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PARROQUIA SAN NORBERTO

LA EUCARISTÍA
TEMA CONFIRMACIÓN 2016

20/08/2016

Para saber aprovechar los grandes frutos espirituales que se nos dan a través de la
Celebración Eucarística, hay que conocerla, entender sus gestos y símbolos y participar en
ella con reverencia.
INDICE

1.- BREVE HISTORIA DE LA EUCARISTÍA. (PÁG. 2)

2.- EXPLICACIÓN DEL GRAN VALOR DE LA SANTA MISA. (PÁG. 3)

3.- PARTES DE LA EUCARISTÍA. (PÁG. 4)

4.- ORACIONES Y RESPUESTAS EN UNA MISA. (PÁG. 5)

6.- POSTURAS QUE DEBEN OBSERVAR LOS FIELES EN LA CELEBRACIÓN DE LA SANTA MISA, SEGÚN LA
ORDENACIÓN GENERAL DEL MISAL ROMANO, Nº 21. (Pág. 9)

7.- PALABRAS QUE UTILIZAMOS PARA REFERIRNOS O PARTICIPAR DE LA EUCARISTÍA. (Pág. 9)

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I. BREVE HISTORIA DE LA EUCARISTÍA.

Como todos los sacramentos, la celebración de la eucaristía ha cambiado a través de los siglos. Los Primeros
Años. Hemos visto cómo la Eucaristía comenzó en La Última Cena y cómo las primeras comunidades
siguieron el mandato de Jesús de “partir el pan” en su nombre. (Hechos 2:42).

En la Primera Carta a los Corintios, San Pablo describe una eucaristía que se celebraba en una cena
comunitaria, que se compartía en las casas de los primeros cristianos. En esta cena se incluía la bendición del
pan y del vino, el partir el pan y la comunión. San Pablo nos relata los abusos en esta cena comunitaria. Por
ejemplo, algunas personas bebían demasiado; otras se olvidaban de compartir la cena con los pobres que
estaban entre ellos. Esto dejó atónito a Pablo ya que el propósito de la cena era la de celebrar al Señor en
medio de ellos. El comportarse egoístamente traía consigo una advertencia muy seria: “Cada uno ha de
examinarse a sí mismo y sólo entonces comer del pan o beber de la copa; porque la persona que come y bebe
sin reconocer al cuerpo está comiendo y bebiendo su propia condenación." (1 Cor 11:28-29).

Muy pronto, la eucaristía ya no se celebraba en la cena. Por ejemplo, cuando San Justino escribe sobre la
Eucaristía en el 150, no menciona la cena. Mientras el número de cristianos crecía, la Eucaristía se celebraba
independientemente de la cena comunitaria.

La Eucaristía Hoy en Día:


Hace muchos años, los teólogos comenzaron un movimiento litúrgico que fue aceptado por los líderes de la
Iglesia y esto llevó a algunas reformas importantes en la liturgia. El documento clave del Vaticano II La
Constitución de la Sagrada Liturgia (1963) fue el punto más saliente del movimiento de la reforma. Eso llevó
a la renovación de todos los sacramentos. Los cambios importantes que hoy los damos por hecho incluyen
lo siguiente.

 Celebramos la misa en el lenguaje vernáculo para que podamos entender plenamente lo que quiere
decir la misa.
 La liturgia de la palabra tiene mayor importancia. Las pautas indicaban al sacerdote a que
desarrollara su homilía basándose en las lecturas. Las lecturas dominicales giraban alrededor de un
ciclo de tres años. Este énfasis ha ayudado a que los católicos descubran las sagradas escrituras.
 Ahora el altar está de frente a la gente. Esto invita a un mejor entendimiento de lo que está
pasando en la eucaristía. Simbólicamente también, la misa invita a todos los que están presentes a
que participen más plenamente.
 La misa de hoy incluye la Oración de los Fieles, que es un vínculo entre la devoción eucarística y la
iglesia universal, el mundo y todos los que están sufriendo en la comunidad.
 La participación activa de la congregación es un aspecto importante de la liturgia después del
Vaticano II. Antes, era muy común hablar de “ir a misa.” Hoy, hacemos hincapié en “celebrar la
eucaristía.” La misa no es un asunto privado. Es un culto público en donde la comunidad, dirigida
por el sacerdote, se une para agradecer, alabar y adorar a Dios todos juntos.
 El rito actual permite recibir la comunión en la mano y la comunión bajo las dos especies.
 Los laicos pueden servir en muchos de los ministerios litúrgicos, por ejemplo, como lectores,
ministros eucarísticos, miembros del coro, ujieres y portadores de las ofrendas.

En resumen, el Vaticano II quiso hacer de la eucaristía una celebración de la comunidad entera. Muchas de
las reformas nos ayudan a entender mejor el simbolismo y el significado de la misa. También nos ayudan a
que nos reunamos todos juntos como una comunidad.

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II. EXPLICACIÓN DEL GRAN VALOR DE LA SANTA MISA.

Es el acto más grande, más sublime y más santo, que se celebra todos los días en la tierra. Nada hay más
sublime en el mundo que Jesucristo, y nada más sublime en Jesucristo que su Santo Sacrificio en la Cruz,
actualizado en cada Misa, puesto que la Santa Misa es la renovación del Sacrificio de la Cruz.

Misa, Cena y Cruz son un mismo sacrificio. Con razón decía San Bernardo: "Más merece el que devotamente
oye una Misa en gracia de Dios, que si diera todos sus bienes para sustento de los pobres".

"Oir una Misa en vida o dar una limosna para que se celebre, aprovecha más que dejarla para después de
la muerte." (San Anselmo)

"Más aprovecha para la remisión de la culpa y de la pena, es decir, para la remisión de los pecados, oir
una Misa que todas las oraciones del mundo" (Eugenio III Papa)

Con la Misa se tributa a Dios más honor, que el que pueden tributarle todos los Ángeles y Santos del cielo.
Puesto que el de éstos, es un honor de criaturas, mas en la Misa se le ofrece su mismo Hijo Jesucristo, que
le tributa un Honor Infinito. (San Alfonso Mª Ligorio).

Con la asistencia a la Misa, rindes el mayor homenaje a la Humanidad Santísima de Nuestro Señor Jesucristo.
Durante la Misa te arrodillas en medio de una multitud de Ángeles que asisten invisiblemente al Santo
Sacrificio con suma reverencia.

A la hora de tu muerte, tu mayor consolación serán las Misas que hayas oído durante tu vida. Cada Misa que
oíste, te acompañará al Tribunal Divino, y abogará para que alcances el Perdón.

Con cada Misa, puedes disminuir el castigo temporal que debes por tus pecados, en proporción con el
Fervor con que la oigas.

Con cada Misa aumentas tus grados de gloria en el Cielo. En ella recibes la bendición del Sacerdote, que Dios
ratifica en el Cielo.

Santa Teresa suplicaba un día al Señor, le indicara cómo podría pagarle todas las mercedes que le había
dispensado y le contestó "oyendo una Misa".

"Todas las buenas obras del mundo reunidas, no equivalen al Santo Sacrificio de la Misa, porque son obras
de los hombres, mientras que la Misa es obra de Dios. En la Misa, es el mismo Jesucristo Dios y Hombre
Verdadero el que se ofrece al Padre para remisión de los pecados de todos los hombres y al mismo tiempo
le rinde un Honor Infinito". (El Santo Cura de Ars)

El calvario fue el primer Altar, el Altar verdadero, después todo el Altar se convierte en Calvario.

No hay en el mundo lengua con que poder expresar la grandeza y el valor de la Santa Misa. Si la verdad es
que Cristo se ofrece al Padre Eterno todos los días en la Santa Misa por la salvación de los hombres, por la
salvación de todo el mundo ¿vamos a dejarlo sólo? Busquemos la hora diaria para unirnos a Jesús en la
Santa Misa, para adorar al Padre y darle el honor que se merece, para darle gracias por tantos favores
recibidos, para aplacar su ira irritada por tantos pecados y darle plena satisfacción por ellos e implorar gracia
y misericordia para todos los hombres del mundo, en fin, para agrandar el Cielo y hacer más Gloriosa la
Pasión de Cristo. También la Celebración de la Eucaristía, es un momento de encuentro personal con Cristo,
es una instancia donde los cristianos buscan renovarse, alimentarse de Cristo, pedir perdón al señor por sus
faltas, reencontrarse con Cristo, pero también es un momento para escuchar a Dios, debido a que es él

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mismo quién nos habla e invita a dicha celebración, para que juntos podamos avanzar en el camino de la fe
y en la misión diaria que Dios nos encomienda.

III. PARTES DE LA EUCARISTÍA.

Actualmente la eucaristía es considerada que se divide en 4 partes, en donde cada una de ellas, tiene gestos
y símbolos importantes, de tal forma que nos ayudan a comprender y vivir este encuentro con Dios de la
manera correcta. Estas 4 partes son: Rito Inicial, Liturgia de la Palabra, Liturgia Eucarística, Rito Final, en
cada una de ellas ocurre episodios esenciales para vivir la misa.

 RITOS INICIALES: Son ritos introductorios a la celebración y nos preparan para escuchar la palabra y
celebrar la eucaristía. Comprende: Entrada - Señal de la cruz - Saludo - Acto penitencial - Gloria -
Oración colecta.

 Procesión de entrada: Llegamos al templo y nos disponemos para celebrar el misterio más grande
de nuestra fe. Acompañamos la procesión de entrada cantando con alegría.

 Saludo inicial: Después de besar el altar y hacer la señal de la cruz, el sacerdote saluda a la
asamblea.

 Acto penitencial: Pedimos humildemente perdón al Señor por todas nuestras faltas.

 Gloria: Alabamos a Dios, reconociendo su santidad, al mismo tiempo que nuestra necesidad de Él.

 Oración / Colecta: Es la oración que el sacerdote, en nombre de toda la asamblea, hace al Padre. En
ella recoge todas las intenciones de la comunidad.

 LITURGIA DE LA PALABRA: Escuchamos a Dios, que se nos da como alimento en su Palabra, y


respondemos cantando, meditando y rezando. Comprende: Primera Lectura - Salmo Responsorial -
Segunda Lectura - Aleluya - Evangelio - Homilía - Credo - Oración universal.

 Primera lectura: En el Antiguo Testamento, Dios nos habla a través de la historia del pueblo de
Israel y de sus profetas.

 Salmo: Meditamos rezando o cantando un salmo.

 Segunda lectura: En el Nuevo Testamento, Dios nos habla a través de los apóstoles.

 Evangelio: El canto del Aleluya nos dispone a escuchar la proclamación del misterio de Cristo. Al
finalizar aclamamos diciendo: "Gloria a ti, Señor Jesús".

 Homilía: El celebrante nos explica la Palabra de Dios.

 Credo: Después de escuchar la Palabra de Dios, confesamos nuestra fe.

 Oración de los fieles: Rezamos unos por otros pidiendo por las necesidades de todos.

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 LITURGIA DE LA EUCARISTÍA: Tiene tres partes: Rito de las ofrendas, Gran Plegaria Eucarística (es el
núcleo de toda la celebración, es una plegaria de acción de gracias en la que actualizamos la muerte y
resurrección. de Jesús) y Rito de comunión.

 Presentación de dones: Presentamos el pan y el vino que se transformarán en el cuerpo y la sangre


de Cristo. Realizamos la colecta en favor de toda la Iglesia. Oramos sobre las ofrendas.

 Prefacio: Es una oración de acción de gracias y alabanza a Dios, al tres veces santo.

 Epíclesis: El celebrante extiende sus manos sobre el pan y el vino e invoca al Espíritu Santo, para
que por su acción los transforme en el cuerpo y la sangre de Jesús.

 Consagración: El sacerdote hace "memoria" de la última cena, pronunciando las mismas palabras
de Jesús. El pan y el vino se transforman en el cuerpo y en la sangre de Jesús.

 Aclamación: Aclamamos el misterio central de nuestra fe.

 Intercesión: Ofrecemos este sacrificio de Jesús en comunión con toda la Iglesia. Pedimos por el
Papa, por los obispos, por todos los difuntos y por todos nosotros.

 Doxología: El sacerdote ofrece al Padre el cuerpo y la sangre de Jesús, por Cristo, con él y en él, en
la unidad del Espíritu Santo. Todos respondemos: "Amén".

 Padre nuestro: Preparándonos para comulgar, rezamos al Padre como Jesús nos enseñó.

 Comunión: Llenos de alegría nos acercamos a recibir a Jesús, pan de vida. Antes de comulgar
hacemos un acto de humildad y de fe.

CONDICIONES PARA PODER COMULGAR:


a) Se debe estar sin pecado.
Si tienes un pecado mortal, de ninguna manera puedes comulgar sin ir antes a confesarte.
Si tienes un pecado venial, pequeño o leve, basta con que tú pidas a Dios perdón de
corazón para que puedas acercarte a comulgar.

b) Se debe cumplir el ayuno, o sea, no comer nada una hora antes de comulgar, por
respeto y como sacrificio.

- La Iglesia recomienda recibir la comunión siempre que vayamos a misa. Es obligación


recibir la comunión al menos una vez al año, si es posible en tiempo pascual, después del
domingo de resurrección.
- Cuando comulgas es la mejor oportunidad que tienes de platicarle a Dios nuestro Señor
todas tus cosas: lo que te alegra, lo que te preocupa, etc.
- Dale gracias por todas las cosas buenas que te ha dado.
- Dile que lo amas mucho y que tratas cada día de ser bueno y de cumplir su voluntad.
- Pídele que te ayude a ti y a todos los hombres.
- Ofrécele cada acto que hagas en tu vida.

LA COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Cuando no es posible recibir la comunión en una Iglesia, puedes hacer una Comunión
Espiritual, esto es, recibir espiritualmente a Jesús en tu alma, rezando con fe la oración
siguiente:

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¨Creo, Jesús mío, que estas realmente presente en el Santísimo Sacramento del
altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo ardientemente recibirte dentro de mi alma,
pero no pudiendo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi
corazón. Quédate conmigo y no permitas que me separe de ti. ¨

 Oración: Damos gracias a Jesús por haberlo recibido, y le pedimos que nos ayude a vivir en
comunión.

 RITOS DE DESPEDIDA: Son ritos que concluyen la celebración.

 Bendición: Recibimos la bendición del sacerdote.

 Despedida y envío: Alimentados con el pan de la Palabra y de la Eucaristía, volvemos a nuestras


actividades, a vivir lo que celebramos, llevando a Jesús en nuestros corazones.

IV. ORACIONES Y RESPUESTAS EN UNA MISA.

Entrada y saludo inicial.


S: En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
R: Amén.
S: La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo estén con
vosotros.
R: Y con tu espíritu.

Acto penitencial.
S: Para celebrar dignamente estos sagrados misterios, reconozcamos nuestros pecados.
R: Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante vosotros, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento,
palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María, siempre
Virgen, a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos, que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.
S: Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida
eterna.
R: Amén.
S: Señor, ten piedad.
R: Señor, ten piedad.
S: Cristo, ten piedad.
R: Cristo, ten piedad.
S: Señor, ten piedad.
R: Señor, ten piedad.

Gloria. (Domingos y días festivos).


R: Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te

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alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias. Señor Dios, Rey celestial, Dios
Padre todopoderoso. Señor Hijo único, Jesucristo, Señor Dios Cordero de Dios, Hijo del Padre; Tú que quitas
el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; Tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica;
Tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; Porque sólo tú eres Santo, sólo tú
Señor, sólo tú Altísimo Jesucristo. Con el Espíritu Santo, en la gloria de Dios Padre. Amén.

Final de la oración.
S: Por Jesucristo... que vive y reina por los siglos de los siglos (otra versión: Por Jesucristo nuestro Señor).
R: Amén.

Liturgia de la Palabra
(Final de la 1ª y 2ª lectura)
Lector: Palabra de Dios.
R: Te alabamos, Señor.
(Lectura del Evangelio)
S: (Al inicio) El Señor esté con vosotros.
R: Y con tu espíritu.
S: Lectura del Santo Evangelio, según San...
R: Gloria a ti, Señor.
S: (Al final) Palabra del Señor.
R: Gloria y Honor a ti, Señor Jesús.

Profesión de fe: Credo. (Domingos y festivos).


R: Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo,
nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció
bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día
resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la
comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

Presentación de las ofrendas.


S: (Pan) Bendito seas, Señor... será para nosotros pan de vida.
R: Bendito seas por siempre, Señor.
S: (Vino) Bendito seas, Señor... será para nosotros bebida de salvación.
R: Bendito seas por siempre, Señor.
S: Orad, hermanos, para que este sacrificio, mío y vuestro, sea agradable a Dios, Padre todopoderoso.
R: El Señor reciba de tus manos este sacrificio para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de
toda su santa Iglesia.

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Plegaria eucarística.
S: El Señor esté con vosotros.
R: Y con tu espíritu.
S: Levantemos el corazón.
R: Lo tenemos levantado hacia el Señor.
S: Demos gracias al Señor nuestro Dios.
R: Es justo y necesario.
S: (Proclama el Prefacio correspondiente al día).
R: Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo. Llenos están los cielos y la tierra de tu gloria. Hosanna
en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.

Después de la consagración.
S: Éste es el Sacramento de nuestra fe.
R: Anunciamos tu muerte, proclamamos tu Resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!

Final de la plegaria eucarística.


S: Por Cristo... todo honor y toda, gloria, por los siglos de los siglos.
R: Amén.

Rito de la comunión.

(Recitación del Padrenuestro)

R: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu
voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como
también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
Amén.
S: Líbranos... esperamos la venida gloriosa de nuestro Señor Jesucristo.
R: Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.

Rito de la paz.
S: Señor Jesucristo... vives y reinas por los siglos de los siglos.
R: Amén.,
S: La paz del Señor esté siempre con vosotros.
R: Y con tu espíritu.
S: Daos fraternalmente la paz.
(Según sea la costumbre, se intercambia un signo de paz con los más cercanos).
R: Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros (se repite dos veces). Cordero
de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz.

Comunión de los fieles.


S: Éste es el Cordero de Dios... invitados a la Cena del Señor.

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R: Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.
S: El Cuerpo de Cristo.
R: Amén.

Rito de conclusión y despedida.


S: El Señor esté con vosotros.
R: Y con tu espíritu.
S: La bendición de Dios todopoderoso... (Todos se santiguan) descienda sobre nosotros.
R: Amén.
S: Podéis ir en paz.
R: Demos gracias a Dios.

V. POSTURAS QUE DEBEN OBSERVAR LOS FIELES EN LA CELEBRACIÓN DE LA SANTA MISA, SEGÚN LA
ORDENACIÓN GENERAL DEL MISAL ROMANO, Nº 21.

1. Desde el principio hasta el comienzo de la Liturgia de la palabra: DE PIE.


2. Durante las lecturas que preceden al Evangelio y el salmo responsorial: SENTADOS.
3. Durante el canto del Aleluya que precede al Evangelio y durante la proclamación del mismo: DE PIE.
4. Durante la homilía: SENTADOS.
5. Durante la profesión de fe (Credo) y la oración de los fieles: DE PIE.
6. Mientras se hace la preparación de los dones en el ofertorio, hasta el "Orad, hermanos" inclusive:
SENTADOS.
7. Desde que comienza la «oración sobre las ofrendas» hasta el momento de la consagración:
DE PIE.
8. Durante la consagración, DE RODILLAS, «a no ser que lo impida la estrechez del lugar, la aglomeración de
la concurrencia o cualquier otra causa razonable».
9. Terminada la consagración y la elevación del cáliz, con la genuflexión del sacerdote, hasta el final de la
misa: DE PIE.
10. Pero, "según la oportunidad, a lo largo del sagrado silencio que se observa después de la comunión",
SENTADOS.

VI. PALABRAS QUE UTILIZAMOS PARA REFERIRNOS O PARTICIPAR DE LA EUCARISTÍA.

ACÓLITO: Ministro no ordenado. El acólito ayuda al Presbítero y al Diácono en el altar. Se le confía también
la distribución de la Comunión cuando hace falta, bien en la Misa, bien fuera de ella, especialmente a los
enfermos.

ALELUYA (o Alleluya o Aleluia): Palabra hebrea que significa “alabad y Yahvé”, “alaben al Señor”. Es una
exclamación de alabanza. En tiempos de penitencia, como la Cuaresma, no se utiliza.

ALTAR: Piedra o mesa en la que antiguamente se ofrecían sacrificios u otras ofrendas a Dios. Hoy sólo se
ofrece en el altar el sacrificio de la Santa Misa. Representa a Cristo, por eso se le saluda, inciensa. Después
del Concilio Vaticano II se prefiere hablar de 'mesa', más que de altar.

AMÉN: Palabra hebrea que ha pasado a todos los idiomas y significa “de acuerdo”, “es cierto”, “así sea”.
Respondemos “amén” a la oración que alguien reza en voz alta, en nombre de nosotros, para afirmar que la
hacemos realmente nuestra y deseamos que se realice lo que pedimos.

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ASAMBLEA: Comunidad de creyentes reunidos para una celebración religiosa.

BENDICIÓN: Invocación de la protección de Dios y su espíritu santificador sobre una persona, un lugar o
una cosa; generalmente recitando un sacerdote unas palabras rituales o haciendo la señal de la cruz.

CALI: Contribución a la Iglesia.

CÁLIZ: Copa que emplea el sacerdote en la celebración Eucarística.

CATÓLICO: Significa “universal”. La Iglesia se llama católica porque está abierta a todos los hombres de
cualquier raza o condición.

COMUNIÓN: Unidad en la fe, de todos los católicos. También se refiere al acto de recibir la Hostia
consagrada en la celebración Eucarística porque expresa esa unidad a Cristo y su Iglesia.

COMUNIÓN DE LOS SANTOS: Unión profunda que existe entre Cristo y todos los que están vinculados a Él
por la fe en la Tierra, en el Purgatorio y en el Cielo.

CONSAGRACIÓN: En la Misa se consagra el pan y el vino. Es el momento más importante de la misa,


cuando el Padre repite las palabras que Jesús pronunció en la última cena, (Tomad y comed, Tomad y
bebed), al decir estas palabras el pan y el vino se convierten en el cuerpo y la sangre de Cristo. Solamente los
sacerdotes ordenados pueden hacerlo

CURA: Sacerdote encargado de una Parroquia. Cura es casi lo mismo que párroco. De por sí significa
“cuidado”. En este caso, cuidado de almas.

EUCARISTÍA: Sacramento por el que se celebra y actualiza el misterio Pascual de Jesús. Este, en la Última
Cena de su vida, en vez de celebrar la antigua pascua judía, se entregó a sí mismo, transformando de
antemano su condena de muerte en un sacrificio voluntario para la salvación del mundo. Etimológicamente
significa una oración de acción de gracias.

EVANGELIO: La Buena Nueva de Nuestro Señor Jesucristo recogida en los libros de San Mateo, San
Marcos, San Lucas y San Juan.

FE: Actitud fundamental del cristiano por la que pone en Dios toda su confianza y cree lo que Dios le
enseña por su Hijo y por la Iglesia.

GLORIA: significa 'fama', 'honor', esplendor' y 'buena reputación'. También se utiliza para referirse a un
gran gozo, gusto o placer. En religiones como el Cristianismo, también significa 'paraíso' o el lugar donde van
los bienaventurados después de la muerte.

HOMILÍA: Predicación que el obispo, el sacerdote o el diácono hacen durante la misa, después de la
proclamación del Evangelio, en relación con la Escritura leída o con otra parte de la celebración, con la vida
de los oyentes y con el misterio celebrado.

HOSTIA: Término proveniente del latín, que significa “víctima”. Designa el Pan que el sacerdote consagra
en la misa.

HOSANNA: Proviene del latín bíblico hosanna, según otra fuente “hosanna” procede del arameo, que es la
lengua que hablaba Jesús y los primeros cristianos de Jerusalén. La expresión significa "Salva, te rogamos",

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"Salva, ahora" o "Ayuda, te pedimos". La multitud en la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén gritaba
"Hosanna", probablemente como una oración para que la salvación viniera a Israel mediante el Mesías (Mt.
21:9, 15; Mr. 11:9, 10; Jn. 12:13).

LITURGIA DE LA PALABRA: Acto de oración comunitaria en la que el contenido central es escuchar textos
de la Palabra de Dios, orar y dar gracias. Puede ser un acto aislado o parte de otro mayor.
Es una asamblea pequeña o grande que se reúne para escuchar diversos textos bíblicos, intercalados con
cantos y oraciones. De ser posible también con una homilía, a cargo de un sacerdote o un diácono.

LITURGIA EUCARÍSTICA: Precisamente corresponde a la parte central de la Misa, después de la Liturgia de


la Palabra y de las ofrendas. Actualización del sacrificio de Cristo. Sólo la puede presidir una persona
ordenada como sacerdote (que ha recibido el sacramento del Orden Sacerdotal). Él tiene el poder de
CONSAGRAR el pan y el vino: por las palabras de la CONSAGRACIÓN, el pan y el vino se convierten en el
Cuerpo y la Sangre de Jesucristo. Si no hay CONSAGRACIÓN, NO HAY MISA.

OFERTORIO: Es el momento cuando unas personas llevan al altar el pan y el vino, se lo dan al sacerdote y
éste da gracias a Dios por ellos y dice que serán para nosotros pan de vida y bebida de salvación.

OFRENDAS: Los dones que se llevan al altar para ser consagrados (pan, vino, agua). Otros dones que se
presentan en el mismo momento con otra finalidad: caridad, obsequio, etc.

PREFACIO: Oración que, en el rito romano, concluye el ofertorio e introduce el canon de la Misa, que es
donde se incluye la consagración. Se trata de una oración de acción de gracias y se canta todos los días del
año. Con esta oración "la Iglesia da gracias al Padre, por Cristo, en el Espíritu Santo, por todas sus obras, por
la creación, la redención y la santificación. Toda la asamblea se une entonces a la alabanza incesante que la
Iglesia celestial, los ángeles y todos los santos cantan al Dios tres veces santo"

PRESBITERIO: a) Lugar del Templo en torno al altar, reservado a los ministros durante la celebración.
b) El conjunto de los presbíteros que con el obispo son los responsables primeros de la pastoral de una
diócesis.

PROCLAMACIÓN: La Proclamación de las Lecturas, de la Palabra, del Evangelio, etc. Es el hecho de leerlas
o proferirlas ante la asamblea con cierta solemnidad, respeto y veneración.

PROFESIÓN DE FE: El hecho de proferir públicamente los contenidos substanciales de la propia fe. A veces
se da el nombre también a la misma fórmula que encierra dichos contenidos.

PUEBLO DE DIOS: Expresión para referirse a todos los cristianos. Con ella el Concilio Vaticano II quiso
recalcar que todos los creyentes somos la Iglesia.

SACERDOTE: Término que se emplea para designar a quien ha recibido el sacramento del Orden
Sacerdotal, o sea, el Ministerio ordenado. El sacerdote colabora con el obispo en su acción pastoral, en la
enseñanza, la predicación del Evangelio y la celebración de los sacramentos. También se les llama
‘presbíteros‘, ‘curas‘ y ‘clérigos‘. Y en su conjunto conforman el ‘clero‘ de una diócesis.

SACRAMENTO: Acción ritual y festiva de Cristo y de la Iglesia por la cual el creyente celebra e incrementa
su unión con Cristo. Los sacramentos son: Bautismo, Confirmación, Reconciliación, Eucaristía, Orden
Sagrado, Matrimonio, Unción de los Enfermos.

SACRISTÍA: Habitación en la que se guardan los objetos que son necesarios para la Santa Misa, como por
ejemplo hostias sin consagrar, cálices, casullas, etc. En especial, es empleado por el párroco y demás
oficiantes como lugar para realizar las preparaciones necesarias y para cambiarse antes y después de la
misa.

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SALMO: Composición poético-musical propia sobre todo del pueblo hebreo. La mayor parte de los salmos
bíblicos se encuentran en el Libro de los Salmos, que contiene 150 composiciones de este género.

Señal de la Cruz (Forma corta o santiguarse) En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Referencia Bíblica Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo. Mateo 28,19

Señal de la Cruz (Forma larga o persignarse) Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos
Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Referencia Bíblica
«Vosotros, pues, orad así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre; venga tu Reino;
hágase tu Voluntad así en la tierra como en el cielo. Nuestro pan cotidiano dánosle hoy; y perdónanos
nuestras deudas, así como nosotros hemos perdonado a nuestros deudores; y no nos dejes caer en tentación,
mas líbranos del mal. «Que si vosotros perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a
vosotros vuestro Padre celestial; pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará
vuestras ofensas. Mateo 6,9-15.

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