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Ensayo

Violencia Intrafamiliar: Dolor en el seno del hogar

Nombre

Materia

Nombre del profesor

Universidad

2022
Violencia Intrafamiliar: Dolor en el seno del hogar
La violencia intrafamiliar es un tipo de violencia que se genera dentro de los grupos
familiares, es decir, un grupo de personas que están relacionadas entre sí ya sea por
parentesco o por la creación de otro tipo de vínculos sociales que los unen. Este tipo de
violencia, a su vez, puede tomar diferentes formas y manifestarse a través de agresiones
físicas, psicológicas, verbales, económicas, sexuales o también a través del aislamiento. Un
elemento importante de este tipo de violencia es que se configura bajo la dinámica de las
relaciones de poder y dominancia que se generan dentro de los hogares. En este sentido, las
víctimas suelen ser niños, niñas, adolescentes, mujeres, ancianos y personas en condición
de discapacidad, sin embargo, una característica de este tipo de violencia es que cualquier
persona dentro del núcleo familiar sin importar su género, edad, estrato socioeconómico,
nivel de estudio o condiciones de salud puede tomar el papel de agresor o víctima.
A pesar de esto, no se puede desconocer que bajo el marco de la sociedad actual estos
grupos mencionados anteriormente resultan más vulnerables socialmente por lo que
terminan incidiendo con mayor facilidad en relaciones familiares caracterizadas por el
desequilibrio económico, físico o emocional, el entorno perfecto para que se desarrolle la
violencia intrafamiliar. Así, la violencia intrafamiliar hacia los hombres es un fenomeno
real y latente pero debido al condicionamiento social que se le ha otorgado a este género es
más difícil la gestión adecuada y así conocer las particularidades de los hombres como
víctimas.
El hecho de que la VIF se genere dentro de miembros de la misma familia le otorga una
característica que genera particularidades muy singulares; puesto que por el vínculo
emocional estrecho que tienen el agresor, la victima e incluso los testigos de la violencia
(que puede tener también otros fenómenos transversales como dependencia económica o
física) resulta mucho más difícil de ser identificada y abordada, por lo que se puede llegar a
extender durante muchos años sin ser atendida por profesionales. Hay algunas
manifestaciones tangibles de la VIF que permite que miembros que son parte o son ajenos
al núcleo familiar puedan identificar que existe maltrato en las relaciones familiares, sin
embargo, por lo que fue mencionado anteriormente la victima suele tener relaciones solidas
con el agresor lo que lo motiva a ocultar, mentir u omitir información sobre la situación
familiar que vive.
Si bien es bastante difícil determinar las causas de que se genere este tipo de violencia
dentro de un núcleo familiar existen algunos factores de riesgo individuales que pueden
poner en vulnerabilidad a los miembros de la familia tanto a convertirse en agresores como
en víctimas, entre ellos está el consumo de bebidas alcohólicas o de estupefacientes, los
problemas laborales como el desempleo o los ingresos inestables, los problemas de pareja
como las infidelidades, los padecimientos de salud física o mental, un historial familiar o de
pareja donde ya se hayan evidenciado manifestaciones de violencia, entre otros. De igual
forma, el mantenimiento de las dinámicas de violencia también es consecuencia de
diferentes factores individuales, sociales, económicos y culturales. Por este motivo, abordar
un caso de violencia intrafamiliar es una tarea compleja que involucra el análisis de muchos
elementos tanto del entorno como de los agresores, las víctimas y los testigos de la
violencia.
Como fue mencionado anteriormente, la violencia intrafamiliar es también perpetuada de
forma profunda por la sociedad (en algunas quizás más que otras) a través de la
normalización de ciertas conductas como los estereotipos de género muy marcados, las
dinámicas inestables en las relaciones de pareja, la implementación de metodologías de
crianza basadas en la violencia, la deshumanización de las personas en condición de
discapacidad, el desprecio a los adultos mayores y finalmente esa noción que contempla
que sin importar el tipo de violencia que ejerza un miembro de la familia contra otro
miembro, la relación familiar debe permanecerá pesar de que existan esas manifestaciones
de maltrato. La suma de estos factores sociales más los factores de riesgo individuales
favorecen la creación de ambientes que facilitan la existencia de dinámicas de violencia
intrafamiliar.
Por otro lado, no es una tarea difícil contemplar los posibles efectos adversos que tienen la
VIF tanto para las victimas como para la sociedad en general. Para las víctimas, se
encuentra el desencadenamiento de patologías físicas como retrasos en el crecimiento,
desnutrición o debilidad cuando existe violencia física. Y también patologías psicológicas
como la depresión, la ansiedad, problemas de agresividad y relacionamiento social,
trastorno de estrés postraumático, entre otros. Para la sociedad también existen
consecuencias muy negativas y estructurales de la VIF, la más importante es el
debilitamiento del tejido social y la normalización de la violencia y el abuso dentro de los
núcleos familiares, pues existen diversos estudios que afirman que un niño que fue victima
de violencia o presenció manifestaciones de violencia tiene una mayor probabilidad de
reproducir esas conductas en el futuro. Bien se sabe que la familia es, por mucho, un eje
esencial en las dinámicas sociales y en la conformación del tejido social de los países, por
ello, es importante que se generen medios de reconocimiento y de visibilización de este
fenomeno pues la VIF puede desencadenar otro tipo de conductas o violencias como la
violencia basada en género, el maltrato infantil, violencia geriátrica, violencia capacitista,
infanticidios y feminicidios.
A pesar de que sigue siguiendo un fenomeno latente en las sociedades modernas, se puede
afirmar que desde el eje social, cultural, normativo y político se han adelantado muchas
iniciativas que buscan tanto la atención integral a las víctimas de violencia como la
generación de herramientas para la erradicación total de los ciclos de violencia dentro de las
comunidades, y, por ende, las familias. Por ejemplo, con la introducción de normatividades
como la Ley 1959 de 2019 y entes como La secretaria de la Mujer, las Comisarias de
Familia y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. La introducción de estas
normatividades ayuda a que se tipifique esta conducta y se puedan generar mejores
instrumentos de atención tanto a las victimas como a los agresores.
En conclusión, la violencia intrafamiliar es un tipo de violencia que se genera entre
miembros del mismo núcleo familiar y que se puede manifestar de muchas maneras. Sus
causas son variadas y se relacionan con factores de riesgo, y sus consecuencias son
profundamente negativas tanto para victimas como para la sociedad en general. Se hace
evidente la necesidad de que se aborde este fenomeno desde diferentes ámbitos, tanto desde
la normatividad como desde las dinámicas sociales y culturales de las comunidades, de
forma que se pueda erradicar este tipo de violencia y se corten, de raíz, los ciclos de
violencia que la propician.

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