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SERMONARIO SÁBADOS MISIONEROS

GRANDES
TEXTOS
MISIONEROS

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Título:
GRANDES TEXTOS MISIONEROS
Sermones Sábados Misioneros

Alta Dirección:
Presidente: Charlles Britis
Secretario ejecutivo: Fari Choque
Tesorero: Nilton Acuña

Dirección editorial: Heyssen Cordero

Autores:
Edwin Chiroque
Rusmel Coaquira
Enrique Cárdenas
Arland Rivera
Javier Flores
Fernando Rojas
Elías Alfaro
Heyssen Cordero

Libro de edición peruana


Es propiedad @2022 Ministerio Personal de la Unión Peruana del Sur
Editado e impreso por la Universidad Peruana Unión, en su Centro de Aplicación
Editorial Unión, km 19 Carretera Central, Ñaña, Lima, Perú. Teléfonos: 618-6300,
618-6301. RUC: 20138122256
E-mail: ventas@editorialunion.com.pe

Diseño/Diagramación: Raúl Bermúdez


Corrección: Irania Mitma
JOB 27764-24 UNIÓN®

Enero del 2024

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ÍNDICE
ENERO: Un llamado para salir a cumplir la misión 5
FEBRERO: Un llamado para liberar de Egipto 10
MARZO: Un llamado a conquistar las grandes ciudades 14
ABRIL: Un llamado a testificar en todo lugar y tiempo 21
MAYO: Un llamado a predicar en contra de nuestra voluntad 26
JUNIO: Un llamado a ir y cumplir la misión 31
JULIO: Un llamado a ser atalayas 36
AGOSTO: Un llamado a preparar el camino para Cristo 39
SETIEMBRE: Un llamado a pescar 45
OCTUBRE: Un llamado para predicar a los tuyos 52
NOVIEMBRE: Un llamado para salvar a nuestros amigos 57
DICIEMBRE: Un llamado para ser guiado por el Espíritu Santo 62

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EL SECRETO PARA CUMPLIR LA MISIÓN
“Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de
vuestro pie”. (Josué 1:3)

Su lealtad, obediencia y confianza en Dios lo llevaron a ser escogido como el sucesor de


Moisés. A Josué se le prometió que “todo lugar que pisare con la planta de su pie sería
de él”. Esta es la promesa que Dios nos hace también a nosotros. Puedes tener la segu-
ridad de que toda acción misionera será prosperada en el nombre de Jesús porque así
nos lo prometió. Sin embargo, a Josué se le pidió tres cosas importantes si deseaba ser
bendecido en su misión:

1. “Esfuérzate y sé valiente” (v. 6). Este pedido de Dios se repite tres veces (vrs. 6, 7 y 9).
Esto indica que es necesario el esfuerzo y la valentía para la misión. Cumplir la misión
no es una tarea fácil. Siempre hay desánimos, falta de tiempo, recursos. A veces nos
aceptan estudiar la Biblia y luego nos dicen que no. En fin, para todo eso se necesita
valentía y mucho esfuerzo en Cristo. Esforzarnos para buscar a Dios cada mañana en
estudio de la Biblia y oración, y valentía para salir a hablar de las verdades de Cristo
al mundo. ¡Eso no lo hacen los de espíritu cobarde!

2. Obra según la ley de Moisés” (v. 7). No podemos ser misioneros efectivos y continuar
con la misión que iniciaron nuestros pioneros, si somos personas que viven muy leja-
no al mensaje que predicamos. ¡Somos cartas abiertas al mundo! Y es que podemos
ser muy buenos predicadores, enseñar con una didáctica y metodología extraordina-
ria, pero si en nuestra vida cotidiana esto dista mucho de lo que hablamos, simple-
mente fracasaremos como misioneros. Como un hijo o hija de Dios debo tener buen
testimonio. Recuerda que el ejemplo vale más que mil preceptos.

3. Meditarás de día y de noche en la Ley (v. 8). Este es el secreto para una vida poderosa
en el cumplimiento de la misión. No está en libros de oratoria o pedagogía, sino en
el Palabra de Dios. “Meditará en ella de día y de noche”, es decir, todo el tiempo. La
palabra hebrea traducida como “meditar” significa literalmente “murmurar en voz
baja”. No podemos dar lo que no tenemos. Si deseas impactar vidas con la Biblia,
debemos ser trasformados por ella primero. ¿Amén?

¿Quisieras continuar la misión de manera efectiva como lo hicieron los pioneros? Medita
en la Biblia cada día. Un misionero debe tener una vida devocional diaria en la primera
hora de cada mañana. No hay misión sin comunión. Si no tienes el hábito empecemos
hoy.

El sermonero que tienes en tus manos tiene el objetivo de que presentes la Palabra de
Dios con pasión y convicción, pero antes debes alimentarte adecuadamente de ella. Dios
te use en este desafío magno.

Un abrazo cristiano.

Pr. Heyssen Cordero Maraví


Ministerio Personal
UNIÓN PERUANA DEL SUR

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ENERO

UN LLAMADO
PARA SALIR A
CUMPLIR LA
MISIÓN
“Y se fue Abram, como Jehová le dijo; y
Lot fue con él. Y era Abram de edad de se-
tenta y cinco años cuando salió de Harán”.
(Génesis 12:4)
Texto principal: Génesis 12:1-9

Introducción

Recuerdo como si fuera ayer, cuando llegó


el momento de salir de mi hogar dejando
a mi madre sola con mis hermanos meno-
res, lo hice porque sentía en mi corazón
el deseo de poder prepararme y servir a
Dios y ayudar a mis hermanos pequeños.
Soy el cuarto de seis hijos, y después de
bautizarme a los 14 años siempre creí que
la mejor manera de vivir era obedeciendo
a Dios en todo lugar y circunstancia. Con
apenas 16 años me alejé de mi tierra y de
mi familia porque anhelaba algo mejor y
creía que Dios lo tenía para mí.
Eso mismo pasó con la vida del padre de
la fe. Dice la Biblia en el versículo 4 del ca-
pítulo 12 que “se fue Abram como Jehová
le dijo” tenía sesenta y cinco años cuando
salió de su tierra. Definitivamente no fue
nada fácil para un veterano hacer todo lo

5
que Jehová le pidió, pero cuando crees en Dios y le crees por todas las promesas que
nos ha dejado te aseguro que sí se puede porque jamás estamos solos.

Es muy importante recordar que la palabra de Jehová comienza con una orden, con-
tinúa con una promesa y termina con una bendición. ¿No te parece impresionante
la manera cómo Dios nos llama para cumplir su santa misión? Estos tres aspectos
son la característica infalible de la manifestación de Dios para el ser humano.

Propósito del mensaje

El llamado de Abraham nos hace recordar el inmenso amor de Dios hacia nosotros
por salvarnos y hacernos partícipes de la salvación de otras personas. Para ello, ne-
cesitamos tomar decisiones importantes sin cuestionar su invitación.

I. Vete de tu tierra (v. 1)

Por naturaleza el ser humano se ha vuelto ansioso por cualquier cosa, quiere ser
bendecido y tener una vida sin preocupaciones, pero no percibe que para lograr
aquello necesita tomar buenas decisiones y estar dispuesto a cumplir con los reque-
rimientos que Dios y la vida le exige. El llamado que Dios le hizo a Abraham deman-
daba varias cosas que tenía que estar dispuesto a dejar.

a. Romper completamente con el pasado.


b. Salir de la tierra de los dos ríos, Mesopotamia.
c. Renunciar a sus vínculos familiares para nunca más volver.

¿Crees que fue fácil hacer todo esto para Abraham? Por supuesto que no. Sin
embargo, cuando aceptas que tu vida cumple un propósito en esta tierra y que tu
existencia debe ser regida por la obediencia a Dios, entonces avanzas, aunque con
lágrimas porque sabes que hay algo maravilloso para tu vida y tu familia.

El texto de Proverbios 20:7 dice: “Camina en su integridad el justo; sus hijos son di-
chosos después de él” justo es aquel hombre o mujer que confía en las promesas de
Dios y se propone a obedecer de todo corazón los mandamientos de Dios. Haciendo
esto sus hijos son benditos hasta la cuarta generación.

Aplicación

Muchas veces creemos que lo que hemos alcanzado hasta aquí es suficiente y deja-
mos de avanzar en nuestro crecimiento espiritual, emocional y moral. Abraham com-
prendió que el propósito de su vida estaba en obedecer a Dios y cumplir la misión

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de salvar a millones de personas que estaban perdidas, comenzando con su propia
familia.
II. A la tierra que te mostraré (v. 1)

Está claro en el versículo 5 del capítulo 12 que Abraham se dirigió a Canaán. La de-
claración de Pablo en Heb 11:8 de que Abram “salió sin saber a dónde iba” se refiere
que de allí en adelante no tendría un lugar seguro donde morar, sino que sería pe-
regrino y extranjero (Heb 11:9). Dios sería su guía absoluto con cada promesa que le
había dado. Abraham nunca sabría por adelantado lo que le podría traer el futuro.
Lo que realmente hace especial a Abraham, es que él obedeció a Dios. Génesis 12:4
registra que, después de que Dios llamó a Abraham, él fue “como el Señor le había
dicho”. Aquí radica el secreto para una vida en abundancia según Dios.

Aplicación

Cuando confiamos en Dios, nuestra vida y la de nuestra familia cambia completa-


mente para bien, porque al vivir de acuerdo a los mandamientos de Dios nuestros
pensamientos cambian, nuestras actitudes mejoran, nuestro amor crece y el com-
promiso misionero es mayor a favor de los perdidos. Dios te llama a vivir para él sin
importar la clase de vida que tengas hasta hoy.

III. Haré de ti una nación grande (v. 2)

Cuando Dios le pide a Abraham que abandone a su familia y su tierra de origen, sin
duda le estaba diciendo que necesitaba crecer en la vida. Sin fe no podemos agra-
dar a Dios. La fe siempre es dinámica y su primer fruto es la obediencia. Una vida
de fe es capaz de vivir una vida plena y prepararse para cosas superiores como la
vida eterna. La compensación de Dios para su siervo fue maravillosa, porque le dice
“haré de ti una nación grande”, al principio llegarían muchas preguntas a la mente
de Abraham, sobre todo en entender la palabra “grande”.

a. ¿Implicaba grandes cantidades en bienes materiales?


b. ¿Significaba grande influencia entre las naciones?
c. ¿Grandeza en realizaciones espirituales?

Sin duda, todo depende de tu fe. Una vida plena y de abundancia no es casualidad.
Hay precios que debemos pagar si queremos ver días y años mejores en nuestra
vida. Abraham creyó que debía obedecer a Dios por encima de cualquier otra pro-
puesta humana. Una fe resuelta en las promesas de Dios acompañada de la perse-
verancia no tiene límites de bendiciones.

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Aplicación
Cuando recorras las páginas de la vida de Abraham debes recordar que las cosas, por sí
mismas, tienen poca importancia, pues lo que realmente vale es caminar por fe y obe-
decer la Palabra de Dios. Cada promesa que encuentras en la Biblia es una oportuni-
dad para crecer y ser de bendición para los tuyos y el mundo. Un origen humilde, más
que una desventaja, debe ser un motivo suficiente para Dios en hacer de ti un hombre
o mujer de grande bendición. Solamente el ojo de la fe, puesto en las promesas de
Dios, puede penetrar el futuro y contemplar cosas que el ojo natural jamás podrá ver.
IV. Engrandeceré tu nombre y serás bendición (v. 2)
“La verdadera grandeza resulta en acatar las órdenes de Dios”. Cuando el hombre de-
safía a Dios lo único que está haciendo es ir por el camino del sufrimiento y de la muer-
te. Los edificadores de Babel habían pensado hacerse “un nombre” desafiando a Dios,
y sin embargo, no ha sobrevivido ninguno de sus nombres. En cambio, Abraham sen-
cillamente debía ir donde Dios lo dirigiera a fin de ganar fama y buena reputación. Las
promesas de Dios fueron claras, y no han cambiado para nosotros hoy. La bendición
que le fue concedida a Abraham uniría a las familias divididas de la tierra y cambiaría
la temible maldición pronunciada sobre la tierra debido al pecado (Prov 16:7).
Abraham obedeció gozosamente la voz de Dios. No argumentó ni cuestionó su lla-
mamiento para su obediencia. Cuando discernimos con humildad el llamado que nos
hace Dios y las instrucciones por medio de su Palabra, debemos actuar. La obediencia
no es opcional cuando Dios ordena algo.
Fuimos llamados para ser de bendición en el lugar donde vivamos. Dios nos ha con-
fiado su Palabra con miles de promesas para creer en ellas y anunciarlas a todas las
personas que la vida nos permita conocerlas.
Aplicación
Nunca dudes del llamado que Dios te hizo. Si a mí me sacó de los arrozales de Jaén y
me preparó para ser un pastor de su pueblo, también lo puede hacer contigo y con
tus hijos. Algo que jamás imaginé que lo lograría. Salí de mi tierra dejando sola a mi
madre y avancé confiando en que el Señor tendría cosas maravillosas para mi vida.
Ahora comprendo que el haber obedecido a Dios fue la mejor decisión que tomé a
mis 16 años.
Ahora tengo un ministerio que me ha permitido llevar a miles de personas a los pies de
Jesús, conocer ciudades y países que de otra manera nunca hubiera sido posible, me
dio una maravillosa esposa que me ayuda a crecer cada día y dos incomparables hijas
que las estamos preparando para ser misioneras para la gloria de Dios.

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¡Nunca tengas en poco las promesas del Señor! Ellas deben ser el combustible para
tu vida. Déjate guiar por cada promesa y enseña a tus hijos para que les vaya bien.
El Señor no falla.
Conclusión
Sé que conoces la historia de Abraham, la has leído muchas veces y quizá la sepas
hasta de memoria. Pero confío en que recordártela en este sermón tendrá para ti
un significado más claro, más definido y más profundo. Confío en que el ejemplo
de Abraham siempre será para ti un motivo de inspiración. Aprende a caminar por
fe, haz de cada promesa de Dios tu mayor oportunidad para crecer y demostrar a
tu familia y amigos que solamente con Dios es posible una vida plena y abundante.
Aprende a obedecer los mandamientos de Dios, y haz de ellos tu guía en todos los
momentos de tu vida. Cultiva tu corazón con mucha oración y constancia en todo lo
bueno que hagas, contempla a Dios en el estudio de su Palabra, porque cuanto más
lo contemples, más hermoso te parecerá. Aprende a triunfar de la manera en que
Abraham lo hizo.
Llamado
Abraham fue un hombre ejemplar, no tanto en su piedad o vida perfecta (él tuvo
sus defectos, como todos), sino porque su vida ilustra muchas verdades de la vida
cristiana. De los casi ocho mil millones de personas en la tierra, así como Dios llamó
a Abraham para ser el objeto de sus bendiciones también lo hizo contigo y lo hará
con muchos más. Dios usó a Abraham para desempeñar un papel central en el resul-
tado de la historia de la redención, que culmina en el nacimiento de Jesús. Abraham
es un ejemplo vivo de la fe y esperanza en las promesas de Dios (Hebreos 11:8-10).
Nuestras vidas deben vivirse tan bien como para que muchos sean bendecidos por
nuestra vida y ministerio.
¿Dispones tu corazón hoy, para que Dios lo transforme de gloria en gloria y te use de
manera maravillosa para la salvación de tu familia y amigos?
¿Aceptas?
Ponte de pie, porque deseo orar por la decisión que estás tomando.
Amén.

Pr. Edwin Chiroque Chininin


Pastor Distrital - Asociación Peruana Central

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FEBRERO

UN LLAMADO
PARA LIBERAR
DE EGIPTO
“Ciertamente he visto la opresión que su-
fre mi pueblo en Egipto. Los he escuchado
quejarse de sus capataces y conozco bien
sus penurias”. (Éxodo 3:7)

Texto bíblico: Éxodo 3:7-4:18

“Así se volvió Moisés, y volviendo al en-


cuentro de Jetro su suegro, le dijo: Iré aho-
ra, y volveré a mis hermanos que están en
Egipto para ver si aún viven. Y Jetro dijo a
Moisés: Ve en paz”.

Introducción

Queridos hermanos y hermanas en Cristo,


hoy nos adentraremos en el libro del Éxodo
para explorar un llamado divino que cambió
la historia del pueblo de Israel y nos ofrece
valiosas lecciones sobre la liberación, el ser-
vicio a Dios y el propósito de nuestras vidas.
El título de nuestro sermón es “Un llamado
para liberar de Egipto”.

En el pasaje de Éxodo 3:7 y Éxodo 4:18, Moi-


sés recibe un llamado de Dios para liberar a
los israelitas de la esclavitud en Egipto. Este
es un pasaje importante de la Biblia porque
nos enseña sobre la misión de Dios de libe-
rar a su pueblo de la opresión.

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I. Contexto histórico

El pasaje de Éxodo 3:7 y Éxodo 4:18 se sitúa en el contexto de la esclavitud de los


israelitas en Egipto. Los israelitas habían sido esclavos de los egipcios durante 400
años. Dios, en su amor y misericordia, decidió liberar a su pueblo de la opresión.

Para comprender la importancia de estos versículos, debemos considerar el con-


texto histórico. Los israelitas estaban esclavizados en Egipto, sometidos a un duro y
cruel yugo. Dios, en su compasión y misericordia, escuchó sus clamores de angustia.
Este periodo de opresión representaba no solo una esclavitud física, sino también
una opresión espiritual, alejando al pueblo de Dios de su propósito divino.

II. Análisis teológico

a. Éxodo 3:7 - La aflicción del pueblo

En este versículo, Dios revela su compasión al decir: “Bien he visto la aflicción de


mi pueblo que está en Egipto”. Dios no era indiferente al sufrimiento de su pueblo,
sino que estaba completamente consciente de su situación. Dios ve, oye y conoce
nuestras aflicciones.

b. Éxodo 4:18 - La respuesta de Moisés

En este pasaje, Moisés responde al llamado divino para liberar a los israelitas de
Egipto. Su respuesta muestra obediencia y disposición para servir a Dios y a su pue-
blo. Es un ejemplo de cómo debemos responder cuando Dios nos llama a una mi-
sión.

El pasaje de Éxodo 3:7 y Éxodo 4:18 nos enseña tres lecciones importantes para la vida:
Dios nos llama a ser agentes de liberación. Dios llama a Moisés a liberar a los israelitas
de la esclavitud. De la misma manera, Dios nos llama a ser agentes de liberación en el
mundo. Podemos liberar a las personas de la opresión, la injusticia y el sufrimiento.

Dios nos da las herramientas que necesitamos para cumplir nuestro llamado. Dios le
dio a Moisés tres señales para mostrar a los israelitas que Él lo había enviado. De la
misma manera, Dios nos da las herramientas que necesitamos para cumplir nuestro
llamado. Estas herramientas incluyen la Biblia, la oración y el Espíritu Santo.

Dios está con nosotros en nuestro llamado. Dios le dijo a Moisés: “Yo estaré contigo;
no te dejaré ni te desampararé” (Éxodo 3:12). De la misma manera, Dios está con
nosotros en nuestro llamado. Él nos dará la fuerza y la sabiduría que necesitamos
para cumplirlo.

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Textos de Elena G. de White sobre Éxodo 3:7 y Éxodo 4:18.

Elena G. de White escribió sobre el pasaje de Éxodo 3:7 y Éxodo 4:18 en varias oca-
siones. En sus escritos, ella enfatiza la importancia de la misión de Dios de liberar a
su pueblo.

“Dios es un Dios de liberación. Él quiere liberar a su pueblo de la opresión, la injus-


ticia y el sufrimiento” (Elena G. de White, El Deseado de todas las gentes, p. 169).

“Dios nos llama a ser agentes de liberación en el mundo. Podemos liberar a las per-
sonas de la opresión, la injusticia y el sufrimiento” (Elena G. White, Testimonios para
los ministros, p. 369).

“Dios está con nosotros en nuestro llamado. Él nos dará la fuerza y la sabiduría que
necesitamos para cumplirlo” (Elena G. White, El Deseado de todas las gentes, p.
170).

El pasaje de Éxodo 3:7 y Éxodo 4:18 es un llamado a la acción. Dios nos llama a ser
agentes de liberación en el mundo. Podemos liberar a las personas de la opresión,
la injusticia y el sufrimiento. Dios nos da las herramientas que necesitamos para
cumplir nuestro llamado. Él está con nosotros en nuestro llamado.

III. Aplicaciones para la vida


Reconocer la compasión de Dios: Así como Dios vio la aflicción de su pueblo en Egip-
to, él ve nuestras luchas y dificultades hoy en día. Debemos recordar que nuestro
Dios es un Dios compasivo que se preocupa por nuestras vidas. Como cristianos,
debemos ser portadores de esa compasión en un mundo necesitado.

Responder al llamado de Dios: Al igual que Moisés respondió al llamado de Dios


para liberar a su pueblo, cada uno de nosotros tiene un llamado divino en la vida.
Puede que no sea un llamado tan monumental como liberar a una nación, pero Dios
nos llama a servir y ser agentes de su amor y justicia en nuestro entorno. Debemos
estar dispuestos a responder con obediencia y disposición.

Liberación espiritual: La esclavitud en Egipto es un recordatorio de la esclavitud


espiritual que puede afectarnos. Debemos luchar por nuestra liberación espiritual,
reconociendo que Cristo nos ha redimido de la esclavitud del pecado. Esta historia
nos anima a buscar la verdadera libertad en Cristo y a ayudar a otros a encontrarla.

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Conclusión

El llamado divino para liberar de Egipto nos recuerda que Dios es compasivo, que
debemos estar dispuestos a responder a su llamado con obediencia y disposición,
y que la verdadera libertad se encuentra en Cristo. Que este mensaje nos inspire a
ser instrumentos de liberación y esperanza en un mundo que necesita el amor y la
gracia de Dios. Amén.

Llamado

¿Alguna vez te has sentido oprimido por algo o alguien? Éxodo 3:7-4:18 comienza
con Dios diciéndole a Moisés que ha visto la opresión de su pueblo en Egipto y ha
oído sus clamores. Dios le dice a Moisés que lo enviará a Faraón para que libere a los
israelitas. Moisés, sin embargo, se siente inadecuado y duda de su capacidad para
llevar a cabo esta tarea.

Necesitas que nuestro creador tome el control de tu vida, así puedas vencer tus
miedos, ¿aceptas?

Oramos.

Pr. Rusmel Coaquira Machaca


Evangelista - Misión Peruana del Lago Titicaca

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MARZO

UN LLAMADO
A CONQUISTAR
LAS GRANDES
CIUDADES
“Mas Jehová dijo a Josué: Mira, yo he en-
tregado en tu mano a Jericó y a su rey, con
sus varones de guerra”. (Josué 6:2)

Introducción

¿Alguna vez te has preguntado cómo


enfrentar los desafíos que las ciudades
presentan en nuestra misión de llevar el
evangelio? Hoy nos reunimos aquí con un
propósito sagrado en nuestros corazones:
La conquista de las grandes ciudades para
el Reino de Dios. Nos encontramos en este
momento en el final de la historia del pue-
blo de Dios en el que las ciudades se están
volviendo más grandes, diversas y comple-
jas que nunca. Pero no estamos solos en
esta misión. En el libro de Josué 6:1-27,
encontramos una historia que encierra
una lección profunda para nuestra tarea
misionera.

En esta historia, vemos a un líder valiente,


Josué, enfrentando la monumental ciudad
de Jericó. Una ciudad con murallas altas
y poderosos ejércitos que parecían invul-

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nerables. Sin embargo, en medio de este desafío aparentemente insuperable, Dios
habló a Josué con palabras que resuenan en nuestros corazones hoy: “Mira, yo he
entregado en tu mano a Jericó y a su rey, con sus varones de guerra” (Josué 6:2).

Hoy, quiero que profundicemos sobre esta historia y cómo podemos aplicar las lec-
ciones que contiene a nuestra misión de conquistar las grandes ciudades para el
Reino de Dios. Así como Dios entregó Jericó en manos de Josué, Él está dispuesto
a entregar las ciudades de hoy en nuestras manos. ¿Cómo? ¡Siguiendo su guía y
confiando en su poder! Acompáñenme mientras exploramos cómo enfrentar estos
gigantes modernos, inspirados por la misma fe y confianza que Josué tuvo en Dios.

Propósito del mensaje

Llevar a cada miembro de la iglesia a comprometerse con la misión de llevar el men-


saje de Cristo en las grandes ciudades, discipulando a sus amigos, familiares, com-
pañeros de trabajo no adventistas, a través del método de Cristo, compartiéndoles
estudios bíblicos y conduciéndolos al bautismo.

I. La ciudad como objetivo misionero (Josué 6:1-5)

La historia de Josué y la conquista de Jericó nos proporciona un poderoso ejemplo


bíblico de la importancia de las ciudades como objetivos estratégicos en la misión.
Jericó, con sus imponentes murallas, era una fortaleza en su época, al igual que
muchas de nuestras grandes ciudades modernas son centros de influencia, cultura
y poder en la actualidad. Esto nos lleva a una reflexión teológica crucial: Dios se
interesa profundamente por las ciudades y sus habitantes. La Biblia nos muestra
que muchas veces, Dios eligió a los profetas y apóstoles para llevar su mensaje a
las ciudades, como Nínive, Antioquía, Atenas y la metrópoli más grande del mundo
antiguo, la ciudad de Roma. Esto revela que Dios está activamente involucrado e
interesado en la salvación de las personas que viven en las grandes ciudades y en el
bienestar de quienes las habitan.

Aplicación

Entonces, ¿cómo aplicamos estas lecciones a nuestra misión actual? Debemos cam-
biar nuestra perspectiva y considerar nuestras ciudades como campos misioneros.
Este cambio en nuestra mentalidad nos insta a ser proactivos y estratégicos en nues-
tra misión. Como Jesús lo expresó en Mateo 5:14-16: “Vosotros sois la luz del mun-
do; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una
luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los

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que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean
vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”.

Esto nos llama a ser agentes activos de cambio en nuestras ciudades, irradiando la
luz de Cristo a través de nuestras acciones y palabras, usando el método de Cristo
como la estrategia misionera por excelencia en un contexto urbano. Así, entende-
mos que nuestras ciudades no son simplemente lugares donde vivimos, sino lugares
donde Dios nos envía para ser agentes de su misión, gracia, amor y salvación. Somos
llamados a avanzar en nuestra misión en las ciudades, convencidos de que en el
corazón de las ciudades hay vidas esperando ser transformadas por el evangelio de
Cristo.

II. La obediencia al plan de Dios (Josué 6:6-19)

En esta historia se nos revela una lección fundamental: la obediencia al plan de Dios
es esencial en nuestra misión. Las instrucciones que Dios dio a Josué eran, sin duda,
poco convencionales. Marchar alrededor de Jericó durante siete días y luego tocar
las trompetas y gritar, no parecía la estrategia lógica para tomar una ciudad fortifica-
da. Sin embargo, Josué y el pueblo de Israel obedecieron sin cuestionar, confiando
en la sabiduría divina y en el poder de Dios.

Esta obediencia radical a Dios es un testimonio de fe. En nuestro contexto misionero


en las ciudades, a menudo nos enfrentamos a desafíos inesperados y métodos poco
convencionales para compartir el evangelio. Pero aquí reside una verdad teológica
profunda: Dios, en su soberanía, conoce el corazón y las circunstancias de cada indi-
viduo en las ciudades. Su plan puede requerir que hagamos cosas que parecen ilógi-
cas a los ojos humanos, pero Él tiene un conocimiento y una visión que trascienden
nuestra comprensión.

En el Antiguo Testamento, además de esta historia en Jericó, podemos encontrar


paralelos en otros pasajes bíblicos que enfatizan la importancia de la obediencia
al plan de Dios en la misión. Por ejemplo, el profeta Jonás fue llamado a predicar
arrepentimiento en Nínive, una gran ciudad pagana. A pesar de su resistencia inicial,
Jonás finalmente obedeció la voz de Dios y llevó el mensaje de arrepentimiento a la
ciudad, lo que resultó en una gran transformación espiritual en Nínive (Jonás 1-4).

En el Nuevo Testamento, el apóstol Pablo, siguiendo la dirección divina, se centró


en llevar el evangelio a centros urbanos claves, como Roma (Hechos 27:1-28:15),
Antioquía (Hechos 13:1-3; 13-48), Atenas (Hechos 16:15-17:34) y Chipre (Hechos
13:4-12). Aunque su mensaje fue considerado insensato por algunos, obedeció fiel-

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mente la comisión de Dios de evangelizar a las ciudades, lo que llevó a la formación
de comunidades cristianas en estas áreas influencia.

Aplicación

En nuestro contexto misionero en las ciudades, es fundamental reconocer que Dios


tiene un plan específico para nuestra misión. Esto significa que debemos ser obe-
dientes, incluso cuando los métodos parezcan poco convencionales. Para llevar a
cabo esta misión, debemos buscar y escuchar a Dios en oración, estar dispuestos a
seguir su dirección y ser sensibles a su voz a medida que avanzamos en el trabajo mi-
sionero en las ciudades. La obediencia implica dejar de lado nuestras propias ideas
preconcebidas y confiar en la dirección divina.

Es en este acto de obediencia que vemos manifestarse el poder sobrenatural de


Dios en la transformación de vidas y en la caída de las murallas espirituales en las
ciudades. Así como Josué y el pueblo de Israel experimentaron la victoria al seguir
el plan de Dios, nosotros también podemos esperar ver frutos asombrosos cuando
obedecemos y confiamos en la sabiduría del Señor en nuestra misión urbana.

III. La importancia de la fe (Josué 6:20)

La fe desempeñó un papel crucial en la caída de Jericó. A pesar de las aparentes im-


posibilidades, el pueblo de Israel confió en Dios y creyó que Él cumpliría su promesa
de darles la ciudad. La fe que demostraron al marchar alrededor de Jericó durante
siete días, como Dios lo había ordenado, es un recordatorio poderoso de cómo la fe
en Dios puede mover montañas, o en este caso, derribar murallas.

En las Sagradas Escrituras, encontramos numerosos ejemplos en la Biblia de cómo la


fe ha sido esencial en la misión y en el cumplimiento de los planes de Dios. Abraham,
por ejemplo, creyó en la promesa de Dios de convertirse en el padre de muchas na-
ciones, a pesar de las circunstancias aparentemente imposibles debido a su vejez y
la esterilidad de su esposa Sara. Su fe se le contó como justicia, y finalmente, vio el
cumplimiento de la promesa divina (Romanos 4:1-3).

También recordemos a la mujer samaritana que, después de su encuentro con Jesús


en el pozo, regresó a su ciudad y compartió su experiencia con otros. Su fe y testimo-
nio llevaron a muchos en su ciudad a creer en Jesús como el Mesías (Juan 4:39). Esto
ilustra cómo la fe individual puede tener un impacto significativo en la comunidad.

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Aplicación

Debemos tener fe en que Dios está con nosotros en nuestra misión en las ciudades.
A veces, las circunstancias pueden parecer desalentadoras, pero nuestra fe debe ser
más grande que nuestros temores. La fe nos lleva a actuar con valentía y confianza,
sabiendo que Dios cumplirá sus promesas. Como el apóstol Pablo escribió en Roma-
nos 10:14: “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo cree-
rán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?”.

Nuestra fe en Dios y en su poder transformador debe ser el motor que nos impulsa
a llevar el mensaje del evangelio a las ciudades. La fe no solo nos permite enfrentar
las aparentes imposibilidades con valentía, sino que también nos lleva a vivir vidas
que reflejan el amor y la gracia de Cristo en las ciudades. Al igual que los héroes de
la fe en la Biblia (Hebreos 11), nuestra fe puede inspirar a otros a creer y responder
al llamado de Dios en sus vidas. La fe es la fuerza que nos guía en nuestra misión y
nos permite ver el cumplimiento de la promesa de Dios de que las ciudades serán
conquistadas para su gloria.

IV. La importancia de la acción misionera (Josué 6:21-27)

La historia de la caída de Jericó no se trata solo de oración, fe y obediencia, sino


también de acción. El pueblo de Dios no se quedó inmóvil después de orar y mar-
char; tomaron medidas audaces para ver el cumplimiento de la promesa de Dios. De
manera similar, vemos en la Biblia que la fe siempre va acompañada de los hechos,
de la acción, fe y obras.

En el libro de Santiago, se nos dice que “la fe, si no tiene obras, es muerta en sí mis-
ma” (Santiago 2:17). La fe genuina produce frutos visibles en nuestras vidas. En el
contexto misionero, estas obras incluyen acciones concretas para llevar el evangelio
a las ciudades y servir a las personas en necesidad de conocer a Cristo.

Es nuestra gran comisión encomendada por Cristo en Mateo 28:19-20: “Id, pues, y
haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles que guarden todas las cosas que os he man-
dado”. Jesús no solo les pidió a sus discípulos que oren, sino que también laboren.
Que salieran a hacer nuevos discípulos, que enseñaran y los bautizaran. Este man-
dato implica acción misionera, cumplimiento activo.

Aplicación

No podemos quedarnos pasivos en nuestra misión en las ciudades. La oración y la


fe son fundamentales, pero también debemos actuar. Sin acción, nuestra misión no

18
avanzará. Debemos salir a las calles por nuestros amigos, interactuar con la comuni-
dad y proclamar el evangelio con nuestras vidas y palabras.

Recuerda que, si no nos movemos para cumplir la misión y actuamos, no pasará


nada. La inacción es un obstáculo que debemos superar. Necesitamos ser valientes
y salir de nuestra zona de confort para alcanzar a aquellos que aún no conocen a
Jesús. Nuestra acción misionera puede tomar muchas formas, desde dar estudios
bíblicos y tomar acción en la participación en proyectos comunitarios hasta el esta-
blecimiento de relaciones personales con aquellos que necesitan el evangelio. Pero,
en última instancia, la misión en las ciudades se realiza mediante la acción activa y
obediente inspirada por nuestra fe en Cristo, siguiendo el ejemplo de los apóstoles
y discípulos en la Biblia.

Conclusión

Amados hermanos y hermanas, nuestro llamado a conquistar las grandes ciudades


es un llamado divino que se extiende a través de las páginas de la Escritura y a lo lar-
go de la historia de la Iglesia. En la historia de la conquista de Jericó, vemos lecciones
profundas que son aplicables a nuestra misión en las ciudades modernas. Debemos
ver nuestras ciudades como campos misioneros, reconociendo que Dios tiene un
plan específico para cada una de ellas y que Él está activamente interesado en el
destino de quienes las habitan.

Hemos aprendido que la obediencia al plan de Dios es fundamental, incluso cuando


los métodos parecen poco convencionales. Recordemos a Abraham, Jonás y Pablo,
quienes obedecieron a pesar de las aparentes dificultades, y vieron el cumplimiento
de las promesas divinas. La fe es esencial, y la historia de la caída de Jericó nos mues-
tra cómo la fe acompañada de acción puede derribar las murallas más imponentes.
La Biblia nos recuerda que la fe sin obras es muerta, y que Jesús nos ha llamado a
hacer discípulos, no solo a través de la oración, sino también a través de la acción
misionera activa.

Hoy, te animo a unirte a esta acción misionera en las ciudades. Que nuestra visión
sea ampliada, nuestra obediencia sea firme, nuestra fe sea inquebrantable y nuestra
acción sea audaz. Que, como seguidores de Cristo, seamos la luz en las ciudades os-
curas y un testimonio vivo de su amor y gracia. Confiemos en el poder de Dios para
transformar vidas y creer que, a través de nuestra obediencia y acción guiadas por la
fe, veremos la caída de las murallas espirituales en nuestras ciudades y la expansión
del Reino de Dios.

19
Llamado

En este llamado, encomendemos nuestras ciudades y esta misión a las manos de


aquel que prometió estar con nosotros siempre, incluso hasta el fin del mundo (Ma-
teo 28:20). Comprométete a orar por nuestra misión en la ciudad, participa activa-
mente dando estudios bíblicos a tus familiares, amigos que aún no son adventistas,
compañeros de trabajo, buscando siempre oportunidades para compartir tu fe con
ellos. Considera la forma de involucrarte en proyectos de servicio comunitario y ac-
ción misionera para mostrar el amor de Cristo en acción.

En todo el sur del Perú tenemos las Escuelas Sabáticas Misioneras y un plan mi-
sionero denominado Proyecto 100, que prepara misioneros/instructores bíblicos,
entrenándolos y equipándolos semanalmente para cumplir la misión de ir y dar es-
tudios bíblicos a nuestros amigos, familiares, compañeros de trabajo. Esta es una es-
cuela donde aprendemos a hacer nuevos discípulos en las grandes ciudades a través
de los estudios bíblicos. ¿Ya te inscribiste en el Proyecto 100 para entrenarte y ser
un conquistador de almas en las grandes ciudades? Si aún no lo hiciste, al finalizar
el mensaje de hoy, busca a tu pastor distrital, al anciano o al director de Ministerio
Personal de tu iglesia local e inscríbete ya al Proyecto 100 y participa activamente de
la Escuela Sabática Misionera.

Juntos, podemos ser agentes de cambio en nuestras ciudades y cumplir la Gran Co-
misión de hacer discípulos y bautizándolos en el nombre de Jesús. ¿Quieres compro-
meterte a conquistar las grandes ciudades para Cristo y llevar a muchas personas al
reino de los cielos? Ven aquí adelante si esa es tu decisión para orar por ti, gloria a
Dios por estas decisiones, ¡amén! Oremos.

Pr. Enrique Cárdenas


Evangelista - Misión Sur Oriental del Perú

20
ABRIL

UN LLAMADO A
TESTIFICAR EN
TODO LUGAR Y
TIEMPO
Cuando Eliseo, el varón de Dios, oyó que el
rey de Israel había rasgado sus vestidos, en-
vió a decir al rey: “¿Por qué has rasgado tus
vestidos? Que venga a mí y sabrá que hay
un profeta en Israel”. (2 Reyes 5:8)

Introducción

Siria frecuentemente estaba en guerra con


Israel; sin embargo, vemos que gozaban de
un tiempo de paz y es ahí donde la palabra
de Dios, por medio de una niña cautiva y del
profeta Eliseo, quienes serían los instrumen-
tos que Dios utilizaría para alcanzar al general
del ejército de Siria, Naamán y dejar en alto el
nombre de Dios.

Queridos hermanos, hoy estamos gozando de


un tiempo de paz, en donde hay libertad de
adoración, donde podemos aun libremente
abrir la palabra de Dios y predicar de su evan-
gelio. Debemos tener la actitud de esta niña
esclava, que a pesar de que estaba separada
de sus padres, de su familia, de su tierra, ella
nunca se olvidó de la misión que tenía.

21
Muchos nos encontramos esclavizados por los afanes de este mundo, sin tener
tiempo para predicar del amor de Jesús, no le damos el lugar que le corresponde
a la misión de Dios, hay una tarea que tenemos que cumplir ahora, antes de que
vengan tiempos difíciles, en donde no podamos libremente compartir de nuestra fe.

Propósito del mensaje

Hoy somos los mensajeros de Dios, al igual que el profeta Eliseo y la niña esclava,
somos los llamados a dar paz, alivio y esperanza a las personas que necesitan de
Cristo. Hoy debemos tomar la decisión de cumplir la misión.

De esclava a mensajera

La historia menciona que era común las incursiones en la zona fronteriza, por las
bandas armadas que saqueaban para llevarse el botín. Sin embargo, el relato bíblico
comenta de una niña que había sido llevada esclava, cautiva. Es interesante lo que
menciona el comentario bíblico adventista: “La niña había sido llevada de su casa
a un país enemigo, aparentemente olvidada de Dios y sin consuelo ni esperanza.
La vida no parecía ofrecerle gran cosa, y podría haberse amargado si se hubiera
dedicado a pensar en sí misma y en su desgracia. Pero aun en tierra extraña, Dios
tenía un servicio para que ella lo realizara”.1

La actitud de esta niña demuestra coraje, valentía, y eso es justamente lo que ne-
cesitamos todos los que fuimos llamados a cumplir la misión de Cristo. Esta niña
demostró lealtad a pesar de su situación, por tal motivo llegó a trabajar en la casa
de este funcionario tan importante.

Quizá se hubiera quedado como esclava, pero en su corazón tenía una misión clara
que cumplir, por tal motivo pasó de ser esclava a una mensajera de salvación. Tenía
una fe grande en Dios, confiaba en el profeta de Dios, que él podía hacer el milagro
que este general durante mucho tiempo estaba buscando.

Esta niña no solo llevó ayuda a casa, sino llevó la salvación. Recuerda algo importan-
te, la salvación empieza por la casa, esta niña estuvo atenta a los problemas de la
casa y fue allí donde empezó a hablar de Dios, de la misma manera debemos iniciar
la predicación del evangelio por casa, quizás hay muchos miembros de la familia que
aún no conocen de Jesús, es el momento de llevarles el mensaje de salvación.

1. Francis D. Nichol y Humberto M. Rasi, eds., Josué a 2 Reyes, trans. Victor E. Ampuero Matta y Nancy W. de Vyhmeister,
vol. 2, Comentario Bíblico Adventista del Séptimo Día (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1993), 871.

22
Aplicación

Dios nos ha dado una misión sagrada que cumplir, por lo tanto, debemos estar dis-
puestos en todo tiempo a poder cumplir fielmente el mandato de Dios. El ejemplo
de esta niña nos debe motivar a realizarnos una pregunta: ¿De quién verdadera-
mente soy esclavo?, si la respuesta es de Jesucristo, eso quiere decir que no coloca-
remos excusas para tener el tiempo necesario para cumplir la misión.

Instrumentos de salvación

La responsabilidad de cada miembro de iglesia es importante en el cumplimiento de


la misión, bien lo dijo la sierva de Dios: “Cada verdadero discípulo nace en el reino
de Dios como un misionero. El que bebe del agua viva llega a ser una fuente de
vida. El que recibe llega a ser un dador. La gracia de Cristo en el alma es como un
manantial en el desierto, cuyas aguas brotan para refrescar a todos, y da, a quie-
nes están por perecer, avidez de beber el agua de vida”.2 Esta cita nos recuerda que
no hay excusas para dejar de cumplir la misión.

Desde el momento en que le entregamos nuestra vida a Jesús, nos convertimos en


sus discípulos, somos sus pies, sus manos para compartir esperanza. La niña esclava
entendía que su vida era un manantial de fuente de vida para otros, tenía claro cuál
era su misión, no permitió que nada la desviara de la obra que le fue encomendada.

Aplicación

Cada uno fue llamado para cumplir la misión de Dios, este llamado es individual, por
tal motivo, es necesario tener un encuentro personal con Jesús cada día, y pedir la
presencia del Espíritu Santo, quien es el poder de la misión.

Recuerda algo importante, nosotros solo somos instrumentos de Dios, debemos es-
tar dispuestos a dejarnos guiar por el Señor, y al igual que utilizó al profeta, Dios hará
maravillas con nosotros para la salvación de muchas personas.

Seguir el ejemplo de Jesús

Cuando hablamos de misión, no debemos pasar por alto el ejemplo de Jesús, la


palabra de Dios dice: “Recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas
de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda
dolencia en el pueblo”.3 Que lecciones importantes nos da el Señor Jesús, su misión

2. Elena G. de White, El Deseado de todas las gentes, ed. Aldo D. Orrego, Cuarta edición. (Buenos Aires: Asociación
Casa Editora Sudamericana, 2010), 166.
3. Reina Valera Revisada (1960) (Miami: Sociedades Bı ́blicas Unidas, 1998), Mt 4:23.

23
era “enseñar”, “predicar” y “sanar”, no debemos descuidar el trabajo integral de la
misión.

Ganar a las personas para Jesús implica seguir el método de Cristo, la sierva de Dios
dice: “El Salvador trataba con los hombres como quien deseaba hacerles bien. Les
mostraba simpatía, atendía sus necesidades y se ganaba su confianza. Entonces
les pedía: “Sígueme”.4

La misión de Dios es muy amplia y de grandes resultados, la niña y el profeta aplica-


ban esta fórmula misionera, la niña logró ganar la confianza de la esposa del general
y de toda la familia, ella atendía las necesidades de las personas tanto así que el
relato bíblico dice que hicieron caso a la voz de la niña y el general fue en busca
del profeta, luego encontramos al profeta como instrumento de Dios y haciendo la
voluntad de Dios.

La biblia dice que Naamán se zambulló siete veces en el jordán y su carne se volvió
como la carne de un niño y quedó limpio, y como resultado de eso vemos a un
hombre convencido y convertido gracias al poder de Dios: “… Porque de aquí en
adelante tu siervo no sacrificará holocausto ni ofrecerá sacrificio a otros dioses,
sino a Jehová”.5

Aplicación

¿Queremos ver a más personas convertidas para Cristo?, necesitamos seguir su


ejemplo y sin lugar alguna, tendremos mejores resultados. Recuerda que la misión
es de Dios, y los métodos humanos no son nada comparados con los métodos
divinos. Dios es quien da éxito en la misión, el poder del Espíritu Santo actúa de
manera silenciosa y audible en la mente y en el corazón de las personas cuando
nosotros compartimos el mensaje de Jesús, por tal motivo sigamos el ejemplo de
Jesús y confiemos en una gran cosecha.

Conclusión

Dios nos llama hoy a ser canales de bendición en el lugar y en las circunstancias que
estemos, debemos cuidar de que nuestra actitud siempre sea la mejor para obe-
decer y cumplir la misión de Dios. El ejemplo de la niña esclava y del profeta debe
llevarnos más a la acción, siguiendo el ejemplo de Jesús.

4. Elena G. de White, El ministerio de curación, ed. Aldo D. Orrego, Tercera edición. (Buenos Aires: Asociación Casa
Editora Sudamericana, 2011), 102.
5. Reina Valera Revisada (1960) (Miami: Sociedades Bíblicas Unidas, 1998), 2 Re 5:17.

24
Hay muchas personas que necesitan ser limpiados del pecado, y la mejor manera
de llegar a ellos es siguiendo el método de Cristo. No tengamos temor del fracaso,
la misión siempre tendrá éxito porque sencillamente la misión no es del hombre, es
de Dios, reguemos la semilla del evangelio y preparemos el terreno para tener una
abundante cosecha porque: “Quien ama a Dios, ama la misión, porque la misión
es de Dios”.

Llamado

Cuántos en este día quieren aceptar, ser instrumentos de Dios para la salvación de
muchas personas, el Espíritu Santo es el poder de la misión, aunque a veces parezca
difícil, no te olvides que Dios va delante de ti. Deja de ser esclavo de este mundo, y
vuélvete un esclavo de Jesús, empieza hoy por casa y prepara a muchos más para el
reino de los cielos.

¿Aceptas?
Pr. Arland Rubén Rivera Briceño
Evangelista - Misión Peruana Central Sur

25
MAYO

UN LLAMADO
A PREDICAR EN
CONTRA DE
NUESTRA
VOLUNTAD
“Así que oró al Señor de esta manera: ¡Oh
Señor! ¿No era esto lo que yo decía cuando
todavía estaba en mi tierra? Por eso me an-
ticipé a huir a Tarsis, pues bien sabía que tú
eres un Dios misericordioso y compasivo, len-
to para la ira y lleno de amor, que cambias de
parecer y no destruyes. 3. Así que ahora, Se-
ñor, te suplico que me quites la vida. ¡Prefiero
morir que seguir viviendo!”. (Jonás 4:1-11)

Introducción

El libro de Jonás toma su nombre, que es per-


sonaje principal en Hebreos. Jonah que sig-
nifica ‘paloma’. El libro de Jonás es el único
entre los doce así llamados profetas menores
que tiene forma de relato. La misión de Jonás
era Nínive para anunciar su pronta destruc-
ción por causa de sus pecados.

El libro de Jonás informa de un profeta he-


breo que trabajó lejos de su “zona de con-
fort”. Vivió durante el reinado de Jeroboam

26
II, cerca del año 750 a.C. (Rey 14:25), y es único profeta del Antiguo Testamento de
quien sabemos que fue llamado para ser un misionero en otro país. Dios no quería
que la verdad se limitara solo a su pueblo escogido, como afirma especialmente en
Isaías y en los Salmos, aun cuando la teología popular israelita de ese tiempo no
aceptaba que los gentiles también participaran de la salvación.

Entre las lecciones enseñadas por la profecía de Jonás está la verdad que afirma que
la gracia de Dios trae salvación a todos (Tit 2:11), que ciertamente no estaba limita-
da a los judíos, sino que había de ser revelada también entre los paganos.

Jesús empleó lo que le ocurrió a Jonás en el mar como una ilustración de su muerte
y resurrección (Mt 12:39-40).

Propósito del mensaje

“Cuando Jonás conoció el propósito que Dios tenía de perdonar a la ciudad que, a
pesar de su maldad, había sido inducida a arrepentirse en saco y ceniza, debería
haber sido el primero en regocijarse por la asombrosa gracia de Dios; pero, en vez
de hacerlo, permitió que su mente se espaciase en la posibilidad de que se le consi-
derase falso profeta. Celoso de su reputación, perdió de vista el valor infinitamente
mayor de las almas de aquella miserable ciudad. Pero al notar la compasión mani-
festada por Dios hacia los arrepentidos ninivitas, Jonás se apesadumbró en extremo
y enojase” (PR 202, 203).6

I. El profeta con fallas

Jonás nació en Gat Hefer (en hebreo significa ‘lagar junto al pozo de agua’), un pue-
blo en Zabulón, en el norte de Israel, a solo pocos kilómetros de Nazaret. Esto sig-
nifica que tanto Jesús como Jonás fueron Galileos, separados por unos 750 años.

Este mensajero poco usual de Dios es uno de los más conocidos de la biblia. El pro-
feta había sido enviado por Dios para amonestar a Nínive de su destrucción próxima.
Él sospechó que este pueblo no hebreo podría arrepentirse de sus pecados y Dios
podría perdonarlos. Siendo un profeta verdadero, Jonás sabía que el plan de Dios
era salvar a Nínive, no destruirla. Tal vez por esto al principio trató de escapar. A
causa de fuerzas más allá de su control; sin embargo, Jonás cambió su decisión y
obedeció la orden de Dios.

6. Francis D. Nichol y Humberto M. Rasi, eds., Josué a 2 Reyes, trans. Victor E. Ampuero Matta y Nancy W. de Vyhmeister,
vol. 2, Comentario bíblico Adventista del Séptimo Día (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1993), 871.

27
Jonás surge de su libro como una extraña mezcla de fortalezas y debilidades; era tes-
tarudo y rebelde, pero enseñable y obediente. Era leal a Dios, valeroso y creyente en
la oración, pero también era estrecho de miras, egoísta y vengativo. Aunque a Jonás
se describe como un siervo de Dios en 1 Reyes 14:25, constituye un personaje triste
y trágico en el libro que lleva su nombre.

Aplicación

El libro de Jonás enseña que Dios está en el control pleno de la naturaleza. Imagínate
que uno de tus amigos perdió un miembro de su familia por causa de un desastre
natural. ¿Cómo podrías explicarle que Dios todavía está en el control, a pesar de la
presencia de desastres naturales que devastan partes de nuestro mundo y quitan la
vida de muchos seres humanos?

II. Jonás como discípulo

¿Por qué Jonás siendo un discípulo se alisto para huir? Se pensaba que la lejana ciu-
dad de Tarsis estaba cerca del fin de la tierra y en la biblia siempre está asociada con
los barcos. Jonás quería llegar tan lejos como pudiera para escapar de la presencia
de Dios, pero fue un intento inútil. Podemos tomar a Jonás como ejemplo del peligro
de hacer las cosas únicamente por impulso o sentimientos.

Un discípulo por impulso puede ser muy valiente, pero eso es erróneo, Jonás fue
muy valiente al embarcarse en un viaje por mar tan largo.

Un discípulo por impulso puede parecer abnegado, pero eso es erróneo, a Jonás le
costó mucho dinero y comodidad emprender este largo viaje por mar.

Un discípulo por impulso puede reclamar libertad, pero estar equivocado, ¿acaso
Jonás no era libre para ir a Tarsis?

Un discípulo por impulso puede llevar a alguien a hacer algo que condenaría a otros,
¿qué le diría Jonás a otro profeta que desobedeciera a Dios?

Tengo miedo de estos impulsos, mucho miedo de ellos. Las personas pueden hacer
lo correcto bajo su poder, pero arruinará lo que hacen si lo hacen por mero impulso,
y no porque la acción sea correcta en sí misma (Spurgeon).7

Salmos 139:7-10: “¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?


Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú

7. Para un mayor estudio, https://es.enduringword.com/comentario-biblico/jonas-1/ (consultado: 9 de noviembre de


2023).

28
estás. Si tomare las alas del alba y habitare en el extremo del mar, aun allí me guiará
tu mano, y me asirá tu diestra”. No puedes escapar de la presencia de Dios.

Mientras el profeta pensaba en las dificultades e imposibilidades aparentes de lo


que se le había encargado, se sintió tentado a poner en duda la prudencia del lla-
mamiento.

Aplicación

“Todas las veces que los discípulos hijos de Dios están en necesidad, tienen el pre-
cioso privilegio de recurrir al él. No importa cuán inadecuado sea el lugar, el oído
misericordioso de Dios está abierto para sus clamores. No importa cuán desolado
y oscuro sea el lugar, el hijo de Dios que ora lo puede convertir en un verdadero
templo” (CBA 4:1027).8

III. Jonás, un evangelista apasionado por las almas

El instrumento escogido para esta obra fue el profeta Jonás, hijo de Amitai. El Señor
le dijo: “Levántate, y ve a Nínive, ciudad grande, y pregona contra ella; porque su
maldad ha subido delante de mí”.

El mensaje no fue dado en vano. El clamor que se elevó en las calles de la ciudad
impía se transmitió de unos labios a otros, hasta que todos los habitantes oyeron
el anuncio sorprendente. El Espíritu de Dios hizo penetrar el mensaje en todos los
corazones, e indujo a multitudes a temblar por sus pecados, y a arrepentirse en
profunda humillación.

El mayor logro de la carrera profética de Jonás fue el arrepentimiento de la ciudad,


después de los marineros, los ninivitas fueron el segundo grupo en este libro de
personas no hebreas que volvieron a Dios, y todo a causa de la interacción con este
imperfecto mensajero de Dios. El resultado fue asombroso. Humillado antes Dios,
el pueblo se vistió de saco y cilicio, puso ceniza sobre la cabeza y ayunó. Todas estas
eran señales externas de tristeza y arrepentimiento.

Durante su ministerio terrenal, Cristo se refirió al bien realizado por la predicación


de Jonás en Nínive, y comparó a los habitantes de aquel centro pagano con el pueblo
que profesaba pertenecer a Dios en su época. Declaró: “Los hombres de Nínive se
levantarán en el juicio con esta generación, y la condenarán; porque ellos se arrepin-
tieron a la predicación de Jonás” Mateo 12:40, 41.

8. Para un mayor estudio, https://escuelasabatica.app/estudia/2013/t2/l06/viernes (consultado: 10 mayo de 2013).

29
Aplicación

Dios concede a los hombres un tiempo de gracia; pero existe un punto más allá del
cual se agota la paciencia divina y se han de manifestar con seguridad los juicios
de Dios. El Señor soporta durante mucho tiempo a los hombres y las ciudades, en-
viando misericordiosamente amonestaciones para salvarlos de la ira divina; pero
llegará el momento en que ya no se oirán las súplicas de misericordia, y el elemento
rebelde que continúe rechazando la luz de la verdad quedará raído, por efecto de la
misericordia hacia él mismo y hacia aquellos que podrían, si no fuese así, sentir la
influencia de su ejemplo (Profetas y Reyes, p. 207).9

Conclusión

Los mensajeros de Dios como Jonás no deben desalentarse por la impiedad de la


injusticia y la depravación que son llamados a arrastrar mientras tratan de proclamar
las gratas nuevas de salvación. El Señor quisiera alentar a todos los que así trabajan
con el mismo mensaje que dio al apóstol Pablo en la impía ciudad de Corinto: “No
temas, sino habla, y no calles: porque yo estoy contigo, y ninguno te podrá hacer
mal; porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad”.

Llamado

Finalmente, la reacción de los ninivitas ante la advertencia de Dios nos recuerda


que, en cualquier lugar del mundo, hay personas receptivas al mensaje de salvación.
También nos demuestra que no importa qué tan mala sea una persona o las cosas
que hace, hasta la persona más inesperada (como el caso del rey de Nínive) puede
convertirse en un mensajero del amor de Dios. ¿Te animas a hablarle a alguien hoy
del amor de Dios y del plan de salvación?

Pr. Javier Flores


Evangelista - Misión del Oriente Peruano

9. Elena G. de White, Profetas y Reyes (Buenos Aires: ACES, 220), 207.

30
JUNIO

UN LLAMADO A
IR Y CUMPLIR LA
MISIÓN
“Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A
quién enviaré, y quién irá por nosotros?
Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame
a mí”. (Isaías 6:8-13)

Introducción

Breve introducción a la vida y el ministerio


del profeta Isaías.
Situación histórica de Israel en ese momen-
to, marcada por la apostasía y la necesidad
de un mensaje profético.
Presentación del pasaje de Isaías 6:1-8
como un momento crucial en la vida de
Isaías y su llamado divino.

Propósito del mensaje

I. La santidad de Dios (Isaías 6:1-4)

a. Una crisis nacional. El profeta menciona


la muerte del rey Uzías, que probablemente
haya sido en el 740 o 739 a.C. Este rey fue
bueno en la primera parte de su reinado,
pero cuando aumentó su poder se volvió
arrogante a tal punto de entrar al templo
del Señor para quemar incienso en el altar y

31
por esa razón se volvió leproso, lo cual lo llevó a vivir aislado en una casa separada,
donde finalmente murió (2 Cron 26:1-22).

El joven profeta Isaías recibe una visión en medio de un tiempo de crisis política y
espiritual. El gran rey asirio Tiglat-Pileser III, había ascendido al trono en el año 745
a.C., e inmediatamente comenzó sus conquistas contra Babilonia y en el noreste de
Asiria. Entre los años 743 y 738, el rey asirio dirige sus campañas militares contra los
reyes occidentales, es allí donde muere Uzías, el que se había opuesto muy decidi-
damente contra el imperio asirio. Tras la muerte del rey Uzías, las preguntas que se
hacían eran las siguientes: ¿Cuál sería el destino de Judá? ¿Caería presa de las armas
asirias? Por causa de los pecados del pueblo, ellos habían perdido la protección di-
vina. Era un momento desolador y sin esperanza para Judá. El poderío asirio parecía
invencible. Es en estas circunstancias que Isaías recibe una visión.10

b. La visión de seres celestiales. El profeta Isaías ve la gloria divina en los recintos del
templo. En medio de la incertidumbre, Dios quería mostrarle al profeta, que, a pesar
del poderío asirio, él seguía siendo el supremo en su trono y que bajo su dominio
estaban los reinos terrenales. En muchas ocasiones, Dios mostró a sus profetas que
él aún tiene el control; lo hizo con Moisés (Ex 24:10), con Micaías (1 Re 22:19), con
Amós (Amós 9:1), Daniel, Ezequiel y Juan (Ap 4:1-6). Isaías debe tener la seguridad
que los destinos del universo y de su pueblo están bajo su soberanía.

c. “Santo, santo, santo”. Dios impresiona la mente del profeta con su santidad de
carácter. Este es el principal atributo divino. La demostración de la santidad de Dios
hace que el ser humano se sienta estimulado a dejar su pecaminosidad.

Aplicación

Las circunstancias difíciles de la vida son la oportunidad para que Dios nos muestre
su gloria, su poder y su soberanía. Te darás cuenta que, muchas veces, en medio del
dolor, de la angustia y de la crisis, nos sentimos tentados a buscar soluciones huma-
nas. Seguramente, Isaías quería recurrir a Asiria para buscar seguridad, pero Dios le
dice: “Mantén la calma, no busques ayuda en los asirios”.

Cuando contemplamos la santidad de Dios, nos hace recordar que muchos de nues-
tros sufrimientos y preocupaciones están marcados por nuestra pecaminosidad. Es
allí donde nosotros podemos darnos cuenta que necesitamos que Dios nos limpie y
nos habilite para su misión.

10. “Visión y llamamiento de Isaías” [Is 6:1], Comentario bíblico adventista, ed. Francis D. Nichol, trad. Víctor Ampuero
Matta (Boise: Publicaciones Interamericanas, 1978-1990), 4:169.

32
II. La pecaminocidad del hombre (Isaías 6:5)

a. La vileza del profeta. Cuando el profeta contempla la santidad de Dios, él exclama


y dice: “¡Ay de mí que soy muerto!”. En la presencia de Dios todo ser humano siente
su insignificancia, siente que no es nada en comparación con el Eterno. En la pre-
sencia del “Santo de Israel” vemos nuestra miseria y nuestra culpabilidad. Moisés
ocultó su rostro cuando vio a Dios (Éx 3:6), Job se aborreció a sí mismo y se arrepin-
tió en polvo y ceniza (Job 42:6). Los “labios inmundos” jamás podrán pronunciar la
santidad de Dios. En la obra de Dios, no son nuestras palabras las que convencen a
las personas, no es nuestra “labia”, es solo por el poder de un Dios santo y sublime.
Como diría un autor: “Si nuestros labios no están consagrados a Dios, seremos indig-
nos de tomar el nombre de Dios en nuestros labios”.11

b. La vileza de la sociedad. Isaías es consciente que el pueblo donde vive también


es de “labios inmundos”. Nuestras palabras son apenas el reflejo de lo que tenemos
dentro de nosotros. Como una planta se conoce por sus frutos, también nuestras
palabras demuestran qué tenemos dentro (Sant 3:2). El reconocimiento y la con-
fesión de nuestra pecaminosidad será el primer paso para que Dios nos use en la
restauración de su pueblo.

Aplicación

¿Te has puesto a meditar en lo santo que es Dios? ¿Crees tú que podrías ser usado
por Dios, así como estás? ¿Eres consciente que necesitas ser purificado por Él? An-
tes de hacer uso de su Palabra en la obra misionera, debemos ponernos a cuentas
con Dios. Antes de ir a evangelizar a las personas, necesitamos asegurarnos que
nuestras motivaciones no sean pecaminosas, que nuestros labios sean purificados
por el Señor.

III. El perdón y la purificación de Dios (Isaías 6:6-7)

Inmediatamente después de que el profeta se sienta un miserable pecador, voló uno


de los serafines, trayendo en su mano un carbón encendido tomado del altar. “El
carbón encendido del altar representaba el poder refinador y purificador de la gra-
cia divina”.12 La culpa del pecado solo puede ser removida por el perdón y la mise-
ricordia de Dios. Nuestra mayor necesidad es que hoy nuestros labios sean tocados
con el fuego del altar. Que Dios pueda cambiar y transformar nuestra vida y nuestro
carácter para ser usados en su obra.

11. Matthew Henry y Francisco Lacueva, Comentario bíblico de Matthew Henry (Terrassa, Barcelona: Editorial CLIE,
1999), 743.
12. Comentario bíblico adventista, 4:170.

33
Dice Elena G. de White: “Los creyentes que se vistan con toda la armadura de Dios
y que dediquen algún tiempo diariamente a la meditación, la oración y el estudio
de las Escrituras, se vincularán con el cielo y ejercerán una influencia salvadora y
transformadora sobre los que los rodean”.13 Solo una vida de comunión permanente
con Dios puede estar en condiciones de hacer esta obra sagrada: la de predicar el
evangelio.
Aplicación
¿Cómo está tu vida delante de Dios? ¿Está en armonía con su voluntad? ¿Hay algo
que impide que tú seas usado en la predicación del evangelio? Este es el momento
en que Dios te ofrece el perdón, este es el momento en que Dios quiere sanarte de
la peor enfermedad que aflige a humanidad: el pecado.
IV. La respuesta al llamado de Dios (Isaías 6:8)
Luego de la purificación de los labios del profeta, inmediatamente el Señor pregun-
tó: “¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros?”. Es una pregunta muy importante.
Primero, porque es Dios quien toma la iniciativa de querer enviar a alguien a cumplir
la misión. Segundo, Dios decide enviar seres humanos falibles para salvar a otros
seres humanos pecadores; es decir, tenemos el gran privilegio de ser instrumentos
de bendición para otras personas.
Ante la pregunta, Isaías responde con total disposición: “Heme aquí, envíame a mí”.
El profeta sabía lo que le esperaba al pueblo rebelde. Iban a ser destruidos. Pero
Isaías muestra toda la disposición de ir donde el Señor lo envía. El verdadero siervo
de Dios está dispuesto a ir, está dispuesto a colocar su vida por la causa de Dios.
Aplicación
La misma pregunta de Dios al profeta Isaías sigue resonando ahora. El Señor nos
pregunta en esta mañana: “¿A quién enviaré?” ¿Quién dirá: “envíame a mí?”. Estoy
listo, Señor. La misión de Dios no es fácil, pero la promesa es que él estará con noso-
tros mientras vamos a cumplir su misión.
Conclusión
En esta mañana, a la luz de la Palabra de Dios, hemos podido ver algunas enseñan-
zas, como en medio de la crisis y las dificultades, Dios nos invita a mirarlo a él como
el soberano del universo. Nos dice que no desmayemos, que no nos preocupemos,
porque él tiene el control.

13. Elena G. White, La oración (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2014), 158.

34
Asimismo, tenemos que entender que Dios es santo y nosotros pecadores. No me-
recemos su gracia, pero en su amor él decide limpiarnos de toda maldad. Antes
de darnos una misión, necesitamos dejarnos purificar nuestra vida. Porque no hay
misión sin una vida de santidad delante del Señor.

Finalmente, vemos también en el texto bíblico que Dios está buscando a alguien que
pueda ir a cumplir sus propósitos salvíficos. Él quiere usarnos como sus instrumen-
tos para llevar su mensaje de esperanza.

Llamado

Es Dios quien te está llamando, no es el pastor, no es el líder de la iglesia, no es un


ser humano, es Dios quien te necesita para cumplir su misión. ¿Aceptarás con gozo
esta invitación o seguirás siendo indiferente al llamado de Dios?

Te animo a que te pongas en sus manos. No digas: “Yo no puedo” o “no estoy prepa-
rado”. ¿Sabes por qué? Porque Dios a quien está dispuesto, lo capacita para cumplir
su misión. Levántate en el nombre del Señor y acepta el desafío de ir a salvar perso-
nas. Si no es ahora, ¿cuándo será? Hoy es el tiempo. No demores, porque cuando tú
vas, Dios bendice tu vida. ¿Amén?

Pr. Fernando Rojas Miranda


Evangelista - Asociación Peruana del Sur

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JULIO

UN LLAMADO A
SER ATALAYAS
“Hijo de hombre, yo te he puesto por ata-
laya a la casa de Israel; oirás, pues, tú la
palabra de mi boca, y los amonestarás de
mi parte”. (Ezequiel 3:17)

Introducción

El profeta Ezequiel vivió en un momento


de inestabilidad política en Israel porque
la nación del norte había sido eliminada a
manos del rey Salmanasar de Asiria hace
más de un siglo antes. Ezequiel inició su
ministerio luego de la segunda caída de Je-
rusalén en manos del rey Nabucodonosor.
Tuvo una audiencia golpeada por los juicios
de Dios y que difícilmente estaba dispuesto
a escuchar el mensaje que tenía.

Propósito

El propósito de este sermón es llevar a la


iglesia a comprender que el mensaje de
Dios es un mensaje dulce que debe ser
predicado a justos e impíos y que ese de-
ber es de todo atalaya que ha aceptado el
mensaje de salvación.

El profeta y el rollo dulce: vers. 1 al 11

El que habla con Ezequiel le da una orden,


que coma del rollo, pues el rollo es dulce
como la miel (v. 3). En esta primera parte

36
podemos ver que el mensaje de Dios es dulce como la miel, el evangelio está lleno
de dulzura de un Dios que busca al hombre para ayudarlo. Entonces, ¿cuál es el
problema?

La experiencia de Ezequiel responde, el problema es el pueblo de Israel que es de


dura frente y corazón obstinado (v. 7). El mensaje de Dios es tan dulce que la gente
de otro idioma sería capaz de escucharlo y tal vez apreciarlo (v. 6). Esto nos enseña
que el mensaje de Dios no es el problema, sino la mente dura y el corazón obstina-
do, producto de una vida llena de engaños donde el enemigo de Dios ofrece pasión
en vez de amor, ofrece libertinaje en vez de libertad, ofrece ambición en vez de un
progreso, exigencias en vez de gratitud, vicios en vez de recreación. Si te das cuenta
el resultado de lo que el diablo da es un corazón roto, angustiado y resentido porque
cree que Dios lo ha abandonado.

Pero Dios no se queda allí, capacita al profeta para que pueda cumplir su misión, hace a
Ezequiel más terco y más obstinado que la casa de Israel, pero para predicar la palabra.

Aplicación

El mensaje de Dios es dulce, pero quizá los que fueron llamados a predicarlo tienen
una frente dura y un corazón obstinado. Prueba el mensaje de Dios, prueba la pala-
bra de Dios y verás que es dulce, haz caso a tu llamado.

Atalaya: vers. 16 al 21

Luego de siete días de estar con los exiliados, Dios llama a Ezequiel para darle un
mensaje. Dios coloca a Ezequiel como atalaya, pero ¿qué significa ser atalaya? Pues
los versículos 18 al 21 lo describen.

Ser atalaya es predicar al impío que ha sido condenado por Dios y llevarle el men-
saje, porque si no lo llevas, entonces Dios te pedirá cuentas a ti que eres el atalaya,
pero si llevaste el mensaje y esta persona no quiso escuchar, entonces puede que se
pierda, pero el atalaya se salvará.
La misión del atalaya no solo es para el impío, sino también para el justo que co-
menzó a tomar decisiones que lo alejan de Dios. Si ves que el justo se ha apartado
de Dios y no lo exhortas y se pierde, entonces Dios te pedirá cuenta por la vida del
justo que se apartó, pero si tu le predicas, es seguro que se salvará y tú junto a él.
Aplicación
Ser atalaya es un don maravilloso que Dios te dio desde el día de tu bautismo, estás
llamado a predicar el mensaje a justos e injustos, Dios te llamó a esta obra preciosa,

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la responsabilidad es grande porque tú rendirás cuenta de la obra que se te enco-
mendó. Obedece a Dios y cumple tu labor de atalaya.

Incumplir como atalaya: vers. 22 al 27

Parece ser que Ezequiel al iniciar su obra encontró una dureza tan grande que pudo
desanimarse del mensaje que Dios le había encomendado, porque el versículo 22
describe que Dios lo llamó con la misma gloria que lo hizo la primera vez. Pero esta
vez fue para llamarle la atención de no haber cumplido la misión de ser atalaya,
aunque podría tener muchas excusas y motivos, tenía una misión y ahora Dios no
solo estaba para animarlo, sino para darle más herramientas para cumplir la misión.

Debemos recordar que el pueblo de Dios estaba en una etapa sumamente difícil de
afrontar, la victoria de Nabucodonosor sobre Israel había dado a entender que el Dios
de Israel no era tan fuerte como Marduck y esa es la lucha que todo siervo de Dios
enfrenta hoy, porque parece ser las normas y consejos que Dios da, están pasadas de
moda, o que son para el siglo pasado. La sociedad de hoy rechaza el mensaje de Dios,
pero para eso nos ha llamado Dios justamente, para predicarles y nos ha dotado de
grandes herramientas: la reforma prosalud, las profecías, el mensaje de los tres án-
geles, la doctrina del santuario, el concepto de educación, consejos sobre relaciones
entre esposos y los hijos; es decir, hoy como Ezequiel tenemos herramientas para
cumplir la misión y no podemos excusarnos, porque Dios nos pedirá cuentas de lo que
debimos hacer y no hicimos y Él no es un ser que se deje engañar por nuestra astucia.

Aplicación

No creas que el mundo es duro, la palabra de Dios es dulce y la obra a la que te ha


encomendado es un deber y tu deber es ser el atalaya que anuncie las buenas nue-
vas. Todos los seguidores de Jesús encontraron oposición y nosotros la seguiremos
encontrando, pero justamente para esta hora Dios te ha llamado.

Llamado

El dulce mensaje de la salvación debe ser predicado, aunque parezca ser rechazado,
habrá un grupo de personas que lo aceptará. ¿Estás dispuesto a cumplir con tu de-
ber de atalaya? Usa las herramientas que Dios te ha dado para cumplir con la misión,
no pierdas tiempo y sé un atalaya a tiempo y fuera de tiempo.

Pr. Elías Royer Alfaro Revilla


Mayordomo - Misión Peruana Central Sur

38
AGOSTO

UN LLAMADO
A PREPARAR EL
CAMINO PARA
CRISTO
“En aquellos días vino Juan el Bautista pre-
dicando en el desierto de Judea, y diciendo:
Arrepentíos, porque el reino de los cielos se
ha acercado”. (Lucas 15:21)

En el año 1901 la obra evangelística estaba


creciendo de manera muy lenta en compa-
ración con las instituciones. En ese tiempo,
el presidente de la Asociación General de la
IASD era el pastor Arthur G. Daniells (presi-
dente desde 1901 hasta 1922). Según Elena
G. de White, el pastor Daniells no daba la
prioridad al evangelismo agresivo. Esto era,
muy probablemente, porque Daniells temía
exaltar personalidades por encima del men-
saje en sí mismo. Por otra parte, se tenía
poca evidencia de éxito reciente en la evan-
gelización de las ciudades.

Elena G. de White no entendía por qué Da-


niells, al igual que su difunto esposo, Jaime
White, no podía delegar algunas de sus car-
gas rutinarias a los demás para convertirse
en el líder de las fuerzas evangelizadoras
con su ejemplo personal. En varias cartas

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recordó a Daniells y sus asociados la responsabilidad de ponerse personalmente en
la obra de la evangelización de la ciudad. Sin embargo, esto no pasaba.

Un día, el pastor Daniells estaba de paso por California y fue a visitar a Elena G. de
White. Grande fue su sorpresa cuando la sierva de Dios dijo que no lo recibiría hasta
que él mismo, como líder de la iglesia, dirigiera la obra evangelística en las grandes
ciudades. La historia cuenta que el pastor Daniells fue muy humilde, pidió una espe-
cie de licencia por un año y empezó a predicar como lo hacía en su juventud. Lideró
como evangelista jornadas de evangelismo y plantación de nuevas iglesias.

Después de predicar las campañas de evangelismo, el pastor Daniells dijo: “¡Oh,


qué tarea que tenemos en nuestras manos!”. Así también, el pastor Daniells declaró
sentirse como “los viejos soldados que escuchan el toque de trompeta… Me gus-
taría que pudiera disparar el corazón de cada ministro en esta denominación con
la sensación que tengo con respecto a la importancia y el gran valor de la obra de
evangelización”.

Juan el Bautista

Elena G. de White y los pioneros eran apasionados por la misión. Ellos tenían el foco
claro en el cumplimiento de la misión y todo lo que hacían era para apresurar, de ese
modo, la segunda venida de Cristo. Ese mismo sentir es el que tenía Juan el Bautista.
La Biblia dice que él fue elogiado por Cristo cuando dijo: “De cierto os digo: Entre los
que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el
más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él” (Mt 11:11). Sin duda alguna,
Juan el Bautista tiene lecciones grandes que todo adventista debe conocer a fin de
tener la misma pasión para el cumplimiento de la misión.

Propósito del mensaje

A través de Mateo 3:1-6 conoceremos cinco lecciones que hicieron de Juan el Bau-
tista, un evangelista poderoso que preparó el camino para la venida de Cristo.

I. El llamado “en aquellos días se presentó Juan el Bautista” (v. 1)

El nacimiento de Juan fue un milagro. Sus padres no podían tener hijos, pero
en su vejez, un ángel del Señor se le presentó a Zacarías para decirle que sería
padre de un niño y que le pondría de nombre Juan. El ángel de Dios le dijo todo
lo que este niño haría en su vida, y cómo debían criarlo (Lucas 1:5-17).

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El ángel de Dios le dijo: “Y hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al
Señor Dios de ellos. E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías para ha-
cer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia
de los justos para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto” (Lucas 1:6, 17).
Zacarías no podía creer que en su vejez se convertiría en padre y a causa de su
incredulidad se quedó mudo hasta el día en que Juan nació.

La llegada de Juan el Bautista, no fue casualidad. Dios no había hablado a su


pueblo a través de un profeta por 400 años. La última vez que habló un profeta
fue en el Antiguo Testamento: “He aquí, yo os envío al profeta Elías, antes que
venga el día de Jehová, grande y terrible. Él hará volver el corazón de los padres
hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y
hiera la tierra con maldición” (Malaquías 4:6). Con el anuncio de la llegada de
Juan el Bautista a Zacarías, Dios rompe su silencio.
Aplicación

Tú eres la respuesta a muchas oraciones de alguien que quizá jamás conociste.


¿Quién oró por ti? Hay historias de madre orando por sus hijos rebeldes años
tras años. Hay historias de esposas orando por sus esposos incansablemente.
Es posible que por ti haya orando alguien. Tus abuelos, tus bisabuelos, tus tata-
rabuelos; quizá suene extraño, pero así es. No naciste por casualidad. Tu naci-
miento es la respuesta de Dios a alguien.

La peor tragedia del ser cristiano es olvidarse de su llamado. Dios nos llamó des-
de el vientre de nuestras madres. No somos producto de la casualidad. Somos
llamados por Dios. Pablo diría: “Llamado por Dios y no por hombres” (Gálatas
1:1). El que olvida quién los llamó, olvida a dónde quiere llevarlo Dios.

II. La misión “en aquellos días se presentó Juan el Bautista predicando” (v. 1)

Todo llamado implica una misión. No hay llamado sin misión. El que entiende
que fue llamado por Dios, entonces, aceptará la misión que se le encomienda.

a. “Se presentó”. Del griego paragínetai que se traduce como ‘vino, llegó,
apareció, se presentó’. Implica la presentación de un oficial o alguien
que es enviado por un rey. Es alguien que viene en ayuda (1 Timoteo
4:16).
b. “Predicando”. Del griego kerusson que se traduce como ‘proclamando,
predicando’. Esta era una labor que lo hacían los heraldos de un reino.

41
El heraldo tenía que proclamar el mensaje “a voz en cuello” porque su
mensaje viene de su REY. Así, un heraldo (1) anunciaba que el rey estaba
por venir, y (2) preparaba el camino para la llegada del rey.

La misión de Juan el Bautista era una misión especial. Él se presentó como un


heraldo de Dios. Tenía una misión clara: Preparar el camino de Cristo. No haría
otra cosa en su vida. Él nació para cumplir esa misión: SER HERALDO. El heraldo
no es un embajador, no representaba a Cristo, sino que preparaba el terreno.

Aplicación

Fuimos llamados para ser heraldos de Cristo. No fuimos llamados para hacer
otra cosa como discípulos de Cristo que no sea preparar el terreno, preparar el
camino para la segunda venida de Cristo.

A veces podemos sentirnos tentados a hacer nuestra voluntad, hacer lo que


creemos que es correcto en la iglesia cuando Dios nos mandó a hacer algo:
PREPARAR CAMINO PARA LA VENIDA DE CRISTO.

Fuimos llamados no solo a bautizar, sino a DISCIPULAR. Es decir, fuimos llama-


dos a preparar a un pueblo para el encuentro con su SEÑOR.

III. El mensaje decía: “arrepiéntanse” (v. 2)

El mensaje de Juan el Bautista no era el suyo. Su mensaje venía directamente de


Dios. Él era un heraldo. Los heraldos no dicen sus opiniones, sino dicen lo que
su rey les daba como mensaje. ¿Y cuál era el mensaje que Dios le dio a Juan?
ARREPIÉNTANSE.

La palabra griega que Lucas usa es metanoeite que se traduce como ‘cambio
de vida, cambio de dirección, volver al camino correcto’. Ese era el mensaje de
Juan el Bautista. Los israelitas creían que, así como estaban serían salvos. Ellos
creían que estaban a cuentas con Dios por causa de ser hijos de Abraham. El
mensaje de Juan el Bautista era impopular para los judíos. El mensaje era duro
para los corruptos.

Algunos pueden creer que Juan el Bautista era un loco e implacable al momento
de hablar. Aunque Juan denunciaba los pecados de las personas, él tenía amor
por ellas. Sus mensajes llevaban lágrimas de alguien que les anuncia las verda-
des con amor porque quiere que las personas sean salvas y no se pierdan en su
pecado.

42
Aplicación

¿Qué estamos predicando? Necesitamos predicar de la santidad en Cristo.


Necesitamos predicar el mensaje completo. Dios es amor, pero también es
justicia y si nosotros persistimos en nuestro error, un día seremos juzgados de
todo lo que hacemos. El mensaje que Juan el Bautista predicaba era el mismo
que Cristo predicaba (Mateo 4:17) y luego también los apóstoles (Hechos 2:38).

“En su misión, el Bautista se había destacado como intrépido reprensor de la


iniquidad, tanto entre los encumbrados como entre los humildes” (DTG, 186).
Por eso la Biblia dice: “Y muchos venían a él, y decían: Juan, a la verdad, nin-
guna señal hizo; pero todo lo que Juan dijo de este, era verdad” (Juan 10:41).
Prediquemos siempre la verdad, aunque se desplomen los cielos.

IV. El motivo “porque el reino de los cielos está cerca” (v. 2)

¿Qué es lo que motivó a Juan el Bautista a vivir una vida extraordinaria como
un evangelista de Cristo? Simple. La venida de Cristo. El reino de los cielos.
Jamás entenderemos la urgencia de cumplir la misión hasta que lleguemos a
amar la segunda venida de Cristo.

Juan predicaba así porque CRISTO VENÍA PRONTO. Ese es el mensaje adven-
tista. Es por ello que somos llamados IGLESIA ADVENTISTA DEL SÉPTIMO DÍA,
porque nosotros creemos en la segunda venida de Cristo. Ese mensaje y mo-
tivo está en nuestro ADN como iglesia. Los pioneros vivieron intensamente el
ministerio porque creyeron que Cristo venía pronto.

Aplicación

El 1 de octubre de 1860, David Hewitt, conocido como “El hombre más honesto
de Battle Creek”, propuso el nombre IGLESIA ADVENTISTA DEL SÉPTIMO DÍA
en un congreso de la iglesia. Votaron y ese fue el nombre que quedó para la
iglesia. El nombre de nuestra iglesia ya es un estudio bíblico.

Los pioneros vivían el ministerio y el evangelismo de un modo extraordinario.


Todo lo que tenían lo invertían en la predicación del evangelio porque creían
que Cristo volvería pronto. ¿Y tú? ¿Crees que Jesús viene pronto?

43
V. El instrumento “la ropa de Juan estaba hecha de pelo de camello. Llevaba pues-
to un cinturón de cuero y se alimentaba de langostas y miel silvestre” (v. 5)

¿Te imaginas al predicador Juan el Bautista? En nuestros tiempos probablemente no


sería invitado a las iglesias más prestigiosas de nuestra ciudad. Yo creo que muchos
pensaríamos que se trata de un fanático o un hermano con problemas espirituales
y mentales. No obstante, Dios lo usó como instrumento y de esta forma quería
enseñarnos algo: su vestimenta y alimentación nos querían decir que el evangelismo
es una obra 100 % espiritual y misionera.
Él no vestía de trajes caros ni tenía una movilidad decente. Él era un hombre que
literalmente aplicaba lo que Jesús mismo decía de sí mismo: “Y Jesús le dijo: Las zorras
tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene donde recos-
tar su cabeza” (Mateo 8:20). Y como dijo que cumplamos la misión: “No llevéis bolsa,
ni alforja, ni calzado; y a nadie saludéis por el camino” (Lucas 10:4). Y la Biblia dice: “Y
salía a él Jerusalén, y toda Judea, y toda provincial alrededor del Jordán” (Mateo 3:5).
Aplicación
No es la presencia del predicador o del evangelista. No es el apellido ni la oratoria. No son
las capacidades del evangelista. La misión es 100 % espiritual. Juan, a pesar de su vesti-
menta y su alimentación cautivaba a miles de personas que eran bautizadas por él mismo.
No podemos pretender hacer una obra poderosa si es que no somos espirituales. ¿Qué es
lo que anhelas en la vida? Juan anhelaba terminar la obra que le había sido encomendada.
Conclusión
Juan el Bautista vivía un ministerio intenso y trabajaba como si fuera a morir pronto por-
que creía que Jesús vendría pronto. Juan el Bautista murió joven. A los 31 años aproxi-
madamente falleció asesinado por causa de la misión. Él se convirtió en el primer mártir
de Cristo. Su vida es un ejemplo de cómo se hace la obra, de cómo se cumple la misión.
Llamado
Si tú quieres ser como Juan el Bautista fue, entonces debes vivir la misión recordan-
do cada día tu llamado, tu misión, tu mensaje y el motivo del porqué debes cumplir
la misión. Cristo es el motivo. Hoy es el día. Renueva tu compromiso con Cristo.
Vamos juntos a amar, anunciar, apresurar y aguardar la segunda venida de Cristo.
Oremos
Pr. Heyssen Cordero Maraví
Evangelista - Unión Peruana del Sur

44
SETIEMBRE

UN LLAMADO A
PESCAR
“… Jesús dijo a Simón: No temas; desde
ahora serás pescador de hombres”. (Lucas
5: 10)

Introducción

Hoy, exploraremos una aventura que cam-


biará nuestras vidas y el rumbo de aquellos
que cruzarán nuestro camino para siempre.
Imaginen por un momento que están a ori-
llas del lago de Genesaret, donde el agua
se extiende hasta donde alcanza la vista. El
gentío se agolpa, ansioso por escuchar la
Palabra de Dios que fluye de los labios de
Jesús. Y mientras observamos, vemos dos
barcas en la orilla, donde los pescadores
han estado trabajando toda la noche sin
éxito, lavando sus redes y sintiendo el peso
de la frustración.
En ese mismo lugar, Jesús, el Maestro, nos
dará una lección que cambiará el curso de
la historia. Una lección que se encuentra en
Lucas 5:1-11 donde Jesús convoca a sus dis-
cípulos a pescar hombres en lugar de peces.
¡Pescar hombres! ¿Pueden imaginar algo
más emocionante y desafiante? Esta es nues-
tra misión como discípulos del Señor: no solo
seguirlo, sino también llevar a otros a Él.
Quiero invitarlos a explorar este pasaje en
profundidad, desde una perspectiva bíblica,

45
práctica y sobre todo misionera. Quiero que vean cómo unos humildes pescadores
se convirtieron en pioneros de nuestra fe cristiana, y cómo su llamado se aseme-
ja al llamado que tenemos nosotros como discípulos misioneros. En esta travesía,
descubriremos secretos que despiertan el corazón, fortalecen la fe y nos instan a
lanzarnos a la emocionante aventura de ser pescadores de hombres. Permítanme
comenzar mostrándoles la importancia de responder a ese llamado divino como lo
hicieron los discípulos en aquel día junto al lago.

Propósito del mensaje

Comprometer a todos con el llamado de Jesús de ser pescadores de hombres, enfo-


cándonos en la disposición para escuchar y obedecer a Jesús en el cumplimiento de
su misión, llevando el evangelio de Cristo a aquellos que aún no lo conocen, impac-
tando sus vidas y la nuestra de manera significativa y transformadora.

I. La pesca improductiva (Lucas 5:1-3)

En la vida, con frecuencia nos enfrentamos a situaciones en las que nuestros es-
fuerzos misioneros parecen ineficaces. La pesca improductiva que vemos en este
pasaje es un reflejo de la realidad que muchos de nosotros hemos experimentado.
Los pescadores habían estado trabajando toda la noche, sudando y esforzándose,
pero sin nada que mostrar. En esos momentos, puede ser fácil sentirse desanimado
y preguntarse si realmente estamos haciendo la diferencia en el reino de Dios. Sin
embargo, es fundamental recordar que, en nuestras misiones, necesitamos la direc-
ción de Jesús para cosechar frutos.

La pesca improductiva nos enseña que nuestras habilidades y estrategias por sí solas
no son suficientes. No podemos depender únicamente de nuestro conocimiento,
nuestras conexiones o nuestras estrategias humanas. En lugar de confiar únicamen-
te en nuestras propias capacidades, debemos buscar la guía constante de Jesús. Él
es el verdadero maestro de la pesca de almas. Así como los pescadores necesitaron
a Jesús para dirigirlos a la abundante pesca, nosotros también necesitamos su direc-
ción en cada paso de nuestra misión, y las Sagradas Escrituras son nuestro manual y
guía para cumplir la misión.

Aplicación

En lugar de confiar únicamente en nuestras estrategias, debemos buscar continua-


mente la guía de Jesús a través de la oración constante, el estudio profundo de la Bi-
blia y la búsqueda activa de su voluntad para poder cumplir su misión guiados por el
Espíritu Santo. Jesús nos insta a orar por más pescadores de hombres, Mateo 9:38:

46
“Rogad, pues, al Señor de la mies que envíe obreros a su mies”. Necesitamos clamar
a Dios por más obreros, en nuestra misión, la oración no solo nos conecta con Dios,
sino que también nos abre los ojos a las oportunidades que Él nos presenta. Depen-
diendo de Él en lugar de nuestras habilidades, encontraremos en su Palabra, estra-
tegias misioneras más efectivas y nos libraremos del orgullo que a veces nos lleva a
depender de nuestros propios recursos en lugar de depender de Dios.

No olvidemos depender de la dirección divina en el cumplimiento de nuestra mi-


sión, recordemos el relato de Gedeón, él tenía un gran ejército, pero Dios lo redujo a
un pequeño grupo para demostrar que la victoria no dependía de la fuerza humana,
sino de la dirección divina. En última instancia, la dependencia en Dios condujo a la
victoria en su misión. Del mismo modo, en nuestras misiones, debemos recordar
que nuestra eficacia depende de la dirección de Dios y no de nuestros esfuerzos
humanos.

Recordemos pues, que, en nuestra misión, la pesca improductiva es una oportuni-


dad para clamar a Dios, buscar su guía y experimentar su poder en la cosecha de
almas. No perdamos la esperanza cuando nuestros esfuerzos parezcan infructuosos,
porque con Jesús como nuestro guía, siempre hay un nuevo amanecer en el hori-
zonte misionero.

II. La invitación de Jesús (Lucas 5:4-6)

La invitación de Jesús a los discípulos para lanzar las redes es un recordatorio im-
pactante de que Él es el origen y el fundamento de la misión, la misión es de Dios
(Missio Dei), el hombre solo es un instrumento de él para cumplir su misión. Mien-
tras observamos este pasaje, podemos imaginar la escena en que Jesús, el Maestro
divino, se encuentra en la barca de Simón Pedro, enseñando a las multitudes ham-
brientas de la Palabra de Dios. Pero, en medio de su enseñanza, Jesús se convierte
en el maestro de la pesca, dando una instrucción que desafía las expectativas y de-
safía las leyes naturales.

Jesús no solo es el maestro de la pesca, sino también el comisionador de nuestra


misión. Él conoce las aguas profundas del corazón humano y entiende cómo atrapar
las almas perdidas en las redes de su amor. Los discípulos, aunque experimentados
pescadores, entendieron la autoridad y el poder que emanaban de Jesús. La res-
puesta de Pedro, “en tu palabra echaré la red” (Lucas 5:5) es un ejemplo de una fe
inquebrantable en la autoridad de Cristo.

47
Aplicación

Este pasaje nos recuerda que, en el cumplimiento de la misión, debemos estar dis-
puestos a obedecer el mandato de Jesús de compartir el Evangelio en todo momen-
to, sin importar si vemos o no frutos inmediatos. Jesús nos llama a lanzar las redes
del evangelio en las aguas del corazón humano, confiando en que su Palabra no
regresa vacía (Isaías 55:11). A menudo, esperamos resultados instantáneos en nues-
tras misiones, pero el llamado de Jesús es constante y a largo plazo.

La aplicación misionera de este principio es clara: debemos ser persistentes y pa-


cientes en nuestras misiones. Debemos estar dispuestos a buscar activamente opor-
tunidades para compartir el amor de Cristo con quienes nos rodean, sin importar
cuándo o cómo se manifiesten los resultados. Como Jesús, no debemos cesar en
nuestra enseñanza y testimonio, independientemente de las circunstancias. Esto es
especialmente relevante en un mundo donde la incredulidad y la resistencia son
comunes.

¿Recuerdas la parábola del sembrador? En ella se nos ilustra la importancia de la


persistencia en la misión, aún cuando no veamos los frutos deseados (Mateo 13:1-8,
18-23). A pesar de que algunas semillas cayeron en tierra fértil y dieron fruto, otras
cayeron en lugares menos prometedores. Sin embargo, el sembrador continuó sem-
brando. De la misma manera, en nuestras misiones, debemos seguir sembrando la
Palabra de Dios, incluso en los corazones que pueden parecer inicialmente resisten-
tes, confiando en que, en el tiempo de Dios, la semilla dará fruto.

No olvidemos que Jesús, como el maestro de la pesca y el comisionador de nuestra


misión, nos llama a ser pacientes y perseverantes, a confiar en su Palabra, y a lanzar
nuestras redes con fe, sabiendo que Él es quien trae la cosecha. En nuestra misión,
no dependemos de nuestra habilidad para producir resultados, sino de nuestra obe-
diencia y fidelidad a su llamado constante. Mantengamos nuestros corazones dis-
puestos a obedecer, independientemente de las circunstancias que enfrentemos,
porque es en la obediencia continua que encontraremos los frutos de nuestra obra
misionera.

III. La pesca milagrosa (Lucas 5:6-7)

Cuando obedecemos a Jesús, Él puede realizar milagros en la vida de las personas a


las que buscamos alcanzar. La pesca milagrosa que presenciamos en este pasaje es
una manifestación tangible del poder de Dios para cambiar el rumbo de las cosas.
Los discípulos, siguiendo la instrucción de Jesús, lanzaron sus redes una vez más y
experimentaron una pesca abundante y milagrosa. Esto no solo les dejó boquiabier-

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tos, sino que también confirmó la autoridad divina de Jesús como el maestro de la
pesca de almas.

En la misión, a menudo nos encontramos con personas que parecen estar más allá
de la esperanza, atrapadas en las redes del pecado y la incredulidad. Sin embargo,
este pasaje nos recuerda que cuando obedecemos el llamado de Jesús y comparti-
mos el mensaje de salvación, Él tiene el poder de realizar transformaciones asom-
brosas en las vidas de aquellos a quienes buscamos alcanzar. Este es un testimonio
vivo del poder de Dios para cambiar vidas y llevar a cabo una pesca milagrosa.

Aplicación
Nuestra confianza en la misión se basa en el poder transformador de Dios. Al ense-
ñar el evangelio, es esencial compartir el testimonio de cambio de nuestras vidas
para inspirar esperanza y fe en otros. Recordemos el impacto de testimonios como
el de Pablo, un perseguidor de la iglesia que se convirtió en uno de los apóstoles más
apasionados y valientes. Su transformación es un recordatorio de que nadie está
más allá del alcance de la gracia de Dios.
Además, debemos recordar que el poder transformador de Dios no tiene límites.
Como pescadores de hombres, nuestra misión es ser portadores de esperanza y
redención, presentando a Cristo como el Salvador que puede transformar las vidas.
Al hacerlo, debemos obrar con fe y expectativa, sabiendo que Dios puede realizar
milagros en las vidas de aquellos a quienes servimos.
Recuerda la historia del encuentro de Jesús con el endemoniado gadareno (Marcos
5:1-20). Este hombre estaba poseído por una legión de demonios y se encontraba
en un estado lamentable. Sin embargo, cuando Jesús entró en su vida, se produjo
una transformación asombrosa, y el hombre se convirtió en un testigo viviente de la
gracia y el poder de Dios.
En la misión, debemos esperar y buscar los milagros de Dios en la vida de aquellos a
quienes servimos. No importa cuán desesperada pueda parecer una situación, Dios
tiene el poder de cambiarla y de rescatar a las almas perdidas. Como pescadores de
almas, nuestra tarea es lanzar las redes con fe y permitir que Dios realice las trans-
formaciones milagrosas en las vidas de quienes buscamos alcanzar. Que nuestra mi-
sión esté marcada por la expectativa de milagros y la convicción de que nuestro Dios
es capaz de realizar pesca milagrosa en abundancia.
IV. La respuesta de Pedro y tu respuesta a Jesús (Lucas 5:8-11)
La respuesta de Pedro a Jesús es un momento de profunda humildad y reconoci-
miento de su propia insuficiencia y pecaminosidad en la presencia de Jesús. Cuando

49
Pedro vio la pesca milagrosa, su primera reacción fue postrarse a los pies de Jesús
y exclamar: “Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador” (Lucas 5:8). En
este gesto, Pedro comprendió que la presencia de Jesús revelaba la imperfección y
pecado en su vida. Sin embargo, en lugar de alejar a Jesús, lo invitó a entrar aún más
profundamente en su vida.

Este episodio nos recuerda que, en la misión, no somos superhéroes espirituales


ni personas perfectas. Al igual que Pedro, cada uno de nosotros reconoce su indig-
nidad y necesidad de redención y perdón. Jesús, en su gracia y amor, no rechaza a
los pecadores, sino que los llama a seguirlo y a compartir su mensaje de gracia y
redención.

Aplicación

Mantengamos la humildad mientras compartimos el evangelio y seamos auténticos


al hablar de nuestra propia necesidad de redención. Mostrar nuestra propia vulne-
rabilidad y necesidad de Cristo es poderoso y genuino. Cuando compartimos nues-
tras propias experiencias de perdón y transformación, demostramos a otros que el
camino hacia Jesús es accesible para todos, sin importar su pasado o su condición.

Nuestra humildad en la misión es esencial porque reconoce que nuestra misión no


se basa en nuestras propias cualidades, sino en la obra de Cristo en nosotros. La
transformación que experimentamos nos capacita para llevar el mensaje de trans-
formación a otros. La historia de Pedro, el pescador de Galilea, se convirtió en la
historia del apóstol Pedro, un líder apasionado y valiente de la Iglesia primitiva, todo
gracias a la gracia y el perdón de Jesús.

En la parábola del Fariseo y el Publicano en Lucas 18:9-14, mientras el fariseo se


enaltece a sí mismo, el publicano se humilla y reconoce su pecado. Jesús enfati-
za que el publicano, que reconoció su necesidad de redención, fue justificado ante
Dios. Esa debe ser siempre la actitud correcta delante de Dios, reconocer que no
somos nada y que Jesús es todo.

Conclusión

Hemos visto cómo este pasaje nos revela lecciones cruciales para nuestra misión,
desde la pesca improductiva que nos recuerda nuestra dependencia de la dirección
de Jesús hasta la pesca milagrosa que demuestra el poder transformador de Dios en
las vidas que tocamos. Hemos aprendido que no debemos depender únicamente de
nuestras estrategias o habilidades, sino buscar la guía constante de Jesús a través de
la oración y la obediencia.

50
Recordemos la importancia de la paciencia y la persistencia, confiando en que Dios
puede realizar milagros en las vidas de aquellos a quienes servimos. Y, finalmente,
hemos reflexionado sobre la humildad y la autenticidad en nuestra misión, recono-
ciendo nuestra propia necesidad de redención mientras compartimos el mensaje
de gracia y redención con otros. El llamado a pescar, de manera personal, es una
parte esencial de nuestra identidad como discípulos y seguidores de Cristo. Estamos
llamados a ser testigos y a compartir el mensaje de salvación con otros. Somos solo
los portadores de un mensaje de gracia y salvación.

Llamado

Hoy, el Señor Jesús te llama a comprometerte al 100 % con la misión de discipular


a aquellos que no lo conocen. Te invito a abrazar la misión de manera práctica en
tu vida, entendiendo que nuestra misión se basa en la obra de Jesucristo y la guía
constante del Espíritu Santo. ¿Estás dispuesto a pescar? ¿Estás listo para seguir a
Jesús incondicionalmente y cumplir la Gran Comisión?

No olvides que en tu Iglesia local puedes formar parte de la Escuela Sabática Mi-
sionera y del Proyecto 100, esta escuela práctica, donde se preparan misioneros/
instructores bíblicos, entrenándolos y equipándolos semanalmente para cumplir la
misión de ir y dar estudios bíblicos a nuestros amigos, familiares, compañeros de
trabajo, esta es una escuela donde aprendemos a hacer nuevos discípulos a través
de los estudios bíblicos.

¿Ya te inscribiste en el Proyecto 100 para entrenarte y ser un pescador de hombres?


Si aún no lo hiciste, al finalizar el mensaje de hoy, inscríbete con tu pastor distrital,
con tu anciano o director del Ministerio Personal de la iglesia e inscríbete en Proyec-
to 100 y participa activamente de la Escuela Sabática Misionera, cada semana, esta
es la mejor decisión que vas a tomar hoy.

Que el Espíritu Santo guíe tus pasos mientras respondes a este llamado y te convier-
tes en un verdadero pescador de hombres en el nombre de Jesús. ¿Quieres venir
aquí adelante comprometiéndote con Jesús para ser un pescador de almas en su
nombre? Hay gozo en el cielo por esta linda decisión y por compromiso de cada uno
de ustedes a este llamado, Gloria a Dios, oremos.

Pr. Enrique Cárdenas


Evangelista - Misión Sur Oriental del Perú

51
OCTUBRE

UN LLAMADO
PARA PREDICAR
A LOS TUYOS
“Pero Jesús no se lo permitió, sino que le
dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales
cuán grandes cosas el Señor ha hecho con-
tigo y, cómo ha tenido misericordia de ti”.
(San Marcos 5:19)
Introducción
Ningún encuentro que la biblia menciona
acerca de Jesús es por casualidad, todo tie-
ne un propósito, el Señor Jesús tenía bien
claro cuál era su misión, y muchas veces él
utilizaba a los instrumentos humanos que
menos nos imaginamos, pero es importante
mencionar que antes de ser sus testigos, él
opera en nosotros el milagro de transforma-
ción y conversión.
En el relato bíblico vemos cómo Jesús fue al
otro lado del mar, a la región de los gada-
renos y dice que tuvo un encuentro con un
hombre que estaba: «poseído de un espíritu
inmundo». Su estado era lamentable, con
accesos de locura tan violentos, cuales no
se vieron en ningún otro de los posesos que
fueron curados por el Señor.14 Para muchos
era imposible que este hombre que tenía su
morada en los sepulcros pudiese llegar a ser
un instrumento de salvación.
14. Matthew Henry y Francisco Lacueva, Comentario bı́blico
de Matthew Henry (08224 TERRASSA (Barcelona): Edito-
rial CLIE, 1999), 1221.

52
Recuerda algo importante, ningún verdadero discípulo puede predicar la Palabra de
Dios si está viviendo en pecado, necesitamos buscar la liberación de Dios. En segun-
do lugar, la predicación empieza por casa, por los tuyos, hay muchos familiares que
necesitamos rescatar para Jesús; y en tercer lugar, debemos ser fieles al mandato
de Jesús.

Propósito del mensaje

La misión de Dios es una batalla entre el bien y el mal; como instrumentos de Él,
debemos estar preparados en todo momento para poder enfrentar los obstáculos
del enemigo, necesitamos vivir una vida sin pecado, para que esto ocurra, debemos
correr a los pies de Jesús y suplicar que nos limpie y nos habilite para ser verdade-
ros testigos de su amor. Recuerda que la misión inicia en casa y luego por todo el
mundo.

No hay misión sin santidad

El relato bíblico indica que el hombre que se acercó a Jesús estaba endemoniado,
su vida era atormentada no solo por un demonio, sino por toda una legión de de-
monios, la intención de Satanás solo era acabar con la vida de él, por tal motivo el
relato bíblico dice que tenía su morada en los sepulcros. Nota algo interesante: “De
acuerdo con la ley levítica, un cadáver era inmundo, y de esa impureza participaba
el lugar de la sepultura. Es obvio que estas consideraciones no eran tenidas en
cuenta por los endemoniados”.15 Pero este hombre no tenía el control de su vida,
vivía en el cementerio, por eso fíjate lo que menciona este comentarista acerca de
los sepulcros: “Estos sepulcros estaban apartados de las ciudades, en lugares de-
siertos. Quizá el demonio lo llevaba allá. Tocar un sepulcro comportaba contami-
nación. Los espíritus inmundos llevan a las personas a lugares y compañías que
contaminan, y de este modo los mantienen bajo su poder.16

La vida de ese hombre aparentemente estaba acabada, bajo el poder de Satanás,


no había ningún rayo de luz de que algún día pudiese ser liberado; sin embargo, la
esperanza llegó cuando Jesús bajó de la barca, humanamente era imposible domi-
narlo, pero para Jesús no existe nada imposible, hasta los demonios tiemblan y lo
obedecen.

15. Francis D. Nichol y Humberto M. Rasi, eds., Mateo a Juan, trans. Victor E. Ampuero Matta y Nancy W. de Vyhmeis-
ter, vol. 5, Comentario bíblico Adventista del Séptimo Día (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana,
1995), 591.
16. Matthew Henry y Francisco Lacueva, Comentario bı́blico de Matthew Henry (08224 TERRASSA (Barcelona): Editorial
CLIE, 1999), 1221.

53
Jesús quería hacer de ese hombre un instrumento de salvación para su hogar y para
los demás. Quizá hoy estoy predicando para alguien que está en pecado, llevas una
vida separada de Dios, una vida doble, y por esa razón tu vida misionera está apa-
gada, no hay compromiso con Dios. Déjame decirte que no hay misión sin santidad,
necesitas pedirle perdón a Dios y apartarte del pecado, recuerda que el pecado solo
te conduce a la destrucción y peor aún te quita la oportunidad de alcanzar a tu
familia y amigos para el reino de los cielos. Hoy es el momento de correr a Jesús y
empezar una nueva vida.
Aplicación
Sin santidad no hay misión, para que esto suceda necesitamos correr cada mañana a
los pies de Jesús, estudiar la biblia, orar; es decir, tener una relación íntima con Dios.
El enemigo va a querer atacarnos, pero rodeados de la justicia de Cristo podremos
salir victoriosos. Hay una misión que cumplir y necesitamos estar aptos como bue-
nos soldados de Jesucristo.

El primer campo misionero: El hogar


Una vez que este hombre fue liberado por el poder de Jesús, dice el texto bíblico:
“Al entrar él en la barca, el que había estado endemoniado le rogaba que le dejase
estar con él”.17 Este hombre quería permanecer con Jesús, y eso es lo que produce
tener un encuentro personal con Dios cada mañana, el relato bíblico dice que Jesús
no le permitió, sino que le dio una misión. ¡Alabado sea Dios! El Señor al igual que
a este hombre, nos ha encomendando una misión especial, nota lo que dice dice
el texto bíblico: “… Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el
Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti”.18
El Señor le da una misión clara, “vete a tu casa”, “a los tuyos”, a menudo el cam-
po que muchas veces está descuidado es nuestro hogar. Puede ser que hoy esté
hablando a alguien que ha descuidado rescatar a algún miembro de la familia, re-
cuerda algo clave: “La misión inicia por los tuyos”, porque no hay misión sin familia,
imagínate por un momento en el cielo, abrazando a todos tus amigos y compañeros
de trabajo que ganaste para Cristo y por un momento das la vuelta y no hay ninguno
o falta algún miembro de tu familia.
Jesús le dijo a este hombre anda a los tuyos y cuéntales cuán grandes cosas el Señor
ha hecho contigo. Dios ha hecho grandes cosas en nuestras vidas, nos acaba de
salvar de una pandemia, nos regaló una preciosa familia, nos sacó del mundo de
perdición a formar parte de su pueblo.

17. Reina Valera Revisada (1960) (Miami: Sociedades Bíblicas Unidas, 1998), Mr 5:18.
18. Reina Valera Revisada (1960) (Miami: Sociedades Bíblicas Unidas, 1998), Mr 5:19.

54
Aplicación

La vida está llena de buenas intenciones; sin embargo, debemos aprender a obede-
cer a la voz de Dios. El Señor tiene una misión específica para nosotros, él nos pide
hoy que consagremos nuestras vidas a él y que seamos fieles a su misión.

Nuestro primer campo misionero está marcado, empieza hoy ganando a tu familia,
tus parientes, amigos y de esa manera lograrás ganar al mundo entero. Solo confía
en el poder del Espíritu Santo y empieza a contar las grandes cosas que Dios ha
hecho por ti.

Fieles a la misión

Finalmente, el relato bíblico dice que este hombre que fue liberado por Dios y que
recibió una misión especial de parte de Jesús, con una gran alegría empezó a hablar
de Jesús, sin el temor que nadie lo señalase por algún pecado o por una vida doble,
al contrario, dice el texto bíblico: “Y se fue, y comenzó a publicar en Decápolis cuán
grandes cosas había hecho Jesús con él; y todos se maravillaban”.19 La gente se ma-
ravillaba de las palabras de este hombre. La palabra de Dios tiene poder, podemos
lograr que la gente se maraville de las buenas nuevas de salvación, es por ello que
nunca debemos olvidar que el mesaje principal de la misión es Jesús. Y para hablar
de él, necesitamos tener una experiencia íntima cada día.

La gente necesita conocer el amor de Jesús, hay muchos allá afuera que están siendo
terriblemente atacados por el enemigo, muchas familias divididas, hijos sumergidos
en las drogas, pornografía, hijos desobedientes a los padres. No hay tiempo que per-
der, necesitamos consagrar nuestra vida a Jesús y ser sus mensajeros de salvación.

¿Tienes familiares que aún no conocen a Jesús? ¿Amigos? ¡Qué esperas!, hoy es el
gran día de contar las grandes cosas que Dios ha hecho por nosotros.

Aplicación

¿Estaremos siendo fieles a la misión de Dios? No hay excusas para dejar de hablar
de Jesús a nuestras familias, si queremos prepararnos para ir con él por la eternidad
necesitamos ser fieles a Dios, colocándolo en primer lugar en nuestras vidas, siendo
leales a su palabra, y amando a su iglesia, de esa manera podremos cumplir con
fidelidad su misión.

19. Reina Valera Revisada (1960) (Miami: Sociedades Bíblicas Unidas, 1998), Mr 5:20.

55
Conclusión

La sierva de Dios dice: “A cada uno se le ha asignado una obra, y nadie puede re-
emplazarlo. Cada uno tiene una misión de maravillosa importancia, que no puede
descuidar o ignorar, pues su cumplimiento implica el bienestar de algún alma, y su
descuido el infortunio de alguien por quien Cristo murió”.20

Jesús es nuestro mayor ejemplo, él tenía bien claro cuál era su misión en esta tierra,
no permitió que nada ni nadie lo desviara de esa misión. La sierva de Dios nos re-
cuerda que a cada uno de nosotros se nos ha designado una obra, una misión que
nadie puede reemplazarlo.

Hoy es el día de rendirnos a los pies de Jesús y pedirle que nos limpie de todo pe-
cado y nos haga aptos para ser canales de bendición para los demás, iniciando por
nuestra familia. No podemos descuidarnos de esta misión, porque al hacerlo esta-
ríamos perdiendo a alguien por quien Cristo murió.

Llamado

Hoy es el día de salvación, hoy es el día de un nuevo comienzo, ¿hay cadenas que te
están atando al pecado? Corre hoy a los brazos de Jesús y pídele que te perdone y
él lo hará. Sé la primera persona que hoy acepta ser el instrumento de Dios para la
salvación de su familia, parientes y amigos. Colócate de pie, quiero hacer una ora-
ción por ti. Dios te bendiga.

Pr. Arland Ruben Rivera Briceño


Evangelista - Misión Peruana Central Sur

20. Elena G. de White, Servicio cristiano, ed. Aldo D. Orrego, Cuarta edición. (Buenos Aires: Asociación Casa Editora
Sudamericana, 2007), 11.

56
NOVIEMBRE

UN LLAMADO
PARA SALVAR A
NUESTROS
AMIGOS
“Y como no podían acercarse a él a causa
de la multitud, descubrieron el techo de
donde estaba, y haciendo una abertura,
bajaron el lecho en que yacía el paralítico”.
(Marcos 2:4)

Introducción

¿Cuántos de los presentes aquí llegaron


a la iglesia por la influencia de un amigo?
Veo varias manos levantadas. Quiero
compartir algunas frases de lo que significa
una verdadera amistad:

“La amistad es como una estrella, brilla


cuando todo está oscuro”. Anónimo

“Los amigos muestran su amor en tiempos


de problemas, no de felicidad”. Eurípides

“No quiero miles de amigos en Facebook,


cientos de seguidores en Tik Tok o Insta-
gram; solo quiero un amigo que esté pre-
sente cuando más lo necesito”. Anónimo

Las verdaderas amistades, sin duda, son


aquellas que te ayudan en tus momentos

57
más difíciles. En esta mañana veremos que un hombre que estaba postrado en una
cama por muchos años fue llevado a Jesús por sus amigos para ser sanado.

Propósito del mensaje

Mostrar que la verdadera amistad es aquella que te lleva cerca de Jesús y aunque se
presenten obstáculos están allí hasta encontrar una solución.

I. Lleva a tus amigos a Jesús (Marcos 2:1-3)

Dice la Biblia que Jesús acababa de llegar a Capernaúm y tan pronto como llegó, la
gente se agolpó en aquella casa. Era impresionante que al lugar donde Jesús iba, no
quedaba espacio alguno, porque la gente quería escuchar a Jesús. Él no necesita-
ba publicaciones, volantes, afiches, o cualquier otro medio que anuncie su llegada,
donde Jesús iba allí la gente llegaba. Ahora Jesús no se reunía para simplemente
saludar a las personas, sanar las enfermedades, escuchar sus problemas, darles de
comer; Jesús aprovechaba toda oportunidad para predicar la Palabra, porque era la
Palabra que cambiaba las vidas de las personas. Era por el poder de la Palabra que
podrían encontrar un poco de esperanza para sus vidas.

Mientras Jesús predicaba la Palabra, cuatro amigos trajeron a un paralítico al lugar


donde él estaba. Pero se dieron con la sorpresa de que no había forma de entrar
porque había una aglomeración de gente. Entonces, ellos no se quedaron sentados
diciendo: “Ya hicimos todo lo que pudimos, no se puede”. Ellos amaban a su amigo,
lo habían visto seguramente muchos años padecer de esa enfermedad. Allí estaba
aquel hombre, sin esperanza, sin poder hacer nada, humanamente ya no había solu-
ción para su problema. Este paralítico, no podía moverse por sí mismo. Prácticamen-
te, estaba muerto en vida. Seguramente también tenía familia que sufría al verlo
postrado en una cama. Fue entonces cuando sus amigos tomaron la decisión de
llevarlo a Jesús. Ellos habían escuchado de aquel Jesús que hace milagros, que sana
a las personas, que resucita muertos, que sana a cojos, mancos, ciegos, paralíticos,
etc. Es por eso que se dirigieron al lugar correcto.

Aplicación
Hay dos escenarios en la vida: uno de personas sanas y otro de personas enfermas.
Unas que pueden andar, caminar, correr, reír, etc. Otras que están postradas en una
cama de un hospital, tristes, agobiadas por tantos problemas, etc. Muchas de estas
personas hasta perdieron la esperanza de vivir. Sufren de una parálisis espiritual, el
pecado las agobia, las destruye y no les permite moverse para donde está Jesús. Es
allí donde los amigos se vuelven relevantes, porque viendo la necesidad de las per-
sonas deciden ayudarlas a salir de su situación.

58
Los mejores amigos no son aquellos que te llevan a una fiesta, una cantina, un bar
o una discoteca; los mejores amigos son aquellos que te conducen a Jesús. Te pre-
gunto en esta mañana, ¿conoces amigos, parientes, o vecinos que estén paralizados
por el pecado, a quienes tú puedas llevarlos a Cristo? ¿Dejarás que estas personas
sufran en silencio sus dificultades espirituales? ¿Por qué no tomar la decisión de
llevarlos al mejor lugar; es decir, a los pies de Jesús?

II. Nunca te rindas ante las dificultades (Marcos 2:4)

Cuando los amigos llegaron a la casa donde estaba Jesús, se dieron con la sorpresa
que no podían entrar por más que quisieran. Pero eso no les detuvo, porque tenían
claro su objetivo: llevar a su amigo cerca de Jesús. Entonces, en ese momento, tra-
jeron una escalera, subieron y comenzaron a sacar una parte del techo para entrar a
la casa. ¡Esto fue extraordinario! Nadie esperaba que aquello aconteciera, y es que,
ante el dolor y el sufrimiento de las personas, no podemos quedarnos tranquilos,
mirándolas de cerca o de lejos como mueren lentamente en su pecado.

Aplicación

Mientras llevamos a nuestros amigos a Jesús también vamos a encontrar obstácu-


los. Quién sabe, hay personas que dicen: esa persona no va a cambiar, es un caso
perdido. Quién sabe, quizá tú mismo has pensado que llevar a tu amigo, familiar o
vecino es difícil. Pero si tú amas de verdad y los ves sufrir y sin esperanzas, te animo
a que perseveres hasta el final, hasta que las personas lleguen a Jesús. Estoy seguro
de que, después de ello, el gozo será grande.

III. El mayor gozo es que nuestros amigos sean sanados (Marcos 2:5)
El texto dice: “Al ver Jesús la fe de ellos…”. Jesús resalta la fe de los amigos. Sabes
que tu fe puede salvar a otras personas. Desde que comienzas a orar y trabajar por
ellos, Dios puede restaurar a tus amigos. Muchas personas estarán en el reino de los
cielos porque un día un amigo, un esposo o esposa, un vecino oró por ella.
Jesús se dirige tiernamente al paralítico y le dice: “Hijo tus pecados te son perdo-
nados”. ¡Qué maravilloso! Jesús cura la mayor enfermedad que ha paralizado a la
humanidad: el pecado. Jesús no quiere a penas una sanación física o emocional,
Jesús va a la raíz, a la causa principal de nuestras desgracias, sin duda, el pecado. Por
causa del pecado es que entró la enfermedad, el dolor y el sufrimiento. Cuando tú
lleves una persona a Cristo, llévala no para que recobre su salud, su familia o su eco-
nomía (aunque seguro las recobrará), llévala para que sus pecados sean perdonados
y cuando eso suceda, todo lo demás vendrá por añadidura. Su salud, su familia, su
economía y su bienestar emocional serán restauradas.

59
Me imagino a los amigos del paralítico verlo restaurado, feliz y sonriente, segura-
mente él corrió, los abrazó y les dijo: “Gracias por traerme a Jesús”. El mayor gozo
que podemos experimentar es ver a las personas siendo sanadas del pecado. Cuan-
do un pecador entrega su vida a Cristo, es un gozo indescriptible.

Aplicación

¿Alguna vez llevaste alguna persona a Jesús? ¿Ya viste a personas siendo restauradas
por el poder de Cristo? Yo ya vi a muchas personas siendo sanadas por Jesús, vi ho-
gares divididos siendo restaurados por Jesús. Ya vi personas siendo sanadas de una
enfermedad física y emocional. Lo más importante, vi personas siendo sanadas para
el cielo. Si eres alguien que llevó personas a Jesús para ser restauradas, te animo a
continuar esta linda tarea. Si eres alguien que nunca experimentó el gozo de llevar
una persona a los pies de Cristo, te animo en el nombre del Señor a hacerlo. Estoy
seguro de que tienes más de un familiar, amigo o vecino que está necesitando de
Jesús.

Conclusión

En esta mañana, a la luz de la Palabra de Dios, juntos hemos podido recordar una
historia impresionante. Un milagro maravilloso que aconteció solo porque unos
amigos decidieron hacer algo extraordinario por su amigo.

Hay sufrimiento, dolor y angustia, y nosotros para eso fuimos llamados, para condu-
cir a las personas a Jesús. En esta tarea, es posible que encontremos obstáculos para
llegar cerca de Jesús. Pero no nos desanimemos, al contrario, luchemos para que las
personas sean sanadas por Cristo.

Al final de todo, el mayor y más grande gozo será ver a muchas personas siendo sa-
nadas y perdonadas por Cristo para ser ciudadanas del reino de los cielos.

Llamado

Hace un tiempo atrás llegué para cierto lugar a colportar, y caminando por las ca-
lles, tocando algunas puertas, me encontré con una señora que tenía un problema
muy grande: su hija era alcohólica. Ella había hecho de todo con el fin de sanarla,
la llevó a muchos centros de rehabilitación, pero cada vez era peor. Yo le dije que
Jesús podía restaurarla y sanarla. No la vi tan convencida, pero me dijo: “Hable usted
con ella, ojalá pueda hacer algo”. Me llevó a su casa, y cuando entre a la sala, la hija
no quería hablar con nadie, me hizo esperar y de tanto esperar al final se animó a
hablar conmigo. Lo único que le dije fue: “Jesús te ama y está dispuesto a sanar tu
corazón”. Comenzó a llorar y dijo: “Yo quiero salir de esto, pero no puedo”. Entonces

60
comenzamos a estudiar la Biblia con ella dos veces por semana. Después de tres
meses, decidió bautizarse y salir completamente de su adicción. Un milagro ocurrió
en la vida de esta mujer.

Te invito, en esta mañana a que puedas llevar a tus amigos para que Cristo los pueda
sanar. Tú puedes ser un instrumento en sus manos. ¿Habrá alguien en esta mañana
que decida trabajar por sus amigos, con el fin de llevarlos a Cristo? ¡Qué Dios te
bendiga!

Pr. Fernando Rojas Miranda


Evangelista - Asociación Peruana del Sur

61
DICIEMBRE

UN LLAMADO
PARA SER
GUIADO POR EL
ESPÍRITU SANTO
“Un ángel del Señor habló a Felipe, dicien-
do: Levántate y ve hacia el sur, por el ca-
mino que desciende de Jerusalén a Gaza, el
cual es desierto”. (Hechos 8:26)

El cumplimiento de la misión que Cristo nos


encomendó sería imposible si todo depen-
diera del ser humano. ¿Te imaginas si esto
sucede? En la obra del evangelismo es ne-
cesaria la ayuda divina, de otro modo habrá
frustraciones y desánimo.

Como predicador me he encontrado mu-


chas veces en situaciones curiosas en cam-
pañas de evangelismo. En alguna ocasión
pregunté: “¿Cuántos candidatos en lista
tienen para ser bautizados?”. Y con una
respuesta simpática, respondieron: “Pas-
tor, eso depende del evangelista, depende
de usted. Las personas vendrán y le pedi-
mos que usted predique con poder, y las
haga llorar de emoción”. Claramente mis
hermanos creían que el cumplimiento de
la misión depende más de un ser humano
que del poder divino. En mi corto tiempo
como predicador, evangelista y pastor he

62
sido testigo de grandes campañas que tenían una buena logística, un programa apo-
teósico y un evangelista de talla internacional pero no tuvo el impacto esperado.
Aunque también he sido testigo de campañas modestas, con poca inversión y un
predicador local que tuvo más resultados.

Propósito del mensaje

Entender que, si deseamos cumplir la misión, debemos aprender a depender más y


más del Espíritu Santo, y que la obra del evangelismo es una obra que depende del
Espíritu Santo. No es obra humana simple, no tiene que ver con marketing o buena
oratoria, tiene que ver con dependencia del Espíritu Santo. ¿Cómo ser guiado por
el Espíritu Santo?
I. Sirviendo a Dios de la mejor manera

Según la Palabra de Dios, él era un diácono de la primera iglesia cristiana (Hechos


6). Era “de buen testimonio, lleno del Espíritu Santo y de sabiduría” (Hechos 6:3).
¡Impresionantes adjetivos para describir a un diácono! Felipe nos enseña que el
ministerio, la vida del hijo de Dios debe ser llena del Espíritu Santo. Sin embargo,
Felipe no solo se contentaba con servir en la iglesia, sino que cumplía un minis-
terio evangelístico. Su labor más grande es notada en el capítulo 8 de Hechos, en
donde se destaca su labor como evangelista.

El texto dice: “5Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predi-


caba a Cristo. 6 Y la gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía
Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía. 7Porque de muchos que tenían
espíritus inmundos, salían estos dando grandes voces; y muchos paralíticos y
cojos eran sanados; 8 así que había gran gozo en aquella ciudad” (Hechos 8:5-8).

Aplicación

Después de la muerte de Esteban, la iglesia fue perseguida y dispersada por mu-


chos lugares: “Se desató una gran persecución en contra de la iglesia en Jerusa-
lén, y todos fueron esparcidos por las regiones de Judea y Samaria, excepto los
apóstoles” (Hechos 8:1). Entre los esparcidos se encontraba Felipe, quien fue a
Samaria. Allí el Señor hizo algo especial por medio de su predicación: multitudes
que prestaban atención eran sanadas y muchos eran liberados de espíritus in-
mundos. Había regocijo en la ciudad. Lo que ocurrió incluso llegó a oídos de los
apóstoles, quienes enviaron a Pedro y a Juan para validar los hechos y orar por
los nuevos hermanos.

63
II. Siendo obedientes al llamado de Dios

“Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: levántate y ve hacia el sur, por el ca-
mino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto” (v. 26). La Biblia dice
que Felipe no preguntó nada, sino que fue. Al igual que el misionero Abraham.
Su obediencia activó el plan de Dios. Felipe no sabía de quién se trataba y ni qué
debía hacer. El verso 27 destaca: “Entonces él se levantó y fue. Y sucedió que un
etíope, eunuco, funcionario de Candace reina de los etíopes, el cual estaba sobre
todos sus tesoros, y había venido a Jerusalén para adorar”. Se levantó y se fue.

Felipe entendió que su llamado a ser diácono no solo era sinónimo de servir en
el templo o en la iglesia en la visitación y cuidados de los enfermos y débiles,
sino que hacía obra de evangelista. Por ello, cuando Dios le dijo que se levante
y vaya al desierto, no dudó ni argumentó las razones del porqué no era un buen
plan. ¿A quién podría predicar el evangelio o servir en el desierto? Imagino que
no todos obedecerían al llamado de Dios, quizá podrían presentar razones o sim-
plemente excusas para eludir su responsabilidad de ir al desierto.

Aplicación

La obediencia a Dios no es un tema opcional ni electivo. Dios requiere obedien-


cia de sus hijos, y más aún con sus mandatos. Cuando el ser humano es obedien-
te a la voluntad divina, a la Palabra de Dios, será sensible al Espíritu Santo. Una
vida obediente será guiada por el Espíritu Santo.

Todo llamado de Dios implica una misión. Dios no nos ha llamado para sentarnos
en las bancas de la iglesia, o quedarnos pasivos e inactivos en las filas del ejército
de Cristo. Dios nos llamó a cumplir una misión clara: HACER DISCÍPULOS.

III. Siendo obedientes a la voz del Espíritu Santo

“Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro” (v. 29). Dios conocía
al etíope, sabía de su necesidad espiritual y de la sed que tenía por conocer las
verdades de las Escrituras. Es por ello que le dijo a Felipe: “Acércate”.

El evangelismo requiere de “contacto”. No podemos hacer discípulos solo a tra-


vés del Zoom o del WhatsApp, necesitamos atenderlos personalmente. Felipe
fue sensible a la voz el Espíritu Santo. ¿Cómo se logra eso? En comunión diaria

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con Dios a través del estudio de la Biblia y la oración. Y, ¿por qué es importante
estar atento a la voz del Espíritu Santo? Porque es Él quien pone palabras exac-
tas: “Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: Pero, ¿entiendes
lo que lees?” (v. 29). A veces no sabemos qué diremos, pero el Espíritu Santo
guiará y te hará recordar lo que debes hablar (Juan 14:26). ¡Amén!

Aplicación

La obediencia de Felipe no solo fue al llamado, sino que se evidencia en la


sensibilidad a la voz del Espíritu Santo. ¿Cuántas veces hemos escuchado a
personas decir: no tengo a quién predicarle o quién podría querer escuchar el
evangelio? Fue Dios quien dirigió a Felipe al desierto para que le lleve el men-
saje el etíope, y es que Dios conocía que este funcionario estaba sediento de
la Palabra de Dios.

Cuando nos ponemos en las manos de Dios, Él nos llevará a las personas co-
rrectas y nos dará las palabras correctas. No podemos imaginar qué cosas lin-
das y maravillosas podremos hacer si no nos dejamos guiar por el Espíritu San-
to. Solo seremos instrumentos eficaces en la obra si nos dejamos guiar por el
Espíritu Santo porque la obra del evangelismo es 100 % espiritual.

IV. Siendo apasionados por la misión

“Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua;
¿qué impide que yo sea bautizado?” (v. 36). Después de darle estudios bíbli-
cos, finalmente le hizo el llamado al bautismo. Sin titubeos y directo al grano
lo direccionó a tomar la decisión por el bautismo. ¡Felipe era un apasionado!
¡Un evangelista! No dudó porque el Espíritu Santo lo guiaba. No esperó una
campaña de evangelismo ni una semana de cosecha, nada. Hoy es el día de
bautismo, le dijo.

Aplicación

Felipe era un apasionado en el cumplimiento de la misión, le explicó las Escri-


turas de manera efectiva y llevó al eunuco a tomar una decisión: el bautismo.
Elena G. de White dice: “El ángel enviado a Felipe podría haber efectuado por
sí mismo la obra a favor del etíope; pero no es tal el modo que Dios tiene de
obrar. Su plan es que los hombres trabajen en beneficio de sus prójimos” (Elena

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G. de White, Los hechos de los apóstoles, p. 90). ¡Qué privilegio! Somos instru-
mentos de Dios.

V. Teniendo una familia fuerte

“Este tenía cuatro hijas doncellas que profetizaban” (Hechos 21:9). Existe una
debilidad latente en los siervos de Dios, y tiene que ver con la familia. No en
todos los casos, pero sí en algunos. La Biblia nos dice que Aarón, Elí, Samuel,
entre otros, tuvieron dificultades con el testimonio de sus hijos. Y es que mu-
chas veces por dedicarnos mucho al ministerio o a la obra evangelística pode-
mos descuidar a nuestros hijos y perderlos en la fe.

Sin embargo, es impresionante notar que las cuatro hijas de Felipe eran profe-
tizas; es decir, estaban en la fe y se dedicaban a la obra al igual que su padre, y
por lo que se nota, eran fieles. Esto indica que Felipe, aunque era un apasiona-
do por Cristo, tenía una familia sólida.

Aplicación

El primer campo misionero del evangelista debe ser nuestra familia. No pode-
mos ir a cumplir la misión en otras familias si nuestra familia está descuidada.
La familia debe ser el primer objetivo misionero. Está bien desgastarnos en la
misión, pero nuestra primera obra es en nuestra casa, con los nuestros.

Conclusión

Felipe era un diácono, pero lleno del Espíritu Santo. La vida de Felipe nos muestra
que cualquier cristiano común puede ser usado por el Señor de forma extraordina-
ria. Y es que en la actualidad no podríamos pensar en un diácono como un evange-
lista poderoso. Pues ahora un diácono es alguien que solo sirve en el templo, ayuda
en los ritos y cultos de la iglesia. Es triste reconocerlo, pero básicamente esa es la
imagen que se tiene de un diácono. Sin embargo, hemos visto que un diácono es
alguien apasionado por las almas.

No obstante, lo que hace la diferencia es que la vida de Felipe era una vida guiada
por el Espíritu desde Hechos 6 hasta Hechos 21, su vida era plena en todos los senti-
dos, era una vida entregada al poder del Espíritu Santo para cumplir la misión.

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Llamado

Los discípulos experimentaron en el Pentecostés, llenos del Espíritu Santo, tenían


el corazón inundado del deseo de proclamar el amor de Dios a todos con quienes
se encontraban. Cuando tenemos una experiencia con Jesús, también tenemos el
mismo deseo. Alabado sea Dios porque podemos tener acceso al Espíritu Santo para
que nos ayude en el cumplimiento de la misión.

Pr. Heyssen Cordero Maraví


Evangelista - Unión Peruana del Sur

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