Está en la página 1de 9

Literatura Argentina

Alumna: Riedel, Luz

Guía de lectura para “Escritura: entre espontaneidad y cálculo” e “Introducción a Muerte y

resurrección de Facundo” de Noé Jitrik

Respuestas:

1. Desde la publicación de la obra “Facundo” de Domingo. F. Sarmiento hasta la

actualidad, ha existido una preocupación dentro del círculo de los críticos por instalar dicha

obra dentro de un género, ya que la misma abarca diversas tipologías, tales como historia,

sociología, novela, ensayo, biografía, poema descriptivo, pero ninguna de estas en su

totalidad. Esto se debe a que, como sabemos, el autor, movido por la urgencia, escribía para

un periódico, redactando así ideas que le ayudaban a responder a las circunstancias del

momento, es decir, no hay nada especifico porque no pensaba en la clasificación de su obra,

sino más bien que publicaba tratando diversos aspectos, diversas “piezas” que, más adelante,

en 1854, formarían el rompecabezas, o sea, la obra.

Si nos referimos al análisis realizado por Noé Jitrik, el mismo sostiene que

“Facundo” es una obra exclusivamente literaria, más allá de todas las dificultades que se

presentan a la hora de su clasificación. Apunta a que hay que observar con otros ojos,

reflexionar, en realidad, acerca del recurso empleado para que dicha obra no sea solo piezas

sueltas sino un conjunto que abarca la totalidad del texto. Esto me lleva a sostener que, como

el objetivo principal de la obra es convencer y conmover al público, al lector, y a su vez,

actuar sobre la realidad circundante a través de la palabra, lo que hace el autor es exponer

toda la información histórica y sociológica que recopila, pero no basta exponerla con un

lenguaje desnudo, por lo que recurre a explicaciones encadenadas, a una expresión

condensada en valores de emoción y lirismo, a una escritura de carácter invasivo, obsesivo,

recursivo y desbordante, a un espíritu acumulativo, regulando la exposición para seducir,


encantar y hacer vibrar más que con una simple demostración histórica; entonces, el lenguaje,

cuando se transforma, junto con las cualidades de estilos, invitan al lector a advertir en las

palabras la comprensión de la historia adulterada, en este caso, por el tono que emplea el

relato.

De igual importancia que lo anteriormente mencionado, se puede sostener que

“Facundo” posee un valor literario porque si bien lo expresado tiene relevancia, también se

puede apreciar lo manifestado implícitamente, la “imagen subterránea” que hay detrás de

todo lo explícito y que no hace falta, en esta ocasión, explicar, pero sí reconocer su aspecto

significativo para dar cuenta de su escritura, entendida esta como “un conjunto de

operaciones que dan lugar al texto y que, correlativamente, desaparecen en la apariencia de

texto”. Además, en la misma línea de importancia, cabe destacar que Sarmiento, propone en

una parte de la obra una mirada al futuro potente, cargada de elementos ideológicos propios

del romanticismo, ya que proyecta un país posible y es por eso, también, que dicho texto

puede leerse y tiene valor más allá de un determinado momento.

Finalizando, se puede decir que la obra presenta un rasgo de originalidad al

romper con los esquemas tradicionales establecidos, esquemas que reclaman, siempre,

colocar sí o sí dentro de un género a las obras, pero esta (“Facundo”) presenta diversos

asuntos, aunque ninguno de ellos en su totalidad, como sostiene el escritor Martínez Estrada

no es novela porque no presenta ficción, sino más bien realiza un revelador y riguroso

examen de la realidad, o como expresa Valentín Alsina, no es historia debido a que presenta

muchas exageraciones cuando en esta están prohibidas, contribuyendo ambos al enigma de

dónde se la coloca y por qué. En el caso de Jitrik, la coloca dentro de lo literario porque

sostiene que Sarmiento se mueve en diversos planos intencionales y necesita transmitir

nociones complejas, y esto solo lo puede lograr si existe un espíritu literario; entonces, es

sociología o historia cuando trata nociones simples, con una palabra expositiva y lisa, y es
literatura cuando trata nociones complejas. Concluyo en que “el espíritu literario predomina

en la obra y la califica porque, ya se sabe, valoriza la carga que reside en la palabra, el modo

específico de la palabra de significar cuando es tratada con espíritu literario”, siendo lo

literario la verdadera máxima en la obra y, si bien no la coloca dentro de un género

específico, más adelante la reconocerán como uno de los pilares de la identidad de la

literatura argentina.

2. La obra se estructura en tres partes que remiten a ideas propias de la filosofía

política del Siglo XIX, heredadas del iluminismo, las cuales son: “Hombre”, “Mundo” y

“Nación”. Lo que hace Sarmiento quien, como sabemos, era romántico, es alejarse de esa

herencia e intentar superarla, otorgándole a cada uno de estos términos una reinterpretación,

un carácter concreto y relativo a la realidad en la que se encontraba.

Continuando, el esquema inicial presentado, en “Facundo” se modifica, ya que

su autor expone: en primer lugar, el Mundo, la descripción del espacio físico que presenta el

país y sus provincias; en segundo lugar, el Hombre, exhibiendo la biografía del caudillo

Quiroga; y, en tercer lugar, la Nación, haciendo mención del gobierno unitario por el cual se

inclinaba y proyectando el futuro de la Argentina. Entonces, como podemos notar, el autor

invirtió y alteró el lugar de los conceptos, esto se debe a que, como ya mencioné, pertenecía

al movimiento cultural “Romanticismo” y esto lo “ataba”, por decirlo de alguna manera, a

comenzar describiendo la realidad observada, es decir, comenzar por la naturaleza.

3. Como vimos en la breve reflexión anterior, la tripartición de la obra gira en

torno a tres conceptos. Los mismos, funcionan como base de una gran productividad textual ya

que son ideas que se “prestan”, por así decirlo, para pensar y “mueven” la escritura de muchos

autores, pero en Sarmiento, particularmente, están fijados en lo que vio a través de ellos,

impulsándolo a escribir.
Si queremos dar cuenta de las ideas que remite cada eje temático, creo

oportuno mencionar el origen de cada uno ya que todos fueron gestados en diferentes

momentos y lugares de la atmosfera intelectual y, dicho origen, remite a las nociones que

abarca cada término; cabe destacar que, en el orden que van surgiendo, es como luego se

presentan en las obras literarias. Entonces, en primer lugar surge, en Francia, a fines del Siglo

XVII y comienzos del XVIII, el concepto de “Hombre”, considerándolo “sujeto como recinto

del conocimiento” y que más tarde, esta misma idea, daría lugar a los derechos del hombre o,

como lo reconocemos actualmente, humanos. En segundo lugar, surge, en Inglaterra, la noción

de “fisiocracia” dando énfasis al poder de lo natural, es decir, el saber que tiene la naturaleza (o

el mundo), la misma, en sus comienzos, era una entidad impenetrable, misteriosa, pero luego,

con el tiempo, estuvo sujeta a que el hombre actúe sobre ella y la transforme; en “Facundo”

estos dos aspectos se pueden notar ya que se le atribuye por un lado, aspectos negativos, rasgos

determinantes como por ejemplo la extensión de la argentina y, por otro lado, rasgos positivos,

ya que de ella “sale” el hombre, no solo el caudillo protagonista sino también todos los

campesinos que, al ser formados por la naturaleza, según Sarmiento, les faltaba “una verdadera

sociedad”, y no olvidemos los humanos típicos de la época, encontrando así: los rastreadores,

quienes eran los gauchos del interior o los rastreadores “oficiales” que, a diferencia de los

primeros, su función era considerada un trabajo debido a que iban más allá de una ciencia

casera, vulgar y popular como la de los primeros; el banqueano, que conocía todos los lugares

de la naturaleza de donde había resultado, teniendo así la habilidad de reconocer la distancia

entre un sitio y otro y cómo llegar, sería, entonces, lo que hoy conocemos bajo el nombre de

topógrafo; gaucho malo, divorciado con la sociedad, cuya profesión es el robo; el cantor,

encargado de relatar con su guitarra las costumbre e historia del pueblo; entonces, con estas

menciones se puede notar como el ambiente es productor de tipos esenciales, causa de

diferencias y de cambios en un mismo sujeto. En tercer lugar y para finalizar, surge la noción
de la entidad abstracto-concreta “nación”, la cual es tratada por Sarmiento, no solo porque al

finalizar expone, con una visión a futuro, su “país ideal” por medio de una propuesta de

organización que sucedería a caos rosista, sino también porque a lo largo de la obra se

menciona como era el aspecto social, que tenía “afinidad con la vida antigua”, comparándola

con la sociedad romana y su función inhumana de tratar a los esclavos, además trata aspectos

históricos y culturales del pueblo, las ciudades y su modo de organización, entre otros aspectos

que ya conocemos y que dan cuenta de esta noción.

4. Sarmiento, para su obra, elije como protagonista la figura de Facundo

Quiroga, exponiendo su biografía, práctica discursiva que fue constante en el recorrido de toda

la obra del autor. Noé Jitrik, sostiene que Sarmiento opta por esta biografía cargada de diversos

acontecimientos debido a que, al escribir la obra 10 años más tarde de la muerte de caudillo, ya

conoce su trágico final en manos del Rosas, encontrando en él la mejor opción para atacarlo.

En cuanto a la construcción de este personaje, reconocido como “el Rey de la

selva”, en primer lugar y en relación con el análisis anterior, lo encontramos determinado por

el ambiente en el que se inserta, ya sea en Los Llanos, donde es dueño absoluto de muchos

territorios gracias a su propio aniquilamiento, tiene autoridad, es respetado y muy reconocido,

o en Buenos Aires, donde pasa desapercibido, esto se debe a que cada lugar imprime rasgos

diferentes u opuestos y, claramente, se manifiestan en los seres humanos.

En segundo lugar, el escritor toma decisiones a la hora de describir el aspecto

del personaje, decisiones que contrastan, podríamos decir, con su propio aspecto porque, por

ejemplo, describe la cabeza, la masa capilar, pintando la imagen de un mono más que de un

humano, oponiéndose a su propio aspecto, el cual era controlado, rasurado; entonces, el cuerpo

de Sarmiento, al referirse en contraste, está escribiendo, y eso, también, hace que el texto se

destaque.
En tercer lugar, a medida que avanzan las líneas de la obra, la construcción

de Facundo va cambiando de un modo inesperado porque pasa de ser primitivo y salvaje a

alguien más “culto”, esta afirmación se puede explicar de la siguiente manera: Sarmiento, en

los primeros capítulos, lo presenta como alguien violento, feroz, intolerable, déspota, sin

control alguno, pero luego, el caudillo recibe una carta para que viaje a Buenos Aires, esta

carta, aunque no esté de manera explícita en la obra, era una invitación para que participe del

Gobierno abierto, él acepta, es decir que por más que nos lo muestre como un bárbaro y

primitivo, muy en el fondo, elegía el bien para el país, aunque luego este sistema quedo

inconcluso y nuestro caudillo en manos de Rosas. Además, también se puede mencionar, en

cuanto al aspecto humano, que Sarmiento introduce breves actos buenos, tales como cuando se

encontraba en San Juan y se cruza a un francés que escribía sobre él y su terror, todos creerían

que, por su carácter, lo mataría, pero no lo hace, sino que le da dinero para que se vaya de

donde estaban, dejando en evidencia que no todo era malo, ya que, como se menciona en la

obra “aun en los caracteres históricos más negros, hay siempre una chispa de virtud que

alumbra por momentos y se oculta”.

En conclusión, Sarmiento logra construir la figura de Facundo desplazándola

desde el típico caudillo, enemigo del hombre educado, del sabio, del frac, de la ciudad,

pasando por el representante de campaña (que, recordemos, el gobierno elegía para este cargo

a los más débiles) que suprime y destruye el orden civil a través del terror, hasta llegar al

estereotipo de la barbarie, desplazamientos que lo ayudan a atacar la realidad en la que se

encontraba y que convierten a este ser en una gran significación.

5. En la obra, Sarmiento utiliza la técnica de las contraposiciones, un método

expresivo heredado del romanticismo pero que no pudo aplicar de manera definitiva debido a

la realidad a la que se refería, es decir, la realidad argentina; sin irme muy lejos, daré cuenta de

esta afirmación a lo largo del desarrollo reflexivo, donde, también, se podrá advertir que, a
veces, las parejas de contrarios presentadas dan lugar al nacimiento de otros términos,

igualmente opuestos.

Como primer contraposición, se puede mencionar el título de la primera

edición en relación con la estructura interna, ya que dicho título era “Civilización y barbarie.

Vida de Juan Facundo Quiroga, aspecto físico, costumbre y hábitos de la República Argentina”

y, en su interior, como vimos en análisis anteriores, refiere a estos términos pero no en dicho

orden, es decir que si tenemos en cuenta cómo van surgiendo dentro de la obra los temas, su

título debería haber sido: “Aspecto físico, costumbre y hábitos de la República Argentina. Vida

de Juan Facundo Quiroga. Civilización y barbarie”, encontrándonos así con una dicotomía

inicial que será el vehículo de otras contraposiciones.

En segundo lugar, y en relación con el título de la obra, encontramos la

antinomia civilización versus barbarie, términos que dan lugar a otras oposiciones ya que la

civilización, refiere a los hombres formados a la Europa y de esta se desprende el personaje del

general Paz, un militar europeo por excelencia, identificado por su valor, estrategia, disciplina

y espíritu guerrero, es decir, el más representativo que encontramos si nos referimos a lo

civilizado; del otro lado, encontramos, desprendiéndose de la barbarie, a Facundo Quiroga,

enemigo de Paz. Además, estos términos también presentan una contradicción semántica de la

que Sarmiento estaba al tanto, por su intelectualidad, debido a que “barbarie” significa

“extranjero”, es decir que todas las cualidades otorgadas al sector externo no formaban parte de

lo que reconocían como civilizado sino más bien que eran bárbaras, aunque en el uso cotidiano

esta noción refería a todo lo contrario (bárbaro= salvaje) y lo extranjero, en ese momento, era

seductor y atractivo.

En tercer lugar, la dicotomía perteneciente al sector sociocultural, es decir, la

de unitarios contra federales, ilustrados contra primitivos, conceptos muy escuchados si

hablamos de Sarmiento. De esta oposición, surgen otras que las integran, encontrando, por un
lado, dos tipos de federales: los “netos” (los típicos fieles a Rosas) y los “lomos negros” (con

una actitud más moderada), pero también dos tipos de federalismo, el de Buenos Aires y el del

interior; también, encontramos contraposiciones del lado de los unitarios, ya que estos se

encuentran en el dilema de aceptar la aparición de una nueva generación o rechazarla y

combatirla y, a su vez, al igual que los federales, existían unitarios en Buenos Aires

(“porteños”) y en el interior.

En cuarto lugar, me referiré a una oposición fundamental, cuya presencia en la

obra es incuestionable, que da cuenta, en mayor profundidad si la comparamos con las

anteriores, de las diversas realidades argentinas y como ello es causa de la guerra civil, por lo

que podemos sostener que la misma, más que definida, es sentida como el problema por

excelencia de la nacionalidad. Me refiero al conflicto raigal entre Buenos Aires y el interior del

país que da lugar, en el fondo, a la contraposición “economía portuaria” versus “artesanías

rudimentarias”; esto se debe a que Buenos aires era dueña del puerto y la única que salía

beneficiada al momento de ingresar mercancías provenientes del exterior, es decir, era la que

dirigía una economía portuaria, en cambio, en el interior del país, al no tener acceso a ese

beneficio, se debían manejar con artesanías para subsistir. En este punto, también puedo

sostener que existe una antinomia en la realidad argentina ya que si bien Buenos Aires se

diferenciaba del interior por su economía y su cultura, siendo considerada “capital de la

civilización” (recordemos, en ella se encontraban los hombres con una buena posición

económica, bien vestidos, casi como un europeo), en realidad, era igual que los segundos,

gracias a que Rosas manejaba su organización como si fuera una estancia del campo,

encarnándola en la pampa y es por eso, justamente, que al comienzo del análisis mencioné que

Sarmiento no pude aplicar de manera definitiva el modelo que seguía.

Concluyo entonces, en que el autor recurre a la técnica de oposiciones, que van

de lo general a lo concreto, para penetrar en el fondo de los conflictos nacionales, o, por lo


menos, y intentarlo, mientras las organiza con una perspectiva constructivista, traduce a

términos de la realidad, conflictos vividos intuitivamente por sus contemporáneos.

6. Sarmiento no explica la dicotomía Buenos Aires-Interior porque, primero, él

da respuesta a los males, pero sin decirlo explícitamente y, segundo, porque, según Noé Jitrik,

nuestro autor quería, en algún momento, llegar al poder y, por lo tanto, no puede presentar a

Buenos Aires como un problema ya que sería una contradicción, pintarla como algo malo y

luego querer gobernarla, cayendo y quedándose así con la problemática circunstancial de un

sector en la vida política, problemática que se resolvería si el dueño de todos los males (Rosas)

no estuviera en el poder.

Por otro lado, si bien Sarmiento se evidencia como testigo de un presente al

que critica y donde su espíritu se posiciona por uno de los sectores, a su vez se proyecta con

una visión a futuro, porque expresa el conflicto que se dará años más tarde.

También podría gustarte