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Impuesto saludable

El artículo 54 de la ley 2277


Colombia estableció dos tipos de impuestos saludables,
1. Impuestos bebidas Impuesto a las bebidas ultra procesadas azucaradas.
2. Impuesto a los productos comestibles ultra procesados con alto contenido de azúcar,
sodio y grasas saturadas.

Con la puesta en marcha de los llamados impuestos saludables, se busca promover la


adopción de mejores hábitos y desincentivar el consumo de alimentos que contengan
exceso de azúcar, grasas y sodio. "El objetivo del impuesto es decirle a las empresas
modifiquen su oferta y decirle a los consumidores que consuman más sano"

El responsable o sujeto pasivo de este impuesto son los productores y/o importadores de
los productos , así como las personas naturales que hayan obtenido ingresos brutos,
derivados de la venta de estos productos superiores a 10.000 UVT ($42.412.000) en el año
anterior o durante el año en curso.

Se aplicarán impuestos a las bebidas según la cantidad de azúcar que contengan por cada
100 mililitros. Los productos con un contenido menor a los seis gramos no pagan
impuesto, un umbral que lograron negociar las grandes empresas del sector y que evita
que la mayoría de sus bebidas sean afectadas; entre 6 y 10 gramos de azúcares añadidos
pagan 18 pesos colombianos en 2023 y pagarán 28 pesos en el año 2024. Finalmente, si el
contenido es mayor a los 10 gramos, el impuesto es de 35 pesos en 2023 y de 55 pesos en
2024.

El impuesto saludable también aplica en los alimentos ultra procesados que contengan
300 miligramos de sodio por cada 100 gramos. Lo mismo ocurre si tienen azúcares y/o
grasas saturadas que aporten a partir del 10% de valor energético total.
La tarifa que se aplicará a las bebidas azucaradas ultraprocesados estará en función del
contenido de azúcar en gramos por cada 100 mililitros (ml)

 Las bebidas azucaradas que tengan menos de 6 gramos (g) de azúcares


añadidos por cada 100 ml no pagarán impuestos.
 En las bebidas azucaradas que tengan entre 6 y 9,99 g de azúcar por cada
100 ml, la tarifa es de 18 pesos colombianos por cada 100 ml en 2023; de 28 pesos
colombianos por cada 100 ml en 2024; y de 38 pesos colombianos por cada 100 ml
en 2025.
 Y las bebidas que tengan 10 g de azúcar o más por cada 100 ml pagarán un
impuesto de 35 pesos colombianos por cada 100 ml en 2023; de 55 pesos
colombianos por cada 100 ml en 2024; y de 65 pesos colombianos por cada 100 ml
en 2025.
¿Para qué bebidas en específico aplica el impuesto, según la legislación?

 Bebidas gaseosas o carbonatadas


 Bebidas a base de malta
 Bebidas tipo té o café
 Bebidas a base de fruta en cualquier concentración
 Refrescos, zumos (jugos) y néctares de fruta
 Bebidas energizantes
 Bebidas deportivas
 Refrescos, aguas saborizadas y mezclas en polvo
Según la reforma, las bebidas o productos que quedan exentas de este impuesto
relacionado con el azúcar son:

 Las fórmulas infantiles.


 Medicamentos con incorporación de azúcares adicionados.
 Los productos líquidos o polvo para reconstituir cuyo propósito sea brindar
terapia nutricional para personas que no pueden digerir, absorber y/o metabolizar
los nutrientes provenientes de la ingesta de alimentos.
 Alimentos líquidos y/o polvos para propósitos médicos especiales.
 Soluciones de electrolitos para consumo oral diseñados para prevenir la
deshidratación producto de una enfermedad.
Alimentos ultraprocesados
En cuanto a los alimentos ultraprocesados, la reforma señala que "estarán sujetos a este
impuesto los productos comestibles ultraprocesados que como ingredientes se les haya
adicionado azúcares, sal/sodio y/o grasas y su contenido en la tabla nutricional supere los
siguientes valores":

 Sodio: igual o mayor a 1 miligramo (mg) por cada kilocaloría (kcal), o igual o
mayor a 300 mg por cada 100 g
 Azúcares: igual o mayor a 10% del total de energía proveniente de azúcares
libres
 Grasas saturadas: igual o mayor a 10% del total de energía proveniente de
grasas saturadas
La lista de productos que se verán afectados por el impuesto saludable es larga. Entre los
alimentos que se encuentran allí, destacan:

 Embutidos (excepto salchichón, mortadela y butifarra)


 Chocolate y otros alimentos que contengan cacao
 Productos de confitería sin cacao, incluido el chocolate blanco
 Mezclas y pastas para la preparación de panadería, pastelería y galletería
 Cereales obtenidos por inflado o tostado, como las hojuelas o copos de
maíz
 Hortalizas, frutas u otros frutos o sus cortezas que estén confitados con
azúcar
 Condimentos, sazonadores, salsas preparadas, mostazas, harina de mostaza
 Helados
 Productos constituidos con los componentes naturales de la leche (excepto
arequipe o dulce de leche)
¿Qué tarifas tendrán estos productos? Según la reforma:

 En 2023, la tarifa del impuesto saludable será de 10% para estos productos
 En 2024, la tarifa subirá a 15%
 Y en 2025, la tarifa será de 20%

A partir de 2026, las tarifas establecidas durante el año anterior se ajustarán cada primero
de enero de acuerdo con el mismo porcentaje en que se incremente la Unidad de Valor
Tributario (UVT), una medida que define la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales
(DIAN).
No se tendrán en cuenta frutas, verduras, tubérculos, leche, carnes, huevos, pescado,
granos y pan. Además, están exentos otros productos como las obleas, el salchichón, la
mortadela, el arequipe y el bocadillo.

PROS

Afectaciones a la salud

En Colombia, el exceso de peso (sobrepeso y obesidad), es una problemática priorizada en


salud pública, la cual, según la Encuesta Nacional de la Situación Alimentaria y Nutricional
2015 (ENSIN), ha aumentado en el país en todas las etapas de la vida.
Las cifras de obesidad y sobrepeso han ido aumento. Y para 2021 el ministerio de Salud
calculaba que un 56,4% de los colombianos tenían exceso de peso. Una suma de
realidades que rivalizan con las aprehensiones económicas del sector comercial, desde
donde pocas fórmulas para desalentar el consumo de la comida etiquetada como chatarra
se ajustan a sus expectativas.

En marzo de 2022 el Ministerio de Salud presentó que en el país más del 50% de la
población sufre de obesidad, y entre los factores de riesgo que generan esta problemática
está el alto consumo de alimentos fritos envasados o 'snacks', como papas, plátanos,
yucas, chicharrones, pasabocas, roscas, helados, pasteles, donas, entre otros. En el país
uno de cada seis niños presenta sobrepeso u obesidad. La situación se agrava entre los
adultos: uno de cada dos presenta exceso de peso, y uno de cada seis es obeso.
Gloria Pinzón, coordinadora de la especialización en alimentación y nutrición en
promoción de la salud de la Universidad Nacional, concuerda en que el consumo de
bebidas azucaradas y productos ultraprocesados se relaciona directamente con aumento
del riesgo de tener obesidad y sobrepeso, los cuales a su vez son predisponentes de
enfermedades no transmisibles como cáncer, diabetes, obesidad, enfermedades
cardiovasculares, entre otras. OPS
“En Colombia, estas bebidas son causantes del 13% de la mortalidad por diabetes, del 5%
asociada a enfermedades cardiovasculares y el 1% asociada con el cáncer”, sostuvo
Gaviria.

Tiendas de barrio
Impacto sobre los tenderos y comerciantes de barrio. Impacto en el costo de la canasta
familiar” Red Papaz aseguró que se han creado falsos rumores sobre la afectación de los
tenderos y serían las grandes industrias automatizadas las que están detrás de las
demandas y rumores. “Podemos dar un parte de tranquilidad de que ni las personas
tendrán que salir de las empresas, ni los tenderos se van a afectar por esta razón”

La Corte concluyó que “si bien la medida analizada podría generar un impacto desde la
perspectiva del libre mercado –en tanto eleva el precio de las bebidas azucaradas
ultraprocesadas y desestimula su compra por parte del consumidor-, resultaba claro que
la limitación se aprecia razonable y proporcionada a la luz de la realización del interés
público, representado en el desincentivo del consumo de productos que podrían afectar la
salud del colectivo.

La postura de la industria ha sido de total escepticismo. Uno de los argumentos más


repetidos es que los mayores afectados serán los pequeños tenderos y productores con
poco margen de maniobra para adaptar la composición de sus productos a niveles
saludables. También se ha hablado sobre su impacto en los tenderos, incluso cálculos
econométricos del Programa de Desarrollo Empresarial y Social del Comercio de Barrio de
Fenalco (Fenaltiendas) estimaron que en el primer año el gravamen provocaría de una
disminución mínima de 8% de los ingresos totales de una tienda.

Al respecto, debemos aclarar que el impuesto según la norma se aplica al fabricante,


productor o importador de la bebida o alimento ultraprocesado, no al tendero como tal.

Randy Villalba, economista, investigador de DeJusticia y autor del estudio “Sin impacto
comprobado: análisis de un impuesto a las bebidas azucaradas en el mercado laboral
colombiano”, sostuvo por su parte que no habría ningún impacto considerable para los
tenderos con el nuevo gravamen, pues ellos no “viven exclusivamente” de vender un solo
tipo de producto como los ultraprocesados.

“Uno siempre encuentra en todas las tiendas de todo un poquito, de hecho, esa es la
esencia de una tienda, que tiene de todo. Entonces, ¿qué va a pasar? Como el impuesto va
a ser una subida generalizada en los productos ultraprocesados, no va a haber una caída
en las ventas, porque hay más productos dentro de la misma tienda que sustituyen a
aquel que se encareció por el impuesto”, describió.

“Lo que va a generar es que los tenderos terminen ofreciendo y vendiendo más productos
que no tienen el impuesto, que sean más saludables”, esta es la misma lógica que ha
demostrado la industria en general de bebidas ultraprocesadas azucaradas en otros países
donde se les ha aplicado un impuesto similar. “A veces los sustitutos de estas bebidas son
usualmente el agua embotellada u otras que la industria también produce y que no llevan
el impuesto, ya sea porque no cumplen con el mínimo de azúcar o de otras características.
Entonces, lo que hace la industria es ampliar su oferta de bebidas con menos azúcar,
edulcorantes o grasas”,

Empleo

Uno de los argumentos que más promovió la industria en contra del impuesto saludable
es que acabaría con los empleos del sector y con las tiendas de barrio. Esto no tiene
ningún sustento. Por un lado, no hay evidencia de que el impuesto a las bebidas
azucaradas haya afectado el empleo en otros países. La razón es que los consumidores
reducen la compra de estas bebidas y las sustituyen por otros productos menos costosos,
como el agua o las bebidas light.

En la investigación Sin impacto comprobado: análisis de un impuesto a las bebidas


azucaradas en el mercado laboral colombiano, encontramos que esta industria se
adaptaría fácilmente al nuevo mercado. La razón es que es un sector intensivo en
maquinaria y más bien bajo en mano de obra, que en los últimos 12 años no ha
contratado nuevos empleados de planta a pesar de que sus ventas han crecido. La
mayoría de su personal pertenece a las áreas de administración y ventas, quienes no se
verían afectados por el impuesto ya que su trabajo es necesario para promover nuevos
productos.
En contraste, los empleados de planta, como obreros u operarios, son la minoría en esta
industria.

En una investigación, descubrió que las fábricas de bebidas ultraprocesadas en el país han
aumentado sus ventas, pero no han generado más empleo, ya que dependen en gran
medida de maquinaria automatizada. Por lo tanto, no cree que el aumento de costos
debido al impuesto saludable resulte en despidos, especialmente porque anticipa una
mayor producción de productos con menos azúcar.

Generan costos al sistema de salud.


De acuerdo con la Federación Internacional de la Diabetes (2021), el sistema de salud
colombiano incurre en un costo anual de 1.772,8 dólares por cada persona con esta
enfermedad (cifra para 2021)”. Asimismo, se plantea que los alimentos ultraprocesados,
al ser causales de las enfermedades mencionadas, generan “un gasto al sistema de salud
de, aproximadamente, 25 billones de pesos anuales (2,1% del PIB)”.

Beneficios

El gobierno asegura que este nuevo impuesto no generará presiones significativas sobre la
inflación. El alza del precio se presentará de manera gradual de la siguiente manera:
No aplicará impuesto para las bebidas con menos de 5 gramos de azúcar y solo se
empezará a cobrar 35 pesos entre 6 y 10 gramos. De azúcar en el contenido de la bebida.
Para 2025, la meta es cobrar impuesto desde los 5 gramos de azúcar y también a las
bebidas de 9 gramos. Las tarifas serán entre 38 pesos y 65 pesos, respectivamente.

Para la Organización, este tipo de impuestos representan un impacto positivo en la


población y dan como resultado una triple ganancia para los gobiernos con poblaciones
más saludables, generando ingresos fiscales inmediatos y, tienen el potencial de reducir
costos en la atención médica.

Mauricio Toro, politólogo, representante a la Cámara planteó que los cambios en


impuestos traen beneficios tributarios y menos costos para el sistema de salud, pues
recordó que al Estado le cuesta mucho dinero atender enfermedades no transmisibles.
“Tanto la OMS como OPS dicen que sí hay relación entre desestimular el consumo, con
ahorro fiscal; Chile y México que lo han implementado”.
Carolina Piñeros, directora ejecutiva de RedPaPaz, explicó este impuesto plantea la idea
de no comer por comer y en verdad poner impuestos a lo que en realidad no alimenta,
esta propuesta está muy bien y es lo que recomienda la OMS”. De igual forma, otra de las
invitadas, la nutrióloga Diana Rojas, mencionó que este impuesto ayudará a “desestimular
la compra de este tipo de alimentos con el objetivo de buscar decisiones más saludables y
es ahora llevar a la gente a llevar a la alimentación real”.
Las bebidas azucaradas mostraron en un estudio no ser un producto de primera
necesidad, sino algo perfectamente sustituible por bebidas más saludables dentro de las
compras de los colombianos (Bonilla, 2018, citado en Suárez y Fernández)
Martha Yaneth Sandoval, economista y miembro de la Red Académica por el Derecho
Humano a la Alimentación, señala que en los más de 70 países donde se ha aplicado el
impuesto a estos productos ha resultado una medida costo efectiva para reducir el
consumo de estas bebidas. “Se ha demostrado que al colocar un impuesto por encima del
20% se puede lograr una reducción del consumo del 32% con el impacto a largo plazo en
la transmisión de enfermedades no transmisibles”. Además aclara que tanto las bebidas
azucaradas como los productos comestibles ultraprocesados no pueden considerarse
‘alimento’.
“Las bebidas azucaradas ultraprocesadas son elaboraciones con un alto grado de
procesamiento, y desde ahí ya no se consideran alimentos, sino como productos
comestibles, por eso el impuesto se llama productos comestibles ultraprocesados o
bebidas azucaradas ultraprocesadas. El cuerpo no lo necesita, de hecho estudios
demuestran que lo que aporta este tipo de bebidas o alimentos son calorías vacías es
decir, que generan saciedad pero no aportan los nutrientes mínimos requeridos y
recomendados en términos de consumo necesario. Es decir, usted necesita hidratarse,
pero no necesita hacerlo con bebidas azucaradas”.
Al respecto, la economista Martha Sandoval señaló que al no ser las bebidas azucaradas
un bien de primera necesidad para los hogares de bajos ingresos predice que estos las
sustituyan por consumos saludables como el agua, lo que incluso les ahorrará gastos
futuros en el tratamiento de enfermedades asociadas con los ultraprocesados.

Villalba, de DeJusticia, apuntó que los hogares más pobres precisamente por sus
limitaciones de presupuesto deben ser más estratégicos a la hora de gastar, por lo tanto,
tendrán mayor propensión a sustituir un producto más caro por uno más barato que
cumpla con unas condiciones similares; mientras que al quintil más rico no le afectará la
medida y seguirá adquiriendo el mismo producto. el impuesto saludable lo que busca es
precisamente que los hogares de bajos recursos, cuyo consumo de ultraprocesados
resulta alto (el DANE también lo confirma), dejen de consumir estos artículos y los
reemplacen por bebidas y alimentos más saludables, ya sea agua, frutas o verduras.

El consumo de los hogares no es estático, sino que cambia reaccionando a factores como
el precio. De manera que ante un incremento de precios es probable que las familias
opten por cambiar sus hábitos de consumo hacia productos más baratos. En el caso de
productos dañinos, como la gaseosa, lo que ocurre es que como tenían un costo
relativamente bajo, las familias optaron por incluirlo en su canasta de consumo y poco a
poco representaron un gasto cada vez más importante dentro de las compras,
especialmente de los hogares de menores ingresos.

Busca que las familias prefieran los alimentos reales, lo que podría ayudar a mejorar las
condiciones de los campesinos y campesinas que los producen. El efecto final será una
canasta familiar más saludable y no más cara, pues los hogares (especialmente los más
pobres) terminarán sustituyendo estas bebidas por agua y alimentos más saludables. este
cambio en los hábitos de consumo impacte en mayor medida a los hogares más pobres,
pues son los que más tienden a sustituir un producto cuando está muy caro por otro más
económico. Esto se ha demostrado en Colombia y en muchos países donde han
aumentado las compras de agua embotellada, lácteos, entre otros, cuando el precio de las
gaseosas ha aumentado.

De acuerdo con la encuesta Realidad económica de los colombianos 2023 presentada por
la firma Mobimetrics, con una muestra de dos mil personas a nivel nacional dice que el 71
% disminuirá el consumo debido al aumento del precio, mientras que solo el 25 % dice
que lo hará por razones de salud.

Políticas públicas

Estas políticas de salud pública, como el etiquetado frontal de advertencia y los impuestos
saludables, hacen parte de los compromisos adquiridos por Colombia con la Organización
Mundial de la Salud, el Banco Mundial, la OCDE y Unicef, entre otras organizaciones
internacionales, impulsadas, especialmente después de la pandemia.
En el plano nacional, diversas leyes y documentos de política han reiterado el compromiso
estatal de disminuir la obesidad, contribuir a la creación de ambientes más saludables y
propender por una alimentación más balanceada (lo que incluye reducir el consumo de
productos azucarados). La Ley de Obesidad (Ley 1355 de 2009) le asigna la obligación al
Ministerio de Salud de establecer los mecanismos para evitar el exceso o deficiencia en los
contenidos, cantidades y frecuencias de consumo de aquellos nutrientes que, consumidos
en forma desbalanceada, puedan presentar un riesgo para la salud (OMS/OPS, 2015). Así
mismo, la ley establece en cabeza del Ministerio de Salud y del Instituto Colombiano de
Bienestar Familiar (ICBF) el deber de adelantar actividades educativas y acciones que
propendan por ambientes saludables dirigidos a promover la alimentación balanceada y
saludable en especial de niños y adolescentes. Para este último objetivo la ley establece
que dichas instituciones deberán atender los lineamientos de la OMS y la OPS. (Ley 1355
de 2009, artículo 13) El Plan Decenal de Salud Pública 2012-2021, entre las metas del
objetivo de Seguridad Alimentaria, estableció lograr que la población colombiana
consuma una alimentación completa, equilibrada, suficiente y adecuada y disminuir la
prevalencia de sobrepeso y obesidad.
La Corte Constitucional ha establecido que, en aquellos productos que no sean de primera
necesidad, el legislador puede optar por un mayor impuesto consumo (Corte
Constitucional, Sentencia C-197, 1997). Igualmente, cuando los productos Análisis
implementación impuesto bebidas azucaradas generen afectaciones a la salud, resulta
legítimo que el legislador establezca tributos adicionales con el fin de encarecer su precio
y desincentivar el consumo. En el mismo sentido, dada la evidencia científica que
relaciona el consumo de bebidas azucaradas con el aumento de la obesidad y la diabetes
tipo II, (Popkin et al, 2010). Así como otras enfermedades graves, la decisión del legislador
de imponer un tributo que desestimule su consumo no solo es posible dentro del margen
que tiene para configurar la política tributaria, sino que también es coherente con la
protección de otros derechos constitucionales
Implementación en otros países

En otros países ha habido avances, por ejemplo, en la regulación de la publicidad en


horarios familiares y el etiquetado frontal con los valores nutricionales de los productos. O
en la implementación de políticas fiscales enfocadas, sobre todo, en gravar a las bebidas
azucaradas.

Estos impuestos se han aplicado en otros países, con resultados positivos. Cabe
resaltar que países como México, Reino Unido, Chile, Dinamarca y Eslovenia han sido
algunos de las 74 naciones que han dado pasos en la búsqueda de cuidar la salud por
medio de impuestos a los alimentos que representan riesgos para la salud,
principalmente para luchar contra la obesidad.

El texto de la reforma señala que “la experiencia internacional sugiere que estos
impuestos son efectivos a la hora de reducir el consumo de estos productos”. Se
mencionan varios ejemplos, como el de un estudio de la Universidad De Carolina del
Norte, realizado en 2017, que encontró que “en California – Berkeley, un año después de
la implementación de un impuesto a las bebidas azucaradas, las ventas de estos bienes
cayeron 9,6%, mientras que las de bebidas no gravadas aumentaron 3,5%, y las ventas de
agua embotellada aumentaron un 15,6%”.
Expertos nacionales e internacionales han estudiado los impactos de esta medida; esto le
permite al Ministerio de Salud predecir que, aumentando en un 20% el impuesto a las
bebidas azucaradas, se podría disminuir su consumo hasta un 23%.

Efecto del impuesto

El ministro de Hacienda, sin embargo, resaltó que este efecto “es de única vez”, y
además “es consistente con el escenario macroeconómico proyectado en el Marco Fiscal
de Mediano Plazo de 2023”. De acuerdo con estimaciones de la cartera de Hacienda, el
efecto del “impuesto saludable” sobre la inflación total será de 0.21% en 2023; de 0.11%
en 2024, y de 0.12% en 2025.

El impuesto permitirá recaudar 430 millones de dólares en su primer año, equivalente al 1


por ciento del total de los ingresos fiscales del país. Y ese dinero, se podría utilizar para
promoción y prevención en salud pública. Esto sin contar con que se lograría una
reducción significativa de la prevalencia de obesidad y otras enfermedades no
transmisibles relacionadas, así como la disminución de los costos de atención médica que
estas representan.
MinHacienda aclaró que el impuesto se verá reflejado en solo 21 artículos de los 443 que
integran la canasta básica del Índice de Precios al Consumidor (IPC) que utiliza el
Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) para medir la inflación.
Puntualizó que no tendrá ninguna repercusión en frutas, verduras, tubérculos, leche,
carne, huevos, pescado, granos y pan.

Un informe de la Universidad de la Sabana, presentado en 2022, sostiene que uno de los


beneficios que de estas medidas apunta a que “la disminución del consumo de dichos
productos, afirma que una tributación del 20% puede llevar a una disminución del
consumo de aproximadamente un 10% en el primer año de su implementación, con una
disminución postulada del 2,6% en el peso por persona en promedio”.

IMPUESTO DE INDUSTRIA Y COMERCIO COMO DESCUENTO SEPARADO

Antes de la entrada en vigencia de la última reforma tributaria Ley 2277 del 2022,
el 50% del Impuesto de Industria y Comercio y Avisos y Tableros, que se hubiese
pagado efectivamente, se podía llevar como descuento tributario, disminuyendo
directamente el impuesto a pagar. Ahora bien, uno de los cambios más relevantes
que introdujo la última reforma tributaria, es que este impuesto efectivamente
pagado, ya no se podrá tomar como descuento tributario. Sin embargo, es
importante que tengamos en cuenta lo establecido en el artículo 115 del ETN,
pues los impuestos efectivamente pagados serán deducibles del impuesto de
renta, siempre y cuando tengan relación de causalidad.

Al final del ejercicio, concluimos entonces, que si bien el Impuesto de Industria y


Comercio y Avisos y Tableros no se podrá tomar como descuento tributario, si se
podrá tomar como deducción.

El año gravable 2022 será el último año en el que se podrá solicitar el descuento
tributario del 50% del impuesto de industria y comercio, avisos y tableros.
Recordemos que, el artículo 115 del Estatuto Tributario antes de la modificación
introducida con la ley 2277 de 2022 permitía a los contribuyentes del impuesto de
renta la opción de solicitar como deducción el 100% del impuesto de industria y
comercio, avisos y tableros o tomarse el 50% del impuesto de industria y
comercio, avisos y tableros como un descuento tributario. Cabe aclarar que la
deducción y el descuento tributario son excluyentes y si el contribuyente decide
tomarse el 50% del impuesto como descuento tributario no podrá tomarse el otro 50%
como deducción. Cambios a partir del año gravable 2023 Con el artículo 19 de la
ley 2277 de diciembre 13 de 2022 se modifica el artículo 115 del Estatuto
Tributario para eliminar el descuento tributario del 50% del impuesto de industria y
comercio, avisos y tableros. Los últimos dos incisos del artículo 115 del Estatuto
Tributario vigente en 2022, que se eliminan con la reforma tributaria, dicen: “El
contribuyente podrá tomar como descuento tributario del impuesto sobre la
renta el cincuenta por ciento (50%) del impuesto de industria y comercio, avisos
y tableros. Para la procedencia del descuento del inciso anterior, se requiere que el
impuesto de industria y comercio, avisos y tableros sea efectivamente pagado durante
el año gravable y que tenga relación de causalidad con su actividad económica. Este
impuesto no podrá tomarse como costo o gasto.” Por lo tanto, con la entrada en
vigencia de la reforma tributaria y a partir del año gravable 2023, el contribuyente
podrá seguir solicitando como deducción el 100% del impuesto de industria y
comercio, pero ya no tendrá la opción de tomarse el 50% del impuesto de
industria y comercio, avisos y tableros como descuento tributario.

Régimen simple reducción de tarifas y nuevas actividades


La consolidación en el régimen Simple de tributación (RST) de un nuevo grupo
denominado “Educación y actividades de atención de la salud humana y de
asistencia social” y la reducción de algunas tarifas son novedades que se puede
encontrar en el proyecto de ley de reforma tributaria presentado por el Gobierno
(P. L. 118/22C).

Y es que para reducir la evasión y la elusión en el RST se plantea fortalecer la


fiscalización y control de este régimen sustitutivo del impuesto de renta y extender
la obligación formal de que los activos poseídos por estos contribuyentes sean
incluidos dentro de la obligación de declarar activos en el exterior, además de
establecer la sanción de considerar como no presentada la declaración de
anticipos que no esté acompañada del pago total, incumplimiento que podría llevar
a la exclusión del régimen.
El Simple es un modelo de tributación opcional de terminación integral, de
declaración anual y anticipo bimestral, que sustituye al impuesto sobre la renta e
integra el impuesto nacional al consumo y el impuesto de industria y comercio
consolidado. Los impuestos que lo conforman son: impuesto sobre la renta;
impuesto nacional al consumo, cuando se desarrollen servicios de expendios de
comidas y bebidas e impuesto de industria y comercio “consolidado”.

En el proyecto se modifica la tabla de tarifas del RST, realizando una reducción de


las tarifas efectivas de tributación para las empresas con menor capacidad
económica, y se crea el grupo 5, denominado “Educación y actividades de
atención de la salud humana y de asistencia social”.

La tarifa del impuesto depende de los ingresos brutos anuales y de la actividad


empresarial:

En el caso del grupo 2 (actividades comerciales al por mayor y detal; servicios


técnicos y mecánicos en los que predomina el factor material sobre el intelectual,
los electricistas, los albañiles, los servicios de construcción y los talleres
mecánicos de vehículos y electrodomésticos; actividades industriales, incluidas las
de agroindustria, mini-industria y micro-industria; actividades de
telecomunicaciones), en el rango de ingresos brutos anuales iguales o superiores
a 30.000 UVT e inferiores a 100.000 UVT, la tarifa del Simple se reduce del 5,4 %
al 5,0 % .

En el grupo 3 (servicios profesionales, de consultoría y científicos en los que


predomine el factor intelectual sobre el material, incluidos los servicios de
profesiones liberales), en los rangos de ingresos brutos anuales iguales o
superiores a 15.000 UVT e inferiores a 30.000 UVT, la tarifa se redujo del 12 % al
7,8 %, y de 30.000 UVT e inferiores a 100.000 UVT la tarifa se redujo del 14,5 %
al 8,3 %.

En el grupo 4 (actividades de expendio de comidas y bebidas y actividades de


transporte), en los rangos de ingresos brutos anuales iguales o superiores a
15.000 UVT e inferiores a 30.000 UVT la tarifa pasó del 5,5 % al 4,4 %, y de
30.000 UVT e inferiores a 100.000 UVT se reduce del 7, 0 % al 5.0 %.

Con la creación del nuevo grupo 5 (educación y actividades de atención de la


salud humana y de asistencia social) las tarifas quedarían así:

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