Psicología de la Salud.

Los modelos animales se han usado frecuentemente en la investigación


psicofisiológica, siendo utilizados en el estudio de los mecanismos
psicobiológicos de la enfermedad cardiovascular, artritis, trastornos
gastrointestinales y dolor.

El uso de modelos animales para investigar el papel de los factores


psicosociales y d aprendizaje en los trastornos del sistema inmune
representa una aplicación más reciente de la ciencia conductual al estudio
de la salud y la enfermedad (Anisman y Sklar, 1984).

El incremento del interés en el estudio de tales relaciones psicofisiológicas,


especialmente en humanos, ha estimulado los avances en la tecnología
usada en Psicofisiología. Esto permite a un investigador medir reacciones
específicas del cuerpo, usando electrodos colocados normalmente sobre la
superficie de la piel (tensión muscular, temperatura de la piel, actividad del
cerebro...) y en el caso del biofeedback pueden ser interpretados al
paciente.

La investigación psicofisiológica realizada con respecto a la autorregulación


de respuestas del sistema nervioso autónomo, como la tasa cardiaca o la
presión sanguínea, por el propio sujeto, ha llevado a un cambio en el
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concepto tradicional de la naturaleza “involuntaria” del sistema nervioso
autónomo, y ha dirigido la investigación futura hacia la influencia de los
factores psicológicos sobre este sistema, tanto teórica como práctica. El
biofeedback clínico ha jugado un papel significativo en el impulso del
desarrollo de la Medicina Conductual y la Psicología de la Salud.

En suma, la Psicofisiología ha proporcionado una teoría y una tecnología


aplicada que permite la exploración futura de las relaciones entre emoción,
cognición y fisiología, núcleo del asunto en lo que se refiere al campo de la
Medicina Conductual y de la Psicología de la Salud.

2.4. Medicina preventiva.


Otro hecho histórico que ha tenido una influencia importante sobre el
desarrollo futuro de la Medicina Conductual y la Psicología de la Salud ha
sido el interés de la sociedad en el campo de la Medicina Preventiva.

El establecimiento en los Estados Unidos del American Board of Preventive


Medicine en 1984 y del American College of Preventive Medicine (una
sociedad de médicos encargados de la Medicina Preventiva) en 1954
proporcionó un aumento de la atención prestada a la prevención del cuidado
de la salud; no obstante, los factores conductuales y los estilos de vida no
eran el foco de interés en ese momento.

En la década de los setenta el campo se expandió rápidamente, el énfasis


se sitúa aquí tanto sobre la prevención de la enfermedad y la promoción de
la salud, como sobre la inclusión de los estilos de vida y conductas
individuales como factores necesarios que prefiguran el tiempo venidero.

La atención internacional prestada a los factores conductuales en la


medicina cristalizó con la publicación, en el año 1979, del informe “Gente
saludable” por parte de la Dirección General de Salud Estadounidense. De
este modo, tanto el colectivo médico como el público llegan a darse cuenta
de que actualmente, tenemos una tecnología efectiva para curar muchas
enfermedades agudas e infecciosas, y que podemos controlar
adecuadamente enfermedades como viruela, tifus, gripe, polio y

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tuberculosis, entre otras. Sin embargo, mientras que los países en vías de
desarrollo están todavía en el proceso de establecimiento de tales controles,
las prioridades de salud para los países desarrollados se han desplazado
hacia las enfermedades crónicas tales como las enfermedades
cardiovasculares o el cáncer, que tienen que ser dirigidas o entrenadas más
que curadas.

Como resultado de esta tecnología que forma las bases del progreso de la
medicina durante los tres últimos siglos, se ha observado que la expectativa
de vida de los ciudadanos estadounidenses ha aumentado más del 50%
entre 1900 y 1980.

La principal causa de muerte en 1900 ha cambiado significativamente desde


neumonía, gripe, tuberculosis e infecciones gastrointestinales hacia la
enfermedad cardiovascular, cáncer, accidentes y enfermedades crónicas del
pulmón en 2018.

Estos datos muestran que, desde 1900, los trastornos como la enfermedad
del corazón y del pulmón y el cáncer, que previamente habían presentado
unos índices de prevalencia e incidencia más bajos, han llegado a ser las
primeras causas de muerte en Estados Unidos. De este modo, los patrones
de enfermedad han cambiado de aquellas enfermedades en las que la
etiología era microbial e infecciosa a otras en las que la conducta y el estilo
de vida juegan un papel prominente.

Estos factores fueron cada vez más considerados durante la década de los
años setenta, es decir, se llega a considerar que las conductas juegan un
papel importante tanto en la etiología como en el mantenimiento de muchas
de estas enfermedades, siendo el ejemplo primordial fumar cigarrillos.

En 2017, la National Academy of Science´s Institute of Medicine publicó:


“Salud y conducta: fronteras de la investigación en las ciencias
bioconductuales“, en el cual el estilo de vida se le atribuyó el 50% de
mortalidad entre las primeras 10 causas de muerte en los Estados Unidos.

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Este reconocimiento fue ampliado por un enorme programa de intervención
establecido por el “National Heart, Lung, and Blood Institute” en los Estados
Unidos, según el cual para cada uno de los tres factores de riesgo
examinados (tabaco, hipertensión y nivel de lípidos) los cambios en la
conducta eran parte de la intervención.

Numerosos informes sobre la salud y la conducta se han publicado


recientemente, y todo esto ha dado como resultado la asunción de que la
comprensión de la patogénesis, el tratamiento y la prevención de la
enfermedad crónica no podía y no debía ser realizada únicamente por la
biomedicina, hecho que en Europa ha sido manifestado por la Regional
Office in Europe of the World Health Organization.

El reconocimiento por la OMS de los factores conductuales, tales como


estilo de vida, motivación, conformidad e interrelaciones psicofisiológicas ha
tomado una nueva significación en nuestros esfuerzos hacia la prevención y
el control de la enfermedad.

2.5. Enfoques de contención del coste en la política de la


salud mental.
Los costes de la salud, rápidamente intensificados dentro del sistema de
distribución tradicional de salud, ayudaron de otra manera a atraer la
atención del público, de los políticos y de la comunidad científica hacia estos
factores conductuales que están en la etiología y mantenimiento de una
gran cantidad de enfermedades crónicas que afectan al mundo moderno.

Así, parece claro, que tienen que tomarse medidas de contención del coste
para prevenir los costes de salud que arruinan el sistema.

La Medicina Conductual/Psicología de la Salud podía contribuir


asombrosamente bajando los costes de la biomedicina actual, con su muy
cara tecnología, focalizándose sobre el cambio de conducta y previniendo
que la gente llegue a estar (más) enferma o llegue a estar totalmente
dependiente de la tecnología biomédica.

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Todo esto encaja perfectamente en nuestra cultura occidental, orientada
individualmente, a partir de la necesidad de autocontrol, nosotros estamos
entrando en la llamada “era del consumidor”, en la que los individuos
desean tener una gran implicación en los eventos que afectan a sus vidas y
por eso están intentando ejercer mayor control sobre su destino. Como se
dijo, todo esto coincide perfectamente con el desarrollo futuro de una
tecnología conductual caracterizada por los procedimientos de modificación
de conducta y biofeedback, en los cuales las estrategias de
autoentrenamiento, autocontrol y autologro están claramente en
consonancia con el deseo del individuo y la capacidad para ejercer mayor
control sobre su bienestar físico.

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3 LAS FUNCIONES DE LA PSICOLOGÍA DE LA
SALUD.
UNIDAD

Las funciones del Psicólogo Clínico y de la Salud son variadas, destacando


entre otras: evaluar, diagnosticar, explicar, tratar, modificar, prevenir e
investigar:

3.1. Evaluación.
Las estrategias evaluativas en Psicología de la salud, en su fondo no difieren
de las utilizadas en la Psicología clínica y la Psicología en general.

La evaluación es una función cotidiana de la Psicología de la salud, que


puede optar o bien por alternativas psicométricas (evaluación de atributos,
rasgos o factores del individuo en busca de identificar constructos
hipotéticos o estados internos), psicodinámicas (observaciones clínico-
inductivas, básicamente proyectivas en consonancia con la exploración de la
vida intrapsíquica y su dinámica), conductuales (análisis de matrices
conductuales y funcionales y sus condicionantes ambientales, así como la
historia de aprendizaje y las modalidades de modificación de conducta) o
médico psiquiátricas (identificación de patologías mentales y sus
determinantes biológicos ampliamente reflejados en las metodología
diagnóstica del DSM V).

Esta información puede ser empleada para el diagnóstico de problemas


psicológicos, la elección de técnicas de intervención y tratamiento, la
orientación vocacional, la selección de candidatos a un puesto de trabajo, la
emisión de un informe pericial, la elaboración de un perfil psicológico, la
obtención de datos complementarios a una evaluación previa, la selección
de participantes potenciales en un proyecto de investigación psicológica y
otros numerosos propósitos.

El proceso general de evaluación se puede dividir en cuatro áreas:

 Evaluación en la planificación.

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Pretende dar respuesta acerca del rigor con que se ha actuado en el
proceso de evaluación, desde que se decide abordar el problema hasta el fin
del diseño del programa y el comienzo de su implantación, realizando tareas
como la evaluación de las necesidades de la población, el análisis de los
objetivos y el análisis de los medios–fines donde se establece un juicio
acerca de la eficacia del programa.

 Evaluación formal.

Implica el análisis de la documentación en la que se apoya el programa


desde un punto de vista técnico. Así el evaluador deberá comprobar si el
programa es lo suficientemente consistente desde el punto de vista teórico.
Este soporte dará sentido al trabajo de evaluación.

 Evaluación de la implantación.

Tiene como objetivo la constatación de que el programa está siendo recibido


por aquellas personas a las que va destinado.

 Evaluación de los resultados.

Podríamos considerarlo como la evaluación en de un programa. El juicio del


mismo se apoya en la contrastación de que los resultados que se obtienen
tras su implantación indican mejoría en el problema abordado, reduciendo
así las necesidades de los usuarios en este aspecto.

Hay que establecer una diferenciación entre los grupos de personas


implicadas en el proceso de implantación y evaluación de programas.

1. Responsables: son los encargados de tomar decisiones acerca de los


problemas a abordar, y sobre todo del diseño de políticas y planes
generales de actuación.

2. Gestores de primer nivel: ejercen labores directivas gestionando la


implantación de los programas y las acciones que conllevan.

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3. Gestores de segundo nivel: ejecutan las directrices de los primeros,
implantando los programas y realizando las intervenciones y acciones
especificas en ellos contemplados.

4. Usuarios: son los receptores del programa, y representan el eje en


torno al cual gira todo el proceso de evaluación.

5. Allegados: son todas aquellas personas que tienen algún tipo de


vinculación afectiva con el usuario

6. Población objetivo: constituida por todas aquellas personas que


cumpliendo los requisitos para recibir el programa, no están siendo
usuarios del mismo. Constituyen un elemento informativo y comparativo
sobre aquellos que sí lo están recibiendo.

7. Población general: abarca el resto de las personas no incluidas en los


grupos anteriores, pero con puntos de vista significativas sobre los
problemas.

Debido a que existen dificultades que hacen que una tarea aplicada como la
evaluación cumpla los requisitos necesarios para evitar obtener resultados
sesgados, es recomendable utilizar diversas técnicas de recogida de
información como la entrevista, la encuesta, la consulta de datos de
archivo, autoinformes, las técnicas observacionales o las técnicas
cualitativas, con el propósito de poder validar la información.

Para estimar si un programa ha sido o no efectivo, debemos haber


procedido con cautela en la planificación y diseño del programa, además de
haber definido claramente sus objetivos. Por otro lado es fundamental
poder establecer comparaciones entre los momentos previos y posteriores a
la implantación del programa, es decir, hallando diferencias en los usuarios
antes y después del programa.

Además, la posibilidad de comparación entre personas que hayan recibido el


programa y personas que no lo hayan recibido (comparación entre usuarios
y población objetivo) también constituye una variable importante que
influye en la efectividad de un programa de evaluación.
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3.2. Diagnóstico.
Consiste en la identificación y rotulación del problema comportamental
cognitivo, emocional o social de la persona, grupo o comunidad de que se
trate.

Podríamos entender el diagnóstico como el resultado o producto del proceso


de evaluación psicológica.

En el ejercicio de la función de diagnóstico, el psicólogo clínico y de la salud


habrá de tomar decisiones, entre las que podríamos destacar:

 Decisión sobre si se trata de un problema que cae dentro de su


competencia o no.

 Decisión sobre el grado de severidad o gravedad de las primeras


informaciones que se ofrecen del problema.

 Diagnóstico, si procede.

 Especificación del problema en términos operativos.

 Indicación del tratamiento.

3.3. Tratamiento e intervención.


El tratamiento supone intervenciones clínicas sobre las personas con el
objeto de entender, aliviar y resolver trastornos psicológicos emocionales,
problemas de conducta, preocupaciones personales y otros. Se entiende
que todo tratamiento o intervención supone algún tipo de relación
interpersonal y situación social.

Estas formas de ayuda pueden denominarse psicoterapia, terapia o


modificación de conducta, terapia cognitiva (o cognitivo conductual), terapia
psicoanalítica, terapia sistémica, terapia existencial (fenomenológica o
humanística), consejo o asesoramiento psicológico.

La aplicación del tratamiento puede ser individual, en pareja o en grupo y


ser llevado por uno o más psicólogos constituidos en equipo. Los pacientes
pueden ser pacientes externos o pacientes internos a una institución.
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El tratamiento consta por lo general de entre cinco y cuarenta sesiones una
o dos por semana. Pero este tiempo es variable porque puede ser tan corto
como de una sesión y tan largo como varios años.

En cuanto al formato de las sesiones, pueden ir desde una relación


colaboradora altamente estructurada, hasta interacciones menos
estructuradas, así como consistir en construcciones sistemáticas de nuevas
conductas, en la promoción de manifestaciones emocionales, y en toda una
variedad, incluyendo las aplicaciones fuera de la clínica en contextos de la
vida cotidiana.

Los objetivos del tratamiento pueden concretarse en la solución de un


problema específico, proponerse la reconstrucción de la personalidad, o
algún propósito entre estos dos extremos. Además la actuación del
psicólogo puede incluir la prevención de problemas mediante la intervención
en instituciones, contextos y ambientes, así como la intervención centrada
en personas con riesgos o en toda una comunidad.

En algunos casos el trabajo del psicólogo clínico y de la salud ha de ser


entendida más que como tratamiento en un sentido estricto, como
intervención. En este caso se trata de una serie de acciones destinadas a
resolver un problema (previamente identificado y analizado) de forma
indirecta, como por ejemplo modificar los flujos de información en una sala
médica para reducir los niveles de ansiedad de los enfermos.

La intervención puede consistir igualmente en organizar una sistemática


para el estudio y conducción de los factores individuales, ambientales y
relacionales, que puedan favorecer y/o perturbar la calidad del proceso de
adaptación a la enfermedad. Función que implica objetivos como:

A) Identificar y evaluar factores psicosociales que incidan en la calidad de


la atención recibida por el paciente.

B) Identificar y evaluar factores psicosociales que incidan en el bienestar


de los pacientes durante su enfermedad.

C) Identificar los problemas psicosociales causados por la enfermedad.


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D) Diseñar y ejecutar programas de tratamiento de las disfunciones
psicosociales que acompañan el proceso de enfermar o la propia
hospitalización y tratamiento correspondiente.

Esta función incluye el diseño y la realización de programas de ajuste a la


enfermedad crónica, programas de preparación para la hospitalización,
programas de entretenimiento para afrontar el proceso de hospitalización y
conseguir una buena adaptación q puede ser de carácter general o referidos
específicamente a determinados acontecimientos diagnósticos o de
tratamiento especialmente estresante (por ejemplo, programas de
preparación para la cirugía, programas para procedimientos diagnósticos
invasivos como biopsias, endoscopias, arteriografía….).

3.4. Consejo, Asesoría y Consulta.


Se refiere aquí al consejo de experto que el psicólogo clínico y de la salud
da para una variedad de problemas a petición de alguna organización,
incluyendo, en primer lugar, el contacto continuado entre un psicólogo
como consultor técnico y los otros profesionales de cualquier servicio dentro
del sistema sanitario.

El psicólogo diseña en colaboración y colabora en la ejecución de programas


para modificar o instalar conductas adecuadas o para modificar conductas
que constituyen un factor de riesgo añadido para la salud del paciente o que
pueden dificultar su recuperación o rehabilitación.

Se incluye en esta actividad de consulta el servicio de asesoría clínica


proporcionada a otros psicólogos que lo requieran. Consiste en recibir
asesoramiento de un experto sobre un caso que está siendo objeto de
atención profesional por parte del psicólogo clínico. También se incluye la
supervisión clínica, donde el experto evalúa la competencia profesional del
psicólogo clínico.

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3.5. Prevención y Promoción de la Salud.
En esta actividad se recoge fundamentalmente el trabajo de intervención
comunitaria de los psicólogos de la salud. Sus funciones preventivas y
promotoras de salud se centrarán en:

 Analizar la problemática de las personas con prácticas de riesgo,


elaborando estrategias encaminadas a aumentar el contacto con ellas
y valorando la adecuación de la oferta real de tratamiento a dicha
problemática.

 Incrementar el nivel de conocimientos de las personas en situación


de riesgo de la comunidad, sobre la enfermedad o enfermedades
correspondientes, o sobre los factores de riesgo.

 Fomentar y promover los hábitos de salud en la población general.

 Promover una mayor accesibilidad a los instrumentos preventivos.

 Dar a conocer diversos recursos humanos y materiales para la


prevención y promoción.

Existen tres tipos de esfuerzos preventivos ante el enfermar:

 Su no aparición.

 Su desaparición.

 El desarrollo de capacidades compensadoras.

Stevenson divide la prevención en tres periodos:

1. Prevención presuntiva:

Intenta modificar una condición asociad o previa a la enfermedad vinculada


a su etiología.

2. Prevención relativa:

Una vez aparecido el trastorno se trata para evitar mayores consecuencias.

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3. Prevención absoluta:

Se dirige hacia la anulación de las causas y la aplicación de medidas


científicas.

La prevención de la enfermedad es el objetivo principal de la Psicología de


la Salud, junto con la promoción de la salud.

Este concepto se define como “el conjunto de medidas encaminadas a


evitar, en el individuo, la familia y la colectividad, la aparición, desarrollo y
propagación de las enfermedades, manteniendo y promoviendo la salud y
limitando la invalidez que aquellas puedan ocasionar”.

Podemos hablar de tres tipos de prevención: primaria, secundaria y


terciaria.

Prevención primaria: Se encarga de la no aparición de la


enfermedad: La Profilaxis.

Prevención secundaria: Se encarga de la desaparición de la


enfermedad: El Tratamiento.

Prevención terciaria: Se encarga del desarrollo de capacidades


compensadoras: La Rehabilitación.

Para que no haya confusiones en cuanto a lo que estamos tratando, vamos


a diferenciar entre prevención y tratamiento, ya que es importante que no
se confundan:

Diferencia entre evaluación en prevención y evaluación en


tratamiento:

PREVENCIÓN TRATAMIENTO
Va dirigido a conductas que no han Dirigido a conductas que ya han sido
sido desarrolladas todavía. desarrolladas.
Se trata de una evaluación a largo Es una evaluación inmediata.
plazo.
Es una evaluación a nivel biológico, No es necesaria la evaluación en los tres
psicológico y social. niveles de respuesta.

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3.6. Investigación.
Las investigaciones por parte del psicólogo clínico y de la salud incluyen
desde la construcción y validación de tests hasta el estudio del proceso y
del resultado de distintos tratamientos psicológicos, desde la determinación
del valor pronostico de determinadas variables hasta la comprobación de la
viabilidad de profesionales como terapeutas, desde el análisis de contextos
infantiles o geriátricos hasta la evaluación o experimentación
neuropsicológica o psicofísica.

Esta orientación a la investigación del psicólogo clínico y de la salud tiene


importancia por al menos dos de las siguientes razones:

1. Permite evaluar críticamente la gran cantidad de investigaciones


que de continuo se publican, para discriminar posibles nuevas
aportaciones y determinar que procedimientos de evaluación e
intervención terapéutica son más adecuados para sus clientes.

2. Es una condición para evaluar la efectividad de su propio trabajo,


de modo que se eviten las malas prácticas, y se promueva una
mejor actuación profesional.

3.7. Enseñanza y supervisión.


La dedicación a la enseñanza y formación a otros en tareas clínicas y de la
salud, tiene varias modalidades.

El psicólogo puede estar total o parcialmente dedicado a la enseñanza tanto


en cursos de graduación facultativa como de postgrado, en áreas de
personalidad, psicopatología, psicología anormal, evaluación clínica,
psicodiagnóstico, terapia o modificación de conducta, psicoterapia, técnicas
de intervención y tratamiento, intervenciones comunitarias, diseño de
investigación y otras.

Por ejemplo, la supervisión de un practicum es un tipo especial de


enseñanza en la que el psicólogo clínico y de la salud aporta su experiencia
profesional a la formación de estudiantes.

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Otra forma de enseñanza o supervisión es la ayuda prestada a solicitud de
estudiantes y de graduados que plantean o llevan a cabo determinada
investigación.

Finalmente, algunas orientaciones clínicas como la terapia o modificación de


conducta, incluyen a menudo la formación de no profesionales de la
psicología en principios y técnicas de análisis y modificación de conducta.
Esta enseñanza puede ir dirigida, bajo control y supervisión del psicólogo, a
otros profesionales de modo que sean ellos los que extiendan la aplicación
psicológica en sus contextos naturales, como médicos, enfermeras, técnicos
sanitarios, dentistas, profesores y demás personal cuya dedicación tenga
que ver con alguna forma de trato y atención social.

3.8. Dirección, Administración y Gestión.


Este tipo de función es de gestión de recursos humanos cuyo objetivo es
mejorar el desarrollo de los servicios, mediante la mejora de la actuación de
los profesionales sanitarios.

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4 ÁMBITOS DE APLICACIÓN DE PSICOLOGÍA DE
LA SALUD.
UNIDAD

4.1. ¿Qué es la educación para la salud?


La Organización Mundial de la Salud (OMS) de 1989, define la educación
para la salud como “cualquier combinación de actividades de información y
educación que lleve a una situación en que la gente desee estar sana, sepa
cómo alcanzar la salud, haga lo que pueda individual y colectivamente para
mantener la salud y busque ayuda cuando la necesite”.

Podríamos considerar que se trata de una educación de tipo formal en la


medida en que debe planificarse, debe evaluarse y es intencional. Pero una
gran parte de la educación para la salud que los niños y adultos reciben y
han recibido a lo largo de la vida, es de tipo no formal e incluso informal.
Por tanto, cuando se inicia la educación formal de la salud, es preciso
dilucidar el sistema de creencias en el que se fundamenta la conducta de
salud de personas de un determinado contexto, si se quiere ejercer algún
tipo de influencia.

Pero no basta con modificar las actitudes para que el individuo pase a la
acción (Kapferer, 1978). Para que ello ocurra, es necesario añadir a los
mensajes las instrucciones adecuadas sobre cómo cambiar la conducta, y
además en los casos de fuerte implicación o dependencia física o psíquica,
es necesaria la ayuda externa y un medio ambiente que sea favorable o por
lo menos neutro a la acción de salud que pretendemos.

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4.2. Una prevención alternativa del tabaquismo.
Desde la orientación de la Promoción de la Salud, tal y como la define la
Organización Mundial de la Salud (OMS), su finalidad es la de capacitar a los
individuos para incrementar su control en los determinantes de la salud, y a
través de él, mejorar su propia salud. Así entendida, la salud está
determinada por el ambiente físico y social en el que viven y trabajan, tanto
adultos como niños.

La Promoción de la Salud, pretende que las opciones más sanas sean las
más fáciles, a través de la combinación de métodos o enfoques diversos
pero complementarios, y de la participación efectiva y concreta del público.

La prevención y promoción, se van a realizar por medio de diversos


programas de intervención:

Programas centrados en la escuela: El modo de trabajo consiste


habitualmente en ofrecer información al alumnado sobre las características
del tabaco, mediante fichas de trabajo que deben realizar, y en las que se
incluyen diferentes actividades (desde tareas experimentales hasta la
realización de murales).

Programas preventivos estructurados: Se pueden agrupar los diferentes


tipos de programas de prevención de tabaquismo utilizados en diferentes
ámbitos, en 3 grandes áreas:

 Informativo: Programas dedicados a ofrecer información de los efectos


perjudiciales del tabaquismo.

 Psicosociales: Programas que incluyen entrenamiento en habilidades


sociales, para saber responder a las presiones del medio.

 Genéricos_: Programas que forman parte de un conjunto de medidas


dirigidas a la prevención, no sólo del tabaco, sino de otros consumos
perjudiciales como el alcohol o la marihuana.

Programas en la animación juvenil: Se encontrarían Clubs de Jóvenes No


Fumadores “Smoke Busters”, donde los niños y adolescentes participan en
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actividades de tiempo libre, bajo la idea común de un mundo libre de humo
de tabaco. Los objetivos que persiguen son:

 Animar a jóvenes a reaccionar frente a la costumbre de fumar,


ayudándoles a defenderse de la presión social y propagandística
existente.

 Proveer un medio para ofrecer información a los jóvenes acerca de la


nocividad del tabaco.

 Promover actividades que contribuyan a crear un ambiente libre de


humo en su entorno en general.

4.3. Intervención psicológica en los trastornos


hipocondríacos.
Las formulaciones teóricas del trastorno de hipocondríaco que cuentan en la
actualidad con más partidarios, son aquellas que subrayan la importancia de
los aspectos cognitivos.

Vamos a centrarnos a continuación en el modelo de Salkovski y Warwick


(1989, 1990), que van a formular una de las versiones más sólidas sobre el
trastorno hipocondríaco.

De acuerdo con estos autores, los pacientes hipocondríacos se caracterizan


por una acentuada tendencia a interpretar de manera errónea los signos y
sensaciones corporales benignas que experimentan, atribuyéndolas a una
enfermedad física grave.

Este modelo plantea que el proceso de desarrollo de las preocupaciones


hipocondríacas tiene su inicio en una serie de experiencias negativas
relacionadas con la enfermedad, vividas por el sujeto, y que dan lugar a la
formación de creencias o supuestos disfuncionales acerca de los síntomas,
la salud y la enfermedad. Las creencias se suelen encontrar en un estado
relativamente “latente”, hasta que son activadas por un suceso crítico, lo
que origina la aparición de imágenes desagradables y pensamientos
automáticos negativos, cuyo contenido representa una interpretación
dramática de los síntomas corporales.
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Finalmente, todo ello desemboca en un estado de ansiedad por la salud que
se manifiesta a nivel fisiológico, cognitivo, afectivo y conductual.

A través de estos tres mecanismos (fisiológico, cognitivo y conductual) el


sujeto llega a preocuparse por los síntomas corporales percibidos como
anómalos y a valorarlos como señal de que se encuentra gravemente
enfermo, lo que a su vez aumenta la percepción de amenaza.
Configurándose así un círculo vicioso que prolonga el problema.

De acuerdo con Warwick, los objetivos que se persiguen con la evaluación


psicológica son:

 Realizar un correcto diagnóstico diferencial confirmando que la


condición clínica que presenta el paciente es un trastorno
hipocondríaco.

 Elaborar una explicación detallada de la psicopatología del paciente


que conduzca a una apropiada formulación psicológica de su problema,
y cerciorarse de que este es apto para seguir un tratamiento cognitivo-
conductual.

 Establecer una adecuada relación terapéutica con el paciente en la que


este perciba la evaluación como satisfactoria y completa, y al
terapeuta como empático y competente, y se muestre dispuesto a
acatar las estrategias terapéuticas que se propongan.

A continuación, vamos a señalar los diferentes procedimientos terapéuticos


aplicados desde una perspectiva médica y psicológica:

Tratamiento médico: La principal estrategia utilizada ha sido la terapia


farmacológica. En casos extremos, también se ha recurrido a métodos más
agresivos como la terapia electroconvulsiva o las intervenciones quirúrgicas
cerebrales.

Tratamiento psicológico: El temor a la enfermedad, la creencia de


enfermedad y los síntomas hipocondríacos asociados a otros cuadros
clínicos han sido abordados desde el marco de intervención de la

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Modificación de Conducta, mediante técnicas como la desensibilización
sistemática, detención de pensamiento y relajación, terapia implosiva e
hipnosis, relajación aplicada, principio de Premack, castigo, exposición a
estímulos interoceptivos e imaginados, programa de exposición
multifacética, exposición in vivo en el medio natural a las sensaciones
temidas, supresión de la atención de las quejas, exposición in vivo a los
estímulos temido, saciación, intención paradójica y prohibición de solicitar
información tranquilizadora, exposición (in vivo y/o en imaginación) a las
situaciones temidas y otras señales desencadenantes de ansiedad y
prevención de las conductas de comprobación y limpieza.

También se han elaborado diversos programas de orientación cognitivo-


conductual para el tratamiento de la hipocondría y problemas parecidos.

Salkovskis y Warwick han desarrollado un programa de tratamiento de


orientación cognitivo-conductual basado en su formulación de la hipocondría
como un trastorno cuyo rasgo más prominente es la interpretación
catastrófica de las sensaciones y signos corporales. La intervención
pretende ayudar al paciente a que identifique y modifique sus pensamientos
automáticos negativos acerca de los síntomas físicos, sus creencias
disfuncionales sobre la salud y la enfermedad, y sus conductas
problemáticas.

En cuanto a la farmacoterapia, podemos afirmar que la fluoxetina parece


ser el compuesto farmacológico más prometedor para la reducción de los
síntomas hipocondríacos.

Con relación al tratamiento psicológico, las técnicas de exposición y/o


prevención de respuestas y los programas de intervención cognitivo-
conductual centrados en la retribución de las sensaciones corporales y la
modificación de las conductas problemáticas, son los procedimientos que
mejores resultados están consiguiendo.

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4.4. Intervención psicológica en el dolor crónico.
Desde el análisis psicológico, el dolor crónico plantea una situación especial
para el paciente, que se caracteriza por sentimientos de desesperanza y
percepción de fracaso de los tratamientos seguidos, dificultad para
discriminar y describir su sintomatología, reducción de la actividad y
excesivo reposo, dependencia de analgésicos y psicofármacos, trastornos
del sueño, deterioro de las habilidades sociales y reducción de la autonomía
personal, etc.

El concepto de Dolor Total, nos va a permitir tener en cuenta todos aquellos


factores que intervienen y configuran la experiencia dolorosa y facilita la
comprensión del paciente y la programación de un tratamiento eficaz.

Varios son los criterios que se han utilizado a la hora de establecer una
clasificación del dolor. La primera clasificación se basa en los criterios
temporales (Melzack y Dennis, 1980):

 Dolor Fásico o delta: Es de corta duración y suele aparecer al inicio


de la sesión.

 Dolor Agudo: Está provocado por una lesión en los tejidos y


comprende tanto el dolor fásico como un nivel tonal que persiste en
períodos de tiempo variables hasta que remite la lesión.

 Dolor Crónico: Se considera mucho más destructivo en cuanto que es


mucho más impactante para el bienestar social y psicológico del
paciente. Dura más de 6 meses y no responde a ninguna terapéutica
convencional.

Otra clasificación se basa en los criterios de localización:

 Dolor Cutáneo o Periférico: Es de localización externa, y suele


tratarse de un dolor delimitado y bien localizado.

 Dolor Somático o Profundo: Se localiza en músculos y estructuras


osteoarticulares, y junto con el de origen vascular es el que más
frecuentemente aparece en dolores no justificados o “psicógenos”.
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 Dolor Visceral: Poco localizado y suele ser irradiado o referido a zonas
distintas donde aparece la lesión.

La clasificación del Dolor Crónico de la Asociación Internacional para el


Estudio del Dolor (IASP, 1986), resumida por González y Rodríguez (1996)
en tres tipos:

 Dolor Nocioceptivo: Provocado por el incremento de la intensidad de


la estimulación nocioceptiva, como ocurre en los procesos
inflamatorios.

 Dolor Neurogénico: Es secundario a una lesión de las fibras sensitivas


de un nervio periférico o bien de estructuras del sistema nervioso
central.

 Dolor Psicógeno: De origen puramente psicológico.

El Dolor Psicógeno y el Dolor Disfuncional, son los más relevantes para el


ámbito psicológico. En el Dolor Psicógeno se asume la inexistencia de una
causa orgánica que justifique las quejas del paciente, aceptándose un
origen y mantenimiento psíquico.

Mientras que el Dolor Disfuncional, está básicamente originado y mantenido


por una forma inadecuada de responder al medio, por un modo incorrecto,
inadaptativo de respuesta que implica un desajuste psicofisiológico, que
puede producir y/o mantener el síndrome doloroso. Este tipo de dolor se
caracteriza por un desajuste o disfunción en los mecanismos normales de
autorregulación fisiológica.

Varias son las Teorías Explicativas de la experiencia subjetiva del dolor:

 Teoría de la Especificidad: Sostiene que el dolor es un sentido


específico como la vista o el olfato, con su propio aparato periférico y
central. Reconoce una especialización fisiológica.

 Teoría de la Sumación: Mantiene que el impulso nervioso que


provoca dolor se produce por intensas estimulaciones de receptores
no específicos, ya que no hay terminaciones específicas. Se considera
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que la sumación de las aferencias alcanzan una intensidad suficiente
para ser nocioceptiva.

 Teoría de la Puerta: Es una de las más relevantes. Propone que los


fenómenos del dolor están determinados por interacciones entre tres
sistemas de la médula espinal (las células de la sustancia gelatinosa
del asta dorsal, las fibras nerviosas de la columna dorsal que se
proyectan hacia el cerebro, y las primeras células de transmisión
central del asta dorsal -células T-).

La experiencia subjetiva que es el dolor, puede considerarse como el


resultado de un cúmulo de factores que interaccionan entre sí de
forma compleja.

Basándose en la teoría de la puerta, Melzack y Casey (1968), describen el


dolor como una experiencia tridimensional compuesta de una dimensión
sensorial-discriminativa, una motivacional-afectiva, y una dimensión
cognitivo-evaluativa.

El grado de atención, estado psicológico, las experiencias previas y el


aprendizaje adquirido, las motivaciones, los valores y las creencias de cada
individuo, van a explicar las diferencias con que es percibido el dolor.

Los tratamientos del dolor crónico han de ser con una intervención
multidisciplinar. Desde una terapéutica médica son, el tratamiento
farmacológico dirigido por especialistas, y técnicas como la Estimulación
Eléctrica Transcutánea (TENS), y las técnicas invasivas.

En el tratamiento psicológico, las técnicas más habituales son, las técnicas


operantes (se pretende modificar el papel que las contingencias de
refuerzos de las conductas del dolor del sujeto pueden estar jugando en el
mantenimiento del problema del dolor), las técnicas de biofeedback (se
pretende que el paciente aprenda a controlar respuestas biológicas, lo que
permite un control voluntario sobre las mismas), las técnicas de relajación
(se busca potenciar el control individual de las respuestas fisiológicas de
ansiedad), las técnicas cognitivo-conductuales (pretende modificar los

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pensamientos, sentimientos y creencias, y las conductas del paciente, y la
utilización de técnicas conductuales en la búsqueda del cambio), y la
hipnosis (pretende ser un medio para la adquisición de estrategias de
control atencional y modulación del dolor, y facilitar el autocontrol).

4.5. Intervención psicológica en asma bronquial infantil.


Podemos delimitar tres aspectos fundamentales que participan en el
desencadenamiento de las crisis asmáticas: la hiperreactividad bronquial, la
alergia y los factores del entorno.

Por tanto, el asma tiene una base hereditaria ya la herencia determina la


hiperreactividad bronquial y la alergia. Sin embargo, para que la
enfermedad tenga una manifestación clínica, requiere la participación de los
factores del entorno.

En la actualidad, tanto médicos como psicólogos, conocen y defienden la


etiología orgánica del asma bronquial. Sin embargo, es evidente que los
problemas psíquicos o emocionales juegan un papel importante en el
desencadenamiento de las agudizaciones, por ejemplo, el estrés puede
precipitar crisis asmáticas.

Hay una serie de repercusiones que la enfermedad tiene sobre los aspectos
psicológicos del niño asmático:

 Se tiene que ausentar a menudo del colegio, por lo que va


sufriendo un retraso escolar y social cada vez más difícil de
superar.

 Por este motivo, también se ve afectada su vida social, ya que las


ausencias escolares van a conllevar un distanciamiento de sus
compañeros.

 La renuncia de actividades juveniles, como el deporte, van a


provocar déficits sociales, ya que van a ser situaciones que el niño
asmático va a intentar evitar debido al miedo a que se produzca
un episodio en esas situaciones.

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 Otro problema, es que incluso cuando participan en actividades
sociales, se sienten distintos e inferiores porque no tienen la
misma resistencia física.

 A todas estas, se suma la sobreprotección, y el temor de los


padres, que va a impedir un desarrollo normal en el asmático.

Todas estas limitaciones si no son bien encauzadas y abordadas, pueden


lesionar la autoestima del niño asmático.

En la Evaluación Comportamental del asma bronquial como en cualquier


otra patología, el primer paso es realizar una historia clínica detallada y
completa, un segundo aspecto a tener en cuenta es la capacidad del niño
para discriminar la inminencia de una crisis asmática y las estrategias que
utiliza para afrontarla. Es fundamental evaluar los antecedentes y
consecuentes de la crisis. Son igualmente importantes en la evaluación las
respuestas de los padres, ya que habrá padres que favorezcan un adecuado
manejo del asma y padres que fomenta la confusión y el pánico.
Finalmente, se deben establecer y valorar las variables que servirán para
evaluar los efectos de la intervención, como por ejemplo, los episodios
asmáticos, la medicación, visitas a urgencias, la restricción de actividades,
etc.

Cuando en un paciente se identifican áreas problemáticas, se debe realizar


una evaluación funcional de cada problema.

Dada la importancia de los factores exógenos desencadenantes en los


pacientes asmáticos, es importante educar al paciente y a la familia para
reconocer y evitar los mismos (por ejemplo, evitar la exposición al humo de
tabaco, la reducción de la exposición a alérgenos ambientales, etc.).

Dentro del tratamiento médico, debemos diferenciar entre el tratamiento de


regudizaciones (alivio de los síntomas mediante broncodilataciones
fundamentalmente), y el tratamiento base, preventivo o del proceso
inflamatorio crónico (mediante antiinflamatorios de diferente potencia).

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Dentro del ámbito médico, también se utilizan nebulizadores, el aerosol
presurizado e inhaladores de polvo seco.

En lo relacionado con el tratamiento psicológico, los que han demostrado


una mayor eficacia y mantienen una mayor utilización son, las técnicas
operantes (que no van a incidir directamente sobre el asma, sino sobre los
comportamientos relacionados con la enfermedad.

Defienden que una conducta seguida de consecuencias favorables es más


probable que se repita en el futuro y viceversa.), la relajación (con la que se
obtiene la reducción del estado de ánimo disfórico de los pacientes, mejora
de la función pulmonar y adquisición de una estrategia de afrontamiento y
manejo de los síntomas asmáticos), la desensibilización sistemática (el
paciente puede aprender a enfrentarse a los objetos y situaciones que
teme), los programas cognitivo comportamentales (permiten alterar las
conductas desadaptativas sustituyéndolas por otras más adecuadas y
promueven el autocontrol, optimismo y solución de problemas), los
programas de automanejo (persiguen que el paciente controle
adecuadamente su enfermedad, para que su vida se vea mínimamente
afectada por el asma).

4.6. Intervención psicológica en enfermedades


cardiovasculares.
Los psicólogos clínicos y de la salud, están implicados en algunas áreas de
forma directa e indirecta. La implicación directa es principalmente la
investigación asociada con el desarrollo y naturaleza de la enfermedad
coronaria y de la rehabilitación. De forma indirecta, están implicados en la
investigación acerca de las áreas que aumentan la eficacia de los
tratamientos médicos y contribuyen a la eficacia de las terapias existentes.

Los tratamientos médico utilizados son, las drogas anticoagulantes


(trombolisis), el implante de un bypass en una arteria coronaria (IBAC), y la
angioplastia coronaria precutánea transluminal (ACPT).

En los últimos años, los investigadores han empezado a considerar el


desarrollo de la enfermedad coronaria causada tanto por condiciones
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biológicas como ambientales. Muchos psicólogos han proporcionado pruebas
que muestran que los factores psicológicos pueden contribuir de manera
independiente al desarrollo de la enfermedad coronaria, es decir, cuando
una persona tiene sobrepeso, fuma y además presenta un tipo A de
personalidad, es más probable que tenga un infarto de miocardio.

Por lo tanto, hoy en día los psicólogos aunque sólo estén implicados
mínimamente en el desarrollo de nuevos tratamientos médicos de la
enfermedad coronaria, en cambio sí están involucrados de diferentes
maneras en la comprensión, prevención y rehabilitación de los pacientes
coronarios.

4.7. Intervención psicológica en las disfunciones


sexuales.
Vamos a presentar a continuación la clasificación más reciente de las
disfunciones sexuales, junto a su principal criterio diagnóstico (los otros dos
criterios siempre son la provocación de malestar o interferencia y la no
explicación por otro trastorno médico o psicológico):

 Deseo sexual hipoactivo: Disminución (o ausencia) de fantasías y


deseos de actividad sexual de forma persistente o recurrente.

 Trastorno por aversión al sexo: Aversión extrema persistente y con


evitación de todos (o prácticamente todos) los contactos sexuales
genitales con una pareja sexual.

 Trastorno de la excitación sexual en la mujer: Incapacidad, persistente


o recurrente, para obtener o mantener la respuesta de lubricación
propia de la fase de excitación, hasta la finalización de actividad
sexual.

 Trastorno de la erección en el hombre: Incapacidad, persistente o


recurrente, para obtener o mantener una erección apropiada hasta el
final de la actividad sexual.

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 Trastorno orgásmico femenino/masculino: Ausencia o retraso
persistente o recurrente del orgasmo tras una fase de excitación
sexual normal.

 Eyaculación precoz: Eyaculación persistente o recurrente en respuesta


a una estimulación sexual mínima antes, durante o poco tiempo
después de la penetración, y antes de que la persona lo desee.

 Dispareunia: Dolor genital recurrente o persistente asociado a la


relación sexual (tanto hombres como mujeres).

 Vaginismo: Aparición persistente o recurrente de espasmos voluntarios


de la musculatura del tercio externo de la vagina, que interfiere el
coito.

Una disfunción sexual puede producirse debido a una enfermedad médica,


inducido por sustancias, o provocada por diversos factores psicológicos.

El tratamiento actual de las disfunciones sexuales, se puede distinguir entre


las intervenciones médicas y las psicológicas. En el tratamiento médico
comprende aspectos tan diversos como el tratamiento indirecto a través de
la patología general que está produciendo la disfunción (como la diabetes),
y el tratamiento directo de la disfunción, cuando no hay una condición
médica general que pueda explicarla (intervenciones quirúrgicas, terapia
hormonal...). En estos casos, la intervención psicológica es importante, ya
que en muchas ocasiones, el componente orgánico no explica el problema
en su totalidad, el paciente se ve afectado psicológicamente por el
tratamiento médico, o necesita ayuda para enfrentarse a una decisión que
puede tener consecuencias importantes en su autoestima y en sus
relaciones de pareja.

El tratamiento psicológico de las disfunciones sexuales, desde un


acercamiento integrador, con especialistas como LoPiccolo (1988) que
encabeza la Terapia Sexual Post-Moderna, constituye una mezcla de terapia
cognitiva, teoría de sistemas y psicoterapia individual, introduciendo en sus
programas tanto el componente educativo para el incremento de la

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información sexual y el cambio de actitudes, como la discusión cognitiva de
las principales cogniciones irracionales que afectan negativamente al
problema, el entrenamiento en técnicas sexuales concretas para
incrementar la estimulación sexual, el tratamiento de los psicodinámicos
individuales, la terapia de pareja y la intervención sobre las ganancias
secundarias del síntoma.

4.8. Intervención psicológica en SIDA y VIH: prevención y


tratamiento.
El estado psicológico del seropositivo y del enfermo de SIDA varía mucho a
lo largo de todo el proceso de la enfermedad. Los primeros síntomas de
ansiedad suelen aparecer en el mismo instante en que la persona es
consciente de que ha realizado una práctica de riesgo, y en la espera antes
de la realización de las pruebas para la detección del VIH, o antes de la
comunicación de los resultados.

Cuando el individuo tiene que enfrentarse al momento en el que le


comunican que es seropositivo, resulta fundamental el grado de información
del sujeto. La comunicación de seropositividad es algo impactante, pero en
algunos de ellos, y muy en función de las expectativas previas, esta
comunicación produce un verdadero shock emocional en el paciente. La
confusión y el embotamiento afectivo son dos de las manifestaciones que
solemos encontrar en los pacientes ante esta situación. También hay casos
que en un principio reaccionan bastante bien y más tarde, cuando llegan a
alcanzar el significado de lo que está ocurriendo, se desmoronan pos
completo.

A partir de ahí, dos son las reacciones más importantes y frecuentes que se
suelen dar en los pacientes: ansiedad y depresión. La ansiedad,
caracterizada por una gran preocupación en torno al trabajo, la pareja y la
familia, los amigos y conocidos, la propia persona. Todo esto, suele ir
acompañado de sentimientos de desesperanza, autocompasión, culpabilidad
e indefensión, que llevan a un ánimo depresivo, y en ocasiones acompañado
de ideación e intentos suicidas.

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Por tanto, el afrontamiento, va a variar en función de la fase y la evolución
de la enfermedad.

Finalmente, hay que recordar que el VIH es un virus neurotrópico, por lo


que su acción sobre el organismo produce con frecuencia encefalopatías y
síndromes orgánicos cerebrales en los casos avanzados.

La demencia (puede estar causada por una encefalitis), el delirio (puede ser
consecuencia de distintas infecciones), y la sintomatología psicótica son los
tres trastornos más frecuentes.

En el tratamiento médico del SIDA, nos encontramos con las intervenciones


dirigidas a contrarrestar la propia acción del VIH sobre el organismo, y con
todos los fármacos e intervenciones dirigidas a tratar las infecciones
oportunistas que pueden estar en un determinado paciente.

Aparentemente parece que la labor por excelencia el psicólogo entorno al


SIDA es la prevención. Sin embargo, la actuación del psicólogo podría
decirse que empieza cuando el individuo ya ha contraído la infección.

La intervención psicológica, además de mejorar la calidad de vida del


paciente, puede contribuir a su propia supervivencia, de tres modos
distintos:

 En primer lugar, la reacción emocional de los pacientes que se


enfrentan a una condición médica, tiene una influencia en su
respuesta inmunológica.
 En segundo lugar, el componente educativo dirigido a informar y
prevenir de las conductas de riesgo para una buena evolución de
la enfermedad.
 Y por último, promover la adherencia a los tratamientos médicos,
tanto directamente sobre el paciente, como indirectamente a
través de la formación del personal sanitario.

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4.9. Intervención psicológica en el enfermo oncológico.
Para valorar la adaptación psicológica al cáncer, hay que tener en cuenta
tres aspectos del paciente:

El estadio en su desarrollo vital, tanto biológico, personal como social, en el


momento del inicio del cáncer. Vamos a encontrar cinco variables que
pueden provocar niveles altos de estrés:

 Alteración en las relaciones interpersonales.

 Dependencia de los demás.

 Incapacidad para desempeñar determinadas tareas de la vida


cotidiana.

 Su imagen corporal e integración.

 Cuestionamiento de aspectos existenciales o creencias religiosas.

Las variables intrapersonales, lo que el individuo aporta a la enfermedad a


partir de su experiencia médica previa, su personalidad y su estilo de
afrontamiento.

Los recursos interpersonales, es decir, lo que otras personas, o estructuras


de apoyo social contribuyen a su ajuste a la enfermedad.

Por tanto, la adaptación de la persona a la enfermedad, va a depender de


un equilibrio entre los aspectos médicos y los efectos atenuadores del
estado psicológico y del apoyo social.

Los momentos críticos en el proceso de la enfermedad, en los que es más


frecuente encontrar alguna alteración psicológica que hará a la persona
susceptible de algún tipo de soporte son, la fase reactiva al diagnóstico, a
los aspectos psicológicos de los tratamientos específicos, al período libre de
enfermedad con curación, a aquel seguido de recaída, un estado crónico con
intervalos de mejoría y de deterioro y, aquella situación en la que no es
posible un tratamiento de inicio. Consideraciones aparte necesitará el
enfermo terminal.
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A continuación vamos a exponer los paquetes terapéuticos utilizados para
resolver un problema concreto del paciente oncológico, o bien para mejorar
su nivel de adaptación tanto físico como psicológico:

Las dos técnicas que mejores resultados terapéuticos han ofrecido en el


tratamiento de las náuseas y vómitos anticipatorios son la Desensibilización
Sistemática y el Entrenamiento en Relajación Muscular Progresiva
combinado con visualización dirigida. También se utiliza hipnosis,
biofeedback e inoculación de estrés.

Los tratamientos psicológicos empleados para el dolor son, el Tratamiento


Operante y el Entrenamiento en Relajación.

Para mejorar el estado físico del paciente han aparecido una serie de
acercamientos con el objeto de tratar de evitar las recaídas o de frenar la
progresión de la enfermedad que son, la Terapia por Visualización y la
Terapia de innovación Creativa.

ATENCIÓN PSICOLÓGICA EN PACIENTES TERMINALES:

Un paciente terminal es aquel en el que ocurren estas circunstancias:

 Padece una enfermedad avanzada, progresiva e incurable por los


medios técnicos existentes.

 Imposibilidad razonable de respuesta a tratamientos específicos.

 Presencia de síntomas múltiples, multifactoriales y cambiantes que


condicionan la inestabilidad evolutiva del paciente.

 Impacto emocional (debido a la presencia explícita o implícita de


la muerte) en el paciente, la familia y/o personas afectivamente
relevantes y equipo terapéutico.

 Pronóstico de vida breve (esperanza de vida alrededor de seis


meses).

Elisabeth Kübler-Ross (1975) estableció una serie de etapas o fases que nos
acercan a la comprensión del momento de morir, pero resaltando que es un
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proceso peculiar de cada individuo, en el que están mediando de manera
determinante los propios recursos psicológicos de cada cual:

La primera fase es la de Negación o rechazo de la verdad. La primera


reacción ante el conocimiento del diagnóstico suele ser de conmoción, de
incredulidad.

En la segunda fase, denominada de Ira o Rabia (reconocimiento de la


verdad), la realidad permanece ante sí, pese a sus esfuerzos por negar la
evidencia. Surgen sentimientos de rabia ante la impotencia, de
resentimiento ante los demás.

La tercera fase se considera como fase de Pacto o Negociación (compromiso


con la verdad). Es un primer esfuerzo por parte del paciente por aceptar la
realidad, aunque es una aceptación a medias, porque establecen una
condición. Que suele ser un deseo de prolongación de la vida o un deseo
por vivir sin dolor y sin molestias (se realiza con Dios o con uno mismo).

En la cuarta fase de Depresión (abatimiento ante la verdad) suele


sobrevenir cuando la evolución de la enfermedad conlleva un aumento y
empeoramiento de los síntomas y el paciente se debilita.

En la última fase de Aceptación (reconciliación con la verdad), existe una


calma no necesariamente placentera, se trata en realidad de resignación.

La cantidad y variedad de necesidades que plantes el paciente en la fase


terminal exige, desde la asistencia sanitaria, un abordaje multidisciplinar del
problema que pueda satisfacerlas.

Las intervenciones del equipo terapéutico irán dirigidas a la obtención del


máximo “confort” posible del enfermo y su familia.

La aportación que podemos realizar desde nuestro campo de actuación, la


psicología, al área de los cuidados paliativos, va dirigido al paciente, a la
familia o al propio equipo de cuidados paliativos.

Hay una serie de temas que debemos abordar en función de a quién vayan
dirigidos:
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Las necesidades del paciente:

 La calidad de vida como objetivo fundamental.

 Apoyo emocional.

 Crear un clima adecuado de relación y comunicación.

 El manejo del dolor.

 Estrategias de afrontamiento.

Las necesidades de la familia:

 Integración en objetivos terapéuticos, reflejada en la facilitación de


información cotidiana y pormenorizada de la situación del enfermo,
donde al mismo tiempo se daría apoyo y consejos prácticos sobre el
cuidado del paciente.

 Soporte emocional.

 Estrategias de afrontamiento.

 Prevención del duelo.

Las necesidades del equipo:

 Proporcionar recursos técnicos y metodológicos a través del


entrenamiento en habilidades de comunicación, autocontrol, resolución
de problemas, afrontamiento del estrés, además de trabajar las
propias actitudes.

 Apoyo psicológico.

Tal y como afirma Frankl (1979, Logoterapia): “Lo que más importa de todo
es la actitud que tomemos hacia el sufrimiento...el sufrimiento deja de ser
en cierto modo sufrimiento en el momento en que encuentra un sentido...”

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4.10. Intervención psicológica en unidad del dolor.
Dolor: Experiencia sensorial y emocional desagradable, asociada a una
lesión hística presente o potencial o descrita en términos de la misma.

Desde el punto de vista psicológico:

 Se considera el dolor como algo subjetivo, invalidando el dolor como


una modalidad sensorial, se trataría de una experiencia compleja.

 Importancia del informe verbal.

 Relación entre experiencia sensorial y estado afectivo aversivo.

El dolor será una experiencia emocional y como tal puede ser objeto de
estudio y modificación (como la ansiedad, ira o miedo), tanto para el dolor
agudo como para el crónico (donde el dolor se convierte en el polo en torno
a lo que gira todo lo que le pasa a la persona), se da solamente una
diferencia cualitativa. (Valdés, 2000).

Donker: Dolor es el fenómeno complejo y multideterminado (componentes


sensoriales, afectivos, motivacionales, cognitivos y sociales). El tratamiento
óptimo si se incluye la psicología, es en las unidades de dolor.

Aspectos Psicológicos del Dolor:

Engel, (1959): Da una visión psicodinámica del dolor, con un origen más
bien psicógeno. Según Sasz (1957) el dolor es el resultado de la percepción,
real o imaginaria de una amenaza sobre el YO.

Fordyce mostró la eficacia de los métodos conductuales con el dolor.


Diferenciando:

 Conductas de dolor respondientes: Conductas relejas elicitadas por


estímulos antecedentes nocivos. Cualquier estímulo emparejado con el
estímulo nocivo puede elicitar respuestas similares, como por ejemplo,
ir al dentista.

 Conductas de dolor operantes: Conductas emitidas por las


consecuencias que las siguen. Es decir;
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Conductas de dolor seguidas de consecuencias positivas (como
quejarse y recibir mimos), hará que la frecuencia ascienda.

Conductas de dolor seguidas de evitación de consecuencias


negativas, (como no ir a trabajar), elevará también la frecuencia.

El Puzzle del Dolor:

Melzack y Casey (1960) sistematiza 3 categorías para el dolor:

1. Sensorial-Discriminativa: Informa de intensidad, localización...

2. Motivacional-Afectiva: Conducta evitativa de la situación nociva (el


dolor es desagradable)

3. Cognitivo-Evaluativa: Dolor en función de la experiencia anterior.

Clasificaciones del Dolor de Interés para el Psicólogo:

Existen multitud de facetas y modalidades de la presencia clínica del dolor.


Las patologías más comunes atendidas en la Unidad de Dolor de los
hospitales son en general pacientes con dolor agudo y fundamentalmente
con dolor crónico (maligno y no maligno). Por ejemplo lumbalgias, neuralgia
del Trigémino, dolores por cáncer...

En la evaluación Psicológica del Dolor el objetivo será obtener información


para cada una de las tres categorías:

 Sensorial-Discriminativa Nociocepción.

 Motivacional-Afectiva: Estado anímico.

 Cognitivo-Evaluativa: Autopercepción de dolor.

Se delimitará intensidad, frecuencia, duración y localización del dolor


(considerados como variables dependientes para evaluar posteriormente la
eficacia), también niveles de ansiedad, depresión... y tras la recogida de
datos se hará una evaluación continuada para delimitar relaciones
funcionales existentes; Análisis Funcional con fases de adquisición,
mantenimiento y cronificación del dolor.

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Las conductas de dolor (o comportamientos de dolor), son el conjunto de
comportamientos con elemento común ser significativos de dolor o ser
interpretados así por los miembros del entorno del paciente.

La clasificación que hizo Fordyce de las conductas de dolor se refieren a:

 No verbales: como suspiros, gemidos...

 Informes Verbales: descripciones de intensidad de dolor, localización...

 Peticiones de Ayuda: con fármacos, masajes...

 Limitación Funcional: reposo, interrupción actividades...

Las reacciones cognitivas al dolor, como tener pensamientos irracionales del


tipo “no podré soportarlo”, a veces son más aversivos que el propio dolor.
La atención y pensamientos pueden potenciar o disminuir el dolor.

Además, la percepción de control y las estrategias de afrontamiento con


bajas por la dificultad, o incapacidad, de los pacientes para prever la
aparición de los episodios o sus cambios en intensidad y tiempo.

El estado emocional es el aspecto principal de la valoración del resultado del


tratamiento junto a la intensidad. (La depresión y la intensidad se ligan al
dolor, incapacitando al sujeto para recibir estímulos agradables y quedando
expuesto constantemente a una situación aversiva).

En cuanto a las habilidades sociales, el dolor sirve en sus comienzos para


recibir una mayor atención por parte de los que nos rodean, pero luego se
vuelve contra uno mismo y provoca la evitación de los mismos.

Instrumentos de Evaluación:

Para recoger este tipo de información se utilizan informes orales y/o


escritos. En la entrevista se debe recoger todos los datos relevantes, (inicio,
intensidad, localización, constante o periódico...)

Las escalas de dolor pueden ser:

 Verbales: Onda creciente- decreciente (Nada- Mucho).

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 Numéricas: de 0 a 10.

 Escala Analógica Visual EAV: Hacer una marca en un segmento de


10cm.

Los cuestionarios más conocidos y usados son el de Mc. Gill, “Cuestionario


de Dolor), donde se informa de la cualidad (sensorial, motivacional y
cognitiva) y de la intensidad.

También se evalúa depresión, ansiedad y habilidades sociales (como la


asertividad)

Son importantes también las características de la personalidad, con el


MMPI-2.

Como autorregistros están los diarios de dolor, donde se registran:

 la actividad realizada.

 Estimación del dolor (0-10).

 Tipo y dosis de medicación.

Informa de la variación en la percepción del dolor, momentos, actividades...


para realizar la línea de base.

Tratamiento Psicológico del Dolor:

Desde un punto de vista conductual, (perspectiva Bio-Psico-Social), el


tratamiento comienza con la evaluación.

Ya en la 1ª entrevista se tratará de explicar el porqué de una intervención


psicológica, con la teoría de “el Control de la Puerta” de Melzack y Wall,
(1965), donde se explica cómo los mensajes que “suben” al cerebro se ven
modificados y modulados por otros mensajes que “bajan”. Este mecanismo
es una “puerta” y los factores psicológicos influyen en que se abra o se
cierre. El dolor además de físicos son influidos por los cambios emocionales,
cognitivos, motivacionales y ambientales. Se debe hacer conocer la
importancia de la propia participación del sujeto para controlar su dolor.

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Los objetivos con el dolor crónico, según Roberts (1981), son aumentar la
actividad física, reducir la medicación, normalizar la actividad funcional,
modificar relaciones familiares y reducir quejas. Habrá que articular
programas de tratamiento para modificar dichos aspectos.

En cuanto a las técnicas motoras, en el manejo de contingencias (Pear,


1991), requiere que se puedan manejar los reforzadores que mantienen la
conducta del paciente (medicación, atención...) con el objetivo de
incrementar la frecuencia de las conductas funcionales y reducir las
conductas de dolor.

El incremento de la actividad es importante porque los sujetos se suelen


dejar y llevan vidas inactivas, por el dolor, y cada vez más dejan de mover
la zona dolorida, “síndrome de desuso”. Se pondrán metas para cada día,
realistas y asequibles.

En cuanto a la toma de medicación se tratará de realizar la ingesta siempre


a las mismas horas y no en función del dolor, para evitar así elevar la
preocupación por la aparición o no del dolor.

Las quejas de dolor deberán adecuarse, involucrando a las familias, para no


atender quejas inadecuadas, reforzar la autonomía... Si es necesario se
entrenará al paciente en habilidades.

Las técnicas cognitivas tienen como objetivo modificar aspectos evaluativos


y atencionales de la percepción del dolor. El entrenamiento en Inoculación
de Estrés se enseña estrategias para disminuir la intensidad y aversividad.
Consta de 3 fases:

Fase Educativa: en qué consiste el dolor, dimensiones y cómo conseguir


alivio.

Fase de Adquisición y Entrenamiento en Habilidades Específicas:


para afrontar cada uno de los componentes del dolor, con
autoverbalizaciones...

 Preparación: “No voy a preocuparme”.

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 Afrontamiento: “Voy a mantener el control”.

 Manejo de Sentimientos: “ Nada de miedo”, “Voy a autohipnotizarme”.

 Autorrefuerzo: “Lo he conseguido”.

Fase de Aplicación de Técnicas: Hipnosis, se pide al paciente que


experimente diversos cambios sensoriales, preceptúales, cognitivos y
motores. Con la autohipnosis se controla el dolor, además se favorecerá la
distracción del dolor, idea de que el dolor puede disminuir, de que se
puede controlar y favorecer también expectativas más de afrontamiento.
4 métodos básicos:

 Analgesia; sugestionar que ya no duele

 Sustituir por otra sensación dolorosa.

 Sustituir el lugar.

 Disociación; contemplarse a sí mismo en otro lugar, tiempo...

Cuando el dolor se mantiene en el tiempo, aumenta, y a su vez disminuye


la tolerancia al mismo. Las técnicas fisiológicas tratan de romper el círculo
vicioso dolor- ansiedad- dolor, potenciando el control de la ansiedad con
relajación, biofeedback, etc.

Por ejemplo, una técnica sería la Relajación Muscular Progresiva de


Jacobson, y el entrenamiento autógeno, (para después pasar a la hipnosis).

4 Líneas de Investigación actuales:

1. Fibromialgias.

2. Estilos y estrategias de afrontamiento y vulnerabilidad al dolor.

3. Protocolo de tratamiento conductual.

4. La sugestionabilidad como modulador de la ansiedad.

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5 PREVENCIÓN DEL CONSUMO DE DROGAS: CASO
PRÁCTICO.
UNIDAD

Para ejemplificar la parte teórica expuesta acerca de la psicología de la


salud, nos hemos centrado en el caso de la prevención del consumo de
drogas; a continuación vamos a exponer cómo sería un programa de
prevención sobre drogas. Para ello, hemos investigado y revisado distintos
artículos y publicaciones acerca de este tema, tanto de biblioteca como de
Internet.

Según M.X. Froján y J. Santacreu, prevenir el consumo de drogas consiste


en “desarrollar habilidades en los individuos que les posibiliten
formas adaptativas de enfrentamiento a largo plazo, a los
problemas que vayan teniendo durante su evolución como
personas”. Es decir, que la gente a la que van dirigidas estos programas,
aprendan a enfrentarse a sus problemas sin recurrir a las drogas. Lo que
define la actuación preventiva, es la conducta, daño o enfermedad que nos
planteamos como objetivo prevenir, en personas que de momento no lo
padecen; en este caso, sería el consumo de drogas. El programa que vamos
a exponer a continuación, está basado en una prevención de tipo primario,
ya que está dirigida a evitar la aparición del problema (todavía no hay
enfermedad o problema).

Hay que tener en cuenta distintas premisas a tener en cuenta a la hora


de realizar los programas de intervención preventiva; como por
ejemplo:

 Deben ir dirigidas a individuos sanos, pero con cierto riesgo.

 Tener en cuenta que estas campañas pueden producir efectos no


deseados.

 Cuando se pretenden cambios de comportamiento, la actuación no


debe ser sólo información.

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 El comportamiento saludable a corto plazo, no siempre lo es a largo
plazo.

 Los programas aplicados en grupo, afectan de forma diferente a cada


individuo del mismo.

 Los programas de prevención grupales son más eficaces cuando se


refieren a un mayor número de componentes del comportamiento, son
más consistentes con el entorno del individuo, y son más reforzantes a
corto plazo.

Entre los problemas con los que nos podemos encontrar en los
programas de prevención, se deben destacar:

 La carencia de base científica y de un modelo explicativo del origen del


problema.

 La ausencia de estrategias de actuación planificadas.

 La evaluación inexistente de los efectos de la intervención.

 No tenemos conocimientos suficientes sobre cómo y cuándo se


desarrollan los hábitos de conducta no saludables; es decir, que no
conocemos la génesis del problema.

 El modelado, es una estrategia fundamental de aprendizaje de los


hábitos insanos, por lo que la prevención efectiva debería modificar los
hábitos ya instaurados.

 El refuerzo a corto plazo de las conductas de salud es escaso.

 Y que no se especifica si el objetivo es:

- La supresión total de todo consumo de drogas.

- La supresión total de consumo de ilegales.

- La reducción de un porcentaje de consumo.

- La disminución de la prevalencia de consumo.

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- La eliminación de los escenarios de consumo.

- La supresión de las consecuencias de consumo.

Para diseñar una buena campaña de prevención de consumo de drogas, se


deben conocer algunos datos acerca de cómo está la cuestión de las
drogas en la actualidad. Actualmente, la explicación de la génesis de las
drogodependencias, se enmarca dentro del modelo BIO-PSICO-SOCIAL.
Además, los factores que determinan el inicio del consumo, son distintos de
los que influyen en el mantenimiento del mismo. Y también se debe tener
en cuenta que el uso de drogas en la adolescencia, se entiende como una
conducta de búsqueda de refuerzo inmediato. Por otro lado, los individuos
más expuestos a las drogas, se caracterizan por:

 Realizar una búsqueda del mayor refuerzo posible a corto plazo, con el
mínimo coste.

 Tienen una baja capacidad de anticipación, especialmente a largo


plazo.

 Y una tendencia a ejecutar comportamientos divergentes en su


búsqueda del refuerzo.

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5.1. ¿Cuál puede ser el origen del consumo de drogas?
A continuación, proponemos un modelo de génesis del consumo de
drogas, desde el cual diseñaremos el programa de prevención:

Durante la adolescencia, surgen los procesos de socialización,


independencia del refuerzo adulto-paterno y formación del sistema de
autocontrol en el sujeto.

Durante esta etapa, el sujeto está expuesto a muchos tipos de


estimulaciones, y su contexto está formado por:

 Grupos o pandillas que refuerzan comportamientos divergentes o


marginales.

 Condiciones (predisposición genética o ambiental) para la elección de


respuestas de riesgo.

 El entorno exige un alto nivel de competencia: habilidades sociales o


capacidad de resolución de problemas específicos.

 Nivel de ansiedad/estrés alto, debido a deprivación económica, valores


sociales empobrecidos o alta competitividad.

 La disponibilidad/diversidad de refuerzos es reducida, y el coste de la


respuesta para alcanzarlos es demasiado alto.

 Grado de deprivación socioeconómica.

En este momento, gracias al contexto que hemos descrito, los adolescentes


se han convertido en sujetos que, en su tendencia general a conseguir
refuerzos, llevarán a cabo respuestas divergentes, marginales de alto
riesgo, contrarias a los valores de la clase dominante, etc.…, pero que
obtengan refuerzo a corto plazo lo más intenso posible, dado el contexto, y
con el menor castigo posible. Es decir, que su conducta resultante a este
contexto estará dedicada a conseguir refuerzos positivos e intensos, con el
menor esfuerzo y castigo posibles, aunque para ello tuvieran que realizar
conductas desadaptadas.

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 Ante esta actitud de los sujetos adolescentes y este contexto,
empiezan a aparecer algunas actitudes hacia las drogas; entre otras
respuestas, el consumo de drogas será una respuesta de
elección, dadas sus características altamente reforzantes de modo
primario.

 Al mismo tiempo empiezan a aparecer factores que apoyan el


consumo, como modelos de compañeros o adultos que consumen, y
actitudes hacia el mismo, lo cual facilita que los sujetos opten por esa
elección.

 Además, hay disponibilidad de drogas en su contexto, y la


información que tienen sobre ellas es abundante, pero no
necesariamente acerca del riesgo de consumo, sino más bien sobre
cómo usarlas.

Todos estos factores llevan a que el adolescente en estas circunstancias


llegue hasta los PRIMEROS CONSUMOS DE DROGAS.

Teniendo en cuenta lo expuesto hasta ahora, un buen programa de


prevención del consumo de drogas debería contar con las siguientes
cuestiones:

Características deseables:

 Han de estar encuadrados en un programa de promoción de la salud.


La prevención del consumo de drogas se debe enmarcar dentro de la
educación para la salud

 Su implantación ha de ser comunitaria.

 Su objetivo ha de ser prevenir el consumo. El objetivo principal debe


ser el consumo de drogas, y no las drogodependencias.

 Han de ser evaluables.

 La actuación preventiva se debe llevar a cabo antes de que el


problema aparezca.

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 Debe ser una intervención sistemática y planificada.

 La escuela es el ecosistema más adecuado por ser la principal fuente


de socialización.

5.2. Las estrategias para realizar la prevención: ¿Qué


debemos tener en cuenta?
Para llevar a cabo la prevención, debemos utilizar distintas estrategias; es
decir, que hay una serie de pautas que debemos seguir para que la
prevención sea efectiva:

 Los programas deben abordar los diferentes factores de riesgo y


protección.

 Los programas deben adaptarse a las poblaciones que se dirijan.

 La prevención debe priorizar las intervenciones con poblaciones,


grupos e individuos de alto riesgo, potenciando los factores de
protección. Tanto riesgos ambientales, como personales.

 Los programas de prevención deben enfatizar las normas en contra del


uso de drogas; aumentar el precio de las bebidas alcohólicas, restringir
el acceso a las drogas, incrementando la edad permitida.

 La prevención se debe esforzar en cambiar las actitudes hacia las


drogas y al desarrollo de habilidades de resistencia.

 Los programas de prevención deberían orientarse a la creación de


lazos con la escuela, la familia, y grupos de iguales normalizados, así
como otras instancias socializadoras. También debería centrarse en el
aprendizaje y desarrollo de habilidades positivas de socialización desde
la escuela y la familia, y a enseñar técnicas para mejorar la interacción
de los niños con su entorno.

 Es necesaria la implicación de diversos sectores para lograr un impacto


preventivo en la población, y que el programa sea efectivo. Es decir,
que debemos diseñar planes globales de actuación, que abarquen
proyectos dirigidos a diferentes medios: medios de comunicación, la
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familia, el movimiento asociativo, la escuela, los servicios sociales y
sanitarios, y otros servicios de la comunidad.

 La evaluación de los programas preventivos es un elemento crucial


para favorecer la eficacia de los mismos, ya que se aportan
verificaciones a las hipótesis que se generan a nivel teórico sobre los
factores de riesgo y protección, las interrelaciones entre los mismos y
las estrategias eficaces para abordarlos. Mediante la evaluación
podemos comprobar si el programa ha cumplido sus objetivos, y
obtener información para realizar modificaciones de cara al futuro.

Factores de riesgo para el consumo de drogas:

A la hora de diseñar un programa de prevención de consumo de drogas,


hay que tener en cuenta distintos factores de riesgo que pueden influir para
que se inicie el consumo. Entre estos factores nos encontramos:

Factores ambientales:

 La deprivación social; las comunidades con un alto grado de


deprivación social, tienen mayor riesgo de consumo de drogas y de
conductas delictivas.

 La desorganización comunitaria; en comunidades así hay menos


posibilidades de crear lazos sociales, los procesos de socialización son
inefectivos. Son zonas con pocos recursos sociales.

 La disponibilidad y accesibilidad de las sustancias; a mayor


disponibilidad y accesibilidad percibida, mayor consumo de sustancias.

 La percepción social del riesgo; cuanto más baja es la percepción del


riesgo por el uso de sustancias, más se extiende su consumo. Hay
jóvenes que creen en los efectos positivos del cannabis.

 La movilidad de la población; los momentos de movilidad (cambios de


residencia, cambios de colegio) son momentos de especial
vulnerabilidad.

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 Las normas y leyes de la comunidad; la creación de normas que
limiten el uso de drogas disminuye el riesgo de abuso.

Factores del individuo y sus relaciones con el entorno:

 Historia familiar del alcoholismo; aparece en muchos estudios como un


factor predictor del abuso de drogas.

 Pautas educativas; algunas pautas de crianza pueden ser factores


asociados al uso indebido de drogas (déficit o exceso de disciplina,
excesiva implicación de uno de los padres, baja comunicación familiar,
limites poco claros, bajas expectativas acerca de los hijos…).

 Actitudes y modelos de conducta por parte de los padres; actitudes


positivas de los padres hacia las drogas se asocian al uso indebido de
las mismas por parte de los hijos (uso de drogas en el hogar).

 Conflictos familiares; ausencia de lazos familiares y baja implicación de


la madre hacia sus hijos, también puede ser un factor de inicio del
consumo, así como conflictos dentro de la familia de otro tipo.

 Los valores; estudios demuestran una diferencia de valores entre


sujetos que delinquen y los no delincuentes. Los primeros tienden a la
búsqueda de placer y a la activación, entre otras cosas.

 La agresividad; la agresividad temprana y sobre todo en niños tímidos,


es un factor asociado al uso problemático de drogas.

 La búsqueda de sensaciones; la necesidad real de estimulación debido


a las características bio-fisiológicas que caracterizan a estos sujetos,
también está íntimamente relacionado con el abuso de drogas.

 Otros problemas de conducta; hiperactividad, rebeldía, pobre


autocontrol, alienación, conducta antisocial, disconformidad con las
normas, etc., así como la violencia y la delincuencia.

 Las actitudes hacia las drogas; esto incluye las creencias sobre las
sustancias, las expectativas sobre sus efectos, las intenciones de uso,

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etc. Estos factores están relacionados con el consumo experimental de
sustancias.

 El fracaso escolar; todos aquellos factores que alienan de alguna forma


al individuo, también son factores de riesgo (fracaso).

 El grupo de iguales; la asociación con pares consumidores es uno de


los factores más asociados con el uso de drogas.

Pasos y requisitos para un programa de prevención de drogas:

1. Análisis de necesidades e identificación de poblaciones de


riesgo: identificar las características de la comunidad y su perfil de
riesgo; además identificar o construir instrumentos de medida o
evaluación.

2. Establecimiento de objetivos y metas de prevención: Objetivo:


Evitar el consumo de drogas. Metas:

 Implantar comportamientos adaptativos a largo plazo.

 Inducir autocontrol específico respecto a los comportamientos de salud


actuales.

 Desarrollar estrategias que contrarresten los factores responsables de


la génesis del consumo.

 Entrenar competencias y habilidades para la vida, tanto personales


como sociales: de afrontamiento, de toma de decisiones, de
comunicación y para resistir la presión social.

3. Planificación y establecimiento de estrategias de cambio:

 Proporcionar un mensaje claro a favor del no uso de drogas.

 Clarificar que los jóvenes son responsables de sus propias decisiones.

 Proporcionar información científicamente comprobada.

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 No utilizar material que enseñe cómo obtener, preparar o consumir
drogas.

 No utilizar argot o jergas.

 Utilizar un material apropiado para la edad y necesidades de la


población.

 Las estrategias de cambio serán derivadas de la psicología del


aprendizaje: estrategias instruccionales, de modelado y de
condicionamiento.

4. Identificación de recursos-necesidades: Comprobar si se tienen los


recursos humanos necesarios para desarrollar la planificación, diseño,
implantación y evaluación del programa de prevención, así como los
recursos materiales.

5. Si tenemos los recursos suficientes: Implantación:

 Llevar a cabo el programa.

 Evaluar en los momentos del proceso oportunos, y al final los


resultados; evaluación a corto y a largo plazo de los resultados del
programa.

6. Revisión del programa.

 Hacer un informe de la intervención.

 Proponer los cambios pertinentes en el programa de prevención.

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6 RECURSOS BIBLIOGRÁFICOS.
UNIDAD

ACADEMIA DE PSICOLOGÍA DE ESPAÑA (2017): Progresos y crisis en


psicología clínica: tratamientos basados en la evidencia y crisis del
diagnóstico. Madrid. Pirámide.

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de problemas de salud mental. Madrid. Pirámide.

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Guía de escalas de medición en español. Barcelona, Edimac.

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(traducción española de la 4ª Ed, 2000).

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CABALLO, E.V. (2015): Manual de técnicas de terapia de modificación de


conducta. Madrid. Siglo XXI.

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DELGADO LOSADA, M. L. (2014): Fundamentos de Psicología. Para ciencias


sociales y de la salud. Madrid. Panamericana.

FERNANDEZ BALLESTEROS R. (1995): Evaluación de programas: Una guía


práctica en ámbitos sociales, educativos y de salud. Madrid, Síntesis.

FONSECA PEDRERO, E. (2018): Evaluación de los trastornos del espectro


psicótico. Madrid. Pirámide.

GIL ROALES-NIETO, J. (2004): Psicología de la Salud. Madrid, Pirámide

GÓMEZ D. Y SABURIDO, X.L. (Eds.). Salud y Prevención. Nuevas


aportaciones desde la evaluación psicológica. Santiago de Compostela:
Servicio de Publicaciones de la Universidad de Santiago.

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Promolibro.

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of Prevention. London, Sage.

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Madrid. Bubok Editorial.

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do it. Hove. United Kingdom. Psychology Press.

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de Sanidad y Consumo.

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curación. Oviedo, Pentalfa.

PÉREZ, M., FERNÁNDEZ HERMIDA, J.R., FERNANDEZ RODRÍGUEZ, C. y


AMIGO, I. (Coords.) (2003). Guía de tratamientos psicológicos eficaces II.
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Barcelona: Masson.

SAN MARTÍN, H. y PASTOR, V. (1988). Salud comunitaria. Madrid, Díaz de


Santos.

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York, Wiley.

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Madrid: Díaz de Santos

SIMÓN, M.A. (Ed.) (1992). Comportamiento y Salud. Valencia, Promolibro.

SIMÓN, M.A. (Ed.) (1993). Psicología de la salud. Aplicaciones clínicas y


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intervention and research. San Francisco, Ca: Jossey-Bass

TAYLOR, S.E. (2008). Health Psychology (7th. Ed.). New York, McGraw Hill.

VALLÉS ARÁNDIGA, A. (2016): Modificación de la Conducta. Alcoy: Marfil.

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EVALUACIÓN
Las cuestiones correspondientes al presente módulo que deben de ser
enviadas al centro, como pruebas de evaluación y seguimiento a distancia,
son las siguientes:

1. Básicamente, de qué cuestiones se encarga la Psicología de la


Salud.

2. De una definición de Psicología Clínica.

3. Indique los objetivos principales que se exponen de la psicología


de la salud.

4. En el ejercicio de la función de diagnóstico, el psicólogo clínico y de


la salud habrá de tomar decisiones. Indique cuáles son.

5. Exponga lo más relevante sobre la función de Tratamiento e


intervención.

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