La crónica de los sentidos

La crónica es el rostro humano de la noticia

Alberto Salcedo Ramos
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 Escribir una crónica basada en un sentido (olfato, tacto, gusto, oído y visión)
Recordemos…
Un escritor llamado Patricio Guzmán, plantea que el cronista es un intérprete de la
realidad desde un espacio poético. También se dice que es casi como un director de cine
que narra una película con escenas, personajes, lugares y acciones. Según los manuales de
periodismo, la crónica es uno de los géneros más exigentes porque aparte de informar,
debe permitirle al lector imaginar, oler, sentir y saborear el hecho ocurrido, pues la calidad
de los detalles debe lograr que las personas reconstruyan en la mente lo que sucedió.
Elección del enfoque o tema principal
Reflexionen en su propia experiencia y conexión con los sentidos. ¿Hay algún evento,
momento o situación que les haya impactado recientemente en relación con sus sentidos?
Recolección de la información
Piensen en una actividad para que todos sus compañeros, incluida su profesora,
experimenten el sentido que han elegido de forma creativa y lúdica. Escríbanlo y durante
la actividad documenten en sus cuadernos o hagan registro fotográfico. Este paso es
importante, ya que será el insumo o la base de la crónica que harán después.
Consejos para redactar la crónica
Utilicen un lenguaje descriptivo y evocador para transmitir las experiencias y reflexiones
sobre los sentidos.
Sean creativos en la elección de palabras y metáforas para expresar las sensaciones y
emociones asociadas con el sentido que han elegido.
Es muy importante que toda crónica esté sustentada en personajes, pues ellos son los que realizan
las acciones y protagonizan la historia.

El título es otro aspecto determinante porque debe ser provocador, y su misión es invitar a las
personas para que lean el texto y quieran saber más.

Por otro lado, un buen final es aquel que resuelve los interrogantes del lector o que genera una
confrontación final porque deja una moraleja, o genera un llamado de atención. En síntesis, el
lector debe quedar satisfecho y con la sensación de que no hay más nada para decir.