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Para dar comienzo a este camino de cuatro encuentros les propongo volver nuestro
corazón y en él nuestra mirada al bautismo por el que nos constituimos en hijos de
Dios dentro de la Iglesia: miembros de una comunidad que necesita de nuestro
accionar evangélico en la vida de cada día, en los hechos cotidianos, en lo que se
nos presenta cada día como desafío y como oportunidad.
Así como el año trae 365 oportunidades(tomo la mirada de Liniers en su tira) , cada
día que nos es dado trae infinidad de “oportunidades” para celebrar y acoger la vida,
atender, transformar, anunciar, descubrir a un Dios presente en las cosas comunes
y extraordinarias de la escuela/vida, su sacramentalidad: es esta una de las tareas
fundamentales de quienes coordinamos la pastoral en las escuelas. Partiremos de
la premisa de que no hay pastoral en una escuela sin experiencia creyente, sin
experiencia de vivir en comunidad creyente.
L@s invito a iniciar este camino escuchando esta canción (hacé click en el título). La
propuesta es que podamos poner en palabras aquellas cosas de lo cotidiano que
desatan en nosotr@s un amor profundo por la vida, por nuestra vida en la escuela
al empezar cada jornada... ponernos en el ejercicio de reescribir (y guardar lo
producido) una estrofa de la canción con aquello que “nos gusta de esta vida que
caminamos en la escuela”
“¡Qué bonita es esta vida!”
Por el bautismo nos incorporamos a la gran familia de la Iglesia con el compromiso
de vivir animados por el Espíritu para anunciar con acciones concretas que la vida
nos encanta, nos desafía a que nuestro “punto de partida...sea una simpatía con el
mundo. Más todavía, una mística del mundo, del mundo actual. Una simpatía que es
una relación de fe.”(cfr Rodriguez Mancini “Dios es la vida de la escuela”- Colección
Cruz del sur- pg 9)
Coordinar la pastoral requiere por sobre una buena planificación (que se construirá
junto a otros con los que formamos equipos), la convicción personal, la conversión
cotidiana, la certeza de que es el evangelio el lugar en el que abrevamos para
discernir los modos, las formas, las palabras y los gestos con los que entramos en la
vida de los otr@s (cfr Ex 3,1-6).
En palabras del Papa Francisco: (Hacé click aquí para ver el video: Papa Francisco:
la cultura del encuentro) se trata de amar a la persona; con una entrega que surge
de ese amor, del amor al otro: rostros y nombres que llenan el corazón; de allí
surgirán semillas de esperanza, brotes de ternura...de esa siembra crecerán árboles
tupidos de esperanza...bosques de esperanza.
… "por el Bautismo todos participamos del sacerdocio común de los fieles, que no
es el sacerdocio ministerial que se otorga por otro sacramento", sino que "nos
consagra y nos da la capacidad de ofrecer todo lo que vivimos al Padre eterno".
Te invito a:
Leer del libro de Leonardo Boff “Los sacramentos de la vida y la vida de los
sacramentos” la definición de sacramento (Capítulo II Número 1) y el relato del
sacramento de la colilla de cigarrillo (Capítulo III completo)
★ ¿Encontrás algo novedoso que amplíe tu mirada en relación a la
Buscá para cada cruce, palabras claves que enlacen estos sentidos y le den a la
tarea el “sentido religioso”, “la mirada creyente” entendiéndolo como un derecho
humano, un derecho de las niñas, niños y adolescentes.
Este cuadro puede ser una gran ayuda como guía para no perder de vista el lugar
del que tenemos que partir y al que tenemos que volver siempre que necesitemos
“volver al eje”: Dios y su invitación a construir el reino aquí y ahora (nuestro “aquí”
en este caso es la escuela teniendo presente que es en este espacio en el que la
mayoría de los que la habitamos vivimos la experiencia de Iglesia, de comunidad, de
encuentro amoroso y creyente con otros y otras con los que compartimos muchas
horas de nuestros días y muchos días de nuestra vida).
l Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción.
... E
Él me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a
los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos y
proclamar un año de gracia del Señor.
La invitación es que esta proclamación de Jesús se haga muy nuestra, que la
repitas en lo profundo de tu corazón varias veces y vuelvas a ella tantas veces como
sea necesario para saberla propia: volver a confiar una y otra vez en que el Espíritu
obra en nosotros y nos impulsa a celebrar, profetizar y servir para hacer que la
escuela sea una porción de Iglesia que anuncia el Evangelio.
Alguna vez un profesor nos decía lo siguiente y yo tomé nota exacta de sus
palabras; te las ofrezco:
“ La Iglesia está llamada a ser signo visible del Reino de Dios. Por ello, la última
característica de la experiencia religiosa cristiana es que genera, necesariamente,
comunidad. Es evidente: si el Reino es la fraternidad universal de Dios, el Reino
genera comunidad, genera en torno familia. Eso es la Iglesia: el pueblo de Dios, en
camino hacia la plenitud de los tiempos. Es el sacramento del Reino.
¿Eso que es? Ser signo visible y eficaz de la fraternidad universal en Dios…”