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¿Qué es la psicología clínica?

De manera general, si buscamos en internet qué es la psicología clínica, encontraremos


definiciones que, tal vez, no nos ayuden a respondernos las dudas sobre lo que puede implicar
el especializarnos en esta disciplina. Se nos dirá, por ejemplo, que es una rama de la psicología
que se centra en el diagnóstico, tratamiento y prevención de trastornos mentales y emocionales;
que los psicólogos clínicos trabajan con individuos de todas las edades y grupos demográficos;
que se tratan diversos problemas psicológicos, como los trastornos de ansiedad, la depresión,
los trastornos del espectro autista, los trastornos de la personalidad, las adicciones y muchos
más. Sin embargo, si nos interesa adentrarnos en este ámbito, tenemos que ir más allá.
Una de las definiciones oficiales y más aceptadas de la psicología clínica proviene de la Society
of Clinical Psychology de la American Psychological Association, la cual dice lo siguiente:
El campo de la psicología clínica integra teoría, ciencia y práctica para comprender, predecir y
aliviar los desajustes, las discapacidades y el malestar, así como para promover la adaptación
humana y el equilibrio y desarrollo personal. La psicología clínica se orienta al funcionamiento
humano, en los aspectos biológicos, intelectuales, psicológicos, emocionales y conductuales
durante el transcurso de la vida, en la diversidad de culturas, y en todos los niveles
socieconómicos. (2000)
A pesar de su especificidad, con el paso de los años, incluso esta definición ha comenzado a
quedar corta para poder hablar de lo que implica esta disciplina de manera particular, pues
omite la característica más importante de la psicología clínica (la cual la coloca en un lugar
muy por aparte de otras profesiones relacionadas con la salud mental), y ésta es que, además
de la generación de conocimiento científico de los problemas psicológicos y del
funcionamiento humano, supone la aplicación de la ciencia de la psicología con el fin de
comprender y mejorar el bienestar de las personas.
Éste es el vínculo estrecho que hay entre la ciencia de la psicología y los esfuerzos por
comprender y aliviar los problemas psicológicos de los individuos. Este vínculo es la piedra
angular de la psicología clínica. […] La psicología clínica contribuirá a expandir el campo de la
psicología y de la ciencia de la conducta, y, también, servirá a las necesidades de la gente sólo
si sus esfuerzos se someten a las bases científicas. (Compas y Gotlib, 2003, p. 6-7)
Es importante destacar la diferencia de esta profesión respecto a otras áreas, tanto de la salud
mental (incluyendo la psiquiatría, el trabajo social clínico y la enfermería psiquiátrica), como
de la psicología misma, aunque no se niega su relación base respecto a estas últimas. Dicha
relación se fundamenta en el compromiso compartido con la investigación psicológica.
Entonces, si tenemos que hablar de aquello que es único de la psicología clínica, podemos
asegurar que sólo en esta disciplina es requerida la aplicación de la investigación para la
comprensión, el tratamiento y la prevención de la psicopatología que presenten los pacientes.
¿Qué hace un psicólogo clínico?
Los psicólogos clínicos desarrollan su profesión en diversos escenarios, como pueden ser las
clínicas psicológicas, los hospitales generales y psiquiátricos, las universidades y, por supuesto,
la atención a pacientes de manera independiente. Las actividades que realizan pueden enlistarse
de la siguiente manera (Bernstein y Nietzel, 1982):
Evaluación (mediante pruebas, entrevistas y observaciones directas)

Tratamiento (en busca de ayudar a los pacientes con sus respectivos problemas
psicológicos)
Investigación (con una variedad de objetivos, dependiendo del caso y del contexto)

Enseñanza (tanto en ámbitos escolares como en supervisiones de colegas)

Consultoría (a distintas organizaciones que buscan solucionar sus problemas)

Administración (dirigiendo comités, programas de posgrado, departamentos o


laborando, de tiempo completo, como consultores en una institución específica)
A grandes rasgos, estas actividades pueden dividirse en científicas y profesionales. Aunque
ambas sean tan diferentes una de la otra, la labor del psicólogo clínico se unifica por una
manera sistemática de pensar en la gente y en los problemas. De tal modo que un psicólogo,
se dedique a lo que se dedique, debe comprometerse a describir, explicar, predecir y
cambiar a la persona o al problema en cuestión, de manera cuidadosa.

Salidas profesionales para los psicólogos clínicos


Para finalizar este texto, mencionaremos algunas de las salidas profesionales por las que se
puede optar en esta profesión, en la actualidad, partiendo de la división hecha en la sección
anterior. Los psicólogos clínicos trabajan, sobre todo, en la práctica privada, ofreciendo terapia
a individuos, parejas, familias o grupos. También pueden desempeñarse en entornos meramente
clínicos, como hospitales, clínicas de salud mental y centros de rehabilitación, tratando una
amplia gama de trastornos emocionales y psicológicos.
Algunos otros optan por carreras académicas, investigando y enseñando, por ejemplo, en
universidades. Otras oportunidades incluyen trabajar en el ámbito forense, en el asesoramiento
de empresas u organizaciones, o en el desarrollo y evaluación de programas de prevención de
enfermedades mentales. La versatilidad de la formación en esta disciplina les permite adaptarse
a diversas áreas de especialización y contextos de trabajo dentro del campo de la salud mental.

Referencias:
American Psychological Association. (2000). Graduate Study in Psychology. American
Psychological Association.

Bernstein, D. A. y Nietzel, M. T. (1982). El campo de la psicología clínica. Introducción a la


psicología clínica (pp. 3-25). McGraw-Hill.

Compas, B. E. y Gotlib, I. H. (2003). Una mirada a la psicología clínica. Introducción a la


psicología clínica. Ciencia y práctica (pp. 3-25). McGraw-Hill Interamericana.

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