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Resumen - Esta comunicación pretende ser un punto de partida para enseñar a nuestro
alumnado de bachillerato el uso adecuado del diccionario con el fin de que el mismo sea una
herramienta no solo bien utilizada, sino que además sirva como elemento de aprendizaje. Para
ello, además de analizar las posibles deficiencias en su utilización, se proponen algunas ideas
para rentabilizar su uso.
Palabras clave: latín, diccionario, traducción, didáctica
Existe consenso en la utilidad del diccionario en la enseñanza del latín, como herramienta
de trabajo para la traducción de los textos latinos. Así mismo, son conocidos los problemas y
dificultades que, a su vez, su uso ocasiona en los alumnos que se inician en el aprendizaje del
latín.
La práctica más frecuente consiste en buscar la primera palabra que se desconoce, sin
siquiera, leer el texto completo, y mucho menos, reparar en el tema sobre el que trata. Al
encontrar el término buscado, lee las diferentes acepciones o solo las primeras y elige, en la gran
mayoría de las ocasiones, la primera acepción.
No podemos negar la evidencia: el tema del uso del diccionario en el aula de latín debe
someterse a una cuidadosa revisión, y no solo en lo que respecta a la finalidad y al proceso de la
traducción.
No es esta idea novedosa ni mucho menos, ya José Rodríguez en El uso del diccionario
en el estudio del latín, se refería a este tipo de deficiencia generalizada en las aulas, indicando la
necesidad de regular el acceso de los alumnos a esta herramienta, así como la necesidad de
enseñarles a usarla convenientemente.
Sin entrar en las causas del fenómeno del abuso y mal uso del diccionario, creemos que
lo esencial y más pragmático es intentar proponer posibles líneas de acción para el profesorado
de Latín para intentar solventar este tipo de problemas en su quehacer docente habitual.
Para esclarecer la metodología que se propone en este artículo, plantearemos de forma
diferenciada las dos fórmulas que proponemos. Una destinada al exceso en el uso del
diccionario, y otra, a su uso incorrecto, lo cual no quiere decir que ambas formas no puedan
utilizarse conjuntamente dentro de una misma clase o grupo y, de hecho, como veremos al final
de este artículo, deberán combinarse para un resultado óptimo.
En lo que respecta al plano de las competencias que pueda adquirir el alumnado,
adquisiciones destacadas en la nueva reforma educativa de la LOMCE, cabe recalcar la
competencia lingüística que el estudiante adquiere con la instrucción sobre las características del
diccionario, su uso y la búsqueda en él, no sólo en la asignatura de Latín, sino en todas aquellas
asignaturas relacionadas con la lingüística. También podrá desarrollarse la competencia de
“Aprender a aprender”, adquiriendo una mayor autonomía, capacidad y habilidad de estudio
autónomo.
Además, añadiendo ejercicios de búsquedas virtuales y búsquedas en internet, o
trabajando el recurso del glosario desde la plataforma digital Moodle, podremos añadir a las
competencias trabajadas la “Competencia digital”.
Tras esta Ley General, surge el Real Decreto 1700/1991, de 29 de noviembre, por el que
se establece la estructura del Bachillerato de la La Ley Orgánica 1/1990, de 3 de octubre, de
Ordenación General del Sistema Educativo, estableciendo las Enseñanzas Mínimas (Real
Decreto 1178/1992, de 2 de octubre. Ref. BOE-A-1992-23405) o LOGSE, que también recoge
el uso correcto del diccionario dentro de sus contenidos de la siguiente forma:
Más tarde la LOCE, en el Real Decreto 832/2003, de 27 de junio, por el que se establece
la ordenación general y las enseñanzas comunes del Bachillerato de la Ley Orgánica 10/2002,
de 23 de diciembre, de Calidad de la Educación, recoge con un somero uso del diccionario
latino este contenido para el 2º de Bachillerato:
Por último, se encuentra la LOMCE que recoge, por primera vez en la didáctica del
Latín desde la ley General de Educación de 1970, el uso del diccionario en el primer curso en el
que se imparte Latín. Hay que tener en cuenta que el Latín de 4º de la ESO no está vinculado al
Latín impartido en bachillerato.
Como hemos podido ver en este recorrido, el uso del diccionario y su aprendizaje viene
siendo recogido en la legislación educativa ya desde 1970 y hasta nuestros días y, si analizamos
su recorrido en nuestras leyes, podemos afirmar que seguirá estando en el futuro.
A continuación, desarrollamos las fórmulas propuestas por este artículo:
2. Enseñanza del uso del diccionario. Buscar correcta y eficientemente las palabras.
La primera y más elemental de las soluciones ante el mal uso del diccionario parece
también la más obvia –y, sin embargo, poco frecuente en la práctica docente: enseñar a los
estudiantes de latín cómo utilizar correctamente el diccionario.
En efecto, parece necesario e imprescindible que en toda enseñanza de la lengua latina se
inicie al alumno en el uso correcto del diccionario, de forma que el estudiante adquiera una serie
de competencias fundamentales en este tipo de estudios, que le permitan una mayor autonomía
y destreza en los ejercicios y traducciones del latín a su lengua de origen.
Este tipo de ejercicios están elaborados, como ya dijimos anteriormente, para ser
aplicados en los tres cursos de la enseñanza reglamentada de aprendizaje del latín en España.
Aunque el uso del diccionario en clase, en general, sólo está completamente implementado en
Segundo de Bachillerato. Sin embargo, no nos parece inadecuado, sino conveniente la
enseñanza de la utilización del diccionario en etapas inferiores.
Dos son las propuestas que hemos realizado como posibles soluciones al incorrecto y
abusivo uso que del diccionario se hace en la actualidad en las aulas españolas. Pero es
necesario dejar absolutamente claro, y en ese sentido ya hicimos un pequeño adelanto en este
mismo artículo, que para conseguir en la clase un procedimiento adecuado de la traducción de
textos consideramos completamente imprescindible el uso combinado de ambos planteamientos:
no resulta adecuado la desaparición del diccionario como instrumento o herramienta de
traducción en el aprendizaje y estudio de la lengua latina -e incluso lo contemplamos como
imposible-, así como tampoco es recomendable que un alumno no reconozca un vocabulario
básico, aunque se maneje muy bien con el diccionario.
En este apartado mostraremos cómo podrían combinarse ambas formas de actuación en
un texto latino cualquiera, aunque, en el día a día del aula, los textos o fragmentos seleccionados
variarán según el grupo, su nivel en la materia y la etapa educativa en la que se encuentren.
Para este artículo, en concreto, hemos seleccionado el siguiente fragmento de “Los
pueblos que habitaban la Galia en tiempos de César”:
[1] Gallia est omnis divisa in partes tres, quarum unam incolunt Belgae, aliam Aquitani,
tertiam qui ipsorum lingua Celtae, nostra (lingua) Galli appellantur. [2] Hi omnes lingua,
institutis, legibus inter se differunt. Gallos ab Aquitanis Garumna flumen, a Belgis Matrona et
Sequana dividit. [3] Horum omnium fortissimi sunt Belgae, propterea quod a cultu atque
humanitate provinciae longissime absunt, […] proximique sunt Germanis qui trans Rhenum
incolunt, quibuscum continenter bellum gerunt. [4] Qua de causa Helvetii quoque reliquos
Gallos virtute praecedunt, quod fere cotidianis proeliis cum Germanis contendunt, cum aut suis
finibus eos prohibent aut ipsi in eorum finibus bellum gerunt. […]
En primer lugar, y de gran importancia para el resto del ejercicio, es necesario comenzar
con la lectura en voz alta del texto, al menos dos veces, de forma que el alumno detecte, en esa
primera lectura, el sentido general del fragmento y reconocer en qué medida lo hace. De esa
primera evaluación y nivel dependerá la evolución de cada alumno en el ejercicio.
Una vez superado este primer paso, el alumno podrá hacer una primera traducción a
modo de borrador, más o menos completa dependiendo de la primera fase del ejercicio.
Hecho esto, el alumno podrá comenzar a trabajar con las palabras que no conozca.
Primero, con ayuda del profesor, podrá averiguar el significado de algunas palabras mediante la
relación etimológica. La elección de esas palabras dependerá, nuevamente, del nivel del grupo y
de su nivel lingüístico; en el caso de un grupo de 2º de bachillerato, cuya lengua materna sea el
castellano, y ante el fragmento de texto anterior, podrían tratarse tertiam, lingua, flumen o
bellum, por poner algunos ejemplos.
Finalmente, para aquellos otros vocablos más alejados de su lengua diaria, el alumno
podrá poner en práctica los procedimientos que haya adquirido con los ejercicios que
mencionamos anteriormente en el apartado de la “Enseñanza del uso del diccionario”.
Pongamos como ejemplo institutis:
El primer paso consiste en identificar si es una palabra variable o no. Una de las
posibilidades que resulta especialmente atractiva sería realizarlo en pequeños grupos, de forma
que surja el debate entre los alumnos sobre este tipo de cuestiones-; tras confirmar que es una
palabra variable, los alumnos deberán separar lo que ellos creen que es el morfema añadido a la
raíz de la palabra en cuestión (institut-is) y, a partir de ahí, reflexionar en qué caso o casos
podría estar esa palabra teniendo en cuenta ese sufijo en concreto.
Una vez terminado todo este proceso, será el momento en que el alumno deba recurrir al
diccionario para buscar el término y resolver, de una vez, a qué declinación pertenece la
susodicha palabra y, por tanto, saber con certeza en qué caso y número se nos presenta el
vocablo y cuál es la traducción más adecuada y correcta según el contexto en que se encuentra.
Entre los textos PAU más comunes y que para la práctica de este método pueden
utilizarse encontramos Bellum Gallicum de Julio César, el Breviarum ab urbe condita de
Eutropio o Ab urbe condita de de Tito Livio. Otros autores que podrían tratarse en clase serían
los poemas de Catulo, las Metamorfosis de Ovidio, las Elegías de Propercio o el Tiberio de
Suetonio.
No obstante, esta lista es solo una propuesta de autores y títulos adecuada a este método,
pero el docente que lo lleve a cabo tendrá que valorar y analizar los textos que pueda utilizar
según la tipología del alumnado.
El propio alumnado podría elaborar, con la supervisión del docente, el glosario con los
términos que considerasen que tuviesen un índice de frecuencia mayor. Para su elaboración,
sería especialmente interesante la utilización de la plataforma educativa Moodle adoptada por
numerosas Consejerías de Educación, ya que dispone de un recurso denominado precisamente
“Glosario”, ideado para actividades de este tipo. También es posible desarrollar este glosario de
una forma más tradicional, elaborando un pequeño libreto en papel, pero creemos fuera de toda
duda el interés y motivación la utilización de los recursos electrónicos en el aula.
Bibliografía