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El conductismo nace alrededor de la segunda década del siglo XX: sus primeros pasos fueron
dados por un Dr. Watson y se basaba principalmente en la noción, extraída del mundo animal y
extrapolada al ser humano (primer punto cuestionable), de estímulo-respuesta. Y en la posibilidad
de que los reflejos puedan ser condicionados. El Dr. Watson estimaba que sobre todo
comportamiento se puede ejercer una determinada coacción muy precisa para que o bien cese de
producirse o bien cambie sus fines. La idea principal está basada en que todo comportamiento
está relacionado con un estímulo que lo hace posible. De esto se extrae que modificando el
estímulo de una forma u otra se puede modificar la conducta o el comportamiento del sujeto.
En los modelos de aprendizaje propuestos por Watson el mecanismo general que se utiliza es de
condicionamiento Externo, de esta condición refleja del comportamiento de responder, de modo
inmediato, según sea el estímulo. A este modelo de aprendizaje se lo llama reflejo condicionado, o
condicionamiento reflejo. La conducta sería el mero reflejo de las condiciones que las provocan.
Manipulando las condiciones asociadas a un estímulo eficaz, que provoca una respuesta, se
pretende trasformar y modificar los comportamientos, provocando la aparición o
fortalecimientos de conductas o habilidades funcionales, y la reducción o eliminación de
conductas disfuncionales.
Este modelo no trae mayor dificultad que la de ser insuficiente, para servir a la
solución del problema de cómo educar aprendizajes complejos que son espontáneos
y no pueden ser enseñados. En ese sentido el conductismo falla: su partida de una
psicología animal produce un reduccionismo tal que ahoga toda complejidad
subjetiva del sujeto humano.
De todos modos, tal como el psicoanálisis dio un giro hacia nuevas visiones no
familiaristas, el conductismo dio un giro hacia lo que es hoy la corriente cognitivo-
conductual que intenta captar algo (no mucho) de la complejidad del pathos que
habita al sujeto que lo consulta.
La mirada Cognitivo-Conductual y Neurocientifica
En este apartado voy a dar una visión general de las causas que se proponen desde la neurociencia y el
cognitivismo y extenderme más que en otros temas dado que el foco en el último tramo de este curso será
sobre esta corriente.
Para esta corriente el autismo es considerado un síndrome conductual, de base biológica aunque no
especificada, que afecta a la socialización; la interacción social, la comunicación y el lenguaje asociado a
conductas estereotipadas e intereses restringidos (visión extraída de la psiquiatría). Puede estar asociado
a diversas enfermedades o síndromes conocidos (comorbilidad).
Al momento actual no hay un marcador biológico especifico que permita el diagnóstico de TEA, por lo que su
reconocimiento se basa en la observación clínica a través de profesionales y la aplicación de una batería de
tests. Generalmente el test que se está usando en la actualidad para el diagnóstico de TEA es el ADOS,
muchas veces aplicado en conjunto con otros para habilidades lingüísticas y coeficiente intelectual (WISC IV-
VINELAND-ADIR).
“Se fue abandonando la hipótesis de los padres culpables, a medida que se demostraba su falta de
justificación empírica y que se encontraban los primeros indicios claros de asociación del autismo
con trastornos neurobiológicos. Ese proceso coincidió con la formulación de modelos explicativos
del autismo que se basaban en la hipótesis de que existe alguna clase de alteración cognitiva (más
que afectiva) que explica las dificultades de relación, lenguaje, comunicación y flexibilidad
mental”
Ángel Rivière. Desarrollo Normal y Autismo.
Fíjense que en este apartado de Rivière hace alusión claramente al psicoanálisis desde una perspectiva
tradicional. El modelo cognitivista, como da cuenta este apartado y en lo que iremos desarrollando alrededor
de este módulo y los siguientes, hace mayor hincapié en el aspecto cognitivo, es decir, intelectual o del
aprendizaje que en el afectivo considerado irrelevante o terreno demasiado inestable para que se
establezca una ciencia a toda norma.
Lo que más me interesa que se pueda llegar a comprender es la noción de estructura psicológica, y la teoría de la mente.
En el contexto del terapia cognitivo conductual la estructura psicológica es entendida como la forma en que la
inteligencia organiza y procesa lo que ocurre a su alrededor, posee una lógica propia y hace que las acciones de los niños
(y también adultos) no se presenten en forma caótica, inconexa o desordenada, sino que evidencian formas de
organización. Habría estructuras centrales y periféricas de la organización del comportamiento.
Lo siguiente es de suma importancia El comportamiento pertenece a una estructura que tendrá, una u otra lógica,
pero que estará siempre lógicamente organizada. De esto se puede extraer que existe una lógica autista.
El hecho de hablar sobre estructuras implica decir que el sujeto “cae” en un espacio ya formado y a pesar de él. Piensen a
la estructuras como una forma (un cuadrado, un circulo, o cualquier otra forma donde el sujeto se mueve). La lógica en el
autismo no estaría perdida, el autismo tiene su propia estructura, sólo que esta posee cualidades idiosincráticas.
Al estar el desarrollo psicológico, afectado por sus características idiosincráticas, se desarrollan capacidades cognitivas,
que adquieren también, una cualidad idiosincrática, que pueden parecer raras o extrañas, y que afectan al desarrollo
general dado que siempre tenemos que tener en cuenta que son trastornos de inicio en la infancia.
En referencia a esto podemos pensar que cuanto más es la edad del chico, mayor complejidad asumen sus estructuras,
precisamente porque estas si bien mantienen una cierta constancia pueden variar, cambiar, y por lo tanto modificar el
comportamiento que asume el sujeto dentro de ella. Tengamos en claro esto: en la mirada del cognitivismo.
El individuo va seleccionado los elementos del medio que pueda asimilar generando estructuras de mayor
complejidad. El desarrollo es un proceso constructivo. Las estructuras mentales y los comportamientos van
variando a lo largo del desarrollo, permitiendo la formación de estructuras cada vez más complejas.
La cualidad idiosincrática que asume a veces el desarrollo, le da a los comportamientos su apariencia
disfuncional, pero todos los comportamientos obedecen a la estructura que lo explica, y por lo tanto, según
sea nuestra intervención, algunos serán más fáciles de modificar y otros más resistentes. Debe entenderse
bien, por qué, es prioritario elegir trabajar con este proceso activo que es el desarrollo psicológico, antes
que con la mera modificación de comportamientos.
“Hay que destacar desde el principio la diferencia esencial entre la vida del cuerpo y la del
espíritu, si se quiere respetar el dinamismo inherente a la realidad espiritual. La forma final
de equilibrio que alcanza el crecimiento orgánico es más estática que aquella hacia la cual tiende
el desarrollo mental, y, sobre todo, más inestable, de tal manera que, en cuanto ha concluido la
evolución ascendente, comienza automáticamente una evolución regresiva que conduce a la vejez
(…) ciertas funciones psíquicas, que dependen estrechamente del estadio de los órganos, siguen
una curva análoga: la agudeza visual, por ejemplo (…) en cambio, las funciones superiores de la
inteligencia y de la afectividad tienden hacia un "equilibrio móvil", y más estable cuanto más móvil
es, de forma que, el final del crecimiento no marca en modo alguno el comienzo de la decadencia,
sino que autoriza un progreso espiritual (psicológico, cognitivo) que no contradice en nada el
equilibrio interior.”
Piaget, J.: “Seis estudios de Psicología”
Desde la perspectiva del cognitivismo estas estructuras que hablábamos anteriormente se van
desarrollando, construyendo, no son inalterables sino que pueden, vía la terapia, ir modificándose.
Estas estructuras están en constante movimiento e interacción con el ambiente.
Por la estructura que, en sí, es organizada y su relación con el ambiente es necesario que los niños con
autismo se muevan en un ámbito estructurado, ordenado y organizado. Regulado por ciclos predecibles,
con rutinas y modelos de anticipación. Debemos, en la medida de lo posible, evitar la incertidumbre que en
el autismo produce extremos grados de ansiedad, angustia y hasta agresividad.
El desarrollo de estructuras depende de un proceso de aprendizaje. Piaget, autor que los cognitivistas
toman mucho, planteaba que todo proceso psicológico estructural tiene un tiempo mínimo de duración
para desarrollarse. Ese tiempo, propio y mínimo de un proceso, no puede evitarse o eliminarse.
El desarrollo psicológico es principalmente un proceso temporal, cuyas duraciones mínimas deben ser
consideradas y respetadas en el tratamiento. La manera de pensar un proceso terapéutico, debe incluir la
consideración del tiempo que requiere el proceso que pretendo desarrollar.
“Hay un segundo punto que igualmente me gustaría tratar, formulado en la cuestión: ¿el ciclo vital
expresa un ritmo biológico fundamental, una ley ineluctable? ¿Lo modifica la civilización y en qué medida?
Dicho de otro modo, ¿hay posibilidades de acelerar o retardar este desarrollo temporal?”
J. Piaget. El tiempo y el desarrollo intelectual del niño.)