Está en la página 1de 22

EL PROYECTO ANTERIORES CONTACTO

El millonario capítulo secreto


del Arroz Verde
1 DE JUNIO DE 2020 LA HISTORIA

El pasado 7 de abril, el empresario Pedro Verduga Cevallos, propietario


de Equitesa, fue sentenciado a ocho años de prisión junto al expresidente
Rafael Correa Delgado, cabecilla de una estructura criminal de sobornos.
Verduga confesó ante el tribunal penal en febrero de 2020, haber
entregado $1millón de dólares al exministro Walter Solis y varias sumas
de dinero a Pamela Martínez, asesora de Correa y coordinadora de la
trama delictiva. Sin embargo, en esa inesperada delación, el
representante de Equitesa, jamás contó que, en julio de 2018, ya en el
gobierno de Lenín Moreno, el entonces viceministro de Transporte y
Obras Públicas, Aurelio Hidalgo Zavala, de la constructora Hidalgo &
Hidalgo, también acusada en el mecanismo de sobornos, autorizó un
cuestionado pago de $7.7 millones a favor de su compañía, una cifra que
supera al monto de los sobornos investigados por la Fiscalía. Este es uno
de los capítulos aún no contados de Arroz Verde.
La constructora Equitesa puede considerarse como una empresa de muy
buena suerte. Fortuna que no proviene únicamente del azar sino de una
sostenida relación política que inevitablemente devino en buenos
negocios.

Se trata, básicamente, de saber tranzar con el poder de turno. Verduga ya


lo hizo con el gobierno de Rafael Correa y por eso ahora los dos están
sentenciados por el juicio penal bautizado por la Fiscalía como
“Sobornos”, pero con su nombre mejor puesto por el periodismo: “Arroz
Verde”.

De tanto comer arroz verde, o sobornos, Correa, Verduga y casi dos


decenas de culpables ahora están sentenciados por el delito de cohecho
a ocho años de prisión. Condena que aún espera su ratificación en las
instancias superiores para que se considere “ejecutoriada”.

Esto no es otra cosa que, con plena vigencia y cumplimiento inmediato,


de manera que los que aún gozan de la comodidad de su casa con el
benevolente arresto domiciliario -como los otrora poderosos e intocables
Alexis Mera y María Duarte-, vayan a pasar los siguientes miles de días de
sus vidas en alguna cárcel del país.

El empresario constructor Pedro Verduga Cevallos, de 81 años, también


es uno de los condenados, por la parte privada del delito. Pero lo que
hasta hoy ha estado oculto es que también durante el gobierno de Lenin
Moreno Garcés, el dueño de Equitesa, pudo mantener esa virtud de la
persuasión que tantos réditos económicos le dio en el gobierno de
Correa. Y en el gobierno de Moreno no fue muy diferente. También ganó
dinero Verduga en el morenismo, cobrando una cuestionada deuda del
correísmo.

El contrato del Plan Relámpago


Todo deriva del contrato de rehabilitación celebrado con el Ministerio de
Transporte y Obras Públicas de la carretera Chone-Canuto-Calceta-
Junín-Pimpiguasí, de 56.3 kilómetros de longitud, firmado apenas
comenzaba la década correísta, el 28 de marzo de 2008, dentro del
programa de Emergencia Vial denominado “Plan Relámpago”, ejecutado
por el entonces ministro, cuota roldosista en la Revolución Ciudadana,
Jorge Marún. El día de la firma del contrato, el ministro Marún bromeó en
la pequeña comunidad manabita de Canuto, ante sus incrédulos
moradores, agotados de tantas mentiras: “Yo tengo la nariz larga, pero
no soy Pinocho”, dijo como para que confíen en su palabra de que en
doce meses la carretera estaría lista y por el monto de USD 17.7
millones, máximo en abril de 2010. Ni lo uno ni lo otro. A Marún no le
creció la nariz, pero la vía ni terminó costando ese monto ni estuvo lista
en el plazo ofrecido.
Contraloría determina ausencia de estudios y
fallas
Al primer año de construcción los problemas fueron inocultables, al
punto que el propio Contralor de Correa, Carlos Pólit Fagionni, se vio
obligado a realizar un examen especial con conclusiones y
recomendaciones lapidarias. El informe DIAPA-0046-2009, señala que la
contratista Equitesa incumplió la cláusula sexta, numerales 6,03, 6.05 y
6,06 del contrato, relativos a la calidad en la ejecución de la obra
contratada. “El no cumplir a cabalidad con estas obligaciones trae
como consecuencia que los trabajos de colocación de la carpeta de
hormigón rígidos sean defectuosos”, dice el informe. El cuestionamiento
se extendió a la empresa fiscalizadora y ordenó que “el contratista
(Equitesa) realice las reparaciones en las losas de pavimento rígido
que presentan fisuras y agrietamiento, a fin de que se garantice la vida
útil del proyecto”, según consta en las páginas 43 y 44 del documento.

Según el primer informe del organismo de control, Equitesa estaba


obligada a reparar las fallas a su cuenta y riesgo, tras identificar incluso la
ausencia de estudios confiables. Dos años después, en lugar de que se
resuelvan los inconvenientes, apareció la mano del poder a premiar la
ineficiencia con un contrato complementario. Luego llegarían otros
adicionales.

El proyecto que empezó con un contrato de USD 17.7 millones en 2008,


terminó en USD 43.5 millones en 2013. Más USD 7.7 millones del convenio
de pago firmado en 2018, Equitesa recibió solo de este proyecto USD 51.2
millones.

Tras la salida de Equitesa, en 2014, se suscribió un nuevo contrato, esta


vez con la compañía china Sinohydro por USD 32.7 millones. En total, la
rehabilitación y mantenimiento del proyecto Chone, Canuto, Calceta,
Junín, Pimpiguasí, le representó al país una cifra cercana a los USD 84
millones. Y hasta el día de hoy la vía presenta fallas.
SP (Correa) autorizó contrato complementario
a Equitesa
La obra necesitaba, por todos estos problemas, un contrato
complementario. A mayo de 2011, se hizo presente el infaltable añadido
de las obras de ese gobierno que terminaba incrementando los costos el
doble o el triple, prácticamente sin excepción.

Es justamente en este momento cuando llegó la mano de Rafael Correa,


dispuesta a ayudar a su amigo Pedro Verduga, según se desprende de
un documento que forma parte del expediente Arroz Verde.

Se trata de un correo electrónico del mismo mes en el que se autorizó la


firma del nuevo contrato por USD 10.3 millones.
El mensaje enviado de la cuenta ab_pammartinez@hotmail.com en su
parte central señala: “Ing. Pedro Verduga, falta contrato
complementario en carretera Chone, Calceta, Junín y, a efectos de que
pueda cobrar. El SP le pidió retomar la obra que estaba paralizada por
falta de estudios. 50.000…”.

SP era uno de los códigos utilizados por Rafael Correa en la estructura de


sobornos.

De nada sirvieron las conclusiones y recomendaciones de Contraloría,


Correa ya había empeñado su palabra a Verduga meses antes, como se
lee en el oficio 002-SZ4-FZP de 18 de enero de 2011, dirigido por el
viceministro de Transporte y Obras Públicas, a la compañía Equitesa, con
el que dispuso a la contratista:

“… proceda de forma inmediata con el compromiso adquirido ante el


Presidente de la República, de continuar bajo su responsabilidad
técnica la construcción con pavimento rígido, el tramo comprendido
entre Chone y Calceta, y en los lugares donde existan asentamientos,
se coloque sobre tratamiento superficial bituminoso… hasta que se
obtengan los estudios definitivos que estaban en ejecución (…) La
disposición emitida por el Presidente de la República, pese a no ser
emitida por un sujeto contractual, es la máxima autoridad
administrativa y nominadora del estado como gobierno
central”, precisa el texto.

El contenido de esta carta se encuentra en la página 101 del informe de


la Contraloría del año 2014.
Del texto se entiende que el MTOP con base a una disposición de Rafael
Correa, autorizó a Equitesa a ejecutar obras y reparar las fallas en la
construcción de la carretera, antes de que se firme el contrato
modificatorio y sin que existan los estudios definitivos.

A esa fecha, la relación del propietario de Equitesa con Pamela Martínez


y altos mandos del correísmo era muy fluida.

Eso se desprende de varios documentos cursados entre Martínez con


asesores y funcionarios de la presidencia y del ministerio de Transporte y
Obras públicas:

Gabriela Vargas, Cecilia Elizalde, María Luisa Donoso, Miguel Arregui,


César Ruiz, Cynthia Guerrero, Alison Zurita, C Vásconez M Castro.
Tres meses después de suscrito el contrato complementario, la titular del
MTOP, María de los Ángeles Duarte, a través de memorando DM-2011-
1454-ME, de agosto de 2011, recordó que
“Equitesa está ejecutando A SU COSTO, la reparación del pavimento
rígido entre los km 34 al 56 de la carretera Chone-Canuto-Calceta-
Junín-Pimpiguasí, con el diseño recomendado por la fiscalización
ejercida por la consultora LEÓN & GODOY… De este informe depende
la continuidad o no y el resarcimiento al Estado ecuatoriano por parte
de dicha empresa y todos los involucrados por el perjuicio causado a
la población y al Ministerio de Transporte y Obras Públicas por la
irresponsabilidad de quienes no tomaron las acciones adecuadas en el
momento oportuno.”, señaló la ex titular del MTOP.

El testimonio de Verduga ante la Corte

Ante el tribunal penal, Verduga reconoció que entre los años 2012 y 2016,
tenía pendientes el “cobro de facturas por un contrato anterior, en una
carretera en Manabí”. Se refería a las cuestionadas planillas de la
carretera Chone, Canuto, Calceta, Junín, Pimpiguasí.

Según el testimonio del dueño de Equitesa, para esas fechas, la entonces


ministra de Obras Públicas, María de los Ángeles Duarte, no le daba la
apertura para el cobro de esas facturas pendientes.

En el relato, Verduga confesó que se reunió con Fernando Zambrano


Párraga, exSubsecretario Regional 4 del MTOP-Manabí, quien le
manifestó que sus pagos estaban aprobados, aunque los desembolsos
no dependían de él. Pero le ofreció hacer una gestión. Zambrano entró a
su despacho y cuando salió “me dijo que me va a llamar Pamela
Martínez”, confesó Verduga ante el tribunal penal.
Fernando Zambrano, no era cualquiera. Era el funcionario que emitió
uno de los informes favorables para el pago de los USD 7.7 millones, y
además quien remitió al Contralor del Estado, el oficio MTOP-SUBSZ4-
14-262-OF, adjuntando el acta de entrega recepción con la que se
obligaba al Estado a pagar las ilegales planillas a Equitesa.

Verduga confirmó que se reunió con Martínez para arreglar los pagos
pendientes y ella le pidió una contribución. “Por la situación insostenible y
los intereses de las deudas, concluí que tengo que aceptar esa
exigencia”, precisó.

La versión de Verduga respecto a la negativa de Duarte, coincide con la


posición de la ex ministra reflejada en una carta remitida a la Contraloría
en diciembre de 2013, en la que, como se ha dicho, cuestionó el
pretendido pago de USD 7.7 millones solicitado por Equitesa. En diálogo
con nuestro medio, Duarte calificó ese pago como un “atraco”.

Verduga aseguró que en 2013, el régimen de Correa lo invitó a que


terminara la construcción del proyecto Multipropósito Chone.

Una vez concluida la obra, recibió un pedido del Secretario del Agua,
Walter Solís, de realizar un aporte de USD 1 millón.

A decir de Verduga, Solís le dijo que el millón fue solicitado por Jorge
Glas, María de los Ángeles Duarte, Vinicio Alvarado y Alexis Mera. El pago
se hizo a través de la modalidad de cruce de facturas, agregó.

Durante el período investigado por fiscalía (2012-2016) el accionista de


Equitesa entregó a Alianza PAIS, a través del mecanismo de cruce de
facturas 898 mil dólares y en efectivo 130 mil dólares.

Además, se incluyen aportes a Nexo Global, empresa de Martínez y


pagos al estudio jurídico de Christian Viteri y Gustavo Mora, cónyuge de
Viviana Bonilla.

Solo entre 2012 y 2013, Verduga suscribió 17 contratos con el MTOP.

Cinco años después la vía seguía inconclusa


Pese a la firma del contrato modificatorio y varias órdenes de pago
adicionales, cinco años después, las cosas seguían igual o peor.
En enero de 2013, los diarios de Manabí reportaban que la carretera llegó
hasta el 60% de su extensión, quedando un 40% pendiente.

Para ese momento, el contrato estaba en trámite de rescisión por mutuo


acuerdo entre las partes, debido a que ya se había agotado el plazo
contractual en mayo de 2012 y todos los contratos complementarios
posibles que la ley permitía.

Y la vía seguía inconclusa, pese a que ya se habían gastado hasta ese


momento USD 44 millones y se esperaba un nuevo contrato por USD 32
millones dentro del mismo proyecto. Equitesa había batido un record,
rehabilitar una carretera sin estudios, con sobreprecios, sobornos, fisuras
y grietas, a un ritmo de seis kilómetros por año.

Cuando faltaban 3 meses para que concluya el contrato, la compañía no


había logrado reparar las fallas principales, lo que generó que el
subsecretario regional del MTOP disponga “…demoler de manera
inmediata las losas construidas por su representada, y en su lugar
deberá ubicar la capa de hormigón asfáltico acorde a lo
recomendado…”.

En mayo de 2012, debía darse por terminado el contrato, aunque el


objeto no se había cumplido, ni siquiera reparado bien las fallas
ordenadas por la Contraloría en 2009. Es más, la propia reparación
presentaba fallas.

El fracaso de la reparación realizada por Equitesa era evidente: “El


contratista realizó las reparaciones mediante la colocación de una capa
de hormigón fibroreforzado de 10 cm adherido al hormigón rígido
fisurado, sin embargo dicha reparación no dio los resultados óptimos
esperados, por lo que, fue necesario adicionar una sobrecapa de
hormigón asfáltico de 10 cm sobre las losas de hormigón para
garantizar la vida útil del proyecto.”, dice un documento de 2013,
incluido en el informe de Contraloría de 2014.

El documento agrega que un año después de terminado el plazo


contractual, en una “inspección efectuada a la vía para realizar un
archivo fílmico-fotográfico del proyecto el 18 de diciembre de 2013, se
evidenció que se han producido nuevas fisuras y grietas de severidad
media y alta en la capa de rodadura, ocasionadas por el asentamiento
de la estructura del pavimento.”.
Fallas que nunca fueron reparadas por la contratista, pues a esa fecha el
contrato ya había vencido.

Coludidos para beneficiar a Equitesa


Ni bien anunciada la terminación del contrato en agosto de 2012,
Equitesa empezó a solicitar el pago de varios rubros, justamente aquellos
relacionados con la reparación de las fallas que la empresa estaba
obligada a hacer a su costo.

“Para la construcción de sobrecapa de hormigón hidráulico


fibroreforzado entre los Kms 35,5 al 56,3, es decir L= 6,5 Km, la empresa
ha invertido 1 856 244,78 USD y que los costos de reparación con
sobrecapa de hormigón asfáltico con malla de fibra de vidrio entre los
Kms 35,5 al 49,6 ascendieron a 3 178 225,19 USD…”, señala en un
informe.

Luego presentaría otros reclamos hasta completar los pretendidos USD


7.7 millones.

Dos años después de vencido el plazo contractual, agosto de 2014,


estaba lista el Acta de Entrega Recepción y en ella, Pedro Verduga
Cevallos, había logrado incluir la millonaria cifra de USD 7.721.599,94. A
más de la firma de Verduga, ese documento clave está suscrito
por Wilmer Moreira Villanueva, Eder Cevallos Alava, Tyron Tarabo
Mieles, Betsy Santana Mendoza, todos funcionarios del MTOP de Manabí.

Con el acta en el bolsillo, faltaban dos pasos: desvanecer los


cuestionamientos de la Contraloría y conseguir la firma de un convenio
de pago, una atribución exclusiva del ministro o su delegado. Como por
arte de magia, a la misma fecha de la firma del acta, salió del despacho
de Carlos Pólit, el informe DAPyA-0041-2014.

Un documento deleznable, ambiguo y contradictorio, que al tiempo de


acusar a Equitesa de haber ejecutado trabajos fuera del contrato
modificatorio, reparado mal las fallas e inflado los costos de la obra;
incluyó la recomendación 11, la última del informe, con la que dejaba
en manos de los mismos funcionarios responsables de las
irregularidades, la decisión de resolver los reclamos económicos
pendientes.

Algo así como poner al gato a cuidar la despensa.


Las autoridades del MTOP de Manabí y luego las de Quito, basaron sus
informes para favorecer a Equitesa, en la referida recomendación 11,
además en un comentario de la pagina 71 del mismo informe, y en el
oficio 0041067DAPyA, de 16 de junio de 2015, remitido por Pablo
Celi, Contralor Subrogante y entonces mano derecha del Contralor
Carlos Pólit, a la ministra Paola Carvajal Ayala, pronunciamiento con el
que Celi se lavaba las manos y bendecía el pago a Pedro Verduga:

“Por ende, corresponde al ministerio a su cargo proceder con la


liquidación final del contrato en los términos previstos en el artículo
111 del reglamento sustitutivo del reglamento general de la Ley de
Contratación Pública”, considerando los aspectos que se hubieren
definido en la citada acta de entrega recepción y liquidación técnica
económica, la cual, conforme consta en el oficio MTOP-SUBSZ4-14-
262-OF, de fecha 4 de septiembre de 2014, suscrito por el Señor
Subsecretario Regional 4 (Fernando Zambrano), ha sido revisada y
legalizada por las instancias administrativas correspondientes.”.

Celi se refiere al acta suscrita en agosto de 2014, la cual reconocía el


pago de USD 7.7 millones.

El segundo informe de la Contraloría del Estado, salió en esos términos,


pese a los cuestionamientos de la ministra María de los Ángeles Duarte,
que en oficio de diciembre de 2013, recordaba que :

“… la orden dada por el ministerio para la reparación de las fallas a


cargo de la contratista se fundamenta en la propia recomendación de
la Contraloría, pero ahora en este nuevo informe la misma Contraloría
pretende mostrar a Equitesa como un proveedor cumplido y trasladar
el pago de $7.7 millones al Estado”.

Por esa razón, Duarte solicitó al ente de control dejar sin efecto todo tipo
de argumento que sugiera que el MTOP deba responder por el costo de
la reparación de las fisuras que fueron ocasionadas por el propio
incumplimiento de Equitesa, se lee en el documento.

El invocado comentario que consta en la página 71


del informe de la Contraloría 2014, era el mismo
criterio remitido por los funcionarios del MTOP-
Manabí al organismo de control, en el que señalan
que los daños “finalmente fueron reparados con resultados favorables
mediante la colocación de una sobre-capa de hormigón asfáltico de 10
cm de espesor con la inclusión de una malla de fibra de vidrio para el
control de reflexión de fisuras, esto último con resultados moderados
que se pueden suplir con mantenimiento rutinario…sin embargo de lo
señalado el acabado de la vía no es de hormigón hidráulico como
preveía el contrato, debido a que las causas del daño prematuro se
debieron a falta de estudios y problemas con los agregados, los que
obligaron a dar una solución técnica imprevista por las partes
contratantes”.

En resumen, se contrató una vía de hormigón rígido, cemento, y no se la


entregó como tal, aceptando el ministerio que la culpa no era del
contratista.

Este criterio del MTOP replicado por la Contraloría, liberaba de


responsabilidad a Equitesa y también limpiaba de culpas a los
funcionarios públicos responsables de la contratación. Así se curaban en
sano.

Wilmer Moreira Villanueva, Supervisor de Contrataciones de Manabí, se


jugó entero y sin contemplaciones: redactó un informe en representación
del Estado, que más parece escrito con tinta de Equitesa.

Moreira manipuló el informe de 2014, asumiendo el comentario de la


página 71 e interpretando la recomendación 11 del organismo de control,
todo para liberar de responsabilidad a la contratista y a sus compañeros
del MTOP:

“Los daños, finalmente fueron reparados con resultados favorables (…) Por
lo expuesto, se concluye que los trabajos ejecutados no forman parte del
objeto del contrato, debido a que fueron una solución técnica imprevista
que para su evaluación requería de la creción de Recuros Nuevos (…) Los
daños presentados en las losas de la obra no son atribuibles a la
compañía contratista”, señaló.

Luego de este pronunciamiento, Moreira Villanueva, ratificó los rubros


requeridos por Equitesa, contemplados en el acta y validó la firma del
convenio de pago.

Es decir, y en pocas palabras, la obra de rehabilitación y mantenimiento


de la carretera se inició sin los estudios previos indispensables.

Y la contratista no tuvo ningún problema con tamaña omisión para


comenzar sus trabajos. Los problemas posteriores reflejados en daños
evidentes no debieron sorprender demasiado.

Empresarios y funcionarios públicos coludidos terminaron pavimentando


una autopista de impunidad.

El encuentro de Higalgo & Hidalgo y Equitesa


Tras revisar una torre de oficios y memorandos marcados con sumillas de
funcionarios del MTOP, de medio pelo y pelo largo, todos direccionaron
sus pronunciamientos a transferir al Estado el costo de una cadena de
irregularidades, ineficiencias y sobreprecios.

Con la salida de Duarte del ministerio, las gestiones de Paola Carvajal y


Walter Solís, marcaron un compás de espera.

El caso era tan delicado, dicen nuestras fuentes internas, que al nivel
superior nadie quería quemarse las manos más de lo que ya se habían
quemado.

El asunto debió entrar al congelador por más de dos años. Hasta que
alguien lo sacó de la nevera del tiempo, pero ya era la época del
morenismo.

Ocurrió en julio de 2018, diez meses antes de publicarse el informe


periodístico Arroz Verde, Aurelio Hidalgo Zavala, viceministro de
Transporte y Obras Públicas y amigo personal de Lenín Moreno,
autorizaba la firma del convenio de pago por $7.7 millones a favor de la
compañía Equitesa.
Antes de adoptar esa decisión, varias instancias habían emitido una serie
de resoluciones justificando el pago.

El aval de Hidalgo Zavala, se sustentó en el informe del Coordinador de


Asesoría Jurídica del MTOP, de 23 de octubre de 2017, en el que
recomendó pagar los valores reclamados por Equitesa mediante “un
convenio de pago”, lo que fue acogido en todas sus partes el 14 de
noviembre de 2017 por Ricardo Paula López, subsecretario de
Infraestructura de Transporte, quien dispuso “continuar con los trámites
pertinentes para la cancelación de los trabajos extracontractuales del
proyecto de la referencia ejecutados por Equitesa, toda vez que
cuentan con toda la documentación de sustento”.

Ricardo Paula es en la actualidad la segunda autoridad del MTOP.


Otro informe clave fue el emitido el 6 de febrero de 2018, por el Director
Distrital de Manabí, Iván Ganchozo Villavicencio, quien asumió
temporalmente esa dignidad, exclusivamente para dar curso al pago,
comentan funcionarios del MTOP.

Los hechos y los pagos se consumaron el 24 de julio


de 2018, en la ciudad de Portoviejo, en una amigable
y feliz reunión para firmar el convenio de pago por
USD 7.721.599, monto que el correísmo estuvo
renuente a pagar, pero que ya una vez entrado el
morenismo, todo fue solucionado entre Iván
Fernando Ganchozo Villavicencio, subsecretario zonal 4, delegado por el
Ministro de Transporte y Obras Públicas Boris Palacios Vásquez y Pedro
Verduga, representante de Equitesa, quien hasta ese día continuaba
siendo un destacado constructor y negociador de contratos, pues en ese
momento no se conocía que un ingrediente de su fórmula exitosa, era el
soborno.

O el arroz verde, plato del que también probó más de un bocado el


gobierno de Lenin Moreno.
Siga leyendo

¿Dónde están los 3000 El «vuelto» de Marco Troya, como pez Medio Ambiente: lo
millones del terremoto? Odebrecht: USD 184 en Senagua bueno, lo malo y lo feo
millones de los 10 años de Correa

FILED UNDER: ANTERIORES, UNCATEGORIZED


TAGGED WITH: ARROZ VERDE, EQUITESA, MARÍA DUARTE, PEDRO VERDUGA, RAFAEL CORREA,
SOBORNOS

Search this website

CNT, A LA BUENA DE DIOS


En la empresa estatal Corporación
Nacional de Telecomunicaciones CNT, la
fe se ha reforzado en el último mes. A
partir del 3 de septiembre pasado, la
esperanza se centra en lo extraterrenal
para que los bienes de la institución no
sufran ningún percance o daño que tenga
un costo económico. En la tierra, todos los
[…]
Tweets por ‎@lahistoriaec
LaHistoria
@lahistoriaec

¿De quiénes estará hablando? Sesión solemne por


independencia de Guayaquil estuvo repleta de
indirectas. Presidente @LassoGuillermo habló que
enfrentará a los osados y "pronto sabrán quienes son
los evasores de impuestos, aquellos que viven como
ricos y tributan como pobres".

Insertar Ver en Twitter

Copyright © 2021

También podría gustarte