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La Liturgia de la Eucaristía

Formado, transformado y enviado

La Eucaristía es el “signo” y la Todos se reúnen relación recta con Dios, con los demás, con
“causa” de nuestra comunión nosotros mismos y con toda la creación.
Al reunirnos para el culto y el rito de entrada
con Dios y nuestra unidad
ponen de relieve que nos reunimos como
como Pueblo de Dios. En la Oración de los fieles
comunidad. Nos reunimos como una sola
Eucaristía “nos unimos ya a familia, cada uno proviniendo de su vida Como escribió San Juan Pablo II, en la
la liturgia del cielo” y los unos y situaciones individuales. Con el canto de oración de los fieles “se recuerdan no sólo
a los otros. Transformados entrada elevamos nuestras voces formando un las necesidades de la comunidad cristiana,
somos enviados a cumplir coro unido. El ministro ordenado nos guía en sino las de toda la humanidad” y la Iglesia
la voluntad de Dios en la señal de la cruz, la cual expresa la divina “hace suyos ‘el gozo y la esperanza, la
nuestra vida cotidiana comunión que existe entre las personas de la tristeza y la angustia de los hombres de
(Catecismo de la Iglesia Santísima Trinidad; y nosotros respondemos nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y
Católica [CIC], nos. 1325- con una sola voz comunitaria. Al trazar de todos los afligidos’” (Dies Domini [Sobre
26, 1332). De esta manera la señal de la cruz nos dirigimos a Dios, la santificación del Domingo], no. 38).
ofreciéndonos a su presencia transformadora.
la liturgia eucarística es
Presentación de las ofrendas (el
social por naturaleza. Es
Acto penitencial ofertorio)
la celebración mediante la
cual Dios nos lleva hacia Durante el acto penitencial reconocemos el Presentar donaciones para compartir con los
la comunión con él y con pecado que afecta a nuestra relación con pobres, junto con la presentación del pan y
los demás, formándonos y Dios, con nosotros mismos, con los demás y el vino, formaba parte de la tradición incluso
transformándonos para que con el mundo que nos rodea. Buscamos el de las primeras comunidades cristianas.
amor y perdón sanadores de Cristo para que Los escritos de los santos Pablo, Ambrosio,
vivamos siendo el Cuerpo de
así podamos ser transformados—tanto como Juan Crisóstomo, Justino Mártir y Cipriano
Cristo en el mundo.
individuos como comunidad—en un pueblo describen estas donaciones que ayudaban
de amor. Durante la oración del confiteor a los huérfanos, las viudas, los enfermos,
pedimos a los miembros de la comunidad los cautivos y los forasteros transeúntes. San
celestial, a “Santa María, siempre Virgen, Juan Pablo II nos recuerda que presentamos
a los ángeles, a los santos,” y a nuestros ante el altar algo más que nuestro dinero o
hermanos y hermanas que nos rodean donaciones, pan y vino; también presentamos
que recen por nosotros, así como nosotros nuestros corazones. Al presentar nuestras
rezamos por ellos. ofrendas contribuimos “una exigente cultura
del compartir, llevada a cabo tanto entre los
Liturgia de la Palabra miembros mismos de la comunidad como en
toda la sociedad” (Dies Domini, no. 70).
Es ahora cuando escuchamos la
“proclamación de las maravillas obradas
Plegaria Eucarística
por Dios en la historia de la salvación”
(San Pablo VI, Sacrosanctum Concilium, Durante la Plegaria Eucarística el sacerdote
[Constitución sobre la sagrada Liturgia] 35). reza para que podamos compartir en la
A través de la Sagrada Escritura también comunión de los apóstoles, santos y mártires,
recibimos enseñanzas y somos instruidos recordando verdaderos e inspiradores
en la justicia (2 Tim 3:16). Somos guiados ejemplos de “tantos santos, que son para
e instruidos en la fe y en cómo vivir una nosotros un ejemplo vivo de culto eucarístico”

Los Sacramentos y la Misión Social 11


(San Juan Pablo II, Dominicae Cenae permitas que me separe de ti.” Al rezar nuestra vida sea “eucarística,” para
[Sobre el misterio y el culto de la para ser fieles a las enseñanzas de la que así “el cristiano que participa en
Eucharistía], no. 5). A medida que Iglesia buscamos la ayuda de Dios en la Eucaristía aprende de ella a ser
continúa la Plegaria Eucarística se nuestra vida diaria para poder seguir los promotor de comunión, de paz y de
nos recuerda el sacrificio de Cristo mandamientos de las Escrituras y de la solidaridad en todas las circunstancias
para hacernos un “pueblo santo” y Tradición de nuestra Iglesia, los cuales de la vida” (San Juan Pablo II, Mane
permitirnos “gozar todos juntos de la nos llevan a una relación recta y de Nobiscum Domine, 27). San Juan Pablo
plenitud eterna de [la] gloria” de Dios. amor con Dios, con nosotros mismos y II compartió el siguiente reto:
La cuarta plegaria nos recuerda el deseo con los demás.
del Padre de que “no vivamos ya para Antes de recibir la Comunión ¿Por qué no dar al día del Señor
nosotros mismos” y que llevemos “a reconocemos que no somos dignos y un mayor clima en el compartir,
plenitud su obra en el mundo.” rogamos por la sanación de Dios en poniendo en juego toda la
Durante la Consagración el Espíritu nosotros y en nuestra comunidad. Nos creatividad de que es capaz la
Santo transforma los dones sobre el preparamos para entrar en comunión caridad cristiana? Invitar a comer
altar en el Cuerpo y la Sangre de Jesús. con Cristo y el Espíritu Santo, y también consigo a alguna persona sola,
El sacrificio de Cristo no se queda los unos con los otros. San Juan Pablo visitar enfermos, proporcionar comida
sobre el altar, sino que llega a nuestros II escribió en Dominicae Cenae: “Nos a alguna familia necesitada, dedicar
corazones al participar nosotros en acercamos comunitariamente a la mesa.” alguna hora a iniciativas concretas
él, para que lleguemos a conocer, y Recibimos a Cristo como un “don y de voluntariado y de solidaridad,
vivir, el amor que está presente en el gracia para cada uno” pero también sería ciertamente una manera de
sacrificio. El anamnesis (“Hagan esto en la “unidad de su Cuerpo, que es la llevar en la vida la caridad de Cristo
en conmemoración mía”) nos recuerda Iglesia” (4). La Eucaristía es “sacramento recibida en la Mesa eucarística.
las palabras de Cristo durante la Última de unidad” de la Iglesia (12). (Dies Domini, no. 72)
Cena e invita a nuestra participación
“en la dinámica de su entrega” (Papa Bendición final y despedida La participación en la Eucaristía sana
Benedicto XVI, Deus Caritas Est, 13). nuestras relaciones “con Dios, consigo
El rito de conclusión y la despedida nos
Es el “amor del Señor resucitado, que mismo, con los demás y con el mundo,”
prepararan para la misión: fortalecidos
también hoy parte el pan por nosotros y por lo tanto afecta “la semana entera
por el Espíritu Santo vivimos nuestra
y repite: ‘Haced esto en memoria y nos motiva a incorporar el cuidado
consagración bautismal en el mundo.
mía’,” que fortalece a los cristianos de la naturaleza y de los pobres” (Papa
Renovados con la Eucaristía somos
“para defender la dignidad de todos, Francisco, Laudato Si’ [Sobre el cuidado
enviados de nuevo a nuestra vida
especialmente de los más pobres” (Papa de la casa común], no. 237).
cotidiana para transformar nuestra
Francisco, Homilía del Corpus Christi, El Papa Benedicto XVI nos recuerda,
comunidad y el mundo.
26 de mayo de 2016). igualmente, que nuestra “comunión entre
San Juan Pablo II escribió que la
hermanos y hermanas” en la Eucaristía
oración después de la comunión, la
Rito de la Comunión debe hacer que nazca en nosotros “la
bendición final y la despedida deberían
voluntad de transformar también las
Con el rezo del Padrenuestro alabamos llevar a “quienes han participado en la
estructuras injustas para restablecer el
al Padre, rogamos que venga su Eucaristía” a sentir “más profundamente
respeto de la dignidad del hombre,
Reino a la tierra y proclamamos de la responsabilidad que se les confía.” Al
creado a imagen y semejanza de Dios”
nuevo la necesidad que tenemos de volver a su vida cotidiana los discípulos
(Sacramentum Caritatis [Sacramento de
reconciliarnos con Dios y con los demás. de Cristo son llamados a “hacer de toda
la caridad], no. 89). La transformación
Durante el rito de la paz ofrecemos su vida un don, un sacrificio espiritual
que lleva a cabo Cristo en la Eucaristía
nuestras manos y corazones a los demás agradable a Dios (cf. Rom 12:1). [Cada
debería obligarnos a afrontar las
como signos de nuestra comunión, discípulo] se siente deudor para con los
injusticias que degradan la vida o
perdón y unión. hermanos de lo que ha recibido en la
dignidad de los demás—los pobres,
Antes de que el sacerdote eleve la celebración” (Dies Domini, no. 45).
los no nacidos, los inmigrantes, los
hostia consagrada, este proclama cómo Las buenas noticias que hemos
ancianos—todos nuestros hermanos y
Cristo, “por voluntad del Padre y con la recibido deberían derramarse sobre
hermanas que están necesitados.
ayuda del Espíritu Santo,” dio “la vida nuestra vida y llevarnos a vivir nuestra
al mundo.” En nombre de la asamblea misión en el mundo. Es por ello que el Copyright © 2013, 2021, United States Conference of
el sacerdote reza: “Concédeme cumplir rito de conclusión no es un final, sino Catholic Bishops, Washington, DC. Todos los derechos
siempre tus mandamientos y jamás un principio, una llamada a que toda reservados. Se autoriza la reproducción de esta obra, sin
adaptaciones, para uso no comercial.

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