El planeta tierra: Víctima de la impostura en el siglo XXI
Por: Katia Mejía y Abner Brito
27 de julio de 2020 “La contaminación nunca debería ser el precio de la prosperidad” Al Gore, 1948
A lo largo de la historia el planeta tierra ha sido objeto de variaciones en el sistema
climático, el más preocupante es el impacto antrópico referente a las alteraciones que sufre el medio ambiente a causa de las acciones humanas. La contaminación es una de las causas más importantes que colaboran a la alteración climática en nuestro planeta dándose de muchas maneras, entre ellas contaminación atmosférica, hídrica o contaminación del suelo. Para controlar la contaminación se han establecido diversos instrumentos internacionales que a través de estándares regulan la cantidad contaminante de cada país. Uno de los principales contaminantes atmosféricos son los NOx, siendo producidos principalmente por vehículos diesel, éstos resultan de la combinación de dióxido de nitrógeno (NO2) y óxido nítrico (NO). A diferencia de otros tipos de combustible que solamente producen dióxido de carbono, los NOx tienen efectos más graves para el medio ambiente y la salud humana. El siglo XXI ha sido marcado por el consumismo. La excesiva ambición de las grandes empresas se ha traducido en una gran cantidad de fraudes sistemáticos con el único propósito de obtener ganancias para satisfacer dicha ambición sin importar el daño causado al medio ambiente. Uno de los ejemplos más famosos es el fraude que se descubrió a la empresa Volkswagen. La historia inicia en los años 30, cuando los automóviles eran raros en Alemania, sin embargo, en Estados Unidos, Henry Ford tenía una idea acerca de que los automóviles fuesen de bajo costo para que todas las personas pudiesen tener uno. A raíz de esta idea, la mayoría de personas de clase media tenían automóvil en Estados Unidos mientras que en Alemania no, así nace la idea de Volkswagen el auto para el pueblo. En Wolfsburgo se construyó la fábrica de Volkswagen siendo ésta la más grande del mundo con un promedio de 66,000 empleados. El escarabajo era un auto de mecánica sencilla y en los años 60 sus ventas incrementaron, la empresa tenía mucho éxito; a medida los años pasaron las ventas decayeron debido a la falta innovación, lo que originó baja competitividad en el mercado de automóviles en EEUU, lo que llevó a Volkswagen a estar a punto de caer en quiebra. Fue así como en el año 1993, Ferdinand Piëch pasa a liderar la compañía estableciendo nuevos rumbos para la misma a través de la invención de un motor diésel de pequeñas proporciones denominado TDI que era sumamente innovador porque anteriormente el motor diésel solamente era utilizado para máquinas de gran tamaño. Esta idea de la introducción de motores de inyección directa de turbo revolucionó el mercado de automóviles mediante una campaña que vendía el diésel como potente y además limpio, debido a esta falsa campaña se popularizaron los autos con motor diésel, siendo la realidad muy distinta debido a que lo que expulsa el escape de los autos a diésel es sumamente tóxico para el medio ambiente, si bien, produce menos dióxido de carbono, el escape expulsa NOx que al mezclarse con la capa de ozono produce el esmog siendo este dañino para los vegetales y para las personas, pudiendo causarles incluso, la muerte. Un fraude anunciado. Vivimos en una sociedad cambiante y está muy claro que existen competidores y que en todos los rubros las empresas necesitan ser innovadoras para no caer en el olvido, Volkswagen no fue la excepción y debido a su impopularidad en Estados Unidos y a la presión por aumentar sus ventas no se les ocurrió mejor idea que idear un fraude del cual la principal víctima sería el planeta tierra, pero, ¿En qué consistió? Pues en la implementación del motor TDI vendiéndolo como diésel limpio, la maravilla del siglo XXI, ya que eran autos de bajo costo y poco contaminantes, una estrategia ecológica que iba muy por delante de sus competidores. Obviamente esto llamó la atención y derivó en varias investigaciones a los autos Volkswagen para averiguar porqué eran tan buenos y cómo se había logrado un punto medio entre el uso de automóviles y el cuidado del medio ambiente, para la investigación participaron estudiantes de la Universidad de West Virginia, los cuales utilizaron un dispositivo que medía la cantidad de contaminantes que expulsa el escape, he aquí, la idea de Volkswagen para burlarse del planeta: El dispositivo de engaño, consistió en la instalación de un software que manipulaba los resultados de las emisiones producidas por los vehículos, es decir, estaba contaminando 40 veces más de lo que permitían los estándares bajo una publicidad ecológica y en la carretera emitía un 400% o 500% más de NOx de lo que emitía en el laboratorio, lamentablemente, eso no fue lo único. Para sostener la mentira Volkswagen junto con Mercedes Benz y BMW, idearon un laboratorio falso el cual a través de un estudio pretendía demostrar que los autos con motor TDI eran ecológicos y que no ocasionarían los problemas de salud que ocasionaba la antigua tecnología diésel. Volkswagen se burló de sus competidores, de la legislación ambiental, de las autoridades y de la salud humana. Muchos de los culpables del fraude no obtuvieron castigo alguno, aparte de las indemnizaciones y multas otorgadas a los afectados. Existen dos principales problemas, el primero es la falta de estandarización debido a que las normas ambientales existen pero no son aplicadas de la misma manera en todos los países, en el caso de las empresas automotrices para poder evadir la ley buscan un país que no aplique las normas ambientales de forma rigurosa; el segundo, es que todos los países piensan que es mejor no dañar a sus industrias nacionales ya que la legislación para estas empresas solo puede ser aplicada por el país en donde tuvieron su origen, por ejemplo, Alemania no puede afectar a una compañía de autos francesa sino solo a las compañías alemanas y al ver que otros países no cumplen la legislación ellos tampoco la cumplen. Es un problema grave debido a que los autos de Alemania no solo afectarán a los alemanes, ni los autos de Francia solamente afectarán a los franceses sino, a todo el mundo. Debido a esto, con el descubrimiento del fraude de Volkswagen lamentablemente no se dejaron de producir autos contaminantes. Como el caso de Volkswagen existen muchos más y no precisamente lejos, en Honduras también existen personas que bajo impostura realizan acciones que están lejos de ir acorde a la ley. Tal es el caso del Complejo Habitacional “Bosque Santa maría” que se pretende construir en las áreas limítrofes y zona de amortiguamiento del Parque Nacional La Tigra siendo considerada el pulmón de Tegucigalpa y una importante fuente de abastecimiento de agua que beneficia al 30% de la población de la ciudad. Este proyecto habitacional ha generado conflictos entre diversos sectores como ser los defensores del ambiente y los pobladores de La Tigra que se oponen rotundamente al complejo por considerarlo un crimen de proporciones múltiples al ambiente que traerá consigo graves consecuencias como el aumento de la escasez de agua que disminuirá ostensiblemente la cuenca de agua del picacho provocando un acceso aún más desigual al vital líquido. Asimismo, desde el punto de vista biocéntrico producirá la perdida de muchas especies de flora y fauna que habitan en el área protegida y de la perdida de miles de hectáreas de tierras de vocación forestal. Desde el principio la aprobación de este proyecto produjo serias controversias que versaron de irregularidades principalmente por el otorgamiento de licencias ambientales sin cumplir todos los requerimientos necesarios para la obtención de las mismas producto de la corrupción manifestada por el contubernio entre las autoridades y las personas encargadas de llevar a cabo el proyecto, todo bajo la justificación de la necesidad de las personas para adquirir una vivienda. La aprobación se realizó sin llevar a cabo la categorización adecuada que requería un proyecto de tal magnitud, saltándose procedimientos como la evaluación del impacto ambiental y la socialización con las comunidades afectadas por el proyecto. De igual forma, se omitieron intervenciones de parte de instituciones ambientales que afirmaban la no viabilidad de la construcción del complejo como ser el Dictamen del Sistema Nacional de Evaluación de Impacto Ambiental que da por no aceptado el proyecto. Instituciones como Mi Ambiente, el Instituto Nacional de Conservación y Desarrollo Forestal, Áreas Protegidas y Vida Silvestre (ICF) después de diversos estudios otorgaron las licencias respectivas como la de la tala de árboles para seguir con la construcción del proyecto con excepción de la etapa que sería construida en la zona de amortiguamiento, afirmando de que se realizó todo el procedimiento necesario y no tendría grandes implicaciones ambientales. Pero, más allá de la legalidad de los permisos, este proyecto constituye un riesgo para toda la población donde ya se comienzan a ver las consecuencias de la destrucción de áreas de vital importancia ambiental como La Tigra, pero en Honduras se sigue esa tendencia como en el caso de Volkswagen de culturas corporativas impregnadas de fraude, violaciones sistemáticas ambientales agudizadas por la excesiva corrupción y el trabajo conjunto con los responsables de velar por el cumplimiento de las leyes ambientales establecidas en el ordenamiento interno y en tratados internacionales, donde prevalecen los intereses económicos de unos pocos por sobre la vida y la salud de la mayoría de la población. En conclusión, el planeta tierra ha pasado a un segundo plano, no es prioridad para casi nadie. Los intereses de una minoría se ven por sobre el bienestar general, muchos tienen la idea errónea de que la manera para prosperar y alcanzar sus objetivos es destruyendo el planeta y aprovechándose de él. Se deben hacer cumplir la ley y garantizar el castigo a todas las personas que dañen el medio ambiente. Las soluciones a todas las problemáticas del medio ambiente son diversas, entre ellas, estandarizar la aplicación de la norma en todos los países por igual para que sea imposible evadir la legislación ambiental y así evitar que las empresas que solo velan por sus intereses y no por los de la población en general, tengan la oportunidad de burlarse de la ley. Además de esto, cada país debe comprometerse a velar por el cumplimiento de la ley, sin importar si la empresa que está incumpliendo es nacional, nuestro compromiso es con el medio ambiente y éste, es lo más importante que tenemos. Debemos evitar a toda costa que los intereses de la élite irrumpan en el medio ambiente, cada ser humano debe comprometerse a respetar la naturaleza.
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