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1era escena

NARRADOR: Vinoa Comala porque me dijeron que acá vivía su padre, un tal Pedro
Páramo. Mi madre me lo dijo. Y le prometió que el vendría a verlo en cuanto ella
muriera. Le apreto sus manos en señal de que lo haría, pues ella estaba por morirse y
el en un plan de prometerlo todo. Todavía antes me había dicho:
(Madre y pedro) Madre de Juan a punto de morir la escena se cena se realiza en una habitación, con su realiza
en una habitacion, con su madre en cama y pedro a su lado.
Madre (Doloritas) : -hijo cuando lo veas, No vayas a pedirle nada. Exígele lo nuestro. Lo
que estuvo obligado a darme y nunca me dio... El olvido en que nos tuvo, mi hijo,
cóbraselo caro.
Juan Preciado: Juan Preciado: -Te lo prometo madre -Te lo prometo madre
Madre (Doloritas): Madre (Doloritas): -pero no dejes de -pero no dejes de ir a visitarlo, estoy segura que le
dará gusto
conocerte…
Juan Preciado: Juan Preciado: -Así lo haré, madre. -Así lo haré, madre.
Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era
aquel señor llamado Pedro Páramo, el marido de mi madre. Por eso vine a Comala
Dorotea.

2da escena
Juan, caminando por el camino de tierra se encuentra con el arriero
Juan: ¿señor conoce usted un pueblo llamado Cómala?
Arriero (Abundio): Para haya mismo voy
Narrador: Era un arriero solitario, el único hombre en el Era un arriero solitario, el único hombre en el terroso
camino…. Lo seguí, roso camino…. Lo seguí,
dejamos atrás el calor intenso y bajamos, entrando al puro calor sin aire…
Arriero (Abundio): y a que viene a cómala si Arriero (Abundio): y a que viene a cómala si se puede saber,
señor? ¿de saber, señor?
Juan: a buscar a mi padre
Arriero (Abundio): a aja, se alegrara de verlo, y que aspecto tiene su e aspecto tiene su padre? Si se puede saber
señor.
Juan: No se, no lo conozco, solo sé Juan: ¿No se, no lo conozco, solo sé que se llama Pe que se llama Pedro
Paramo, lo conoce usted?
Arriero (Abundio): sí señor, yo también soy hijo de Pedro Paramo
Juan: ¿ah, también, y quien es él?
Arriero (Abundio): Es un rencor vivo, ve usted haya al final de al final de ese cerco, ahora mire al ese cerco,
ahora mire al
otro lado, para allá toda esa tierra se llama la “media luna”, y es da esa tierra se llama la “media luna”, y es toda
de Pedro e Pedro
Paramo, Paramo, y uno viene y uno viene a nacer a nacer en un Petate en un Petate!
Narrado: No pregunte mas, caminamos en silencio un largo rato, el calor se largo rato, el calor se hizo casi hizo
casi
irrespirable.
Arriero (Abundio): Bueno, yo voy para allá, siga ese camino, allá esta cómala.
Juan: donde puedo conseguir Hospedaje?
Arriero (Abundio): junto al puente, busque a Doña Eduviges de Ada, dígale que duviges de Ada, dígale que va
de
mi parte, yo soy Abundio.
Juan: Abundio?
Arriero (Abundio): Abundio Martínez, dígale.
Juan: Muchas gracias, pero, oiga ese lugar parece desierto…
Arriero (Abundio): es que lo está, aquí no vive nadie…
Juan: ¿Cómo y Pedro Paramo?
Arriero (Abundio): Pedro Paramo, murió hace muchos años, yo lo años, yo lo mate…
Narrador: Y el hombre se perdió en el Narrador: Y el hombre se perdió en el camino como s camino como si se
hubiera esfumado, i se hubiera esfumado,
llegue hasta el puente respirando con dificultad, me arrime a la e arrime a la puerta de una puerta de una
casa buscando sombra y en ese mismo instante, la puerta se abrió..
Juan Preciado pasa por un cementerio que solo vio de reojo cuando se dirigía reojo cuando se dirigía
hacia la casa de Doña hacia la casa de Doña Eduviges. Eduviges.

3era escena
Juan y Doña Eduviges de Adas en la casa
Doña Eduviges: Te estaba esperando…
Narrador: Era una anciana de ojos diminutos, su Narrador: Era una anciana de ojos diminutos, su cara
transparente como si no a transparente como si no
tuviera sangre, y sus tuviera sangre, y sus manos estaban marchitas, Marc manos estaban marchitas, Marchitas
y apretadas de hitas y apretadas de
arrugas, llevaba un vestido blanco muy antiguo…
Juan: creo que se ha confundido señora, a mi no me espera nadie, conoce usted a
doña Eduviges?
Doña Eduviges: soy yo… y claro que te esperaba, solo que Doloritas me aviso con tan
poca anticipación.
Juan: Qué?, Quien le aviso?.
Doña Eduviges: la Doloritas, tu madre, ah pero pasa, pasa (dentro de la casa)
Juan: pero como sabe su nombre, pero eso, eso no puede ser señora, mi ede ser señora, mi madre a madre a
muerto.
Doña Eduviges: ah! Con razón su voz se oía, tan lejana, éramos grandes amigas tu
madre y yo, ¿nunca te hablo de mi madre y yo, ¿nunca te hablo de mi?,.
Juan: No señora, de usted supe por el arriero que me trajo aquí, un tal Abundio trajo aquí, un tal Abundio
Martínez…
Doña Eduviges: hay el bueno de Abundio, buen hombre era, lástima que se era, lástima que se quedara sordo.
Juan: este que conocí escuchaba muy bien.
Doña Eduviges: ha de ser otro entonces, Además Abundio se murió hace mucho
tiempo, ha de seguir penando, te das cuenta?, este es tu dormitorio, ah tu es tu dormitorio,
ha de ser otro entonces, Además Abundio se murió hace mucho
tiempo, ha de seguir penando, te das cuenta?, este es tu dormitorio, ah tu es tu dormitorio,
tuvo mucha suerte la Doloritas de haberse enganchad enganchado a tu padre, Pedro Para o a tu padre, Pedro
Paramo,
dicen que fue por unas deudas, así fue, por dicen que fue por unas deudas, a, se caso con tu unas deudas, se caso
con tu madre.
Narrador: La escuchaba y pensaba que esa anciana estaba loca, pe taba loca, pero la escuchaba, me ro la
escuchaba, me
dejaba llevar como guiado por un sueño…
Juan: doña Eduviges sabe usted, como es que mi madre y yo ya no vivimos con mi ya no vivimos con mi
padre?.
Doña Eduviges: claro que lo sé, éramos grandes amigas ya te lo di as ya te lo dije, ah cuantas veces je, ah
cuantas veces
habrá oído tu madre sus habrá oído tu madre sus malos reproches, y aunque e malos reproches, y aunque ella
estaba acostumbrada lla estaba acostumbrada a sufrir a sufrir
lo peor, sus ojos se fueron endureciendo, hasta que se separaron, o mej se separaron, o mejor dicho Pedro or
dicho Pedro
paramo la boto, y así hasta ahora que tu madre me aviso que viso que vendrías a verme, no vendrías a verme,
no
volvimos a saber de ella nunca más.
Narrador: esa noche, en casa de Narrador: esa noche, en casa de doña Eduviges, dorm doña Eduviges, dormí
con dificultad, me í con dificultad, me
despertaba agitado, rodeado de esa incomodidad obscura y ese calor ese calor sofocante ( se escucha un grito en
la casa)
Juan: doña?, doña Eduviges, esta?, usted grito?.
Damiana: mmm, yo no soy doña Eduviges
Juan: que?, quien es usted?
Damiana: (risa) Damiana Cisneros
Juan: Damiana Cisneros?
Damiana: si
Juan: mi madre me hablo de una Damiana, que me cuido desde recién nacido. desde recién nacido.
Damiana: esa, fui yo, me dijeron que estabas aquí Damiana: esa, fui yo, me dijeron que estabas aquí y vine a
ofrecerte posada en mi vine a ofrecerte posada en mi
casa, para que duermas tranquilo.
Juan: ese grito? El que me d Juan: ese grito? El que me despertó?. espertó?.
Damiana: ah, debió de ser un grito encerrado en este cuarto, nada mas, aquí cuarto, nada mas, aquí
ahorcaron a una mujer hace años, nadie ahorcaron a una mujer hace años, nadie entra aquí, entra aquí, desde
entonces ni siquiera existe desde entonces ni siquiera existe
una llave, para esta habitación, no sé cómo has podido entrar.
Juan: doña Eduviges me abrió, ella me dijo Juan: doña Eduviges me abrió, ella me dijo que…
Damiana: Eduviges de Ada?
Juan: si, ella
Damiana: oh pobre Eduviges, debe estar penando todavía.
Juan: penando??
Damiana: siii, penando, debe ser un alma en pena, ven, veeen

Escena 4
Narrador: Juan camino con Damiana por las calles desiertas de cómala
Damiana: estas calles están llenas de ecos del pasado, vienen debajo de las pi do, vienen debajo de las piedras,
de adentro de las paredes, puedes oír conversaciones, risas, pero aquí no vive ni un alma, en fin, yo no tengo mi
alma, en fin, yo no tengo miedo, ni me fastidio así edo, ni me fastidio así es este mundo, ¿Cómo está t es este
mundo, ¿Cómo está tu
mama?
Juan: mi madre, ha muerto!
Damiana: oh cuanto lo siento! ¿de que murió?
Juan: no lo sé, quizá de tristeza, suspiraba mucho, pero usted debería saberlo.
Damiana: ¿Cómo iba a saber yo eso?
Juan: no sé, pero ¿Cómo supo usted que yo había ll Juan: no sé, pero ¿Cómo supo usted que yo había llegado
aquí?, Damiana dígame gado aquí?, Damiana dígame
¿Cómo lo supo?, Damiana ¿Cómo lo supo?, Damiana respóndame, Damiana usted, respóndame, Damiana
usted, está también muerta? está también muerta?
Damiana, Damiana Cisneros??
En la calle juan se encuentra con una mujer que lo lleva a su casa allí le cuenta que el pueblo está lleno de
espíritus del purgatorio y que las pocas personas que aún habitan en comala no salen por las noches y sus rezos
no son suficientes para perdonarlos
Juan va a dormir y se despierta sudando y con la sensación de que no puede respirar como si se estuviera
ahogando entonces deja de respirar y muere lo último que ve son nubes espumosa sobre su cabeza que después
lo envuelven la siguiente conversación que es entre juan y una mujer llamada Dorotea ella le explica lo
siguiente
Dorotea: Mi mayor sueño era tener un hijo y en una pesadilla fui a buscar a mi hijo y un santo mee dijo que no
podía.
Por otro lado, Fulgores el administrador de Pedro Paramo está en el rancho media luna cuando vea la distancia
a miguel páramo regresar de una noche de fiesta fulgor siente preocupación por Miguel pues rumorean que
Miguel mato a un hombre pero cuando fue a comunicarle esta noticia al Papa de Miguel respondió lo siguiente
Pedro Paramo: Miguel es solo un niño y las personas que ha afectado no tienen importancia
Tiempo después alguien llama a la puerta un hombre y le comenta que Miguel había muerto miguel, murió al
caer de su caballo y piensa que está comenzando a pagar por sus pecados
Por otro lado, juan estando ya muerto comienza a hablar con Dorotea y le dice que Susana fue la última esposa
de pedro paramo. Ella en un entonces quedo viuda y había vuelto a vivir con su padre. Los comienzos de la
revolución mexicana hicieron que el Papa de Susana le escribiera a Pedro diciéndole que quería que su hija
viviera en un sitio seguro lejos de la guerra Fulgor envió con trampas al papa de Susana a una mina donde lo
matarían así Susana quedaría en las manos de Pedro. Justina la cuidadora de Susana le dice que su padre ya
había muerto, ella logra recordar una anécdota que vivió con su padre en una mina.
Un hombre llega con la noticia de que Fulgor había muerto pues unos revolucionarios llegaron buscando a
Pedro Paramo, pero al no encontrarlo se toparon con Fulgor Y AL RECORDAR QUE EL ERA el
administrador de Pedro Paramo lo dispararon.
Después: Susana enferma y nota todo el dolor que ella padece estando recostada en cama, Pedro tiene un
encuentro con los revolucionarios y el les ofrece ayuda con ofrecerles dinero y hombres con la condición de no
quitarle tierras aceptan el trato pero ellos amenazan con matar si no es capaz de cumplir su parte del trato
Susana empeora cada día mas y muere
Luego aparece Abundio visita una tienda de licor y borracho empieza a caminar por las calles del pueblo es ahí
donde se encuentra con Pedro Paramo y sin saber lo que hace Abundio apuñala a Pedro, llega un grupo de
hombre que se lleva a Abundio y dejan a Pedro Paramo tirado en el suelo.

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