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Universidad autónoma de nuevo león

Preparatoria 9

Ética, sustentabilidad y Responsabilidad social

Etapa 2

Evidencia de Aprendizaje – Reporte de Debate

Maestro: Miguel Alonso Domínguez García

Equipo 9

Integrantes: Matricula:

Benítez Urdiales Rolando Alberto 2017828

Cardona Carrillo Ilse Dennis 2016661

Cardona Sánchez Manuel Alejandro 2011098

Espinoza Gaspar Sofia 2022882

Lorenzo Cantú Eduardo 2021918

Monterrey, Nuevo león a 25 de marzo de 2021


INTRODUCCIÓN:

Cuando la atmósfera recibe fuertes dosis de óxidos de azufre y nitrógeno, estos


compuestos por reacciones químicas complejas se convierten parcialmente en
ácido sulfúrico y nítrico. Algunas de esas partículas ácidas desaparecen por
gravedad o por impacto contra el suelo, edificios, plantas, etcétera: es la llamada
precipitación seca. Otras, permanecen en la atmósfera, se combinan con la
humedad de las nubes y caen con la lluvia, la nieve y el rocío: es la lluvia ácida. La
lluvia ácida es un fenómeno que se produce por la combinación de los óxidos de
nitrógeno y azufre provenientes de las actividades humanas, con el vapor de agua
presente en la atmósfera, los cuales se precipitan posteriormente a tierra
acidificando los suelos, pero que pueden ser arrastrados a grandes distancias de
su lugar de origen antes de depositarse en forma de lluvia. El carbón, así como
otros combustibles minerales, son los responsables de verter a la atmósfera el
óxido de azufre. Las altas temperaturas de las combustiones combinan
químicamente el nitrógeno y el oxígeno presentes en el aire y forman el óxido de
nitrógeno, además de que las centrales eléctricas, las industrias grandes y
pequeñas y las casas donde se combustiona carbón son los responsables, junto a
los usuarios de petróleo, de este tipo de contaminación.
LA LLUVIA ACIDA.

La lluvia ácida es cuando la humedad del aire se combina con


algunos químicos en el aire que sueltan las fábricas, la lluvia ácida
es una de las consecuencias de la contaminación atmosférica. Los
gases procedentes de la quema de combustibles reaccionan con
el oxígeno del aire y el vapor de agua, transformándose en ácidos
que se depositan sobre la superficie terrestre a través de las
precipitaciones. Esta acidificación del suelo y de las aguas
superficiales tiene efectos devastadores sobre los ecosistemas y
supone un grave peligro para los seres vivos. La lluvia ácida puede
provocarles problemas de salud a las personas. Los
contaminantes del aire tales como el dióxido de azufre y los óxidos
de nitrógeno pueden causar enfermedades respiratorias, o puede
empeorarlas si ya se padecen.

La lluvia ácida es considerada como un problema de calidad del aire con


consecuencias no tan directas sobre la salud humana. Sin embargo, el fenómeno
causa la acidificación del medio, generando efectos sobre los suelos, la vegetación
y los cuerpos de agua, los cuales afectan directamente la calidad de vida de la
población.
Según lo proclamado en 2004 por la Organización Meteorológica Mundial-OMM, la
acidificación del medio es catalogada a nivel global como un asunto que hace
vulnerables a las regiones de Asia, África y Sudamérica, esto debido a los procesos
regionales, entre los que se encuentran el desarrollo económico y el crecimiento
poblacional, el uso del suelo y diferentes cambios a nivel climático.
Además de los efectos en el entorno, la lluvia ácida ha sido catalogada como un
complejo problema científico, del que hasta el momento no se ha encontrado una
solución definitiva. Esto debido a que sus efectos han sido documentados en
diferentes regiones, como un problema transfronterizo que afecta directamente
ecosistemas en países alejados a las fuentes precursoras de lluvia ácida. De esta
manera, países con una baja producción de emisiones contaminantes, se han visto
afectados por emisiones provenientes de zonas con una alta producción de óxidos
de azufre y de nitrógeno.
La lluvia ácida es una de las consecuencias de la contaminación atmosférica. Los
gases procedentes de la quema de combustibles reaccionan con el oxígeno del aire
y el vapor de agua, transformándose en ácidos que se depositan sobre la superficie
terrestre a través de las precipitaciones. Esta acidificación del suelo y de las aguas
superficiales tiene efectos devastadores sobre los ecosistemas y supone un grave
peligro para los seres vivos.
¿POR QUÉ SE PRODUCE LA LLUVIA ÁCIDA? Las erupciones volcánicas, los
terremotos, los incendios naturales, los relámpagos y algunos procesos microbianos
liberan dióxido de azufre y óxidos de nitrógeno a la atmósfera. No obstante, es la
acción humana la causante de la mayor parte de las emisiones de dióxido de azufre
como consecuencia de la quema de combustibles en la industria y las centrales
energéticas, así como de la mitad de las emisiones de óxidos de nitrógeno debido
a los gases producidos por los vehículos a motor. Asimismo —y aunque en menor
medida—, las explotaciones ganaderas intensivas producen amoníaco a partir de la
descomposición de la materia orgánica.
Estos tres contaminantes, que pueden ser transportados a grandes distancias
desde sus focos de origen, se oxidan en contacto con la atmósfera y dan lugar a la
formación de ácido sulfúrico y ácido nítrico. Dichos ácidos se disuelven en las gotas
de agua de las nubes y caen a la superficie terrestre mediante la denominada lluvia
ácida, que puede presentarse también en forma de nieve o niebla.

La lluvia ácida es un fenómeno ocasionado por la presencia de contaminantes


ácidos en la atmósfera. Este fenómeno puede ocasionar daños severos en los
ecosistemas terrestres y acuáticos, además de un daño indirecto en la salud
humana por el consumo de peces o agua contaminados.
Pero además de los daños ocasionados a los seres vivos, existe una alta
contribución de la contaminación ácida al deterioro de monumentos históricos y
culturales patrimonio de la humanidad. Incluso, existen casos en donde ruinas
enteras han desaparecido a causa de este fenómeno.
En México, esto cobra relevancia a partir de la gran cantidad de construcciones de
valor histórico con que cuenta el país. Tal es el caso de El Tajín, en el estado de
Veracruz, que, según estudios dirigidos por el doctor Humberto Bravo Álvarez,
investigador del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM), es una zona arqueológica gravemente
afectada por la deposición ácida.
David A. Gay es director del Programa Nacional de Deposición Atmosférica de los
Estados Unidos (NADP, por sus siglas en inglés), que ha monitoreado la química
de las deposiciones atmosféricas en el ambiente y sus efectos desde 1978, y ha
realizado colaboraciones con el grupo de
investigación de contaminación
ambiental, dirigido por el doctor Humberto
Bravo.
ANTECEDENTES DE LA PROBLEMÁTICA.

¿Problema del pasado? David A. Gay comenta que, en Estados Unidos, para
muchos políticos y para la opinión pública, la lluvia ácida ya no es un problema. La
mayoría considera que el dilema quedó solucionado en los años 70, cuando se dejó
de utilizar carbón como combustible en las ciudades. Pero la comunidad científica
reconoce que en realidad el problema sigue existiendo y es grave.
Antes de la década de los 70, 90 por ciento de las veces que se analizaba una
muestra de lluvia esta resultaba tener un pH abajo de 5.8, con lo que se podía
considerar como lluvia ácida.
El principal causante de la lluvia ácida durante este periodo era el sulfato,
contaminante atmosférico que al disolverse en el agua forma ácido sulfhídrico
(H2S). Estas deposiciones ácidas eran un problema preocupante y se consideraba
que sus afectaciones a las cosechas y a otras fuentes de alimentos merecía una
atención pronta del gobierno.
Debido a ello, en los Estados Unidos se tomó la decisión de restringir las emisiones
provenientes de la combustión del carbón, pues son la
fuente mayoritaria de sulfuro en la atmósfera, aunque una
parte también proviene de las gasolinas.
Al restringir la generación de energía a base de carbón,
resultó muy claro que el problema de la lluvia ácida se
reducía drásticamente, señala el investigador.
ANTECEDENTES DE LOS EFECTOS DE LA LLUVIA
ÁCIDA
El primer escrito sobre el tema, fue el generado por Smith en 1872, quién publicó la
obra titulada “Air and Rain, the beginnings of Chemical Climatology”. Esta obra
contiene un informe detallado acerca de las variaciones del carácter ácido de la
lluvia sobre y en la cercanía de la ciudad de Manchester, Inglaterra.
Años más tarde, el mismo autor utiliza por primera vez, el término “lluvia ácida” en
su obra que trató sobre los principales factores que actúan en la formación del
fenómeno. El aporte de Smith no es suficientemente valorado en el entorno
científico de la época, sino mucho tiempo después, cuando se evidenció
formalmente el daño de algunos lagos suecos en 1940.
Mientras tanto, se desarrollaron algunas investigaciones aisladas que lograron
alcances importantes y que llevaron a la formalización del término “lluvia ácida”, por
ejemplo: en 1911, cuando se observa la directa relación entre sitios donde se
llevaba a cabo la combustión de carbón y la inhibición en la germinación de ciertas
especies de plantas; en 1919, cuando se demuestra que la acidez proveniente de
la atmósfera acelera la acidificación de los suelos forestales y por último, cuando se
reporta la relación entre los niveles bajos de producción de truchas y la
acidez de lagos y quebradas en 1927.
Entre las investigaciones desarrolladas después de la formalización del
término, se encuentra, además, la realizada por Chernov en 1947,
quien afirma que los minerales saturados de hidrógeno son altamente
inestables (especialmente los ácidos), que se descomponen
rápidamente liberando aluminio, magnesio y hierro, metales altamente
tóxicos para las plantas.
Fue hasta las décadas de los sesentas y setentas, que se empezaron
a evidenciar serios efectos sobre organismos vegetales en
conurbaciones cercanas a las principales fuentes estáticas de emisiones, así como
en las áreas influenciadas por el calor de origen doméstico. En 1968, El sueco S.
Orden demostró que las sustancias acidificantes que estaban recibiendo en
abundancia los países escandinavos, provenían esencialmente de las regiones en
las que estaban instaladas las industrias pesadas de Gran Bretaña y de Europa
Central. Como consecuencia de diversos estudios sobre este asunto, se firmó en
Ginebra en 1979 un Convenio Internacional sobre la Contaminación Transfronteriza
a larga distancia que entró en vigor en 1983.

Publicaciones que coincidieron con La Conferencia de Estocolmo en 1972,


permitieron dar a conocer que el transporte a larga distancia de los contaminantes
se estaba convirtiendo en un importante asunto entre los países de Europa. Uno de
los problemas mayormente tratados fue el de la acidificación de los lagos en Suecia,
los cuales empezaron a mostrar una creciente acidez.
En 1977 Guderian registra uno de los eventos de acidificación del medio, más
notables: la destrucción del bosque de “Selva Negra”, hecho en el cual, los árboles
fueron muriendo después de recibir grandes cantidades de ácido sulfúrico
depositado. A comienzos de los años 80 en Alemania se habló de la muerte de los
Bosques Waldsterben (Figura 2), evento que fue muy importante en la toma de
medidas para mitigar los efectos de la lluvia ácida.
Coppins en 1978, demuestra que la disminución desde 1970, de la diversidad de
especies de líquenes se vio notablemente afectada en los dos últimos siglos. Este
estudio permitió esclarecer que los efectos (directos o indirectos) de los
contaminantes atmosféricos sobre la biodiversidad, se entienden bajo distintos
niveles de tolerancia entre las especies.
Problema actual, Pero a pesar de que el problema se ha mitigado sustancialmente,
todavía la mitad de las muestras de lluvia analizadas tiene un pH más bajo de lo
que debería, comenta David A. Gay. Pero la fuente del problema, que eran las
chimeneas y el uso del carbón como combustible en las ciudades, ha cambiado. Es
ahora la actividad agrícola la que se ve involucrada.
Se ha presentado un cambio de los
constituyentes principales de la lluvia
ácida, de los sulfatos hacia los óxidos de
nitrógeno, que en parte provienen de los
fertilizantes. Ha aumentado el amoniaco,
proveniente de los fertilizantes y del
confinamiento de los animales, además
del sodio, cloro y bromo, componentes
de los herbicidas.
Al parecer, el problema causal de la
lluvia ácida ya no es provocado por el azufre sino por los óxidos de nitrógeno,
utilizados en los fertilizantes con el fin de obtener una cosecha de maíz más rápida
y abundante que permita alimentar el ganado, las vacas si se quiere ser más
específico, comenta el investigador.
“Antes se trataba de proteger la fuente de comida y la industria alimentaria nos
apoyaba, pero ahora que les decimos que ellos son la fuente de lluvia ácida, ya no
les gusta tanto”.
Protegiendo los monumentos históricos y culturales de la lluvia ácida
Aunque la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos establece sus
parámetros de contaminantes para la protección de la salud de los seres humanos
y luego la de los ecosistemas, como lo señala David A. Gay, en México existe
además una preocupación por la grave afectación que los contaminantes ácidos
tienen sobre los monumentos históricos.
En el Departamento de Contaminación Ambiental del CCA de la UNAM, el grupo de
investigación dirigido por el doctor Humberto Bravo Álvarez se encarga de la
evaluación de la deposición ácida en la Ciudad de México y en la costa del estado
de Veracruz, teniendo importantes proyectos dirigidos a estudiar el efecto de estos
contaminantes sobre la zona arqueológica de El Tajín.
Según el doctor Humberto Bravo, en la Ciudad de México se vive en una cuenca
cerrada, en donde la salud de la población está siendo seriamente afectada por
niveles de contaminación que incluso exceden 200 veces los límites permitidos. En
este caso, tomar las medidas contingentes necesarias debería ser prioritario para
los gobernantes, lo cual, en su opinión, no se ha materializado.
Este problema ecológico se remonta a los inicios de la Revolución Industrial,
momento en que se incrementaron los niveles de ácido, desde ese momento, que
por mecanismos eólicos (vientos), fueron depositados o transferidos a zonas
alejadas no industrializadas. El comienzo de los estudios y la denuncia de este
problema, por pertenecer a un área ampliamente afectada, proviene de los países
del norte de Europa.
La primera vez que se planteó este inconveniente en un foro ecológico fue en el año
1972 durante la [[Conferencia de las Naciones Unidas en Estocolmo. El objetivo de
esa reunión era plantear los problemas relacionados con la contaminación del Medio
Ambiente. En ese encuentro, el gobierno de Suecia presentó un amplio informe en
relación a la polución del aire desde países remotos; en el cual se daba a conocer
que, por medio de los vientos provenientes del este, se arrastraban altas
concentraciones de azufre, que generaban precipitaciones que contenían este
componente. El origen de los compuestos oxidados de azufre, eran las plantas
térmicas ubicadas en Gran Bretaña. Manifestaron, además, que esta contaminación
dañaba los ecosistemas nórdicos, generando la contaminación de los lagos y el
agua, a través de las lluvias ácidas o nevadas con altos contenidos de ácido
sulfúrico.
COMO SE HA MANEFESTADO EL PAIS.
El término lluvia ácida fue utilizado por primera vez por Robert Angus Smith, quien
investigaba la química del aire de las industrias británicas en 1850. Los molinos de
algodón y las poderosas industrias pesadas que funcionaban gracias al carbón,
vertían grandes cantidades de humo a la calle. Smith demostró que estas fábricas
hacían emisiones directas al aire de hollín y sustancias que cambiaban la química
de la lluvia haciéndola más ácida. Al Anal de 1950 fueron detectados los resultados
de esta contaminación proveniente de las industrias por el incremento que presentó
en la atmósfera, haciéndose evidente por el efecto adverso en los bosques. Aunque
esta forma de contaminación es comúnmente conocida como lluvia ácida, el término
más adecuado es deposición ácida, porque la acidez puede ser liberada como gas
o como polvo, y estas partículas son arrastradas a la tierra por medio de la lluvia
(Hendrey y Vertucii, 1980; Last y Nichoison, 1982; Torres y Galván, 1999).
Por mucho tiempo se pensó que el problema de la lluvia ácida era consecuencia,
en gran parte, de los gases ricos en azufre producidos por la quema de algunos
combustibles fósiles (especialmente de carbones de pobre calidad) y por la
fundición de minerales metálicos. Ahora sabemos que esta descripción está muy
lejos de ser así de simple (Miranda et al., 2009; Fleischer et al., 1993).
El estudio de los compuestos de azufre suele limitarse al gas dominante, el bióxido
de azufre (SO2), que es el más perjudicial para las plantas. Las principales fuentes
emisoras son la combustión de combustibles fósiles, la descomposición e
incineración de materia orgánica, los volcanes y los aerosoles marinos. El SO2 se
oxida fácilmente en la atmósfera y se convierte en SO3, un gas muy reactivo que
reacciona con el agua y da ácido sulfúrico (H2SO4), uno de los principales
responsables de la lluvia ácida,
fenómeno que ha causado importantes
daños en las masas forestales y en los
ecosistemas (Newman, 1995).
Los óxidos de nitrógeno (NOx) se
producen de procesos tales como la
actividad bacteriana del suelo, las erupciones volcánicas, los relámpagos y la
combustión de combustibles fósiles, tanto en fuentes estacionales como en
automóviles. El bióxido de nitrógeno (NO2) puede transformarse en la atmósfera en
ácido nítrico (HNO3), responsable, junto al ácido sulfúrico, de la lluvia ácida (Last y
Nichoison, 1982).
Cuando estos contaminantes se combinan con vapor de agua, luz solar y oxígeno
en la atmósfera, crean una "sopa" diluida de ácidos sulfúrico y nítrico. Una vez que
esta mezcla es arrastrada por las lluvias, o en forma de partículas secas, aumenta
la acidez de los lagos y arroyos de agua dulce (y en algunos casos del suelo),
reduciendo así el valor de su pH. La escala pH mide la acidez y la alcalinidad. Una
solución con un pH 7 es neutra, cualquier valor superior es alcalino y los valores
inferiores son ácidos. Es una escala logarítmica, por lo que cada entero es
equivalente a un factor de 10. Así, un pH 6 es diez veces más ácido que un pH
neutro, y un pH 5 cien veces más (Blank et al., 1988).
La controversia acerca del efecto de la deposición ácida surgió cuando crecieron
las concentraciones de ésta en los lagos, ríos y bosques. En algunas regiones
fuertemente industrializadas, los gases de cloruro de hidrógeno liberados a la
atmósfera producen ácido clorhídrico, que también puede ser un componente de
lluvia ácida. Por todo ello, los ambientalistas han hecho un exitoso debate al hacer
de la lluvia ácida un asunto de interés nacional e internacional (Minoura, y Iwasaka.
1996).
Ciclos del ácido atmosférico. El bióxido de azufre gaseoso, componente del ciclo
del azufre, y los óxidos de nitrógeno, del ciclo del nitrógeno, se combinan en la
atmósfera, así como los óxidos de carbono. La lluvia ácida y la nieve ácida se forman
cuando estos gases contaminantes, los óxidos de azufre, de nitrógeno y de carbono,
se combinan con el agua, teniendo como acelerador de las reacciones a la luz solar.
Los óxidos de azufre se convierten en ácido sulfúrico (H2SO4), los óxidos de
nitrógeno en ácido nítrico (HNO3) y el bióxido de carbono en ácido carbónico
(H2CO3). Parte de esta mezcla, que vuelve a la tierra como finas partículas (sulfatos
y nitratos), se conoce como deposición seca. Una porción mayor es transportada
lejos de la fuente, y la dirección que toma depende en gran medida de la circulación
atmosférica general. Durante su transporte por la atmósfera, el SO–2 y el NO2, y
sus productos de oxidación, participan en reacciones complejas que incluyen al
monóxido de cloro y otros compuestos, además del oxígeno y el vapor de agua.
Estas reacciones producen ácidos fuertes, principalmente ácido nítrico y ácido
sulfúrico, que se diluyen en vapor de agua, para anualmente caer a la tierra en forma
de lluvia ácida, nieve y niebla, fenómeno que se conoce como deposición húmeda.
La lluvia ácida se forma a través de las siguientes reacciones fotoquímicas (Kotz et
al., 2008):
El agua de lluvia no contaminada, considerada agua pura, tiene un pH de 5.6, pero
raramente llueve agua pura. Incluso en regiones no sometidas a contaminación
industrial, la humedad atmosférica se ve expuesta a cantidades variables de ácidos
de origen natural; de este modo las precipitaciones
tienen un pH de alrededor de 5. Sin embargo, en las
regiones que se extienden alrededor de centros de
actividad humana, y que pueden llegar a cientos de
kilómetros, el pH de la precipitación es más bajo, de
3.5 a 4.5 o aún menor ocasionalmente (Mohnen,
1988; Minoura, y Iwasaka. 1996).

CUAUSAS Y CONSECUENCIAS.

Las causas de la lluvia ácida están ligadas a dos compuestos: el dióxido de azufre
y el óxido de nitrógeno. Si estos se acumulan en el aire pueden alcanzar altos
niveles de concentración en contacto con el agua u oxígeno, causando una forma
de contaminación ambiental.
Otra de las causas de la lluvia ácida son las actividades del hombre, como las
industrias o el uso generalizado de transportes con combustibles fósiles. Estas
actividades también generan la liberación de partículas que contribuyen con la
formación de este tipo de lluvia.
Además, es un problema preocupante porque la
mayor parte de este tipo de contaminación suele
producirse en áreas urbanas o industriales, donde se
concentra la mayor parte de la población. Las
fábricas o plantas industriales que utilizan
combustibles fósiles como fuente de energía suelen
tener chimeneas altas para emitir sus desechos.
De esta forma se reduce la contaminación local del aire, pero incrementa en otras
zonas debido al viento. En el proceso, los contaminantes primarios (que son
trasportados por los vientos) forman contaminantes secundarios (como vapor de
ácido nítrico, gotas de ácido sulfúrico y partículas de sulfatos y nitratos) que
terminan volviendo al suelo en las siguientes formas: Como lluvia, nieve o niebla
ácida y nubes de vapor (conocidas bajo el nombre de sedimentación húmeda)
Como partículas de ácido (también llamada sedimentación seca)
Conocer las causas de la lluvia ácida facilita la sensibilización social hacia este
problema medioambiental, de modo que podamos contribuir a su prevención. Si te
interesa conocer más acerca de él, te invitamos a leer los efectos de la lluvia
ácida, los cuales afectan no solo al ecosistema sino también a los seres humanos.
La lluvia ácida es causada por una reacción química que comienza cuando
compuestos tales como el dióxido de azufre y los óxidos de nitrógeno salen al aire.
Estos gases pueden alcanzar niveles muy altos de la atmósfera, en donde se
mezclan y reaccionan con agua, oxígeno y otras substancias químicas y forman
más contaminantes ácidos, conocidos como lluvia ácida. El dióxido de azufre y los
óxidos de nitrógeno se disuelven muy fácilmente en agua y pueden ser acarreados
por el viento a lugares muy lejanos. En consecuencia, los dos compuestos pueden
recorrer largas distancias, y convertirse en parte de la lluvia, el agua lluvia y la
niebla que tenemos en ciertos días.
Las actividades humanas son la principal causa de la lluvia ácida. En el transcurso
de las últimas décadas, los seres humanos han emitido tal cantidad de distintas
substancias químicas al aire, que han cambiado la mezcla de gases en la atmósfera.
Las centrales eléctricas emiten la mayor parte del dióxido de azufre y muchos de
los óxidos de nitrógeno cuando queman combustibles fósiles, tales como carbón,
para producir electricidad. Además, el escape de los automóviles, camiones y
autobuses también emite óxidos de nitrógeno
y dióxido de azufre en el aire. Estos
contaminantes producen lluvia ácida.
Consecuencias de la lluvia ácida como la
acidificación de lagos y arroyos afectando a
animales y plantas que viven en estos
ecosistemas. Daños a los árboles que crecen
a gran altitud o daños al exterior de los edificios
descomponiendo materiales.
Aunque el imaginario popular nos haga pensar
en una lluvia que corroe la piel, el efecto de la
lluvia ácida es menos espectacular, aunque no por ello menos dañino. En primer
lugar, la lluvia ácida afecta de manera fatal a las masas de agua como lagos, ríos y
mares. Provoca un cambio en su acidez que destruye las algas y el plancton, y
aumenta la mortalidad de los peces. Las masas forestales son también víctimas de
este fenómeno, al devastar los microorganismos que fijan el nitrógeno y destruir de
forma directa las hojas y ramas por contacto.
Conclusiones

Conclusión de Benítez Urdiales Rolando Alberto


En realidad, la lluvia ácida es un problema muy grave que hay que resolver con
urgencia, es difícil porque habría que poner a muchas compañías en una posición
que talvez lo es guste y eso les va a provocar disgusto, pero en realidad es lo
mejor que podemos hacer, la lluvia ácida está matando grandes regiones de flora
y fauna que aunque no nos afecta ahora mismo ni totalmente de manera directa,
es mejor prevenir que lamentar, porque conociendo a las personas del mundo, van
a querer solucionar un problema solamente cuando ya es irreversible.
Conclusión de Cardona Carrillo Ilse Dennis
La lluvia ácida ha provocado la pérdida de grandes extensiones de territorio verde,
pues a pesar de que no en zonas muy grandes de árboles la contaminación no es
excesiva, esta contaminación se come desde las orillas hasta adentro de toda
zona verde que haya, pues el agua contaminada que cae del cielo a veces por
largos periodos o en periodos muy seguidos de tiempo, hace que toda la
naturaleza use estos malos nutrientes para crecer y, en consecuencia, morir
Conclusión de Cardona Sánchez Manuel Alejandro
Este problema debe de llegar a su fin, con las medidas propuestas en el
documento se puede observar cómo es sencillo si todos hiciéramos algo al
respecto, la lluvia ácida es un problema que se puede erradicar de muchas y
distintas maneras pero nadie y nada quiere hacerlo porque aunque es algo bueno
no tiene una remuneración monetaria real y por eso las empresas grandes les da
exactamente igual arreglar problemas que ellos mismos causaron y se la llevan a
la larga, cuando ya no se pueda hacer nada es entonces cuando se preocuparán
por ello.
Conclusión de Espinoza Gaspar Sofia
Este problema de la lluvia ácida es algo que a veces ni nos damos cuenta que
están ahí, porque no es exactamente visual instantáneamente, simplemente
cuando los árboles y las plantas empiezan a morir y los suelos dejan de ser fértiles
por la alta concentración de contaminantes que hay en esos suelos, nos damos
cuenta del grave daño que le hemos estado causando al planeta con las grandes
fábricas y los automóviles así como los productos que hacen que la atmosfera se
contamine y luego esta contaminación se precipite en forma de lluvia
Conclusión de Lorenzo Cantú Eduardo
Es crucial resolver este problema de la lluvia ácida lo antes posible, aunque es
verdad que ya hay algunas empresas encargándose de ello, no creo que hagan lo
suficiente para determinar el verdadero resultado de esto, aparte de que no hacen
lo suficiente son pocas las empresas interesadas en hacer algo que primero no les
trae dinero y segundo piensan que ellos no son los causantes y no por lo tanto no
deben encargarse de ello.

Conclusión Grupal

Este equipo concluye que en general el problema de la lluvia ácida es un problema


del que ya se lleva mucho tiempo hablando pero nadie hace mucho por ello,
aunque como ya se dijo hay múltiples empresas trabajando en ello, en realidad no
le prestan demasiada atención pues seguramente no les interesan las cosas que
no les traen remuneración monetaria o de algún tipo, talvez lo único que ven es
exposición para aumentar sus ventas y la verdad el aumento en las ventas solo
hace que haya todavía más contaminación, así que en realidad ese pequeño
esfuerzo no vale ni la mitad de toda la contaminación extra que las ventas extras
provocan, es altamente deficiente el sistema y hay que hacerle mejoras, o por otro
lado hay que inventar leyes que dicten que cualquier compañía que se cree y que
esté generando más de X cantidad de dinero, el X% vaya destinado a la
producción de sistemas de descontaminación y deben de comprobar que esa x%
de cantidad fue usado realmente para ayudar a la contaminación de este tipo o de
cualquiera, aparte debemos de definir que no todas las compañías se pueden ir
por un tipo de contaminación a ayudar, sino todas se irían a lo más barato y ese
no es el punto, estaríamos resolviendo un problema para generar otro, y no es la
intención, así que a nuestro parecer el problema es más grave de lo que piensan
todos y se deben tomar medidas inmediatas
Referencias Bibliográficas

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fisicoquímico de ocurrencia local. Redalyc.

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