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Decisión 02271. Sala Político Administrativa. 24-11-2004.

Expediente 04-1736
Recurso de nulidad y acción de amparo. Competencia de las Cortes Contencioso Administrativo
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SALA POLÍTICO ADMINISTRATIVA
PONENCIA CONJUNTA

Mediante escrito presentado ante esta Sala el día 6 de octubre de 2004, el ciudadano José Manuel
González, titular de la cédula de identidad Nº 6.848.326, actuando en su carácter de Director Gerente de
la sociedad mercantil TECNO SERVICIOS YES´CARD, C.A., inscrita ante el Registro Mercantil VI de la
Circunscripción Judicial del Distrito Federal y Estado Miranda (hoy, Registro Mercantil de la
Circunscripción Judicial del Estado Vargas), en fecha 14 de diciembre de 1990, bajo el Nº 46, Tomo 96-A-
Pro; procediendo igualmente en su carácter de Presidente de la CÁMARA NACIONAL DE TALLERES
MECÁNICOS (CANATAME), sociedad civil inscrita ante la Oficina Subalterna del Tercer Circuito de
Registro de la Circunscripción Judicial del Municipio Libertador del Distrito Metropolitano, el 31 de agosto
de 1961, bajo el número 41, folio 109, Tomo 3, Protocolo Primero, asistido por el abogado Eduardo
Antonio Mejías Locantore, inscrito en el Inpreabogado bajo el Nº 77.992; interpuso recurso contencioso
administrativo de nulidad por ilegalidad conjuntamente con solicitud de amparo cautelar contra el acto
administrativo dictado el 13 de agosto de 2004, por la SUPERINTENDENCIA PARA LA PROMOCIÓN Y
PROTECCIÓN DE LA LIBRE COMPETENCIA, contenido en la Resolución Nº SPPLC/0050-04, en la que
se estableció “en su TÍTULO VII 1 [DE LAS ORDENES, específicamente la orden Nº 2º] ‘...el
establecimiento y aplicación efectiva y transparente de criterios objetivos para la incorporación y
desincorporación en las listas de talleres autorizados, que contribuyan a disminuir la exclusión arbitraria
de talleres de latonería y pintura en las mencionadas listas’. Todo ello con el ánimo de que las listas
permitan disminuir las asimetrías existentes en la información disponible para los consumidores o
usuarios. En consecuencia, con base en lo anteriormente señalado se ordena la inclusión en las listas de
talleres autorizados, de aquellos talleres de latonería y pintura que reúnan los requisitos exigidos por las
empresas Seguros Pan American C.A., Seguros Nuevo Mundo S.A., Seguros Caracas de Liberty Mutual
C.A., Adriática de Seguros C.A., Seguros La Seguridad C.A., C.N.A. Seguros La Previsora, Seguros
Mercantil C.A.’”.
Igualmente, solicitó la suspensión de los efectos del acto impugnado, de conformidad con lo dispuesto en
el artículo 21 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia; así como medida cautelar innominada
de conformidad con lo establecido en los artículos 585 y 588 del Código de Procedimiento Civil.
El 7 de octubre de 2004, se dio cuenta en Sala y se designó ponente al Magistrado Hadel Mostafá
Paolini, a los fines de decidir sobre la admisibilidad del recurso de nulidad y la acción de amparo.

FUNDAMENTOS DEL RECURSO Y DE LA ACCIÓN DE AMPARO

En el escrito presentado ante esta Sala por el ciudadano José Manuel González, actuando en su carácter
de Director Gerente y Presidente, respectivamente, de la sociedad mercantil Tecno Servicios Yes´Card,
C.A., y de la Cámara Nacional de Talleres Mecánicos (CANATAME), señaló lo siguiente:
Que el 19 de marzo de 2001, interpuso una denuncia ante la Superintendencia para la Promoción y
Protección de la Libre Competencia, con la finalidad de que se iniciara un procedimiento administrativo a
las sociedades mercantiles Seguros Pan American, C.A., Seguros Nuevo Mundo S.A., Seguros Caracas
de Liberty Mutual, C.A., Adriática de Seguros, C.A., Seguros La Seguridad, C.A., Seguros Orinoco, C.A.,
Seguros Mercantil, C.A. y C.N.A Seguros La Previsora, “por considerar que la imposición de ‘baremos’ de
parte de las aseguradoras a los talleres, las listas de ‘talleres autorizados’ y de ‘proveedores de repuestos
autorizados’, así como, la existencia de un Oligopolio entre las denunciadas manifestando (sic) en
prácticas concertadas, por cuanto constituyen elementos para estimar que en el mercado producto de los
talleres especializados en latonería y pintura se están realizando prácticas restrictivas a la libre
competencia”.
Que la Superintendencia para la Promoción y Protección de la Libre Competencia, modificó la
competencia administrativa que le fue conferida, toda vez que -según alega- en la norma del artículo 29
de la Ley para Promover y Proteger el Ejercicio de la Libre Competencia, “NO EXISTE la facultad de
ordenar a los particulares (comerciantes) la elaboración de ‘listas de talleres autorizados Exclusionarias’”.
Que en el presente caso se violó el principio de la reserva legal, toda vez que la Superintendencia creó
un procedimiento ad hoc “de manera indefinida” con la finalidad de regular los mecanismos de selección
de los talleres que harán las reparaciones.
Que lo establecido en la “Decisión 2 y la orden 2” dictadas por la Superintendencia de Promoción y
Protección de la Libre Competencia y contenidas en la Resolución impugnada, imponen a sus
representadas una carga imposible de cumplir, dado que resultaron excesivas y desproporcionadas y -a
su decir- vulneraron el derecho a la libre actividad económica de todos los talleres de latonería y pintura.
Que la Superintendencia incurrió en un error de interpretación de las previsiones contenidas en el artículo
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12 de la Ley para Promover y Proteger el Ejercicio de la Libre Competencia, por cuanto dedujo que “los
comerciantes no lograron probar la existencia de un ‘contrato’ entre las aseguradores (sic) y los talleres
mecánicos, en razón de haber mencionado que únicamente se refiere la Ley a ‘contrato’”.
Que el acto impugnado es de imposible e ilegal ejecución dado que la facultad de ordenar la obligación
de crear unas “Listas Exclusionarias”, está atribuida únicamente al Presidente de la República de
conformidad con lo establecido en el artículo 18 de la Ley para Promover y Proteger el Ejercicio de la
Libre Competencia.
Que la Superintendencia al fijar el monto de la caución impuesta en la Resolución impugnada, viola el
derecho a la tutela judicial efectiva por cuanto estableció una desigualdad económica y jurídica al no
poder el interesado satisfacer la caución fijada por la Administración, lo que -a su decir- supone una
frustración de tal derecho. De allí, que solicita la suspensión de los efectos del acto impugnado en cuanto
al pago de la caución impuesta.
Así mismo, se señala que la Resolución impugnada se encuentra viciada de falso supuesto de hecho y
de derecho, debido a que la Superintendencia aplicó indebidamente lo dispuesto en el artículo 29 de la
Ley para Promover y Proteger el Ejercicio de la Libre Competencia, el cual no le otorga la facultad de
ordenar a los particulares la elaboración de listas de talleres autorizados y además, agregó, por haber
hecho uso de una supuesta potestad discrecional para determinar el ámbito de aplicación de la Ley y fijar
el monto de la caución en la suma de doscientos millones de bolívares (Bs. 200.000.000,oo),
estableciendo -a su decir- “una intolerable desigualdad económica y jurídica, con la existencia de una
conducta prohibida.”
Agregó, que la Superintendencia usurpó funciones judiciales, ya que al ordenar “el establecimiento y
aplicación de listas de talleres autorizados”, se arrogó la competencia de controlar la actividad
desarrollada por las compañías aseguradoras y los talleres mecánicos, infringiendo así el principio de la
legalidad, pues tanto las aseguradoras como los talleres mecánicos, son personas “de carácter privado”,
y por ende están sujetos al control de su juez natural.
Que la Administración no valoró las pruebas presentadas en el procedimiento administrativo, lo cual vicia
el acto administrativo impugnado de nulidad absoluta.
Que la Resolución impugnada incurrió en extralimitación de atribuciones, al pretender determinar cuál es
el tipo de contrato que deben celebrar las aseguradoras con los talleres mecánicos para la reparación de
los vehículos siniestrados.
Que en el acto recurrido se violó el principio de legalidad, así como los principios de racionalidad y
proporcionalidad administrativa y además, hubo desviación de poder.
Expuesto lo anterior, solicitó la desaplicación, por vía de control difuso de la constitucionalidad, del
artículo 54 de la Ley para Promover y Proteger el Ejercicio de la Libre Competencia.
Finalmente, solicitó se suspendan por vía cautelar los efectos del acto impugnado, y que en la sentencia
de mérito se declare la nulidad del mismo.

II. PUNTO PREVIO

Es menester destacar que por sentencia N° 402, de fecha 20 de marzo de 2001 (caso: Marvin Enrique
Sierra Velasco), esta Sala Político-Administrativa, luego de concluir en la necesidad de reforzar la idea de
una tutela judicial efectiva, consideró de obligada revisión el trámite que se le ha venido dando a la acción
de amparo ejercida de forma conjunta, pues si bien con ella se persigue la protección de derechos
fundamentales, ocurre que el procedimiento seguido al efecto se ha mostrado incompatible con la
intención del constituyente de 1999, el cual se encuentra orientado a la idea de lograr el restablecimiento
de derechos de rango constitucional en la forma más expedita posible.
Por ello, se estableció que el carácter accesorio e instrumental propio del amparo ejercido de manera
conjunta, hace posible asumirlo en idénticos términos que una medida cautelar, con la diferencia de que
el primero alude exclusivamente a la violación de derechos y garantías de rango constitucional,
circunstancia ésta que por su trascendencia, hace aún más apremiante el pronunciamiento sobre la
procedencia de la medida solicitada.
Atendiendo a tales consideraciones y al poder cautelar del juez contencioso-administrativo, vista la
celeridad e inmediatez necesarias para atacar la transgresión de un derecho de naturaleza constitucional,
estimó la Sala que en tanto se sancione la nueva ley que regule lo relacionado con la interposición y
tramitación de esta especial acción, es necesaria la inaplicación del trámite previsto en los artículos 23,
24 y 26 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, por considerar que
el mismo es contrario a los principios que informan la institución del amparo, lo cual no es óbice para que
continúen aplicándose las reglas de procedimiento contenidas en dicha Ley, en todo aquello que no
resulte incongruente a la inmediatez y celeridad requerida en todo decreto de amparo.
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En su lugar, acordó una tramitación similar a la seguida en los casos de otras medidas cautelares, por lo
que, una vez admitida la causa principal por la Sala, debe emitirse al mismo tiempo un pronunciamiento
sobre la providencia cautelar de amparo solicitada, con prescindencia de cualquier otro aspecto,
cumpliéndose así con el propósito previsto en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Afirmó la Sala en dicho fallo y así lo ratifica en esta oportunidad, que la tramitación así seguida no reviste
en modo alguno, violación del derecho a la defensa de la parte contra quien obra la medida, pues ésta
podrá hacer la correspondiente oposición, una vez ejecutada la misma, siguiendo a tal efecto el
procedimiento pautado en los artículos 602 y siguientes del Código de Procedimiento Civil; ello ante la
ausencia de un iter indicado expresamente por la Ley, conforme a la previsión contenida en el artículo
102 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia derogada, la cual se encuentra en similares
términos en el primer aparte in fine del artículo 19 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia de
la República Bolivariana de Venezuela publicada en la Gaceta Oficial N° 37.942 de fecha 20 de mayo de
2004; procediendo entonces este Máximo Tribunal, previo el examen de los alegatos y pruebas
correspondientes, a la revocación o confirmación de la medida acordada como consecuencia de la
solicitud de amparo cautelar.
Concluyó así la Sala, que cuando se proponga la solicitud de amparo conjuntamente con la acción de
nulidad, una vez decidida la admisibilidad de la acción principal, deberá resolverse de forma inmediata
sobre la medida cautelar requerida y en caso de ser acordada, se abrirá cuaderno separado con el objeto
de tramitar la oposición respectiva, remitiéndose éste seguidamente al Juzgado de Sustanciación
conjuntamente con la pieza principal contentiva del recurso de nulidad, a fin de que se continúe la
tramitación correspondiente.

III. COMPETENCIA DE LA SALA

Corresponde entonces a esta Sala pronunciarse previamente acerca de su competencia para conocer y
decidir la presente causa y en tal sentido considera pertinente señalar que conforme a la citada
sentencia, el conocimiento del recurso de nulidad y del amparo cautelar ejercidos conjuntamente, se
determina por la competencia para conocer de la acción principal. Ello conduce al establecimiento previo
de la competencia para conocer de la nulidad de autos. Al respecto, se observa lo siguiente:
Se ha interpuesto recurso contencioso-administrativo de nulidad contra el acto administrativo dictado el
13 de agosto de 2004 por la Superintendencia para la Promoción y Protección de la Libre Competencia,
materializado en la Resolución N° SPPLC/0050-04, en la que se estableció “en su TÍTULO VII 1 [DE LAS
ORDENES, específicamente la orden Nº 2º] ‘...el establecimiento y aplicación efectiva y transparente de
criterios objetivos para la incorporación y desincorporación en las listas de talleres autorizados, que
contribuyan a disminuir la exclusión arbitraria de talleres de latonería y pintura en las mencionadas listas’.
Todo ello con el ánimo de que las listas permitan disminuir las asimetrías existentes en la información
disponible para los consumidores o usuarios. En consecuencia, con base en lo anteriormente señalado
se ordena la inclusión en las listas de talleres autorizados, de aquellos talleres de latonería y pintura que
reúnan los requisitos exigidos por las empresas Seguros Pan American C.A., Seguros Nuevo Mundo
S.A., seguros Caracas de Liberty Mutual C.A., Adriática de Seguros C.A., Seguros La Seguridad C.A.,
C.N.A. Seguros La Previsora, Seguros Mercantil C.A.’ ”.
Una vez señalado lo anterior, deben observarse las disposiciones contenidas en los artículos 259 y 266
de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que establecen lo siguiente:
“Artículo 259: La jurisdicción contencioso administrativa corresponde al Tribunal Supremo de Justicia y a
los demás tribunales que determine la ley. Los órganos de la jurisdicción contencioso administrativa son
competentes para anular los actos administrativos generales o individuales contrarios a derecho, incluso
por desviación de poder; condenar al pago de sumas de dinero y a la reparación de daños y perjuicios
originados en responsabilidad de la Administración; conocer de reclamos por la prestación de servicios
públicos; y disponer lo necesario para el restablecimiento de las situaciones jurídicas subjetivas
lesionadas por la actividad administrativa.”.
“Artículo 266: Son atribuciones del Tribunal Supremo de Justicia:
...(omissis) ...
5. Declarar la nulidad total o parcial de los reglamentos y demás actos administrativos generales o
individuales del Ejecutivo Nacional, cuando sea procedente.
...(omissis) ...

Las atribuciones señaladas en el numeral 1 serán ejercidas por la Sala Constitucional; las señaladas en
los numerales 2 y 3, en Sala Plena; y las contenidas en los numerales 4 y 5 en Sala Político
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Administrativa. Las demás atribuciones serán ejercidas por las diversas Salas conforme a lo previsto por
esta Constitución y la ley.” (Destacado de la Sala).
Por su parte, el artículo 5, numerales 30 y 31, de la recientemente sancionada Ley Orgánica del Tribunal
Supremo de Justicia de la República Bolivariana de Venezuela, establece:
“Artículo 5: Es de la competencia del Tribunal Supremo de Justicia como más alto Tribunal de la
República:
...(omissis) ...
30. Declarar la nulidad total o parcial de los reglamentos y demás actos administrativos generales o
individuales del Poder Ejecutivo Nacional, por razones de inconstitucionalidad o ilegalidad;
31.- Declarar la nulidad, cuando sea procedente por razones de inconstitucionalidad o de ilegalidad, de
los actos administrativos generales o individuales de los órganos que ejerzan el Poder Público de rango
Nacional;
...(omissis)...

El Tribunal conocerá en Sala Plena los asuntos a que se refiere este artículo en los numerales 1 al 2. En
Sala Constitucional los asuntos previstos en los numerales 3 al 23. En Sala Político Administrativa los
asuntos previstos en los numerales 24 al 37....” (Resaltado de la Sala).
Con relación a las normas citadas, este Alto Tribunal estima necesario continuar con el criterio
interpretativo aplicado al ordinal 10 del artículo 42 de la derogada Ley Orgánica de la Corte Suprema de
Justicia, referido a que la competencia de esta Sala en materia de control de los actos dictados por la
Administración Pública, a través del recurso contencioso administrativo de anulación se circunscribe a los
actos administrativos dictados por los órganos superiores de la Administración Pública Central, los cuales
son el Presidente o Presidenta de la República, el Vicepresidente Ejecutivo o la Vicepresidenta Ejecutiva,
el Consejo de Ministros, los Ministros o Ministras, los Viceministros o Viceministras, según lo dispone el
artículo 45 de la Ley Orgánica de la Administración Pública, publicada en la Gaceta Oficial Nº 37.305 del
17 de octubre de 2001; asimismo, le corresponde conocer de los actos emanados de las máximas
autoridades de los órganos superiores de consulta de la Administración Pública Central, los cuales según
la norma indicada son: la Procuraduría General de la República, el Consejo de Estado, el Consejo de
Defensa de la Nación, los gabinetes sectoriales y gabinetes ministeriales, salvo que no estén atribuidos a
otra autoridad.
Conforme a lo expuesto, resulta evidente que el caso de autos no se ajusta al supuesto de hecho
establecido en las normas transcritas, esto es, al contenido en el numeral 5 del artículo 266 del Texto
Constitucional y a los numerales 30 y 31 del artículo 5 de la Ley Orgánica que rige las funciones de este
Alto Tribunal.
En consecuencia, por cuanto el acto cuya nulidad se pretende es un acto administrativo de efectos
particulares dictado por una autoridad distinta a las señaladas en el artículo 45 de la Ley Orgánica de la
Administración Pública, y en tanto que los actos administrativos dictados por dicha autoridad
administrativa, es decir, la Superintendencia para la Promoción y Protección de la Libre
Competencia, han venido siendo sometidos al control jurisdiccional de la Corte Primera de lo
Contencioso Administrativo en virtud de la competencia residual que le estaba atribuida, y visto que esta
Sala Político-Administrativa, mediante Resolución s/n de fecha 15 de julio de 2004, en ejercicio de la
atribución que le confiere el artículo 6, numeral 23, de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia
de la República Bolivariana de Venezuela, en virtud de lo establecido en el artículo 255 de la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela, y de conformidad con lo acordado en Sala Plena de este
Tribunal Supremo de Justicia, en Resolución N° 2003-00033 de fecha 10 de diciembre de 2003,
publicada en la Gaceta Oficial N° 37.866 de fecha 27 de enero de 2004; resolvió designar a los Jueces de
las Cortes Primera y Segunda de lo Contencioso Administrativo, las cuales se instalarán y comenzarán a
ejercer sus competencias y atribuciones, a partir de la fecha de la designación de los jueces que la
conformarán, es decir, a partir del 15 de julio de 2004, fecha de la Resolución indicada supra; son motivos
por los cuales esta Sala en definitiva afirma que corresponde a las aludidas Cortes, en primera instancia,
y no a esta Sala Político-Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, el conocimiento del presente
recurso contencioso administrativo de nulidad ejercido conjuntamente con solicitud de amparo cautelar.
Ahora bien, advierte esta Sala que el presente recurso se interpuso ante este Máximo Órgano Judicial de
la República, inducida o compelida la parte recurrente por la expresión equívoca que le señaló
PROCOMPETENCIA en el acto impugnado, en cuanto a que: “se informa a los interesados que la
presente decisión, según dispone el artículo 53 de la Ley para Promover y Proteger el Ejercicio de la
Libre Competencia, agota la vía administrativa por lo que en su contra sólo podrá interponerse el
Recurso Contencioso Administrativo de Anulación dentro de un lapso de cuarenta y cinco (45)
días continuos contados a partir de la notificación de la presente decisión, el cual, deberá ser
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presentado ante la Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, tal y como lo
prevé el artículo 5º, numeral 30 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia” (destacados
con negrilla y subrayado por esta Sala); por tal razón, se considera necesario declinar en las aludidas
Cortes el conocimiento del caso, en lugar de declararlo inadmisible, como procedería conforme al
mandato legal establecido en el aparte quinto del artículo 19 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de
Justicia de la República Bolivariana de Venezuela. Así se decide.
En este mismo orden de ideas, considera la Sala necesario exhortar a la Superintendencia para la
Promoción y Protección de la Libre Competencia, a fin de evitar interpretaciones de la Ley que no le
están atribuidas, en el sentido de considerar que su actividad -contrariamente a lo establecido
reiteradamente por la jurisprudencia- debe ser controlada por esta Sala en única instancia, ya que como
se indicó, si bien dicho organismo se encuentra adscrito al Ministerio de la Producción y el Comercio,
goza de autonomía funcional, y por ende, los actos que de el emanan son subsumibles dentro de la
competencia residual que tienen atribuida las Cortes de lo Contencioso Administrativo.
Ello así, esta Sala ordena remitir el expediente a la Unidad de Recepción y Distribución de Documentos
(URDD) de las Cortes de lo Contencioso Administrativo para que, una vez realizada su distribución, se
tramite, sustancie y decida el presente recurso, así como se provea inmediatamente sobre las medidas
cautelares solicitadas. Así se declara.

IV. DE LAS COMPETENCIAS DE LAS CORTES DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO

Determinada la competencia para conocer del caso de autos, en el que se ha impugnado un acto
administrativo cuyo control jurisdiccional le corresponde a las Cortes de lo Contencioso Administrativo,
según la competencia residual que le había sido atribuida por la hoy derogada Ley Orgánica de la Corte
Suprema de Justicia y la jurisprudencia, considera la Sala necesario delimitar en esta oportunidad las
competencias que deben ser asumidas por dichos órganos jurisdiccionales, por cuanto si bien la
mencionada ley contenía disposiciones transitorias que organizaban la jurisdicción contencioso-
administrativa, atribuyendo competencia para conocer de casos como el presente, sin embargo, la recién
promulgada Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia de la República Bolivariana de Venezuela
(Gaceta Oficial Nº 37.942 del 20 de mayo de 2004), no establece el orden de competencias de los
tribunales que la integran.
Siendo ello así, esto es, ante el silencio de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, y la
inexistencia de una Ley que regule la jurisdicción contencioso-administrativa, es propicia la ocasión para
que la Sala, tal y como lo ha hecho en otras oportunidades (véase sentencias Nos. 1.209 del 2 de
septiembre, 1.315 del 8 de septiembre y 1.900 del 27 de octubre todas del año 2004), actuando como
ente rector de la aludida jurisdicción, delimite el ámbito de competencias que deben serle atribuidas, en el
caso concreto, a las Cortes de lo Contencioso Administrativo, siguiendo a tales efectos y en líneas
generales, los criterios competenciales de la derogada Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia, así
como las interpretaciones que sobre la misma fue produciendo la jurisprudencia, todo ello armonizado
con las disposiciones de la nueva Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia de la República
Bolivariana de Venezuela, y los principios contenidos en el texto constitucional vigente.
En este sentido, debe precisarse que en la derogada Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia,
además de las competencias que en segunda instancia le eran atribuidas a la Corte Primera de lo
Contencioso Administrativo (ahora Cortes Primera y Segunda de lo Contencioso Administrativo), para
conocer de las apelaciones que se interpusieran contra las decisiones dictadas por los Tribunales
Superiores Contenciosos Regionales (artículos 181 y 182), se establecía en el artículo 185 como
competencia de dicho órgano jurisdiccional lo siguiente:
“Artículo 185. La Corte Primera de lo Contencioso-Administrativo, será competente para conocer:
1.- De los conflictos de competencia que surjan entre tribunales de cuyas decisiones pueda conocer en
apelación;
2.- De los recursos de hecho intentados contra las decisiones relativas a la admisibilidad de la apelación
en las causas cuyo conocimiento le corresponda en segunda instancia.
3.- De las acciones o recursos de nulidad que puedan intentarse por razones de ilegalidad contra los
actos administrativos emanados de autoridades diferentes a las señaladas en los ordinales 9º, 10, 11 y
12 del artículo 42 de esta Ley, si su conocimiento no estuviere atribuido a otro Tribunal;
4.- De las apelaciones que se interpongan contra las decisiones dictadas, en primera instancia, por los
tribunales a que se refiere el artículo 181 de esta Ley o que conozcan de recursos especiales
contencioso-administrativos;
5.- De los juicios de expropiación intentados por la República;
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6.- De cualquier acción que se proponga contra la República o algún Instituto Autónomo o empresa en la
cual el Estado tenga participación decisiva, si su cuantía excede de un millón de bolívares, pero no pasa
de cinco millones de bolívares y su conocimiento no está atribuido por la Ley a otra autoridad;
7.- De las controversias que se susciten con motivo de la adquisición, goce, ejercicio o pérdida de la
nacionalidad o de los derechos que de ella derivan, sin perjuicio de lo establecido en la Cuarta
Disposición Transitoria de la Constitución;
8.- De cualquier otra acción o recurso que le atribuyan las leyes.”

Con relación a lo antes expuesto, considera la Sala, en primer lugar, que deben darse parcialmente por
reproducidas las disposiciones que en la materia contenía la derogada Ley Orgánica de la Corte Suprema
de Justicia, adaptándolas al nuevo texto que rige las funciones de este Alto Tribunal, la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela y la jurisprudencia de este Máximo Tribunal.
Así, atendiendo a las recientes sentencias dictadas por esta Sala en las cuales se ha regulado
transitoriamente la competencia de jurisdicción contencioso-administrativa, considera la Sala que las
Cortes de lo Contencioso Administrativo son competentes para conocer:
1.- Los conflictos de competencias que surjan entre los tribunales de cuyas decisiones puedan conocer
en apelación, es decir, de los posibles conflictos de competencias que puedan surgir entre los Juzgados
Superiores Contenciosos en las distintas regiones del país.
2.- De los recursos de hecho intentados contra las decisiones relativas a la admisibilidad de la apelación
en las causas cuyo conocimiento le corresponda en segunda instancia.
3.- De las acciones o recursos de nulidad que puedan intentarse por razones de ilegalidad o
inconstitucionalidad contra los actos administrativos emanados de autoridades diferentes a las señaladas
en los numerales 30 y 31 del artículo 5 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia de la
República Bolivariana de Venezuela, si su conocimiento no estuviere atribuido a otro Tribunal.
4.-. De las apelaciones que se interpongan contra las decisiones dictadas, en primera instancia por los
Tribunales Contencioso Administrativos Regionales. (Véase sentencia de esta Sala N° 1.900 del 27 de
octubre de 2004).
5.- Conocer de las demandas que se propongan contra la República, los Estados, los Municipios, o algún
Instituto Autónomo, ente público o empresa en la cual alguna de las personas políticos territoriales
(República, Estados o Municipios) ejerzan un control decisivo y permanente, en cuanto a su dirección o
administración se refiere, si su cuantía excede de diez mil unidades tributarias (10.000 U.T), que
actualmente se ajusta a la cantidad de doscientos cuarenta y siete millones de bolívares con cero
céntimos (Bs. 247.000.000,00), hasta setenta mil una unidades tributarias (70.001 U.T.), que equivalen a
la cantidad de un mil setecientos veintinueve millones veinticuatro mil setecientos bolívares con cero
céntimos (Bs. 1.729.024.700,oo), por cuanto la unidad tributaria para la presente fecha tiene un valor de
veinticuatro mil setecientos bolívares sin céntimos (Bs. 24.700,00); siempre que su conocimiento no esté
atribuido a otro tribunal. (Véase sentencia No. 1.209 del 2 de septiembre de 2004).
6.- Conocer de todas las demandas que interpongan la República, los Estados, los Municipios, o algún
Instituto Autónomo, ente público o empresa en la cual alguna de las personas políticos territoriales
(República, Estados o Municipios) ejerzan un control decisivo y permanente, en cuanto a su dirección o
administración se refiere, contra los particulares o entre sí, si su cuantía excede de diez mil unidades
tributarias (10.000 U.T), que actualmente se ajusta a la cantidad de doscientos cuarenta y siete millones
de bolívares con cero céntimos (Bs. 247.000.000,00), hasta setenta mil una unidades tributarias (70.001
U.T.), que equivalen a la cantidad de un mil setecientos veintinueve millones veinticuatro mil setecientos
bolívares con cero céntimos (Bs. 1.729.024.700,oo), por cuanto la unidad tributaria para la presente fecha
tiene un valor de veinticuatro mil setecientos bolívares sin céntimos (Bs. 24.700,00); si su conocimiento
no está atribuido a otro tribunal. (Véase sentencia N° 1.315 del 8 de septiembre de 2004).
7.- De las cuestiones de cualquier naturaleza que se susciten con motivo de la interpretación,
cumplimiento, caducidad, nulidad, validez o resolución de los contratos administrativos en los cuales sean
parte la República, los Estados, los Municipios, o algún Instituto Autónomo, ente público o empresa, en la
cual alguna de las personas políticos territoriales (República, Estados o Municipios) ejerzan un control
decisivo y permanente, en cuanto a su dirección o administración se refiere, si su cuantía excede de diez
mil unidades tributarias (10.000 U.T), que actualmente equivale a la cantidad de doscientos cuarenta y
siete millones de bolívares con cero céntimos (Bs. 247.000.000,00), hasta setenta mil una unidades
tributarias (70.001 U.T.), que equivalen a la cantidad de un mil setecientos veintinueve millones
veinticuatro mil setecientos bolívares con cero céntimos (Bs. 1.729.024.700,oo), por cuanto la unidad
tributaria para la presente fecha tiene un valor de veinticuatro mil setecientos bolívares sin céntimos (Bs.
24.700,00); si su conocimiento no está atribuido a otro tribunal. (Véase sentencia No. 1.209 del 2 de
septiembre de 2004).
Decisión 02271. Sala Político Administrativa. 24-11-2004. Expediente 04-1736
Recurso de nulidad y acción de amparo. Competencia de las Cortes Contencioso Administrativo
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8.- De las abstenciones o negativas de autoridades o funcionarios distintos a los establecidos en el
numeral 26 del artículo 5 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia de la República Bolivariana
de Venezuela, o distintos a los de carácter estadal o municipal, a cumplir específicos y concretos actos a
que estén obligados por las leyes.
9.- De las reclamaciones contra las vías de hecho imputadas a órganos distintos a los establecidos en los
numerales 26, 27, 30 y 31 del artículo 5 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia de la
República Bolivariana de Venezuela, si su conocimiento no está atribuido a otro tribunal.
10.- De las acciones de reclamo por la prestación de servicios públicos ofrecidos por autoridades
distintas a las locales, esto es, estadales o municipales, cuya competencia corresponde a los Tribunales
Contencioso Administrativos Regionales, o en todo caso, a las que expresamente no le correspondan a
esta Sala; y si su conocimiento no está atribuido a otro tribunal.
11.- De las controversias que se susciten con motivo de la adquisición, goce, ejercicio o pérdida de la
nacionalidad o de los derechos que de ella derivan;
12.- De cualquier otra acción o recurso cuyo conocimiento le atribuyan las leyes. (Ejemplo de ello es la
competencia atribuida en el artículo 23 de la Ley de Expropiación por Causa de Utilidad Pública o Social
publicada en Gaceta Oficial N° 37.475 del 1° de julio de 2002, cuando la expropiación la solicita la
República).

Contra las decisiones dictadas con arreglo a los numerales 3, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11 y 12 podrá interponerse
apelación dentro del lapso de cinco (5) días, por ante esta Sala Político-Administrativa.
Finalmente debe advertir esta Sala, que las competencias establecidas supra, son transitorias hasta tanto
se dicte la ley respectiva, por lo que en ejercicio de su función rectora esta Sala por vía jurisprudencial
podrá, ampliar, modificar o atribuir otras competencias a los órganos jurisdiccionales que conforman el
contencioso-administrativo. Así se declara.

V. DECISIÓN

En virtud de los razonamientos expuestos, esta Sala Político- Administrativa del Tribunal Supremo de
Justicia, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la ley, declara:
1.- Que corresponde a las Cortes de lo Contencioso Administrativo la COMPETENCIA para conocer
el recurso contencioso-administrativo de nulidad ejercido conjuntamente con acción de amparo
constitucional por el ciudadano José Manuel González, actuando en su carácter de Director Gerente de la
sociedad mercantil TECNO SERVICIOS YES´CARD, C.A.; e igualmente, en su carácter de Presidente de
la CÁMARA NACIONAL DE TALLERES MECÁNICOS (CANATAME), asistido por el abogado Eduardo
Antonio Mejías Locantore, contra el acto administrativo dictado por la SUPERINTENDENCIA PARA LA
PROMOCIÓN Y PROTECCIÓN DE LA LIBRE COMPETENCIA, contenido en la Resolución Nº
SPPLC/0050-04, en la que se estableció “en su TITULO VII 1 [DE LAS ORDENES, específicamente la
orden Nº 2º] ‘el establecimiento y aplicación efectiva y transparente de criterios objetivos para la
incorporación y desincorporación en las listas de talleres autorizados, que contribuyan a disminuir la
exclusión arbitraria de talleres de latonería y pintura en las mencionadas listas’. Todo ello con el ánimo de
que las listas permitan disminuir las asimetrías existentes en la información disponible para los
consumidores o usuarios. En consecuencia, con base en lo anteriormente señalado se ordena la
inclusión en las listas de talleres autorizados, de aquellos talleres de latonería y pintura que reúnan los
requisitos exigidos por las empresas Seguros Pan American C.A., Seguros Nuevo Mundo S.A., seguros
Caracas de Liberty Mutual C.A., Adriática de Seguros C.A., Seguros La Seguridad C.A., C.N.A. Seguros
La Previsora, Seguros Mercantil C.A.’ ”.
2.- Dada la relevancia del presente fallo, toda vez que define transitoriamente las competencias de las
Cortes de lo Contencioso Administrativo, se ordena su publicación en la Gaceta Oficial de la República
Bolivariana de Venezuela, quedando intitulado en el sumario como “Competencias de las Cortes de lo
Contencioso Administrativo”.

Publíquese, regístrese y comuníquese. Remítase el expediente a la Unidad de Recepción y Distribución de


Documentos (URDD) de las Cortes de lo Contencioso Administrativo y copia de la presente decisión a la
Superintendencia para la Promoción y Protección de la Libre Competencia. Cúmplase lo ordenado.

Dada, firmada y sellada en el Salón de Despacho de la Sala Político-Administrativa del Tribunal Supremo
de Justicia, en Caracas a los veintitrés (23) días del mes de noviembre de dos mil cuatro (2004). Años
194º de la Independencia y 145º de la Federación.
Decisión 02271. Sala Político Administrativa. 24-11-2004. Expediente 04-1736
Recurso de nulidad y acción de amparo. Competencia de las Cortes Contencioso Administrativo
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El Presidente
LEVIS IGNACIO ZERPA

El Vicepresidente
HADEL MOSTAFÁ PAOLINI

La Magistrada,
YOLANDA JAIMES GUERRERO

La Secretaria,
ANAÍS MEJÍA CALZADILLA

Exp. Nº 2004-1736

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