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LOS HECHOS:
Respecto de su solicitud de refugio
Vale recordar que este Panel no contó con poderes de investigación o la posibilidad
de realizar misiones en el territorio para realizar consultas con las autoridades
nacionales, víctimas, organizaciones de la sociedad civil u otros actores interesados.
Sin embargo, este panel pudo tomar conocimiento de la existencia de por lo menos
131 asesinatos cometidos contra personas que participaban en manifestaciones y
donde el perpetrador del crimen ha sido identificado como un miembro del aparato
de seguridad del Estado y/o de los colectivos, y de por los menos 8.292 casos de
ejecuciones extrajudiciales, cometidos como parte de un ataque sistemático y
generalizado contra la población civil, especialmente contra miembros de la
oposición o personas identificadas como tales, cumpliendo así los elementos
contextuales necesarios para ser considerado asesinatos en los términos del Artículo
7(1)(a) del Estatuto de Roma.
Asimismo, se recibió información de más de 12.000 detenciones arbitrarias, de por
lo menos 289 casos de tortura y 192 casos de violaciones a personas bajo el control
del Estado y un número de desapariciones forzadas. Miles de personas han sido
perseguidas, cifra que aumenta hasta cientos de miles, sino millones, si se incluye
las víctimas de privación deliberada de alimentos y medicinas. En todos estos
crímenes, el Panel comprobó la existencia de un evidente nexo de persecución por
motivos políticos.
Quedó demostrado que todos estos actos criminales se cometieron como parte de un
ataque generalizado y sistemático contra el segmento de la población civil integrado
por opositores políticos o identificados como tales y que las personas que los
cometieron tenían conocimiento de dicho ataque. La sistematicidad del ataque se
evidencia en que los actos de violencia no ocurrieron en forma aislada, sino que
fueron planeados y organizados siguiendo un patrón de violencia contra la
población civil. Al mismo tiempo, el elemento de ataque generalizado se confirma en
que el ataque fue en gran escala y masivo, dirigido contra una multiplicidad de
víctimas, si tomamos en cuenta las evidencias sobre la cantidad de personas
perseguidas, encarceladas, desaparecidas, torturadas, y/o violadas o que sufrieron
violencia sexual, documentadas en este Informe. Asimismo, la generalidad se
evidencia en la multiplicidad de fuerzas que participaron del ataque y que el mismo
se dio en la mayoría de los estados del territorio venezolano.
3. Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos
Humanos.
Por su parte, en junio de 2018, se publicó un Informe de la Oficina del Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos titulado
“Violaciones de los Derechos Humanos en la República Bolivariana de Venezuela:
una espiral descendente que no parece tener fin”, disponible en
https://www.ohchr.org/sites/default/files/Documents/Countries/VE/Venezuel
aReport2018_SP.pdf, el cual en la página ii de su resumen ejecutivo señala con
claridad que tal informe:
“Documenta las violaciones de los derechos humanos que han cometido las
autoridades estatales desde agosto de 2017, como el uso excesivo de la fuerza en
operaciones de seguridad no relacionadas con las protestas, la práctica reiterada de
las detenciones arbitrarias, la tortura y los malos tratos, y la vulneración de los
derechos al disfrute del más alto nivel posible de salud y a una alimentación
adecuada. Además, el informe documenta otras violaciones de derechos humanos,
como las ejecuciones extrajudiciales, detenciones arbitrarias, torturas y malos
tratos, cometidas por las autoridades estatales desde 2014. La información
recopilada por el ACNUDH indica que las violaciones de los derechos humanos
cometidas durante las manifestaciones forman parte de un sistema más amplio de
represión contra los disidentes políticos y contra cualquier persona que, a juicio de
las autoridades, se oponga al Gobierno o represente una amenaza para éste”.
Por cierto, el informe anterior debe entenderse complementario al evacuado en
agosto de 2017 por la misma Oficina, titulado “Violaciones y abusos de los
derechos humanos en el contexto de las protestas en la República Bolivariana de
Venezuela del 1 de abril al 31 de julio de 2017”, disponible en
https://reliefweb.int/sites/reliefweb.int/files/resources/HCReportVenezuela_1A
pril-31July2017_SP.pdf, el que también señala en la página i de su resumen
ejecutivo que:
“Las conclusiones del ACNUDH que figuran en el presente informe ponen de manifiesto
una situación de los derechos humanos cada vez más crítica desde el comienzo de las
protestas, en la que se observan niveles cada vez más altos de represión de la oposición
política por parte de las fuerzas de seguridad nacionales y un aumento de la estigmatización
y persecución de las personas percibidas como opositoras al Gobierno del Presidente
Maduro. El ACNUDH documentó la existencia de violaciones generalizadas de los
derechos humanos por parte de las autoridades nacionales en el contexto de las
manifestaciones realizadas en todo el país, violaciones que tienen por objeto frenar cualquier
tipo de protesta contra el Gobierno. El ACNUDH constató que las fuerzas de seguridad han
utilizado sistemáticamente fuerza excesiva y realizado detenciones arbitrarias de las
personas que participan en manifestaciones. También documentó la existencia de patrones
de malos tratos, que en ocasiones podrían llegar a constituir tortura, malos tratos y
violaciones graves del derecho al debido proceso por parte de las autoridades venezolanas en
perjuicio de las personas detenidas en relación con las protestas”.
En razón de los antecedentes expuestos en los tres puntos anteriores, que dan
cuenta de una masiva violación de derechos humanos en Venezuela desde al
menos el 12 de febrero de 2014 y la comisión de delitos de lesa humanidad y el
recrudecimiento de la persecución política en el contexto de las manifestaciones de
abril a junio de 2017, los gobiernos de Chile, Argentina, Canadá, Colombia,
Paraguay y Perú, presentaron un requerimiento al Fiscal de la Corte Penal
Internacional con fecha 27 de septiembre de 2018 para, “tras evaluar la información
de que disponga conforme a lo previsto en el artículo 53 del Estatuto, inicie una
investigación sobre la comisión de crímenes de lesa humanidad que habría tenido lugar en
Venezuela bajo el gobierno del Presidente Nicolás Maduro, a partir del 12 de febrero de
2014, con vistas a determinar si se ha de acusar por la comisión de tales crímenes a una o
varias personas.”, requerimiento que se encuentra disponible en
https://www.icc-cpi.int/RelatedRecords/CR2018_04589.PDF.
En 2020, la Oficina del Fiscal de la Corte Penal Internacional concluyó que existe
una base razonable para creer que se han cometido crímenes de lesa humanidad,
particularmente en el contexto de la detención, en Venezuela desde al menos abril
de 2017, es decir, en el contexto de las manifestaciones en que participaron los
recurridos.
Finalmente, el 3 de noviembre de 2021, el Fiscal de la Corte Penal Internacional
anunció que el examen preliminar había concluido con la decisión de proceder
formalmente con las investigaciones, requisito previo para formular eventuales
acusaciones, según informa la página web de la Corte, disponible en
https://www.icc-cpi.int//Pages/item.aspx?name=pr1625&ln=Spanish.
b) Contexto Particular
Respecto a los hechos que fundamentan la solicitud de refugio de PETIUSKA
JOANNE NAVA GONZALEZ, quien vivía en Maracaibo, estado de Zulia,
Venezuela, en donde trabajaba como ayudante de un almacén.
El motivo por el cual abandona el país se fundamenta en el miedo tras haber
sufrido violencia intrafamiliar por parte de su pareja Venezolana. Es necesario
señalar que éste sujeto era dirigente comunitario en la ciudad de Maracaibo,
consecuencia de su activismo y participación en manifestaciones y protestas
comenzó a ser perseguido y amedrentado por la Dirección de Inteligencia y
Estrategia Preventiva de Zulia (DIEP), siendo golpeado brutalmente por dicho
grupo. Ante esta situación Petiuska comenzó a ser parte de constantes situaciones
de violencia intrafamiliar que se generaba como resultado del estrés psicológico en
el que su pareja vivía, Petiuska recibió brutales golpes en su cuerpo, lo que no le
permitió muchas veces salir de su casa para ir a trabajar. Simultáneamente Petiuska
comenzó a ser extorsionada y perseguida por la DIEP, recibiendo amenazas de
secuestro , incluso de muerte. Su temor fue tanto que decidió huir de la ciudad y
más tarde del país, dejando absolutamente todo lo que tenía allí.
EL DERECHO
A US. ILTMA PIDO: Tener por interpuesto Recurso de Protección en contra del
recurrido ya individualizado, por el acto ilegal y arbitraria de no facilitar el
formulario tipo para formalizar la solicitud de refugio de PETIUSKA JOANNE
NAVA GONZALEZ (y, conforme a la información y documentación acompañada:
TERCER OTROSÍ: Ruego a V.S.I. tener presente que actúo en este acto sin
mandato judicial, en virtud de lo dispuesto en el artículo 2 del Auto Acordado de
Tramitación y Fallo del Recurso de Protección en mi calidad de abogado habilitado.