Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
NOVENA
1
** La Novena del Espíritu Santo es de suma importancia para todo cristiano
ya que fue la primera que celebraron los Apóstoles con la Virgen María en
el Cenáculo (sala en que se celebró la última cena de Jesucristo con sus
apóstoles). Allí aguardaron con recogimiento y oración su venida y
recibieron sus abundantes y maravillosos dones, porque cuando Jesús
partió nos dejó el E. Santo para ser Dios entre nosotros (Juan 16:5-11). **
Amor Divino, lazo sagrado que unes al Padre y al Hijo. Espíritu Todopoderoso, fiel
consuelo de los afligidos; entra en lo profundo de mi corazón y haz brillar en él tu
brillante Luz.
Derrama tu dulce rocío sobre esta tierra desierta para hacer cesar su larga aridez.
Envía los rayos celestes de tu Amor hasta mi alma, para que penetrando en ella
enciendan la ardiente llama que consuma todas mis flaquezas, y mis descuidos.
Ven, dulce consuelo de las almas angustiadas, refugio en todos los peligros y
protector de todos los desamparados… (Aquí se piden las gracias que se desea
alcanzar)…
Ven, tú que lavas las almas de sus manchas y que curas sus heridas. Ven, fuerza
del débil, apoyo del que cae. Ven, doctor de los humildes y vencedor de los
orgullosos. Ven, Padre de los huérfanos, esperanza de los pobres, puerto seguro de
los que naufragan. Ven, fuerza de los vivos y salvación de los que van a morir.
2
Ven, Espíritu Santo, ten piedad de mí, que mi pequeñez encuentre gracia ante tu
grandeza infinita, mi incapacidad ante tu fuerza, mis ofensas ante lo inmenso de tu
Misericordia. Te lo pedimos por Cristo Nuestro Señor. Amén.
3
Ven, Espíritu Santo, por tu don de
Piedad, inspíranos a vivir sobria, 6. Ser verdadera y prácticamente
7
más consuelo, y hasta alegría, en
cuerpos con tu temor para así la hora de la muerte después de
trabajar por la salvación de tan sublime apostolado.
nuestras almas. Gloria...
El invocar a menudo al
Espíritu Santo es prenda
segura de acierto y ayuda
en nuestros problemas y
necesidades espirituales y
temporales.
Oh Dios, que enviaste el Espíritu Santo a los apóstoles, oye las oraciones de
tus fieles para que gocen de la verdadera paz, quienes por tu gracia, han
recibido el don de la verdadera fe. Te suplicamos, Oh Dios, que tu Santo
Espíritu encienda en nuestros corazones esa llama que Cristo trajo a la tierra
y deseó ardientemente fuera encendida.
Inflama, Oh Señor, nuestros corazones con el fuego del Espíritu Santo, para
que te sirvamos castos de cuerpo y limpios de corazón. Enriquece, Señor,
nuestros corazones derramando con plenitud tu Santo Espíritu por cuya
sabiduría fuimos creados y por cuya providencia somos gobernados.