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C. JUEZ DE DISTRITO EN TURNO.

PRESENTE

Los CC. Consuelo Tejeda Lezama, Martha Liliana Trujillo Torres, Martha Torres Zacarías,
Marcos Trujillo Torres, Octaviano Velasco Ramírez, Alberta Bustamante Domínguez y Naara
Isabel Velasco Bustamante, en nuestro carácter de quejosos, mexicanos, mayores de edad,
señalando como domicilio para oír y recibir notificaciones el ubicado en calle 23 de noviembre,
número 550, interior 34, colonia Ignacio Zaragoza, Veracruz, Ver., autorizando para los mismos
efectos en amplios términos de los artículos 12, 24 y 26 fracción IV de la Ley de Amparo a la C.
Lic. Viridiana Mora Palagot, quien cuenta con cedula profesional expedida por la dirección
general de profesiones número 9220935 misma que se agrega en copia simple la cual bajo
protesta de decir verdad es idéntica de su origina, acreditando nuestro interés jurídico en
términos de las fotocopias de nuestras respectivas credenciales para votar expedidas por el
Instituto Nacional Electoral las cuales bajo protesta de decir verdad son idénticas de sus
originales y nuestros comprobantes de domicilio que se anexan al presente, con el debido
respeto comparezco para exponer:

Que por nuestro propio derecho y por interés común o colectivo, como lo marca el artículo
13 de la Ley de amparo, designamos como representante común a la C. Consuelo Tejeda
Lezama y con fundamento en los artículos 103 y 107 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, en materia administrativa el amparo, contra actos u omisiones que provengan
de autoridades distintas de los tribunales judiciales, administrativos o del trabajo, y que causen
agravio no reparable mediante algún medio de defensa legal y expresamente dispone es que “no
existe obligación de agotar recursos o medios de defensa si el acto reclamado carece de
fundamentación o cuando solo se aleguen violaciones directas a esta constitución” por lo que es
inconcuso que el supuesto de procedencia de esta demanda de amparo se funda debidamente
en este dispositivo. Así mismo, en tiempo y forma por medio del presente escrito con
fundamento en lo previsto por los artículos, 14, 16, 103 y demás relativos y aplicables de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y de los artículos 1 fracción I, 2, 4, 8, 11,
14, 21, 36, 108, 114 y demás relativos y aplicables de la Ley de Amparo vigentes, vengo a
solicitar el AMPARO Y PROTECCIÓN DE LA JUSTICIA DE LA UNIÓN, en contra de los actos
reclamados a las autoridades que se detallan adelante, ahora bien me permito solicitar a esta H.
Autoridad tutor y garante de nuestros derechos humanos consagrados en nuestra Carta Magna
así como los Instrumentos Constitucionales y tratados internacionales de los que México forma
parte que al momento de avocarse al conocimiento, estudio y resolución de la presente
demanda de Amparo Indirecto se tomen en consideración los principios generales pro homine y
pro persona, así como de progresividad, universalidad, interdependencia e indivisibilidad de los
Derechos Humanos, en los términos que han sido reconocidos por el constituyente en los
párrafos segundo y tercero del artículo 1ª de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos y los cuales son de aplicación obligatoria, implicando que la interpretación jurídica que
haga el Juzgador siempre debe buscar el mayor beneficio para las personas, es decir, debe
acudirse a la norma más amplia o a la interpretación extensiva cuando se trata de Derechos
Humanos protegidos y Garantizados, como en este caso lo son las garantías de legalidad,
seguridad jurídica y audiencia de acuerdo a los artículos 1, 14, 16 y 17 constitucionales;
asimismo conforme a los principios contenidos en los artículos 8.1, 25.1 y 29 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos o Pacto de San José, convención celebrada en la Ciudad
de San José de Costa Rica el 22 de Noviembre de 1969.

ESTE AMPARO SE PROMUEVE, EN VIRTUD DE LOS ACTOS Y OMISIONES QUE SE


RECLAMAN VIOLAN LOS DERECHOS DE MIS REPRESENTADOS, PREVISTOS EN EL
ARTICULO 1º. DE LA LEY DE AMPARO EN VIGOR, PUES AFECTAN DE MANERA REAL Y
ACTUAL Y DE MANERA DIRECTA SU ESFERA JURIDICA, PUES ES TITULAR DE
DERECHOS SUBJETIVOS QUE AFECTAN DE MANERA PERSONAL Y DIRECTA SU
PATRIMONIO EN TERMINOS DEL ARTICULO 5 DE LA REFERIDA LEY DE AMPARO.

Para efectos de dar cumplimiento a lo establecido en los artículos 107 y 108 de la Ley de Amparo
vigente, señalo lo siguiente:

I.- NOMBRE Y DOMICILIO DE LA QUEJOSOS: solicitamos se tengan como quejosos a los


signantes del presente, señalando como domicilio para oír y recibir toda clase de notificaciones y
documentos el ubicado en calle 23 de noviembre, número 550, interior 34, colonia Ignacio
Zaragoza, Veracruz, Ver.

II. AUTORIDADES RESPONSABLES: En el presente caso lo son las siguientes:

H. Ayuntamiento Constitucional del Municipio de Veracruz, Veracruz de Ignacio de la Llave, con


domicilio ubicado en Calle Zaragoza, esquina Mario Molina, sin número, Colonia Centro,
Veracruz, Veracruz.

III.- ACTOS RECLAMADOS: En el presente caso de la Autoridad señalada como responsable se


reclama el siguiente acto:
La omisión por parte del H. Ayuntamiento Constitucional de Veracruz, en la
ejecución de obra pública, en la distribución de los recursos públicos
asignados para el uso goce y disfrute del derecho humano a la buena
administración pública a través de la implementación del servicio público
de drenaje y alcantarillado en la zona de habitación y/o de asentamiento
humano donde cohabitan los hoy quejosos, en virtud de que en nuestra
colonia son inexistentes, provocando con esto, el hacinamiento de
desechos orgánicos e inorgánicos, la contaminación del suelo, subsuelo y
mantos acuíferos y problemas sanitarios de los habitantes de la colonia,
por la acumulación de desechos tóxicos y contaminantes, pues en
consecuencia se generan problemas de salud por estos, como lo son
enfermedades infecciosas, además de la discriminación en perjuicio de los
quejosos y de los demás vecinos de la colonia LA POCHOTA, al no tener
acceso a los servicios públicos mínimos a los que se tiene derecho como
gobernados.

IV.- PRECEPTOS CONSTITUCIONALES QUE CONTIENEN LOS DERECHOS HUMANOS Y


LAS GARANTIAS INDIVIDUALES CUYA VIOLACION SE RECLAMA: De la Constitución
Política de los Estado Unidos Mexicanos: los artículos 1,4, 25, y demás relativos y aplicables.

Lo anterior es así ya que Nuestra Constitución en su artículo 4° prevé el derecho al medio


ambiente como un auténtico derecho humano; reconoce una específica y particular esfera de
protección en favor de la persona, caracterizada por la salvaguarda del entorno o medio
ambiente en el que se desenvuelve, la cual exige la tutela más amplia de conformidad con el
artículo 1° de la Constitución Federal, en este sentido el bien jurídico protegido por el derecho
humano al medio ambiente en términos de nuestro texto constitucional es precisamente el
“medio natural”, entendido como el entorno en el que se desenvuelve la persona, caracterizado
por el conjunto de ecosistemas y recursos naturales que permiten el desarrollo integral de su
individualidad. Lo anterior implica que en términos del artículo 4°, en relación con el diverso 1°
constitucional, el Estado mexicano está obligado a garantizar ambas dimensiones del derecho al
medio ambiente sano, o, lo que es lo mismo, a velar por una protección autónoma del
medioambiente que no esté sujeta a la vulneración de otros derechos. El objetivo de este ámbito
de tutela se centra en evitar el daño ecológico como consecuencia mediata o inmediata de la
intervención del hombre en la administración de los recursos naturales, ocasionando una
afectación a los intereses difusos y colectivos cuya reparación pertenece, como última ratio, a la
sociedad en general. Por otro lado, cabe advertir que el derecho humano al medio ambiente sano
también se traduce en un principio rector de política pública pues el artículo 4° constitucional
establece: “El Estado garantizará el respeto a este derecho”, en este sentido, e interpretado en
concordancia con el artículo 25 constitucional en relación con el desarrollo sustentable, resulta
que estamos ante un principio constitucional de política pública.

Bajo protesta de decir verdad, manifiesto que los hechos y abstenciones que constituyen los
ANTECEDENTES del acto reclamado y fundamentos de los Conceptos de Violación son los
siguientes:
ANTECEDENTES

PRIMERO. Los suscritos somos habitantes de la colonia “la pochota” perteneciente al


municipio de Veracruz, Veracruz.

SEGUNDO. Que toda vez que desde su fundación aproximadamente hace 30 (treinta)
años a la fecha, la colonia en la que residimos carece de los servicios públicos básicos como: de
drenaje, alcantarillado, construcción y mantenimiento de calles y su equipamiento, situación que
vulnera nuestro derecho:
a) Al mínimo vital.
b) Al desarrollo pleno de grupos habitacionales.
c) A conocer y opinar sobre el funcionamiento y calidad de los servicios
públicos.
Es importante mencionar que sólo dos calles de la Colonia aludida cuentan con
pavimentación y drenaje. Mario Vargas Saldaña y Arturo Llorente González. Sin embargo
nuestro domicilio no se encuentra en ellas.

TERCERO. DE LA DISCRIMINACIÓN SOCIAL. Es común para quienes viven en el


Puerto de Veracruz y lugares circunvecinos que, de manera comparativa para referirse a lugares
feos, peligrosos, se nombra a “La Pochota”, o bien, para referirse a modo despectivo a gente
pobre o de pocos estudios, se utilizan frases como: “Pochoteño” o “Pochotero”. Estos términos
resultan totalmente discriminatorios en condición social, sin embargo, se han acuñado en el argot
“jarocho” como resultado de la vulneración de nuestro derecho humano a la buena
administración pública y al goce del derecho al mínimo vital, toda vez que las diversas
administraciones Municipales que han gobernado han sido omisas en dotar a nuestra Colonia de
infraestructura urbana, dejándonos en estado de indefensión y abandono, siendo en su totalidad
afectados nuestros derechos humanos, discriminados del resto de la sociedad, pues nos han
forzado a vivir en condiciones infrahumanas por cuanto hace a las necesidades básicas humanas
y este proceder crea una desventaja social para un sector específico, el que resulta más
vulnerable.

Este no es un hecho aislado, pues no ocurre únicamente en la “Pochota”, sucede de


manera general en las diversas Colonias denominadas “Populares” que padecen igual
problemática que la nuestra ante la falta de servicios públicos básicos.

De manera general el Municipio en el ejercicio de sus funciones como administrador de


los recursos públicos debe establecer mecanismos que generen un desarrollo social justo y
equitativo en favor de todos los sectores de la comunidad, respetando por igual la dignidad y los
derechos humanos, pues en el ejercicio del derecho administrativo se deben anteponer los
derechos fundamentales de las personas por encima de procesos administrativos internos
arcaicos que resultan inoperantes pues de modo alguno considera o centra al individuo como
objetivo principal de la debida administración pública; dado que a falta de alguno o todos los
servicios públicos en ciertas zonas, crea afectaciones de seguridad, salud, desarrollo social,
entre otros que no solo influyen desfavorablemente en el lugar, sino repercuten directamente en
el resto de la sociedad.

Es muy importante se entienda que los ciudadanos que residimos en “La Pochota” somos
de escasos recursos económicos, sin embargo, la Ley mandata que tenemos los mismos
derechos sociales que el resto de la población y, por tal motivo es obligación del Gobierno
dotarnos de los servicios públicos básicos que nos permita desarrollar una vida digna, ya que nos
encontramos ante una violación al derecho humano a la buena administración pública y al goce
del derecho al mínimo vital.

CUARTO. DE LAS ATRIBUCIONES DEL MUNICIPIO. La problemática que padecemos


los ciudadanos que habitamos en la Colonia aludida se refleja in situ en la omisión del Municipio
de Veracruz en su obligación Constitucional, legal y convencional en el cumplimento del derecho
humano a una buena administración pública en colonias de antiguo asentamiento, olvidadas por
el Plan Municipal de Desarrollo, en virtud de que las obras contempladas por los Programas de
desarrollo de Obra Pública se han enfocado en invertir en proyectos turísticos y/o de
embellecimiento y/o remodelación de callejones y/o espacios públicos, pero no se ha realizado a
lo largo de administraciones anteriores y actuales, obras públicas que brinden drenaje y
saneamiento de aguas, pavimentación, alumbrado público adecuado, afectando de esta manera
a los habitantes otros derechos humanos indivisibles e interdependientes, como:
a) El derecho humano al mínimo vital, el cual tiene como límite de obligatoriedad en la
siguiente contradicción de tesis, de aplicación al caso concreto y de manera obligatoria para las
autoridades en el ámbito de su competencia.

Registro digital: 2022756


Instancia: Plenos de Circuito
Décima Época
Materias(s): Común, Administrativa
Tesis: PC.VI.A. J/17 A (10a.)
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación. Libro 83, Febrero de 2021, Tomo
III, página 2150
Tipo: Jurisprudencia

SERVICIO CONCESIONADO DE AGUA POTABLE, SANEAMIENTO, DRENAJE Y/O


ALCANTARILLADO PARA USO DOMÉSTICO. LA MEDIDA CAUTELAR CONCEDIDA
CONTRA SU SUSPENSIÓN PROCEDE SIN EXIGIRSE REQUISITO DE EFECTIVIDAD
ALGUNO, PARA EL EFECTO DE QUE SE OTORGUE EL MÍNIMO VITAL.

De conformidad con lo previsto en la Ley de Amparo, el parámetro de control de


regularidad constitucional conformado por los artículos 1o. y 4o. constitucionales; así
como por el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y la
Observación General Número Quince del Comité de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales de las Naciones Unidas que protegen el acceso al derecho humano al agua, al
concederse la medida cautelar contra la suspensión del servicio del agua potable,
saneamiento, drenaje y/o alcantarillado de uso doméstico, proporcionado por un particular
concesionario, no debe exigirse ningún requisito de efectividad porque el acto reclamado
está vinculado con los derechos humanos al agua y al saneamiento; de modo que, al
suspenderse los servicios públicos relacionados con éstos, se pone en riesgo la vida,
salud y otros derechos humanos que le son interdependientes. Además, cuando se
decrete la medida cautelar por la suspensión del servicio del agua potable, saneamiento,
drenaje y/o alcantarillado de USO DOMÉSTICO, proporcionado por un particular
concesionario, el efecto de tal medida no puede ser para que no se suspenda el servicio
público de agua potable sino para que se siga prestando aquél pero, de manera
restringida, esto es, que se otorgue el mínimo vital que, de conformidad con lo
determinado por la Organización Mundial de la Salud, corresponde a 50 L de agua
(cincuenta litros de agua) por persona al día en el supuesto de uso personal y doméstico.

PLENO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL SEXTO CIRCUITO.

Contradicción de tesis 6/2019. Entre las sustentadas por el Primer y Segundo Tribunales
Colegiados, ambos en Materia Administrativa del Sexto Circuito. 13 de octubre de 2020.
Unanimidad de tres votos de los Magistrados Clementina Flores Suárez, Sofía Virgen
Avendaño y Carlos Hugo Luna Baraibar. Ponente: Sofía Virgen Avendaño. Secretaria:
Krystell Díaz Barrientos.

Tesis y criterio contendientes:

El Segundo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Sexto Circuito, al resolver el


incidente de suspensión (revisión) 554/2015, el cual dio origen a la tesis aislada VI.2o.A.4
A (10a.), de título y subtítulo: "SERVICIOS DE AGUA POTABLE, SANEAMIENTO Y
DRENAJE. PROCEDE LA SUSPENSIÓN EN EL AMPARO CONTRA SU CORTE POR
FALTA DE PAGO DE LOS DERECHOS CORRESPONDIENTES (LEGISLACIÓN DEL
ESTADO DE PUEBLA).", publicada en el Semanario Judicial de la Federación del viernes
8 de julio de 2016 a las 10:15 horas y en la Gaceta del Semanario Judicial de la
Federación, Décima Época, Libro 32, Tomo III, julio de 2016, página 2230, con número de
registro digital: 2012100, y

El sustentado por el Primer Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Sexto


Circuito, al resolver el incidente de suspensión (revisión) 47/2019.

Nota: Esta tesis fue objeto de la denuncia relativa a la contradicción de criterios 53/2022,
resuelta por la Segunda Sala, de la que derivó la tesis jurisprudencial 2a./J. 53/2022 (11a.)
de título y subtítulo: “SERVICIO DE SUMINISTRO DE AGUA POTABLE PARA USO
DOMÉSTICO. LA SUSPENSIÓN PROVISIONAL O DEFINITIVA OTORGADA CONTRA
EL CORTE DE TAL SERVICIO, CUANDO SE PRETENDA LA RESTITUCIÓN NO
RESTRINGIDA DE ÉSTE, DEBE CONDICIONARSE A QUE EL QUEJOSO GARANTICE
SU PAGO.”.
Esta tesis se publicó el viernes 26 de febrero de 2021 a las 10:28 horas en el Semanario
Judicial de la Federación y, por ende, se considera de aplicación obligatoria a partir del
lunes 01 de marzo de 2021, para los efectos previstos en el punto séptimo del Acuerdo
General Plenario 16/2019.
Así como la siguiente que nos enmarca una manera de substanciar la presente demanda
de garantías:

Registro digital: 2002743


Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Décima Época
Materias(s): Constitucional, Común
Tesis: I.4o.A.12 K (10a.)
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Libro XVII, Febrero de 2013,
Tomo 2, página 1345
Tipo: Aislada

DERECHO AL MÍNIMO VITAL. CONCEPTO, ALCANCES E INTERPRETACIÓN POR EL


JUZGADOR.

En el orden constitucional mexicano, el derecho al "mínimo vital" o "mínimo existencial", el


cual ha sido concebido como un derecho fundamental que se apoya en los principios del
Estado social de derecho, dignidad humana, solidaridad y protección de ciertos bienes
constitucionales, cobra vigencia a partir de la interpretación sistemática de los derechos
fundamentales consagrados en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
particularmente en sus artículos 1o., 3o., 4o., 13, 25, 27, 31, fracción IV, y 123; aunado al
Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, y el Protocolo
Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en Materia de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales "Protocolo de San Salvador", suscritos por México y
constitutivos del bloque de constitucionalidad, y conformados por la satisfacción y
protección de diversas prerrogativas que, en su conjunto o unidad, forman la base o punto
de partida desde la cual el individuo cuenta con las condiciones mínimas para desarrollar
un plan de vida autónomo y de participación activa en la vida democrática del Estado
(educación, vivienda, salud, salario digno, seguridad social, medio ambiente, etcétera.),
por lo que se erige como un presupuesto del Estado democrático de derecho, pues si se
carece de este mínimo básico, las coordenadas centrales del orden constitucional carecen
de sentido. Al respecto, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la
Organización de las Naciones Unidas, en la Observación General No. 3 de 1990, ha
establecido: "la obligación mínima generalmente es determinada al observar las
necesidades del grupo más vulnerable que tiene derecho a la protección del derecho en
cuestión.". Así, la intersección entre la potestad estatal y el entramado de derechos y
libertades fundamentales, en su connotación de interdependientes e indivisibles, fija la
determinación de un mínimo de subsistencia digna y autónoma constitucionalmente
protegida, que es el universal para sujetos de la misma clase y con expectativas de
progresividad en lo concerniente a prestaciones. En este orden de ideas, este parámetro
constituye el derecho al mínimo vital, el cual coincide con las competencias, condiciones
básicas y prestaciones sociales necesarias para que la persona pueda llevar una vida libre
del temor y de las cargas de la miseria o de necesidades insatisfechas que limiten sus
libertades, de tal manera que este derecho abarca todas las medidas positivas o negativas
necesarias para evitar que la persona se vea inconstitucionalmente reducida en su valor
intrínseco como ser humano, por no contar con las condiciones materiales que le permitan
llevar una existencia digna. Aunado a lo anterior, el mínimo vital es un concepto jurídico
indeterminado que exige confrontar la realidad con los valores y fines de los derechos
sociales, siendo necesario realizar una evaluación de las circunstancias de cada caso
concreto, pues a partir de tales elementos, es que su contenido se ve definido, al ser
contextualizado con los hechos del caso; por consiguiente, al igual que todos los
conceptos jurídicos indeterminados, requiere ser interpretado por el juzgador, tomando en
consideración los elementos necesarios para su aplicación adecuada a casos particulares,
por lo que debe estimarse que el concepto no se reduce a una perspectiva cuantitativa,
sino que por el contrario, es cualitativa, toda vez que su contenido va en función de las
condiciones particulares de cada persona, de esta manera cada gobernado tiene un
mínimo vital diferente; esto es, el análisis de este derecho implica determinar, de manera
casuística, en qué medida se vulnera por carecer de recursos materiales bajo las
condiciones propias del caso.

CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL PRIMER


CIRCUITO.

Amparo directo 667/2012. Mónica Toscano Soriano. 31 de octubre de 2012. Unanimidad


de votos. Ponente: Jean Claude Tron Petit. Secretaria: Mayra Susana Martínez López.

b) El derecho a una vivienda digna, el cual tiene como límite de obligatoriedad la siguiente
tesis, de aplicación al caso concreto y en la cual encontraremos una directriz de como estudiar el
presente caso que nos ocupa:

Registro digital: 2009348


Instancia: Primera Sala
Décima Época
Materias(s): Constitucional
Tesis: 1a. CCV/2015 (10a.)
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación. Libro 19, Junio de 2015, Tomo I,
página 583
Tipo: Aislada

DERECHO FUNDAMENTAL A UNA VIVIENDA DIGNA Y DECOROSA. SU CONTENIDO


NO SE AGOTA CON LA INFRAESTRUCTURA BÁSICA ADECUADA DE AQUÉLLA,
SINO QUE DEBE COMPRENDER EL ACCESO A LOS SERVICIOS PÚBLICOS
BÁSICOS.

Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la tesis aislada 1a.
CXLVIII/2014 (10a.), estableció el estándar mínimo de infraestructura básica que debe
tener una vivienda adecuada; sin embargo, ello no implica que el derecho fundamental a
una vivienda adecuada se agote con dicha infraestructura, pues en términos de la
Observación No. 4 (1991) (E/1992/23), emitida por el Comité de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales de la Organización de las Naciones Unidas, el derecho fundamental
referido debe comprender, además de una infraestructura básica adecuada, diversos
elementos, entre los cuales está el acceso a ciertos servicios indispensables para la salud,
la seguridad y otros servicios sociales, como son los de emergencia, hospitales, clínicas,
escuelas, así como la prohibición de establecerlos en lugares contaminados o de
proximidad inmediata a fuentes de contaminación. Asimismo, dentro de los Lineamientos
en Aspectos Prácticos respecto del Derecho Humano a la Vivienda Adecuada, elaborados
por el Comité de Asentamientos Humanos de las Naciones Unidas, se señaló que los
Estados debían asegurarse de que las viviendas tengan acceso a la prestación de
servicios como recolección de basura, transporte público, servicio de ambulancias o de
bomberos. Ahora bien, el derecho a una vivienda adecuada es inherente a la dignidad del
ser humano, y elemental para contar con el disfrute de otros derechos fundamentales,
pues es necesaria para mantener y fomentar la salud física y mental, el desarrollo
adecuado de la persona, la privacidad, así como la participación en actividades laborales,
educativas, sociales y culturales. Por ello, una infraestructura básica de nada sirve si no
tiene acceso a servicios básicos como son, enunciativa y no limitativamente, los de:
iluminación pública, sistemas adecuados de alcantarillado y evacuación de basura,
transporte público, emergencia, acceso a medios de comunicación, seguridad y vigilancia,
salud, escuelas y centros de trabajo a una distancia razonable. De ahí que si el Estado
condiciona el apoyo a la vivienda a que se resida en un lugar determinado, bajo la
consideración de que lo hace con la finalidad de satisfacer el derecho fundamental a la
vivienda digna y decorosa de los gobernados, la vivienda que otorgue debe cumplir no
sólo con una infraestructura básica adecuada, sino también con acceso a los servicios
públicos básicos, incluyendo el de seguridad pública ya que, en caso contrario, el Estado
no estará cumpliendo con su obligación de proporcionar las condiciones para obtener una
vivienda adecuada a sus gobernados.

Amparo directo en revisión 2441/2014. Mirna Martínez Martínez. 25 de febrero de 2015.


Cinco votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz,
quien reservó su derecho para formular voto concurrente, Jorge Mario Pardo Rebolledo,
Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena. Ponente: Jorge
Mario Pardo Rebolledo. Secretaria: Rosa María Rojas Vértiz Contreras.

Nota: La tesis aislada 1a. CXLVIII/2014 (10a.) citada, aparece publicada en el Semanario
Judicial de la Federación del viernes 11 de abril de 2014 a las 10:09 horas y en la Gaceta
del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 5, Tomo I, abril de 2014,
página 801, con el título y subtítulo: "DERECHO FUNDAMENTAL A UNA VIVIENDA
DIGNA Y DECOROSA. SU CONTENIDO A LA LUZ DE LOS TRATADOS
INTERNACIONALES."
Esta tesis se publicó el viernes 12 de junio de 2015 a las 09:30 horas en el Semanario
Judicial de la Federación.

c) El derecho humano al desarrollo, el cual tiene como base de estudio la siguiente tesis,
aplicable al caso concreto que nos ocupa.

Registro digital: 2012846


Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Décima Época
Materias(s): Constitucional
Tesis: I.7o.A.1 CS (10a.)
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación. Libro 35, Octubre de 2016, Tomo
IV, página 2866
Tipo: Aislada

DERECHO HUMANO A UN MEDIO AMBIENTE SANO PARA EL DESARROLLO Y


BIENESTAR DE LA PERSONA. LA OBLIGACIÓN CORRELATIVA DE SU RESPETO NO
SÓLO SE DIRIGE A LAS AUTORIDADES, SINO TAMBIÉN A LOS GOBERNADOS.

A partir de la reforma constitucional publicada en el Diario Oficial de la Federación el 28 de


junio de 1999, rige un nuevo marco normativo que reconoce el derecho humano a un
medio ambiente sano para el desarrollo y bienestar de la persona, al incorporarlo al
párrafo quinto del artículo 4o. de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos. En consecuencia, atento a la eficacia horizontal de los derechos humanos, la
obligación correlativa de su respeto no sólo se dirige a las autoridades, sino también a los
gobernados; tan es así que en 2012 se elevó a rango constitucional el diverso principio de
responsabilidad para quien provoque daño o deterioro ambiental; de ahí que la
importancia del nuevo sistema de justicia ambiental y su legislación secundaria, que
reglamenta la figura de responsabilidad por daño al entorno, es evidente desde la óptica
de los derechos humanos, pues no sería posible avanzar a la tutela efectiva de las
prerrogativas reconocidas por el Texto Constitucional, sin su aplicación.

SÉPTIMO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL PRIMER


CIRCUITO.

Amparo directo 575/2015. Pastor Vázquez García. 14 de abril de 2016. Unanimidad de


votos. Ponente: Francisco García Sandoval. Secretaria: Perla Fabiola Estrada Ayala.
Esta tesis se publicó el viernes 14 de octubre de 2016 a las 10:24 horas en el Semanario
Judicial de la Federación.

d) El derecho humano a la salud y a un medio ambiente sano, esto en primer término ya que
La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación determina que, en aras de
garantizar el derecho humano a la salud, el Estado debe adoptar las medidas necesarias, hasta
el máximo de los recursos de que disponga, para lograr progresivamente, por todos los medios
apropiados, su plena efectividad. En esa tesitura, tiene la carga de la prueba de demostrar que
realizó el esfuerzo para utilizar todos los recursos que están a su disposición para satisfacer, con
carácter prioritario, sus obligaciones mínimas requeridas en materia de salud.

Esto encuentra su justificación en virtud de la diferencia entre la "incapacidad" y la


"renuencia" del Estado a cumplir con dicha garantía, en atención a que la "incapacidad" del
Estado para garantizar el derecho humano a la salud parte de su obligación de adoptar las
medidas necesarias, hasta el máximo de los recursos de que disponga, o bien, justificar que se
ha hecho todo lo posible por utilizar todos los recursos de que dispone para garantizar ese
derecho; mientras que la "renuencia" del Estado se presenta cuando no está dispuesto a utilizar
el máximo de los recursos de que disponga para dar efectividad al derecho a la salud, violando
entonces las obligaciones que ha contraído en virtud del artículo 12 del Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales. De ahí que las violaciones del derecho a la salud
pueden producirse por no adoptar las medidas necesarias que emanan de las obligaciones
legales, como no contar con políticas o legislación que favorezca el nivel más alto de salud
posible, o no hacer cumplir las leyes existentes en la materia.

En esta tesitura no pasa inadvertido el tema del medio ambiente sano donde la siguiente
tesis no enmarca el sello de la tutela efectiva como garantía de nuestro derecho humano al goce
de la misma y la cual sirve el caso concreto que nos ocupa para la presente institución que se
estudia.

Suprema Corte de Justicia de la Nación

Registro digital: 2018635


Instancia: Primera Sala
Décima Época
Materias(s): Constitucional
Tesis: 1a. CCXCII/2018 (10a.)
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación. Libro 61, Diciembre de 2018,
Tomo I, página 308
Tipo: Aislada

DERECHO HUMANO A UN MEDIO AMBIENTE SANO. SU DIMENSIÓN COLECTIVA Y


TUTELA EFECTIVA.

El derecho humano a un medio ambiente sano posee una dimensión individual, pues su
vulneración puede tener afectaciones directas e indirectas sobre las personas en
conexidad con otros derechos como a la salud, a la integridad personal o a la vida, entre
otros, pero también cuenta con una dimensión colectiva, al constituirse como un interés
universal que se debe a generaciones presentes y futuras. No obstante, el reconocimiento
de la naturaleza colectiva y difusa de este derecho humano, no debe conducir al
debilitamiento de su efectividad y vigencia, ni a la ineficacia de las garantías que se
prevén para su protección; por el contrario, conocer y entender esta especial naturaleza
debe constituir el medio que permita su tutela efectiva a través de un replanteamiento de
la forma de entender y aplicar estas garantías.
Amparo en revisión 307/2016. Liliana Cristina Cruz Piña y otra. 14 de noviembre de 2018.
Cinco votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz,
Jorge Mario Pardo Rebolledo, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y Norma Lucía Piña
Hernández. Ponente: Norma Lucía Piña Hernández. Secretarios: Eduardo Aranda
Martínez y Natalia Reyes Heroles Scharrer.

Esta tesis se publicó el viernes 07 de diciembre de 2018 a las 10:19 horas en el


Semanario Judicial de la Federación.

En este mismo sentido el criterio de la suprema corte en el sentido de la validación de la


vulneración de sus dos dimensiones, que enseguida se trae a consideración de este Juzgado de
Distrito actuante:

Suprema Corte de Justicia de la Nación

Registro digital: 2018633


Instancia: Primera Sala
Décima Época
Materias(s): Constitucional
Tesis: 1a. CCLXXXVIII/2018 (10a.)
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación. Libro 61, Diciembre de 2018,
Tomo I, página 308
Tipo: Aislada

DERECHO HUMANO A UN MEDIO AMBIENTE SANO. LA VULNERACIÓN A


CUALQUIERA DE SUS DOS DIMENSIONES CONSTITUYE UNA VIOLACIÓN A AQUÉL.

El derecho humano a un medio ambiente sano posee una doble dimensión, la primera
denominada objetiva o ecologista, que preserva al medio ambiente como un bien jurídico
en sí mismo, no obstante su interdependencia con otros múltiples derechos humanos.
Esta dimensión protege a la naturaleza y al medio ambiente no solamente por su utilidad
para el ser humano o por los efectos que su degradación podría causar en otros derechos
de las personas, como la salud, la vida o la integridad personal, sino por su importancia
para los demás organismos vivos con quienes se comparte el planeta, también
merecedores de protección en sí mismos. La segunda dimensión, la subjetiva o
antropocéntrica, es aquella conforme a la cual la protección del derecho a un medio
ambiente sano constituye una garantía para la realización y vigencia de los demás
derechos reconocidos en favor de la persona, por lo que la vulneración a cualquiera de
estas dos dimensiones constituye una violación al derecho humano al medio ambiente, sin
que sea necesaria la afectación de otro derecho fundamental.

Amparo en revisión 307/2016. Liliana Cristina Cruz Piña y otra. 14 de noviembre de 2018.
Cinco votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz,
Jorge Mario Pardo Rebolledo, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y Norma Lucía Piña
Hernández. Ponente: Norma Lucía Piña Hernández. Secretarios: Eduardo Aranda
Martínez y Natalia Reyes Heroles Scharrer.
Esta tesis se publicó el viernes 07 de diciembre de 2018 a las 10:19 horas en el
Semanario Judicial de la Federación.

e) El derecho humano a la buena administración, lo anterior, porque el artículo 1o. de la


Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos contiene el parámetro de control de
regularidad constitucional y por medio de éste se incorporan derechos humanos no reconocidos
en aquélla, como es el caso del derecho humano a una buena administración pública, el cual es
reconocido en la Carta Iberoamericana de los Derechos y Deberes del Ciudadano y en la
Constitución Política de la Ciudad de México, entre otras regulaciones. Ahora bien, ese derecho
se contiene y desarrolla sustancialmente y de manera expresa en los artículos 60 de la
Constitución Política, 2 de la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo y de la Administración Pública y
36 de la Ley Constitucional de Derechos Humanos y sus Garantías, todas de la Ciudad de
México, de los cuales se advierte, entre otras cosas, que la buena administración pública
constituye un derecho fundamental de las personas y un principio de actuación para los poderes
públicos y que con sustento en éste se deben generar acciones y políticas públicas orientadas a
la apertura gubernamental, a fin de contribuir a la solución de los problemas públicos a través de
instrumentos ciudadanos participativos, efectivos y transversales, y que toda persona servidora
pública garantizará, en el ejercicio de sus funciones, el cumplimiento y observancia de los
principios generales que rigen la función pública. En ese contexto, el derecho fundamental a la
buena administración pública también se vincula e interrelaciona con otros, como los derechos a
la información, a la transparencia, a la tutela judicial efectiva, de petición y prerrogativas de
carácter prioritario, en términos del artículo 1o. constitucional y del parámetro de control de
regularidad constitucional, acorde con los criterios jurisprudenciales y tratados internacionales.
Consecuentemente, los servidores públicos de la Ciudad de México, cualquiera que sea la
función desempeñada, como dar respuesta a un escrito de petición, deben actuar con la
conciencia de que la buena administración pública constituye un derecho fundamental de las
personas y un principio de actuación para los poderes públicos; de ahí que se encuentren sujetos
a una serie de principios y deberes expresos en la normatividad citada y, al mismo tiempo, están
obligados a aplicar las directrices en ella plasmadas, como generar acciones y políticas públicas
orientadas a la apertura gubernamental a fin de combatir la corrupción y contribuir a la solución
de los problemas públicos a través de instrumentos ciudadanos participativos.

Por tal motivo, y toda vez que por obligatoriedad el derecho administrativo debe mejorar la
calidad de vida de la población, sobreponiendo su interés a favor del ciudadano como
participante efectivo, de tal modo que cumpla su propósito de cumplir y hacer cumplir dentro de
sus atribuciones las funciones que le son propias. En otras palabras, ejercer una Administración
pública que brinde certeza y sirva de manera objetiva a la población, orientada en todo momento
al bien común, que su desempeño y actuar sea lógico y justificado, que su finalidad dentro del
ámbito social y democrático sea la mejora y bienestar de las condiciones de vida de los
gobernados.

Ahora bien, en nuestra Constitución federal no existe un artículo que exprese de manera
específica qué debemos entender por derecho a la buena Administración. No obstante, desde
una perspectiva muy estricta, inspira y arropa el cumplimiento de otros derechos fundamentales,
tales como el de igualdad, petición, legalidad, de audiencia, debido proceso, seguridad jurídica,
salud, medio ambiente. Para entender el derecho a la buena administración, se debe partir y
conceptualizar dicho derecho bajo “la premisa” de que todo asunto público se debe atender en
tiempo y forma salvaguardando el interés general; esto bajo un enfoque en el que la persona es
el foco y finalidad de la actuación de la autoridad. Es decir:

“...para hablar del derecho humano a una buena Administración debe


entenderse que este es un derecho fundamental, el cual permite que las
instituciones y entidades administrativas funcionen como un engranaje
cuasiperfecto, cuyo motor es la persona humana, es decir, el ciudadano
para quien se trabaja con el objetivo de satisfacer sus necesidades...
(Arcila, 2019: 41-57).”

En este sentido, el ejercicio y respeto de dicho derecho adquiere otra connotación, pues
se ve a la persona como fin y, por tanto, como eje rector en la actuación de la autoridad, que, si
bien no se encuentra establecido de manera directa en nuestra Carta Magna, lo cierto es que no
es óbice para su reconocimiento, tal como se ve mediante el siguiente criterio jurisdiccional:

RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DEL ESTADO. SU OBJETIVO Y


FINES EN RELACIÓN CON LA PRESTACIÓN DE UN SERVICIO
PÚBLICO. Así, la razón de la responsabilidad patrimonial es propiciar y
garantizar, en primer lugar, que la actividad administrativa sea regular y
que la gestión pública se preste conforme a ciertos estándares de calidad,
lo que encierra en sí mismo un derecho fundamental a una eficiente
Administración Pública,1 pues si se incumple con esos estándares se
tiene garantizado el derecho a la indemnización. Por ello, cuando en la
prestación de un servicio público se causa un daño en los bienes y
derechos de los particulares por la actuación irregular de la
Administración Pública, se configura, por una parte, la responsabilidad del
Estado y, por otra, el derecho de los afectados a obtener la reparación, ya
que la actividad administrativa irregular del Estado comprende también lo
que la doctrina denomina faute de service -funcionamiento anormal de un
servicio público por falla o deficiencia-. Bajo estas premisas, la
responsabilidad patrimonial debe evaluarse y considerarse
sistemáticamente dentro del orden jurídico, siendo que sus funciones y
fines son principalmente cuatro, a saber: i) compensación de daños; ii)
crear incentivos tendentes a la prevención de daños y accidentes; iii)
control del buen funcionamiento de la acción administrativa; y, iv)
demarcación de las conductas administrativas libres de la responsabilidad
civil (Suprema Corte de Justicia de la Nación [scjn], 2013).

Como se advierte, a pesar de que el criterio tenga como principal objeto la


responsabilidad patrimonial del Estado, lo cierto es que pone de relieve la existencia del derecho
fundamental a una eficiente Administración Pública que tenga como objeto (i) que la actuación de
la autoridad se realice mediante los parámetros de regularidad y (ii) que la gestión pública se
realice bajo el amparo de estándares de calidad. Por consiguiente, no obstante que en México no
exista una norma que de manera inmediata establezca el derecho humano a la buena
Administración Pública, lo cierto es que este se puede desprender a partir del actual marco
jurídico existente —tal como se deriva del anterior criterio, al reconocerse el derecho a una
eficiente Administración Pública—, así como de otros instrumentos normativos de menor
jerarquía, como la Constitución Política de la Ciudad de México, que en su artículo 7 señala que:
Toda persona tiene derecho a una buena Administración Pública, de carácter receptivo, eficaz y
eficiente, así como a recibir los servicios públicos de conformidad con los principios de
generalidad, uniformidad, regularidad, continuidad, calidad y uso de las tecnologías de la
información y la comunicación. 2. Las autoridades administrativas deberán garantizar la
audiencia previa de los gobernados frente a toda resolución que constituya un acto privativo de
autoridad.

Por ende, aplicando una administración pública eficaz, eficiente e incluyente, que procure
el desarrollo de cada persona en sociedad, siempre bajo la premisa del interés general. En otras
palabras, debe sobresaltar en el ejercicio de sus funciones los derechos fundamentales del
individuo y su dignidad humana.

Ahora bien, con base en la LEY ORGÁNICA DEL MUNICIPIO LIBRE, en su artículo 35,
relativo a las ATRIBUCIONES DEL AYUNTAMIENTO, numerales: II., IV., XIX., XXV, apartados
a), b) y g), XLII, y XLVIII, es deber del H. Ayuntamiento de Veracruz:
II. Recaudar y administrar en forma directa y libre los recursos que integren la
Hacienda Municipal;

IV. Elaborar, aprobar, ejecutar, evaluar, actualizar y publicar el Plan Municipal de


Desarrollo, de conformidad con la ley de la materia en los términos que la misma establezca e
incorporando en el documento los principios de igualdad y no discriminación establecidos en la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en la Constitución Política del Estado de
Veracruz de Ignacio de la Llave, así como lo previsto en los tratados internacionales en materia
de derechos humanos;

XIX. Realizar estudios, programas de investigación, capacitación y orientación en


materia de desarrollo municipal, comunitario, de participación social y perspectiva de género;

XXV. Tener a su cargo las siguientes funciones y servicios públicos municipales: a)


Agua potable, drenaje, alcantarillado, tratamiento y disposición de sus aguas residuales; b)
Alumbrado público y g) Construcción y mantenimiento de calles, parques y jardines y su
equipamiento;

XLII. Procurar, promover y vigilar el cuidado de los bienes y otorgamiento de los


servicios públicos necesarios para la seguridad, bienestar e interés general de los habitantes del
Municipio;

XLVIII. Promover entre los habitantes del Municipio el conocimiento, respeto y


defensa de los derechos humanos y la igualdad de oportunidades.

Naturalmente debe considerar que de manera progresiva el derecho a la buena


administración pública ha cobrado relevancia legal, pues tiene como eje central el bienestar de
los propios gobernados al privilegiarles el goce y acceso al total de los servicios públicos, de
modo que, el Municipio se encuentra obligado a ejercer sus funciones en tal sentido de una
manera efectiva, administrando los recursos que para tal efecto se destinan de forma razonada,
de manera que cubran las necesidades generales de la sociedad sin que se pierdan de vista los
sectores civiles que resulten más vulnerables. En tal sentido, el Municipio de Veracruz tiene el
deber legal de administrar el recurso público presupuestado para el desarrollo de los servicios
públicos que permitan verdaderamente a los gobernados el acceso al mínimo vital.

Por ello, el Municipio en el ejercicio de la administración pública, centrando al individuo


como eje principal de su debido encargo es que ejercitamos nuestra justiciabilidad dotando de los
servicios públicos básicos a la Colonia “La Pochota” en cumplimiento y respeto de nuestros
derechos humano, ya que es perjuicio de los suscritos al violentar nuestro derecho humano a la
buena administración pública, a una vivienda digna y a la salud, que en conjunto forman el
mínimo vital, al no garantizar un desarrollo económico, cultural, político y social adecuado y
equitativo, toda vez que el Estado no respeta ni atiende las disposiciones Constitucionales
relativas a la protección y garantía de sus Derechos.

QUINTO: DEL DERECHO A LA DEBIDA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA.


Actualmente es un hecho notorio que el Municipio no cumple íntegramente con sus
funciones en la debida administración pública, pues en la Colonia en la que habitamos ha sido
omiso respecto a la aplicación del recurso público por parte de los administradores en obras que
sean en beneficio del derecho humano de la población, protegiendo a los ciudadanos y
fomentando el interés general del Municipio.

Por ende, es nuestro derecho la buena administración pública, pues se ha comenzado a


reconocer como un nuevo paradigma en el derecho administrativo en el que la ciudadanía ocupa
un lugar central, obligando a todos los entes públicos a que en el ejercicio de sus funciones
actúen efectivamente bajo los principios de gobierno abierto, honesto, transparente, eficaz y
eficiente, lo cual implica situar a la persona en el centro de la actividad administrativa del Estado.
Esto se traduce en la obligación de las administraciones públicas de respetar y promover la
dignidad y los derechos humanos en el ejercicio de la función pública, y de actuar efectivamente
al servicio de las personas.

Toda la administración pública en su conjunto se debe ajustar, diseñar y funcionar a partir


de la obligación de garantizar este importante derecho, es decir, planear, programar, ejecutar,
controlar y fiscalizar los recursos públicos en pro del desarrollo igualitario de la comunidad.

El derecho fundamental a la buena administración trae consigo un replanteamiento del


derecho administrativo en su conjunto. Ahora, desde la centralidad del ciudadano, el derecho
administrativo debe ser nuevamente formulado, puesto que ahora la relevancia de los derechos
fundamentales de la persona sugiere nuevas formas de comprender el sistema del derecho
administrativo.

La forma de gobernar y de administrar las instituciones públicas en Veracruz debe


cambiar sustancialmente. La ineficiencia, ineficacia y, sobre todo, el sistemático olvido del
servicio objetivo al interés general en que debe consistir la esencia de la administración pública,
aconsejan nuevos cambios en la forma de comprender el sentido que tiene el gobierno y
administración del interés general.

La buena administración pública es un derecho de los ciudadanos, un derecho


fundamental, y, también, un principio de actuación administrativa. Los ciudadanos tienen derecho
a exigir determinados patrones o estándares en el funcionamiento de la Administración. Y la
Administración está obligada, en toda democracia, a distinguirse en su actuación cotidiana por su
servicio objetivo al interés general.

La buena Administración Pública es, pues, una obligación inherente a los Poderes
Públicos en cuya virtud el quehacer público debe promover los derechos fundamentales de las
personas fomentando la dignidad humana de forma que las actuaciones administrativas
armonicen criterios de objetividad, imparcialidad, justicia y equidad, y sean prestadas en plazo
razonable.

De lo anterior podemos deducir que no podemos hablar del “respeto a los derechos
humanos” cuando la propia administración pública no cumple de manera cabal su encargo, no
garantiza, no da certeza jurídica respecto a sus atribuciones y obligaciones para con el
gobernado.

Derivado de lo anterior, actualmente en la Colonia “La Pochota” se logran identificar una


serie de factores que evidencian plenamente la falta de intereses y las omisiones por parte de
Municipio, tales como:

 Falta de aplicación del recurso público por parte de los administradores en obras que
sean en beneficio del derecho humano de la población, protegiendo a los ciudadanos y
fomentando los intereses generales del Municipio.
 Inobservancia de los gobernantes a ciertos sectores poblacionales que no cuentan con
servicio de drenaje sanitario, que es un servicio fundamental que desemboca como parte
del derecho a la salud pública.
 Falta de políticas públicas que se sensibilicen con este sector de la población, habida
cuenta de la realización de obras de “remodelación” o de “relumbrón”, olvidándose de
aquellas urgentemente necesarias que beneficien a los sectores poblacionales que no
tienen ni el mínimo vital para tener una vivienda digna.

CONCEPTOS DE VIOLACIÓN

PRIMERO. - Se viola en perjuicio de mis representados, el principio de participación


ciudadana, lo anterior ya que como lo menciona entre otros mandamientos, la Declaración de Río
de Janeiro la cual consagra el citado principio de participación ciudadana en materia ambiental al
establecer que el mejor modo de tratar las cuestiones ambientales es, precisamente, con la
participación de todos los ciudadanos interesados en el nivel que corresponda; en este contexto,
se reconoce el derecho de los ciudadanos de Estado, de no sólo de otorgarla, sino también de
fomentar y sensibilizar la participación ciudadana, ahora bien recientemente las Naciones Unidas
desarrollaron estos principios en el Acuerdo Regional sobre el Acceso a la Información, la
Participación Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el
Caribe; el artículo 4.6 se refiere a la obligación de los Estados de garantizar un entorno propicio
para las personas que promueven la protección al medio ambiente, proporcionándoles no sólo
información, sino también reconocimiento y protección.

Por ello el entorno propicio para la participación ciudadana en la protección del medio
ambiente también se debe garantizar a través de formas de legitimación activa amplia; ya que,
este principio también exige reconocer que, aun cuando el interés afectado no toque
directamente al recurrente, los Estados habrán de garantizar el acceso a la tutela jurisdiccional a
través de diversas fórmulas de legitimación activa amplia, situación que en el caso que nos
ocupa no ha sucedido. En este mismo sentido, el Acuerdo Regional de referencia, en su artículo
8.3 reitera la obligación de los Estados de garantizar el acceso a la justicia en materia ambiental
a través de “una legitimación activa amplia”. Por ello los quejosos por medio del suscrito reitera
que se vulneran de manera efectiva sus derechos en el sentido de que el derecho a un medio
ambiente sano, mismo que implica el deber de todos los ciudadanos de colaborar en la
protección al medio ambiente; en efecto, en términos del artículo 4° constitucional, lo ciudadanos
no sólo son titulares del derecho a acceder a un medio ambiente sano, que ha de garantizar el
Estado, sino también tienen la obligación de protegerlo y mejorarlo. Sin embargo, al ser olvidados
por todas las autoridades y el Estado, los ahora quejosos no han tenido la oportunidad de tener
un ambiente sano que proteger ni mejorar ya que este es inexistente.

Correlativamente, se enfatiza el deber de todas las autoridades, en el ámbito de sus


respectivas competencias, deben asegurar un entorno propicio, medio ambiente sano, entre
otras, a través de la creación de herramientas institucionales y jurídicas que tengan por objeto
incluir a los ciudadanos en el control de las políticas públicas con impacto ambiental situación
que las autoridades señaladas como responsables han omitido hacer.

En este sentido, debemos recordar que el principio de participación ciudadana implica el


de iniciativa pública, pues es necesario reconocer un rol proactivo del Estado en la protección al
medio ambiente en términos del orden constitucional y convencional ya que el cumplimiento de
los fines en materia medioambiental no puede depender sólo de los ciudadanos así que con
otras palabras, el Estado debe asumir la iniciativa institucional de regular la materia, aplicar las
políticas públicas y cumplir y hacer cumplir la normativa ambiental.

En atención a lo anterior, en el caso concreto que se somete a consideración de ese H.


Tribunal, se ha violado por la autoridad responsable, la garantía del acceso y goce del derecho
humano a la buena administración pública.

SEGUNDO. - En concordancia y relacionado con todos y cada uno de los argumentos


vertidos en el cuerpo de la presente demanda de garantías, se prevé que la actividad
administrativa se materializa a través de los distintos órganos de las administración pública que
tienen como misión la realización del interés general o bien común, dicha actividad de forma
absoluta se encuentra supeditada a la observancia de ciertos principios cuyo propósito es
delimitar el poder o imperium del Estado para que este se ejerza de forma racional y moderada,
poniendo en este orden al ciudadano o administrado como punto concéntrico alrededor del cual
gravita esta actividad; principios que se encuentran establecidos tanto en la Constitución como
en la Ley Orgánica de la Administración Pública o la ley aplicable para el caso concreto que nos
ocupa, las cuales de acuerdo con los principios generales del derecho orientan y coadyuvan a la
interpretación adecuada de las normas jurídicas; en materia administrativa, siendo que estos
principios constituyen criterios de significativa importancia ya que dirigen la actividad de la
administración pública haciéndola eficiente frente a las necesidades y demandas de la sociedad,
situación que de nueva cuenta la autoridad señalada como responsable ha sido omisa en ejercer
a favor d ellos quejosos quienes nos encontramos en el olvido por parte de dicha autoridad.

En este sentido el derecho a la buena administración pública ha sido vulnerado a los


quejosos ya que el mismo fue enunciado para la tutela de los derechos fundamentales de las
personas frente a los abusos u omisiones del poder del Estado manifestado en su actividad o la
gestión de sus funcionarios; en este sentido este derecho debió o debe concretarse en el
fortalecimiento de mecanismos de atención pública en favor de las personas, ciudadanos o
administrados que constituyen los beneficiarios de la atención y servicios públicos, mismos que
deben cumplir con los lineamientos y directrices que la Constitución establece por lo tanto al no
existir en la comunidad de los hoy quejos los servicios mínimos ni el medio ambiente necesario
para una vida digna es inconcuso que están siendo vulnerados los derechos mencionados en
esta demanda de garantías, promovida en nombre de los quejosos por medio de la suscrita.

TERCERO. – Como tercer concepto de violación se reclama el derecho al drenaje


alcantarillado, pavimentación y guarniciones de la parte quejosa.

El derecho humano a nuestras peticiones se encuentra contemplado en el artículo 4 de la


Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que establece entre otras cosas:

ARTÍCULO 4º.- …. Toda persona tiene derecho a un medio ambiente sano para su
desarrollo y bienestar. El Estado garantizará el respeto a este derecho. El daño y deterioro
ambiental generará responsabilidad para quien lo provoque en términos de lo dispuesto por
la ley. Toda persona tiene derecho al acceso, disposición y saneamiento de agua para
consumo personal y doméstico en forma suficiente, salubre, aceptable y asequible. El Estado
garantizará este derecho y la ley definirá las bases, apoyos y modalidades para el acceso y
uso equitativo y sustentable de los recursos hídricos, estableciendo la participación de la
Federación, las entidades federativas y los municipios, así como la participación de la
ciudadanía para la consecución de dichos fines. Toda familia tiene derecho a disfrutar de
vivienda digna y decorosa. La Ley establecerá los instrumentos y apoyos necesarios a fin de
alcanzar tal objetivo.

Asimismo, en atención a que el artículo 1° de la Constitución Política de los Estados


Unidos Mexicanos que prevé que los derechos humanos contemplados en los Tratados
Internacionales de los cuales México sea parte, a su vez constituyen el marco normativo
nacional y, por tanto, los mismos deben de ser garantizados por las autoridades, enseguida se
transcriben los preceptos del ámbito internacional donde se contempla el derecho del que se
habla:

El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales dispone:

ARTÍCULO 11. 1. Los Estados partes en el presente pacto reconocen el derecho de toda
persona a un nivel de vida adecuado para sí y su familia, incluso alimentación, vestido y
vivienda adecuados, y a una mejora continua de las condiciones de existencia. Los Estados
partes tomarán medidas apropiadas para asegurar la efectividad de este derecho,
reconociendo a este efecto la importancia esencial de la cooperación internacional fundada
en el libre consentimiento.

En ese sentido, si bien el derecho no se encuentra previsto de manera expresa, el Comité


de Derechos Económicos, Sociales y Culturales -que es el órgano facultado para la
interpretación del Pacto- (en adelante Comité DESC) en su Observación General número 4 lo
reconoce:

8. Así pues, el concepto de adecuación es particularmente significativo en relación con el


derecho a la vivienda, puesto que sirve para subrayar una serie de factores que hay que
tener en cuenta al determinar si determinadas formas de vivienda se puede considerar que
constituyen una "vivienda adecuada" a los efectos del Pacto. Aun cuando la adecuación
viene determinada en parte por factores sociales, económicos, culturales, climatológicos,
ecológicos y de otra índole, el Comité considera que, aun así, es posible identificar algunos
aspectos de ese derecho que deben ser tenidos en cuenta a estos efectos en cualquier
contexto determinado. Entre esos aspectos figuran los siguientes: […][Énfasis propio]
b) Disponibilidad de servicios, materiales, facilidades e infraestructura. Una vivienda
adecuada debe contener ciertos servicios indispensables para la salud, la seguridad, la
comodidad y la nutrición. Todos los beneficiarios del derecho a una vivienda adecuada
deberían tener acceso permanente a recursos naturales y comunes, a agua potable, a
energía para la cocina, la calefacción y el alumbrado, a instalaciones sanitarias y de
aseo, de almacenamiento de alimentos, de eliminación de desechos, de drenaje y a
servicios de emergencia.

A su vez, ese Comité DESC en su Observación 15 señaló los siguientes aspectos sobre
el derecho que se habla, al interpretar el artículo 11 y 12 del Pacto Internacional en cita:

El derecho humano al agua es el derecho de todos a disponer de agua suficiente, salubre,


aceptable, accesible y asequible para el uso personal y doméstico. Un abastecimiento
adecuado de agua salubre es necesario para evitar la muerte por deshidratación, para
reducir el riesgo de las enfermedades relacionadas con el agua y para satisfacer las
necesidades de consumo y cocina y las necesidades de higiene personal y doméstica.
En tanto que lo que resulta adecuado para el ejercicio del derecho al agua puede variar en
función de distintas condiciones, los siguientes factores se aplican en cualquier circunstancia:
a) La disponibilidad. El abastecimiento de agua de cada persona debe ser continuo y
suficiente para los usos personales y domésticos. Esos usos comprenden normalmente
el consumo, el saneamiento, la colada, la preparación de alimentos y la higiene personal y
doméstica. La cantidad de agua disponible para cada persona debería corresponder a las
directrices de la rganización Mundial de la Salud (OMS). También es posible que algunos
individuos y grupos necesiten recursos de agua adicionales en razón de la salud, el clima
y las condiciones de trabajo. b) La calidad. El agua necesaria para cada uso personal o
doméstico debe ser salubre, y por lo tanto, no ha de contener microorganismos o
sustancias químicas o radiactivas que puedan constituir una amenaza para la salud de
las personas. Además, el agua debería tener un color, un olor y un sabor aceptables para
cada uso personal o doméstico. c) La accesibilidad. El agua y las instalaciones y servicios de
agua deben ser accesibles a todos, sin discriminación alguna, dentro de la jurisdicción del
Estado Parte. La accesibilidad presenta cuatro dimensiones superpuestas: i) Accesibilidad
física. El agua y las instalaciones y servicios de agua deben estar al alcance físico de todos
los sectores de la población. Debe poderse acceder a un suministro de agua suficiente,
salubre y aceptable en cada hogar, institución educativa o lugar de trabajo o en sus
cercanías inmediatas. Todos los servicios e instalaciones de agua deben ser de calidad
suficiente y culturalmente adecuados, y deben tener en cuenta las necesidades relativas al
género, el ciclo vital y la intimidad. La seguridad física no debe verse amenazada durante el
acceso a los servicios e instalaciones de agua. ii) Accesibilidad económica. El agua y los
servicios e instalaciones de agua deben estar al alcance de todos . Los costos y cargos
directos e indirectos asociados con el abastecimiento de agua deben ser asequibles y no
deben comprometer ni poner en peligro el ejercicio de otros derechos reconocidos en el
Pacto. iii) No discriminación. El agua y los servicios e instalaciones de agua deben ser
accesibles a todos de hecho y de derecho, incluso a los sectores más vulnerables y
marginados de la población, sin discriminación alguna por cualquiera de los motivos
prohibidos. iv) Acceso a la información. La accesibilidad comprende el derecho de solicitar,
recibir y difundir información sobre las cuestiones del agua.

Es así como el derecho al agua ha sido discutido recientemente en el ámbito


internacional, por la relevancia en la vida digna de las personas, así como su relación con la
integridad de las personas por las enfermedades o muertes que relacionadas con su
inaccesibilidad. Al respecto la Organización de las Naciones Unidas ha reconocido que el acceso
a los servicios mínimos de agua, alcantarillado y drenaje repercute directamente en la seguridad
alimentaria, el disfrute de determinadas prácticas culturales, el derecho a vivir en un ambiente
saludable, su necesidad para asegurar los medios de subsistencia haciendo énfasis en
agricultores y mujeres, y la oportunidad de educación para las familias pobres. De la misma
manera, la Organización Mundial de la Salud ha expresado que la falta de acceso al agua
potable trae como consecuencias diferentes enfermedades o muertes prematuras.

En el mismo orden de ideas, a través de sus resoluciones la Asamblea General de las


Naciones Unidas ha reconocido expresamente que este derecho es esencial para el disfrute de
la vida y de todos los derechos humanos también ha expresado que este derecho deriva del
derecho a un nivel de vida adecuado, y al derecho al más alto nivel posible de salud física y
mental; asimismo, reconoció que los Estados deben de garantizar progresivamente este
derecho sin discriminación alguna, eliminando las desigualdades de acceso a quienes
pertenecen a grupos vulnerables y marginados, con miras de eliminar las desigualdades basadas
en factores como la disparidad entre las zonas rurales y urbanas, la residencia en barrios
marginales, el nivel de ingresos y otros factores.

Por su parte, la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso Río Negro Vs.
Guatemala, condenó a ese Estado para efecto de que brindara a un grupo de personas víctimas
los “servicios básicos” para una vida digna, entre los que se encontraban: la implementación de
un sistema de alcantarillado, tratamiento de aguas negras o residuales y abastecimiento de agua
potable.

Sobre el tema, en diverso amparo en revisión del Primer Tribunal Colegiado en Materia
Administrativa del Cuarto Circuito se concluyó lo siguiente:

DERECHO HUMANO A LA PROVISIÓN DE AGUA POTABLE. LA OBLIGACIÓN DE


PROPORCIONARLA ES UNA OBLIGACIÓN DEL ESTADO QUE SE DEBE REALIZAR DE
FORMA INMEDIATA, AUN Y CUANDO NO EXISTA RED GENERAL NI SE HAYA
EFECTUADO EL DICTAMEN DE FACTIBILIDAD. Del artículo 34 de la Ley de Agua Potable
y Saneamiento para el Estado de Nuevo León, se desprende que para obtener el servicio de
agua potable se deberá tramitar ante el organismo operador el dictamen de factibilidad para
la conexión a la red general de agua potable y drenaje sanitario; y, satisfechos los requisitos
de factibilidad, las autoridades competentes deben construir las instalaciones y conexiones
de agua potable y drenaje sanitario conforme al proyecto autorizado, así como las obras de
infraestructura que en su caso se requieran; sin embargo, los peticionarios del servicio no
deben, para gozar del derecho humano a la salud, previsto en el artículo 4o. de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, esperar a que se establezca la
infraestructura a que se refiere el mencionado artículo 34, pues ante la ausencia de
redes y establecida la necesidad del servicio de agua, el Estado tiene una doble
obligación: La primera, prevista en el artículo 12 del Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, que lo constriñe a atender de manera inmediata el
derecho a la salud en el más alto nivel posible; y, la segunda, establecida en el
numeral 2 del propio pacto, que dispone que los Estados deberán adoptar todos los
medios apropiados y hasta el máximo de los recursos que disponga. En esos términos,
ante la falta de red o infraestructura para proporcionar el servicio de agua, las autoridades
están obligadas a proporcionar de manera inmediata el vital líquido para lo cual, en tanto se
construyan las redes de distribución adecuadas para asegurar el abastecimiento, la autoridad
judicial puede provisionalmente indicar métodos generalmente utilizados con ese propósito,
tal como la instalación de un tanque nodriza elevado y que conectado a una cisterna de
reserva con bomba hidroneumática, abastezca de agua a la comunidad en cantidad y
calidad; así, la propia judicatura, con apoyo en el artículo 1o. de la Constitución Federal
asegura y protege el derecho al suministro de agua y a la salud, como medida básica y de
subsistencia que necesita el ser humano, hasta en tanto quede instalada la red de agua
potable y alcantarillado.

CUARTO. -Derivado de la omisión anterior en relación a la omisión de Alcantarillado,


drenaje, pavimentación y guarniciones se reclamada de la autoridad señalada como responsable
por vulnerar el derecho a la salud de la parte quejosa.

Esto es así ya que el derecho a la salud de la misma manera se encuentra contemplado


en el artículo 4 de la Constitución Federal:

ARTÍCULO 4o.- [...] Toda persona tiene derecho a la protección de la salud. La Ley definirá
las bases y modalidades para el acceso a los servicios de salud y establecerá la
concurrencia de la Federación y las entidades federativas en materia de salubridad general,
conforme a lo que dispone la fracción XVI del artículo 73 de esta Constitución. [...]

Con relación a ello, el Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales ya citado,


dispone el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental
y la obligación del Estado mexicano de su cumplimiento:
ARTÍCULO 21. Cada uno de los Estados Partes en el presente Pacto se compromete a
adoptar medidas, tanto por separado como mediante la asistencia y la cooperación
internacionales, especialmente económicas y técnicas, hasta el máximo de los recursos de
que disponga, para lograr progresivamente, por todos los medios apropiados, inclusive en
particular la adopción de medidas legislativas, la plena efectividad de los derechos aquí
reconocidos. 2. Los Estados Partes en el presente Pacto se comprometen a garantizar el
ejercicio de los derechos que en él se enuncian, sin discriminación alguna por motivos de
raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de otra índole, origen nacional o social,
posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social. 3. Los países en desarrollo,
teniendo debidamente en cuenta los derechos humanos y su economía nacional, podrán
determinar en qué medida garantizarán los derechos económicos reconocidos en el presente
Pacto a personas que no sean nacionales suyos.

ARTÍCULO 3 Los Estados Partes en el presente Pacto se comprometen a asegurar a los


hombres y a las mujeres igual título a gozar de todos los derechos económicos, sociales y
culturales enunciados en el presente Pacto. [Énfasis propio]

ARTÍCULO 5.-1. Ninguna disposición del presente Pacto podrá ser interpretada en el sentido
de reconocer derecho alguno a un Estado, grupo o individuo para emprender actividades o
realizar actos encaminados a la destrucción de cualquiera de los derechos o libertades
reconocidos en el Pacto, o a su limitación en medida mayor que la prevista en él.

ARTÍCULO 12. 1. Los Estados Parte en el presente Pacto reconocen el derecho de toda
persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental. 2. Entre las
medidas que deberán adoptar los Estados Partes en el Pacto a fin de asegurar la plena
efectividad de este derecho, figurarán las necesarias para: a) La reducción de la
mortinatalidad y de la mortalidad infantil, y el sano desarrollo de los niños; b) El mejoramiento
en todos sus aspectos de la higiene del trabajo y del medio ambiente; c) La prevención y el
tratamiento de las enfermedades epidémicas, endémicas, profesionales y de otra índole, y la
lucha contra ellas; d) La creación de condiciones que aseguren a todos asistencia médica y
servicios médicos en caso de enfermedad.

Según el mismo Comité DESC, los Estados parte tiene obligaciones específicas respecto
del derecho a la salud, tales como las siguientes:

La obligación de cumplir requiere, en particular, que los Estados Partes


reconozcan suficientemente el derecho a la salud en sus sistemas políticos
y ordenamientos jurídicos nacionales, de preferencia mediante la aplicación
de leyes, y adopten una política nacional de salud acompañada de un plan
detallado para el ejercicio del derecho a la salud. Los Estados deben
garantizar la atención de la salud, en particular estableciendo
programas de inmunización contra las principales enfermedades
infecciosas, y velar por el acceso igual de todos a los factores
determinantes básicos de la salud, como alimentos nutritivos sanos y
agua potable, servicios básicos de saneamiento y vivienda y
condiciones de vida adecuadas. La infraestructura de la sanidad pública
debe proporcionar servicios de salud sexual y genésica, incluida la
maternidad segura, sobre todo en las zonas rurales. Los Estados tienen que
velar por la apropiada formación de facultativos y demás personal médico,
la existencia de un número suficiente de hospitales, clínicas y otros centros
de salud, así como por la promoción y el apoyo a la creación de
instituciones que prestan asesoramiento y servicios de salud mental,
teniendo debidamente en cuenta la distribución equitativa a lo largo del país.
Otras obligaciones incluyen el establecimiento de un sistema de seguro de
salud público, privado o mixto que sea asequible a todos, el fomento de las
investigaciones médicas y la educación en materia de salud, así como la
organización de campañas de información, en particular por lo que se
refiere al VIH/SIDA, la salud sexual y genésica, las prácticas tradicionales,
la violencia en el hogar, y el uso indebido de alcohol, tabaco,
estupefacientes y otras sustancias nocivas. Los Estados también tienen la
obligación de adoptar medidas contra los peligros que para la salud
representan la contaminación del medioambiente y las enfermedades
profesionales, así como también contra cualquier otra amenaza que se
determine mediante datos epidemiológicos. Con tal fin, los Estados
deben formular y aplicar políticas nacionales con miras a reducir y suprimir
la contaminación del aire, el agua y el suelo, incluida la contaminación
causada por metales pesados tales como el plomo procedente de la
gasolina. Asimismo, los Estados Partes deben formular, aplicar y revisar
periódicamente una política nacional coherente destinada a reducir al
mínimo los riesgos de accidentes laborales y enfermedades profesionales,
así como formular una política nacional coherente en materia de seguridad
en el empleo y servicios de salud.

Como se desprende de lo anterior, el Estado mexicano al ser parte de este tratado


internacional se encuentra obligado a garantizar el derecho de toda persona al disfrute del más
alto nivel de posible de salud física y mental, el cual abarca la prevención de las enfermedades
de las personas, inclusive aquellas que puedan desprenderse de enfermedades
epidemiológicas.

Con relación a esto último, es como se puede interpretar que el derecho a la salud no
implica solamente la atención médica, sino que este incluye una amplia gama de factores
socioeconómicos que promuevan las condiciones necesarias para que las personas puedan
llevar una vida digna, como lo es la alimentación, la vivienda, el acceso al agua potable,
condiciones sanitarias adecuadas y un medio ambiente sano. Esto tiene relación directa con que
la salud es concebida por organismos, como la Organización Mundial de la Salud como "un
estado de completo de bienestar físico, mental y social, y no solamente como ausencia de
afecciones o enfermedades1"

Por su parte en el Sistema Interamericano de los Derechos Humanos, este derecho se


encuentra contemplado en el Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos
Humanos en Materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales "Protocolo De San
Salvador”, ratificado por el Estado mexicano en el año de 1996:

ARTÍCULO 1 Obligación de Adoptar Medidas Los Estados partes en el presente Protocolo


Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos se comprometen a adoptar
las medidas necesarias tanto de orden interno como mediante la cooperación entre los
Estados, especialmente económica y técnica, hasta el máximo de los recursos disponibles y
tomando en cuenta su grado de desarrollo, a fin de lograr progresivamente, y de conformidad
con la legislación interna, la plena efectividad de los derechos que se reconocen en el
presente Protocolo.

ARTÍCULO 10. 1. Toda persona tiene derecho a la salud, entendida como el disfrute del
más alto nivel de bienestar físico, mental y social. 2. Con el fin de hacer efectivo el
derecho a la salud los Estados partes se comprometen a reconocer la salud como un bien
público y particularmente a adoptar las siguientes medidas para garantizar este derecho: a. la
atención primaria de la salud, entendiendo como tal la asistencia sanitaria esencial puesta al
alcance de todos los individuos y familiares de la comunidad; b. la extensión de los beneficios
de los servicios de salud a todos los individuos sujetos
a la jurisdicción del Estado; c. la total inmunización contra las principales enfermedades
infecciosas; d. la prevención y el tratamiento de las enfermedades endémicas,
profesionales y de otra índole; e. la educación de la población sobre la prevención y
tratamiento de los problemas de salud, y f. la satisfacción de las necesidades de salud de

1
https://www.who.int/governance/eb/who_constitution_sp.pdf Constitución de la OMS, en su preámbulo.
los grupos de más alto riesgo y que por sus condiciones de pobreza sean más
vulnerables.

En ese sentido, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha reconocido de manera


expresa que el derecho a la salud está íntimamente vinculado con el derecho a una existencia
digna y a las condiciones básicas para el ejercicio de otros derechos humanos2.

En concordancia con lo anterior, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la


Nación ha establecido:

DERECHO A LA SALUD. SU REGULACIÓN EN EL ARTÍCULO 4o. DE LA


CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS Y SU
COMPLEMENTARIEDAD CON LOS TRATADOS INTERNACIONALES EN MATERIA DE
DERECHOS HUMANOS. Este Alto Tribunal ha señalado que el derecho a la protección de la
salud previsto en el citado precepto constitucional tiene, entre otras finalidades, la de
garantizar el disfrute de servicios de salud y de asistencia social que satisfagan las
necesidades de la población, y que por servicios de salud se entienden las acciones dirigidas
a proteger, promover y restaurar la salud de la persona y de la colectividad. Así, lo anterior es
compatible con varios instrumentos internacionales de derechos humanos, entre los que
destacan el apartado 1 del artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos,
que señala que toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así
como a su familia, la salud y el bienestar y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda,
la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; el artículo 12 del Pacto Internacional
de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, que alude al derecho de toda persona al
disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental, y refiere que los Estados
deben adoptar medidas para asegurar la plena efectividad de este derecho; y el artículo 10
del Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en materia de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales "Protocolo de San Salvador", según el cual toda
persona tiene derecho a la salud, entendida como el disfrute del más alto nivel de
bienestar físico, mental y social. En ese sentido y en congruencia con lo establecido por el
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas, el derecho
a la salud debe entenderse como una garantía fundamental e indispensable para el
ejercicio de los demás derechos humanos y no sólo como el derecho a estar sano . Así,
el derecho a la salud entraña libertades y derechos, entre las primeras, la relativa a controlar
la salud y el cuerpo, con inclusión de la libertad sexual y genésica, y el derecho a no padecer
injerencias, torturas, tratamientos o experimentos médicos no consensuales; y entre los
derechos, el relativo a un sistema de protección de la salud que brinde a las personas
oportunidades iguales para disfrutar del más alto nivel posible de salud. Asimismo, la
protección del derecho a la salud incluye, entre otras, las obligaciones de adoptar leyes u
otras medidas para velar por el acceso igual a la atención de la salud y los servicios
relacionados con ella; vigilar que la privatización del sector de la salud no represente una
amenaza para la disponibilidad, accesibilidad, aceptabilidad y calidad de los servicios;
controlar la comercialización de equipo médico y medicamentos por terceros, y asegurar que
los facultativos y otros profesionales de la salud reúnan las condiciones necesarias de
educación y experiencia; de ahí que el derecho a la salud debe entenderse como un derecho
al disfrute de toda una gama de facilidades, bienes, servicios y condiciones necesarios para
alcanzar el más alto nivel posible de salud3.

En el mismo sentido, esa Primera Sala del máximo tribunal del país concluyó en la
siguiente tesis jurisprudencial:

DERECHO A LA PROTECCIÓN DE LA SALUD. DIMENSIONES INDIVIDUAL Y SOCIAL.


La protección de la salud es un objetivo que el Estado puede perseguir legítimamente, toda
vez que se trata de un derecho fundamental reconocido en el artículo 4o. constitucional,
en el cual se establece expresamente que toda persona tiene derecho a la protección
de la salud. Al respecto, no hay que perder de vista que este derecho tiene una proyección
tanto individual o personal, como una pública o social. Respecto a la protección a la salud de
las personas en lo individual, el derecho a la salud se traduce en la obtención de un
determinado bienestar general integrado por el estado físico, mental, emocional y social de la
persona, del que deriva otro derecho fundamental, consistente en el derecho a la integridad
físico-psicológica. De ahí que resulta evidente que el Estado tiene un interés
constitucional en procurarles a las personas en lo individual un adecuado estado de
salud y bienestar. Por otro lado, la faceta social o pública del derecho a la salud consiste en
el deber del Estado de atender los problemas de salud que afectan a la sociedad en general,
así como en establecer los mecanismos necesarios para que todas las personas
tengan acceso a los servicios de salud. Lo anterior comprende el deber de emprender las
2
Cfr. Corte IDH. Caso Comunidad Indígena Yakye Axa Vs. Paraguay. Interpretación de la
Sentencia de Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 6 de febrero de 2006. Serie C No. 142.
Párr. 167.
3
Época: Novena Época, registro: 169316, instancia: Primera Sala, tipo de Tesis: Aislada, fuente:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, tomo XXVIII, Julio de 2008, materia(s):
Constitucional, Administrativa, tesis: 1a. LXV/2008, página: 457.
acciones necesarias para alcanzar ese fin, tales como el desarrollo de políticas públicas,
controles de calidad de los servicios de salud, identificación de los principales problemas que
afecten la salud pública del conglomerado social, entre otras4.

Como se observa del anterior criterio transcrito, el derecho a la salud en nuestro país ya ha
sido visto como un estado de bienestar social e individual de las personas, y no sólo, el “derecho
de las personas a estar sanas”. Siendo de esta manera que el máximo tribunal ha determinado
al interpretar este derecho que, el mismo debe de ser entendido desde su área social, que
quiere decir que los Estados deben de tratar y atender los problemas de salud de las personas
desde la colectividad o en general, lo cual nos permite comprender que este derecho abarca el
que las autoridades actúen ante las cuestiones de emergencia y sociales que puedan afectar a
las personas, tal y como sucede cuando no existen sistemas eficientes de drenaje y
alcantarillado así como pavimentación y guarniciones.

En ese sentido, como su Señoría podrá advertir, en el presente caso resulta procedente
otorgar a la parte quejosa el amparo, para el efecto de que las autoridades responsables de
forma inmediata nos suministren los servicios mínimos de alcantarillado drenaje, pavimentación
y guarniciones.

Le solicitamos de la manera más atenta y respetuosa que tenga por efecto que la
autoridad responsable realice tales instalaciones cumpliendo y siguiendo únicamente con su
plan de Programas de Infraestructura y Sostenibilidad, mismos que se encuentran en su PLAN
MUNICIPAL DE DESARROLLO 2022-2025 y que sostiene en lo que interesa:

“… Programa 6: Programa Municipal de Infraestructura


Objetivo 6.1: Establecer estrategias de intervención centrando en el ciudadano el
desarrollo de la ciudad, para un crecimiento ordenado, sostenible, resiliente e inclusivo.
Estrategia 6.1.1: Implementar acciones complementarias para la pavimentación y
repavimentación de vialidades.
Líneas de Acción:
6.1.1.1. Pavimentar con concreto hidráulico las principales vialidades del municipio.
6.1.1.2. Pavimentar con concreto asfáltico las vialidades del municipio.
6.1.1.3. Rehabilitación de vialidades.
Estrategia 6.1.2 Gestionar y realizar obras complementarias para la mejora de la
infraestructura hidráulica del municipio
Líneas de Acción:
6.1.2.1. Ampliar y dar mantenimiento a las redes de suministro de agua potable.
6.1.2.2. Ampliar y dar mantenimiento a las redes de suministro de drenaje sanitario.
6.1.2.3. Ampliar y dar mantenimiento a las redes de suministro de drenaje pluvial.
6.1.2.4. Gestionar obras complementarias para la mejora del sistema hidráulico de la
ciudad.
Estrategia 6.1.3 Gestionar y realizar obras complementarias para la mejora de la
infraestructura educativa.
Líneas de Acción: 6.1.3.1. Realizar acciones de rehabilitación de planteles educativos en
el municipio.
4
Época: Décima Época, registro: 2019358, instancia: Primera Sala, tipo de Tesis: Jurisprudencia,
fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, libro 63, febrero de 2019, Tomo I, materia(s):
Constitucional, tesis: 1a./J. 8/2019 (10a.), Página: 486.
Estrategia 6.1.4 Gestionar y realizar obras complementarias para la mejora de la
infraestructura deportiva
Líneas de Acción: 6.1.4.1. Realizar acciones de creación y/o rehabilitación de unidades
deportivas.
Estrategia 6.1.5 implementar una estrategia integral de Mejoramiento de Imagen en
inmuebles del Centro Histórico
Líneas de Acción:
6.1.5.1. Llevar a cabo recorridos de inspección en los perímetros A, B y C, para la
detección de las obras en proceso.
6.1.5.2. Revisión de los proyectos a autorizar ingresados, a través de la Ventanilla única,
para la verificación de que éstos cumplan con la reglamentación vigente.
6.1.5.3. Otorgamiento del documento de autorización fundamentado legalmente…” SIC

Efectos de la sentencia

Una vez demostradas las violaciones de derechos humanos en las que han incurrido las
autoridades responsables, se solicita que, de concederse el amparo y la protección de la justicia
federal, la sentencia contenga los siguientes efectos:

1.-La restitución de los derechos a la salud, al disfrute del más alto nivel posible de salud, al agua
y a la vida de los quejosos/as.

2.-Se ordene a las autoridades responsables que de forma permanente le garanticen la


instalación de alcantarillado, drenaje, pavimentación y guarniciones.

3.- Se ordene a las autoridades responsables que de forma permanente respete el derecho
humano a la buena administración pública.

SUSPENSIÓN

De conformidad con los artículos 125 y 130, 147 segundo párrafo de la Ley de Amparo,
solicitamos se pondere la apariencia del buen derecho y se conceda la suspensión restitutoria de
los efectos del acto reclamado, esto es, para que se ordene la instalación del Servicio Público de
Drenaje, alcantarillado, pavimentación y guarniciones, por lo que le pedimos muy
respetuosamente se ordene a las autoridades se abstengan de ejercitar el recurso público
destinado para estos servicios públicos solicitados y se abstengan nuevamente cualquier
procedimiento privativo del servicio en nuestra contra en lo futuro y de manera definitiva, y en su
caso se proceda a utilizar dichos recursos que debieron estar en la planeación anual, del
ayuntamiento que tenga para estos fines de servicios públicos hasta hoy negados.

PRUEBAS

1.- LA INSTRUMENTAL DE ACTUACIONES consistente en todo lo que se actué en el presente


juicio, así como en todo lo que beneficié a nuestros intereses.
2.- LA PRESUNCIONAL LEGAL Y HUMANA, prueba que se ofrece en los mismos términos que
la anterior en lo que beneficie a nuestros intereses.

3.- EN TÉRMINOS DEL ARTÍCULO 119 DE LA LEY DE AMPARO NOS RESERVAMOS EL


DERECHO PARA OFRECER LAS PRUEBAS SEÑALADAS EN LOS TÉRMINOS QUE
SEÑALADA DICHO PRECEPTO LEGAL.

Por lo anteriormente expuesto a ese JUZGADO DE DISTRITO EN EL ESTADO DE


VERACRUZ EN TURNO respetuosamente solicito:

PRIMERO. Tenernos por presentado en tiempo y forma, solicitando el amparo y protección


de la Justicia Federal en contra de los actos y omisiones de las autoridades señaladas como
responsables y admitir la demanda de amparo indirecto con sus respectivos anexos y correr
traslado de la misma a las partes para todos los efectos legales a que haya lugar.

SEGUNDO. Correr traslado a las autoridades responsables y al Ministerio Público con las
copias que se adjuntan.

TERCERO. Acordar se expida a costa de la parte quejosa copia certificada del auto por el
que se admita la presente demanda de garantías, o bien ordenar la notificación personal del
mismo.

ÚLTIMO. Previos los trámites de rigor, conceder el amparo y protección de la Justicia Federal
a los quejosos en contra de los actos y omisiones reclamados en el presente.

Veracruz, Veracruz a 08 de junio de 2023


Protestamos lo necesario.

ATENTAMENTE:

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