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Narrador: Cuenta la leyenda que Manuel de Almeida

Capilla, hijo de don Tomas de Almeida y doña


Sebastiana Capilla, ingresó a los 17 años a la Orden
de los Franciscanos.
(Sonido de campanas) (entra el padre Almeida al
convento donde le recibe la monja)
Monja: “En momentos de dolor, refugiarse con dios
es la salvación” Bienvenido a nuestro convento.
Narrador: Ingresó al Convento de los Franciscanos
por un desengaño amoroso más nunca por una
verdadera vocación. Sin embargo, el encierro y la
oración hicieron poco para vencer sus impulsos
juveniles.
Padre Almeida: Andrés Andrés!!!
Compañero de cuarto: que pasa!!!!
Padre Almeida: acompáñame, dejemos a un lado
este encierro y vamos a divertirnos un rato esta
noche.
Compañero de cuarto: ¿de qué hablas? estás loco
¿a dónde iremos?
Padre Almeida: ¡vamos! Sé de lugares y damiselas,
de esas de la vida alegre que se prestarán a
compartir sus encantos con nosotros
Compañero de cuarto: ¿Y cómo las conoces
estando aquí adentro? ¿cómo tienes contacto con
ellas?
Padre Almeida: Eso es lo de menos, vamos no
pasara de esta noche, llegamos antes que cante el
gallo y listo, ¡¡vamos anímate!!
Narrador: El compañero de cuarto del padre
Almeida se resistió ante dicha propuesta de su
compañero de cuarto, mientras miraba como el se
escapaba por la ventana que daba hacia la calle
trasera le era fácil salir y entrar sin que nadie se
diera cuenta y así en una de sus tantas noches, el
compañero de cuarto del padre Almeida solo le
quedaba rogar que llegue antes que el gallo cante
el amanecer….
Narrador: En una de esas tantas noches donde se
escapaba el padre Almeida, Andrés el compañero
de cuarto decidió ir a curiosear que tanto hacia que
el padre Almeida hiciera que se salga del convento
cada noche sin falta alguna…
Compañero de cuarto: ¿Almeida, hoy saldrás por la
noche?
Padre Almeida: No deberías dudarlo, no me pierdo
ninguna noche, pero a que se debe tu pregunta,
ahora si quieres ir?
Compañero de cuarto: Me ha ganado la curiosidad
Padre Almeida: Entonces no se diga más, vamos
esta noche, estate preparado no te duermas…
Narrador: Como era de esperarse, Almeida siguió
con su sigilosa escapada solo que ahora le
acompañaba alguien más, mientras caminaban al
viejo bar que siempre visitaba Almeida en su rutina
nocturna, Andrés observaba con detalle todo…
(Entran al bar, piden a la chica que atiende el bar
aguardiente)
Padre Almeida: Buenas noches preciosa, lo de
siempre, agua ardiente por favor!!
Chica del bar: Almeidaaaaaa, buenas noches sin
falta como todas las noches, he?
Padre Almeida: Así es, estoy aquí una vez más…
Chica del bar: Me lo esperaba, pero… quien es tu
acompañante? Me lo vas a presentar?
Padre Almeida: El es Andrés un amigo mio que ha
decidió por fin venir y disfrutar de lo que se ha
perdido tanto tiempo…
Chica del bar: Mucho gusto, estoy a tus ordenes…
(les pasa el agua ardiente a la mesa del bar)

Narrador: Mientras la noche pasaba, Andrés el


compañero de Almeida lo único que podría pensar
esque, que tenia de divertido hacer esto? Ver a un
montón de borrachos ir y venir, mujeres de la vida
alegre y el olor a agua ardiente que le revolvía el
estomago…
Claramente Andrés pidió volverse enseguida al
convento donde llego con Almeida borracho como
todas las noches, haciendo malabares para entrar
por la ventana al convento
Y lo único que pensó es en el gran pecado que
había cometido…
Al día siguiente, Andrés le dijo que no volvería
hacer eso junto al Padre Almeida y que se
arrepiente de todo lo hecho…
Monja: ¿Que pasa hermano Andrés? ¿Porque tienes
esa cara de sufrimiento?
Compañero de cuarto: Nada hermana… un día malo
nomas….
Narrador: Aquella noche, como todas el padre
Almeida decidió irse, sin dudarlo mientras Andrés le
miraba con ira solo podía pensar y desear que se
diera cuenta pronto del mal que hacia…
El Padre Almeida, salió aquella noche como si nada
solo que esta vez seria la ultima…
Cristo: ¿hasta cuándo padre Almeida?
Padre Almeida: Hasta la vuelta, señor…
Narrador: Esa madrugada Cristo decidió ponerle un
alto e hizo que se mirara a el mismo en una tumba,
relejo de su destino final si seguía en la vida
nocturna que tenía….
( el padre Almeida hace como si volviera borracho y
mira una tumba y se acerca a ver y se ve al mismo,
se va muy muy asustado corriendo al convento)
Dicho esto, el Padre Almeida al mirarse así mismo
en una tumba jamás volvió a salirse y
emborracharse….

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